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El quinto poder cartel reducidoEl quinto poder(The fifth estate)
Dirigida por Bill Condon
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DreamWorks Pictures y Reliance Entertainment en colaboración con Participant Media presentan "El quinto poder", producida por Steve Golin y Michael Sugar, con Bill Condon ("Kinsey", "Dreamgirls", "La saga Crepúsculo: Amanecer") en la dirección. Los productores ejecutivos son Richard Sharkey, Paul Green, Jeff Skoll y Jonathan King. El guión es de Josh Singer ("Fringe (Al límite)", "El ala oeste de la Casa Blanca"), basado en los libros "Inside WikiLeaks" de Daniel Domschit-Berg y el libro de The Guardian "WikiLeaks" de David Leigh y Luke Harding. "El quinto poder" también está protagonizado por Anthony Mackie, David Thewlis, Alicia Vikander, Peter Capaldi, Carice van Houten, Dan Stevens, y cuenta con interpretaciones de Stanley Tucci y Laura Linney.


Sobre la Producción
El primer poder: Iglesia/Gobierno
El segundo poder: Nobleza/Élites acomodadas
El tercer poder: Clases medias/Trabajadores
El cuarto poder: Prensa/Medios de comunicación
El quinto poder: Aquéllos quienes aspiran a vigilar a los demás estados, informadores, perros guardianes, periodistas ciudadanos…y WikiLeaks.


El debate de nuestra época
"Puede que pasen décadas antes de que lleguemos a entender el alcance real de WikiLeaks y cómo revolucionó la difusión de información. Con los acontecimientos aún en desarrollo, esta película no intenta ofrecer una conclusión sobre el tema. En vez de eso, nos propusimos crear un drama que explora los retos de la transparencia y que, esperamos, avive y enriquezca las conversaciones que ha provocado WikiLeaks". - Bill Condon, Director

Cada generación produce una figura rebelde que cambia el juego del poder y se convierte en algo más grande que ella misma; para algunos, es un símbolo visionario de esperanza, para otros, un peligroso enemigo del Estado. A principios del siglo XXI ha surgido una figura de estas características y se ha encarnado en Julian Assange y su organización pionera en la distribución de información, WikiLeaks. Surgió en 2006 como una organización sin ánimo de lucro dedicada a la publicación de información secreta, y posiblemente incendiaria, proveniente de fuentes anónimas – y a la vez ofrecía seguridad a través de un sistema de encriptación de última generación –. WikiLeaks rompió el molde de la recopilación de datos del siglo XXI, superando a las medios de comunicación convencionales y enfureciendo a los poderosos.

Más tarde, Assange se convirtió en la noticia. En 2010, cuando WikiLeaks hizo público el mayor cantidad de archivos gubernamentales que jamás habían visto la luz, Assange emergió simultáneamente como un héroe, un villano, un periodista o quizá un hombre reservado preso en medio de las cegadoras candilejas.

En este mismo momento, Assange y WikiLeaks permanecen en el centro de rabiosos debates sobre dónde nuestra sociedad traza los límites entre la transparencia y la seguridad…y quién decide dónde se trazan esos límites. Una llama que crece cada vez que se revela información volátil – el tipo de información que puede cambiar el mundo y que a la vez puede resultar peligrosa– como en el caso reciente de Edward Snowden.

Entonces, ¿lo que hizo WikiLeaks supuso un golpe valiente y definitivo a la democracia y la justicia, permitiendo que gente ordinaria viera las acciones secretas de gobiernos y corporaciones que trabajan en los límites de la ley? ¿O abrió las puertas digitales a revelaciones temerarias que pueden exponer a personas y naciones a peligros impredecibles?

Estas preguntas son el corazón de la primera gran producción cinematográfica que explora el fenómeno WikiLeaks. Bill Condon, el director, examina nuestra era basada en la información a través de un retrato caleidoscópico de ritmo trepidante, pero sin pretender ofrecer ninguna conclusión cerrada en este momento. En vez de ello, se centra en la historia del nacimiento de WikiLeaks, de su evolución de un movimiento anónimo de hackers hasta convertirse en un actor clave en las relaciones globales; presentando una película que es un emocionante thriller político, un drama sobre la amistad y la traición y un retrato de un mundo donde la comunicación electrónica puede ser tan liberadora como amenazante.

A pesar de que la historia atraviesa una gran variedad de pantallas – con tweets, textos y código – Condon también desarrolla una historia descarnadamente humana de fieros ideales que se topan con realidades espinosas.

Como cualquier historia de invención y cambio, hay varias versiones contradictorias a cerca del nacimiento de WikiLeaks. Por eso Condon insiste en que "El quinto poder" tan sólo es una aproximación a estos acontecimientos – eventos que se ven de manera diferente incluso por parte de los que los vivieron de primera mano.

"Éste es un tema en el que casi nunca hay dos personas que estén de acuerdo", comenta Condon. "Así que, en ese sentido, queríamos hacer una película dramática sobre los problemas que señala esa parte de la historia de WikiLeaks. No nos propusimos hacer una película anti-WikiLeaks o pro-WikiLeaks, sino ver cómo y por qué WikiLeaks llegó a hacer algunas de las cosas extraordinarias que lograron. Elegimos presentar múltiples puntos de vista, para plantear muchas preguntas y después dejar que los demás lleguen a sus propias conclusiones".

A pesar de que la película se basa, en parte, en dos de los relatos más detallados sobre WikiLeaks publicados hasta la fecha, Condon ha ampliado la perspectiva de la película. El resultado es una multiplicidad de miradas: la de Berg como uno de los primeros admiradores que acabaría denunciado la falta de fiabilidad de Assange, la de diplomáticos de los Estados Unidos cuya delicada labor y agentes operativos a su cargo en distintas lugares se verían amenazados por las revelaciones repentinas de WikiLeaks, la de los periodistas que chocaron con Assange mientras intentaban escribir historias de portada con los documentos de WikiLeaks en un formato vetado profesionalmente y la versión basada en las palabras de Assange, en su defensa de la libertad pura de la información y con las que anuncia que puede ser el objetivo de una campaña de desprestigio gubernamental y señala que no se ha ofrecido ninguna prueba de ningún individuo que haya sufrido daño real por un documento hecho público a través de WikiLeaks.

Pero "El quinto poder" es ante todo y más que nada un obra dramática, no es un documento histórico en sentido estricto. Los acontecimientos se han concentrado, hay personajes compuestos por el reparto y los cineastas que han aportado sus propios poderes de análisis e imaginación para todo lo que es desconocido o escurridizo de Assange y sus conversaciones privadas para crear una historia fascinante.

"Esta película no es un documental, y no está diseñada como tal", dice Condon. "Ya existen una serie de buenos documentales sobre WikiLeaks y sin duda habrá más. Queríamos hacer algo diferente – explorar algunas de las preguntas mayores que provocó WikiLeaks en el mundo mientras lleva a la audiencia en un viaje emocional con una fascinante personaje de nuestro tiempo. ‘El quinto poder’ representa una sección y una interpretación de la historia de WikiLeaks. Sin duda, en el futuro esta historia tendrá más capítulos y eso es parte de lo que la hace tan emocionante".


Perseguir una historia aún en marcha
"Dos personas y un secreto, el principio de todas las conspiraciones… pero si pudiéramos encontrar un hombre moral, un informador, alguien dispuesto a exponer esos secretos, ese hombre podría derrocar los regímenes más poderosos y represivos".

¿Cómo cuentas una historia que se mueve y cambia según la estás contando? ¿Cómo creas una narrativa coherente de secretos, personalidades complicadas, magia tecnológica y conceptos vitales pero efímeros, como información, seguridad nacional y libertad de expresión?

Todas estas preguntas estuvieron presentes en las mentes de los cineastas según trabajaban en "El quinto poder". El proyecto comenzó poco después de que DreamWorks comprara los derechos del libro de Daniel Domscheit-Berg, Inside WikiLeaks: My Time With Julian Assange at the World’s Most Dangerous Website. Assange y otros han cuestionado la exactitud del libro, pero sigue siendo considerado el relato más importante sobre el fascinante ascenso de WikiLeaks hasta la fecha, y refleja la visión de Berg sobre Assange, sus ideales filosóficos y la manera en que manejó la inmensa responsabilidad que cayó en sus manos cuando se dio cuenta de que la web poseía cientos de miles de documentos militares y diplomáticos de gran sensibilidad para Estados Unidos.

Michael Sugar y Steve Golin, productores de Anonymous Content, inmediatamente llevaron el libro – y todas las preguntas que provocaba sobre WikiLeaks e incluso sobre a quién creer en una historia con tantos intereses personales y políticos – al guionista Josh Singer, mejor conocido por su trabajo en la serie de televisión críticamente aclamada "El ala oeste de la Casa Blanca" y "Fringe (Al límite)". Creyeron que Singer tenía la combinación única de habilidades para dar con las claves relacionadas con la cultura juvenil de la historia, así como la intricada red de puntos de vista contradictorios.

También tuvieron un director en mente desde el principio: Bill Condon, cuyas películas incluyen desde la ganadora del Premio de la Academia "Dioses y monstruos" hasta los musicales cinematográficos "Chicago" [como guionista] (ganadora del Premio de la Academia a mejor película) y "Dreamgirls", hasta la increíblemente popular saga "Crepúsculo". Fue precisamente su versatilidad lo que convenció a Sugar y Golin de que él era la persona perfecta para el trabajo.

"Bill era el director perfecto para esta película desde el principio porque es alguien que puede capturar los detalles de las relaciones mientras cuenta una historia de absoluta relevancia", dice Sugar. "Tenía la intuición de ver la historia de WikiLeaks dentro de un contexto específico – para mostrar como empezó, al igual que muchas de las invenciones más potentes del mundo, con una idea sorprendente y una relación muy humana".

"También tiene experiencia", añade Golin. "No creo que pudiéramos haber hecho esta película de la manera en que la hicimos con un director con menos experiencia. Es una película difícil de meter en una categoría. Es una especie de thriller, pero también es un drama humano y una historia moralizante sobre la lucha entre el bien y el mal, y Bill hace una gran labor logrando esta especie de híbrido".

Condon tuvo una visión para la película desde el principio. "Yo siempre la vi en la tradición de los thrillers de periodismo, uno de mis géneros favoritos", explica. "Se trata de perseguir la noticia y permanecer un paso por delante de la gente que no quieren que te hagas con la historia, lo cual le da la tensión de un thriller. También creí que incluso la gente que pueda saber mucho de WikiLeaks, aún no han visto la historia desarrollarse desde una perspectiva personal, lo cual te sitúa dentro de estos acontecimientos".

Mientras, Singer se estaba sumergiendo en una investigación extensiva, explorando la turbia historia de Assange. Investigó su infancia aparentemente solitaria, durante la cual su madre se unió a una secta australiana conocida como The Family, sus aventuras como hacker adolescente bajo el pseudónimo Mendax por las que casi va a prisión (se salvó gracias a que el juez tuvo la impresión de que el único objetivo de Assange a la hora de hackear la web del pentágono y otros sitios de relevancia parecía ser un reto intelectual), sus estudios de matemáticas puras, física y filosofía en la universidad (de la que nunca se licenció) y su decisión catalítica de dedicar sus habilidades de encriptación a luchar por la justicia social.

Se reunió con la gente de dentro y con una gran cantidad de pensadores de WikiLeaks, yendo a Berlín para mantener conversaciones intensas con Daniel Domscheit-Berg, volando a Londres para oír los emocionantes relatos de los periodistas de The Guardian, hablando por Skype con la parlamentaria islandesa Birgitta Jonsdottir, sumergiéndose en los blogs sobre Assange, además de hablar con los académicos expertos en leyes Lawrence Lessig y Jonathan Zittrain, el antiguo miembro del Departamento de Estado de EE.UU P.J. Crowley (que presentó su resignación con las primeras declaraciones cuestionando el tratamiento de Bradley Manning), el decano de la facultad de periodismo de la Universidad de Columbia Nicholas Lemman, el director del centro de Civic Media de MIT Ethan Zuckerman, activistas pro-transparencia, miembros de la comunidad hacker y muchos otros.

Todo esto se incluyó en la compleja mezcla que tiene la narrativa. "Comencé a ver la historia en términos de una de las preguntas más fascinantes de nuestro tiempo: ¿qué información debe ser pública y cuál no? Y del mismo modo lo vi como la historia de un tipo que se ve arrastrado a un movimiento que cambia el mundo, y aprende que cambiar el mundo viene con sus propios riesgos", dice Singer.

La investigación misma contaba con sus riesgos. En cierto momento, el ordenador de Singer fue hackeado y después fue interrogado por el FBI, supuestamente porque su nombre salió en una investigación sobre hacking en China. "Fue bastante raro", admite, "pero también me ayudó a escribir sobre paranoia. Empecé a ver que quizá ser paranoico no era tanta locura dada las circunstancias".

Cuando Singer y Condon empezaron a trabajar juntos, comenzaron a adentrarse en la frágil amistad entre Julian y Daniel, y a nutrirla como el fundamento del film. "Josh es un escritor maravilloso y según nos centrábamos en la historia de Daniel y Julian, empezamos a verla como una especie de historia de amor que se tuerce", recuerda Condon.

"Podrías hacer varias películas con este material", comenta Singer, "pero tuvimos que escoger una, y finalmente, la historia del viaje de Daniel con Julian era con la que resultaba más fácil identificarse. Es una historia universal, la de un idealista que sigue sus principios y ve cómo son destrozados. Al mismo tiempo, creo que siempre intentamos separar la fuerza e importancia de las ideas de Assange sobre la transparencia de la historia de Julian y Daniel como dos amigos en medio de un conflicto".

El asunto con el que Daniel se enfrenta en la película es un asunto al que aún se está enfrentando el mundo en general: ¿quién es exactamente Julian Assange? No hay respuestas simples. Ciertamente, es un hombre de su tiempo. Algunos le llaman "cypherpunk", un término acuñado en los 80 del siglo XX para describir a los defensores del uso moderno de la criptografía para alcanzar el cambio social, exponer sistemas injustos, y dar un giro al status quo a favor de "la privacidad para los débiles y la transparencia para los poderosos". Assange parecía encarnar esa visión, habiendo escrito: "Cada vez que somos testigos de una injusticia y no actuamos, entrenamos a nuestro carácter a ser pasivos en su presencia y, por lo tanto, eventualmente a perder toda habilidad para defendernos a nosotros mismos y a aquellos que amamos".

Pero para Singer, la creencia de Assange en la más robusta libertad de expresión provoca tantas preguntas morales como las que contesta. "Claramente hay situaciones donde nosotros como ciudadanos necesitamos estar mucho mejor informados", comenta. "Pero está la cuestión de quién debe decidir qué información debe ser liberada, y si se puede creer toda la información? La película se plantea estas cuestiones".

Cuando Assange lanzó WikiLeaks en 2006, trabajadores por los derechos humanos, disidentes e informadores, por vez primera tenían un sitio claro donde podían desvelar crímenes gubernamentales y corporativos sin miedo a ser perseguidos. Por tanto, la organización no tardó en convertirse en la fuente de noticias más inmediatas, además de en un disruptor mundial, entorpeciendo los engranajes de los negocios que eran como "el pan nuestro de cada día" para banqueros, políticos y ejecutivos. Los guardianes de secretos quedaron en alerta según la organización iba publicando una orden de asesinato somalí, documentos de un banco suizo que revelaba blanqueo de capitales, pruebas de la masiva corrupción en Kenya, un manual de operaciones de Guantánamo, pruebas de un accidente nuclear en Irán, un documento detallando de un vertido químico en la Costa de Marfil, pruebas de malas conductas de la banca en Islandia y más.

Algunos comenzaron a llamar a Assange "El James Bond del periodismo". The Guardian dijo de WikiLeaks que era "una máquina de soplos imposible de censurar y de rastrear". Pero con todo lo que ya estaba arriesgando, WikiLeaks entró es una zona realmente peligrosa cuando, en 2010, un contacto anónimo ofreció acceso a un verdadero "mega-soplo", un enorme caché de documentos militares y diplomáticos (incluyendo 91000 documentos de la guerra en Afganistán, 400000 documentos de la guerra en Irak y 251287 cables clasificados de misiones diplomáticas en todo mundo) que jamás habían caído en manos civiles.

Ahora WikiLeaks se enfrentaba a todo el poder del gobierno de los Estados Unidos, y los acontecimientos se desarrollaron a toda velocidad. Poco tiempo después el soldado Bradley Manning fue arrestado en Irak por facilitar los documentos. (La plataforma de WikiLeaks permanecía segura, Manning confesó que él dio el soplo al hacker Adrian Lamo, lo cual hizo que se expusiera a lo mismísimo que WikiLeaks nació para evitar). Mientras, según evolucionaba el "Cablegate", los Estados Unidos hicieron de WikiLeaks un enemigo declarado que estaba poniendo en serio peligro sus fuentes de inteligencia, a pesar de que la pregunta de si WikiLeaks infringió alguna ley de los Estados Unidos no se conseguía determinar con exactitud.

Al ser WikiLeaks un nuevo medio de comunicación, ¿estaba protegido por las garantías de libertad de expresión de la Constitución, o estaba más cerca de ser una entidad de espionaje nueva y sin adscripción a un Estado, exponiendo secretos sin ningún respeto por las consecuencias humanas? Para muchos, el éxito de WikiLeaks señalaba el fracaso de la prensa convencional – el cuarto poder – para hacer las preguntas difíciles pero necesarias sobre el poder, lo cual hace que la democracia siga siendo vibrante y permanezca segura de la tiranía. Una prensa que algunos piensan se había convertido en demasiado favorable a las élites, demasiado condicionada por intereses monetarios y demasiado lenta a la hora de responder a un mundo electrónico, y que había demostrado estar siempre a un paso detrás de WikiLeaks.

Por eso hubo quien empezó a referirse a WikiLieaks como el quinto poder. "El quinto poder básicamente hace referencia a un nuevo periodismo ciudadano de la era de Internet", dice Condon. "Pero también nos lleva al núcleo de una de las grandes preguntas que inspira nuestra película: si los ciudadanos ahora pueden desvelar noticias, ¿quién va a asegurarse de que esa noticia sea verdadera? Ese era el papel tradicional del cuarto poder, pero establecer lo que es verdad implica tiempo y dinero, algo que ya no tienen muchas organizaciones".

Singer, que pasó hora tras hora hablando con periodistas y académicos, sobre los rápidos giros de los medios que han dejado en las últimas al periodismo de investigación, están de acuerdo en que WikiLeaks llenó un gran y serio vacío. "Hemos perdido muchos periódicos y miles de periodistas en los últimos años y este gran control que se suponía que tenía el cuarto poder sobre el poder se ha debilitado", observa. "Ahí es donde han entrado los ‘periodistas ciudadanos’ para tomar el relevo. Y ha sido emocionante ver cuando sirven como un control adicional sobre el poder. Pero según WikiLeaks iba creciendo rápidamente, también iba resaltando otra pregunta importante: ¿quién forma el quinto poder y cómo sabemos si podemos confiar en ellos?"

Al igual que Condon, Singer insiste en que la película no es un docudrama. "Hay momentos en los que tomamos decisiones por cuestiones de tiempo o por el sentido de un personaje o la narrativa. En ese sentido, hay elementos de ficción pero nuestro objetivo era centrar el relato en la realidad de los temas generales", dice. "Tomamos algunas decisiones difíciles – y Bill y yo agonizábamos con cada una de ellas".

Al mismo tiempo, Singer dice que los rumores de que Daniel Domscheit-Berg nunca trabajó de cerca con Assange no estaban fundamentados en hechos. "Pasé cuatro días con Daniel, pasé tiempo con él en Berlín y hablé con él de toda la historia, preguntándole sobre diferentes temas y cuestiones. Y está muy claro que formó una parte importante de esto. También puedes buscar online y ver las ediciones del "Chaos Communication Congress" de 2008 y 2009 y ver a Daniel y Julian presentando juntos".

También verificó su estrecha relación con la parlamentaria islandesa Birgitta Jonsdottir, quien anteriormente había estado asociada con WikiLeaks. "Ella dijo que cuando Julian y Daniel fueron a Islandia formaban un equipo, eran Batman y Robin, y después tuvieron una enorme ruptura. El tener su perspectiva fue increíblemente útil. Por no mencionar el hecho de que es una activista a favor de la transparencia y su ayuda fue muy, muy valiosa a la hora de ayudarme a reflexionar sobre WikiLeaks de una manera más amplia".

A pesar de las presiones de todas partes, dice Singer, Condon permaneció comprometido con la idea de profundizar en la narración en vez de limitarse a documentar la cronología. "Tuvimos muchas discusiones y simplemente fue increíble. Si consideras todas sus películas ésta es una de las cosas que hace bien – fijarse en lo que mueve a la gente. En ‘Dioses y monstruos’ y ‘ˇKinsey,’ se centró en meterse en la mente de estos hombres complejos. Y eso es lo que le animé que hiciera con Julian y Daniel".

Singer escribía sobre la marcha, pero una vez que la estructura del guión quedó establecida, comenzó la producción a un ritmo urgente. La velocidad fue necesaria dada la naturaleza vertiginosa de la historia – pero también sirvió para estrechar los vínculos entre los miembros del equipo. "Todos tenían que estar en plena forma desde el primer día", dice Condon. "Fue un proceso increíblemente emocionante porque a lo largo de la preparación, producción, edición, postproducción e, incluso, ahora con la controversia que rodea a Assange todos los temas de la película siguen desarrollándose a diario".


El renegado: Julian Assange
"El hombre es menos sí mismo cuando habla en su propio nombre. Dale una máscara y te dirá la verdad" - Oscar Wilde

En el centro de "El quinto poder" hay un hombre que sigue siendo un enigma intrigante, hay quien le ve como un hacker inteligente, un revolucionario anti-sistema, un idealista apasionado, un pionero histórico, otros como un alborotador arrogante, un excéntrico, una personalidad paranoica y un forajido. Éste es Julian Assange, el niño prodigio de la informática de pelo blanco que fundó WikiLeaks. Es un hombre con unas 36 millones de entradas en Google hay múltiples libros no autorizados sobre él, sin embargo su inteligencia y personalidad reservada le han hecho un hombre desconcertantemente difícil de analizar o conocer realmente.

Assange siempre ha sido el corazón de WikiLeaks. Como él mismo dijo en una ocasión: "Soy el corazón y el alma de esta organización, su fundador, filósofo, representante, programador original, financiador y todo lo demás". Desde luego, sin Assange, es posible que WikiLeaks nunca hubiera existido o cambiado el panorama de los secretos globales.

Para Bill Condon, Assange es alguien tan lleno de luz y oscuridad que podría pertenecer a una tragedia griega. "Tiene las cualidades de una figura trágica clásica de un drama", comenta. "Su pasado le llevó a ser un visionario que cambió el mundo, sin embargo, también en ese pasado se encuentran las semillas que le llevaron a su caída".

Encontrar a un actor que pueda interpretar al hombre que es simultáneamente idolatrado y odiado, examinado y permanentemente misterioso, era una labor llena de riesgos. Al empezar, Condon supo que quería a alguien que no se limitara a imitar, sino que pudiera aportar su propia interpretación original y accesible de un hombre que se resiste a revelarse.

Según avanzaba la investigación, los cineastas estuvieron de acuerdo en que había un actor que parecía que podría encarnar mejor a Assange, con su mezcla de freaky cool y su determinación: Benedict Cumbebatch, quien este año está en primera plana por sus múltiples papeles, que van desde el villano interestelar en STAR TRECK: EN LA OSCURIDAD, un amo de esclavos consumido por la culpa en TWELVE YEARS A SLAVE, un hombre parado y oveja negra de su familia en AGOSTO y como el dragón Smaug en EL HOBBIT: LA DESOLACIÓN DE SMAUG. Sin embargo, esta interpretación no sería como ninguna otra.

"Benedict es un actor del que todavía queremos saber más y eso es muy apropiado para Julian", dice Condon. "Había pruebas obvias de su increíble inteligencia en ‘Sherlock’. Y tiene esa cualidad de parecer de otro mundo que hace que él y Assange sean tan fascinantes".

Cumberbatch se sintió atraído inmediatamente por el material. "La historia trata de un movimiento masivo por el que estamos en política, en los medios y en la historia contemporánea", observa. "Pero también es la historia de una amistad pasando un muy mal momento".

Desde luego sabía que Assange era una figura decisiva, pero también estaba encantado con muchos aspectos del hombre, en particular su determinación de poner sus ideales en primera línea, de actuar cuando otros permanecen callados.

"Una cosa es tener una idea como WikiLeaks, y otra es llevar a cabo esa clase de idea con el nivel de habilidad y tenacidad que tiene Assange", comenta Cumberbatch. "Siento un gran respeto por esto. Tenía esta idea de maximizar el fluir de información para conseguir reformas justas e, independientemente de cómo le mires, esa idea ahora va a ser una parte significativa de nuestra historia hacia delante".

A la vez, Cumberbatch entendió que se enfrentaba a un trabajo abrumador. Era muy consciente de que estaría retratando a un hombre que inspira rabia – y que se ha resentido con casi todos los retratos que le han hecho escritores, documentalistas y demás.

"Después de un breve periodo de euforia, sentí pánico por cómo iba a hacer esto", dice Cumberbatch. "Había tanto por hacer – con la voz, físicamente y simplemente enfrentar el peso total de la historia. Hice examen de conciencia. Leer los libros que sirvieron de referencia fue emocionante, pero al mismo tiempo era consciente de que Julian odia a las personas que escribieron esos libros, así que volví a otro material, incluyendo entrevistas que había concedido. Y después pasé por el proceso de casar a esta persona que estaba descubriendo con el guión".

Cuanto más veía a Assange en acción, Cumberbatch iba sintiendo más empatía por él. "Con frecuencia me sentía seducido por lo que decía y por la imagen que proyectaba. Es sorprendente la manera en que toma el control en sus entrevistas, rechazando crear buena televisión", observa el actor. "Tiene una integridad apasionada y permanece a la cabeza con firmeza".

Esa cualidad inquebrantable – que puede ser percibido como compromiso o desprecio obstinado – se convirtió en una de las claves de su interpretación.

"No había ninguna excusa para no tener algo detallado de verisimilitud en su lenguaje corporal, así que desde el principio me empeñé en hacer todo lo posible y Bill también", dice Cumberbatch. "Pero en absoluto queríamos que fuera bidimensional. No tuvimos miedo de explorar los elementos humanos que Julian quizá prefiera mantener privados, porque también se trataba de crear un personaje de la manera más redonda".

Todos en el set estaban impresionados con la dedicación de Cumberbatch. "Benedict encontró el núcleo emocional de Julian – un núcleo con el que es fácil identificarse – y creó algo que no es una imitación de Julian, sino su impresión del hombre", dice Michael Sugar.

Igual de importante para la interpretación de Cumberbatch fue la relación de Julian con Daniel, que pasa de una excitante y joven asociación a una guerra de ideales seria. "Creo que de una manera platónica, Daniel se enamoró de Julian y sus ideas", observa Cumberbatch. "Llegaron a ser muy cercanos en el momento crucial de los inicios de WikiLeaks – y compartieron una aventura extraordinaria. Pero acabó en una batalla de principios entre dos hombres muy diferentes".

Cumberbatch colaboró estrechamente con el inimitable look de Assange, poniéndose maquillaje prostético, lentillas de color, cejas teñidas y por supuesto el característico pelo blanco para hacerse por completo con el personaje. También trabajó de manera intensa con su voz para hacerse con la manera tan particular de hablar de Assange – su ritmo, sus sonidos sibilantes, su calma, todo con un acento australiano.

A lo largo de lo que fue una red sin fin de complejidades para intentar conseguir su propia interpretación de Assange, Cumberbatch sintió el apoyo incondicional de Condon. "Sientes que el enfoque de Bill está hecho a tu medida", dice del director. "No sólo se trata de que él consiga su plano, realmente sigue tu ritmo. También se preocupó por la moralidad y responsabilidad implícita en contar esta historia. Se preocupa mucho por las personas reales de la historia. Así que mientras trabajaba para crear algo emocionante y atractivo – era igual de importante aportar una integridad que honrara el tema".

Condon a su vez estaba impresionado por el compromiso de Cumberbatch, que finalmente incluía establecer una conexión privada, personal vía e-mail con el mismo Assange.

"Julian tiene una visión muy insistente de estos acontecimientos con los que, en muchos sentidos, nadie esta de acuerdo, pero sus respuestas a Benedict fueron interesantes y valiosas", dice el director. "Benedict entendió que su trabajo era convertirse en Julian y representar su punto de vista. Se metió tanto en la cabeza de Julian, que aportó algo precioso a la interpretación".

Josh Singer añade: "Benedict estaba buscando una manera de encarnar a Julian y a la vez verle desde cierta distancia. Creo que si no hubiera trabajado tanto con cuál era la verdad y quién es Julian, quizá no hubiéramos obtenido esta interpretación".

Al igual que Condon, Cumberbatch en última instancia ve "El quinto poder" como una historia que nos lleva a una era nueva que está comenzando. "WikiLeaks y Assange son un drama inacabado", observa. "Como relator de historias, sólo puedes dar una versión de los acontecimientos hasta la fecha, pero con suerte esta versión motivará a la gente para mirar más profundamente lo que realmente está sucediendo a su alrededor. Al final no existe una verdad objetiva, sólo existe tu verdad personal".


La ruptura: Daniel Domscheit-Berg
"La valentía es contagiosa…¿verdad?"

Desde que rompiera con WikiLeaks y publicara sus memorias sobre su trabajo con Assange, el activista tecnológico alemán Daniel Domscheit-Berg también se ha convertido en una figura controvertida. Su libro, en el que lo cuenta todo, Inside WikiLeaks, reveló detalles antes desconocidos sobre WikiLeaks y detalles personales sobre Assange, aunque algunos han cuestionado sus motivos e incluso han llegado a llamarle saboteador de WikiLeaks. Pasó a establecer su propia organización al estilo de WikiLeaks, Open Leaks, que pretendía ser más transparente y trabajar más estrechamente con los medios, a pesar de que aún tiene que ponerse en pleno funcionamiento.

Pero según comienza "El quinto poder", Daniel (que usaba el alias Daniel Schmitt mientras trabajaba con WikiLeaks) sigue siendo un bullicioso e inocente especialista en seguridad de la red, emocionado por las ideas que, al igual que Julian, espera cambiarán el mundo.

Para retratar el cambio que sufre Daniel, que pasa de idolatrar a Assange a cuestionarle, fue fundamental encontrar a alguien que pudiera actuar de manera dinámica con Benedict Cumberbatch. Los cineastas encontraron esa habilidad en el actor alemán Daniel Brühl, que llamó la atención del público americano en "Malditos bastardos" de Quentin Tarantino, y a quien hemos podido ver recientemente en "Rush" de Ron Howard.

"A todos nos encantó la idea de que Daniel fuera alemán", dice Steve Golin. "Bill realmente creía en él y apoyó que él obtuviera el papel aunque sabíamos que habría mucha presión para que fuera alguien más conocido. Aportó tanta empatía al papel".

Condon dice: "Daniel es el hombre corriente de la película, así que fue muy emocionante poder encontrar un actor que llega sin mucho bagaje en Estados Unidos".

Brühl se sintió atraído de inmediato a la historia de la amistad, que se acerca demasiado al sol antes de caer precipitadamente. "Atraviesan un recorrido muy intenso, porque no eran nadie, eran geeks, nerds informáticos, y después se convirtieron en famosos muy, muy rápido", observa. "Creo que es una historia importante para relatar porque lo que hicieron cambió nuestras ideas sobre secretismo y transparencia. Pero la avalancha de información puede que fuera demasiado para ellos y la organización era frágil. Y, por supuesto, algunas veces el éxito rápido y ser el centro de atención cambia la manera en la que se comporta la gente".

Una vez que Brühl comenzó su propia investigación, al igual que los demás, descubrió que había diversas variaciones sobre cómo sucedió la historia. Pero el potencial para la controversia no alteró su interés. "Sentí que estaríamos contando una versión de la historia, basada en perspectivas particulares de personas que estuvieron ahí. Creo que la película muestra los defectos humanos en ambos hombres", dice. "Es natural que las amistades cambien cuando vives vidas tan alocadas. Pero la importancia definitiva de lo que hicieron reside en lo que estaban exponiendo".

Al contrario que Cumberbatch, Brühl tuvo la oportunidad de reunirse con el hombre al que interpretaría, lo cual le dio información adicional. "Daniel tiene una energía increíble, y cuando hablaba de WikiLeaks todavía se ve un brillo en sus ojos y se vuelve a poner muy hiperactivo. Sigue siendo un auténtico activista. Cuando le visité en su casa, a las afueras de Berlín, tenía a antifascistas franceses viviendo y trabajando en su granero, porque no tenían otros sitio al que ir", recuerda Brühl. "Realmente quiere ayudar a que las cosas cambien a mejor. Era muy abierto y compartía su tristeza acerca de cómo una de las relaciones más intensas en su vida había acabado. Me daba cuenta de cuánto significaba esto para él, y espero haber retratado eso en la película".

En el set, Brühl dice que la manera de Condon de dar a cada actor toda su atención terminó de perfeccionar la interpretación. "Bill comprendió que con actores interpretando personas reales necesitábamos atención individualizada, ya que cada uno de nosotros defendemos nuestros personajes y sus diferentes perspectivas", explica.

Le encantaba especialmente establecer una relación con Cumberbatch, incluso si el vínculo entre Julian y Daniel cedía bajo el peso de los acontecimientos más grande que cualquier persona. "Benedict es increíblemente energético, muy potente, muy gracioso y tiene ideas geniales, ideas espontáneas", resume Brühl. "Realmente nos convertimos en amigos y creo que se puede ver en la pantalla".


Una respuesta global: El reparto
"12 millones de personas han visto este video. ¿Sigues queriendo decirme que sólo es una pequeña página web?"

Para capturar los puntos de vista contradictorios que no tardaron en rodear a WikiLeaks, "El quinto poder" incluye un elenco diverso de personajes más allá de Julian y Daniel – que a su vez fueron interpretados por un reparto lleno de talento.

Representando las respuestas del gobierno norteamericano a las filtraciones de documentos secretos americanos encontramos a los tres personajes ficticios basados en una serie de miembros del gobierno de los Estados Unidos: el Consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca Sam Colson, interpretado por Anthony Mackie ("En tierra hostil"); la Subsecretaria de Estado Sarah Shaw, interpretada por la tres veces nominada al Premio de la Academia Laura Linney; y James Boswell, Secretario Adjunto de Estado de Asuntos Políticos, interpretado por el nominado al Premio de la Academia Stanley Tucci.

"Mi personaje es el enlace de la Casa Blanca que tiene que informar al presidente sobre qué está ocurriendo en los medios – y tiene que averiguar cómo gestionar estas filtraciones y qué declaraciones oficiales emitir", explica Mackie.

Linney – que obtuvo una nominación al Oscar por "Kinsey" de Condon, y después volvió a trabajar con él en el piloto de "Con C mayúscula" de la HBO, por el que ganó un Globo de Oro – apreció la oportunidad de trabajar de nuevo con Condon. "A Bill le encantan los retos, así que crea un ambiente fantástico en el que trabajar", dice. "Lo que es tan interesante de esta historia es que la gente tiene tantos sentimientos diferentes, contradictorios y apasionados sobre Assange, sobre WikiLeaks y sobre todo lo que iniciaron. Así que a Anthony, Stanley y a mí, nos toca representar el punto de vista contrario al de Assange en la película".

Tucci se sentía igual. "Me gusta que la película realmente no se incline hacia un lado u otro, y que presenta la historia de manera muy compleja y no acabada", dice. "Todo el mundo todavía está lidiando con todo esto y eso hace que sea una historia muy interesante".

Otro punto de vista acerca de WikiLeaks viene de los periodistas profesionales del periódico inglés The Guardian, que se encontraron confabulando y chocando con Assange después de que le convencieran para utilizar los medios tradicionales para canalizar esta historia masiva al público. Al final, tres de los periódicos más respetados – The Guardian, The New York Times y Der Spiegel – intentarían verificar, investigar y publicar las historias que había en los documentos de WikiLeaks.

Para dar vida a los periodistas reales de The Guardian, Condon recurrió a tres actores británicos de prestigio. David Thewlis, a quien hemos podido ver recientemente en "Caballo de batalla" de Steven Spielberg, interpreta al reconocido periodista de investigación Nick Davies, que escribió muchas de las grandes historias en el momento más intenso de las revelaciones de WikiLeaks. Peter Capaldi, recientemente fichado como el nuevo "Dr. Who", hace de Alan Rusbridger, el editor actual de The Guardian; y Dan Stevens, de "Downtown Abbey", es Ian Katz, el editor adjunto de The Guardian.

Completando el reparto están la actriz sueca Alicia Vikander ("Anna Karenina", "Un asunto real") como Anke, la novia escéptica de Daniel, y la respetada actriz danesa Carice van Houten, a quien hemos visto recientemente como Melissandre en "Juego de tronos", en el papel de Birgitta Jonsdottir, la poeta, artista, activista y parlamentaria islandesa que estuvo entre los primeros en ofrecer apoyo a WikiLeaks.


Rodar sobre la marcha
"Vienen a por nosotros".

Para dar a "El quinto poder" ese aspecto visceral de realidad a ritmo vertiginoso, pero con una intimidad detallada digna de un relato de Shakespeare con lealtades cambiantes, los cineastas utilizaron múltiples cámaras de mano, lo que les permitió obtener cierta cercanía a la acción y, a la vez, una gran variedad de perspectivas. Bill Condon volvió a trabajar con el director de fotografía Tobias Schliessler, con el que había colaborado en "Dreamgirls", en este rodaje que pasó desde Bégica y Alemania hasta Islandia y Kenya.

Condon dice que el look de la película, en el que la forma marca la función, evolucionó a través de discusiones apasionadas sobre los temas del film. "Pasamos mucho tiempo repasando el guión para decidir el tratamiento visual. Quería intentar algo en lo que Tobias se ha convertido en un maestro, que es tratar de conseguir un gran equipo de operadores de cámara, dándoles una cámara a cada uno, y dejarles deambular buscando el drama".

Condon mantiene que "funcionaba con la historia y también fue muy divertido y emocionante jugar con los actores de esa manera, sin bloqueos y dejando que la cámara averiguase cómo expresar lo que estaban haciendo de la mejor manera. Fue liberador tanto para el reparto como para el equipo. Hubo mucha libertad, pero Tobias también ilumina y rueda de una manera muy expresiva que capta las emociones que están teniendo lugar".

Condon, Schliessler y Tildesley también hablaron mucho sobre la tensión inherente de los dos mundos dispares de la película. "Buscábamos capturar un fuerte contraste entre el mundo de cristal y acero del poder – sea los bancos, las corporaciones o los gobiernos a los que se enfrentaba WikiLeaks – y el mundo popular, casero, hecho a mano, graffitero en el que viven Julian y Daniel, que está tan lleno de energía cinética. Hay un mundo revolucionario lleno de colores saturados".

Tildesley tenía todas las habilidades para crear este tipo de mundo hiper-contemporáneo. Conocido por sus numerosas colaboraciones con Danny Boyle, recientemente diseñó las muy alabadas ceremonias de inauguración y clausura de las Olimpiadas de Londres. Esa gran labor mostró no sólo su versatilidad, sino también su habilidad para trabajar con temas culturales enormemente diversos.

Todo empezó a tomar forma cuando comenzó la descomunal tarea de crear muchas de las localizaciones donde se desarrolla la historia de WikiLeaks por todo el mundo – en un periodo breve de tiempo y con recursos limitados. Se encontró trabajando a contrarreloj, encajando a la perfección con el estilo de WikiLeaks y la película. "Teníamos que encontrar una manera nómada de trabajar porque nos movíamos entre nueve países – pero eso también nos dio una gran energía y ayudó a crear el look y la sensación apropiadas", observa.

La producción comenzó en Islandia, la pequeña isla volcánica situada al borde del Ártico – un lugar que no se puede recrear en ningún otro sitio. Aquí, una de las escenas más evocadoras tiene lugar en la Laguna Azul, un vasto paisaje de piedra volcánica y geiseres en acción, donde Cumberbatch y Brühl rodaron una conversación clave en medio de intensos vientos y lluvia.

En Berlín, el rodaje se desarrolló en varios lugares icónicos, incluyendo la centelleante cúpula de la catedral anglicana, donde Julian lleva a Daniel para enseñarle la ciudad, que había pasado de ser una sociedad fascista cerrada a una metrópolis rebosante de libertad. En medio del rodaje en ese momento, se empezó a formar una gran tormenta. "La tormenta casi se carga las vistas", recuerda Condon. "Pero nos dejó otra cosa, que fue esta especie de explosiones de cuervos y densa nieva – y los actores lo acogieron por completo, de modo que Benedict empezó a incorporar el clima y lo que estaba viendo en el guión. Era una localización increíblemente dura para el equipo. Teníamos que arrastrar todo el material por una escalinata antigua, era el sitio más frío en el que había estado en mi vida y, además de todo, las campanas sonaban cada media hora durante lo que parecían diez minutos. Pero fue una de esas experiencias que realmente une a la gente".

Uno de los retos más interesantes de Tildesley fue recrear Tacheles, la famosa casa okupa de artistas en Berlín donde pasó tiempo Daniel. En los noventa, el edificio en ruinas, que había sido unos grandes almacenes y una prisión nazi, se convirtió en un hogar para artistas y anarquistas de todo el mundo que lo transformaron en una galería viviente, llena de todo tipo de expresiones humanas. Sirvió como el vibrante símbolo de la libertad creativa de Berlín pero, después de años de escaramuzas legales, se cerró en 2012 para ser convertido en un edificio de apartamentos.

Condon dice que aún guarda algo de esa mitología. "La sensación que desprende el edificio es tan fuerte, e incluso ahora hay esta especie de comunidad increíble que vive fuera de el", dice. "Algunas personas tenían miedo de que al abrirlo durante las pocas noches que íbamos a rodar iba a devolverle su antigua vida, y en cierto sentido deseábamos que ocurriese".

Después de obtener permiso para rodar en el edificio restaurado, el equipo de Tildesley empezó a trabajar para devolverle el aspecto de los días en los que brillaba con una energía eléctrica. Incluso reconstruyeron la discoteca que solía albergar. "Encontramos a los dueños originales de la discoteca y conseguimos recuperar todo el mobiliario y arte original, e incluso volvimos a instalar el dragón sobre la barra", comenta el diseñador de producción. "Acabó teniendo el mismo aspecto que tenía antaño".

Cuando Daniel Domscheit-Berg vino al set quedó especialmente impresionado con la manera en que la producción había transformado el centro de congresos de Berlín para que se pareciera al momento en que albergó el Chaos Computer Club (la asociación más grande de hackers en Europa), evento que atendió junto a Assange. "Daniel dijo que lo habíamos recreado tan perfectamente que sentía que estaba teniendo un flash back", dice riéndose Sugar.


Visualizando información: El set de la plataforma de presentaciones
"¿Estás a salvo?"

En el centro de la osada idea de WikiLeaks estaba la plataforma segura para el envío de información, que permitía que cualquiera subiera información o documentos de esa manera, usando una forma de "encriptación negable", era completamente imposible trazar el rastro a una fuente específica. Era un concepto brillante, que incluso ha salvado vidas, pero suficientemente efímero como para que Bill Condon quisiera encontrar una manera de visualizarlo de forma visceral e impresionante.

Así surgió una serie de sets que concretarían el sistema de archivos "rubberhose", que fue creado por Assange, Suelette Dreyfus y Ralf Weinmann. Originalmente lo desarrollaron para su uso por grupos de derechos civiles trabajando en países represivos – de ahí su nombre "rubber hoses", que significa mangueras de goma, que eran empleadas para dar palizas a prisioneros para obtener información – pero también se convirtió en una semilla de WikiLeaks. WikiLeaks no tardaría en usar una forma más sofisticada de encriptación (supuestamente diseñada por un programador conocido como "The Architect") para mover información disfrazada de un filtrador al mundo de manera que nadie en la organización pudiera saber quién estaba entregando documentos de alto secreto. Incluso si alguien de WikiLeaks era interrogado, no tendrían ninguna información que dar bajo ninguna circunstancia.

La plataforma de WikiLeaks permaneció segura. Pero con lo que no había contado Assange era con el factor humano, que dio lugar a que un joven Bradley Manning hablara abiertamente de sus filtraciones en un chat a un antiguo hacker, quien se convirtió en un informador del gobierno estadounidense.

Para hacer tangible la plataforma, explica Mark TIldesley, "La planteamos como un lugar seguro donde toda la información es gratuita. Así que empezamos con alguien tecleando y después ves las letras cogiendo velocidad convirtiéndose en código encriptado llegando a una habitación llena de ordenadores simples y documentos entrando por todas partes. Te da una impresión visual de cómo se almacenaba la información".

Éste es precisamente el tipo de reto que más le gusta a Tildesley. "Era emocionante intentar hacer que esta historia, que trata de gente frente a pantallas, sea realmente cinematográfica", dice.

Ese objetivo siguió con Condon en la suite de edición, donde colaboró con su socia desde hace mucho tiempo Virginia Katz ("La saga Crepúsculo", "Dreamgirls") para tejer la narrativa final. "Por como rodamos la película, tuvimos un periodo de edición muy intenso", comenta Condon. "Teníamos montañas de metraje, y Ginny y yo buscamos todos los mejores momentos. Fue largo e intenso, pero mereció la pena".

Otro reto de la edición fue el ritmo, dado que algunos de los momentos álgidos tienen lugar a través de intercambio de textos. "La gran pregunta era: ¿Cómo haces que la lectura de un texto sea tan dramática como dos personas gritándose? Ginny hizo un trabajo realmente hermoso haciendo que te quedaras enganchado con cada palabra", dice Condon.

Los toques finales de la película vinieron de la música de Carter Burwell, que ha trabajado en varias películas con Condon, además de muchas películas de los hermanos Coen. Para "El quinto poder" pudo recurrir a su experiencia pasada, habiendo estudiado música electrónica en Harvard y MIT.

"Este periodo en Alemania tiene un sonido muy específico, un sonido techno que nos inspiró", dice Condon. "Carter se metió de lleno en un estilo con el que no se ha manejado antes. Y esto lo añadimos a una banda sonora compuesta por artistas de toda Europa y Estados Unidos. El sonido dominante es el techno, pero hay un sonido muy diferente para las escenas del Departamento de Estado del gobierno americano. Hay todo un abanico de estilos musicales distintos, y Carter lo unió en un todo potente y coherente".

Unir múltiples estilos en un todo cohesionado fue el objetivo general de toda la producción – pero los cineastas reconocen que independientemente de cómo mires esta historia, sigue cambiando como los fractales de un caleidoscopio, según las noticias siguen dando vueltas. Las recientes filtraciones de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad de EE.UU) reveladas por Edward Snowden sólo sirven para subrayar cómo la historia continua tomando forma.

"Creo que ahora con Snowden, la gente se ha dado cuenta de que lo que ocurrió con WikiLeaks no fue un hecho aislado", observa Josh Singer. "Manning no es el único. Ha ocurrido de nuevo. Y podría ocurrir otra vez más, y otra, y otra, porque la transferencia de información es tan fácil en nuestro mundo en este momento. E, independientemente de la postura que adoptes, es algo de lo que todos tenemos que hablar".

Condon lo resume de la siguiente manera: "Éstas son las preguntas que nos hacemos ahora mismo: ¿quién será el juez que determine qué secretos necesitamos saber y cuáles son demasiado peligrosos para compartir? Julian Assange cree que casi ninguna información es demasiado peligrosa para ser compartida y que la mayoría de la información debería ser de acceso libre. Otros sostienen que sería irresponsable revelar todo lo que hace un gobierno o una compañía, incluso en una sociedad democrática, algunas cosas deben permanecer ocultas. Estas son preguntas complejas pero WikiLeaks las ha hecho muy, muy reales".


Cronología de los puntos clave de Wikileaks
Diciembre 2006: se lanza WikiLeaks.org, ofreciendo una plataforma segura para que personas anónimas puedan filtrar documentos que tengan el potencial de convertirse en noticia de forma secreta, manteniendo su identidad oculta. Julian Assange, un antiguo hacker australiano, programador y activista de Internet con opiniones muy fuertes sobre la libertad y la transparencia, se autodenomina editor jefe.

Agosto 2007: El periódico The Guardian publica en primera página una historia sobre corrupción a gran escala en Kenia, citando a WikiLeaks como su fuente.

Noviembre 2007: "The Standard Operation Procedures for Camp Delta", un manual que detalla los procedimientos internos del campo de detención de Guantánamo se cuelga online.

Noviembre 2007: Daniel Berg comienza su labor como voluntario en WikiLeaks.

Diciembre 2007: Daniel Berg y Julian Assange se reúnen en persona por primera vez en el Chaos Communications Congress (24C3). Julian da una breve conferencia.

Enero 2008:WikiLeaks publica documentos internos que sugieren que el banco Julius Bear de Suiza está facilitando el blanqueo de dinero de sus clientes. El banco demanda a WikiLeaks, pero luego abandona la demanda.

Noviembre 2008: WikiLeaks publica un informe de John Paul Oulu y Oscar Kingara de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia. El informe acusa a la policía keniata de miles de ejecuciones extrajudiciales.

Diciembre 2008:Daniel y Julian dan una charla en el Chaos Communications Congress (25C3) en un auditorio desbordado por el público.

Enero 2009:Daniel deja su puesto de trabajo y empieza a trabajar a tiempo completo para WikiLeaks.

Enero 2009:WikiLeaks filtra grabaciones telefónicas de políticos y empresarios peruanos involucrados en el escándalo petrolífero de Petroperu.

Marzo 2009:John Paul Oulu y Oscar Kingara de la Comisión Nacional de Derechos Humanos de Kenia son asesinados.

Abril 2009:"The Architect" (Marcus) se une a WikiLeaks. Inmediatamente empieza a actualizar el sistema operativo y la plataforma para filtraciones de WikiLeaks.

Junio 2009:WikiLeaks publica documentos internacionales del banco Kaupthing en Islandia, implicando a varios de los dueños del banco en su colapso.

Julio 2009:WikiLeaks publica un informe que demuestra que Irán ha ocultado un grave accidente nuclear en las instalaciones nucleares de Natanz, en Irán.

Noviembre 2009:Medio millón de mensajes de busca nunca antes vistos, enviados durante los ataques del 11 de septiembre, se hacen accesibles en la página de WikiLeaks.

Diciembre 2009:Julian y Daniel vuelven a dar una charla en el Chaos Communications Congress (26C3)

Abril 2010:WikiLeaks sube un video titulado "Collateral Murder" ("Asesinato colateral") – el metraje muestra el ataque de un helicóptero militar de los Estados Unidos en Irak en 2007, que parece mostrar explícitamente como civiles, entre ellos dos empleados de la agencia de noticias Reuters, son apuntados y asesinados.

Mayo 2010:El soldado Bradley Manning es arrestado en Irak en relación a la filtración del video clasificado "Collateral Murder".

Julio 2010:En colaboración con WikiLeaks, The Guardian, The New York Times y Der Spiegel publican docenas de artículos basados en los 91000 documentos militares americanos clasificados de la guerra en Afganistán. Los artículos ofrecen detalles anteriormente desconocidos sobre las operaciones y bajas de la guerra. WikiLeaks publica 76000 de estos documentos sin redactar.

Agosto 2010:Dos mujeres suecas alegan que Julian Assange insistió en mantener relaciones sexuales sin protección con ellas. Sale una orden para la detención de Julian Assange acusado de abuso sexual, y luego fue retirada.

Agosto 2010:Julian Assange suspende a Daniel Berg.

Septiembre 2010: Daniel Berg y "the Architect" dejan WikiLeaks. Retiran todas las mejorías hechas por "the Architect", haciendo que resulte imposible enviar material nuevo online.

Octubre 2010:En colaboración con WikiLeaks, The Guardian, The New York Times y Der Spiegel publican los diarios de la guerra de Irak basados en 400000 archivos militares americanos clasificados sobre la guerra de Irak, lo que supone la mayor filtración militar en la historia de los Estados Unidos.

Noviembre 2010: Sale una orden de detención para Assange en Suecia.

Noviembre 2010: En colaboración con WikiLeaks, The Guardian, The New York Times, Der Spiegel, El País y Le Monde publican una serie de artículos basados en 251287 cables diplomáticos secretos. El Departamento de Estado de EE.UU condena la filtración, pero activistas en todo el mundo acogen esta información con gran entusiasmo.

Diciembre 2010: Assange se entrega a la policía en Londres y, después de varios días en prisión, queda en arresto domiciliario en la casa de campo de un partidario de WikiLeaks.

Febrero 2011: Un juzgado británico rechaza la reclamación de Assange, que sostiene que será extraditado a Estados Unidos o no recibirá un juicio justo si es devuelto a Suiza. Assange apela.

Agosto 2011: WikiLeaks descubre que una copia del archivo que contenía los cables diplomáticos sin redactar se ha filtrado online. WikiLeaks publica todos los 251287 cables en su formato original, sin editar.

Octubre 2011: WikiLeaks anuncia su cierre temporal después de un bloqueo financiero por parte de importantes compañías de tarjetas de crédito que interrumpe su financiación.

Mayo 2012:Assange pierde su apelación en el Tribunal Supremo del Reino Unido y de nuevo es ordenado a ser extraditado a Suecia. La embajada ecuatoriana en Londres permite que Assange se refugie en su interior, donde ha permanecido durante más de un año.

Junio 2013: Edward Snowden, un consultor de 29 años de la Agencia de Seguridad Nacional de EE.UU, filtra detalles de los programas de vigilancia secreta del gobierno. WikiLeaks le ofrece apoyo legal.

Julio 2013: Bradley Manning es condenado por violación de la Ley de Espionaje, por haber filtrado documentos a WikiLeaks. Es sentenciado a 35 años de prisión.