Cinemanía > Películas > El ejercicio del poder > Comentario
Destacado: Pedro Martín-Calero dirige 'El llanto' con Ester Expósito
El ejercicio del poder cartel reducidoEl ejercicio del poder(L'exercice de l'État)
Dirigida por Pierre Schoeller
¿Qué te parece la película?

Entrevista con Pierre Schoeller

P: Porque quiso contar la vida de un gabinete ministerial, hora por hora ?

R: La génesis del proyecto empezó hace 8 años, antes de Versalles. De entrada, quería poner a un lado la conquista del poder y las cuestiones de política partisana, de los egos, las luchas intestinas y de las pequeñas frases… para concentrarme en la practica del poder, el Estado, a través de los que lo encarna y se consagra en ello. Este poder del gabinete representa primero el poder del trabajo. La investigación me confirmó que trabajan como atletas, bajo mucha presión. Todo tiene que ver con la velocidad. Por ningún motivo, se puede frenar el ministro, pero mas bien llevar y alentarlo. Alimentarlo de positividad. Los colaboradores mas cercanos hacen un trabajo estupendo de training positivo, sobre todo cuando el jefe tiene un bajón : « Usted fue espectacular », « Es lo que había que decir ».


P: Escribió el guion pensando en unos actores específicos ?

R: Primero escribo y luego voy por los actores. Hemos buscado durante mucho tiempo los actores. Un casting se hace de encuentros. Michel Blanc por ejemplo…. Un director de gabinete es un papel que el quería actuar desde mucho tiempo. Lo que le interesaba en el personaje, era su serenidad y estabilidad. Gilles encarna la permanencia, la autoridad pero también las raíces. Las paredes y las fundaciones. Lo que queda del Estado y lo que quedará. Es por un lado mentor, consejero, y eminencia gris. El dircab (director de gabinete) forma una pareja con el ministro. Son dos personajes complementarios. Son dos cabezas de un pensamiento único.


P: Como escogió a Olivier Gourmet para el papel central del ministro:

R: En el guion, su papel era inmenso, así que necesitaba un actor excepcional tanto por su compromiso, su amplia gama de emoción que por su simplicidad humana. Y que todo eso se transmite primero por la encarnación, el cuerpo. Gravar la política, pero a condición de que se hace según los humores. Este ministro, quería verle implicado visceralmente. Enseñar sus nauseas, sus embriagueces, sus enfados como su ternera. Es siempre el cuerpo que vamos siguiendo. Por ahí va el comienzo con un sueño erótico que se traduce por un sexo erigido. Saint Jean se empalma, sangra, se corre, se embriaga, se ríe…


P: La película no está desprovista de espectacularidad. Es poco común ver una escena de riesgo como esta. Podría contarnos un poco como fue, a pesar de que prefiere guardarlo como sorpresa.

R: Como lo dice Saint-Jean, hay que « stupéfier, créer un effet de souffle » (asombrar, crear un efecto de soplo). La escena que usted evoca usted tiene como valor: el castigo. Tiene que resonar con una de las replicas « Le peuple est méfiant, et le peuple à toujours le droit à la mefiance puisquŽil n a pas le pouvoir » (La población es recelosa y la población tiene derecho al recelo como no retiene el poder).


P: Porque ha optado por el ministro de transportes ?

R: Una de las primeras insinuaciones de la película, era un hombre durmiendo al que despertamos brutalmente para anunciarle un accidente de autobús con muertos y niños… Pasa de la tranquilidad a ser una escena de caos. Encarnar la voz publica, llevar las primeras respuestas a esta tragedia, encontrar las palabras justas…Desde los primeros minutos, el espectador esta proyectado en algo visceral. Creo que fue Jospin que contó que había organizado la evacuación de 200.000 personas para que se levante un campo de minas, y que esperó una noche entera el desenlace. El Estado nunca duerme. Así Saint-Jean heredó de los Transportes, por culpa de este accidente de autobús… Por otro lado, me interesaba que el personaje del ministro no sea una figura apegada a la soberanía. Evitamos los grandes temas de la Justicia o del Interior. Podemos inventar todo con un ministro de transportes.


P: Por cierto, tenia un modelo de político escribiendo el guion ?

R: Pensé mas bien a unos anti modelos. Quería evitar el cínico, no hacer de Saint-Jean un puro maniobrero – por cierto ellos no duran trabajando mucho tiempo. Además, evitar el tipo justo que sigue un ideal y el tipo que esta preparado a huir de las responsabilidades. Quería auscultar un animal político de verdad y creo que Saint-Jean es uno de ellos. No esta ahí por casualidad, tiene talento para la profesión, a pesar de que aún tiene mucho que aprender. Pero la gran dificultad, pasando del guión al rodaje, la obsesión constante, fue para mi, poder crear caracteres, personalidades políticas que se bastan a si mismos. Saint-Jean, Gilles, Peralta, El presidente… Espero que nos permiten olvidar el fulano de tal. El Ejercicio del Poder no es una película con referencias.


P: Si entiendo bien, es la misma lógica de no incorporar a Saint-Jean en un partido político claramente definido:

R: Exacto. Olvidamos durante 1.50 hora los temas de derecha y de izquierda. Miramos exclusivamente el poder, sus rituales, sus humores, el sudor, la sangre, la libido. Y también esta permanencia del Estado. También, tratamos de nuestra relación con la democracia, este divorcio creciendo entre ella y nosotros. A medida del rodaje, me vino un pensamiento recurrente, obsesivo, que guardaba para mi : Que esos gabinetes ministeriales tienen una parte de nuestra vida entre sus propios manos. Vale la pena interesarse a lo que pasa en aquella estructura !


P: De donde viene la idea de superponer SMS y notificaciones en la pantalla ?

R: Me gustaba la idea de que la pantalla sea fagocitada por una avalancha de palabras. Como la mayoría de la gente, esos servidores del Estado sufren de la misma emergencia, de la misma dependencia a la tecnología. El Smartphone aceleró aún más la circulación de las informaciones. Esos SMS que surgen en el medio de los diálogos, es otra imagen de este poder, omnipresente del verbo. El verbo es la sangre del Estado, un flujo permanente. Por otro lado, un ministro no se puede resumir a un solo hombre. El gabinete crea palabras, acciones y posiciones que Bertrand Saint-Jean suele tomar en cuenta. Hay la figura del ministro y el hombre que lo encarna. El ministro, como una mascara griega, es una figura que queremos habitar. El gabinete siempre va proveyendo en argumentos. La línea política del ministro Saint- Jean es una elaboración comuna entre Bertrand Saint-Jean y su fiel colega Gilles. Nos da a reflexionar sobre el tema de la responsabilidad individual. El poder, que nos apetece reducir a la figura de un único jefe, no se vuelve mas complejo, aún más huidizo, cuando pensamos a todo el colectivo que esta detrás de ello y lo genera ?


P: Y que representa el sueño del comienzo?

R: Este sueño vino muy pronto. Que lo admitimos o no, la política es un entorno de hombre. El relato iba a reflejar esta omnipresencia viril. Las figuras femeninas existen, pero gravitan alrededor del relato, ya sea la mujer del ministro, las colaboradores, o la mujer de Kuypers… El sueño es como un anuncio de esta dominación masculina, por una anti-frase: esta mujer desnuda, esta Eva, nos introduce en el cerebro de un hombre. Quien es ella? Puede ser Marianne, el símbolo de la Republica. Puede ser Saint-Jean engullido por la carga y la doradura. O de forma más general, la figura de Eros, antes la irrupción de Tanatos, la muerte, anticipación del accidente de autobús. La alarma inconsciente… En fin este prólogo era una manera de enseñar lo que es entrañable para mi: la practica del poder es primero una excitación, una tensión muy física, un demonio, un diablo en el cuerpo, antes de ser un asunto de lenguaje. Saint-Jean, el cuerpo que habla, antes de saber si estamos en el discurso, la mentira o la verdad.


P: Presenta El Ejercicio Del Poder como la secunda parte, después de Versailles, de una trilogía. En que consiste?

R: Versailles es un película que trata del tema de los privilegios, del punto de vista de los excluidos. Al contrario, El Ejercicio Del Poder es un película sobre la figura del poder, y sobre una cierta impotencia francesa del político. Vemos el desamor del pueblo por sus dirigentes. La embriaguez de la función, y a veces el agobio del personal político. Es una cosa que tratamos poco, pero el malestar de los miembros del gabinete, que se plantean a menudo lo que hacen ahí, si no estuvieran más útiles en el sector privado, es profundo. En mi opinión, la impotencia de los hombres políticos se funda no tanto en su capacidad pero más bien en su inhabilidad a tener ascendente sobre la complejidad de un mundo cada vez más rápido. Así son las dos primeras partes de mi trilogía. En cuanto a la tercera, voy a tratar de la Révolution Française, la Terreur, 1793, pero no puedo deciros mucho más, porque todavía no hay nada escrito.


Filmografía de Pierre Schoeller
Después de haber estudiado Literatura y Cine , Pierre Schoeller integró la prestigiosa escuela Louis Lumière, sección Imagen y Cine.

2011 El Ejercicio del Poder (LŽExercice de LŽétat)
2008 Versailles
Con Guillaume Depardieu, Judith Chemla, Max Baissette de Malglaive
Seleccionado en la sección “Un Certain Regard” del Festival de Cannes
Dos nominaciones en los Cesar (Mejor Actor y Primera Película)
2002 Zero Défaut (Telefilme)
con Eric Elmosnino, Nade Dieu, Abdallah Moundy
1996 Deux Amis (Corto Metraje)
con Michael Lonsdale y Jean Mercure


Entrevista con Olivier Gourmet

P: Como consiguió saber del proyecto “El Ejercicio del Poder” ?

R: El productor Denis Freyd me mandó el guión, estaba en un rodaje en Lille y me acuerdo haberlo leído muy rápidamente – Había visto Versailles, que me había gustado mucho. Llamé a Denis para decirle que me encanta el guión y el personaje. Primero, protagonizar es apasionante porque participamos a la creación de la película del principio al final. Y como suelo actuar personajes que pertenecen a clases sociales mas bajas, meterme en la piel de un ministro me preocupaba y me excitaba al mismo tiempo. Tuve miedo que sus elecciones desvían y que ofrecen el papel a otra persona. Pero no había prueba, ni hemos tenido ensayo y cuando me llamó Denis, tenía yo el papel.


P: Como Pierre Schoeller le presentó la película?

R: Antes de definirla como política, la primera cosa que me dijo Pierre, fue que quería gravar una película sobre los humores. El percibía El Ejercicio Del Poder, como un filme sobre la mafia, el entorno, la velocidad, la adrenalina del poder y la frustración. Eso confirmaba mi impresión leyendo el guión: además de ser una película que trata del interior del mundo político con un verdadero suspense, es el retrato de un hombre. Cuando la vi terminada, estuve muy feliz ver que Pierre lo logró, y eso a partir de un guión muy complejo. En mi opinión, es un cine de calidad pero accesible y para todos.


P: Usted tenía un modelo para su interpretación de Saint-Jean?

R: Pierre me propuso leer Le coût et de l exercice du pouvoir, el libro de un joven sociólogo, Aude Harle, que trata de los gabinetes ministeriales. Lo leí y encontré cosas muy interesantes. Me aconsejó leer también Quai dŽOrsay, la historieta de Christophe Blain y Abel Lanzac sobre un ministro de Asuntos Exteriores inspirada de Dominique de Villepin.


P: Usted conoció a un ministro en ejercicio ?

R: Si, pedí si era posible entrar en el “santuario” y por cierto pude compartir brevemente el cotidiano de un ministro en ejercicio. Tuve la oportunidad de seguir a Frédéric Mitterand un día entero. Siempre es interesante por un actor sentir, observar, y absorber como una esponja. Me gusta implicarme, sin preguntar millones de cosas… Al conservatorio en Bélgica, nos mandaban un día entero a observar a una persona para “entregarlo” después en el escenario. No lo suelo hacer para cada uno de mis interpretaciones pero por lo de Saint-Jean era necesario para salir creíble.


P: Usted se preguntó si el personaje de Saint-Jean es un ministro de derecha o de izquierda?

R: Mi primera impresión, leyendo el guión, era que mi personaje es un ministro de izquierda en un gobierno de derecha abierta. O un centrista… Le pregunté a Pierre, pero nunca mi contestó. Que la gente sea de izquierda o de derecha, la adrenalina del poder es la misma, la química es similar. En una investigación que Pierre me entregó, el sociólogo estaba pidiendo a los políticos de cualquier partido político que sentían descubriendo las doraduras de su escritorio. Todos admitieron tener un sentimiento de poder extraordinario. Yo incluido, cuando empezamos el rodaje y que pasábamos enfrente de un ministerio tenía carne de gallina. Pensaba: “¡Es mi casa!”. Y la primera vez que entré en la oficina, reconstituida en un “Hôtel particulier”, me dio escalofríos.


P: ¿En una gran parte de la película, el ministro esta en su coche. Este contexto puso trabas a su libertad de actuar?

R: Es muy complicado y no me gusta nada estar en coche. Estamos confinados en un espacio restringido, el lugar es muy preciso y apremiante. Y como soy bastante alto, casi tenía que bajar la cabeza. Es muy difícil ser natural en esas condiciones, no somos libres de nuestros movimientos y es poco divertido. Pienso que Pierre no escribirá tantas secuencias de coche en su próxima película. Pero ahí era inevitable. El resto del tiempo, Pierre no da muchas indicaciones. Por cierto, deja el actor con su humor del momento y rectifica poco a poco. Solo precisa sus intenciones: mas agresivo, menos agresivo… Es la manera la mas inteligente de trabajar


P: Esta película cambió su percepción de los políticos?

R: ¡De una manera, si! Tengo mas indulgencia por ellos. Estamos acostumbrado insultarlos de corruptos, y que al final no nos damos cuenta de la cantidad enorme de trabajo que tienen. Cuando El Ejercicio del Poder fue presentado en el Festival de Cannes, un critico dijo : “La película esta bien, el problema es Gourmet. Defiende muy bien el ministro que sentimos empatía con el”. Al contrario, pienso que se puede calificar la película de justa porque no se acerca a la denunciación, trata de la política sin atacar a un hombre o un partido. Puede ser que se dirige a la clase política, para que se den cuenta de como se extravió de sus quimeras.


Entrevista con Michel Blanc

P: Que encontró interesante en el papel de Gilles?

R: El guión es muy bueno. Pero si el papel me parecía totalmente irrealizable, hubiera dicho a Pierre Schoeller que no me sentía capaz de hacerlo. El personaje de Gilles era algo nuevo para mi, pero lo esperaba desde mucho tiempo.


P: A que se esperaba exactamente ?

R: En la comedia o el drama, como en Monsieur Hire, actué personajes frágiles, inestables, desequilibrados. Interpretar un director de gabinete, un personaje que pesa, recto en sus botas, que sabe lo que quiere, que sabe donde va, que tiene convicciones fuertes, es el papel que he soñado tanto. Me aburro si actúo siempre lo mismo. Hasta ahora, intenté no repetirme en mi trabajo pero a veces es difícil escaparse.


P: Nunca dudó?

R: ¡Si, claro! Dije a Pierre que es mi responsabilidad pensar que soy capaz de lograr mi papel. Tuve la misma duda con dos otras películas. Para Tenue de Soirée, el papel no estaba escrito para mi pero para Bernard Giraudeau. La relación imaginada por Bertrand Blier era entre dos hermosos machos, no tiene mucho que ver con un francés bajito y frágil. Le dije: “Me muero por interpretarlo, dime que me sientes capaz de hacerlo”. Me dijo que si. Fue similar con Isabelle Mergault y los productores de Je vous trouve très beau, que advertí: “Ya lo sabéis, la idea que tiene la gente de mi es el intelectual parisino, ¡no agricultor!... así que me parece difícil que los espectadores se lo creen”. Al mismo tiempo, deseaba actuar como Jugnot lo hace, perfectamente, con una emoción simple. Se fiaron de mi. A Pierre, le contaba mis dudas de la misma manera y me dijo que creía en mi.


P: Como delimitó su personaje:

R: Al principio, era un poco perdido. Nunca sabia donde ir. A veces, era demasiado seco, o demasiado simpático. Pierre tenia claro el personaje, diciéndome: No es simpático, es cordial. Su bondad se para cuando empieza el interés superior del Estado”. Encontré políticos que son así. Pierre fue vigilante al principio y después de unas escenas ya lo había entendido. Sobre todo, que hemos empezado con la secuencia de Malraux…¡Nada fácil! No dejar un personaje inquietante, cuando saliendo de su ducha, prepara huevos, escuchando “LŽoraison Funebre” de Jean Moulin por Malraux como si estuviera escuchando una sinfonía de Beethoven, es un real desafío. No ser ridículo, no enseñar un enfermo mental… Al contrario, hacer sentir el Estado. Me encanta este personaje, es muy raro.


P: No lo molestó no saber nada de su vida privada?

R: Cuando un personaje esta perfectamente escrito, solo hace falta saber leer, no ser demasiado estúpido y tener un buen director. No pide a Pierre si mi personaje era casado. A Gilles no le gusta tanto el poder pero su vida privada, si tiene una, no debe interferir con su existencia enteramente dedicada el ejercicio del Estado.


P: Ha pasado un tiempo en un ministerio para preparar su papel?

R: Me lo han propuesto pero no era disponible en este momento. Pero no me arrepiento. Pierre tenía muchas informaciones y era ahí para vigilarme. Si actuó Edipo, no voy a matar a mi padre, acostarme con mi madre y reventarme los ojos. Si no funciona cada vez no es un buen método. No hace falta pasar 6 meses en una comisaria para interpretar un poli. Solo se necesita un profesional durante el rodaje para ayudarnos. Cuando interpreté a un medico en Les Témoins de André Techiné, tenía conmigo una enfermera para enseñarme los gestos técnicos. Me lo pase muy mal para que salga creíble.


P: Como Pierre le dirigió?

R: No es un dictador, pero como cada director esta habitado por su película. Parece que prepara mucho antes del rodaje pero en realidad creo que espera tener los actores presentes en el decorado para escoger e inventar. Cuando grabamos, podía interrumpir una secuencia para cambiar de sitio unas carpetas. Necesita estar en el concreto de la escena y es muy detallista en el decorado o en el juego. Que sea para una mirada o una intención.


P: Gilles es el pensador del gabinete, es muy raro verlo en movimiento. Es difícil interpretar un personaje tan estático?

R: Me hace recordar a Monsieur Hire. Soy una persona que se mueve mucho en general, pero para el personaje las expresiones deben venir de la mirada. Me gusta la expresión de Paul Valéry que habla de las Molestias Deliciosas. Algunas molestias estimulan y permiten sacar cosas muy fuertes. Gilles encarna el Estado y el Estado, es lento, calmo, preciso y duro. Así que no corre o no debería correr- aunque tenemos la prueba de que en momentos electorales es el contrario. En la película, Gilles corre en un momento por lo cual Saint-Juan quiere humillarlo. Hizo un error olvidando de entregarle una carpeta y Saint-Jean se quiere vengar, es una ruptura de amor.


P: Por cierto, que opina usted de su relación con Olivier Gourmet, con quien trabajó por primera vez?

R: El ministro es la estructura del filme, seguimos su asunción, pero forma una pareja con el director del gabinete. Para que un dúo funciona, tiene que ser muy bien escrito- es siempre lo mismo, los actores llevan zapatillas de deporte que le permiten correr o no. Creo que Olivier y yo, aunque somos algo distinto, tenemos el mismo enfoque acerca de la actuación. Y Olivier tiene un poder y un encanto estupendo. Cuando me abraza y me levanta, me ha dejado atónito. Es fácil de actuar con un compañero como el.


P: La película se acaba con la disolución del dúo…

R: Lo podemos interpretar como un cuento filosófico. Mi personaje encarna el ejercicio del Estado, el ministro Saint-Jean, la tensión del poder. Y en una democracia esta pareja es más que necesaria. Al final, de una cierta manera, el Estado se retira y la política empieza.