En 2001, el último día de la reunión del G8 en Génova, justo antes de medianoche, más de 300 policías asaltaron la escuela Diaz buscando manifestantes. Dentro de la escuela se encontraban 90 activistas, la mayoría estudiantes europeos, y un grupo de periodistas extranjeros, todos ellos preparándose para pasar allí la noche. Cuando la policía irrumpió, los jóvenes manifestantes levantaron las manos en señal de rendición. Impertérritos, los oficiales descargaron una violencia calculada y frenética, golpeando indiscriminadamente a jóvenes y mayores, hombres y mujeres.
Diaz-No limpiéis esta sangre, reconstruye los hechos de esos terribles días desde el punto de vista de la policía, los manifestantes, las victimas y los periodistas que se vieron atrapados en la tragedia para analizar como la frustración puede explotar en violencia cruda e incontrolada. La forma de rodar de Vicari, visceral, dinámica, lanza al espectador al oscuro corazón de la política y nos recuerda mediante la inclusión de imágenes reales que puede que esta sea una película, pero no es ficción.
Sinopsis larga
En 2001, en el último día de la reunión del G8 en Génova, justo antes de la medianoche, más de 300 policías asaltaron la escuela Díaz en busca de manifestantes. En la que se llegó a conocer como la noche de los voluntarios, la fuerza masiva fue liderada por una unidad especial de los Carabinieri, que acordonó el edificio.
Dentro de la escuela se hallaban 90 activistas, la mayoría de varias partes de Europa, junto a un puñado de periodistas extranjeros que se preparaban para pasar la noche durmiendo en los suelos de la escuela. Cuando la policía irrumpió en la escuela los manifestante levantaron las manos en señal de rendición. Sin inmutarse, los oficiales descargaron una calculada y frenética violencia, golpeando a jóvenes y mayores, hombres y mujeres, indiscriminadamente. El comandante Fournier lo describiría más tarde como un matadero mejicano.
Los activistas, heridos gravemente, fueron trasladados al hospital en ambulancias, pero poco después fueron llevados a los barracones de la policía de Bolzaneto para unirse a los que habían sido detenidos, dónde fueron sometidos a más abusos y degradaciones.
Un portavoz de la policía declaró en una conferencia de prensa que los 63 informes médicos elaborados se referían a lesiones pasadas. Muchos de los presuntos integrantes del bloque negro solo descubrieron que estaban detenidos mientras estaban en el hospital, por conspiración para destruir la propiedad, pillaje, resistencia a la autoridad y posesión ilegal de armas. Después de varios días de detención, los prisioneros fueron liberados, y los que no eran ciudadanos italianos fueron deportados acusados de terrorismo.
Diaz-No limpiéis esta sangre, reconstruye los hechos de esos días terribles desde el punto de vista de la policía, los protestantes, las víctimas y los periodistas que se vieron atrapados en tragedia para analizar como la frustración puede explotar en violencia cruda e incontrolada. El rodaje visceral y dinámico de Vicari arroja al espectador al oscuro corazón de la política y le recuerda a través de escenas reales que esto puede que sea una película, pero no es ficción.