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Mis días felices cartel reducidoMis días felices(Les beaux jours)
Dirigida por Marion Vernoux
¿Qué te parece la película?

Entrevista con Marion Vernoux

P: MIS DÍAS FELICES es, en primer lugar, una novela de Fanny Chesnel titulada Une jeune fille aux cheveux blancs. ¿Por qué habéis tenido el deseo de adaptarla?

R: No fue mía la idea sino de los productores François Kraus, Denis Pineau-Valencienne y Juliette Favreul Renaud que vinieron en seguida a proponerme el proyecto. Esto fue lo que me gustó desde el principio: ¡que vinieran a buscarme a mí! Cuando leí el libro, empecé a preguntarme: ¿en que me concierne esta historia? Sinceramente ¿En qué me puedo identificar con ella? Después de todo, no tengo sesenta años, no soy de la provincia, ni dentista… Y por pura casualidad, se me pasó por la cabeza hace algún tiempo, un personaje de mujer de unos sesenta años del que quería relatar la historia, incluso si ésta no tenía nada que ver.


P: ¿Qué método has adoptado para conseguirlo?

R: He trabajado arduamente en el personaje de Julien. En la novela, él estaba de luto por la muerte de su madre y de su mujer en un accidente de automóvil. Caroline era un poco una madre sustituta. Yo quería que fuera al contrario, que estuviera al mismo nivel que ella, que su magnetismo estuviera menos justificado psicologicamente. Tan pronto como he pensado en Julien como un mujeriego, me ha parecido bien, sabía que ahí tenía una puerta de entrada a mi historia.. Una mujer acaba de jubilarse, y cree que va caer en el anonimato, volverse transparente, no volver a ser contemplada por un hombre, pero afortunadamente ¡este hombre mira a todas las mujeres! Me gustaba esta ironía que evitaba la primera trampa en la que no quería caer: la faceta de viejecita sexy. A este hombre no le gustan « las viejas », no, le gustan las mujeres ¡Todas! Y luego mientras escribía el guión, tomé conciencia de que uno de mis padres estaba muerto y el otro a punto de cumplir los sesenta. Y que me habían dejado al frente de esta página en blanco. Página que tenía que llenar para colmar su ausencia. Al hacer esta película, les rindo un homenaje a mi manera. Me hubiera gustado tener a mi madre el tiempo de la película que pasé con Caroline.


P: El tema de la película no es tanto sobre su vejez, sino como se plantea la vida, el deseo…

R: Sí, y era mi tercer motivo para hacer la película: hablar de las parejas. ¿Qué es lo que hace que sigan o no juntos? Es un gran misterio, más que el flechazo. Esta capacidad de seguir, o no… es muy emotiva, tanto más cuando se está en la última fase de la vida, a la hora de hacer balance: ¿qué es lo que he logrado, perdido? Se te formula una incómoda pregunta: ¿Voy a morir solo o no? Cuando se vive en pareja, no se debe perder nunca de vista que todo siempre puede acabarse. De lo contrario, puede ser mortal.


P: ¿Se planteó desde el principio que Fanny Chesnel participase en el guión?

R: No era una obligación pero desde que la conocí, encontré en ella a una aliada. Confié mucho en ella y con razón, es una excelente guionista. Tiene mucho sentido del diálogo, de la ocasión. Realmente ha trabajado a cuatro manos. Y luego su libro está muy alimentado por su experiencia personal, ya que se inspiró en su madre al escribirlo. Esto le dio credibilidad a la historia. Estructuralmente, el guión sigue muy cercano al libro. La mayor modificación es concerniente a la historia de amor.


P: Cuando Caroline conoce a Julien, no se podría decir que todo es posible de nuevo, no corre tras su juventud, ni sueña en construir un futuro con su amante… es justa aceptando lo que le viene…

R: En la película nadie se engaña a si mismo ni a los otros. Caroline y Julien se complacen simplemente con pasar la tarde en la cama pasando clandestinamente el tiempo. Se encuentran en una forma de abandono, fuman marihuana, se pelean, se cuentan secretos…¡como si fueran adolescentes! Su historia comienza de manera sencilla: Caroline se da cuenta de que es agradable beber en el almuerzo, que ha sido una tontería no haberlo hecho antes. Esta es la pequeña primera puerta que encuentra, ella está un poco achispada, Julien la seduce... y por un lado piensa: « Mierda ¿y por qué no? » Aunque creo que está aterrorizada y tergiversa los hechos cuando se siente presionada por lo que va a pasar.


P: El hecho de que Julien sea un mujeriego hace aún más libre su historia. Se evita la imagen de la mujer de más edad que mira sus arrugas angustiada por verse con un hombre más joven...

R: ¡Estaba previsto en el guión! Sin embargo en el momento de rodar me dije que sería una contrariedad. Caroline es apreciada por otra persona y por eso no tiene necesidad de contemplarse a si misma. Además, es lo que le dijo su esposo: « ¿Pero tu te has mirado? » y le responde: « ¡No, es él quien me mira! » Caroline y Julien no tienen intención de enamorarse. Poco importa que recuerda el otro, que da y pide en cuestiones de amor. Es una historia de amor bastante inédita, más allá de la crónica de un banal adulterio. Caroline especialmente no toma precauciones para ocultar su historia y su marido no le da ningún ultimátum del tipo: « Si no paras inmediatamente esta historia, te dejo. “Es hermoso e inspirador tratar un trío de esta manera. Caroline y Philippe son algo avanzados de edad pero también de conciencia. Con el paso del tiempo descubren que «tienen futuro » y que van a ser menos convencionales que algunas personas más jóvenes. No hacen caso a la edad en la que han empezado a hacerlo.


P: Además se puede decir al comienzo de la película que todavía hay alegría y deseo entre ellos. No se percibe el desgaste de la rutina.

R: Sí, las parejas dependen mucho de su capacidad para hacerse reír, afortunadamente inagotable. Julien también seduce a Caroline por su humor. A su manera, ella tiene un tipo: los hombres divertidos y espirituales.


P: Philippe fue muy inteligente cuando le dijo a su mujer que no iría en su búsqueda para reconquistarla...

R: Sí, tiene razón, pero se puede ver en su cara que se encuentra realmente afectado. Es la gracia de Patrick Chesnais y la forma de expresar el carácter de la oración, cómo se desestabiliza. Entre lo que dice y lo que demuestra…


P: LOVE ETC., RIEN À FAIRE… no es la primera vez que cuentas una historia de amor clandestina… ¿puede ser esa la razón por la que los productores pensaron en ti?

R: A ellos les gustó mucho, en efecto, LOVE ETC. Encontraban esa vena sentimental apropiada para la película. Las historias de amor clandestinas no pueden durar demasiado tiempo por lo tanto, dramáticamente, desde el principio tienen que tener potencial. Vivieron felices, viviendo ocultos… ¿pero por cuánto tiempo?


P: Fanny Ardant está increíble en la película…

R: No pensé en ella al instante ya que su registro habitual no va con el lado espontáneo y pícaro del personaje. Pero sabía que yo buscaba una actriz hermosa si bien no era exactamente el tipo de ella…y que aceptase representar un personaje que va a un club para jubilados, que tiene escenas de cama con un hombre mucho más joven... Y asumir un guión donde se mencionaban en varias ocasiones las palabras “vieja », « envejecer »… Nunca se menciona lo suficiente hasta que punto la vejez sigue siendo algo tabú.

Afortunadamente, Fanny ha podido divertirse más que formalizar. Y sobre todo ocuparse del personaje, más allá de su estado civil. Creo que la dirección de actor comenzó el día en que se hizo una lectura en voz alta del guión: al escuchar a Fanny, me dije que iba a hacerle hablar más rápidamente porque quería una película vibrante. Al mismo tiempo, hacerla hablar una octava más alta. ¡Y eso cambiaba todo! Fanny estaba en muy buenos términos: con el papel, el proyecto, sus asociados, mi modo de hacer, mi universo.


P: ¿Y el deseo de teñirla de rubio?

R: Al principio tenía deseos de que tuviera el pelo blanco, como lo sugiere el título de la novela. Se han hecho ensayos pero la hacía paradojicamente demasiado sofisticada. En cambio, nos dimos cuenta de que el pelo claro le daba un aspecto al mismo tiempo « del día a día » y misteriosa. Y luego quería verla en pantalones vaqueros. ¡Mientras que ella no los había llevado nunca en su vida! Fanny tiene una clase de locura. Con ella, es fácil, todo le va. En la vida real, ella viste sobre todo negro mientras yo prefería colores apagados. Que sus prendas fueran atemporales y un poco improbables.


P: ¿Y la elección de Laurent Lafitte?

R: Le he tenido en cuenta...desde los Césars del año pasado. Había hecho un sketch más bien arriesgado pero su elegancia muy « British » te hacía ignorar esas barbaridades. Me dije ¡es él, es Julien! Tenía deseos de que fuera sexy, que tuviera el pelo un poco desgreñado ¡que tuviera más pelo! Y mostrar su piel, que él la tiene muy hermosa. Entre Julien y Caroline, la atracción es epidérmica. Laurent tiene un punto de vista excepcional, en un cuarto de segundo, pasa de una emoción a otra. Se siente su inteligencia, sabe escuchar a los que le rodean, realmente recibe lo que le dan. Tan pronto como posa su vista en Caroline, se nota como la mira. Cuando organicé el encuentro con Fanny y Laurent para ver si funcionaba, ella se emocionó al instante: « Con él, esta no es una historia de edad que se va relatar sino una historia que funciona. »


P: ¿Y Patrick Chesnais?

R: Le conocí en un festival, aunque ya nos conocíamos un poco. Apenas se había cerrado el guión que me llamó para decirme, medio gritando: « ¡No sé a quién más se lo podrías ofrecer! “Me gustan esos actores, que dicen lo que piensan. Patrick posee esta forma de presencia-ausente que era la apropiada para encarnar a este marido, que se pregunta si ha comprendido que su mujer tiene un amante, si le importa acaso. No es algo casual, sino un misterio. Patrick tiene profundidad, es un actor espiritual y una gran persona. Durante el rodaje, los sentía a todos felices de estar ahí. Creo que confiaban en mí, en ellos mismos. No hemos tenido que molestarnos con las relaciones de fuerza o de poder. Era muy agradable.


P: ¿Es esta la primera vez que trabajas con el director de fotografía Ni-colas Gaurin?

R: ¡Sí, y espero que no sea la última! Me gustó mucho su trabajo en STELLA de Sylvie Verheyde y HAPPY FEW de Anthony Cordier. Filmar a una actriz como Fanny Ardant, que pertenece a la historia del cine, es un precioso regalo, que hay que desembalar con cuidado. Y hacer el retrato de una mujer que se revela poco a poco, se ilumina, se abandona nuevamente al deseo, un desafío. Fanny Ardant está en todas las escenas de la película, teníamos ganas de tomarnos el tiempo en observarla. Sin embargo, tuvimos que encontrar la distancia correcta para que nunca fuera estirado o aburrido. Nicolas tiene mucha delicadeza y rigor, Fanny estaba en total confianza con él.


P: ¿Tenías ganas de realizar ciertas escenas?

R: Sí. De inmediato advertí a Nicolas sobre mí y a veces me deje ir con movimientos de cámara innecesarios, sólo porque quedaba bonito. Con esta película, quería privilegiar ante todo la exactitud, aceptar una forma de neutralidad, confiar en la presencia de los actores, el contacto con la piel, lo que se cuenta... Con la experiencia, soy menos pesado, cojo un poco las cosas según me vienen. Traté de mantener este tope para el rodaje. Sabía de antemano que quería una película bastante corta. No estoy narrando una epopeya, no hago más que atravesar la vida de esta mujer, durante un tiempo determinado. Por lo general, trabajo poco con referencias pero aquí, tuve que pensar inmediatamente en las películas de mi infancia que veía en la televisión, especialmente en las dos de Claude, Lelouch e Sautet. Lelouch por su gusto por los actores, gente que le gusta seducir, sin estar sobrecargado. Y luego por sus mujeres risueñas como Françoise Fabian en LA BONNE ANNÉE… esto me ayudó a imaginar el personaje de Fanny. Ella y Patrick habían trabajado con él. Y Sautet, he pensado en él por sus escenas de pareja que hablan de forma inteligente… estas películas me han enseñado casi a vivir y otorgado el deseo de hacer cine. Quería al mismo tiempo ser estos héroes cuando fuera mayor, y al mismo tiempo, aquel que cuenta su historia…


P: ¿Ha investigado la realidad de los clubes para jubilados?

R: Cada vez que empiezo un guión me digo que habría que ir a comprobar lo que escribo, pero me dejo llevar por la imaginación. Aquí en este caso, ya tenía el material de Fanny, que se había beneficiado de una documentación de la fuente puesto que se aprovecha la experiencia vivida por su madre. En el curso de la escritura, mi interés por el tema aumentó, he planteado cuestiones a mi alrededor, leído algunos libros sobre el tema, etc…


P: Los miembros del club son divertidos pero tu visión nunca es irónica…

R: Me gustan mucho, estos personajes, no tengo ninguna razón para desembarazarme de ellos. Yo tenía ganas de este aspecto de «pequeña pandilla». Pueden ser utopías de cine decir que, al aceptar las cosas no están ya en estado de negación, se puede crear solidaridad, fraternidad, liberar la palabra, ir más allá de los clichés... Las amigas de Caroline no tienen pelos en la lengua. No se mienten a sí mismas, admiten que no hacen más el amor, hacen recuento: el primer pelo blanco, el primer « Señora”, etc. Caroline ha vivido con los ojos vendados. De ahí el interés de confrontar a esas personas. Hasta entonces, no ha tenido necesariamente los ojos muy abiertos.


P: Al principio de la película, en la escena con el profesor de teatro, se dice todo…

R: Caroline tiene un lado rebelde pero nunca se tira realmente al agua, lleva una máscara desde hace treinta años – incluso concretamente, su máscara de dentista. No creo que se sienta abandonada antes de tener esta historia con Julien. Así que empecé por situarla en un escenario de teatro. Con miedo de perder su hermosura, de caer de su pedestal. Y allí está, bajo la máscara.


P: Julien es muy conmovedor cuando confiesa a Caroline que se siente inútil…

R: No podía no escribir esa escena. La necesidad de que Julien desvelara en un momento la inoperancia y la tendencia de su vida. ¡En caso contrario, él sería un simple juguete sexual!


P: Si Caroline y Julien acaban por separarse, esta no es una cuestión de edad, sino de forma de amar…

R: Sí, Caroline tiene a su marido, no desea hacerle sufrir. Este es el punto determinante. En un momento, incluso si no le da un ultimátum, está obligada a hacer una elección.


P: ¿Y la escena de ruptura en el aeropuerto?

R: Me encanta este tipo de escena en el cine. Cuando suponemos que sólo hay unos pocos segundos antes del final. ¿Cómo filmar esos últimos segundos? ¿Con o sin violín? ¿Cómo y con qué tono van a intercambiar las palabras al final? ¿Con qué temblor? La necesidad de que su historia termine en el aire, sin peligro, pero al mismo tiempo que se vean afectados. Es abismal para Caroline decirse que nunca retomará el amor con Julien, que nunca tocará una piel tan joven. Caroline se despedide de algo hermoso y valioso.


P: Esta escena en el aeropuerto reúne a tres mujeres, tres edades de la vida…

R: Tenía un poco de miedo con la cita, esta mujer de ochenta años diciéndole a Caroline que los sesenta son los mejores años, podía sonar un poco demagógico. No quería vender este período de la vida como el más feliz. Pero elegir a Marceline Loridan y no a una actriz para encarnar esa edad, me ha ayudado. El hecho de saber que ha tenido una vida tan excepcional, aunque los espectadores no la conozcan, me inspiraba.


P: Más que un juicio sobre las diferentes edades de la vida, se trata de un estado de hecho… es la vida…

R: Sí, y luego cuando se tiene 60 años, eso quiere decir que has tenido 59, 32, 15, 3 años… todos estas edades son nuestras, nos han construido. Si se es un poco payaso cuando se es joven, eso va a permanecer al envejecer. Si le gusta llevar pantalones vaqueros, no se va a poner a llevar faldas rectas. No va a, de pronto a los sesenta, convertirse en un “viejo”. En este respecto, los actores me inspiraban mucho. Cuando les veía llegar en el plató por la mañana, no veía a “viejos », sino sobre todo a personas.


P: ¿Y rodar en Dunkerque?

R: Vuelvo siempre a esta región, porque es hermosa de filmar. Y luego no quería encerrar a los personajes en una ciudad burguesa o demasiado identificable, quería que se sintiera un poco como « algún lugar de Europa”. En parte el vino francés, que tiene mucho espacio en la película, tiene un pequeño lado de en tierra de nadie. En la preparación de la película, son realmente las decoraciones lo que me inspiran. Estos largos muelles del Mar del Norte, no pude evitar filmarlos ...


P: … y Caroline pasear por ellos…

R: Sí, gran partede esta historia con Julien, mira de otra manera a su ciudad, y se deja llevar por ella en estos largos paseos. El disfrute de ser de nuevo considerada le da acceso a mirar a su alrededor, a sentirlo todo. Camina por la playa, los pies en el agua, sonríe a los jóvenes, sin amargura alguna…


P: ¿Y la escena en el banco, donde confiesa a sus hijas que tiene un amante?

R: Esta es la pequeña nota casi amarga. Se siente como esa madre siente que no ha sido ideal. Ha “hecho el trabajo” pero no se siente desbordante de ternura. Bueno sí, durante un corto período, se autoriza a pensar solo en sí misma y ella misma lo reivindica. Pero después de todo ¿no es la prueba de amor más hermosa de una madre por su hijo transmitir el sabor por la libertad?


P: Cuando Caroline y Julien escuchan “Les Mots Bleus” de Christophe en el automóvil, él reconoce la canción, pero ella no… ¡se esperaba lo contrario!

R: No quería que la nostalgia fuera una faceta de ella, sino de él. Es por eso que Fanny Ardant hace el papel: se siente que ama la vida. Los temperamentos nostálgicos no tienen nada que ver con la edad. ¡A los veinte yo ya lo era! Ya se pudieron escuchar Les Mots Bleus en RIEN À FAIRE. ¡Casi se ha convertido en una broma entre Christophe y yo! Él sabe que cada vez que hago una película, voy a utilizar una de sus canciones. Nos llamamos respectivamente “mi fan ».


P: Y la escena del final, cuando todos corren hacia el mar, desnudos o casi…

R: También tiene mucha importancia para mí, realmente he peleado por su existencia. Es casi una exigencia política y estética. El mostrar los cuerpos de todas las edades todos los géneros, todos los pesos, todas las pieles, para mí era como romper un tabú... Nos lanzan miles de millones de desnudos todo el día, pero hay pocas posibilidades de ver el cuerpo en su diversidad, cuerpos corrientes, cuerpos vivos. Los actores han sido increíblemente generosos: el agua estaba fría, Jean-François Stévenin estaba francamente desnudo…y allá que fueron, eso me emocionó.


Entrevista con Fanny Ardant

P: ¿Qué es lo que te gustó del guión de MIS DÍAS FELICES?

R: Es oscuro, el deseo, o la falta de este, juegan un papel. Cuando recibo un guión: no disecciono las cosas. Soy como un perro en el bosque que olfatea algo y se dice: « lo quiero». Caroline, me gustó desde el principio. Y me gustó Marion cuando me hablaba. Yo tenía ganas de interpretar el papel, de meterme en su cabeza, todas las cosas que ella no conocía todavía. Me gustó mucho sentirme abierta, no tener una idea preconcebida del papel.


P: Caroline, la sexagenaria, se enamora de un hombre mientras que ella acaba de jubilarse, pero se dice que esta historia le habría podido llegar en otro momento de su vida…

R: Exactamente. Si imagino el recorrido de esta mujer antes de conocer a Julien, me digo que siempre ha tenido esta manera irreductible y determinada de vivir, no se corresponde con la edad tal como la definen en los periódicos o casos policiales. Ella toma la vida según le llega. No es como una oveja, no hay resignación en ella. Ella disfruta de la vida, le gusta beber y comer. La vida es como un bosque ecuatorial, hay lianas que pasan, se aprovecha, o no... Caroline es temeraria, no tiene miedo de tener esta historia con este hombre más joven, pese a todos los riesgos y humillaciones posibles.


P: Con Julien, Caroline no corre tras una juventud perdida, disfruta solo del presente.

R: Sí, es un poco como un boxeador. Se sube al ring del amor y el deseo con bastante inteligencia para no ser posesiva o loca por creer que la vida va a cambiar de golpe. No es Fedra lanzándose toda ella a su pasión. Ella no busca una revancha, parte del principio de que es una mujer bastante equilibrada, que amaba a su marido, a su familia. Sin embargo, eso implica un matrimonio largo, hijos, nietos. Y luego dejar de trabajar, que provoca una especie de errar después de todos estos días tan ocupados.


P: Con Patrick Chesnais, encarnáis una pareja que permanece unida, pese a las circunstancias…

R: Me gusta este marido, conoce muy bien a su mujer, comparten aún una gran intimidad. Me gusta cuando ella se acuerda de él cuando no puede volver a entrar en su habitación de hotel, y él se reune con ella.


P: Tiene algo sólido y libre. No es un burgués atrapado.

R: En mi opinión, ella ha tenido otras brrechas. No sé porque el enfoque no está en él ... no obstante,, su relación dura mucho tiempo, sin duda también porque sus personalidades se complementan. Es conveniente para Philippe el que Caroline no sea una maruja de casa. Cuando vuelve borracha a más no poder a cenar pizza, él se queja pero bueno, no es tan grave ¡siempre nos quedará el buen vino! Es también un padre y un abuelo magnífico.


P: Ellos son dentistas, visiblemente tienen mucho éxito en la vida, pero la película no desciende nunca a la caricaturización de clases…

R: Me siento terrible al definir a alguien por su clase social. Es corto de miras y humillante, cualquiera que sea el nivel social. Detesto razonar en términos de castas, caricaturas, fotografías. Un ser humano es un ser humano. Hay tantas formas distintas de mujeres dentista como mujeres dentista. Lo que me gustaba de esta historia es su libertad. No da lecciones, sigue el itinerario singular de una mujer. Después, por supuesto que la clase social determinará los medios financieros. La pareja ha trabajado tanto que tienen una hermosa casa, pero tampoco un palacio, y sus hijos han tenido una educación normal.


P: Otro cliché a evitar: el de la mujer de más edad que ama a los jóvenes. Y viceversa…

R: Nunca he comprendido el termino “cougar”. Es un término procedente de América para designar a un tipo de pantera, ¿es eso? No me gusta del todo el lado “mujercita ansiosa de poder » que evoca. ¡Que tontería! Caroline está a mil kilómetros de este tipo de mujer. El mejor ejemplo es el momento en que la joven maestra de Julien llega. Seguramente a Caroline no le gusta pero transforma su pena en algo gracioso, gracias a su inteligencia y su vivacidad. Se encuentra con que se ha colado por ese muchacho que tiene la edad de ser su hijo pero no hay nada incestuoso, ya que él no desea una madre. Está bien que Laurent Lafitte fuera grande, así me quitaba todo aspecto protector.


P: ¿Cuando Philippe le dice que no tratará de reconquistarla, crees que dice la verdad o es precisamente su táctica para seducirla de nuevo?

R: Esta forma de no-reconquista, es un reflejo de él. ¡No desempeñará el papel de joven arrodillado con una flor! No la someterá a horas de explicación, de reivindicaciones, de acusaciones… Philippe lo acepta, es su gesto de generosidad con ella. Al final de la película, cuando se detienen y se encuentran en el compartimento del camión lleno de arena, ella se siente bien con él y comprende que es el pilar central de su vida. Es evidente, que no necesita recuperarla. Más allá de la vejez y de su aventura con Julien, ellos dos retoman el camino a pie... Es casi metafórico, como una canción al amor, a las parejas. A veces, se necesita tener caprichos para saber la importante parte que ocupa alguien en nuestra vida.


P: Y luego la reunión con esta mujer de más edad en el aeropuerto...

R: Sí, esta pequeña buena mujer, aún tan vivaz, le enseña la libertad con respecto al dolor. Es como si le dijera: « ¡Venga, venga!” » Creo en la última frase de UN TRANVÍA LLAMADO DESEO: “Siempre he confiado en los desconocidos. “ encontramos algo parecido en las novelas rusas… un desconocido en un bar o en un tren, que te dice algo que resuena increíblemente dentro de ti. Cuando Caroline ve a Julien por enésima vez, está seduciendo a su enésima chica, ella piensa entonces: « Vaya, aprovechemos antes de que esto se vuelva mediocre. » El adulterio no soporta la mediocridad. Cuando quema las cosas, es necesario que sea extravagante. Si esto comienza a ser sórdido, hay que dejarlo.


P: En esta escena, es él quien reconoce una canción antigua de Christophe, no se…

R: Sí, es él el nostálgico, no ella, contrariamente a lo que cabría esperar del cliché. Para mí, el avance de la edad debe ser sinónimo a la apertura del espíritu, de la tolerancia y de la capacidad, gracias a lo que se ha vivido.


P: El marido y la amante son muy diferentes, pero la película no antepone el uno contra otro ¡los dos valen la pena!

R: Me parece deshonesto cuando se muestra un viejo cascarrabias o una abuelita con el rodillo de pastelería, y la amante o el amante, espléndido. Esto también puede ocurrir, por supuesto, es por eso que la gente se divorcia o se separa, pero a menudo, es más complejo, es realmente compartido. En MADAME DE…, el marido y la amante son los dos también seductores. Es también el caso de LA FEMME D’À CÔTÉ. Gérard Depardieu está casado con una mujer encantadora. Y mi marido es también encantador.


P: Caroline es reacia al club para jubilados donde la inscriben sus hijas…

R: Sí, el club de “Mis días felices”, es todo lo que ella detesta. Le gusta la gente pero aborrece los grupos. Cuando llega allí por primera vez y la joven le pide una foto de identidad, no comprende, se siente de pronto encarcelada. En el curso de yoga, su primera reacción es mosquearse, me agrada mucho su insolencia, es importante incluir siempre un punto de vista objetivo, que no se deje reclutar. Me agradan mucho los personajes que giran alrededor de este club. Son tratados con una ligereza aparente, como las comedias italianas, que hablaban de cosas muy duras pero riéndose. Jean-François Stévenin, me encantó encontrarle allí. Yo ya había conocido a Fanny Cottençon en CHANGE-MOI MA VIE de Liria Begeja. Pero nunca a Catherine Lachens ni Marie Río… todos han llegado allí con trayectorias diferentes pero todos han tomado parte en la memoria del cine.


P: ¿Y rodar con Laurent Lafitte?

R: Es un espíritu muy gracioso, inteligente y elegante. Me gusta esta mezcla en él de gran actor francés y un poco gamberro que no tiene miedo de nada, que equilibrio. Es muy generoso, te escucha, y eso queda reflejado. Siempre me han gustado los hombres que me hacen reír, que se rien de ellos mismos, pero generosamente. En las escenas de amor, me sentía cómoda, protegida. En el cine, se puede ser inmediatamente muy íntimo con un hombre que no se conoce más que desde hace quince días, la rápida toma de ascensores, no es toda la mezcolanza de familiaridades, uno está inmerso en la verdad de las escenas. Me he divertido mucho con él y Patrick Chesnais, con el cual no había rodado nunca pero le había visto mucho en el teatro… me gusta su compostura, tan elegante como si se escondiera en una grieta.


P: ¿Qué tal fue el rodaje?

R: Fue en verano, hacía muy bueno, fue como ir de vacaciones. Todas las mañanas, me sentía contenta de encontrarme con todo el mundo. Era un equipo pequeño, no había mucho tiempo de rodaje, era necesario trabajar rápidamente, pero no era una preocupación porque Marion es muy enérgico y vivaz. Y luego los medios reducidos, eso une a las personas y fomenta la creatividad. Hemos rodado en Dunkerque, en Calais, y en este lugar que he descubierto, el Cap Blanc-Nex, que se parece a Cornualles. Los días en que hacía bueno, se veían las costas de Inglaterra, es maravilloso. Marion rueda todas sus películas allí. El lado vivo del Norte, su gran generosidad, su apertura, su luz mágica… ¡dice mucho de la película! pienso.


P: ¿Es esta la primera vez que te ves de rubia?

R: Cuando conocí a Marion, iba de rubia con raíces negras. Quería parecerme a ella. Además, se intentó con el pelo blanco pero esta blancura recordaba a los maniquís de las fotografíes de Helmut Newton, había algo demasiado sofisticado. Es muy difícil para una morena como yo pasar por rubia. Ha sido necesario largas horas de peluquería para borrar esa negrura.


P: Además el color de tu pelo, tu forma de hablar es casi irreconocible…

R: Sí, Marion quería que hablara más rápido, más alto. Está relacionado con su naturaleza obsesiva, existe la tendencia a siempre rehacer el mismo personaje, tener siempre el mismo peinado, la misma manera de hablar… es pues una oportunidad de encontrarse en manos de un director de escena que tiene la libertad de pedir otra cosa distinta al estereotipo de tí mismo. Y en que se tiene suficiente confianza para tener ganas de ir juntos en un terreno que aún no se ha explorado.


P: Es también la primera vez que se te ve en pantalones vaqueros…

R: Cuando Marion me lo pidió, le dije: “¡Pero yo no entraría jamás en unos pantalones vaqueros! “ ¡No sé por qué tenía esta idea, y tenía miedo de no estar cómoda y de tener aire de carabinero! Yo estaba convencida de que no era para mí pero lo hice. ¡Yo misma lo he guardado como un trofeo! Es muy importante el momento en que se define el personaje exteriormente, cómo va vestido, y peinado... El cuerpo se expresa diferente según lleve un corsé o unos pantalones vaqueros, envía señales diferentes. Y esas señales son muy importantes porque surgen antes de la palabra y el espectador las registra sin darse cuenta. En cuanto a los zapatos, yo había visto que Marion llevaba unos botines con sus pantalones vaqueros y le dije: “¿Y por qué no tus botines? “ella creía que no me entrarían pero a pesar de su pequeño tamaño, eran zapatos más grandes que los míos y ¡son efectivamente los suyos los que he llevado durante todo la película!


P: ¿Tuviste alguna reticencia a interpretar una mujer jubilada?

R: No ¡podría incluso desempeñar una tatara-tatara-abuela! La única cosa que no quiero desempeñar es una caricatura, un negro sobre negro. No tengo necesiidad de gustar pero tengo necesita amar lo que hago. En nuestra sociedad, todo se enfoca en la vejez, pero la verdadera historia de la vida, es la muerte. La vejez, no es más que un paso obligado y ciertamente inevitable, pero lo importante es saber si se decide acogerlo con los brazos abiertos o dejarse barrer por la ola. Al final, precisamente, Caroline entra en el agua… Alea jacta est, no sirve de nada adelantarse a las cosas, recibir una idea preconcebida.


Entrevista con Laurent Lafitte

P: ¿Cuál fue tu reacción al leer el guión de MIS DÍAS FELICES?

R: El guión me hacía pensar en mi madre, que ha parado de trabajar hace no mucho tiempo. Leer esta historia ha desarrollado mi empatía en este aspecto, me ha hecho comprender las angustias de las que me habló, que escuchaba pero que no sentía necesariamente. La jubilación es una agitación. ¿Cómo puedo encontrar un lugar en esta nueva vida? Tengo treinta y nueve años, todo esto es algo abstracto para mí… aunque ya comienza a ser un poco más concreto… me gustaba también considerablemente el guión porque no era precisamente una simple historia de una mujer jubilada. Y la película al terminar profundiza más aún en este punto: esto es principalmente una historia de amor. ¿Cómo sigues teniendo ganas de seguir, de amar, de construir algo? ¿Qué haces para evitar el desgaste del deseo? ¿En qué momento lo que se ha construido tiene más valor que las tentaciones de la pasión? ¿Cómo encontrar un equilibrio entre estos dos extremos contra los que se está siempre un poco en conflicto: la razón y la pasión?


P: A pesar de su pasión por Julien, Caroline tiene mucha lucidez…

R: No obstante, pone en peligro su relación de treinta años con su marido por salir con ese muchacho que tiene la edad de su hija. Ella toma riesgos. Esta no es una pasión que lo puede todo, Caroline no está mal con su marido pero Julien la despierta físicamente, por otra parte ¿No es sólo el deseo lo que ha hecho existir la relación entre ella y Julien? Y en un momento, se separa de su marido y parte de viaje con Julien. Eso va lejos, se siente desgarrada entre lo que ha construido y su deseo de vivir esa pasión.


P: Y luego pierde a su mejor amigo...

R: Sí, toma concretamente conciencia de la naturaleza humana, no es más que un mito. Ella está en un período particular de su vida, se siente que tiene dificultades para permanecer abierta a los demás. La película habla también de cómo mantener la curiosidad durante años. Al comienzo, Caroline se fuerza un poco a ir al Club, e incluso con Julien... Cuando está estudiando, está muy permeable pero con la edad, e incluso a los treinta y nueve años ya lo siento, nuestra apertura de espíritu tiende a marchitarse, se tiene la impresión de haber llegado al final de una forma de aprendizaje, se instala en nuestro conocimiento.


P: Julien también toma conciencia, cuando dice que él es un paréntesis en la vida de otros...

R: Sí, están en etapas muy diferentes de su vida pero están los dos en momentos de experimentación. El va a cumplir los cuarenta años, no tiene niños, es sexualmente muy extrovertido pero no necesariamente maduro. Es un consumidor, está en su pequeño mundo y enfrente esta mujer que ha construido una familia. Inconscientemente, quizás necesite un poco de lo que ella ha logrado construir... Y por su parte, quizás Caroline desee la independencia de Julien, que considera como una forma de libertad. Ambos son capaces de tener este retroceso en su vida y de expresarlo. Es poco frecuente los personajes que se llegan a describir, a situarse, sin estar en el diálogo. Es aquí donde se ve que el guión está bien escrito.


P: Caroline y Julien se complacen pero no entran en el juego de la seducción…

R: No, y era muy importante para mí esta inmediación entre ellos. El guión no me habría gustado si hubiera tenido seducción. Ellos se gustan, y se juntan. Cuando hablan, no es para atraerse, no entra en las escenas de draga. No hay ningún diálogo en su primer beso sobre el pontón. Incluso cuando la va a ver para su diente, esta no es una táctica de acercamiento, realmente le duelen los dientes. Caroline y Julien son dos solitarios que se conocen, dos momentos de disponibilidad… me gusta la película porque él se toma el tiempo de instalarse, sentir los lugares, el Mar del Norte, pero, contrariamente a lo que podría creerse, no es raro en absoluto, melancólico quizás, pero de manera sabrosa, como las melancolías que se provoca a sí mismo. Soy sensible a esta atmósfera en la película.


P: Julien es un adicto al sexo. ¿Esta característica del personaje era importante para tí?

R: Este no es el tema de mi personaje pero se complica. No es sólo un semental que seduce a una mujer, también tiene sus problemas, que se integran con los de Caroline: ve a otras mujeres, ella lo sabe, lo acepta. Lo que le hace aún más renunciar al esquema de pareja al que está acostumbrada. ¡No sólo Julien no está instalado en la vida sino que además es un adicto al sexo! Me gusta que busque la definición de la super sexualidad en Internet y que se la de a Julien. Me parece importante que ella sea la que haga frente a su dependencia. Se está en una época muy compulsiva pero se habla poco.


P: Salvo brevemente en el gabinete de dentista, el marido y el amante no se conocen nunca…

R: No, la película no se está construida como un vodevil. La situación es clásica – el marido, la mujer, el amante… – pero tratada de manera singular. Me gusta que no haya ningún enfrentamiento entre el amante y el marido, que éste entienda que su mujer tiene un amante sin que tengan necesidad de hablar. Una vez más, el equilibrio de la escritura es muy hermoso: los personajes verbalizan las cosas pero no se pierden en las explicaciones, grandes desarrollos, incluso en las escenas de hogar entre Caroline y Philippe. Esto da a la película un lado un poco anglosajón y muy modesto. No hay reproches, del amor y de la constatación, que hacen progresar a los personajes.


P: Al final de la película, cabe imaginar bastante bien la vida que se abre ante Caroline. No está tan claro para Julien, al que dejan en el aeropuerto…

R: Sí, creo que está un poco en problemas. Caroline ha avanzado, se acercó a su marido, algo vuelve a empezar. Por último, esta historia con Julien ha despertado a su pareja. Julien, todavía se encuentra en un bucle, no llega a romper el esquema en el que está recluido. Esta historia sumada a las otras, quizás le haga cambiar. O quizás no… me deseara en absoluto. Fanny es una figura emblemática del cine y este papel interviene en su vida de actriz en un momento magnífico, un momento crucial en los papeles que se le proponen, en la forma en que su belleza evoluciona.


P: Este es un papel crucial para tí también… En cualquier caso sin precedente…

R: Sí, nunca había interpretado a un personaje así, pausado y viril. Julien lo tiene todo muy claro. Al mismo tiempo, no quiere cambiar las cosas, esto es bastante curioso. Es lo opuesto del personaje que interpreté en LES PETITS MOUCHOIRS, que no tenía confianza en si mismo, dudaba pero luchaba por recuperar a su amada. Julien se encuentra en la certitud de que su vida no es terrible pero no trata de evolucionar. No obstante, es alguien derecho, un poco bruto, que mira directo a los ojos. Es un bromista, pero nunca con ironía o cinismo. Siempre me aseguré de darlo todo, incluso en las escenas divertidas. No habría funcionado si esa mujer hubiera estado frente a un hombre menos denso que ella. Uno podría preguntarse que veía en él.


P: ¿Y trabajar con Marion Vernoux?

R: Estábamos en la misma onda. Teníamos exactamente la misma visión del personaje y me recordaba que a pesar de mis intentos a veces me desplazaba a una faceta demasiado cómica o inteligente. Tengo un rostro que tiende a ser bastante expresivo pero no creo que Julien sea un personaje que « habla con sus cejas ». Marion trabaja rápidamente, es muy agradable. Es precisa, sabe lo que quiere pero deja libertad para proponer cosas. No muestra ningún inconveniente, es bastante pragmática, yo también. Eso funcionaba bien.


P: ¿Conoces a Fanny Ardant?

R: Personalmente no, pero sí como actriz. Tenía la imagen de una actriz atípica, un poco onírica… para ser franco, tuve un poco miedo de conocerla pero ella es muy, muy divertida. Para mí ese es mi barómetro. Cuando alguien tiene sentido del humor, poco importa sus rarezas o su singularidad, es necesariamente sincero. Fanny no es un personaje construido, tiene una naturaleza sorprendente. Tenía el mismo enfoque mecánico de las escenas de sexo: se hablaba justo como los gestos a efectuar, que se repiten y que pasan a ser tan automáticos que es simple. No había ningún malestar, estaba muy relajada en relación a mí, eso no es muy elogioso cuando me lo planteo. Puede ser que no


P: ¿Cuál ha sido tu reacción al ver la película?

R: MIS DÍAS FELICES no nos hace creer en una falsa historia que nos hace soñar durante la proyección, para luego hacernos regresar a nuestras vidas menos perfectas. Al contrario, es una película que nos hace bien sin mentir, una película que nos hace sentirnos afortunados de vivir nuestras vidas reales. ¡Es propia de las buenas películas francesasl!


Entrevista con Patrick Chesnais

P: ¿Qué es lo que te gustó en el proyecto de Marion Vernoux?

R: Que la historia era conmovedora y que, sin ser molesta, nos influenciaba un poco. Y luego mi papel, el de esposo de una gran dignidad, no hay nunca sensiblerías o sentimentalismos.


P: Con Fanny Ardant, encarnáis una pareja de dentistas pero sin caer en la caricatura de la burguesía…

R: Sí, no son el estereotipo, en una representación grosera de clases. Antes de ser burgués o dentista, Caroline y Philippe son personas, con personalidades interesantes. Tienen encanto, originalidad, riqueza. Es por eso que la película es agraciada.


P: Al comienzo de la película, se siente que constituyen una pareja que funciona bien.

R: Sí, tuvieron que tener muchas buenas razones de amarse apasionadamente, carnalmente. ¡Y hay parejas siguen funcionando satisfactoriamente, incluso si no tienen relaciones sexuales dos veces al día! Pero es un clásico del género. Cuando se está con alguien desde hace mucho tiempo, con frecuencia, la sexualidad se adormece un poco. No impide que el amor esté siempre allí. Creo que para el espectador, esta pareja está más cercana a pesar de la crisis que atraviesa, sigue siendo una verdadera pareja.


P: La película evita el estereotipo del amor regresivo… Caroline no corre tras la vana esperanza de recuperar su juventud perdida, iniciando su relación con Julien, vive simplemente el presente…

R: Sí, vive el momento, no está buscando sensaciones de una época pasada. Este encuentro con Julien hubiera pasado a cualquier edad pero se vuelve más agudo ya que tiene lugar en el momento en que Caroline se ha jubilado, que es como un gran aguero para esta mujer que ha trabajado toda su vida. Ella sabe que no está en la flor de su vida, está muy atenta a las formas en las que puede ser marginada, está casi a la defensiva. La forma en que está en guardia es también parte de la fuerza y belleza de la película. Ella sabe que Julien tal vez desee marcharse un día. Es por eso que ella misma ha hecho varios intentos para dejarle, independientemente de su deseo por él.


P: En un momento de la película, cabe preguntarse si Philippe es superficial o digno: ¿no ve realmente que su mujer tiene un amante o finge no verlo?

R: Es una cuestión que me he planteado y que a menudo he planteado a Marion durante el rodaje. ¿En qué momento Philippe empieza a sospechar? Alguien le ha dejado caer que su esposa tiene una relación adúltera. Y luego cae redondo en el coche y se da cuenta de que ella se ha puesto el suéter al revés ... Pero nunca está seguro de lo que sabe porque no cae en la miseria del hombre tenso que sufre.


P: « No trataré de reconquistarte”, dice a su mujer cuando comprende que ella tiene un amante.

R: Sí, y es verdaderamente sincero, no está tratando seducirla de nuevo, hacerlo bonito. Él la ama, no hay duda. Si quiere volver, la acogerá con los brazos abiertos. Pero si elige irse, dejará el asunto, no luchará. No quiere iniciar una disputa con su amante. Es demasiado maduro. Y luego tiene suficiente amor y fuerza de voluntad para no entrar en el clásico juego del marido herido. Conserva la ligereza, humor y desapego. Tiene un relativo control de sí mismo. Lo que no impide que no sienta el sufrimiento, la incertidumbre, y que se plantee cosas.


P: Al final de la película, aparentemente han recuperado la pasión...

R: ¡Sí, esta historia puede que les haya dado un pequeño empujón! Esta pareja está envejeciendo, ella está jubilada, y él pronto también, pero han tenido una distracción pueril. Ella tiene una seducción natural, él no es un hombre viejo y corpulento. No son un señor y una señora, incluso si tienen el pelo blanco y, sin duda, mal la espalda, al levantarse por la mañana. Algo puede despertar, recomenzar. Pero la película no muestra nada, se perfila ante todo un retrato de una mujer en la búsqueda de algo, y que lo encuentra, con ciertos detalles.


P: ¿Es complicado para un protagonista desempeñar un hombre cercano a la jubilación?

R: No, porque todavía tengo una amplia ventana de tiro, se me proponen personajes muy variados, cuya edad se extiende de 50-55 años a 75 años. No soy la revelación del año, pero sigo interpretando hombres que tienen una vida amorosa, que tienen encuentros. En cambio, creo que es más difícil para las mujeres, se estancan más rápidamente en papeles, la cuestión de la edad pesa más. Es injusto, pero es así.

De golpe, tienen más miedo a cruzar la línea amarilla, que los espectadores identifican a esa edad. Es por eso que la película y el rendimiento de Fanny Ardant son notables. Se encuentra en el cruce de todos estos interrogantes, de esas ambigüedades, de esta cronobiología.


P: Philippe no es blando cuando le dice: « ¡¿Tú te has visto?! »

R: « Tu te has visto, pobre vieja, con la edad que tienes... “Es cierto que no es muy elegante, pero en ese momento de la historia, no está contento. Es muy fuerte enterarse que ella está acostándose con otro. La mujer que ama, la madre de sus hijos, que viven juntos… es muy hermoso cuando le réplica: « No, es él quien me mira. » Es una puñalada para él.


P: ¿Cómo se desarrolló el rodaje?

R: Algo estaba pasando en el plató, se sentía un gran respeto, serio pero también divertido, una relajación de buena calidad. Marion Vernoux no es una directora cuadriculada, es una cineasta con un punto de vista. Tiene algo de extravagante, de enérgica, de romántica. He rodado con muchas personas, siento cuando tienen mundo interior, una originalidad, una forma de ver las cosas, cortarlas, de acompañarlas. En el plató, Marion es alguien que busca. Además, duda, como cualquier artista pero sabe inmediatamente si algo se ha quedado atrás con las prisas, que podría utilizar. Y si no le gusta, no vacila en cambiarlo, y nos da indicaciones generales, como interpretar más rápido por ejemplo. Una buena película te captura en un momento, tiene vida. ¿Por qué? Es un misterio, pero sin embargo es el director quien crea este impacto, la señal de partida.


P: Esta es la primera vez que ruedas con Fanny Ardant...

R: Sí, y me ha gustado mucho. Fanny es una actriz formidable. Tiene una personalidad muy agradable. Es entrañable, te dan ganas de compartir momentos con ella, de conocerla, reírte con ella. Tiene riqueza de espíritu, produce una forma de aristocracia.


P: El placer de la película también viene de la serie de personajes secundarios que conocemos en el club “Mis Días Felices”…

R: Sí, es también Marion Vernoux que ha demostrado ser una formidable directora. Es muy difícil poner en escena a este tipo de personajes: el pequeño calvo, la mujer depresiva… que hacen yoga, informática… me divertí mucho cuando lo leí en el guión pero había el riesgo a que fuera patético en pantalla. ¡Y eso también da mucho medo! Pero Marion no malgasta el tiempo, vemos de inmediato quienes son estos personajes y se dibujan rápidamente, sin explicaciones. Y todos vuelan alrededor de Caroline, que sigue siendo la directriz de la película.


P: ¿Cuál ha sido tu reacción al ver la película?

R: ¡No pensaba que saldría tan bien! El guión estaba muy bien escrito, pensé que sería una buena película, pero no podía saber que tenía esa gracia alocada, desde el principio, con el mar, las aves, las letras de los créditos desfilando… el guión cuenta una hermosa historia, allí estaba el germen de todo lo que la película ofrece, pero Marion Vernoux ha tomado posesión de él y ha hecho algo diferente, un objeto artístico personal. Se ha seguido la dirección que indicaba el guión pero sublimemente. Te dejas embarcar por esta historia, hay un ritmo, no resulta nunca molesto, lo que significa que nos tomamos también el tiempo de ver a la gente detenerse, conversar. Y luego marcharse. Mis Días Felices es una película que respira bien…