Durante una expedición a la remota jungla de África, John Greystoke y su mujer fallecen en un accidente de helicóptero mientras investigan el lugar donde, 70 millones de años antes, cayó un meteorito cuyos minerales podrían resolver los problemas energéticos del mundo. Únicamente su hijo pequeño J.J., también conocido como Tarzán, sobrevive. Un grupo de gorilas descubre al niño y lo acogen como si fuera uno de ellos, aprendiendo las duras leyes de la jungla sin tener contacto con ningún otro ser humano hasta que, ya convertido en un poderoso joven, se encuentra con la hermosa Jane Porter. Jane es una valiente ecologista que viaja a África engañada por William Clayton, el actual presidente de la compañía Greystoke, que pretende acumular más poder haciéndose con ese valioso meteorito. Ante la amenaza que se cierne sobre un paraíso jamás tocado por el hombre, Tarzán deberá poner a prueba todos sus instintos adquiridos en la jungla para proteger su hogar y defender a la mujer que ama.


Sinopsis larga
En una imagen de extraordinaria belleza, un meteorito surca silencioso el cielo infinito. Penetra en la atmósfera de la tierra y se estrella en plena selva africana. De un plumazo, todas las criaturas del planeta quedan exterminadas.

70 millones de años después de la catástrofe, el empresario neoyorkino amante de la aventura John Greystoke acampa con su familia en lo más profundo de la selva africana. Está decidido a encontrar el legendario meteorito, pues está convencido de que esa roca de origen extraterrestre posee poderes especiales. Espera que, en las manos adecuadas, la piedra alienígena pueda resolver los problemas energéticos mundiales.

Mientras su hijo, John Jr., conocido como “J. J.”, explora la selva y se imagina como Tarzán, rey de la selva, Greystoke padre no consigue llegar muy lejos con sus expediciones. A su pesar, decide abandonar África. Sin embargo, su colega, un antropólogo idealista llamado Porter, decide quedarse y mantener el campamento en marcha en la tierra que ama.

Greystoke se marcha en un helicóptero con su mujer, Alice, y el pequeño J. J. a bordo. En cuanto ponen rumbo a casa, se disipa una densa nube y deja ver un enorme cráter. Greystoke aterriza con el helicóptero en el cráter. Recupera su gusto por la aventura cuando descubre la entrada a una cueva esculpida en una enorme roca. Avanza por los pasillos, que llevan a una especie de sala con las paredes cubiertas de cristales. En el centro de la sala, encuentra una piedra reluciente: el “corazón” del meteorito, que Greystoke llevaba tanto tiempo buscado en vano. Al arrancar un trozo del mismo, el meteorito y el volcán de alrededor cobran vida.

Los Greystoke logran volver a despegar en el último segundo, pero la tormenta que se aproxima hace imposible mantener el control del helicóptero y se estrella en la empinada ladera de la montaña. Unos gorilas curiosos se sienten fascinados y se acercan a los restos. Una hembra, Kala, encuentra a J. J., el único superviviente, inconsciente, pero por lo demás ileso. Resulta que la propia Kala ha pasado recientemente por una experiencia traumática. Su hijo pequeño se mató de una caída. El padre del pequeño, que era el cabecilla del grupo de gorilas de montaña, también murió injustamente en una pelea por el dominio del clan. Kala toma a “Tarzán” (niño sin pelaje) bajo su cuidado y lo cría como si fuera suyo. Al chico le cuesta un tiempo acostumbrarse a su nuevo entorno, pero Tarzán no tardará en ser aceptado por el clan como nuevo miembro de la familia de gorilas.

Pasan los años. Hace tiempo que Tarzán ha olvidado sus raíces y los terribles acontecimientos de su infancia. Gracias a los desafíos que afronta a diario en la selva, se ha convertido en un joven fuerte, que sabe manejarse con gran habilidad incluso en las zonas más peligrosas de la selva tropical. Tiene 14 años cuando descubre la belleza de la naturaleza en una ocasión en la que se aventura fuera de su territorio habitual. Durante esta excursión, se cruza con los restos del helicóptero, que se han quedado atascados entre las copas de los árboles. Por primera vez desde el terrible accidente, también vuelve a ver humanos: turistas, a los que guía por la selva Porter, el antiguo compañero de Greystoke.

Mientras observa desde una distancia segura, la atención de Tarzán se centra en una atractiva chica de edad similar a la suya: Jane, la inteligente hija de Porter, que vive en Nueva York, pero está pasando el verano con su padre en África. Cuando un misterioso animal ataca a Jane, Tarzán acude raudo en su ayuda. El muchacho cuida con sumo esmero de la joven inconsciente y la lleva ilesa de vuelta con su padre. Esta experiencia afecta profundamente a Tarzán. No puede dejar de darle vueltas a la idea de quién y qué es. Cuando encuentra entre los restos del helicóptero una vieja foto en la que aparece él de niño con sus padres, recuerda de repente. Quiere saber más acerca de sus orígenes, pero es plenamente consciente de que tal vez no llegue a conocer nunca su pasado.

Trascurren otros cinco años. Tarzán ya tiene 19 años y se ha convertido en un joven apuesto y consciente de sí mismo. Ha dejado a su familia de gorilas y se ha construido su propia casa entre los árboles, sobre el barranco de las grandes cataratas. También ha recuperado ciertos recuerdos de su vida anterior de entre los restos del helicóptero. Un día, cuando se encuentra en otra expedición por la selva, tiene que volver directo a su casa en los árboles para impedir que el malvado gorila Tublat, que lleva años aterrorizando a la familia de gorilas, destruya su hogar. Pero, durante su feroz ataque, Tublat enciende sin querer la vieja radio. Greystoke Energies, en Nueva York, rastrea la señal. William Clayton, el consejero delegado sin escrúpulos que dirige la compañía desde la muerte de John Greystoke, organiza de inmediato una expedición para localizar el origen de la señal, con la esperanza de encontrar los recursos minerales que tanto entusiasmo despertaban en Greystoke. A fin de disimular la verdadera naturaleza de la empresa, Clayton convence a Jane, una defensora acérrima de la naturaleza, para que lo acompañe. La expedición le permitirá demostrar a la joven que la fundación para la que trabaja su padre, Jim Porter, cuenta con el apoyo de Clayton.

La llegada de la expedición no pasa inadvertida para Tarzán. Se alegra muchísimo al descubrir que Jane se encuentra entre sus integrantes; ella, por su parte, siente que debe localizar al chico de la selva, ya que nunca ha llegado a olvidarse de él. Tarzán se cuela a escondidas en la tienda de la joven mientras Clayton está fuera, junto al fuego, hablando con el padre de Jane. Porter está convencido de que Clayton trama algo, pero Clayton hace caso omiso de ello y sugiere a modo de amenaza que a Jane podría pasarle algo si Porter no ayuda a encontrar el meteorito.

A la mañana siguiente, Jane descubre a Tarzán observándola desde un arbusto. Sin embargo, antes de poder saber realmente de quién se trata, se escabulle hábilmente en la selva mediante lianas. Mientras busca a Tarzán, furiosa con Clayton, cuyos verdaderos planes se han hecho evidentes, Jane se pierde en la impenetrable selva tropical y vuelve a meterse en problemas. Tarzán la rescata cuando cae por un precipicio y casi se ahoga en los remolinos de un río de fuerte corriente de la selva.

Tarzán y Jane tienen por fin oportunidad de conocerse por primera vez. Tarzán le enseña su hogar y le entrega un fragmento del meteorito luminiscente que encontró entre los restos del helicóptero. A medida que pasan tiempo juntos, Jane se da cuenta de quién es Tarzán en realidad. Pero los hombres de Clayton descubren a la pareja y abren fuego sobre ellos. Tarzán huye y se lleva a Jane con su familia de gorilas, donde los amigos de Tarzán y Kala acogen calurosamente a la joven humana. Pero todavía no están fuera de peligro: hace ya demasiado que Tarzán es una espina que tiene clavada Tublat, el tiránico jefe del clan de gorilas. Habrá que ver si Tarzán logrará liberar a su familia de las garras de Tublat, a la vez que intenta detener al inescrupuloso Clayton. La fuerza de Tublat y la codicia de Clayton los convierten en adversarios impredecibles, que ponen en peligro el paraíso jamás tocado por el hombre del que Tarzán se siente cada vez más responsable...