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La jungla: Un buen día para morir cartel reducidoLa jungla: Un buen día para morir(A good day to die hard)
Dirigida por John Moore
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Willis es McClane y aceptó encantado la oportunidad de reencontrarse con un querido personaje que tiene la costumbre de aterrizar en el lugar equivocado en el momento oportuno.¿Son los líos los que encuentran a John McClane o es éste el que los busca?"¡Bueno! No hay duda de que le atrae el peligro", dice el actor, "pero sí; también se diría que el peligro está decidido a encontrarlo".

"Me parece interesante el ejercicio de intentar alcanzar el nivel que fijamos con la serie, y me encanta encontrarme con McClane en distintas etapas de su vida", prosigueWillis. "En este relato, ha llegado a un punto en el que los hombres tienden a reflexionar sobre su pasado. Para McClane, el pasado es la lejana relación con su hijo. Llevan tiempo sin hablar, y la primera noticia que recibe de él es la de su detención en Moscú".

La premisa del guión (original de Skip Woods y Jason Keller) tiene su origen en una idea de Willis, que estaba interesado en examinar una historia de un padre y un hijo que tuviera como telón de fondo una situación de peligro que les obligara a hallar una forma de superar sus diferencias para sobrevivir.

Sus diferencias son profundas y abundantes."Jack actúa siguiendo las normas, mientras que John rara vez lo hace y utiliza cualquier cosa que tenga a mano para enfrentarse a la situación", explica Willis.

El productor Alex Young afirma: "La pregunta se planteó así: ¿Cómo podemos tomar la columna vertebral del argumento –una relación entre padre e hijo que están cortados por el mismo patrón pero que tienen un tenso pasado lleno de grandes malentendidos– y colocar a ambos en un lugar en el que estén atrapados y donde no puedan pedir ayuda?"

Moscú, con su riqueza, su abominable hampa y su laberinto geográfico, cumplía los requisitos.Es una ciudad de inmenso tamaño y enorme escala, y, sin embargo, debido a su historia, puede quedar aisladacasi inmediatamente.Sigue siendo un punto conflictivo de primera para la intriga internacional y goza de un reputación sin rival en cuanto a juicios espectáculo de prisioneros políticos –como el que sirve de marco a esta narración–.

El productor Wyck Godfrey afirma que el reto de ver a McClane "poner en práctica sus habilidades en tierra extraña, donde se encuentra como gallina en corral ajeno, es un intrigante elemento de la película. No conoce el idioma, la cultura ni el terreno que pisa, por lo que tiene que hacer algo que antes no había hecho: confiar en otra persona".

Esa otra persona es su hijo.Al igual que las películas anteriores de La Jungla de Cristal, La Jungla: Un Buen Día para Morirse centra en miembros de la familia que están en peligro, y en la disposición de John McClane a hacer cualquier cosa para salvarlos.En las dos primeras películas, era su esposa; en la cuarta, su hija.Ahora su hijo está metido en un líoy McClane teme que sea ya demasiado tarde para detener la espiral de Jack hacia una vida de delincuente.

John llega a Moscú y se entera de que Jack, lejos de ser un delincuente, es un agente de la CIA que lleva tres años cumpliendo una misión secreta para proteger a Komarov, un ladrón ruso transformado en delator de personajes corruptos.Habiendo desarrollado una conciencia, Komarov está decidido a testificar contra su antiguo socio, Chagarin, y frustrar sus ambiciones de ocupar un alto cargo político.

"Esto supone un giro respecto de la situación habitual en la que McClane es el invitado inesperado que echa a perder el bien trazado plan de alguna privilegiada mente criminal", explica Young. "En esta ocasión, lo que queda hecho trizas es la concienzuda y peligrosa operación secreta de su propio hijo".

El papel de Jack McClane fue encomendado al joven actor australiano Jai Courtney, que fue coprotagonista en la temporada 2010 de la serie Espartaco: Sangre y Arena, y que dio vida al temible adversario de Tom Cruise en Jack Reacher.

"Me sometí a un par de pruebas para el papel de Jack McClane y, naturalmente, no esperaba ningún resultado de todo ello", recuerda Jai, "porque yo sabía que estaban buscando en muchos sitios. Yo acababa de finalizar Jack Reacheren Pittsburgh, e iba de vuelta a casa, a Sydney. Estaba literalmente andando por la pasarela de embarque para tomar mi vuelo de enlace en Los Ángeles cuando mi agente me llamó y me dijo: ‘"No te vayas. ¡Quieren que hagas una prueba con Bruce!"’ Una semana más tarde me sometí a la prueba y, pasado algún tiempo, me dieron la buena noticia. Ha sido una experiencia fantástica. Bruce es uno de esos tipos a los que crecí viendo en la pantalla y la franquicia de La Jungla de Cristalno puede ser más emblemática".

A lo que añade Willis:"Jai consiguió el papel, y lisa y llanamente parecía uno de la familia: todo un McClane".

Como hijo del policía más famoso de Nueva York, el Jack de Courtney demuestra que de tal palo, tal astilla.Exhibe el sentido del deber, el valor y la disposición a jugarse la vida para proteger a otros que caracterizan a su padre.

"Jack ha estado viviendo como un ruso, hablando la lengua e infiltrándose en distintos grupos para tratar de obtener pruebas contra Chagarin y asegurarse de que no pueda hacer daño a Komarov en la cárcel", dice Courtney. "Se queda de piedra cuando ve que su padre llega en un momento crucial ylo desenmascara. Él no quiere su ayuda; a decir verdad, no quiere tener nada que ver con él. Jack está decidido a demostrar que puede cumplir la misión a su manera y que no depende de nadie".

Al aproximarse la fecha del juicio de Komarov, Jack se hace encarcelar intencionadamente a fin de vigilar más de cerca al ruso.Cuando los dos hombres comparecen juntos ante el tribunal, Jack cree tener todo controlado.De eso, nada.

Chagarin ha enviado a su esbirro Alik (Rasha Bukvic) y a un equipo paramilitar para sacar a Komarov de la sala por las bravas.Repentinamente, una estruendosa explosión lanza al público y a los miembros del jurado contra la pared; y algunos, la atraviesan.

"El malo entra para atrapar a Komarov, pero nosotros hemos convertido la escena en un drama brechtiano", dice, bromeando, el director John Moore. "Hacer saltar un edificio no es la forma habitual de capturar a alguien porque el riesgo de que el objetivo resulte herido es muy elevado. Pero como Jack y Komarov se encuentran en unas cabinas de seguridad a prueba de balas, resulta muy ingenioso".

Jack y Komarov logran escapar de la destrucciónmientras un aturdido John McClane corre tras ellos.Jack y Komarov se apropian de un camióny, con Alik pisándoles los talones y John cerrando la marcha en su propio vehículo que "ha tomado prestado", se embarcan en una de las escenas de persecución más espectaculares jamás llevadas al cine.

"Empleamos 82 días en rodarla:por carreteras, a través de calles estrechas, cruzando puentes y destrozando por completo docenas de coches de alta gama", dice Moore. "Es algo épico".

Con la tapadera de Jack hecha literalmente añicos, él y su padre tratan de sacar a Komarov sano y salvo de Moscú y llevarlo a Chernobyl, donde puederecuperar los incriminadores archivos que mandarán a presidio a Chagarin.El traumatizado ruso se encuentra de repente en medio de la contienda que entablan los McClane, una situación más peligrosa que la cárcel, porque John parece un arma cargada y amartillada.Pero los tres hombres están decididos a salir de la ciudad por cualesquiera medios que sean necesarios y comienzan a formar una precaria alianza.

Afirma Sebastian Koch: "Komarov no se fía de los McClane y trata de hallar un modo de participar en la toma de decisiones. Ha colaborado con la CIA en sus esfuerzos para capturar a Chagarin, pero tiene sus propias ideas sobre la forma de eliminar a su enemigo, y sus propias ambiciones acerca de su vida después de la cárcel. Komarov tiene una hija (Yulia Snigir) con la que mantiene una relación difícil, por lo que entiende a John McClane y le muestra simpatía por el distanciamiento de su hijo".

"Komarov es misterioso", prosigue Koch. "No siempre es comprensivo y no sabemos qué es lo que le mueve. Me han permitido explorar por completo al personaje, a menudo basándome sólo en pequeños movimientos, miradas y expresiones. John se ha mostrado verdaderamente comprensivo con mi enfoquey ha sido gratificante poder interpretar a una persona compleja e inteligente en medio de un caos inmenso".

Aunque ya tiene experiencia en películas de acción, la interacción de Koch en pantalla con Willis y Courtney dotan a La Jungla: Un Buen Día para Morirde elementos subyacentes propios de películas de carretera y thrillers de huidas.Los personajes emprenden una odisea física y emocionalmente arriesgada en la que van sorteando un terreno y unas circunstancias amenazadores.El trío es finalmente acorralado en el salón de baile de un viejo hotel, donde les amenaza una banda de sicarios rusos.

Dando de lado los estereotípicos chándales y zapatillas deportivas norteamericanas, Alik y su cuadrilla parecen los dueños del banco en vez de los atracadores. Rasha Bukvik observa: "Alik esun caballero refinado y culto que viste impecablemente y considera el asesinato como uno más de sus numerosos talentos. Le enfurece que dos vaqueros americanos hayan arruinado sus planes de dar fin a su misión con rapidez y poder luego ir al ballet. Está decidido a hacerles pagar la molestia que le ocasionan, pero aprende por las malas que un rasgo familiar de los McClane consiste en no morirse cuando todos lo esperan".

Bajo una granizada de balas, los McClane consiguen huir a la desesperada y deben reagruparse para planear la forma de rescatar a Komarov, que ahora se encuentra en manos de los hombres de Alik.A Jack McClane se le acaban las respuestas y tiene que recurrir a John en busca de ayuda.

Apunta Jai Courtney: "Jack enfoca su trabajo de manera metódica, probablemente como reacción al talento oculto que tiene su padre para improvisar y esperar que todo salga bien.Pero ahora se encuentra en una situación en la que no hay manual que le oriente, carece de respuestas y ha llegado al límite de sus recursos. El instinto de su padre consiste en no abandonar jamás, sea cual sea el precio, y en esta terrible situación Jack lo ve muy claramente; quizá por primera vez. Ello le permite a Jack comprender mejor y respetar los valores de John. Es un momento decisivo".

Cuando tratan de salir por pies de Moscú y mientras van camino de Chernobyl, los McClane se tropiezan con un amplio surtido de los elementos estrafalarios, bellos y letales de la vida nocturna de Moscú: automóviles caros, mujeres preciosas y despiadadas amenazas de un adversario brutalmente poderoso.Se necesitarán mutuamente y les hará falta toda la suerte que les salga al camino.

"Éste es un relato de un padre y un hijo en el que ambos tratan de cumplir una misión peligrosa a la vez que también intentan recomponer una relación rota", explica Wyck Godfrey. "La primera reacción de Jack es: ‘Desaparece papaíto; no necesito tu ayuda’. Pero lo que realmente quiere es oír cómo su padre le dice: ‘Lo haces fenomenal, hijo. Me siento orgulloso de ti’. Y ahí está la belleza de esta historia. Estamos escenificando un drama de relaciones en medio de un emocionante relato de la serie La Jungla de Cristal".

El coguionista Jason Keller añade: "John y Jack se encuentran abandonados a su suerte, en serias dificultades y sin ayuda. Jack no sabe lo que hacer, pero su padre le obliga a hacer una pausa y le dice que pueden lograr lo que se proponen. Y el momento clave de la película tiene lugar cuando Jack opta por tragarse su orgullo y aceptar la ayuda de John. Ahora tenemos a dos McClane trabajando juntos, que es más de lo que los malos jamás esperaron".


Acerca de la producción
"¡ESO ESTÁ en la película!" grita con regocijo el director John Moore después de haber dicho "¡Corten!".El aire se despeja lentamente de humo, polvo y pólvora mientras los actores abandonan la sala y el equipo técnico da comienzo a la nada envidiable tarea de limpiar los destrozos.Bruce Willis y Jai Courtney acaban de hacer añicos el decorado de un piso franco.

Después de unas pocas semanas de rodaje de los elementos narrativos de la historia, hoy la producción se mete en harina: en la emocionante acción que el público asocia con la franquicia."Ahora por fin parece que estemos rodando una película de La Jungla de Cristal", dice Willis.

Estamos a mediados de mayo,y equipo técnico y elenco se han reunido en una de las estructuras más antiguas e interesantes de Budapest: el Edificio Express.Situado en la acera opuesta al Parque de la Plaza de la Libertad, el edificio fue construido en los años ochenta del siglo XIX, y en su tiempo fue sede central de la inspección del floreciente sector naviero del Danubio y alojamiento de oficiales de marina.El exterior del edificio está adornado con barcos y emblemas náuticos esculpidos.Su pequeño patio, escaleras circulares, balcones de hierro forjado y su laberinto de salas y vestíbulos conectados, lo han convertido en un famoso lugar de rodaje de Budapest.Aquí, el diseñador de producción Daniel T. Dorrance y su equipo han creado un nido de espías y piso franco de la CIA, donde la operación de Jack McClane es dirigida por su jefe, el agente Collins (Cole Hauser).La sala está llena de ordenadores, mapas murales, equipos de vigilancia, escáneres de radio y los inevitables envoltorios de comida rápida.

Después de la catástrofe del palacio de justicia, los McClane y Komarov se retiran a este piso franco, donde Collins se queda asombrado al descubrir que el padre de Jack se les ha pegado.El momento es tenso y potencialmente violento.

"Collins está furioso porque Jack ha violado el protocolo y metido a su padre en una situación que pone en peligro la seguridad de la misión", dice Hauser. "No comprende que el plan de la misión ya está hecho picadillo".

El agente Collins se enfrenta a la realidad cuando los hombres de Alik entran violentamente en el edificio y se produce un tiroteo.A lo largo de cinco días y 100 montajes, la producción dejará el decorado hecho fosfatina.

Unos aparejos de alambre tiran de los especialistas haciéndolos atravesar ventanas y lanzándolos al suelo del patio desde una altura de 25 metros. Ése es sólo uno de los innumerables números con alambre diseñados por el coordinador de especialistas Steve Davison.Más de cincuenta de éstos —norteamericanos, húngaros, checos y eslovacos—trabajaron en escenas específicas, desde caídas libres, pasando por tirones de aparejos, por la gigantesca persecución automovilística, hasta ataques de helicópteros.

"Contamos para esta película con dos de los mejores especialistas del mundoy todo el equipo es de primera", afirma Davison. "Las películas de La Jungla de Cristalson algo así como el Campeonato Mundial de las películas de acción y cada especialista del sector quiere participar".

Como primer entrenador y árbitro de la nueva entrega de esta franquicia de dicho "Campeonato Mundial", el director John Moore se comprometió a elevar el nivel de la serie un poco más.Su singular estilo visual y sus antecedentes en películas de acción como Tras la Línea EnemigayMax Payneconvencieron a ejecutivos y productores de Fox de que él era capaz de seguir la jugada.

Young afirma: "John tenía una idea completa de la evolución de la serie, tal y como lo han hecho las películas de Bourne y Bond, aunque poniendo su propio sello. Aportó un nuevo estilo visual a la franquicia y se le han ocurrido algunas escenas de acción asombrosas. También comprendió perfectamente el núcleo de la historia del padre y el hijo.Este trabajo va acompañado de inmensa presión y grandes expectativasy nunca los rehuyó; ni siquiera por un momento".

El trabajo fue concienzudo pero nunca aburrido: "No es inhabitual que pasemos 12 horas rodando una toma que en la pantalla durará tres segundos, pero no hay otra forma", explica Moore. "Esto es realización cinematográfica analógica. Rodamos todo cuanto podemos con la cámara y sólo empleamos efectos visuales especiales para realzar o pintar fondos".

Divertido, desbordante y animado en el rodaje, Moore se volvía loco de contento cuando una toma salía bien, haciendo sonar estruendosamente la campanita que tenía en su estrado. En la creación del estilo visual de la película, Moore quería que el trabajo de cámara se realizara casi por completo con cámara de mano, empleando tres cámaras y teleobjetivos para captar primeros planos detallados.Los improvisados movimientos de la cámara colocan al público dentro de la acción, como si formara parte del relato en vez de ser un observador distante que lo viera desde lejos.

Wyck Godfrey, que ha producido otras dos películas con Moore, dice: "Algunos de los momentos más estimulantes que he pasado rodando películas han sido cuando John ha logrado algo increíblemente difícil o algo que él ha improvisado en el decorado. Su entusiasmo es contagioso".

Moore explica que "McClane se halla en un mundo extraño, controlando, al principio, poco o nada de su entorno. Es incapaz de prever las cosas tal y como podría hacerlo normalmente. Le han cogido con la guardia baja y queremos que la cámara reproduzca esa sorpresa y confusión".

Dorrance y sus departamentos artístico y de construcción (compuestos en total por 350 personas) crearon 58 decorados para la película.De ellos, unos treinta son de tamaño mediano y diez, francamente grandes.En un momento determinado, según Dorrance, estaban construyéndose a la vez más de 46.000 metros cuadrados.Tres de los decorados más grandes fueron construidos en escenarios de los estudios Raleigh de Budapest; entre ellos, la ya mencionada sala del tribunal de la que Jack y Komarov escapan inicialmente.Después de su demolición, el decorado fue reconstruido en el amplísimo salón de baile del "Hotel Ukrainia".


El interior del decorado, grande como una caverna, ocupa la mayor parte del Estudio 6 de Raleigh y ha sido diseñado, según Dorrance, en un "chillón estilo arquitectónico Rococó". El amplio salón de baile (de 45 x 25 m) está cubierto de falso mármol, habiendo sido cada capa mojada a mano en un baño de varios colores suaves para lograr el efecto de mármol.Veinte pintores, ochenta carpinteros y diez obreros metalúrgicos emplearon ocho semanas en construir un decorado de 450.000 dólares, en estrecha coordinación con los departamentos de efectos especiales y de especialistas.

La sala fue decorada con una araña que se desprende del techo, con sillas y con un piano, mientras que las paredes y las columnas fueron diseñadas con orificios de bala prefijados y rellenos con petardos.Los MacClane acaban escapando de la ensalada de tiros saltando sobre la barra de un bar que cuenta con líneas de corte para la colocación de vidrio astillable.Las ventanas están hechas de vidrio explosivo diseñado para romperse en trozos pequeños, y el techo, revestido con paneles de vidrio, está fabricado en cristal de azúcar de colores. Todo esto se derrumbará encima de los McClane en forma de ducha explosiva –un guiño a la primera película de la serie, en la que vidrio hecho añicos hacia puré los pies descalzos de John–.

Este precioso salón de baile, cuya construcción e iluminación llevó meses, fue sistemáticamente destruido a lo largo de más de una semana de rodaje.Durante un enfrentamiento con Alik, los McClane reciben fuego de un helicóptero que revolotea justo fuera del salón de baile. La intensidad de la destrucción es épica, incluso para una película de La Jungla de Cristal.

Gracias a una afortunada sincronización y a la extraordinaria colaboración del gobierno húngaro, la producción pudo utilizar para la escena uno de los helicópteros de ataque Mi-24 del ejército. El Mi-24, fabricado en Rusia, uno de los más fiables de la antigua fuerza aérea soviética, está siendo puesto en reserva por la fuerza aérea húngara y sustituido paulatinamente por aeronaves procedentes de la OTAN.La producción consiguió acceso a uno de ellos unas pocas semanas antes de la prevista retirada del servicio, y recibió autorización para volar sobre el espacio aéreo de Budapest a unas altitudes máxima y mínima especialmente permitidas.

El supervisor de producción Gabor Varadi actuó de enlace con la fuerza aérea húngara, y le está muy reconocido por permitir excepciones sin precedentes de las normas de vuelo. Dice Varadi que"nos permitieron que el helicóptero volara a unos 50 metros sobre el suelo, aunque el mínimo legal es de unos 275 metros.John Moore quería dejar abiertas las puertas del helicóptero, con los actores sujetos por arneses. Normalmente nunca habrían accedido a estas peticiones.Pero el hecho de que ésta fuera una entrega de La Jungla de Cristaly que Bruce Willis sea probablemente el actor más popular en Hungría nos abrió muchas puertas, además de las del helicóptero".

El riesgo y el miedo a las alturas eran lo que más preocupaba a la actriz Yulia Snigir cuando le dijeron que, más adelante, estaría dentro de un helicóptero con las puertas abiertas, dándose a la fuga sobre los cielos de Budapest.Su primera reacción: De eso, nada.

"Yo tengo miedo a las alturas: padezco una grave acrofobia y ni siquiera puedo asomarme a un balcón", reconoce Snigir. "Me quedé de piedra. Pero fui a mi camerino, me metí en el personaje y salí lista para empezar. Como verán ustedes, mi personaje de Irina es mucho más valiente y más fuerte que yo. Como Yulia, jamás podría haberlo hecho. Pero siendo Irina, no tenía miedo. Resultó una experiencia de lo más asombroso. Pude ver la totalidad del espléndido paisaje urbano Budapest desde el aire, a varios cientos de metros de altura".

Junto con el Mi-24, en la película aparece el helicóptero fabricado en Rusia Mi-26 "Halo" –el helicóptero más grande del mundo, con sus 25 toneladas de peso y su capacidad de transportar otras 25–. (Se dice que sólo otro Mi-26 tiene la potencia suficiente para aerotransportar un Mi-26).La aeronave tiene 38 metros de longitud y una distancia de seguridad en vuelo de 60 metros.Sus motores de 30.000 CV hacen girar ocho rotores, cada uno de los cuales tiene una longitud de 14 metros.Su velocidad máxima es de 250 nudos.

John Moore es un entusiasta de la aeronáutica (tiene ediciones completas de la revista "Air Forces Monthly" en estuches para demostrarlo) y dice: "Ésta es la primera vez que un Mi-26 ha sido visto en una película occidental. Es fantástico poder exhibir este monstruo y hacer con él cosas que jamás se habían intentado".

Si los helicópteros eran la guinda, el pastel propiamente dicho era la antes mencionada persecución de vehículos que consumió casi dos meses y medio de rodaje, y en la que intervinieron cientos de vehículos.Mercedes Benz donó a la producción automóviles y camiones valorados en varios millones de dólares, incluidos tres de los "actores" principales de la persecución: un todoterreno de la serie GL, una furgoneta Sprinter y un Unimog –un robusto vehículo militar y multiusos con un distintivo aspecto europeo–.

La gigantesca empresa se prolongaría a lo largo de todo un verano de rodaje.Hubo doce escenas independientes de carretera, cada una con su propia acrobacia. En realidad,una unidad entera de especialistas compuesta por 190 personas fue creada para rodar los componentes de acción de la persecución, bajo la batuta del director de la segunda unidad, Jonathan Taylor, y del ayudante de dirección Sean Guest.Los diálogos y los primeros planos fueron rodados por la unidad principal.La unidad de especialistas llegó a ser parte del mobiliario urbano de Budapest –volteando camiones, aplastando coches y doblando esquinas a toda velocidad con grandes vehículos–.

Taylor rodó la persecución de automóviles usando varias cámaras en cada toma, colocando objetivos no sólo en los vehículos que llevaban una cámara y en los camiones participantes en la persecución, sino también en los coches que sufren colisiones, en los coches que pasan por la escena, en motocicletas, en ventanas de edificios… ¡en donde fuera!

Apunta Sean Guest: "Fuimos hasta el límite y luego un poco más lejos".

Los vehículos "héroes" –los conducidos por Jack y Komarov (una furgoneta Sprinter) y John McClane (un Unimog y un Mercedes de la clase G)– fueron objeto de especial preocupación.Fueron necesarias distintas variantes de cada vehículo héroe; algunas con caparazones exteriores delanteros especialmente diseñados para los conductores especialistas, que permitían a las cámaras filmar a los actores en las cabinas de los camiones sin obstrucción alguna.

Alik está "dando caza" en el vehículo más diabólico de la carretera:un MRAP (Resistente a las Minas y Antiemboscadas) diseñado para zonas de combate que es capaz de aniquilar cualquier cosa que se le ponga por delante.Los realizadores decidieron desde un principio diseñar y construir el MRAP en vez de comprar versiones ya fabricadas, con el fin de diseñar e incorporar en los vehículos capacidades muy específicas.

El chasis del principal MRAP procede de un camión ZIL de fabricación rusaequipado con un motor Dodge Ram de ocho litros y 500 caballos, un árbol de levas especialmente diseñado, gigantescos amortiguadores todoterreno y neumáticos de competición.Tiene una altura de tres metros, dos y medio de ancho y pesa unas tres toneladas y media. Cuesta 200.000 dólares.

Asegura John Moore que "sus características son asombrosas: va tres veces más rápido que la versión militar. ¡Menuda bestia!"

En un momento dado, McClane intenta alcanzar a los dos vehículos de cabeza lanzándose contra una barrera de seguridad y, literalmente, reptando sobre otros coches.El especialista Larry Ripenkroeger fue el responsable de lograr esta acrobacia, a la que la producción llamó "la escalera de mano para casos de atasco de tráfico".

El propio Willis se puso al volante durante una parte de la escena de la "escalera de mano", conduciendo el Mercedes G a través de enormes tuberías de hormigón e intentando recuperar el control después de que el vehículo girase coleando.

La escena de la "escalera de mano" fue rodada en un sector de "Hungaroring", el circuito de Fórmula 1.La producción consiguió un prolongado alquiler de una amplia zona de hierba para estacionamiento en la parte interior del circuito, que proporcionó un entorno seguro y protegido para algunas de las acrobacias de los vehículos más grandes, las cuales exigían demasiado tiempo y suponían excesivo riesgo para realizarlas en las calles.Se construyó una pista de asfalto de algo más de 100 metros, además de un paso elevado con sus muros colindantes.Éste, a su vez, era aledaño a la pantalla verde más grande jamás montada: 228 metros de largo por 14 de alto. "Se puede ver desde el espacio", dice Dan Dorrance bromeando.

La gigantesca pantalla verde permitió al departamento de efectos visuales especiales añadir imágenes de fondo delperfil y del tráfico de Moscú.Aunque Budapest hizo un trabajo fantástico encarnando a la otra ciudad, según afirman los productores, hay ciertos rasgos de la capital rusa que no pueden ser falseados.

Lo que le faltaba a Budapest de las dimensiones y el tamaño de Moscú, lo compensó con su belleza y su fascinante arquitectura.La producción rodó en 32 exteriores prácticos, utilizando varios de los monumentos históricos y las plazas públicas más destacados de la ciudad, incluida la pintoresca Avenida Andrassy, de inspiración parisina; el puente de Isabel y la popular parada turística de la Plaza de los Héroes ("Hosok Ter"), adornada con grandes estatuas de las figuras históricas más emblemáticas de Hungría.

La Plaza de los Héroes sirve de entrada a un enorme parquey está enmarcada por dos de los museos más renombrados del país.Uno de ellos, el Museo de Bellas Artes, hace el papel de exterior de la sala de justicia donde Komarov y Jack McClane tienen que enfrentarse a sus cargos. La escena es caótica y volátil, pues cientos de manifestantes han acudido a escupir veneno contra Komarov por sus supuestos delitos contra el estado.Auténticos agentes de policía y personal militar de Budapest son utilizados en la escena como extras, junto con docenas de vehículos policiales,carros de combate, banderas y pancartas de protesta.

A la producción se le concedió un acceso sin precedentes al Aeropuerto Franz Liszt de Budapest (que dobla al neoyorquino de La Guardia) para una escena en la que aparece Mary Elizabeth Winstead, repitiendo su papel de la hija de John, Lucy McClane.

"En cierta medida tengo la sensación de que fue ayer cuando rodamos La Jungla 4.0y hasta cierto punto me parece que ha pasado toda una vida", dice Winstead. "En la película anterior se mencionaba al hermano de Lucy¡y ahora me emociona conocerle bajo el aspecto de Jai! También me gusta la forma del diálogo –un tanto críptico– entre John y Lucy porque así son muchas familias. Tienden a sortear cosas que son emocionalmente difíciles o dolorosas".

Si bien casi todos los exteriores de la película están en Budapest, la producción tuvo que desplazarse a casi una hora fuera de la ciudad para hallar el decorado más grande e intrigante de todos: Chernobyl.Una antigua base militar soviética en la aldea de Kiskunlachaza, abandonada después del hundimiento de la URSS, proporcionó el debidamente espeluznante paisaje.

La escalofriante instalación, en avanzado estado de deterioro, fue caracterizada por el equipo artístico de Dorrance con estatuas y murales soviéticos pintados en los costados de edificios de hormigón que se caían a pedazos.Carros de combate, jeeps y camiones militares alquilados están esparcidos por el terreno.Además de añadir una gran fachada a un edificio, el departamento artístico extendió una gran pista de hormigón para que sirviera de plataforma de aterrizaje para el helicóptero Mi-26, que tiene un papel clave en la escena final.

Tanto el reparto como el equipo técnico se quedaron sobrecogidos por el decorado de Chernobyl cuando llegaron en la tarde del 23 de junio para la primera de las ocho sesiones nocturnas de rodaje no consecutivas."Es increíble. Nunca había experimentado nada parecido", asegura Sebastian Koch. "El decorado da una sensación de tanta desolación y escalofrío que no es posible dejar de imaginar que hemos vuelto a ese lugar y a esa época".

La finalidad del Mi-26 es la de servir de vehículo de huida para Alik y sus matones, pero los McClane han pensado otra cosa.Hacer volar y aterrizar al monstruoso helicóptero exigía una tripulación de seis personas, y no es posible apreciar por completo el sonido y la furia que crea hasta que uno se encuentra a unos cien metros de distancia.

El "Halo" se obtuvo en régimen de préstamo en la república de Bielorrusia. El transporte del fuselaje a través de las fronteras de Bielorrusia, Ucrania y Hungría, con la inmensa cantidad de permisos y burocracia necesarios, fue en sí mismo una aventura.Resumiendo: seis meses de planificación, una semana de lento y tortuoso viaje en un vehículo ancho por carreteras con escolta policial; un recorrido de 1.300 kilómetros y varias veces a punto de chocar con puentes bajos.

Evitando la actividad que rodea al Mi-26, los McClane se dirigen al edificio del banco y desaparecen escalera de mano arriba hacia al piso superior. Cuando Bruce y Jai aparecen acto seguido en el tejado del banco, han sido transportados instantáneamente, gracias a la magia del cine, a un decorado totalmente diferente de los Estudios Raleigh, a 80kilómetros de distancia.La escena de Chernobyl exigía, en efecto, tres elementos de gran tamaño diseñados para parecer perfectamente conectados: la base militar de Kiskunlachaza, el decorado exterior del techo, en Raleigh, y el del interior del banco, construido en el Estudio 4.Este último fue la transformación de lo que había sido la sala del tribunal, aunque con elementos arquitectónicos y de diseño añadidos.

El interior del banco es el mayor y más interesante de los decorados de interiores de la película, con sus 90 metros de largo por 18 de alto.Ocupando dos estudios de sonido enteros, incluía una fachada, un vestíbulo grande como una caverna, una gran puerta circular de acero, una sala de cajas de seguridad, así como una puerta oculta y una cámara acorazada secreta cubierta de estanterías y cajas metálicas.El oxidado y tosco interior metálico de la cámara da a la escena un aspecto escalofriante de ciencia ficción.

"Gran parte de la arquitectura soviética se asocia con imágenes populares de ciencia ficción, con su diseño sencillo y racionalizado, su estética funcional y su gran escala", afirma Dorrance. "Este espacio debe parecer que no ha sido tocado en 30 años, como un recordatorio que presagia contaminación".

Dorrance y la decoradora Jille Azis adoraron el vestíbulo principal, de 25 x 25 metros, con viejas máquinas de escribir, archivadores metálicos, clásicas sillas giratorias de escritorio y lámparas de los años 70.Azis obtuvo las piezas soviéticas en el Reino Unido, Austria y Hungría; dando, especialmente, una batida por el rastro de Budapest, que sigue siendo un buen sitio para objetos de interés de la época comunista.Incluso hallaron cajas metálicas de seguridad de los años 80 procedentes de sitios tan lejanos como Oklahoma, donde un caballero estaba vaciando un viejo banco y las vendía poreBay.

Habla el productor Wyck Godfrey:"Dan y John han colaborado maravillosamente en todos estos decorados, captando la vibración emocional de la escena mediante el diseño de la producción. El interior del banco, por ejemplo, transmite una sensación de terror impenetrable –¿qué podríamos hallar aquí?– dotando a toda la escena del ambiente de una película de terror. El decorado del techo, construido justamente fuera de este estudio, parece poder venirse abajo en cualquier momento".

El techo del banco fue la ubicación principal de la última semana de rodaje, realizado todo él de noche, cuando todo el argumento llega a su punto culminante en una tormenta de fuego con ataques de helicópteros, explosiones, tiroteos y el heroísmo de McClane, marca de la casa.

Cuando la producción de tan ingente proyecto llegó a su fin, los realizadores hicieron un alto para reflexionar sobre el impacto personal y duradero dela primera Jungla de Cristal. Los productores Alex Young y Wyck Godfrey guardan intensos recuerdos de cuando vieron la película, paralizados, en una sala oscura y sobrecogidos por lo que aparecía en la pantalla.

"Yo estaba con dos amigos en Johnson City (Tennessee)y nunca habíamos visto nada parecido", recuerda Godfrey. "Inmediatamente nos pusimos de nuevo en la cola y volvimos a verla".

Young tuvo una experiencia semejante.Acababa de terminar el instituto y, por casualidad, se encontraba trabajando en Tulsa durante el verano de 1988. "Anunciaban la que la película era en 70mm, lo que era inusitado. Conseguí llevar mi viejo y desvencijado coche al centro comercial y me quedé allí sentado, hipnotizado, totalmente anonadado".Como Godfrey, Young volvió inmediatamente a la cola para verla de nuevo.

"Es una de las mejores películas americanas jamás realizadas. La veo cada vez que la proyectan. Ejerce una gran influencia sobre mí. Yo quería ser John McClane y sigo queriéndolo".