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Mil maneras de morder el polvo cartel reducidoMil maneras de morder el polvo(A million ways to die in the west)
Dirigida por Seth MacFarlane
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El cineasta Seth MacFarlane ha reunido a un grupo de grandes profesionales detrás de la cámara encabezado por los productores SCOTT STUBER (Ted, Por la cara), de Bluegrass Films, y JASON CLARK (Ted, 42), a los que se unen el director de fotografía MICHAEL BARRETT (Zohan: Licencia para peinar, Ted), el diseñador de producción STEPHEN LINEWEAVER (Ted, Mal ejemplo), el montador JEFF FREEMAN (Superpoli de centro comercial, Ted), la diseñadora de vestuario CINDY EVANS (Salvajes, Agosto) y el compositor JOEL McNEELY (Misterios del Titanic, La maldición de los hoyos). La leyenda de la música country ALAN JACKSON interpreta el tema principal de la banda sonora, una canción compuesta por Joel McNeely y con letra de Seth MacFarlane.

Además de ser los coguionistas de MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO, de Universal Pictures y MRC, Alec Sulkin y Wellesley Wild también se han encargado de la producción ejecutiva.


Domar el género: El comienzo de Mil maneras
Seth MacFarlane y sus coguionistas Alec Sulkin y Wellesley Wild estaban dando los últimos toques a Ted, la película que se convertiría en su primer taquillazo, cuando se tomaron un respiro y aprovecharon para ver la clásica película del oeste Cometieron dos errores, de Ted Post, con Clint Eastwood. Los tres empezaron a lanzarse ideas acerca de un western nada convencional y no tardaron en concluir que su siguiente película se centraría en el Lejano Oeste con un toque cómico.

Seth MacFarlane recuerda: "Los tres hablamos de que era una época que la literatura y el cine americano habían envuelto en un aura de romanticismo, pero que debía ser un lugar muy deprimente y peligroso, especialmente para los que no eran machos alpha. El guión nació a partir de ahí".

A los tres amigos, convencidos de que no había una sola cosa a favor de vivir en un lugar como aquel y en aquella época, les gustaba la idea de examinarlo con una mirada contemporánea. "Siempre nos ha parecido que una comedia, y más aún una comedia de altos vuelos, debe centrarse en torno a una locura, pero el resto debe ser realista", explica Seth MacFarlane. "En esta película, el elemento loco es que transcurre en el Lejano Oeste, pero todo lo demás se basa en una realidad contemporánea".

Los guionistas decidieron que la historia transcurriría en el Lejano Oeste, pero que los personajes serían modernos, sobre todo Albert Stark, el protagonista. "Seth lo tenía muy claro desde el principio: se trataba de situar a un hombre inteligente y observador en un mundo que no era el suyo, donde todo era horrible", dice Wellesley Wild. "Albert no está equipado para enfrentarse a un mundo así. Es como un pez fuera del agua y nos demuestra que vivir en aquel sitio en aquella época podía ser una auténtica pesadilla".

Cuanto más hablaban, más veían las enormes posibilidades del concepto. "El personaje de Seth es algo más contemporáneo, somos muy conscientes de eso", añade Alec Sulkin. "Por eso va por ahí diciendo cosas como: ‘¿Qué pasa, tío?’ Pero todos los demás dicen: ‘¿Qué tal?’ Supusimos que sería muy molesto para él que todos los demás estuvieran muy metidos en el Lejano Oeste y, efectivamente, no lo soporta".

Pero a Seth MacFarlane no le bastaba con que el improbable héroe viviera en el seco y polvoriento decenio de 1880, también había que buscarle un trabajo que no le gustara. Se documentó y descubrió que el pastoreo de ovejas era una de las profesiones más denigradas en la época. "Todo el mundo odiaba a los ovejeros porque al pastar las ovejas cortan la hierba tan cerca de las raíces que no vuelve a crecer y la tierra se seca. Además, no es un animal que se asocie con la hombría", dice. "La idea de que los ovejeros eran los cobardes del Lejano Oeste podía ser muy graciosa; nos pareció que ilustraría quién es Albert y nos ayudaría a ponerle cara a lo que se consideraba un imbécil en la lejana frontera".

Seth MacFarlane es el guionista, productor, director y protagonista de esta comedia, y aunque nunca había asumido tantos roles al mismo tiempo, reconoce que disfrutó muchísimo: "No se trata de que un cometido sea mejor que otro, disfruto con todos porque son muy diferentes. Escribir es gratificante, dirigir también, así como interpretar, aunque quizá sea lo que más me asusta porque tengo mucha menos experiencia como actor".

El director decidió rodearse de viejos conocidos, y el primero fue el productor Scott Stuber, de Bluegrass Films, que dice: "El Lejano Oeste suele retratarse en el cine como una época de gente dura y valiente, y todo se cuenta desde esta perspectiva. Sin embargo, era una época en la que se moría muy joven por un sinfín de razones. Seth, Alec y Wellesley han sabido exprimir lo mejor del humor negro de las situaciones mejor que nadie".

A Scott Stuber le divirtió el antihéroe creado por los guionistas y le sedujo la idea de rodar una parodia de un género tan clásico. Hablando del personaje de Albert, dice: "Es de esas personas que lo pasan fatal en el Lejano Oeste. Albert no va de macho, no va de pistolero, no busca pelea. Es un sabelotodo. Ha leído mucho, es sensible, dos cualidades que no suelen asociarse a los hombres en 1880. Simplemente intenta encontrar un hueco en el Lejano Oeste".

Jason Clark, que también produjo Ted, estaba más que dispuesto a participar en una nueva aventura con MacFarlane, Sulkin, Wild y Stuber para esta nueva visión del género. "Lo que más me gusta y admiro cuando trabajo con Seth, Alec y Wellesley es que son capaces de hacer encajar sus ideas y sus chistes en una historia que nos interesa, nos emociona", dice. "El espectador se identifica con el personaje, quiere que todo salga bien. Seth es capaz de emocionar al espectador incluso con los chistes más tremendos".


Forajidos y ciudadanos: El reparto de la comedia
A medida que escribían el guión, los tres empezaron a imaginar que uno de ellos podría encarnar a Albert. Seth MacFarlane ha pasado mucho tiempo detrás de la cámara y ha prestado su voz a personajes animados como Peter Griffin y Ted, pero nunca había interpretado un papel de carne y hueso. A pesar de todo, estaba dispuesto a aceptar el reto. "En vez de seguir haciendo lo de siempre, Seth decidió que probaría algo diferente, una comedia situada en la época del Lejano Oeste, y que tendría un papel. Siempre se plantea hacer cosas nuevas, lo que me parece fantástico. Creo que no le asusta nada, pero sobre todo sabe perfectamente cuál es su papel como artista cómico".

Una vez decidido que Seth MacFarlane sería el protagonista, el equipo empezó a buscar a una actriz para el papel principal de Anna. En la historia, Albert y Anna no se enamoran a primera vista ni mucho menos. Simplemente sienten el mismo odio por el Lejano Oeste y por las enormes posibilidades de acabar muerto. Los dos son listos y conectan. Anna ayuda a Albert a encontrar su lado valiente y Albert ayuda a Anna a encontrar su vulnerabilidad.

El productor Jason Clark explica la relación entre la pareja: "Cuando su novia le deja, Albert no sabe cómo reaccionar. Entonces aparece una misteriosa mujer en el pueblo. Se conocen por casualidad y descubren que ninguno de los dos son felices viviendo en un lugar tan terriblemente peligroso como el Lejano Oeste. Él le pregunta de dónde es, quién es, y poco a poco se enamora sin darse cuenta. En el tercer acto, el pasado de Anna aparece sin previo aviso y los dos mundos colisionan en el pueblo de Viejo Muñón".

Todos estaban encantados con que Charlize Theron diera vida a Anna. En cuanto Seth MacFarlane habló con ella por primera vez, supo que era perfecta para el papel. "Me gusta que un actor o una actriz sepa lo que quiere, se nota en la pantalla", dice. "Y así fue con Charlize. Desde el momento en que empezamos a hablar del papel, supo exactamente de qué se trataba, como si tuviera una conexión directa con mi cerebro. Con su presencia era capaz de dar mucha fuerza al personaje".

A pesar de ser conocida sobre todo por sus papeles dramáticos, la oscarizada actriz tenía ganas de hacer algo nuevo. "Siempre me ha interesado la comedia, pero no era fácil encontrar el papel adecuado porque el público me conoce más por mis interpretaciones dramáticas", reconoce. "Me interesa la comedia excéntrica, pero se hacen muy pocas. No podía decir que no a un guión así, y más aún si Seth iba a dirigir la película. Nada más leerlo dije que quería el papel. Cerré el guión y moví cielo y tierra para conseguirlo".

Charlize Theron explica por qué se siente próxima a Anna: "Es un personaje que me enamoró inmediatamente. Tenemos muchas cosas en común y creí entenderla enseguida. Odia el Oeste, pero no es cínica, no está amargada".

Trabajar con Seth MacFarlane fue una bocanada de aire fresco para Charlize Theron: "En manos de Seth nada es normal, él es así. Todo parece original, como si nunca se hubiera hecho. Ya sé que los actores siempre dicen eso, pero de verdad que me pareció una experiencia única. Hay algo en la película que parece llevarnos de nuevo a los años setenta".

Tanto Charlize Theron como Seth MacFarlane se enfrentaban a un papel nuevo en esta película y los dos estaban algo nerviosos. El productor Jason Clark dice: "Charlize vino para una lectura conjunta del guión. Seth estaba nerviosísimo porque Charlize había ganado un Oscar, y ella estaba igual de nerviosa con la idea de trabajar con él porque tenía muy poca experiencia en papeles cómicos. Pero la química fue inmediata".

Scott Stuber se dio cuenta de que Charlize Theron era perfecta en el momento en que les vio juntos. "Charlize no solo es increíblemente guapa, también es una actriz que ha demostrado su enorme talento en numerosos papeles dramáticos", dice. "Cuando nos enteramos de que le apetecía hacer una comedia, no dejamos pasar la ocasión. Por suerte, es tan buena en la comedia como en el drama, puede que incluso mejor. Va a meterse a los espectadores en el bolsillo".

A la hora de reunir el resto del reparto, Seth MacFarlane no quiso escoger a cómicos solo porque se trataba de una comedia: "Cuanto más escribo y dirijo, más convencido estoy de que si los guionistas han hecho su trabajo, si las situaciones funcionan y los chistes son buenos, son necesarios actores antes que cómicos", explica el realizador. "La historia debe tener cierta credibilidad, debe importar al público porque, en realidad, es una historia dramática con un montón de chistes".

Con Charlize Theron en el papel de Anna, el equipo empezó a buscar a Louise, la joven que parte el corazón de Albert al principio de la película. Necesitaban a una actriz que estuviera en lo que describen como la zona "Ricitos de oro", alguien capaz de hacer ver al espectador que no es la mujer más buena del mundo y que, por lo tanto, el prota estará mejor sin ella, pero con las suficientes cualidades como para que dicho prota lo pase fatal sin ella. Alguien "perfecto".

Encontraron todo lo que buscaban en Amanda Seyfried. "Amanda es un buen ejemplo de un casting ideal", dice Seth MacFarlane. "En la escena donde aparecen sentados en un tronco y ella está punto de cortar con él, recuerdo que pensé: ‘Dios mío, no podría hacerlo mejor. Si no es una de las mejores actrices del mundo, es que ha mandado a muchos chicos a paseo’. Pero Amanda tiene mucho encanto, y no tardé en comprender que simplemente sabe actuar".

Amanda Seyfried se sorprendió cuando le ofrecieron el papel: "La mayoría de proyectos en que he participado no son comedias". Y hablando de su personaje, añade: "Louise es una jovencita egoísta que corta brutalmente con Albert porque cree que no da la talla. Está colada por Foy, que le parece maravilloso, pero no se da cuenta de quién es realmente. Foy es un tipo carismático con un par de pelotas, mientras que Albert no las tiene… figurativamente hablando, claro está. Foy la atrae porque es un hombre seguro, atractivo y tiene un bigote muy sexy".

Los personajes de Charlize Theron y Amanda Seyfried se llevan muy mal en la gran pantalla, pero no es así en la realidad. Charlize Theron recuerda que le costó mucho pronunciar algunos de los malévolos diálogos dirigidos a su enemiga: "No podía remediarlo, me volvía hacia Seth y le decía: ‘Venga, no puedo decirle eso a Amanda’. En un momento dado, debía decirle que su vestido le quedaba fatal. Pero estaba preciosa, era como una muñeca. No soy tan buena actriz como para que no se notara que mentía".

También tuvieron mucho cuidado escogiendo al actor que encarnaría a Foy, el donjuán bigotudo que encandila a las damas. En opinión de Seth MacFarlane, era el más complicado porque debía sobresalir, parecer más grande que el mundo que le rodea. El público debe sentir que representa una amenaza real para Albert sin ser un personaje exagerado. Después de reflexionar, el equipo se inclinó por Neil Patrick Harris.

"Neil no solo actúa, también canta y baila", dice el director y guionista, "y lo hace todo de maravilla. En una escena, su personaje se caga, literalmente, en un sombrero. Es un chiste bastante crudo, y no sé qué hizo Neil, pero consiguió convertirlo en algo que encajaría perfectamente en una película muda. Supo incorporar gestos y sutilidades al personaje como solo puede hacer un actor con un talento colosal".

Neil Patrick Harris es el primero en reconocer que fue fácil convencerle para que se uniera al proyecto: "Seth y yo habíamos trabajado un par de veces antes. Por ejemplo, dos actores del equipo de ‘Cómo conocí a vuestra madre’ doblamos unos personajes en un episodio de ‘Padre de familia’ en el que se burlaban abiertamente de nuestra serie", recuerda, riendo. "Y un buen día me llamó el mismísimo Seth MacFarlane usando su auténtica voz, algo así como ver a Wendy Williams sin peluca. Me dijo que nadie más que yo podía hacer el papel. Debía rodar entre dos temporadas de la serie, y aquí estoy".

El actor aprovecha para hablar de su personaje, el gran enemigo de Albert en el pueblo: "No cabe duda de que Foy es el más rico de la región, y le gusta mostrarlo. Se viste mejor que nadie. Se enorgullece de su bigote y es amable con otros bigotudos". Harris buscó gestos especialmente para que Foy no fuera un estereotipo: "No sé cómo se me ocurrió, pero Foy tiene una especie de tic, siempre mueve el brazo como si estuviera desfilando".

Para dar vida a Clinch Lisgud, el notorio forajido y celoso marido de Anna, los cineastas recurrieron al famoso actor Liam Neeson. "Cuando hablábamos del personaje más contrastado, nos comportábamos como auténticos críos: ‘Ojalá Liam Neeson acepte, ojalá sea él, ¿a que sería genial?", recuerda Scott Stuber. "Por suerte, ya había trabajado con él y es fan de Seth. No hubo problema para que aceptara".

Seth MacFarlane siempre supo que Clinch era fundamental para MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO, pero que solo funcionaría si era creíble, ¿y quién mejor que Liam Neeson para dar credibilidad a un papel? "Clinch es un personaje dramático, un malo de verdad al que se debe parar los pies", explica. "Es el tipo de anclaje que una comedia como esta necesita para seguir adelante. El malo debe ser peligroso, creíble, y Liam lo hizo a la perfección".

Antes de reunirse por primera vez con Liam Neeson, el director ya sabía qué acento debía tener Clinch. Por suerte, el actor de origen irlandés pensaba lo mismo. "Me encanta la verdadera voz de Liam y crucé los dedos para que no quisiera interpretar a Clinch con acento del Oeste. Su voz reverbera, es grave, poderosa. Todo el mundo le escucha aunque esté leyendo la guía telefónica".

Liam Neeson cuenta por qué estaba empeñado en que Clinch hablara como un auténtico irlandés: "Hace unos años, mis hijos vinieron corriendo, diciéndome que salía en ‘Padre de familia’. Fui a ver y descubrí que Seth había escogido un western para imitarme con acento irlandés. Cuando acepté el papel, solo puse una condición, hablar con acento del norte de Irlanda, como homenaje a la serie Padre de familia".

El actor explica qué ha aportado al personaje: "Clinch es el clásico malo en la más pura tradición del Lejano Oeste, un pistolero. Yo soy del norte de Irlanda y le he encarnado como tal. Su verdadero nombre probablemente fuese Trevor McBraid, pero se lo cambió por Clinch Lisgud cuando llegó al Lejano Oeste".

El actor disfrutó trabajando con Seth MacFarlane: "Seth es multifacético. Siempre está de buen humor y acepta todo tipo de sugerencias e ideas. Si no le gustan, lo dice muy claramente, y si está de acuerdo, las incorpora a la película. Sabe perfectamente cómo corregir a un actor. Si algo no funciona en una escena, inmediatamente cambia una frase o sugiere que se intente otra cosa".

Giovanni Ribisi, que ya había trabajado con el equipo en Ted, encarna a Edward, el mejor amigo de Albert. Sarah Silverman, otra habitual del equipo, es Ruth, la eterna novia de Edward, un hombre sencillo que se ocupa de remendar el calzado del pueblo. Ruth y Edward no quieren tener relaciones carnales hasta casarse, y el hecho de que Ruth sea la prostituta más popular del pueblo, entregándose a unos diez o quince hombres a diario, no les parece irónico.

Giovanni Ribisi explica por qué decidió sumarse al proyecto: "Fue por el guión, el director y el equipo. Leí el guión y pensé que nunca había tenido nada igual entre manos. Era una gran historia totalmente alocada y muy inteligente. Y siempre es un placer trabajar con Seth". En cuanto a su personaje, dice: "Edward es un hombre que cree en los valores tradicionales. Es muy religioso, y además es virgen. Ruth y él llevan seis años de noviazgo, pero prefieren esperar a la noche de bodas".

El productor Jason Clark alaba la versatilidad del actor: "Giovanni es un genio. Le he visto en todo tipo de papeles, incluso como cómico malvado en Ted. Tiene un gran sentido de la comedia y es un colaborador maravilloso. Siempre da mucho más de lo que se le pide. No ha pasado un solo día en que no nos hayamos desternillado de risa con él".

Aunque su trabajo podría hacer pensar lo contrario, Ruth ha reservado un lugar muy especial en su corazón para Edward, razón por la que no quiere acostarse con él hasta que se casen. "No olvidemos que estamos en el siglo XIX en la frontera americana", explica Seth MacFarlane. "Eran tiempos muy puritanos, y no quiere acostarse con él antes de casarse. A Edward le da igual que ella se tire a todos los del pueblo porque sabe que es el único lo bastante especial para que ella no quiera hacerlo con él". Los guionistas construyeron el personaje pensando en Sarah Silverman. "Desde el primer momento inventamos a Ruth a partir de Sarah", añade.

La actriz bromea con ganas hablando de su papel: "Sí, siempre me tuvieron en mente para encarnar a Sarah, pero eso no impidió que tuviera que presentarme a una prueba. Al parecer, algunos no estaban del todo convencidos de que una judía hiciera el papel de una tierna cristiana". Que Ruth sea una profesional del sexo no impide que Sarah Silverman subraye sus cualidades: "Creo que a Ruth le gusta su trabajo porque quiere agradar. No tiene nada de ninfómana, solo quiere que los demás disfruten. Es una buena cualidad".

Hablando de la química entre Giovanni Ribisi y Sarah Silverman, el realizador dice: "Estaba convencido de que la pareja Giovanni-Sarah funcionaría. Él es un actor dramático con grandes dotes cómicas, y ella es una actriz cómica con grandes dotes dramáticas. Eran perfectos, bastaba con iluminar la escena, encender la cámara y dejarles hacer lo suyo".

Para completar este reparto de primera, los cineastas escogieron a actores muy reconocibles para hacer de habitantes del pueblo de Viejo Muñón, entre los que mencionaremos a WES STUDI (Avatar) en el papel de Cochise, el indio que guía a Albert por el camino de la revelación mediante las drogas; JOHN AYLWARD (la serie "House of Lies") como el chocante y despiadado pastor Wilson, y JAY PATTERSON (la serie "Ley y orden") como el Dr. Harper, el muy poco cualificado médico del pueblo.


Un pueblo al que llamar hogar: La creación del pueblo de Albert
MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO transcurre en el Lejano Oeste, en la década de 1880, por lo que los cineastas decidieron viajar a Santa Fe, Nuevo México, para contar la historia. Sin embargo, el productor Scott Stuber reconoce que la decisión les planteó algún reto que otro: "Quedan muy pocos pueblos de aquella época. Hay unos cuatro en Nuevo México y otros tantos en Arizona que podían servirnos. Necesitábamos encontrar una granja para Albert, el pueblo en sí, la casa de Louise y un granero para el baile. Tuvimos la enorme suerte de contar con un ochenta o noventa por cien de decorados naturales".

Seth MacFarlane añade que el objetivo era que la comedia pareciera salir de un western de John Ford: "Fuimos a todas partes, desde Jemez Pueblo, una preciosidad, al Valle de los Monumentos, un sitio legendario. Michael Barrett, el director de fotografía, tiene mucho talento, es un verdadero experto de la iluminación. Me entendió perfectamente cuando le dije: ‘Piensa que estás rodando un drama’. La iluminación y las tomas corresponden a una película dramática".

El pueblo de Viejo Muñón se creó en el rancho Bonanza Creek, al sur de Santa Fe. Es un rancho de más de 400 hectáreas, con cinco estanques, un pueblo construido especialmente para rodajes y dos platós. Se han filmado más de 130 películas, numerosos videoclips y campañas publicitarias en el rancho. El equipo de decoración se encargó de transformar el pueblo en Viejo Muñón, que como su nombre indica está construido alrededor de un árbol muerto.

Mientras localizaba, el diseñador de producción Stephen Lineweaver visitó muchos pueblos, pero sabía que solo uno gustaría al director. Y así fue. Cuando Seth MacFarlane llegó, su único comentario fue: "Sí, es aquí".

Aunque la zona en la que querían crear Viejo Muñón era reducida y estaba muy deteriorada, todos vieron que se trataba de un diamante en bruto. Stephen Lineweaver y su equipo hicieron modelos tridimensionales de los edificios existentes para planificar una serie de fachadas y calles que duplicarían el tamaño del pueblo existente. A continuación reconstruyeron los interiores de las casas. Fueron necesarios casi tres meses y medio para construir Viejo Muñón.

"Cuando Seth y yo llegamos, nos enamoramos del lugar, pero representaba un reto tremendo ya que era la mitad del tamaño del pueblo que necesitábamos", recuerda el diseñador de producción. "Nuestro primer trabajo fue ver cómo podríamos ampliarlo y empezar a añadir. También estaba en muy mal estado, y eso nos gustó".

El equipo de decoración se encargó de documentarse a fondo para que hasta el más mínimo detalle fuera auténtico. "Lo queríamos todo exactamente como entonces", dice Stephen Lineweaver. "Seth lo tenía muy claro desde el principio: el decorado debía ser real y los chistes hilarantes".

"Debemos pensar que estamos en 1880, en el Lejano Oeste, un mundo rico y colorista. Sin Technicolor, pero como un western actual, nada depresivo, triste y oscuro", explica el productor Jason Clark. Cada edificio, por muy pequeño que fuera, incluso la tienda de Foy, se diseñó siguiendo estas premisas. En esa tienda, Foy aconseja a los más ricos de Viejo Muñón en el tema de bigotes. Y añade: "Descubrimos que un bigote era un símbolo de riqueza. Solo los hombres con posibles llevaban bigotes importantes y patillas al estilo Souvarov".

También se creó una feria en el centro del pueblo, con barracones, fotógrafos, charlatanes vendiendo pócimas y remedios, y una parada de monstruos. Ah, y la muerte. El diseñador de producción explica, riendo: "Sí, mueren dos personas en la feria. La película se titula MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO. Lo pasamos muy bien con la feria e intentamos que fuera bulliciosa y alegre". Y añade, después de una pausa: "Pero caían como moscas en aquella época".

Jason Clark explica que la feria llevó muchas horas de trabajo, pero es el escenario de una de las secuencias más importantes del guión: "La secuencia ocupa más de diez páginas con innumerables enredos, acción y trucos. Rodamos los exteriores con unos doscientos figurantes y había que tener en cuenta la meteorología. Añadamos a eso que los especialistas y los efectos especiales necesitaban tomas diferentes. Y no olvidemos a los animales; incluso había un toro que debía cruzar por el centro de la feria".


El inconveniente de los exteriores: Luchando contra los elementos en Santa Fe
Casi todos los westerns transcurren en exteriores, algo que ya planteaba dificultades de por sí. Después de esperar cuatro semanas a que el tiempo mejorara y que hubiera hojas en los árboles, todos estaban dispuestos a rodar. El sol brillaba a las ocho de la mañana. A las once se levantó una galerna con vientos de 60 kilómetros por hora. A continuación, un enjambre de abejas decidió visitar el plató y, tras todo esto, el cielo se nubló.

"El año pasado fue uno de los más tormentosos en mucho tiempo", dice Jason Clark. "Se pasó directamente de la temporada seca a la de lluvias. Habíamos preparado una secuencia con Charlize que debía rodarse de noche, y era la última con ella. Llegamos al plató, iluminamos y nos dio tiempo a rodar seis tomas antes de que empezara a diluviar sin parar hasta las tres de la mañana. Acabamos por rendirnos, fue la peor tormenta del año. Volvimos a intentarlo, y esta vez tuvimos que salir corriendo porque el decorado se inundó. Lo conseguimos en el tercer intento. Ya se sabe, ‘A la tercera va la vencida’".

Aunque se ven preciosos paisajes en la película, los decorados de MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO soportaron tormentas de arena casi a diario, tal como pasaba en el Lejano Oeste. Los actores y el equipo están de acuerdo en que ha sido el rodaje con más cambios de tiempo que nunca han vivido.

Charlize Theron dice. "No era la primera vez que rodaba en Santa Fe, y no me sorprende que quieran filmar allí, hay paisajes maravillosos. Pero nunca había estado con tan mal tiempo. Las tormentas de arena hacían imposible rodar y, además, llovía torrencialmente, pero no creo que esta película hubiera podido rodarse en otro sitio. Al final valió la pena".

El mal tiempo dificultó el trabajo de Stephen Lineweaver y su equipo ya que retrasó la construcción de los decorados. "Durante la construcción del decorado de la feria, levantábamos las tiendas de los feriantes, el viento empezaba a soplar y las derribaba. Tuvimos que superar muchos impedimentos".

La mayor parte de la película está rodada en el decorado de Viejo Muñón en el rancho Bonanza Creek, aunque algunas escenas se rodaron en Jemez Springs, Nuevo México; en el ferrocarril Cumbres & Toltec en la frontera entre Nuevo México y Colorado; en Shiprock, Nuevo México, y en el Valle de los Monumentos. Hablando de esta última localización, Jason Clark dice: "Decidimos rodar allí para obtener esa sensación grandiosa del western clásico de John Ford. El Valle de los Monumentos es el símbolo del Lejano Oeste y queríamos crear un mundo que comunicara la grandeza de los clásicos, a pesar de que nuestra película es una comedia. No nos cortamos escogiendo decorados".

Los productores y el director fueron osados al tomar determinadas decisiones con los decorados, pero mereció la pena. El productor Jason Clark sigue diciendo: "Da igual donde se colocara la cámara, cualquier toma era fantástica. El segundo día de rodaje hubo que capear otra tormenta de arena con vientos de hasta 80 kilómetros por hora. A pesar de vernos obligados a desmontar las grúas y a refugiarnos en las tiendas, fue una sensación increíble estar en Ford Point, el lugar donde John Ford rodó algunas de sus películas más famosas".

En otra escena, Albert y su caballo se esconden en un vagón de tren para escapar de Clinch y su banda. Stephen Lineweaver, los productores y el director querían una locomotora a vapor, pero ¿dónde encontrarla en Nuevo México? En el ferrocarril Cumbres & Toltec. Cuando el equipo fue allí por primera vez, el lugar estaba envuelto en una tormenta de nieve con vientos tremendos. Regresaron en junio. Los ingenieros del ferrocarril le enseñaron a Stephen Lineweaver una locomotora a vapor de 1880, pero estaba totalmente desmontada. Con los vagones pasaba lo mismo, había que reconstruirlos. "Nos dijeron que lo tendrían todo listo en cuatro meses, y así fue", comenta el diseñador de producción. "Pero me tocó alimentar la locomotora con carbón el día del rodaje".


Un baile en un granero: Coreografía y música
Para el sonido de la comedia, Seth MacFarlane eligió a Joel McNeely, galardonado con un Emmy, para componer la banda sonora, y a RICH BREEN para encargarse de las mezclas. El director ya había trabajado con ellos en "Music Is Better Than Words", un álbum de jazz orquestado. Hablando de su reacción cuando escuchó la orquesta de 95 músicos dirigida por Joel McNeely, dice: "Estaba exultante cuando escuché por primera vez lo que Joel había compuesto para MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO. Compuso una partitura clásica para una película del Oeste, al estilo Elmer Bernstein, que se convierte en un elemento clave de la película".

El director sabía que el músico se lo tomaría a pecho y que daría en el clavo: "La partitura sigue la filosofía que propusieron los hermanos Zucker. La música no debe ser cómica, sino seria. La partitura de Joel es sincera, dramática, ligera, detallada, energética, maravillosa y temática".

Joel McNeely habla de lo que le inspiró para componer la partitura: "La composición de la música de MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO ha sido una experiencia creativa y gratificante. Seth es un director de cine, pero tiene la sensibilidad y las ideas de un compositor. Me inspiró para componer una partitura original que regresara a los días gloriosos de los grandes westerns, una partitura amplia, osada y temática".

Hace tiempo que Seth MacFarlane está convencido de que cada película necesita una canción o un número musical distintivo. En este caso, se trata de una nueva versión de la canción de Stephen Foster "The Moustache Song" (La canción del bigote) con letra adicional de Seth MacFarlane, Alec Sulkin y Wellesley Wild.

"’The Moustache Song’ es una vieja canción de Stephen Foster de 1860 totalmente ridícula", dice el director. "La letra es muy clara: ‘Te tirarás a más chicas si llevas bigote’. Cambiamos un poco la letra y la convertimos en un número musical. Ya habíamos empezado a rodar cuando se me ocurrió pensar: ‘Dios mío, ¿qué habríamos hecho sin Neil Patrick Harris?’"

Para la coreografía, el director contó con un amigo, el experimentado coreógrafo ROB ASHFORD (la edición 86 de la entrega de los Oscar, el próximo estreno de Cinderella). Trabajaron juntos por primera vez cuando Seth MacFarlane presentó la ceremonia de los Oscar 2013, donde se llevaron muy bien.

Rob Ashford, que tiene un Oscar en su haber, dice: "Cuando Seth me contó que quizá habría un número de baile en la película y me preguntó si me interesaría, le dije inmediatamente que sí. Me encanta trabajar con Seth. Además, estaban Charlize y Amanda con las que ya había colaborado en la ceremonia de los Oscar, y he trabajado en muchas ocasiones con Neil Patrick Harris. No iba a dejar pasar semejante oportunidad".

Seth MacFarlane sabía exactamente cómo quería que fuera el número musical. "Tenía una visión muy clara", dice el coreógrafo. "No puede decirse que lleve toda la vida bailando ni que sea un coreógrafo, pero es capaz de describir con detalle lo que tiene en la cabeza".

El número incluye a 16 parejas, entre las que están Seth MacFarlane y Charlize Theron, Amanda Seyfried y Neil Patrick Harris, y Giovanni Ribisi y Sarah Silverman. Las otras parejas fueron contratadas en Nuevo México y en Nueva York. Hablando de los ensayos, Charlize Theron dice: "Empezamos a ensayar unas dos o tres semanas antes de rodar la escena. Creo que todos nos lo pasamos en grande, no habíamos hecho nada igual. Nunca me habían pedido que hiciera algo semejante en una película, supongo que a los demás tampoco. Estábamos encantados. Éramos como niños".

Neil Patrick Harris está acostumbrado a cantar y bailar en los escenarios de Broadway y se alegró de volver a trabajar con Rob Ashford y los coreógrafos CHRIS BAILEY y SARAH O’GLEBY (Beyond the Sea, el musical del West End "Ellos y ellas"). Aun así, el proceso no fue tan fácil como parecía. "Hubo que ensayar muchos días por diversas razones", dice el actor. "Había trabajado con Rob y Chris en los premios Tony. Saben lo que hacen y siempre se pasa bien con ellos. La parte más difícil es la segunda, cuando todos los hombres están a un lado del granero y se mueven hacia Albert. Fue muy duro físicamente y tardamos cuatro noches en rodar la escena en un granero de verdad lleno de polvo".

Pero el actor está de acuerdo en que el esfuerzo mereció la pena: "El número musical cuenta una historia, y eso entusiasma a los coreógrafos. Pero también es interesante intentar moldear algo, como si fuese el número que abre la ceremonia de los Oscar. Servirse de los personajes en un número musical para hacer avanzar la historia siempre representa un reto".

Con una canción interpretada nada menos que por Alan Jackson, una superestrella del country que ha vendido más de 60 millones de discos y ha ganados dos Emmy, con música de Joel McNeely y letra de Seth MacFarlane, MIL MANERAS DE MORDER EL POLVO estaba lista para llegar a los cines.

"He querido encontrar la forma de unir esa época a la actualidad, y deseo que los espectadores lo vean así", acaba diciendo el director y guionista. "Estamos muy orgullosos de esta película y espero sinceramente haber superado el rompecabezas que representan las comedias de época".