Paulette es una jubilada gruñona y racista ahogada por las deudas, que no puede atender con su miserable pensión de viudedad.
Vive en pleno suburbio a las afueras de París, donde el tráfico de drogas está a la orden del día. Tras presenciar una persecución entre la policía y un camello, se topa con un paquete de hachís y decide probar suerte en el mercado de los traficantes.
Tras sus primeras ventas a pequeña escala pronto tendrá problemas con otros camellos, por lo que decide reconvertir el negocio a los postres de la alegría.
Paulette y sus amigas causarán sensación y harán volar a sus clientes con sus mágicas recetas
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