Gaspard Dassonville tiene 63 años. Pese a que es un afamado productor y presentador de televisión, Gaspard se resiste a la idea de que está en el ocaso de su carrera. De la noche a la mañana, Gaspard perderá su empleo y, por otro lado, se verá obligado a acoger en su casa a Hubert, su anciano y rebelde padre, con quién hace muchos años mantiene una tensa y distante relación.
Hubert detesta a todas las asistentas que le impone su hijo y les hace la vida imposible para forzar su dimisión, hasta que Zana irrumpe en la vida de ambos para darle un nuevo sentido y demostrarles que la vida tiene valor por los pequeños gestos cotidianos de aquellos que tenemos más cerca.