Paramount Pictures y Skydance Productions presentan una producción de Lorenzo di Bonaventura/Mace Neufeld de "Jack Ryan: Operación Sombra", dirigida por Kenneth Branagh y escrita por Adam Cozad y David Koepp basándose en los personajes creados por Tom Clancy. La película está protagonizada por Chris Pine, Kevin Costner, Kenneth Branagh y Keira Knightley. Los productores son Mace Neufeld, Lorenzo di Bonaventura, David Barron y Mark Vahradian, y los productores ejecutivos son David Ellison, Dana Goldberg y Paul Schwake.
¿Quién es Jack Ryan?
Desde que Tom Clancy, el maestro de las novelas de espías, le presentó por primera vez en su intenso thriller submarino La caza del Octubre Rojo, y luego le hiciera frustrar en solitario un mortífero complot del IRA en Juegos de patriotas, Jack Ryan se ha convertido en sinónimo de una cierta clase de héroe vital y anónimo. Basta con mencionar a Ryan a algún fan de Clancy y el nombre conjura al instante una imagen de ingenio bajo presión, de un compromiso inflexible pero centrado frente a intrigas a nivel mundial, de un hombre muy humano enfrentándose a amenazas extraordinarias. En el mundo del espionaje, Ryan destacaba. Más bien desentrenado como espía, pero con un intelecto que iguala a su audacia, no se basa tanto en los artefactos o la fuerza como en su mente y su coraje, convirtiéndose en un valiosísimo activo del servicio de inteligencia norteamericano al ir siempre, y de manera esencial, un paso por delante de aquellos que podrían hacer daño a su país.
Con los 13 best-sellers de Jack Ryan escritos por Clancy y cuatro películas supertaquilleras, Ryan pronto se infiltró en la esencia misma de la cultura pop, justo mientras la Guerra Fría se iba transformando en una época de espionaje más complicada. Pero a los realizadores de "Jack Ryan: Operación Sombra" les pareció que el entrañable y cada vez más relevante personaje no debería quedar relegado al pasado. Después de todo, los hábiles analistas como Ryan se han convertido desde entonces en la médula espinal de nuestra nueva y más convulsa época de espionaje electrónico al enfrentarse los agentes contra activistas apátridas y actos terrositas surgidos de la nada. Por ese motivo, los realizadores se inspiraron no sólo para adaptar el mundo de Ryan para el público actual, sino para regresar a sus mismos orígenes, para contar la narración fundacional de cómo llegó a ser el hombre que Clancy convirtió en un icono.
"Creo que con Chris Pine como Jack Ryan, estamos redefiniendo realmente al personaje", dice el productor Mace Neufeld, que lleva formando parte del legado de Jack Ryan desde 1990, cuando produjo la primera película protagonizada por el personaje, "La caza del Octubre Rojo", que llegaría a convertirse en un enorme éxito y a ganar numerosos premios. "Chris y Ken Branagh le han dado una nueva vida a Jack".
No es la primera vez que Pjne relanza a un personaje entrañable: también replanteó recientemente el emblemático personaje del capitán James T. Kirk en la aclamada serie de películas de "Star Trek" dirigidas por J.J. Abrams, la cual presentó ese clásico de la ciencia-ficción a toda una nueva generación. Pero aquí iba a tener que llevar a un conocido personaje al presente, y no al futuro.
Lorenzo Di Bonaventura, el productor famoso por la supertaquillera saga de "Transformers", explica: "Nos propusimos crear una historia moderna sobre los orígenes de Jack Ryan, de forma que se pudiera contemplar cómo pasa de ser un estudiante reclutado por la CIA a tomar parte por primera vez en acontecimientos que amenazan con destruir el mundo. Vemos el crecimiento de su personaje, cómo desarrolla su sentido de lo que está bien y lo que está mal, cómo gestiona sus relaciones y cómo se enfrenta a todas las cuestiones de lo que significa ponerse uno mismo en peligro. No es alguien que sea un superhéroe. Pero sí que es alguien que, cuando la ocasión lo requiere, está a la altura de las circunstancias, y también hay un montón de acción trepidante en esta historia".
Los realizadores estuvieron encantados de ver a un actualizado Jack Ryan hacerse de carne y hueso, primero en el apasionante guión de Adam Cozad y David Koepp y luego en la interpretación de Pine y en el realista enfoque de la dirección por parte de Kenneth Branagh. "El resultado es una especie de primer viaje de descubrimiento para Jack, un hombre que realmente nunca esperó convertirse en un agente de campo, y ambos, Ken y Chris, han creado una imagen de Ryan que resulta divertida y contemporánea", dice el productor David Barron, famoso por su trabajo en la saga de "Harry Potter".
El productor Mark Vahradian, socio de Di Bonaventura en "Transformers" y otras películas, observa que, a medida que el proyecto iba desarrollándose, una pieza clave resultó ser "inventar una historia fresca siendo al mismo tiempo fiel a la mitología creada por Tom Clancy".
Eso significaba averiguar por qué Ryan sigue teniendo ese extraordinario atractivo entre la gran multitud de espías literarios y cinematográficos. "Se gana un puesto propio en el mundo de los espías", explica Varadian. "Es más bien un espía al estilo de un hombre corriente. No es un experto asesino. Representa a alguien a quien le dan un golpecito en el hombro y le preguntan: ¿Hasta dónde estarías dispuesto a llegar para hacer algo necesario para tu país? Eso es lo que le hace tan interesante, que en el fondo es alguien como nosotros".
El guionista Cozad, que realiza su debut con esta película, y David Koepp (cuyos thrillers de acción abarcan desde "Sin frenos" e "Indiana Jones y el Reino de la Calavera de Cristal" hasta "Misión Imposible" y "Parque Jurásico") escribieron un guión que subraya la idea de un hombre corriente obligado a encontrar en sí mismo el modelo de valor y devoción que Clancy forjó con tanta destreza. Al mismo tiempo, elaboraron una historia original y de alta tensión que profundiza en el peligro de mayor actualidad: el terrorismo infiltrado en los sectores financieros, con potencial para desencadenar un caos sin precedentes a nivel mundial.
"Era un guión sensacional con una escala tremenda, y un complemento perfecto para Ken Branagh", dice Di Bonaventura.
Cuando Branagh accedió a participar no sólo como director de la película, sino también como su complicado villano, Viktor Cherevin, pisó el acelerador del proyecto. El actor y director nominado al Óscar acababa de dirigir una historia de superhéroes, "Thor", y estaba listo para sumergirse en otro escenario nuevo con su primera incursión en el espionaje mundial.
El variopinto bagaje de Branagh como uno de los más eminentes especialistas en Shakespeare unido a su afición por los thrillers inteligentes y trepidantes parecían encajar tanto con la intriga de la película como con sus temas generales de poder, responsabilidad y confianza.
"Una de las cosas más difíciles de conseguir en el cine es crear una escala enorme manteniendo al mismo tiempo la humanidad de los personajes. Ken tiene esa capacidad, y nunca pierde de vista ninguna de esas cosas a lo largo de toda la película", dice Di Bonaventura.
Añade Neufeld: "Ken llegó habiendo leído todos los libros de Clancy, y estaba tremendamente preparado. También sabe exactamente cómo hablarles a los otros actores. Y es infatigable. Hay más acción en esta película que en cualquiera de las otras películas anteriores de Ryan. Sigue siendo en gran medida un thriller, pero Ken imaginó algunas secuencias muy grandes y emocionantes".
Para Branagh, la atracción comenzó con el guión. "Era algo que te ponía nervioso", recuerda de su primera lectura. "Era un thriller de acción, pero además, contenía una carga emocional que me sorprendió. Uno se preocupa de verdad por Jack Ryan, y resulta una clase de personaje muy peculiar".
Branagh ya había leído algunos de los libros, pero pronto se adentró en todas las 13 novelas de Clancy donde aparece Ryan, sumergiéndose completamente en la historia y la personalidad de Ryan. "Me gustó mucho la paradoja de Ryan", dice. "Es el mejor y el más brillante, tiene una mente brillante y analítica, y sin embargo se muestra un poco reticente respecto a ser un hombre de la CIA. Tiene esas cualidades de un hombre vulgar y corriente que le convierten en alguien notablemente empático".
Le hizo especial ilusión meter a Ryan en ciertas zonas del servicio de inteligencia con tecnología punta que están demostrando ser claves para salvaguardar el futuro en este momento del presente. Estados Unidos está probablemente más expuesto que nunca a un ataque devastador en el corazón del sistema financiero interconectado a todas horas y que podría, potencialmente, ser objeto de infiltraciones sin que nadie lo viera venir. A Branagh le sedujo el hecho de que es ahí donde radican los méritos de Ryan: en su capacidad para desenmascarar violentos complots que se ocultan en las profundidades de las redes informáticas hasta que son puestos en marcha. "Con su experiencia en Wall Street, Jack puede analizar enteramente una red mundial interrelacionada y comprender cuál puede ser su punto débil capaz de desencadenar una catástrofe", explica Branagh.
Sin embargo, a pesar de su brillantez con la tecnología y todos sus conocimientos analíticos, Ryan no está nada preparado para las amenazas personales extremas (y menos aún para las tremendas dudas personales) a las que se tendrá que enfrentar cuando se vuelva plenamente operativo. Eso fascinó igualmente a Branagh.
"A medida que se va desarrollando la historia de Ryan, se va convirtiendo en cómo un hombre cono Jack se enfrenta a los secretos y mentiras que conforman el núcleo de llevar una doble vida", dice el director. Ni siquiera le puede contar lo que hace a la novia con la que vive. Así que seguimos a Jack en ese periplo personal en donde va averiguando la forma correcta de hacer lo que sabe que hay que hacer".
Ese periplo llevó a Branagh y a la producción desde Nueva York hasta Moscú y Londres, y a meterse en las secuencias de acción con la coreografía más intrincada hasta la fecha. Disfrutó muchísimo con la experiencia. "Crear el escenario para un thriller mundial fue sumamente divertido para mí", concluye. "Por encima de todo, lo que queríamos hacer con el rodaje era poner a los espectadores en el centro mismo de todo, de manera que pareciera que lo que le está pasando a Jack le está pasando justo en ese mismo momento".
El fichaje de Chris Pine
El Jack Ryan de "Jack Ryan: Operación Sombra" es fiel a la esencia de la obra de Tom Clancy (la de un hombre muy humano llevado hasta su límite por las situaciones mundiales mas críticas) a la vez que mete al personaje de cabeza en la CIA de nuestro mundo actual. Para fusionar las cualidades clásicas y modernas del personaje en una misma interpretación, los realizadores buscaron un actor que tenía muchas de las dos clases. Y encontraron justamente esa mezcla en Chris Pine.
"Chris es un actor que piensa de verdad y que tiene esa cualidad analítica", comenta Branagh. "Es alguien a quien uno puede sentir a cada momento cuestionándose lo que es real, verdadero y apropiado. Era crucial para la película contar con alguien como Chris (que se siente cómodo en su propia piel, que es inteligente sin esfuerzo pero igualmente sensual y carismático) para interpretar el papel. Chris tiene también un estilo maravillosamente sin pretensiones, tiene la capacidad de reírse de sí mismo y le confiere esa capacidad al personaje y a las situaciones cómicamente confusas en que se encuentra Jack, lo que le hace aún más atractivo".
Añade Lorenzo Di Bonaventura: "Chris, como persona, ya es de por sí muy analítico, muy inquisitivo, siempre preguntándose qué es lo que está bien, lo que está mal, lo que es verdad. Creo que es así de manera natural, y Jack Ryan también es así por naturaleza, así que encajan estupendamente. Chris fue también muy valiente en cuanto a hacer él mismo sus escenas peligrosas y a ponerse de verdad ahí al frente. Demostró un compromiso al cien por cien con el personaje".
Para Pine, el impulso que provocó ese compromiso fue la oportunidad de crear un concepto de "agente secreto" más auténtico y con los pies en la tierra. Le encantaba la idea de hacer ver a los espectadores la inseguridad, el temor e incluso la incredulidad de Ryan a medida que va experimentando su bautismo de fuego en los peligros extremos de su trabajo.
"En el panorama de los héroes de acción, Jack es diferente", dice el actor. "Es alguien a quien podrías conocer en tu vida normal. Es un tipo muy inteligente, pero entonces se ve metido en una situación en la que no sabe realmente qué hacer, en la que tiene que pensar de una forma tan pragmática como nunca antes lo ha tenido que hacer".
Pine también abordó el papel con mucho respeto hacia las cualidades positivas que Tom Clancy le imbuyó al personaje. "Una de las cosas que creo que ha hecho de él un personaje tan interesante y perdurable es que Jack Ryan es un hombre realmente decente", dice Pine. "Hay como una especie de bondad en su corazón, así que es la clase de hombre a la que uno quiere ver aprender a tomar el mando".
En cierto modo, dice Pine, Ryan es un reflejo del otro personaje famoso al que interpreta en la gran pantalla: el inconmensurable capitán Kirk. "Kirk es descarado y arrogante, y gracias a esos defectos aprende lo que es al altruismo. Jack, por su parte, llega a esta misión como un hombre muy centrado y con los pies en la tierra", observa. "Pero lo que Jack no sabe (ni ninguno de nosotros) es si, cuando se presente esa situación urgente, tendrá lo que hay que tener o no lo tendrá".
Para prepararse para interpretar a Ryan, Pine repasó todos los hilos que tejen su historia. Pasó largo tiempo hablando en profundidad con veteranos de guerra, visitó la London School of Economics, se sumergió en la mecánica de la banca, el comercio y derivados, e incluso llegó a conocer a un auténtico Oficial de Cumplimiento, el puesto que le sirve a Ryan de tapadera.
Igualmente clave para su interpretación fue dar forma a la espinosa relación de Jack con la mujer con la que quiere casarse pero a la que no puede decir la verdad, su novia Cathy. "Jack es un poco solitario, pero la única conexión fuerte que tiene es con esta mujer", observa. "Creo que ve en Cathy a un alma gemela, y a lo largo de la historia, ella demuestra tener tantas agallas y tanto valor como él".
Todo el tiempo, Pine tuvo la seguridad de que Branagh destacaría todos esos elementos. "Ken es un director que lleva a cabo una preparación tan increíble que cuando entra en el plató no hay ninguna duda acerca de lo que quiere conseguir", comenta. "Nunca he hecho ninguna película que se moviera tan rápido como ésta, y sin embargo Ken la tenía siempre en marcha. Y además pasaba con suma facilidad de un lado a otro de la cámara".
Branagh estaba igualmente ilusionado por trabajar con Pine. "Chris llegó y creó realmente la sensación de Jack Ryan como alguien que preferiría estar leyendo tranquilamente un libro de historia a estar en Moscú corriendo para salvar la vida, y luego le mostró encontrando su fortaleza interior", resume el director.
El Adiestrador
El hombre que mete a Jack Ryan en la CIA y le guía durante una misión que pondrá completamentea prueba a Jack es también una especie de jeroglífico: un veterano agente que sabe cómo se juega a eso. Se trata de Thomas Harper, que está interpretado por el oscarizado actor y director Kevin Costner, quien realiza su esperadísimo regreso a la gran pantalla tras la exitosa serie de televisión "Hatfields y McCoys", ganadora del premio Emmy.
Irónicamente, a Costner le habían ofrecido en principio el papel de Jack Ryan en "La caza del Octubre Rojo", pero lo rechazó para dedicarse por completo a su épica y oscarizada película "Bailando con lobos".
Branagh se sintió agradecido por el interés de Costner en revisitar la historia en esta nueva encarnación, y en el crucial papel del astuto adiestrador de Ryan. "Es un papel que parece hecho a la medida para Kevin, en cierto modo", dice el director. "Harper es un personaje importante en la CIA, y Kevin le interpreta con una gracia espontánea. Lleva consigo toda la fuerza acumulada de los papeles que ha interpretado, así que hay en él una sensación de esencia norteamericana que va más allá de las palabras del texto. Y además, simplemente es un actor formidable".
Chris Pine, fan desde hace mucho tiempo del trabajo de Costner a ambos lados de la cámara, se sintió especialmente exultante por la elección. "Hay un cierta sensación de mando en una gran estrella y un gran director norteamericano como Kevin cuando entra en un plató", dice sonriendo. "Trabajar con él fue como asistir a una mini clase magistral. Y Harper se convierte en un importante apoyo para Jack, recordando constantemente a Jack quién es y por que le eligió entre todos para esta misión".
Para Costner, el hecho de que esta historia de Jack Ryan comience en el principio mismo de su evolución era parte de su atractivo. "La película de espías es un básico cinematográfico, pero a menudo uno entra en la película y no se sabe cuáles son sus comienzos", observa. "Así que esto suponía una oportunidad para preguntar: ¿Cómo sucedió eso? ¿Cómo comenzó este agente de la CIA?"
Harper juega un papel fundamental en los orígenes de Ryan, pero Costner le percibe como viendo su relación con Jack simplemente como una pieza más del rompecabezas más grande de la defensa de su país. "Se le podría considerar como un mentor de Jack, pero no creo que ni Harper ni Jack lo vean así", observa. "Para Harper, Jack es un hombre bajo su supervisión, conoce sus aptitudes y para él es vital que lo haga bien. Jack empieza siendo más bien un experto en finanzas, un economista, es decir, ni siquiera lleva una pistola cuando llega a Moscú. Pero Harper también sabe que Jack tiene unas cualidades muy resolutivas".
El tira y afloja entre Costner y Pine como Harper y Ryan se hacía palpable en el plató. Dice el productor David Barron: "En Chris tenemos a una joven estrella de cine y en Kevin tenemos una estrella consagrada, y juntarlos a los dos funcionó a la perfección. Nos sentimos extraordinariamente afortunados por tenerles".
Añade Di Bonaventura, quien ha trabajado numerosas veces con Costner: "He tenido ocasión de ver a Kevin hacer muchas de las películas que tuvieron tanto éxito en los años noventa, y creo que lo que siempre se ve en él es una gran sensación de misión, la idea de que sus personajes siempre saben lo que quieren hacer y porqué quieren hacerlo. Su sentido del compromiso es tan total que uno le sigue en cualquier historia en la que se meta. Y lo genial de este personaje es que Harper es un experimentado agente de la CIA súbitamente forzado a trabajar con dos novatos como Jack y Cathy, a quienes todo les viene realmente grande, y su trabajo consiste en hacer que estén a la altura de su tarea. Kevin da una sensación de mando tal, que uno se cree que puede ayudar a esas dos personas a salir de esa increíble situación".
Enemigos y amantes
En Moscú, Jack Ryan se enfrenta a una de las caras diversas y modernas del terrorismo: un poderoso banquero ruso listo para poner en marcha un terrorírifico complot mundial para satisfacer su sed de venganza personal. Interpretando el papel del ingenioso pero nefasto Viktor Cherevin está el director de la película, Kenneth Branagh, quien no actuaba en una película dirigida por él desde hacía 13 años, pero que asumió la fiera inteligencia de Cherevin con gusto.
"Es como que fue quedando claro que yo iba a hacer el papel de Cherevin", recuerda Branagh. "Me sentía auténticamente fascinado por el personaje, y no era un papel tan grande como para que supusiera para mí un reto como interpretar, digamos, a Hamlet y a la vez dirigirlo. Me pareció que podría ser maravillosamente divertido interpretar a este sombrío personaje, que es como una especie de inconformista y que está motivado por su propia tragedia personal. Es uno de esos tipos muy contenidos con los que uno no desea cruzarse, lo que le hace muy interesante para un actor".
Es la identidad nacionalista de Cherevin y su venganza personal contra los Estados Unidos lo que le impulsa a poner en pie una red de agentes clandestinos, expertos tanto en finanzas como en explosivos, en un complot que podría haber pasado desapercibido si no hubiera sido por Jack Ryan. Pero no es solamente su siniestra genialidad lo que hace atractivo al personaje, es también su sofisticado encanto, que utiliza con Jack y, al final, con su novia.
"Viktor puede ser terroríficamente encantador", admite Branagh, "pero también es cruel. Puede decidir fríamente dar rienda suelta a sus demonios, y entonces hará lo que considere necesario".
El director equilibró meticulosamente su trabajo como actor y la dirección de la película. "Dejaba muy claro los días en que iba a hacer mis escenas", explica. "Me gusta ser pragmático acerca de dónde puedo tener la mayor energía y concentración, sin pasar por alto las necesidades de otras personas. Lo que menos que me gustaría hacer sería decepcionar a alguien".
La preparación fue clave. "Para llegar hasta un punto con un personaje en el que éste pueda estallar en llamas, siempre he pensado que la preparación es la mejor manera", dice. En este caso, eso significaba sumergirse en la historia y la poesía rusa y en su manera de hablar. "Fue difícil encontrar el acento ruso concreto de Viktor", observa. "Hay muchas clases de acentos moscovitas, así que durante meses empecé a ver clips de la televisión rusa y a escuchar audiolibros en ruso en el coche simplemente para captar la sensación de ese paisaje de sonidos. Luego trabajé con un experto en el idioma ruso y sus dialectos. En el fondo, se trataba de encontrar la música que le fuera bien al papel, sobre todo en los momentos en que Viktor se comporta, como dicen mis amigos norteamericanos, como un cabrón".
La cualidad implacable apareció firme y clara en el plató, al igual que lo hizo el aspecto más lírico y filosófico del personaje. "Creo que Ken disfrutó de verdad interpretando a Cherevin", dice sonriendo el productor Mark Vahradian. "Podía haber interpretado a un villano del montón, pero no lo ha hecho en absoluto. Lo ha llevado en una dirección completamente distinta, como un hombre que tiene una especie de sensibilidad poética, que quiere transmitirle al mundo lo que significa para él ser ruso. Y resulta muy interesante el que, cuando estábamos haciendo documentación, descubrimos que mucha gente piensa que los espías rusos hablan como poetas. Son de una clase muy extraordinaria, educada y culta".
Cherevin también refleja algunas de las cualidades de Jack Ryan, pero de una manera retorcida, observa Di Bonaventura. "No son exactamente las dos caras de la misma moneda, pero existe un interesante vínculo entre ellos, porque Cherevin cree firmemente que lo que está haciendo está bien y Jack cree firmemente que lo que está haciendo está bien, así que tenemos a esos dos personajes con convicciones fuertes pero opuestas", resume el productor.
Para Jack Ryan, Cherevin es sólo una parte del problema al que se enfrenta en Moscú. Lleva mucho tiempo ocultándole a la mujer que ama que es un agente secreto de la CIA (la cirujana ocular pediátrica Cathy), peor cuando ella decide presentarse en Rusia por sorpresa, Jack tiene que decidir cuántas cosas puede contarle
y hasta qué punto puede poner la vida de ella en peligro.
Asumiendo la complejidad de Cathy está Keira Knightley, la actriz inglesa nominada al Óscar y conocida por el público por sus papeles como Elizabeth Swann en la saga de "Piratas del Caribe" y como Elizabeth Bennet en "Orgullo y prejuicio".
"Keira le aporta inteligencia, belleza y la sensación de que Cathy está realmente a la altura de Jack", dice Branagh. "La misión de Jack en Moscú es un momento crítico en su relación. Hay confusiones y malentendidos entre los dos, todos los cuales tenían que ser interpretados de una manera adulta e inteligente por dos personas que también fueran capaces de transmitir que se sienten apasionadamente atraídos el uno por el otro. Descubrimos que existía una química sensacional entre Chris y Keira".
"Keira tiene una inteligencia realmente rápida que la hace increíblemente atractiva", dice Pine de Knightley.
A Knightley.le gustó el hecho de que Cathy podía empezar pareciendo una novia típica y secundaria, pero pronto se mete en el centro mismo de la historia, convirtiéndose en una parte vital de la estrategia de Jack para desbaratar los planes de Cherevin. "De pronto se encuentra en el medio de toda la operación", observa Knightley. "Se parece mucho a Jack en que se encuentra inesperadamente en esa situación totalmente nueva, enfrentándose a un hombre que quiere acabar con el mundo que conocemos".
Le hacía especial ilusión sumergirse en esa situación a las órdenes de Branagh. "Los thrillers requieren de narradores realmente buenos, y Ken es buenísimo con la narrativa, y en elaborar la intriga mediante las interpretaciones y las escenas", dice. "Entiende muy bien el cine y cómo crear algo visualmente extraordinario, pero es también meticuloso con los detalles".
Una vez en el plató, encontró también una rica veta por explotar en su relación con Chris Pine. "Chris le aporta una humanidad a Jack como un hombre que está forcejeando con una doble identidad", observa Knightley, "y enfrentándose también a no poder decirle a la persona a la que más quiere lo que hace ni por qué. Eso hace que el personaje, y nuestra relación, sea realmente interesante".
Cuando Cathy accede a mantener distraído a Cherevin durante una cena formal, las cosas se ponen aún más interesantes. Knightley dice que parte de la diversión consistía en ver a Branagh como Cherevin intentando seducir a su personaje, y luego de repente volviéndose fríamente cruel con ella. "Ken es un actor maravilloso", dice. "Pero también elabora un malvado villano, y Cathy tiene que intentar encontrarse con él en el mismo terreno".
Los realizadores quedaron impresionados con el realismo que Knightley la aportó al papel. "Cathy es un personaje bastante difícil, pero es perfecto para alguien con la capacidad de Keira", dice Vahradian. "Ella y Chris nos meten en ese momento de una relación en que uno empieza a preguntarse si conoce en realidad a esa persona que está sentada a tu lado, sólo que en su caso es mucho más pronunciado porque está teniendo lugar todo ese otro nivel de engaño".
Una persecución mundial
El periplo de Jack Ryan en "Jack Ryan: Operación Sombra" le lleva a través de un viaje a escala mundial desde los pasillos cada vez más tecnificados de Wall Street hasta el "nuevo Moscú", que ha estado intentando esforzadamente reconvertir su imagen y pasar por una importante sede económica, erigiendo un monumental distrito financiero lleno de relucientes rascacielos. La producción siguió ese viaje, rodando exteriores entre las emblemáticas calles y rascacielos de Manhattan y las coloridas cúpulas semicirculares de Moscú, dirigiéndose luego a Londres y Liverpool, donde se creó el núcleo del mundo de Jack Ryan en estudios y localizaciones meticulosamente acondicionadas.
Branagh reunió a un equipo técnico puntero para sacar adelante la producción a gran escala, entre ellos el director de fotografía Haris Zambarloukos, quien trabajó con él en "Thor" y "La huella", el director artístico Andrew Laws ("Sí señor"), la diseñadora de vestuario Jill Taylor ("Mi semana con Marilyn", "Match Point"), y el escarizado montador Martin Walsh ("Furia de titanes", "V de Vendetta", "Chicago").
En vez de meterse en el mundo brillante y sofisticado de la mayoría de los agentes secretos de ficción, Zambarloukos trabajó con Branagh para elaborar un realismo descarnado, optando por rodar en anamórfico de 35mm e imitando la imagen gráfica y de fotoperiodismo de los thrillers de los años setenta.
"Rodamos la mayor parte del tiempo con tres cámaras, y a menudo filmábamos sin ensayar", explica Branagh acerca de la estética de la película. "Y todo para conseguir una especie de aspereza adicional, un aspecto del guión que me gustaba mucho. No quería que la película diera nunca una sensación demasiado suave. Quería que las cosas se desarrollaran de una manera en que los espectadores tuvieran que seguir el ritmo de la historia de una forma agradable, y unirse a Jack en un periplo emocional en donde uno nunca se siente bastante reposado, en donde siempre hay esa sensación de temor y adrenalina. Así que rodamos la película de una forma que estaba dirigida por esos instintos".
El director artístico Laws también se esforzó por crear un ambiente inquietante para Jack, tanto trabajando con edificios famosos como construyendo sus propios platós desde cero en los legendarios Pinewood Studios de Londres (donde la película también se rodó en el famoso "plató de 007").
Laws se sintió en principio atraído por el proyecto debido a su énfasis en los personajes dentro de las intrigas de una misión de espionaje. "Como director artístico, me gusta mucho trabajar desde el personaje, y aquí había mucha sustancia en cuanto a quiénes son esos personajes y lo que eso implicaba para los entornos que podíamos crear", dice. "Y puesto que la película va de Moscú a Nueva York, tuvimos algunas estupendas oportunidades para crear ciertas cosas bastante interesantes".
En consonancia con el enfoque de Branagh, Laws se propuso conseguir un marcado realismo en el diseño. "La principal fuerza motriz que sustentaba la concepción general de la película era mantenerlo todo muy anclado a la realidad", explica Laws. "Queríamos un mundo muy real, porque Jack Ryan fue creado para ser un personaje muy identificable, cuyos entornos fueran algo que nos resulte familiar y que podamos reconocer. Son las cosas extraordinarias que hace en esos entornos normales las que le hacen emocionante. Así que buscamos la autenticidad en todas partes, desde la oficina de Wall Street en la que trabaja hasta el apartamento que comparte con Cathy".
Laws diseñó el apartamento para que reflejara a una pareja que aún no se ha metido de lleno en la unión plena de la vida de casados aunque exista una profunda confianza emocional entre ellos. "Fue interesante diseñar el apartamento porque pensamos que, a esas alturas de la historia, Jack y Cathy son de la clase de personas que siguen llevando vidas separadas, incluso aunque vivan juntos. Así que hay algunas cosas de él por ahí, y otras cosas de ella por allá, y uno percibe la idea de que hay algo un poco inacabado", explica. "Y al mismo tiempo, no hay nada pretencioso en la forma en que viven Cathy y Jack. Son gente con éxito, pero sus cosas son eclécticas, muy reales y con textura".
También fue divertido para Laws mostrar el dinamismo de un Moscú cambiante de una manera que rara vez se ha visto antes en pantalla. "Ahora mismo, hay muchas cosas en Moscú que creo que la gente de fuera de la ciudad no conoce", señala, mencionando el nuevo Centro Financiero Internacional de la ciudad, una espléndida metrópolis aún en construcción y que combina elegantes torres financieras, espacios habitables y centros de entretenimiento. "Hay un montón de movimiento y muchos desarrollos nuevos en marcha, y cuando Jack llega allí, queríamos que pareciera muy inesperado".
Laws creó las ambiciosas oficinas de Cherevin como una estructura imaginaria de 80 pisos en el corazón del Centro Financiero Internacional. "Utilizando un edificio de Londres y efectos visuales en post-producción, fuimos capaces de crear algo con una grandeza y una majestuosidad muy parecidas a lo que se está construyendo actualmente en el nuevo distrito financiero de Moscú", dice David Barron. "Es muy brillante y sofisticado, y realmente está a la altura de Cherevin".
El proyecto entero supuso un enorme trabajo para Laws, pero dice que la meticulosa gestión de Branagh lo hizo posible. "Esta película ha sido una gran experiencia, pese a ser un gran reto", comenta. "Fue un ritmo muy intenso, sobre todo porque rodábamos con tres cámaras. Si no hubiéramos tenido a alguien al mando que fuera tan ágil mentalmente y tan dotado como Ken, creo que hubiera sido muy difícil. Fue estupendo trabajar con él, y ver siempre al capitán de la nave aportando la misma cantidad de esfuerzo y dedicación que todos nosotros".
Dice Mace Neufeld a propósito del trabajo de Laws: "Andrews hizo un trabajo fantástico e incansable, y todo lo que nos mostraba en sus ilustraciones estaba ahí cuando entrábamos al plató. Habíamos visto las imágenes, pero entrar, por ejemplo, en las oficinas de Cherevin fue para nosotros una experiencia impresionante. Era más real de lo que nunca pudimos imaginar".
A la hora de crear la acción de la película, que está integrada sin fisuras en la película, Brabnagh colaboró con el famoso coordinador de especialistas británico Vic Armstrong, con quien también había trabajado en "Thor". Armstrong contribuyó a sacar adelante algunas de las secuencias más trepidantes de la película, como cuando el viaje de Jack Ryan a Moscú tiene un impresionante comienzo en el que sufre inmediatamente un ataque contra su vida.
"Vic fue una parte fundamental de la producción", dice Vahradian. "Aporta una increíble energía en el plató y una sensación de que todo es posible. Siempre era capaz de conseguir lo que buscaba Ken para las secuencias de acción".
Para Branagh, la importancia de los detalles y matices de todo, desde las escenas peligrosas hasta el trabajo de la cámara pasando por las interpretaciones, contribuyeron a amplificar un ambiente que remite a lo que le encanta de Tom Clancy como autor a la gente desde hace tiempo: esa mezcla especial de realismo técnico, geopolítica auténtica y suspense al máximo.
"La idea que sustentaba toda la película era hacer que los espectadores se sintieran completamente atraídos por el mundo de Jack Ryan, que se parece mucho a nuestro mundo, pero con matices de inseguridad y engaño", dice Branagh. "No es simplemente una historia de espías y acción genial, hay un matiz diferente en lo que es Jack Ryan y en lo que se va a convertir, y espero haber llegado a eso en esta película".