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Memorias de un zombie adolescente cartel reducidoMemorias de un zombie adolescente(Warm Bodies)
Dirigida por Jonathan Levine
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MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE inició su andadura como un relato corto online de siete páginas titulado "I am a Zombie Filled with Love (Soy un zombi lleno de amor)", que atrajo a un amplio público a través de Internet y llevó a su autor, Isaac Marion, tras recibir el ánimo de sus lectores, a ampliarlo hasta convertirlo en su novela de debut de 2010, "R y Julie". Su ópera prima, descrita como un "romance zombi" por la publicación Seattle Post Intelligencer, con alusiones incluidas a los amantes "Romeo y Julieta" de Shakespeare, cautivó a la productora Bruna Papandrea ("Mi nombre es Harvey Milk", "All Good Things").

"Estaba escrito con un estilo muy elegante y precioso", afirma Papandrea, que, por recomendación de un amigo, se hizo con el libro antes de que se publicara y se lo leyó de cabo a rabo durante un vuelo. "Poseía una gran fuerza y mucho carácter. Pese a tratarse de una obra de género, era una historia increíblemente emotiva, centrada fundamentalmente en los personajes".

Papandrea, que acababa de poner en marcha su propia productora, Make Movies, se puso de inmediato a hacerse con los derechos cinematográficos y, tres días después, se encontraba en la ciudad natal de Marion, Seattle, para reunirse con el escritor. Al poco tiempo, envió el manuscrito a sus contactos más cercanos de los estudios, entre los que se encontraba Erik Feig, ejecutivo de producción de Summit Entertainment.

"Fue un tanto asombroso lo rápido que respondieron", recuerda Papandrea. "A las pocas semanas, me dijeron que querían hacer la película y que estaban adquiriendo los derechos del libro".

En parte, a Papandrea y los demás les atraía de la novela su descripción de un mundo pos-apocalíptico visto desde el punto de vista de los propios zombis.

"No había visto nunca a nadie tratar a estas criaturas como individuos, algo que ofreciera una perspectiva", comenta Marion. "Siempre los usan como atrezo, de fondo, que vienen a por los personajes humanos. Son anónimos y sin mente propia".

En vez de la típica representación en blanco y negro, todo o nada, humano o zombi, del conflicto entre los vivos y los muertos vivientes, Marion optó por explorar las zonas grises intermedias: cómo una persona se convierte en zombi y luego vuelve a ser humano. "Ese concepto me resultaba realmente fascinante", observa el autor.

Curiosamente, Marion asegura que su novela no solamente era personal, sino incluso un poco autobiográfica. "A medida que iba desarrollando la historia, empecé a notar paralelismos con lo que estaba pasando en mi vida por aquel entonces", explica. "Estaba terminando una época en la que me sentía muy distante emocionalmente, cínico, llevando una vida muy anodina. Se convirtió en una metáfora muy poco velada del proceso por el que pasé".

Con Summit ya incorporada al proyecto, Papandrea decidió abordar a continuación al guionista y director Jonathan Levine ("50/50", "The Wackness"), cuya reticencia inicial a realizar una película basada en una novela para jóvenes adultos menguó cuando pudo comprobar por sí mismo lo creativo que era el libro.

"Me identifiqué con el protagonista, y lo cierto es que el libro que escribió Isaac me permitía hacer verdaderas florituras como director y usar un estilo agresivo", sostiene Levine. "Me sentí entusiasmado ante la posibilidad de ser un poco creativo visualmente, y además era un excelente estudio de personajes. Es una aventura. Es un romance. Tiene elementos de comedia. Tiene elementos de terror".

Levine, en estrecha colaboración con Marion, se puso a escribir el guión de la película. Explica que vio la relación amorosa entre R y Julie, que constituye la base de la historia, como una mezcla entre "Romeo y Julieta" y "Frankenstein".

"Para mí, el arco argumental de la relación entre ambos era lo más importante que tenía que conseguir plasmar correctamente como director —el tira y afloja entre chicos y chicas, la forma que tienen de empezar las relaciones, con los nervios iniciales, quizá incluso con algo de rechazo, para luego acabar uniéndose", explica.

Para el productor Todd Lieberman ("The Fighter", "La proposición"), Levine fue una gran elección para dirigir la película. "Es un filme del género de los zombis, hay una historia de amor, pero también tiene un cierto tono humorístico, único, autorreferente y consciente de sí mismo", observa. "Jonathan está hecho a medida para algo así".

En cuanto a los temas más profundos de la película, el equipo de realización señala que sigue la tradición del cine de zombis, en el que se suele aprovechar el género para realizar comentario social, incluido el propio clásico de George A. Romero "La noche de los muertos vivientes", pero con ciertos giros clave para que resulte especialmente original.

"El tema principal de la obra es que la gente ha olvidado lo que significa ser humano y, a través de la interacción de estos dos personajes, otras personas redescubren lo que significa ser humano", plantea Levine. "No sólo los zombis, sino también los humanos".

Pese a la existencia de los llamados "huesudos" (un tipo más avanzado de zombi que ha llegado a un punto en que ya es irrecuperable), MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE también tiene menos sangre y tripas, y menos desmembramientos, que muchas otras películas de su género.

"La verdad es que ni siquiera la veo como una película de zombis", confiesa Levine. "La veo como una película de monstruos, que se convierte en una historia de amor. Estamos operando dentro de la mitología de los zombis, pero estamos utilizando dicha mitología como un medio para alcanzar un fin, como recurso conveniente para referirnos en realidad a otra cosa".

Parte de todo esto empieza por el concepto asombrosamente original —que servirá como recurso recurrente a lo largo de la historia— de hacer que los zombis revivan los recuerdos de sus víctimas humanas al devorar sus sesos. Concretamente, R se enamora de Julie al revivir los recuerdos de su novio, Perry, tras ingerir los sesos de este.

"Es una forma increíblemente original de enamorarse de alguien", afirma Papandrea.

A la hora de elegir el reparto de la película, el equipo de realización decidió reunir una mezcla de actores veteranos con relativos recién llegados. Para el papel del galán muerto viviente R, escogieron al actor británico Nicholas Hoult ("Un niño grande", "Un hombre soltero"), tras ver su trabajo en el pionero drama británico de televisión "Skins".

"Estaba sensacional, su interpretación tenía mucha fuerza", asegura Papandrea sobre la labor de Hoult en "Skins". "Su rostro y sus gestos poseían una intensidad extraordinaria".

Por su parte, Hoult observa que le atrajo el reto que suponía su papel.

"Me resultaba interesante la idea de interpretar a este zombi por el que tengo que intentar conseguir que los espectadores se preocupen y apoyen", sostiene. "En el guión, su voz en off quedaba muy divertida y elocuente, así que también poseía cierto encanto y humor".

Hoult, que encontró el libro de Marion "una lectura fantástica" y la adaptación de Levine "verdaderamente apasionante", describe el personaje de R como un zombi que se siente atrapado y solitario, deambulando torpemente por el aeropuerto abandonado que se ha convertido en su hogar y deseando encontrar algo con lo que su vida cobre más sentido.

"Lo más fascinante de R es su necesidad de conectar con alguien", explica Hoult. "Quiere conectar con los demás zombis del aeropuerto, pese a que realmente no tienen nada que decirle y ni siquiera puede decir sus nombres. Quiere conectar con Julie y quiere sentirse vivo. Ese es uno de los instintos más humanos que hay, querer sentirse parte de algo y conectar con otro humano".

Uno de los retos del papel era el hecho de que, al menos inicialmente, R no puede expresarse con palabras, condición que va cambiando poco a poco a medida que avanza la historia.

"Buena parte del tiempo tuve que comunicarme simplemente a través de movimientos, mis ojos, las cosas que hago o los discos que R le pone a Julie", apunta Hoult. "La idea de no poder decir lo que estás pensando era algo que me resultaba fascinante. Te obliga a pensar de una forma ligeramente distinta a como lo harías normalmente".

Para el papel del interés romántico humano de R, Julie Grigio, el equipo de realización eligió a la actriz australiana Teresa Palmer ("Soy el número cuatro") entre una lista de cinco candidatas que habían conseguido llegar hasta el final del proceso de selección y hacer una prueba con Hoult.

"Las actrices australianas tienen algo especial, una cierta fuerza y confianza", afirma Papandrea, que también es australiana. "Allí tienen un enfoque muy directo, ligeramente distinto de Estados Unidos. Es difícil encontrar a una chica que sea joven, muy guapa y algo vulnerable, pero a la vez posea una gran garra y pasión".

Esas cualidades prepararon a la perfección a Palmer para interpretar el papel de Julie.

"Es una luchadora", aporta Palmer sobre su personaje. "Es fuerte y posee una energía asombrosa. Está llena de vida; tiene mucho espíritu y un gran corazón. Su situación se ha vuelto muy dramática desde que perdió a su madre a manos de un zombi. Se siente muy desdichada. Entonces conoce a R. Él le devuelve las ganas de vivir. Se enamoran, y así recuerda cómo puede ser la vida y recupera la esperanza, que es algo maravilloso".

Pero lo de Julie y R, que se conocen en circunstancias de lo más violentas, no fue amor a primera vista. Cuando R salva a Julie de los demás zombis y la lleva a su guarida en un viejo avión del aeropuerto abandonado, Julie piensa que simplemente la está reservando para comérsela más adelante. Pero empieza a ablandarse cuando R comienza a cuidar de ella, llevándole mantas y comida. Y así se van sembrando las semillas de este insólito romance.

Aunque Marion insiste en que la película no es "Romeo y Julieta" con zombis, reconoce que el clásico de Shakespeare determinó parte del mensaje de fondo de la película. Hay incluso una escena en un balcón y —en lo que seguramente sea algo que no se ha hecho nunca en este género— un romántico beso entre R y Julie, la humana objeto de deseo de nuestro zombi protagonista.

Levine reconoce que la escena del balcón es un guiño a "Romeo y Julieta" y comenta que fue divertida de rodar, aunque tenía ciertas dudas acerca de ella: "Era una escena con la que no acababa de estar muy convencido, la verdad, porque llega en un momento del guión en el que nos encontramos realizando una transición de la primera a la segunda mitad de la película, que es un poco más cómica. Era un cambio de tono que siempre me preocupó. Pero ahora lo veo y estoy encantado con él".

Para el papel del general Grigio, el frío y dogmático padre de Julie, y líder de los supervivientes humanos, los responsables del proyecto quedaron encantados de poder contar con John Malkovich ("Las amistades peligrosas", "Cómo ser John Malkovich") para interpretarlo. "Es un papel menor, en comparación con los restantes papeles principales de la película, pero a la vez es increíblemente importante", asegura Papandrea. "Necesitábamos claramente a alguien que impusiera simplemente con su presencia. La verdad es que no podría imaginarme a nadie más que pudiera interpretar ese papel".

Por su parte, Malkovich comenta que le atrajo la forma de narrar de la película. "Me gustaban en especial los dos protagonistas principales y la manera de desarrollarse la historia. A la hora de escribir el guión basado en la novela, se seguía adoptando un estilo muy novelístico que me gustó".

Aunque el actor mantuvo una cierta dinámica de padre/hija con Palmer tras las cámaras, Malkovich observa que el general y Julie mantienen posturas totalmente contrapuestas ante las cámaras. "Aumenta la presión sobre Julie y lo que siente y piensa, porque su padre está a cargo de exterminar al grupo al que precisamente pertenece el objeto de su afecto".

Pero incluso el general Grigio acaba por cambiar. "Eso sucede en realidad en los últimos instantes de la película", explica Levine. "Es una conversión súbita, que se produce a raíz de algo que ve que no había visto nunca".

El equipo de realización decidió recurrir a Rob Corddry ("Jacuzzi al pasado"), veterano del popular programa de la televisión estadounidense "Las noticias de Jon Stewart", para interpretar al personaje de M, el mejor amigo de R, al que Levine describe como uno de los papeles más importantes del filme. "M es, en muchos aspectos, el corazón de la película", asegura Levine. "El cambio de R es lo que desencadena todo, pero el cambio de M es representativo del de todos los demás".

Para Corddry, que también había leído la novela de Marion, el papel de M era mucho más interesante que el típico papel de "mejor amigo". "Esos tipos no suelen servir más que como simples recursos de la trama", sentencia Corddry. "Yo tengo ocasión de cambiar. Tal vez sea el único mejor amigo de la historia del cine que sigue su propia trayectoria".

Paradójicamente, era precisamente la simplicidad del papel lo que más preocupaba a Corddry en un principio. Al actor le gusta prepararse concienzudamente con todos los antecedentes del personaje para evitar las preocupaciones. "Si considero que tengo suficiente trasfondo, no voy a preocuparme cuando me ponga a rodar", aclara Corddry. "Pero esta vez no podía hacer nada de eso. Tenía que prepararme sobre la marcha. Esta película me ha servido como ejercicio sobre cómo estar completamente presente siempre que las cámaras se ponen en marcha".

Palmer sostiene que el personaje de Corddry, aunque sea adorable y muy divertido, también tiene aspectos muy complejos. "Es el más sexual de los zombis que llegamos a conocer", explica. "Quiere comer humanos y no entiende lo que le está pasando. No acaba de asimilar que R haya tomado a esa chica humana como rehén y se esté enamorando de ella. Lo encuentra absurdo y extraño, pero quiere a R, así que decide dejarle seguir adelante con ello. También hay algo de envidia, en un determinado momento".

Dave Franco ("Infiltrados en clase", "Supersalidos") interpreta el papel de Perry, novio del instituto de Julie, que acaba convertido en almuerzo de R al principio de la película. Papandrea comenta que, en muchos aspectos, el actor fue el mayor descubrimiento de la película.

"Está empezando a darse a conocer", observa sobre Franco, que es el hermano pequeño del actor James Franco ("127 horas", "Spider-Man"). "Ilumina la pantalla y da gusto estar con él. Es muy curioso, como actor y como persona. Creo que eso es algo que puede percibirse en el personaje de Perry".

"Tiene que causar un gran impacto en muy poco tiempo y la verdad es que lo consigue", prosigue Levine. "Es tan encantador y agradable, con tanto talento, que deja una impresión que dura el resto de la película".

Perry empieza como un joven ingenuo que está locamente enamorado de Julie, pero luego se obsesiona con matar zombis, después de verlos matar a su padre. Aunque Perry no dura mucho, sus recuerdos de su amor condenado por Julie, experimentados de segunda mano por R, suponen un hilo conductor fundamental del filme.

"La verdad es que muero en los diez primeros minutos de la película y el resto de mi historia se va descubriendo por medio de flashbacks", explica Franco. "Afecta a la relación de R con Julie. Desde el principio, estamos locamente enamorados el uno del otro y estamos pasando por todo esto juntos. Al final, Perry pierde todo eso completamente de vista, porque está obsesionado, y su relación empieza a desintegrarse".

Franco especula que tal vez Julie se sienta atraída por R porque ve algo de Perry en él. "Creo que le recuerda cómo era Perry al principio, esa relación sumamente dulce e inocente", postula.

Por último, para el papel de la mejor amiga de Julie, Nora, el equipo de realización eligió a Analeigh Tipton ("Crazy, Stupid, Love", "The Green Hornet"), decisión que contaba con todo el apoyo del productor Todd Lieberman.

"Analeigh me dejó pasmado en ‘Crazy, Stupid, Love’", afirma. "Fue de lo más destacado de esa película. Encontrar a una consumada actriz de comedia de esa edad no es nada fácil. Analeigh llegó a hacer la prueba para su papel y lo clavó".

La actriz, por su parte, comenta que su personaje es "la mar de divertida", que combina el ingenio con un don para matar zombis. Y también sirve para ofrecer una especie de contrapunto pragmático a las tendencias románticas de Julie.

"Cuando Nora descubre que Julie se ha enamorado de un zombi, le da un ataque", explica Tipton. "Como a cualquier buena amiga, le preocupa que su mejor amiga se esté enamorando de alguien que podría comerse sus sesos. Pero acaba dejándose convencer, porque confía en Julie".

Tipton cree que el modo de actuar de Nora puede ser a veces una forma de auto-conservación. "Aborda las situaciones con humor cáustico en lugar de afrontarlas de verdad —o sus sentimientos", sugiere la actriz. "Intenta restarle importancia a todo. Es muy fuerte y nada le importa. Es algo divertido, comportarse de esa manera, sobre todo para un personaje femenino".

Con el reparto ya reunido, los responsables del proyecto tuvieron que ponerse a localizar tres escenarios fundamentales para rodar la película: el aeropuerto abandonado donde viven R y otros zombis; la Zona Verde amurallada, donde vive el general, y la Zona Muerta, más allá de las murallas.

Encontrar un lugar con un aeropuerto abandonado parecía algo complicado pero, con la ayuda de Andi Isaacs, jefe de producción física de Summit, consiguieron encontrar todo lo que buscaban en una misma ciudad: Montreal.

Papandrea recuerda que el equipo apenas se podía creer la suerte que tuvieron al poder acceder a todo el aeropuerto abandonado, que se llamaba Mirabel. "Entre todos nosotros, ninguno había visto jamás un exterior que aportara tanto valor a una película. Encajaba a la perfección con el filme que pretendíamos hacer. Además, tenía un aire muy inquietante, de abandono, que resulta estupendo para el género".

Había ciertas restricciones para rodar, ya que, aunque Mirabel ya no fuera un aeropuerto de viajeros, todavía quedaban aviones de carga que lo usaban. Pero, aparte de eso, estaba prácticamente abandonado desde hacía media docena de años, igual que el aeropuerto ficticio de la película.

En cuanto al nombre que debían darle al aeropuerto, el equipo de realización decidió en un primer momento bautizarlo como Aeropuerto Internacional Barack Obama, e incluso empezaron el proceso de conseguir la autorización para dicho nombre de la Casa Blanca, pero después se lo pensaron mejor y llegaron a la conclusión de que era demasiado obvio, por lo que optaron en su lugar por llamarlo Aeropuerto Internacional Isaac Marion, "en honor a nuestro genial novelista", declara Levine.

Las otras dos localizaciones principales eran la Zona Verde y la Zona Muerta, que están separadas por un inmenso muro erigido por el general Grigio para mantener a los zombis lejos de los humanos. Levine atribuye al diseñador de producción Martin Whist ("Super 8", "Monstruoso (Cloverfield)") la creación de estos dos mundos de tal manera que consiguió que la película pareciera tener el doble del presupuesto que tenía realmente.

"El contraste a cada lado del muro es muy grande", explica Whist. "Una vez dentro de la Zona Verde, que se encuentra en el casco antiguo de Montreal, las cosas se ven más limpias, y se pueden apreciar indicios de una sociedad que intenta sustentarse. Dentro de la Zona Verde, es un estado cuasi-militar; son unos obsesos por la supervivencia".

También había ganado en la Zona Verde, en forma de vacas y cabras, algo que se convirtió en toda una curiosidad para los lugareños.

"Este es el tipo de cosas sobre las que hay que documentarse cuando intentas crear una historia pos-apocalíptica", explica el productor ejecutivo Nicolas Stern. "¿Cómo sobrevive esta gente? ¿De dónde sacan su comida, energía y agua? Esa es la clase de cosas a las que Jonathan y el diseñador de producción se tiraron meses y meses dándole vueltas".

Otros lugares clave dentro de la Zona Verde eran el Club Mount Stephen, ricamente decorado, en el centro de Montreal, aunque a cierta distancia del casco antiguo, que hace las veces del hogar del general Grigio, y una iglesia, que era en realidad parte de un antiguo monasterio situado a las afueras de Montreal, en los Montes Laurentinos.

"Es un exterior asombroso, se eligió por la increíble arquitectura del lugar", explica Stern. "En esta película, utilizamos muchos espacios amplios y abiertos. Ponemos en ellos pequeños grupos de personas para transmitir la sensación de que realmente no queda mucha gente en nuestro mundo".

En ciertos momentos del rodaje, el equipo de realización tuvo que pedir que cerraran partes enteras de Montreal, zonas en torno al puerto antiguo, en el casco antiguo y en el distrito financiero. "Estamos hablando de amplias manzanas, con grandes vistas y secciones enteras de la comunidad", explica Stern. "Se mostraron muy atentos y serviciales en ese aspecto".

En cuanto a la Zona Muerta, la peligrosa zona más allá de los muros por donde los zombis vagan libremente, Whist y su equipo llevaron plantas y tierra para cubrir el suelo, que utilizaron para mostrar visualmente el paso del tiempo, a medida que la naturaleza iba recuperando los restos de civilización. Pero también quedan señales de los disturbios y la agitación que se produjeron al estallar la plaga que acabó con la civilización, concretamente pintadas con conciencia social. Dado que cubrir de grafitis las paredes de los edificios históricos que flanquean las calles del casco antiguo de Montreal era evidentemente impensable, Whist y su equipo recubrieron las paredes con un material plástico transparente que se ceñía a los contornos de la piedra al calentarlo. "Luego realizamos nuestras pintadas sobre ese material, de modo que parece que el grafiti está directamente sobre la piedra", explica Whist.

El equipo reclutó a grafiteros de Los Ángeles y Montreal para crear el aspecto de mundo pos-apocalíptico, e incluso se pusieron en contacto con el conocido diseñador gráfico Shepard Fairey para copiar el estilo de una de sus obras más famosas, "Andre the Giant Has a Posse". Fairey se lo permitió y el equipo utilizó la imagen, sustituyendo a André el Gigante por un huesudo y la palabra "obedecer" por "rezar".

"Poder usar algo tan representativo, especialmente en el mundo del arte callejero, es fantástico", afirma Whist. "Dota de legitimidad y conecta nuestro trabajo con el mundo real. Creamos toda una biblioteca de arte callejero y grafiti, que he estado usando de un exterior a otro".

En cuanto al propio muro, el supervisor de efectos visuales Dan Schrecker ("Sin límites (Limitless)", "Réquiem por un sueño") y su equipo se valieron de la infografía para hacerlo más larga y más alto de lo que era físicamente posible construir.

Levine atribuye al director de fotografía Javier Aguirresarobe, ASC ("Vicky Cristina Barcelona", "La carretera (The Road)", "Los otros") buena parte del mérito de convertir MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE en una película visualmente impresionante.

"Javier es un artista visual brillante", asegura el director. "Pero, además, lo estupendo de Javier es que tiene mucho sentimiento y mucho corazón, y conecta con el sentimiento y el corazón de la película".

Aguirresarobe consiguió incluso hacer que las escenas en las que se devoraban sesos resultaran visualmente atractivas. "Es un momento ligeramente violento de la película, en el que R le está abriendo el cráneo a Perry, pero está filmado maravillosamente", sostiene Hoult. "Tal como Javier lo encuadra e ilumina todo, queda fantástico, hasta los aspectos más horripilantes siguen teniendo algo muy cinematográfico".

Otro elemento que aporta un toque surrealista a la película son los numerosos flashbacks que R experimenta a medida que va comiéndose los sesos de Perry, que lleva guardados en el bolsillo.

"A menudo vemos cosas desde el punto de vista de Perry o desde detrás de Perry", explica Stephen Woolfenden ("Harry Potter"), director de la segunda unidad, que filmó parte del metraje de esos flashbacks, ciñéndose a menudo a las indicaciones sumamente concretas recogidas en el guión de Levine sobre rodar apuntando al sol, para provocar destellos con los que conseguir un efecto abstracto.

"Hemos intentado conseguir tantos destellos como nos ha sido posible en esta ocasión", confiesa Levine. "Me gusta la idea de distorsionar en cierto modo la imagen. Y eso es algo que los destellos de luz hacen estupendamente".

Como parte de la paleta visual del filme, Aguirresarobe ideó un aspecto muy específico para las escenas rodadas de noche. "El aspecto de nuestras escenas nocturnas es fantástico", afirma Levine. "Ha creado una paleta maravillosa para ellas —un poco azul, un poco verde. Es muy bonito. Me encanta la fluorescencia parpadeante del aeropuerto, la oscuridad del metro y del estadio, y todos esos gigantescos lugares abandonados, iluminados de formas muy expresionistas, que tienen sentido por la clase de mundo en que nos encontramos".

Naturalmente, para conseguir una buena película de monstruos hace falta contar con buenos monstruos. Las criaturas más temibles de MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE, los huesudos, se crearon mediante infografía y especialistas con trajes de tecnología de motion capture (captura de movimientos). Levine comenta que usar infografía le proporcionó una libertad de la que no había disfrutado nunca antes.

"Lo estupendo de la infografía es que no sólo te permite crear estos personajes, sino que también te permite hacer estilísticamente cosas a las que creo que la gente no está sacando ni remotamente el suficiente provecho. Cuando nos metemos en los sueños de R, por ejemplo, realizamos transiciones surrealistas. Nada más empezar la película, en los diez primeros minutos, más o menos, hay un montón de infografía muy interesante y elegante, que sirve para contar la historia de una manera que nadie había visto nunca. Es una herramienta con la que no había podido contar nunca hasta ahora. Permite que el proceso de montaje pueda ser tan creativo como el propio proceso de rodaje".

A la hora de crear a los zombis, Levine comenta que el equipo evitó un aspecto con exceso de casquería, valiéndose más bien como referencia de cosas como fotos de la época de la Gran Depresión o imágenes de mineros del carbón, en vez de usar como inspiración referencias más tradicionales del cine de zombis.

"Queríamos hacer una película atractiva para todas las edades, así que por fuerza no podíamos meternos en el tipo de cosas divertidas que hacen otras películas de zombis", explica Levine, agregando que el proceso de diseñar el aspecto tanto de los zombis normales como de los huesudos fue bastante largo, y se inició muy pronto, durante la preproducción. "Teníamos a gente haciendo esbozos, a artistas sacando imágenes de Nick Hoult de ‘Skins’ o ‘X-Men: Primera generación’, para ponerse a retocarlas y jugar con ellas", recuerda Levine. "Después de mucho trabajar internamente con ellas, se las llevábamos al estudio y realizábamos pruebas de maquillaje".

Pero ese no fue más que uno de los numerosos retos que el equipo de realización tuvo que superar a lo largo de la producción, entre los que destaca por derecho propio el frío clima canadiense. Dado que el rodaje se prolongó hasta bien entrado noviembre, algunos de los actores de MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE acabaron en algunas escenas casi muertos de frío, sobre todo en aquellas que se desarrollaban al aire libre, o en la terminal del aeropuerto, donde no había ningún tipo de calefacción. Palmer recuerda concretamente una escena en la que unos actores conducían un carrito portaequipajes.

"Estábamos como a cero grados, todos teníamos parches térmicos y llevábamos mil capas de ropa", recuerda la actriz. "Justo antes de rodar, le pregunté a Jonathan Levine: ‘¿Qué temperatura se supone que hace en realidad en la película?’. Y me respondió: ‘Es una noche cálida. Hace más bien calor’. ¿Cómo se suponía que íbamos a fingir eso? Hacía tanto frío que ni siquiera me salían algunas de mis líneas".

Más extremas aún fueron las condiciones durante la escena culminante de la fuente entre Hoult y Palmer. Al principio, el agua estaba caliente pero, hacia el final del día, estaba ya helada. "Es una escena verdaderamente fundamental de la película y allí estábamos, quedándonos absolutamente congelados", rememora Palmer. "Nos castañeteaban los dientes, pero fue muy divertido".

Y también hubo otros retos derivados del aspecto puramente físico de las escenas de lucha de la película, para los que Palmer reconoce que no estaba preparada.

"La primera vez que leí el guión, estaba más centrada en la profundidad emocional del filme y en las escenas cargadas de diálogos", explica la actriz. "Al segundo día que me pasé corriendo de un lado a otro, como no había hecho estiramientos, era como alguien con artritis. Me di cuenta de que no estaba nada en forma, era bastante bochornoso".

Por suerte, era la segunda película de acción de Palmer, de modo que tampoco es que fuera una completa novata, y contaba con un buen equipo de especialistas con el que trabajar. "La verdad es que no dispusimos de mucho tiempo para ensayar movimientos específicos", admite Palmer. "Llegaba al plató y entonces tenía 20 minutos con el equipo de especialistas para que pudieran enseñarme rápidamente lo que tenía que hacer. Gracias a Dios, ya había recibido algo de formación de artes marciales en mi última película".

Parte de los actores también tuvo que aprender a usar armas de fuego. "El primer día que llegué al set de rodaje, nos mandaron a Dave Franco y a mí al campo de tiro", recuerda Tipton. "Aprendimos a disparar todo tipo de armas de fuego imaginables. Era aterrador, porque me dan pánico los ruidos tan fuertes, pero al mismo tiempo fue también muy liberador".

Franco cuenta que su escena favorita es la de la farmacia, en la que muere su personaje, Perry. Él, sin embargo, no participa en ella. "Mi doble estaba ocupando mi lugar y lo arrojan de la mesa", explica Franco. "Se lleva un golpe brutal. Así que mi momento favorito es cuando otra persona hace de mí en la película".

El departamento de maquillaje tenía el gran reto de crear el aspecto adecuado para los zombis, a los que se refieren como cadáveres en la película. Se trataba de algo especialmente importante en el caso del personaje de R, que tenía que ser un zombi relativamente sexy y apuesto. A Levine le interesaba conseguir esos efectos sin tener que valerse de prostéticos, haciendo uso únicamente de maquillaje, así que decidió recurrir al jefe de efectos especiales de maquillaje Adrian Morot para que se ocupara de esa tarea.

Morot comenta que R tenía que resultar mínimamente atractivo para que fuera factible que Julie pudiera enamorarse de él. "No se le pueden ver los dientes, o un trozo de carne colgando, o parte de las costillas; eso es asqueroso, más propio de otro tipo de película. La idea que tenía yo de él es que tenía que tener un poco pinta de un James Dean muerto viviente".

Morot explica que se diseñaron cuatro fases distintas de la transformación de R de zombi nuevamente a humano, de las que la primera era la más pálida y más tipo zombi. En esa fase, Hoult tenía que llevar lentes de contacto de un tono azul apagado para darle un aspecto mortecino. Su piel se cubrió de manchas y de una maraña de venas oscuras que se aplicaban a diario con tatuajes temporales. También le rezumaba pus zombi por las orejas y la comisura de los labios.

"Pero todavía necesitas que siga siendo sexy, así que no puedes pasarte con el pus y la casquería", observa Morot.

Durante la mayor parte de la película, a medida que R va revirtiendo a su yo humano, se encuentra en la segunda fase, que se caracteriza por venas menos marcadas y un tono rosáceo de piel, de aspecto más saludable. En la fase tres, en la que está más cerca aún de ser humano, R simplemente parece algo enfermizo. Y la fase cuatro es la que vemos justo al final de la película, cuando la transformación de R es ya completa.

"Se le han replegado mágicamente las cicatrices en la piel y tiene una buena complexión", prosigue Morot. "Ahora es un tipo atractivo, listo para la acción y para amar".

El mayor reto desde el punto de vista de los efectos visuales era la épica batalla del final de la película, en la que los huesudos y los cadáveres se enfrentan definitivamente. Planteaba un reto evidente para los actores humanos que interpretaban a los cadáveres y tenían que interactuar de manera creíble con personajes imaginarios, creados mediante infografía, que no estaban aún presentes.

También fue complicada en el aspecto técnico la secuencia anterior, en la que los huesudos se presentan en el estadio y aparecen en la rotonda de cristal, sobre los cadáveres. Los cadáveres alzan la vista para descubrir que tienen a los huesudos encima, aporreando el cristal hasta romperlo, momento en el cual caen sobre los cadáveres para el gran final. Schrecker recuerda que, además de asegurarse de que la iluminación coincidiera, también surgieron detalles imprevistos, como cuando M lanza a un huesudo por el suelo hacia los soldados.

"Hay muchos cristales rotos por el suelo y, a medida que el huesudo avance por el suelo, esos cristales se van a tener que desplazar", explica Schrecker. "Tomamos un cojín gris y lo lanzamos por el suelo, lo que nos permitió desplazar los cristales de verdad, de manera que, cuando pusimos nuestro huesudo generado por ordenador, no teníamos más que seguir la trayectoria del cojín y los cristales se irían apartando así de su camino".

Otro reto menos dramático, pero igualmente desconcertante, fue cómo hacer que los zombis pudieran comunicarse de manera interesante, sin dejar de mantenerse fiel a las tradiciones del género. Levine señala que eso no suele ser un problema en este tipo de películas, pero sí que lo era en MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE, dado que buena parte de la película se cuenta desde el punto de vista de los zombis. Eso era especialmente cierto en el caso de los personajes de R y M, cuya amistad precisaba que se pudieran comunicar.

"Son capaces de mantener conversaciones a partir de cosas cortas, de una sola palabra, y de interpretar los gruñidos del otro", señala Levine, que agrega que eso derivó en muchas risas durante el rodaje. "Estábamos rodando una escena justo al principio de la película, que consiste básicamente en dos tipos gruñéndose el uno al otro. No podían evitar que les entrara la risa. Para cuando llegamos a la quinta toma, estaban literalmente gruñendo y manteniendo conversaciones entre ellos".

Según recuerda Hoult: "Hubo momentos en que los dos nos quedábamos absortos mirándonos el uno al otro. Resultó de lo más extraño".

Corddry abordó lo de hablar como un zombi de una forma más científica. "Me lo tomé como si estuviera interpretando a un paciente con lesión cerebral", explica el actor, que está casado con una logopeda. "Hablamos sobre cómo los pacientes con lesiones cerebrales pueden a veces ver el mundo en su cabeza, pero no saben lo que es ni lo que significa, y les cuesta expresarse. Así que, incluso cuando estoy gruñendo, estoy intentando pronunciar una palabra".

R revela lo que piensa a través de una voz en off, que deja claro a los espectadores lo que está intentando comunicar con sus gruñidos. "A veces, el supervisor de guión leía en voz alta la voz en off durante el rodaje para que yo pudiera saber lo que se suponía que estaba pensando el personaje durante la escena", recuerda Hoult. "Ayuda con el ritmo de la escena, para hacer que todo encaje".

Otra forma que tiene R de expresar sus ideas y sentimientos es a través de la música. Levine, que colaboró estrechamente con la supervisora musical Alexandra Patsavas ("Anatomía de Grey", "Crepúsculo"), comenta que el uso que hace R de discos para comunicarse con Julie fue uno de los elementos ingeniosos de la novela de Marion que contribuyó a que se interesara por el proyecto.

"La verdad es que la música ayuda mucho a marcar el tono", sostiene Levine. "Es otra forma de comunicarte sin palabras con el espectador. La música supone, en gran medida, mi forma de acceder al mundo de una película y a los personajes. Está muy bien que en este caso estuviera ya incorporada a la historia".

El reparto y el equipo de MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE consideran que la película es a propósito para todo tipo de público, y no sólo por su original premisa y su peculiar humor. "El personaje de R está muy bien escrito, de forma muy original, y su trayectoria es algo único", afirma Malkovich. "¿Sabes qué porcentaje de adolescentes se sienten alienados? ¿Cuántos de ellos se sienten aislados, excluidos y no humanos? Es un porcentaje muy alto. Esta película explora un poco eso, en lugar de ser simplemente una cinta de casquería".

MEMORIAS DE UN ZOMBIE ADOLESCENTE puede incluso cambiar el panorama del cine de zombis, en opinión de Morot. "Hay un poco para todos, incluso para puristas de los zombis, como yo. Es la clase de película de zombis a la que un tipo puede llevar a su novia. Los chicos tendrán a los huesudos y la acción con los zombis, y las chicas tendrán al chico zombi sensible y guapo".

Aunque Levine es consciente de que a algunos puristas del cine de terror pueda no gustarles cómo juega la película con las convenciones del cine de zombis, espera que sean capaces de mantener una mentalidad abierta al ver el filme. "Conozco muy bien y me encantan películas como ‘28 días después’, ‘Zombies Party (Una noche... de muerte)’, ‘El día de los muertos’ y ‘El regreso de los muertos vivientes’. Pero uno de los mejores aspectos de hacer películas es que puedes usar un género y una mitología para contar distintos tipos de historias".