1810. Tras el naufragio de sus navíos, un mercader arruinado debe exiliarse al campo con sus seis hijos. Entre ellos se encuentra Bella (Léa Seydoux), la más joven de sus hijas, alegre, guapa y llena de encanto. Tras un viaje agotador, el Mercader descubre el dominio mágico de la Bestia (Vincent Cassel), que le condena a muerte por haberle robado una rosa.

Sintiéndose responsable de la terrible suerte que amenaza a su familia, Bella decide sacrificarse en lugar de su padre. En el castillo de la Bestia no sólo le espera la muerte, sino una extraña vida donde se mezclan los momentos de magia, alegría y tristeza…


Sinopsis larga
1810. Arruinado tras perder su fortuna en el mar, un mercader se ve obligado a trasladarse al campo con sus seis hijos. Bella, la benjamina, es una chica entusiasta y refinada.

Durante un arduo viaje, el mercader descubre el reino mágico de la Bestia, quien le sentencia a muerte por robar una rosa.

Bella se siente culpable por la terrible desgracia a la que se enfrenta su familia y decide sacrificarse, ofreciendo su vida a cambio de la de su padre. Al llegar al castillo de la Bestia, Bella no encuentra la muerte, sino una extraña vida llena de magia, felicidad y melancolía.

Bella cena con la Bestia cada noche y poco a poco empiezan a conocerse y se van abriendo, como dos extraños que se enfrentan a unas circunstancias externas que se empeñan en separarlos. Bella no cede ante las galanterías de la Bestia, pero se empeña en aclarar los misterios que encierran este ser y su reino.

Por la noche, en sueños, ve fragmentos del pasado de la Bestia y con las piezas de ese puzle recompone la trágica historia de una criatura salvaje y solitaria que antaño fue un príncipe. Armada de coraje y con la pureza de su corazón, Bella se enfrenta al peligro y sale victoriosa. Logra liberar a la Bestia del maleficio y, al hacerlo, descubre el amor verdadero.