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Godzilla cartel reducido teaserGodzillaDirigida por Gareth Edwards
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La película está protagonizada por un reparto internacional encabezado por Aaron Taylor-Johnson (Kick-Ass - Listo para machacar), el nominado al Oscar® Ken Watanabe (El último samurái, Origen), Elizabeth Olsen (Martha Marcy May Marlene), la oscarizada Juliette Binoche (El paciente inglés, Cosmópolis), los también nominados al Oscar® Sally Hawkins (Blue Jasmine) y David Strathairn (Buenas noches, y buena suerte., El legado de Bourne) y el ganador de varios premios Emmy® y un Globo de oro, Bryan Cranston (Argo, la serie de televisión Breaking Bad).

Edwards ha dirigido Godzilla tomando como base un guion de Max Borenstein. La historia es de David Callaham y se basa en el personaje de "Godzilla", creado por TOHO CO., LTD, sociedad propietaria del mismo. Los productores de la película han sido Thomas Tull, Jon Jashni, Mary Parent y Brian Rogers. Patricia Whitcher y Alex Garcia han ejercido las funciones de productores ejecutivos junto a Yoshimitsu Banno y Kenji Okuhira.

El equipo técnico creativo incluye al director de fotografía nominado al Oscar® y miembro de las academias de cinematografía estadounidense y británica, Seamus McGarvey (Anna Karenina, Marvel Los vengadores); el diseñador de producción Owen Paterson (la trilogía The Matrix); el editor cinematográfico Bob Ducsay (Looper); la diseñadora de vestuario nominada al Oscar® Sharen Davis (Dreamgirls, Django desencadenado); y el oscarizado supervisor de efectos especiales Jim Rygiel (la trilogía de El señor de los anillos). Allen Maris es el productor de efectos especiales, Dave Jordan ha sido el supervisor musical y el compositor nominado al Oscar®, Alexandre Desplat (Argo, El discurso del rey), se ha encargado de dirigir y componer la banda sonora.

Warner Bros. Pictures y Legendary Pictures presentan una producción de Legendary Pictures, una película de Gareth Edwards, Godzilla. La película se estrenará en 2D, 3D e IMAX® en determinados cines y Warner Bros. Pictures, sociedad de Warner Bros. Entertainment, se encarga de su distribución en todo el mundo salvo en Japón, en donde lo hace Toho Co., Ltd.

Legendary Pictures es una división de Legendary Entertainment.


El legado de Godzilla
“La arrogancia del ser humano le hace creer que tiene la naturaleza bajo control,
en lugar de al revés". —Dr. Serizawa

En 1954, la empresa japonesa Toho Co., Ltd. estrenó la revolucionaria película de Ishiro Honda, Godzilla, en un país que aún se tambaleaba por las nefastas consecuencias de la II Guerra Mundial. La película fue un éxito mayúsculo en Japón y aún hoy, 60 años después, sigue siendo recordada en todo el mundo al condensar los miedos y horrores de la era atómica en una aterradora fuerza de la naturaleza: Godzilla.

Para Gareth Edwards, director británico al mando de la épica revisión de la emblemática creación de Toho, Godzilla "es el monstruo de referencia con el que se compara el resto de películas del género". El amor de Edwards por las películas japonesas de monstruos ya había surgido antes de descubrir en DVD la obra maestra de Honda de 1954, que le dejó fascinado por su interpretación duramente alegórica y su relevancia aún de plena actualidad hoy día. "Si fueses por todo el mundo llevando la silueta de un dinosaurio gigante que asoma sobre el skyline de una ciudad, todo el mundo reconocería automáticamente de quién se trata, hayan visto o no la película de Godzilla. Lo que ocurre es que mucha gente no es consciente de que la película original japonesa tiene en realidad un tono muy serio. Creo que por eso la cultura japonesa la hizo parte de su imaginario colectivo: no solo es una película estupenda de monstruos sino que para mucha gente también fue una especie de catarsis poder ver imágenes como esas cobrar vida en pantalla de una forma tan visceral y realista".

Regrabada parcialmente, suavizando alguno de sus puntos más controvertidos y doblada a varios idiomas, la película se estrenó fuera de Japón dos años después dando lugar al nacimiento de una leyenda. Durante los últimos sesenta años, el proclamado como "Rey de los monstruos" ha dejado una impronta sin igual en la cultura pop, sirviendo de germen para numerosas secuelas, todo un ejército de juguetes, y encarnaciones de todo tipo, desde cómics a videojuegos. En ese momento nació un género cinematográfico totalmente nuevo (denominado "kaiju eiga") y Godzilla se convirtió en uno de los héroes cinematográficos más famosos y queridos del S.XX y, ahora, también del XXI.

Bryan Cranston, una de las estrellas de la nueva película, recuerda perfectamente cómo le fascinó en su infancia la furia del monstruo al verlo en televisión. "Godzilla y su feroz aliento... destrozaba todo lo que encontraba a su paso", recuerda Cranston. "En realidad era un tipo metido en un traje de Godzilla que pisoteaba una maqueta de Tokio, pero para un niño aquello era algo fantástico. Una parte de mí conservará siempre la esencia del niño que fui, pero la sensibilidad para hacer una película así sí ha madurado. El público ha evolucionado. Ya no basta con una película de Godzilla destrozando cosas. La gente seguirá empatizando con él, pero también quiere conectar con lo que ocurre y entender a los personajes durante toda la historia".

Al igual que le pasó a Cranston, Thomas Tull, de Legendary Pictures, también creció devorando cualquier película que cayera en sus manos en la que saliera un monstruo. No obstante, la joya de la corona de la legión de Toho fue siempre para él el rey de todos los monstruos. En sus propias palabras: "Empezando por su característico rugido, pasando por sus famosas aletas dorsales y acabando en el fuego radiactivo que echa por la boca, Godzilla es sin duda alguna un icono mundial. A lo largo de todos estos años, Toho ha examinado el personaje desde diferentes perspectivas y lo ha enfrentado a todo un ramillete de criaturas gigantescas, pero aun así el original japonés siempre será mi favorito porque era, a la vez, una aterradora película protagonizada por un monstruo y una historia profunda de advertencia".

Tull, coproductor del Godzilla de Edwards junto a Jon Jashni, presidente de Legendary Pictures, la veterana productora Mary Parent y el cineasta británico Brian Rogers, albergó durante mucho tiempo enormes ansias de llevar de nuevo a la gran pantalla a la titánica criatura en una película espectacular que conservase la esencia y la base humana del original. En sus propias palabras: "Nuestra intención ha sido siempre hacer justicia a los componentes básicos que han permitido que el personaje de Godzilla haya conservado su relevancia durante tanto tiempo. Nuestra idea era producir la película que nosotros mismos, como fans, habríamos querido ver: una película que, por su propio bien, no fuese algo atropellado sino que recuperase los orígenes de Godzilla y crease una historia humana dentro del contexto del mundo actual. Llevo toda la vida esperando una película como esta".

Totalmente vinculado al desafío que supone reinventar un icono tan conocido, fue el poner al frente de un proyecto de tal calibre a un director que pudiera ofrecer un punto de vista fresco y una cuidada estética cinematográfica, a la vez que conservase el legado y la integridad de Godzilla. Todas esas cualidades las aunaba Gareth Edwards, un director emergente que arrasó en el mundo del cine independiente gracias a su galardonada Monsters, película que Edwards no solo escribió y dirigió, sino que también diseñó y rodó, a la vez que creaba los efectos especiales de forma rudimentaria en su propio ordenador.

En palabras de Tull: "Desde que hablamos por primera vez con Gareth tuvimos la impresión de que era un apasionado de Godzilla. Al ver Monsters, película que hizo con un presupuesto más que ajustado, fuimos conscientes de que, con muchos más recursos y un lienzo mucho mayor, Gareth podría hacer algo fuera de lo común".

Jon Jashni añade que el joven director compila el equilibrio perfecto entre la genialidad y la realidad humana: "Que puedas llenar la pantalla de efectos especiales no significa que tengas que hacerlo porque todo eso no ayuda para nada a que el público se sumerja en el mundo que estás intentando crear. En Monsters, Gareth tuvo que sugerir mucho más de lo que pudo mostrar. Venía de un punto de vista basado en los personajes, con los pies en el suelo, en el mundo real, y luego introdujo en ese mundo real elementos de otro mundo. Monsters es una especie de microcosmos de lo que queremos hacer con la nueva película de Godzilla: algo real y verdadero".

La productora Mary Parent también quedó impresionada por el éxito independiente de Gareth Edwards, destacando que tanto su sensibilidad narrativa como su formación cinematográfica han hecho que todo el mundo confiara en que Godzilla estaba en buenas manos. En sus propias palabras: "Sabíamos que Gareth canalizaría su punto de vista como artista y narrador, además de su dominio de la tecnología de efectos especiales, para hacer una película en la que merezca incluir un personaje de esta magnitud de la forma en que se merece y como no se ha visto antes. También sabíamos que podía crear personajes con los que es fácil identificarse y por los que resulta sencillo preocuparse, y llevar al público a vivir la "experiencia Godzilla" a través de los ojos de los personajes de la película".

Consciente de que se le había dado las riendas de una leyenda cinematográfica, Edwards buscó inspiración en el mundo que le rodea, tal como hiciera en su día Ishiro Honda. Gareth destaca: "Sé que suena imposible, pero imagina por un instante la llegada de una criatura gigantesca con la que el hombre no puede comunicarse ni mucho menos controlar. ¿Cómo sería vivir una experiencia así? ¿Cómo reaccionaría el mundo? Todos hemos visto o vivido desastres, naturales o del tipo que sea, totalmente incomprensibles que serían el escenario perfecto para una película si no hubieran sucedido de verdad. Por eso, el reto de hacer la nueva película de Godzilla era reflejar esa realidad, asentada en el corazón del verdadero tema que trata Godzilla".

Según Tull: "Una de las cosas que queríamos lograr con la película, y que compartíamos con nuestros socios de Toho, era ubicar parte de la historia en Japón y conservar el vínculo entre Godzilla y la energía nuclear, además de hacerlo con respeto y sensibilidad a la luz de los hechos actuales".

El productor Brian Rogers añade: "Los paralelismos que aparecían en la película de 1954, el tema del equilibrio entre hombre y naturaleza, y todas las formas posibles en que esta relación puede llevarse al límite, es aún hoy en día tan relevante como lo era entonces; quizá incluso más".

Trabajando a las afueras de Londres, Edwards se embarcó en una maratón de sesiones de Skype con el guionista Max Borenstein, residente en Los Ángeles, para desarrollar una historia que recordase los orígenes de Godzilla pero, a la vez, descubriese los misteriosos acontecimientos que dieron lugar a su nacimiento en el mundo actual.

A pesar de haber nacido en Japón, el miembro del reparto Ken Watanabe no vio la película de 1954 hasta hace bien poco, y aprecia especialmente el meticuloso cuidado que Edwards ha puesto para honrarla: "La película original pone sobre la mesa la incómoda pregunta que la sociedad japonesa se planteaba en aquella época (nueve años después de las bombas de Hiroshima y Nagasaki), un momento en el que las cicatrices tanto físicas como emocionales estaban aún muy presentes. Gareth conoce muy bien esa película, y yo he intentado estar a la altura de su valor al revivir esa situación".

Borenstein escribió el guion basándose en una historia de David Callaham, tras un gran trabajo de investigación que incluyó la visión de las 28 películas de Godzilla que ha producido Toho Co., Ltd., y que incluyen las series de Showa, Heisei y Millenium. "Nuestro objetivo era tratar la historia como si fuese un suceso real y aterrador que estuviese ocurriendo hoy mismo, con toda la seriedad de un desastre real, pero a la vez hacer una gran y espectacular película de un monstruo que fuese divertida de ver", indica Borenstein. "La película original es una historia sensacional que trata de la insignificancia del ser humano frente a la naturaleza, pero mostrando la fuerza y resistencia que el hombre tiene para crecerse ante las dificultades y sobrevivir a un desastre de esa magnitud".

Antes incluso de que se hubiese rodado la primera escena de Godzilla, el director y los productores crearon un avance de 90 segundos para mostrar el tono que querían dar a la película. Este avance se estrenó en el Comic-Con International anual ante casi 7000 enfervorecidos fans. El metraje dejaba ver una ciudad reducida a cenizas, y la gigantesca criatura apareciendo entre el humo y el polvo y emitiendo su feroz rugido. A la vez, Edwards hace que suenen las inolvidables palabras de Robert Oppenheimer, "padre" de las bombas atómicas que redujeron a cenizas radioactivas las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, citando escritos hindúes para describir la incomprensible Caja de Pandora que se acababa de abrir: "Así me convierto en muerte, la destructora de los mundos".

Godzilla siempre ha encerrado un gran misterio y una dicotomía en su interior: es un ser que se mueve por instinto y no va en consonancia con los intereses del ser humano y que, al mismo tiempo, deja patente su superioridad cada vez que surge del mar de forma implacable. En palabras de Edwards: "Los monstruos siempre han sido grandes metáforas de algo más. Son representaciones de los aspectos más oscuros de nuestra naturaleza y nuestros miedos ante aquello que no podemos controlar. En cierta forma, Godzilla es una especie de personificación de la ira de los dioses, no en el sentido religioso sino en el de la naturaleza que nos castiga por todo el daño que le hemos hecho. Sin duda, en la película tocamos todas estas ideas".


Historia y personajes
Godzilla se desarrolla en varios continentes y a lo largo de varias décadas, y va siguiendo el impacto de una serie de sucesos catastróficos de origen extraño, vistos a través de los ojos de un grupo de personas que se ven atrapadas en el epicentro de la historia. En palabras de Tull: "La película no cuenta la historia desde un punto de vista omnipotente. En medio de esta situación hay una serie de personas cuyas vidas quedan irremediablemente marcadas. Ninguna de ellas es un superhéroe, no son más que personas normales que se ven atrapadas en circunstancias extremas, lo que hizo del casting un elemento fundamental de la película".

Teniendo eso en cuenta, Edwards quiso que el reparto estuviese compuesto por actores cuyas dotes interpretativas pudieran aportar realismo a las extraordinarias vivencias de los personajes. Según el propio Edwards: "En una película como esta se te concede que existan monstruos gigantescos. El resto debe ser lo más creíble posible, motivo por el cual me siento increíblemente afortunado de contar con este reparto. Han sido capaces de captar lo que ponía el guion, darle vida y crear una realidad que permite creerse todo lo demás".

Para el reparto, la conjunción de un icono cinematográfico y la visión de Edwards para el renacer épico de Godzilla, hizo de la película un proyecto irrechazable. Según Aaron Taylor-Johnson: "Cuando Gareth y yo hablamos por primera vez del proyecto, me pidió que dejase a un lado la cuestión de que se trataba de una película de un monstruo gigante. Me encantó ver lo que Godzilla significaba para él, y que quisiera que su vuelta a la gran pantalla se produjera en medio de un desastre superespectacular, pero contando la historia con un nivel artístico y emotivo muy alto. Eso fue lo que me animó a subirme al carro de este proyecto, y Gareth ha hecho que la experiencia haya sido increíblemente especial".

Aaron Taylor-Johnson interpreta el papel principal de Ford Brody, un oficial naval especializado en la desactivación de bombas que acaba de reunirse en San Francisco con su mujer e hijo cuando le llaman para que vaya a Japón a ayudar a su padre, que se encuentra en apuros.

En palabras de Edwards: “Ford es el héroe de la película y tiene un montón de escenas de acción. Dado que gran parte de la narración se realiza de forma visual, era fundamental que se entendiesen sus pensamientos y sentimientos, por lo que necesitábamos un actor capaz de comunicar con una sola mirada. He visto Nowhere Boy, en la que Aaron interpreta a John Lennon, e hizo una interpretación llena de alma. Sus ojos transmitían tantísima intensidad y emoción... Desde ese momento supe que era la persona adecuada".

La gran experiencia de Ford desactivando bombas le lleva a la vanguardia de la defensa unificada de la humanidad en contra de la mayor amenaza a la que jamás se ha enfrentado, pero Ford se debate continuamente entre el deber y su instinto de localizar a su familia para ponerles a salvo. Según Taylor-Johnson: "Ford es el tipo de especialista que el ejército necesita y todos se ponen manos a la obra. A la vez, su objetivo particular es volver junto a su familia, y su trabajo en el ejército se convierte en su única forma de acercarse a San Francisco. Lo que es desolador es ver que es consciente de que quizá nunca pueda llegar a volver a casa".

La mujer de Ford, Elle Brody (interpretada por Elizabeth Olsen), está atrapada en San Francisco cuando Godzilla centra su atención en la ciudad. Enfermera en uno de los hospitales más grandes de la ciudad, Elle se ve obligada a tomar duras decisiones para poder superar las graves consecuencias humanas del desastre, así como para proteger a su hijo de 4 años, Sam, interpretado por el debutante Carson Bolde. Olsen destaca que la historia de Elle es absolutamente heroica ya que, además de su trabajo, también está desesperada por proteger a su propio hijo, a lo que añade: "Su historia y la manera en que Ford intenta volver junto a su familia es parte de lo que más me gusta de la película; el valor de la familia está en el corazón de todo y los momentos de crisis logran destapar el valor y el heroísmo que todos llevamos dentro".

Para Edwards, el estilo de Elizabeth en lo que respecta a temas emotivos la hizo merecedora del papel: "Elizabeth tiene una forma de interpretar que hace que sus personajes parezcan pertenecientes a un documental, no a una película; parece que no interpreta, parece que vive. Con Elizabeth, parecía que estuviéramos haciendo un drama importante en el que aparece un monstruo gigante”.

Al ver por primera vez el evocador avance que Edwards había hecho de la película, Olsen pudo comprobar el nivel de realismo que el director quería dar al proyecto. En sus propias palabras: "Lo que más me impresionó fue el enfoque de Gareth, su forma de reproducir las imágenes de muchos de los desastres naturales que hemos visto que han ocurrido por todo el mundo. El sufrimiento de Elle en esta película está relacionado con lo que le ocurre a la gente que se ve envuelta en sucesos de este tipo y con los límites a los que estás dispuesto a llegar para salvar a tu gente".

Este mismo impulso es lo que guía a Ford a lo largo de toda la historia y Taylor-Johnson afirma que, a pesar de la tremenda acción que envuelve la película, las exigencias emocionales que su personaje tiene en la película superan con creces a las físicas. En sus propias palabras: "Ford es llevado al límite durante la película, tanto interna como externamente. Al principio de la película le vemos en el papel de marido, padre e hijo, intentando hacerlo todo bien, a pesar de la gran carga emocional que arrastra. Tiene cuestiones pendientes con su padre, y sus esfuerzos por mejorar su relación le llevan lejos de su hogar justo cuando su familia más le necesita".

Ford lleva consigo la pesada carga de un suceso de su niñez que, 15 años atrás, cuando vivía en Japón con sus padres, rompió su familia. Sin embargo, los acontecimientos que llevaron a aquel fatídico día de 1999 tuvieron su origen mucho más al sur, en Filipinas, lugar en el que da comienzo la película.

Una remota mina ubicada en la selva en Filipinas se viene abajo, dejando al descubierto los restos fosilizados altamente radioactivos de algo gigantesco y muy muy antiguo... Dos científicos de una organización secreta del gobierno, Ishiro Serizawa y Vivienne Graham, llegan al lugar para examinar la extraña reliquia.

Ken Watanabe interpreta a Serizawa, científico japonés que ha dedicado toda su vida a buscar a Godzilla y que espera encontrar en la cueva pruebas de la existencia de la mítica criatura. Según Watanabe: "Su búsqueda va mucho más allá de la lógica curiosidad científica. Le preocupan los distintos tipos de violencia que podría existir en el planeta, y tiene su propia teoría acerca de lo que llama Depredador Alfa y de su papel en el mundo".

En la película, el origen de Godzilla se vincula a una escena alternativa de la historia reciente, un oscuro legado que persigue a Serizawa, personaje cuyo nombre se debe a un personaje fundamental de la película original japonesa, en el que también está inspirado. En palabras de Edwards: "Serizawa es el científico que más sabe de Godzilla, y Ken le ha aportado muchísima complejidad y profundidad de sentimientos. Durante el rodaje solíamos bromear diciendo que nadie tenía tantas miradas diferentes como Ken. Es un actor impresionante al que merece la pena ver actuar porque logra plasmar en su cara todos sus pensamientos sin ningún esfuerzo. Cada vez que rodábamos Ken nos sorprendía con una mirada distinta, respirando de forma diferente o yéndose del plano como no lo había hecho hasta entonces. Siempre acababas viéndote a ti mismo queriendo alargar la escena más de lo previsto inicialmente. Las escenas iban saliendo de seguido porque nunca querías cortarlas".

Watanabe siguió el deseo de Edwards de recurrir a los hilos temáticos del original dentro del contexto del mundo actual. En palabras del propio Watanabe: "Creo que tanto Japón como el resto del mundo afrontan hoy día retos similares a los que tenían lugar cuando se rodó la primera película. Godzilla es inseparable de la cuestión nuclear y sirve como estupendo recordatorio de que debemos mirar al futuro y reflexionar acerca de cuál es el mundo que queremos tener. Por eso, cuando leí el guion me impresionó que la película de Gareth conservase la relación entre Godzilla y las consecuencias de utilizar fuerzas cuyas consecuencias apenas llegamos a comprender".

Sally Hawkins, que interpreta a Graham, la científica que acompaña a Serizawa, añade que la pasión que Edwards tenía en el proyecto inundó todas y cada una de las decisiones creativas que se tomaron durante el rodaje: "Tuvo que lidiar con muchas cosas, y aun así mostró muchísimo interés hacia los actores y la historia en sí. Siempre insistía en que era vital mantener el corazón y el realismo de la historia".

Al compartir todas sus escenas con Watanabe, enseguida conectaron. En palabras de la propia Hawkins: “Graham y Serizawa emprenden juntos un proyecto porque es el trabajo de la vida de ambos. En cuanto se les ve en pantalla se nota que su forma de comunicarse entre sí es prácticamente telepática. Además, creo que Ken es fantástico. Tiene una presencia impresionante y trabajar con él para lograr transmitir la relación entre nuestros personajes ha sido un verdadero placer".

Conforme Graham y Serizawa van adentrándose más y más en las entrañas de la montaña, van descubriendo todo el sistema de cuevas que había albergado el esqueleto de una criatura gigantesca, pero que también había albergado algo más. Al final descubren aterrorizados que la montaña ha sido vaciada desde dentro, dando lugar a una zanja de polvo que atraviesa el bosque y lleva directo al océano.

Al norte del mar de China Oriental, una serie de temblores afectan a la planta nuclear de Janjira, cerca del distrito de Tokio en el que Ford, interpretado en su infancia por CJ Adams, vive con sus padres Sandra y Joe Brody, interpretados por Juliette Binoche y Bryan Cranston. En 1999, ambos son científicos que trabajan en la planta nuclear y, la mañana siguiente a los temblores, su padre es el primero en lanzar la voz de alarma. Según Cranston: "Joe es un ingeniero nuclear, muy bueno en su trabajo. Ha detectado en los temblores patrones sonoros anómalos que otra gente intenta ocultar y hacer creer que no han sido más que simples terremotos, pero la información que posee Joe indica algo bien distinto. Sabe que hay algo más y quiere que se cierre la planta nuclear, pero nadie le hace caso, y cuando por fin la cierran, ya es demasiado tarde".

A pesar de que su papel más famoso es el del apasionante Walter White de la serie televisiva Breaking Bad, Edwards le recuerda en su papel de padre en la serie Malcolm, y desde el primer momento le vio en el papel de Joe. En palabras del director: "Me encantaba esa serie. Creo que, por lo general, es más difícil ser un buen cómico que un buen actor dramático. Bryan puede hacerte reír en cualquier momento, pero también es capaz de aportar una gran emotividad a sus personajes. Le tuve en mente todo el tiempo que estuvimos escribiendo esta parte y, por suerte, aceptó el papel".

A pesar de su gran afición por las películas de Godzilla, Cranston nunca se imaginó participando en una de ellas: "Por suerte, esta es distinta, como me dijo Gareth. Se ha ido un paso adelante en lo que respecta a los personajes, lo que hace que los elementos fantásticos de la historia sean aún más grandiosos ya que, mientras sigues el devenir de todos los personajes a lo largo de la película, puedes ver como toman tanto buenas como malas decisiones y cómo las relaciones entre ellos se enfrían o se afianzan. La película reúne los elementos de una buena película dramática, envueltos en una presentación de una grandiosa y épica película de monstruos".

Juliette Binoche asiente, añadiendo: "Los monstruos tienen una gran capacidad de catarsis. Estas historias nos ayudan a entender cosas sobre nosotros mismos y a ver nuestras emociones a gran escala y Gareth, en su papel de narrador, lo entiende de forma instintiva. Es un director con muchísimo talento, y me ha encantado trabajar con él en esta película".

Sandra Brody, personaje que interpreta Binoche, es, al igual que su esposo Joe, una científica entregada que, la mañana del accidente, pone su instinto maternal por encima de cualquier otra cosa. En palabras de la propia Binoche: "Cuando la situación de la planta se convierte en una crisis seria Sandra tiene que tomar una decisión. Estas situaciones suelen ser duros momentos de realismo y, en ese momento sus acciones están motivadas por el amor que siente por su hijo y su marido".

Quince años más tarde, cuando Ford viaja a Japón para un incómodo reencuentro con su padre, se encuentra con un Joe aún devastado por el accidente que destrozó la planta y, con ella, a su familia. Cranston añade: "Joe se ha pasado toda la vida intentando desvelar el misterio de lo que sucedió aquel día, y precisamente la mayor pérdida provocada por su obsesión es la relación que tiene con su hijo".

Cuando su hijo llega para llevarlo consigo a casa Joe está a punto de demostrar que las poderosas fuerzas que destrozaron la planta nuclear de Janjira en 1999, están volviendo a ocurrir y que las informaciones de escape de radiación son mentiras que el gobierno ha divulgado para ocultar la verdad. En una última súplica logra persuadir a Ford para regresar a su casa en ruinas para recuperar pruebas de que el desastre tuvo un origen no natural. Sin embargo, tras tenderles las fuerzas de seguridad una emboscada, lo que descubren en la zona de cuarentena es mucho peor.

En el vacío interior de la mismísima antigua planta de Janjira se enfrentan al gran secreto del gobierno: algo ha estado alimentándose en los reactores nucleares de la planta y, tras 15 años, acaba de despertar. En palabras de Mary Parent: "En la película presentamos una fuerza destructora que, en cierta forma, no es más que una consecuencia de la arrogancia que el ser humano tiene frente a la naturaleza. La forma en que esa arrogancia choca contra los planes de Godzilla es lo que nos sumerge en un gigantesco conflicto que evoluciona en contra del planeta".

En los aterradores acontecimientos que suceden a continuación, Ford y Joe son trasladados, junto a Serizawa y Graham, en la embarcación de la Marina que ejercerá las funciones de centro de control para la crisis, que cada vez es mayor. Al mando de la operación táctica puesta en marcha por varias fuerzas para defender al planeta de una aterradora amenaza va el almirante Stenz, quien sigue a Godzilla por todo el Pacífico hasta la costa de EE.UU.

El popular actor que interpreta al almirante William Stenz, David Strathairn, añade: "Nadie en la Tierra se ha enfrentado antes con algo de esta magnitud, así que Stenz está algo abrumado sin saber exactamente cómo afrontar la situación. No se pueden abatir monstruos con munición normal así que ¿a qué recurres? ¿a armas nucleares? Ese es el último recurso militar, pero las posibilidades de tener que recurrir a él aumentan de forma dramática, sobre todo mientras el oficial al mando de las fuerzas unificadas, Stenz, sigue en conflicto estratégico con Serizawa".

Strathairn ha disfrutado explorando su conflicto filosófico con Watanabe. En sus propias palabras: “Serizawa es un científico entregado y muy comprometido. También lleva una pesada carga compuesta por profundos sentimientos de miedo y tristeza provocados por nuestra arrogancia como especie frente a la naturaleza. Stenz tiene que tomar varias decisiones de vital importancia que chocan frontalmente con la idea que Serizawa tiene de cómo resolver la situación, y Ken ha aportado una enorme elegancia a esas situaciones de alta tensión que tienen lugar entre ellos. Serizawa es el centro de compasión de la historia".

Al igual que al resto del reparto, a Strathairn también le ha impactado la habilidad de Edwards para captar la dimensión humana que hay en la historia de Godzilla. En palabras del propio actor: "Creo que la película trata fundamentalmente de como el ser humano, en tanto que especie frágil y demasiado a menudo medioambientalmente despreocupada, reacciona ante la amenaza de Godzilla, una metáfora de muchas cosas que aún nos cuesta comprender como especie. Gareth ha realizado un trabajo enorme en esta película. Por así decirlo, me ha impactado la forma en que se ha adueñado de una franquicia como esta, este dinosaurio, a la vez que ha respetado y honrado su lado humano".

Tras presenciar la destructiva entrada de Godzilla en el aeropuerto de Honolulu, Ford se une a una unidad militar que se dirige al interior tras una gigantesca estela de destrucción a través de pueblos y ciudades aplastados por fuerzas de un poder y un peligro incalculable. Intentando apurar su única oportunidad de poner a salvo a su familia, Ford se presta voluntario para lo que puede ser una misión suicida para adentrarse en el corazón de un San Francisco asediado en un intento desesperado de salvar a la ciudad de una aniquilación nuclear que parece inminente.

Con sus rascacielos aplastados como si fuesen juguetes y sus refugios subterráneos repletos de personas aterrorizadas, la frágil ciudad se ha convertido en un campo de batalla gigantesco al que el Depredador Alfa se acerca con fiereza, dejando caer toda su furia en una batalla de tinte épico para hacerse con el control de la zona, con el futuro de la humanidad atrapado justo en medio.

Según el propio Edwards: "Elegimos cómo dar a conocer a Godzilla al mundo en la película. No fue una elección fácil porque estaba muy relacionado con la cuestión de si Godzilla es bueno o malo. Personalmente, creo que representa algo totalmente distinto. Es como preguntarse si un huracán es bueno o malo. Godzilla es una fuerza de la naturaleza en su modo más violento e impredecible. Todo contra lo que Godzilla lucha en la película representa nuestro abuso de la naturaleza, por eso, cuando por fin aparece, lo hace para poner las cosas en el lugar que les corresponde".


Revivir una leyenda de 60 años
Para los encargados de supervisar un proyecto tan complejo, es probable que no haya habido nada más complicado o agotador que crear su acontecimiento más importante. En palabras de Tull: "Toho nos dio carta blanca para reinterpretar a Godzilla pero, tanto nosotros como ellos, consideramos que Godzilla no debía dejar de parecerse a Godzilla. Queríamos revivirlo y adaptarlo a la realidad actual pero sin alejarnos demasiado de la clásica silueta con la que muchos de nosotros hemos crecido, y Gareth y todo el equipo recorrieron ese trayecto con pasión e inspiración".

El esfuerzo para lograr que Godzilla cobrase vida en pantalla con el máximo detalle y realismo posibles hizo que se reuniese a un gran equipo creativo que aunaba el talento de Matt Allsopp, diseñador principal de criaturas y concepto, con Andrew Baker, Christian Pearce y Greg Broadmore, diseñadores de criaturas de Weta Workshop, Ltd., además de ilustradores gráficos, artistas de animación de fotogramas de referencia y texturas de Moving Picture Company (MPC) y especialistas de sonido, movimiento y servicio, todos unidos en pos de la visión que Edwards tenía del personaje.

En palabras del propio director: "Todo el mundo hizo su aportación. Queríamos dar con el aspecto que Godzilla tendría si le viésemos en la realidad. Una de las conversaciones más recurrentes era '¿Si fuera una persona ¿quién sería?' Tras reflexionar sobre ello un buen rato, llegamos a la conclusión de que Godzilla era algo así como el último Samurái: un solitario y anciano guerrero que, si pudiera, preferiría no ser parte de este mundo, pero los acontecimientos le obligan a aparecer. Diseñamos muchísimas ilustraciones y bocetos, y nos llevó más de un año dar con lo que estábamos buscando".

Con casi 110 metros de altura (la mayor representación hecha en la gran pantalla), Godzilla se concibió desde el primer momento como una creación totalmente digital que conservaría la forma e identidad clásicas del personaje. Un ser bípedo, anfibio y radioactivo, armado con aletas dorsales dispuestas amenazadoramente a lo largo de toda su espalda, hasta acabar en su larga y articulada cola, Godzilla pertenece a la especie imaginaria Godzillasaurus, que los paleontólogos han vinculado con las familias del Tyrannosaurus Rex o el Ceratosaurus, con la única diferencia de que es algo más grande.

Los esfuerzos del equipo por captar la esencia de Godzilla les acabó llevando a 1954, al emblemático traje de látex diseñado por Teizo Toshimitsu, de Toho, que creó junto a Eizo Kaimai, Kanju Yagi y Yasue Yagi. Llevado con estupendos resultados por el actor Haruo Nakajima, el prisma de Ishiro Honda lo convirtió en una especie de desastre nuclear hecho carne que exhalaba explosiones atómicas fácilmente visibles sobre un devastado Tokio. A pesar de lo innovadores que fueron para la época los efectos especiales que usaron en la primera película, el equipo sabía perfectamente que 60 años más tarde contaban con las herramientas que les permitirían dar vida de verdad a Godzilla.

Según confirma Jim Rygiel, supervisor de efectos especiales: "Fue fantástico inspirarnos en las primeras películas, pero la orden de Gareth desde el primer momento era que todo lo que creásemos tenía que parecer total y absolutamente real. Quieres creer que realmente existe esta bestia de casi 110 metros de altura que destroza las calles de San Francisco".

Bien al principio del proyecto, Rygiel mostró al equipo las primeras pruebas definitivas de la criatura en movimiento. En palabras de Tull: "El rugido retumbaba por toda la sala. Gareth y el equipo de efectos especiales hicieron un trabajo fantástico al darle a Godzilla tal nivel de detalle y unos movimientos naturales que ni siquiera se podían crear hace cinco años. Casi parecía que estábamos viendo a Godzilla en carne y hueso por primera vez".

No obstante, en su interior, lo que siempre ha distinguido a Godzilla es su imagen y su presencia, ambas únicas. Según Mary Parent: "Godzilla tiene un efecto excepcional en la gente porque, además de aterrorizarte, también te identificas con él, motivo por el cual ha pervivido a lo largo de tantos años. No cabe duda de que Godzilla es un ser fiero, pero también es íntegro e inocente. Al principio, nunca sabes qué es lo que va a hacer, pero también es verdad que tiene elementos totalmente heroicos, y esa dicotomía es lo que le hace tan interesante y absorbente".

Al igual que ocurre con sus compañeros humanos, el alma de Godzilla se refleja en su cara. A pesar de que la nueva encarnación va estrechamente vinculada a las dimensiones de su pequeño y empinado cráneo, amplio hocico y boca de carnívoro, para darle las expresiones adecuadas en medio de la batalla, el equipo analizó las expresiones de perros y osos, incorporando la elegancia del águila.

Para asistirle en los entresijos del personaje, Edwards contó con la poderosa ayuda de Andy Serkis, pionero en captura de movimientos y colaborador de Rygiel en El señor de los anillos. Andy ha aportado su singular arte a personajes hechos por ordenador como Gollum, Caesar y King Kong, y ha ayudado a desarrollar el rango emotivo de Godzilla.

Según Edwards: "Al principio del proyecto, sentía que en cierta manera podíamos decidir y controlar todo de Godzilla pero, según avanzábamos, empezamos a darnos cuenta de que iba a ser el propio Godzilla quien nos iba a decir quién era exactamente, justo como ocurre con aquellos actores que tienen una visión particular de sus personajes. No podíamos marcar cómo iba a ser exactamente, lo que teníamos que hacer era ir probando diferentes opciones y, poco a poco, él mismo se nos iba dando a ver".

El último componente de la creación de Godzilla no es su apariencia sino los sonidos que emite. Akira Ifukube, compositor de la aterradora banda sonora que sonaba en la presentación del Godzilla de 1954, tuvo la idea de crear el famoso rugido usando un guante de cuero recubierto de resina y arrastrándolo por las cuerdas destensadas de un contrabajo, logrando Ichiro Minawa, diseñador de sonido y efectos musicales, el efecto final mediante el control de la velocidad de reproducción, lo que le permitió personalizar cada nota.

En palabras de Tull: "El rugido de Godzilla no es algo que se pueda fingir. Solo hay un sonido que Godzilla emite, y es casi imposible recrearlo, hagas lo que hagas".

Mucho antes de que diese comienzo la producción, el equipo reclutó a los oscarizados diseñadores de sonido Erik Aadahl y Ethan Van der Ryn (Transformers) para experimentar con diferentes técnicas e intentar recrear el escalofriante y desgarrador rugido de Godzilla, además de toda una constelación de sonidos que permitieran dar a la acción un toque visceral que hiciese que la gente saltase en sus butacas. En palabras de Edwards: "Si te imaginas que Godzilla existe de verdad, entonces lo que se oye en la película de 1954 no es más que la grabación que se oiría en una cinta de los años 50. Así que queríamos captar cómo sería el sonido real con toda su potencia y la fidelidad de la que somos capaces hoy en día".

Los diseñadores de sonido utilizaron innumerables técnicas, llegando incluso a deslizar un guante de cuero recubierto de brea de pino sobre un contrabajo para lograr lo que parecía imposible. Según Aadahl: "Ese rugido es probablemente el efecto de sonido más famoso de la historia del cine y por eso queríamos rendirle homenaje a la vez que creábamos algo nuevo. Acabamos grabando cientos de sonidos distintos que compartían características y tonos con el rugido original y al final dimos por casualidad con una combinación que ponía la piel de gallina. Nuestra intención era que condensase toda la fuerza y fiereza de Godzilla como fuerza de la naturaleza para que la gente, incluso con los ojos cerrados, reconociese que se trataba del rugido de Godzilla en cuanto lo escuchase".

Dividiendo el sonido original en tres (un grito metálico, seguido de un gemido sensacional y un rugido final), los diseñadores de sonido realizaron innumerables pruebas con una gran variedad de sonidos hasta que lograron la combinación que mejor reflejaba el increíble tono dramático del rugido original de Godzilla. Según Tull: "Lo que han hecho hará que un escalofrío te recorra la espalda. Ha sido el rugido más grande, el más impresionante, que Godzilla se haya merecido".

La grabación de la interminable gama de efectos de sonido de otro mundo se realizó con una tasa de muestreo de 192 kHz con una alta resolución de 192-kiloherzios (imperceptible para el oído humano) que, posteriormente, se redujo a un nivel que el oído humano sí puede percibir. El sonido ambiente de la película también incluye entornos realistas en los que se desarrolla la historia, y Aadahl y Van der Ryn se desplazaron a exteriores para grabar en túneles y portaaviones. En palabras de Van der Ryn: "Gareth es un visionario y un perfeccionista, y siempre hace que probemos cosas nuevas y vayamos más allá. Trabajar en esta película ha sido una aventura verdaderamente especial que todo el equipo emprendió de forma conjunta. Ha sido una de las mejores experiencias de nuestra vida".

Uno de sus objetivos era situar el rugido de Godzilla en el mundo real, por eso los diseñadores colocaron un sistema de sonido de más de 3 metros y medio de altura y tan ancho como un bulevar en una calle de los estudios de Warner Bros. en Burbank. Emitiendo el rugido mediante unos altavoces de 100.000 vatios dispuestos en línea, grabaron las reverberaciones que producía en distintos ángulos como el interior de un coche, dentro del escaparate de una tienda o en un callejón. No solo hacía que temblasen tuberías y tejados sino que también podía escucharse a casi 5km de distancia.

En el reino animal, un rugido puede expresar multitud de emociones pero sin duda es mucho más efectivo cuando se emplea como afirmación de dominancia cuando el Depredador Alfa se ve amenazado, lo que, en palabras del propio Edwards, ocurre sin ninguna duda en la película. "En la película, Godzilla no es quien intenta destruir el planeta. Él es totalmente ajeno a nuestra presencia; no somos más que algo insignificante para él. Pero compartimos un lugar, y nuestras acciones tienen un papel importante en el hecho de que se haya manifestado esta gigantesca amenaza para el planeta y para Godzilla mismo. Queríamos crear al enemigo definitivo de Godzilla y, espero, que a lo largo de todo el proceso hayamos creado algo totalmente nuevo para el público".


Cómo captar un mundo distinto
Formado en el mundo del "háztelo tú mismo", Gareth Edwards ha aterrizado en el mundo de las producciones mastodónticas con el mismo nivel de inspiración y recursos que aportó en su película independiente Monsters. Reuniendo a aquellos artistas cuyo trabajo ha admirado siempre, el director dio con un equipo de colaboradores rebosantes de ideas que no solo compartían su perspectiva del proyecto sino que la llevaban aún más allá.

En palabras del propio director: "Cuando tienes que hacer una película como esta puedes escribir una lista de aquellas personas de todo el mundo con las que te gustaría trabajar. Tengo la suerte de haber podido contar con todos aquellos con los que quería trabajar. Todos los jefes de departamento que componen nuestro equipo han cambiado el mundo del cine a su manera, y todos estaban comprometidos con el objetivo de crear una película profunda, emotiva y cinematográficamente épica, que fuese en consonancia con aquellas con las que crecimos. Esas películas son las principales culpables de que nos hayamos metido en el mundo del cine. Todo el mundo ha estado fantástico y ha sido de gran ayuda. Esta es mi primera gran película, y aún me sigo preguntando si todo esto es lo normal. Ha sido maravilloso".

Elizabeth Olsen destaca que, a pesar de haber supervisado un reparto enorme, siete unidades de grabación y un equipo de 500 personas, Edwards nunca perdió su buen humor: "Era capaz de hablar con los actores sobre la historia y, justo después, dirigir los aspectos técnicos de la producción con su equipo, gracias a la formación que tiene. Creo que es una característica única en un director que, en su primera gran película, haya sido capaz de equilibrar todo eso sin verse superado en ningún momento. Su liderazgo y tranquilidad constantes lograron establecer un ambiente que hizo que todos diéramos lo mejor de nosotros mismos".

El deseo principal que guiaba al director era tratar Godzilla como una historia antes que nada. En sus propias palabras: "Era muy importante para todos que el público se interesase por lo que va sucediendo y el porqué de todo ello, así que no quise que la película se quedase en una sucesión de escenas espectaculares. En lugar de eso, la idea que teníamos era controlar la historia de forma que se prolongasen y aumentasen la tensión y el suspense hasta que por fin dejamos al descubierto a Godzilla por primera vez".

Esta estrategia se tuvo en cuenta en todos y cada uno de los aspectos creativos de la película y ayudó a forjar un lenguaje visual que aportase verosimilitud incluso a los momentos más impactantes. Según Edwards: "No me gusta poner cámaras en todas partes. No me gusta dirigir aquellos movimientos de cámara que sería imposible hacer en la vida real. Hemos rodado varias de las grandes escenas del monstruo con los mismos efectos y técnicas que se usan en los grandes acontecimientos deportivos. Los técnicos de cámara no son videntes, así que las tomas no son siempre perfectas. Se ubicaron cámaras en los lugares que se creyó que mejores tomas podrían captar, y así es como rodamos".

El director de fotografía, Seamus McGarvey, vio la primera película de Edwards cuanto se estrenó en el Festival de Cine de Edimburgo y quedó impactado por el ojo del director respecto a la interacción humana, incluso en circunstancias extremas. En sus propias palabras: "En Godzilla te enfrentas a un monstruo mítico, pero lo interesante visualmente es la sucesión de pequeños momentos que vive la gente, intercalados con aquellos en los que eres consciente de la magnitud del gigantesco monstruo que está detrás de ellos. Ver a una persona frente a una criatura de casi 110 metros de altura, esa especie de mini David contra mega Goliath hace que se te corte la respiración".

Para integrar totalmente la acción real con los elementos creados por ordenador, toda la película se planeó empleando la previsualización, lo que ayudó a guiar al editor Bob Ducsay a la hora de montar las escenas, que a menudo implicaban fusionar previsualizaciones con tomas completas. Según el propio Ducsay: "Es una película muy complicada, pero ha sido fantástico ir viendo cómo tomaba forma. Gareth rodó gran parte de la película, lo que nos dio la oportunidad de aportar innumerables matices a las secuencias más complejas".

La técnica de la previsualización, en continua evolución, fue también una herramienta de vital importancia para que Edwards transmitiese su visión a todo el equipo. En palabras de Tull: "Ver las previsualizaciones, sin más, generaba una tensión asfixiante, y no es algo que suela pasar cuando ves bocetos de animaciones sin pulir. En todo momento había esa sensación de misterio y anticipación de que algo malo va a ocurrir que hizo que todos nos muriésemos de ganas de ver la película una vez terminada".

Edwards también se lo mostró a los actores antes de rodar las escenas más grandes para orientar su imaginación y ayudarles a la hora de decidir cómo actuar frente a su ausente compañero. Ya con las cámaras grabando, Edwards solía narrar la acción a través de un altavoz, justo como hacen los locutores de los eventos deportivos, subrayado en muchas ocasiones para dar un efecto más real, por una explosión activada por el coordinador de efectos especiales Joel Whist, o por el rugido que habían creado.

Tal y como recuerda Edwards: "Acercaba el micrófono al altavoz del iPod para que así los rugidos sonasen en el momento exacto en que debían hacerlo, y la estrategia fue realmente efectiva. Creo que se nota la diferencia entre las tomas en las que no se ponía el sonido en el plató y aquellas en las que el rugido de Godzilla resonaba por todas partes, pues es algo primordial y creo que es imposible no reaccionar a ese rugido".

Al haber un montón de escenas peligrosas en medio del caos, dirigidas por los coordinadores de escenas peligrosas John Stoneham, Jr., Jake Mervine y el coordinador de la segunda unidad de escenas peligrosas, Layton Morrison, el proceso fue agotador para los actores. Aaron Taylor-Johnson apunta: "Cuando estás en medio del caos, con un montón de cosas sucediendo a tu alrededor y la cámara justo al lado, en el centro de la acción, la sensación que se tiene es la misma que al verlo. La forma de rodar de Gareth hace que te sientas realmente dentro de un coche o en lo alto de un edificio, y es fantástico de presenciar, incluso aunque falten los efectos especiales".

Además de a través de la dirección de una concatenación de secuencias emotivas, de acción y agobiantes mediante el uso tanto de los focos de luz disponibles como del diseño de iluminación y sombreado ambiental, McGarvey ha creado una capa más de contrastes visuales empleando una serie de lentes anamórficas de los años 70 en cámaras digitales de última generación Arri Alexa®. McGarvey nos indica: "Para esta película hemos empleado los efectos especiales y la fotografía digital más novedosos, pero el objetivo era hacer imperceptible todas estas técnicas de forma que, aun siendo de gran calidad, no estuviese manipulado en exceso y el público pudiese creerse que es una situación que tiene lugar de verdad. Hemos empleado lentes antiguas en cámaras modernas para lograr los clásicos resplandores y características que tanto a Gareth como a mí nos encantan de las películas de la época. Hemos usado de forma visceral un montón de rodaje manual, de forma que casi parezca que el cámara es testigo de los acontecimientos en directo. A la vez, hemos rodado en anamórfico y tenemos momentos grandiosos del monstruo en la película, así que tiene reminiscencias del gran CinemaScope que esperarías de una película de este tipo".

Godzilla se desarrolla principalmente en dos épocas diferentes: 1999, en Tokio y Filipinas, y la actualidad. Owen Paterson, director de producción, disfrutó enormemente captando los motivos de las distintas ubicaciones y épocas que van de la vida normal a la destrucción total: "Creamos un número impresionante de ilustraciones para diseñar los ambientes de la película y acabamos construyendo y decorando cerca de 100 sets, lo que es mucho para una sola película, alguno de los cuales era bastante amplio. Nuestro objetivo era hacerlo tanto visualmente interesante como creíble en lo que respecta al tiempo y el lugar".

La diseñadora de vestuario, Sharen Davis, también tuvo que fijarse en las épocas que aparecen en la película para crear un vestuario que no llamase la atención sino que quedase natural en los personajes y en sus vidas dentro de la historia. Tal y como confirma la propia Davis: "En la película hay una presencia bastante importante de soldados por lo que hemos tenido que buscar o crear todo el vestuario que va desde el uniforme de un oficial de los años 50 hasta el del personal de seguridad japonés de finales de los 90 o los uniformes actuales del ejército y la marina estadounidenses. Era fundamental no equivocarse y ser fieles a la realidad. Pero lo mejor de todo ha sido seguir la evolución de los personajes. Por ejemplo, Joe Brody sufre un cambio casi dramático a lo largo de 15 años. Todos los trajes de la película se han diseñado con la intención de no llamar la atención, para formar parte del día a día normal, para que sean el tipo de ropa que puedes ver a veces en las noticias vistiendo a gente normal que de repente se ve envuelta en medio de sucesos fuera de lo común".

Preservando la ilusión de algo inimaginable que impregna el día actual, Paterson diseñó y construyó los distintos ambientes de la película centrándose en aquello que pareciese más natural y realista. Así, nos indica: "Gareth ha puesto sobre la mesa una forma muy interesante de contar una historia como esta. Creo que su intención es hacernos sentir como su estuviésemos viendo un documental de animales, de pie en los grandes pastos de África viendo cómo pasta un rinoceronte, cuando de repente se revuelve y carga contra ti... con la excepción de que hay monstruos gigantescos. Es un director sensacional, así que ha sido fantástico diseñar para él entornos que parecieran reales a la vez que incorporasen la existencia de estos personajes digitales bastante exóticos. Quería grabar con cámara todo lo posible, por lo que todos los decorados tenían que tener un nivel de detalle, tanto en primer plano como detrás de la acción principal, que permitieran su ampliación o reducción mediante efectos especiales para añadir escala y relevancia".

El director, que pulió sus conocimientos de efectos especiales durante sus primeros años en la televisión británica, disfrutó trabajando con su pionero en efectos especiales, Jim Rygiel, que fue quien dio vida a la Tierra Media en las películas de El señor de los anillos. También tuvo la oportunidad de trabajar con John Dykstra, cuyo prestigio en el sector se remonta a las películas de La guerra de las galaxias, con quien elaboró algunos de los efectos especiales de la película.

En palabras de Rygiel: "Gareth es capaz de crear monstruos en 3D con su ordenador, lo que ha hecho mi trabajo mucho más sencillo y divertido. De haberse tratado de un proyecto distinto a este es posible que hubiera acabado llenándolo todo de croma verde, pero Gareth quería rodar todo en negro, para sentir mejor la fotografía de ambiente de Seamus. Quienes trabajamos en el sector de los efectos especiales solemos odiar el humo y el polvo porque tenemos que ocultar y volver a dejarlo a la vista con un click de ratón pero, una vez que ves la toma definitiva, puedes sentir la profundidad y las capas, en lugar de verlo todo sin problema en medio de una escena perfectamente iluminada".

Las necesidades de efectos especiales de la película hicieron que se dividiese el trabajo entre dos empresas distintas, asumiendo la londinense Double Negative el trabajo con los ambientes, y la canadiense Moving Picture Company, el trabajo de creación de Godzilla. El reto era crear una interacción creíble y constante entre los elementos digitales y el mundo real. Según Rygiel: "En la película hay luchas en las que participan monstruos gigantescos, destrucción de ciudades, un tsunami, importante actividad militar y multitud de elementos bastante poco comunes, y cada uno de esos componentes tiene que ser totalmente realista".

El componente final fue la banda sonora de la película, que Edwards empezó a concebir incluso antes de alistar a Alexandre Desplat para que la compusiera. En palabras de Edwards: “En una película como esta, la música es el elemento más evocador que puedes utilizar. Lo primero que suelo hacer siempre es crearme una lista de canciones en la que incluyo aquellos temas que más me gustan y que considero que tienen el tono y calidad adecuados para la película, la persistente emoción de la película, además del toque de miedo siniestro y oscuridad que, evidentemente, va a tener lugar en Godzilla. Alexandre, sin ninguna duda, ha logrado crear una gran banda sonora".

Al ver Monsters, Desplat destaca especialmente cómo Edwards se recrea en las emociones subyacentes de los personajes que se ven envueltos en medio del espectáculo, una sensibilidad que, en última instancia, ha plasmado en la banda sonora que ha compuesto para Godzilla. Según el compositor: "Si bien se ve peligro en la película, solo notas ese peligro si logras empatizar con los personajes. En el caso de Godzilla, he considerado importante enfatizar el gran sentimiento de pérdida que rodea a Ford y a Joe desde el comienzo de la película, así como el hecho de que sigamos sintiendo el temblor de ese momento según acompañamos a estas almas rotas hasta el presente".

Con una fuerza tan extraordinaria como la de Godzilla potenciando la acción, Desplat aprovechó la oportunidad para lograr una gran repercusión musical con su banda sonora, para lo que grabó la versión final con la Hollywood Studio Orchestra. En palabras del propio Desplat: "Hasta ahora no había hecho una película de monstruos, así que traer a esta a más de cien músicos (bajo, tuba) me sirvió para dar rienda suelta a mi imaginación y explorar nuevos territorios, lo que es fantástico. Gareth es extremadamente sensible en lo que a la música respecta, y ha sido fantástico para mí. Cada vez que le ponía en mi estudio la música que estaba componiendo podía ver cómo veía las imágenes y escuchaba al mismo tiempo. He intentado mantener siempre la tensión, pero el truco está en saber cuándo bajar un poco el pistón. Por ejemplo, una escena en la que aparece un montón de gente en la calle puede ser muy anodina. No ocurre nada pero, en lugar de dejar que se pierda la tensión, la mantienes alta. Esta estructura es algo que fui diseñando junto a Gareth a medida que tanto la película como la banda sonora iban tomando forma, así que existe una gran continuidad entre lo que ves y lo que escuchas".

El director se maravilla: "Alexandre es algo así como uno de mis mayores héroes musicales, y la banda sonora que ha compuesto para la película es sensacional. Estoy encantado. Ni siquiera puedo creerme que hayamos podido contar con él para la banda sonora de Godzilla, ¡es el compositor de mi propia banda sonora! Creo que es el mejor regalo que he tenido nunca".


Godzilla provoca corrimientos de tierra
Tal como ocurre con su protagonista, la película tiene su inicio en Japón. En palabras de Tull: "Es el lugar de nacimiento de Godzilla, así que creímos que era el lugar idóneo para que la historia diese comienzo. Luego nos lleva por medio mundo hasta que acabamos en San Francisco, donde se desencadena la gran batalla".

La película se rodó en exteriores de la isla hawaiana de Oahu, Las Vegas (Nevada, EE.UU.) y Vancouver (Columbia Británica, Canadá), además de escenas adicionales en San Diego (California, EE.UU.) y Tokio (Japón). El diseño y creación de sets complejos con detallados interiores y exteriores corrió a cargo de Paterson y su equipo artístico, dirigido por Grant Van Der Slagt, director de supervisión artística, junto con los directores artísticos Dan Hermansen, Ross Dempster y Kristen Franson, y la decoradora de escenarios, Elizabeth Wilcox. Este trabajo se realizó en platós insonorizados y de exterior del Canadian Motion Picture Park (CMPP), en el barrio de Burnaby, en Vancouver.

Una de las primeras escenas que se rodó fue en el Vancouver Convention Center, con su estructura cavernosa transformada tanto en el aeropuerto de Honolulu como en el de Tokio.

Varios de los habitantes de la zona hicieron de víctima en varias de las escenas más dramáticas de destrucción. "Ninguna criatura gigante va a aparecer y destruir una ciudad, pero es probable que todas y cada una de las personas de este planeta hayan padecido sucesos que hayan provocado el mismo tipo de destrucción, o al menos lo hayan visto por televisión", indica Edwards.

Las calles del centro de Vancouver se transformaron en el distrito financiero de un San Francisco asediado, para realizar una serie de evocadoras tomas. Elizabeth Olsen estaba presente en una de esas escenas, en la que se encuentra en medio de una muchedumbre de personas que, aterradas, huye del monstruoso enfrentamiento que está destruyendo su ciudad. Tal y como recuerda la propia Elizabeth: "Una de las mejores experiencias que he tenido en esta película es haber participado en las escenas de una multitud que corre intentando ponerse a salvo. Yo era una más en medio de la muchedumbre, corriendo todos en una misma dirección. Hasta ahora nunca había participado en una escena con tantos extras. Hay algo intrínseco en formar parte de un grupo de gente que hace que te llegue a lo más profundo. El resultado ha sido algo súper realista que encaja perfectamente con lo que sucede en la escena".

También se recreó San Francisco en los platós de exteriores del CMPP. En uno de esos platós, Paterson usó un paisaje urbano ya existente y lo adaptó para que representase una pequeña calle del barrio chino, y también creó la entrada a un socavón gigantesco bajo ese barrio chino, que es el punto al que se dirige Ford cuando entra en la ciudad con un equipo de HALO.

El caótico socavón, al que Edwards bautizó como "La guarida del dragón", se construyó en un plató y se decoró con multitud de coches estrellados, pedazos de edificio y escombros de todo tipo. Una vez acabado el rodaje de esta escena, el set se reconfiguró para que sirviese para representar la gigantesca caverna bajo la mina filipina derruida en la que los científicos Graham y Serizawa se dan cuenta por primera vez de que algo gigantesco y totalmente desconocido ha sido liberado al mundo. En palabras de Paterson: "Descubrimos que la cueva no se ha formado de forma natural; es una caja torácica gigantesca, con huesos que sobresalen en el aire más de 7 metros y medio. En cierto modo es un lugar estupendo para dar comienzo a la historia. El genio ha logrado escapar de la lámpara".

En palabras de Sally Hawkins: "Ese set era más que perfecto, era extraordinario. Incluso a pesar de que usamos algún que otro croma verde, la mayor parte del tiempo no hacía falta imaginarse nada. Todo estaba allí. Estábamos dentro de una estructura gigantesca, y los detalles eran asombrosos, así que para los actores fue muy fácil tener estos mundos increíbles".

Edwards apunta que haber rodado ambas escenas en el mismo plató deja bien claras varias de las simetrías hiladas en torno al ADN de la película: "Lo que ven Graham y Serizawa cuando están dentro de la gigantesca caja torácica, al principio de la película, y lo que ve Ford en la “guarida del dragón”, al final de la película, está relacionado en la historia. Así que, en cierta forma, fue como cerrar un círculo".

Otro plató exterior que creó Paterson en los exteriores del CMPP fue un tramo de unos 120 metros del Golden Gate (cuya longitud real ronda los 3km). En él, Edwards ayudado por E.J. Foerster, veterano director de la segunda unidad, ubicó varios de los momentos culmen más emocionantes, con el famoso skyline de la ciudad dibujándose de fondo.

Para lograr este efecto, Rygiel distribuyó varios equipos en lo más alto de varios rascacielos de San Francisco para que rodaran vistas en buena calidad desde distintos ángulos que pudieran abarcar los 360 grados del skyline, para que mediante el uso de la fotogrametría, les permitiera crear una ciudad en 3D. Según el propio Rygiel: "Esta técnica te permite disponer de una ciudad real cuya exactitud llega incluso a la más mínima pieza de argamasa del ladrillo de un edificio. Al usarla somos capaces de conjuntar las tomas de acción real con las de monstruos animados por ordenador que destrozan edificios también creados por ordenador sin interrupciones ".

Otro lugar clave para la producción fue Finn Slough, un asentamiento finlandés de pescadores no incorporado y con más de cien años, ubicado en el curso del río Fraser en Richmond (Columbia Británica, Canadá). Prácticamente abandonado en la actualidad, los escasos habitantes de Finn Slough viven en casas de madera a punto de derrumbarse, tanto flotantes como construidas sobre pilotes a lo largo de la pantanosa ribera del río. Edwards usó este lugar único y bolsas de New Westminster, decoradas como si la naturaleza lo hubiera recuperado para sí, para hacerlos pasar por la zona de cuarentena de Tokio en la que se aventura Ford junto a su padre para localizar la casa en la que vivían en su infancia.

Otras dos ubicaciones importantes de Vancouver fueron seleccionadas para emplearlas como la central nuclear de Janjira: para los exteriores se eligió la decadente y abandonada fábrica de papel de Catalyst; y para los interiores, la planta de tratamiento de aguas residuales de la isla Annacis, al sur de Vancouver, aumentada por un evocador p