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Ida cartel reducidoIdaDirigida por Pawel Pawlikowski
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Pawel Pawlikowski (director y guionista)
Pawel Pawlikowski es una de las luces más brillantes del cine británico; usa una paleta monocromática y un anticuado formato de pantalla en forma de caja para capturar las penumbras de la historia polaca del siglo XX y los destellos de esperanza que consiguieron persistir. IDA toca tanto el legado del Holocausto, como las realidades del comunismo de la posguerra con una oportuna melancolía y un igualmente acertado toque de humor fatalista. - AO Scott, THE NEW YORK TIMES

El premiado director de origen polaco Pawel Pawlikowski (LAST RESORT – BAFTA 2001/Mejor Película Británica Festival Internacional de Edimburgo 2000; MY SUMMER OF LOVE – Bafta Alexander Korda a la Mejor Película Británica 2005/Mejor Película Británica Festival Internacional de Edimburgo 2004) regresa a su tierra natal para rodar ésta emotiva e íntima película sobre una joven novicia en la Polonia de los años 60 quien, a punto de tomar sus hábitos, descubre un oscuro secreto de familia que data de la ocupación nazi.

Pawel Pawlikowski es un director de cine nacido en Polonia y residente en Reino Unido ganador del BAFTA.. Nació en Varsovia, pero dejó Polonia a los 14 años para irse a vivir a Alemania e Italia, antes de trasladarse a Reino Unido en 1977. Estudió Literatura y Filosofía en Londres y Oxford y empezó a rodar películas a mediados de los 80. Los primeros trabajos de Pawel fueron documentales para la BBC. Entre sus documentales más conocidos de esa época están From Moscow to Pietushki, Dostoevsky’s Travels, Serbian Epics and Tripping with Zhirinovsky que entre todos ellos le reportaron un Emmy Internacional, un Prix Italia, el Grierson y dos premios de la Royal Television Society, entre otros muchos premios en el circuito de festivales. En 1998, Pawlikowski se pasó a la ficción con el telefilm de bajo presupuesto Twockers, que escribió y codirigió con Ian Duncan y que está muy enraizado en su anterior experiencia con los documentales. A este le siguieron dos largometrajes escritos y dirigidos por él, Last Resort y My Summer of Love, por los cuales recibió sendos BAFTAs, así como otros premios en festivales de todo el mundo.

Filmografía (selección)
La Femme du Vème (Haut et Court, Film4, 2011) con Kristin Scott Thomas y Ethan Hawke
My Summer of Love (BBC/Apocalypso, 2004) con Emily Blunt and Natalie Press
Last Resort (BBC, 2000) con Emily Blunt and Natalie Press

Televisión
The Stringer (BBC/British Screen/Pepper Pictures, 1997), con Sergei Bodrov Jr. y Anna Friel
Twockers (BBC, 1999)
Lucifer Over Lancashire (1997)
Tripping with Zhirinovsky (1995)
The Grave Case of Charlie Chaplin (1993)
Serbian Epics (1992)
Dostoevsky's Travels (1991)
Moscow Pietushki (1990)
Vaclav Havel (1989)
Extraordinary Adventures (1988)

MY SUMMER OF LOVE
Año de producción: 2004
PREMIOS
BAFTA Awards, 2005
• Premio Alexander Korda : mejor película británica
Polish Film Awards, 2006
• Eagle for Best European Film (Najlepszy Film Europejski)
Director’s Guild of Great Britain Award, 2005
• Outstanding Directorial Achievement in British Film
Edinburgh International Film Festival, 2004
• Best New British Feature
Evening Standard British Film Awards, 2005
• Best Screenplay
London Critics Circle Film Awards, 2005
• Nominated for five awards, Natalie Preuss won Best Newcomer
European Film Awards, 2005
• Nominated for five awards including Best Film and Best Director
British Independent Film Awards, 2004
• Nominated for five awards including Best Film and Best Director


Notas del director
IDA es una película sobre la identidad, la familia, la fe, la culpa, el socialismo y la música.

Quería hacer una película sobre la historia que no pareciera una película histórica; una película que fuera moral, pero sin lecciones que dar; quería contar una historia en la que "todos tengan sus razones"; una historia más cercana a la poesía que al argumento. Por encima de todo quería alejarme de la retórica habitual del cine polaco. La Polonia de IDA está mostrada por un "forastero" sin intereses personales, filtrada por las memorias personales y los sentimientos, los sonidos y las imágenes de la infancia…


Entrevista con el director Pawel Pawlikowski

P: ¿Cuál es el punto de partida de IDA?

R: IDA tiene muchos puntos de partida y algunos de los más interesantes quizás no sean deliberados.
Digamos que vengo de una familia repleta de misterios y contradicciones y que he vivido en una forma de exilio u otra casi toda mi vida. Siempre han estado presentes las dudas sobre la identidad, la familia, la sangre, la pertenencia y la historia.

Estuve dando vueltas durante años a la historia de una monja católica que descubre que es judía. En un principio la situé en 1968, el año de las protestas estudiantiles y las purgas antisemitas del Partido Comunista en Polonia. La historia versaba sobre una monja algo mayor que IDA, así como sobre un Obispo asediado y un secretario de seguridad del Estado. Todo estaba más impregnado de la política de la época. El guión estaba volviéndose más esquemático, enredado y de suspense de lo que yo quería, así que dejé IDA a un lado por un tiempo y me fui a París a rodar THE WOMAN IN THE FIFTH. Entonces estaba en otro lugar.

Cuando retomé IDA tenía una idea mucho más clara de cómo quería que fuera la película. Junto a mi coguionista Rebecca Lenkiewicz lo deshicimos todo, lo hicimos menos enredado, los personajes más ricos y menos funcionales. Ida se tornó más joven, con menos experiencia, como una página más en blanco, una chica joven en el umbral de la vida. También trasladamos la historia al 62, un periodo no descriptivo en Polonia, pero un periodo del que yo guardo también unos vívidos recuerdos, mis propias impresiones como niño, pero, con mayor razón aún, sensible a las imágenes y a los sonidos. Algunas tomas de la película podrían haber sido sacadas de mi álbum familiar.


P: ¿De dónde viene el personaje de Wanda?

R: Mientras hacía mi posgraduado en Oxford entablé amistad con el Profesor Brus, un agradable economista, un reformista marxista que dejó Polonia en el 68. Me caía especialmente bien su esposa, Helena, que fumaba, bebía, bromeaba y contaba unas historias estupendas. Helena no soportaba las tonterías, pero me parecía una mujer cariñosa y generosa. Perdí contacto con los Brus cuando dejé Oxford, pero unos diez años más tarde oí en la BBC que el gobierno polaco solicitaba la extradición de una tal Helena Brus-Wolinska, residente en Oxford, por crímenes contra la humanidad. Resultó que la encantadora mujer había sido una abogada estalinista cuando tenía veintitantos años. Entre otras cosas, maquinó la muerte en una farsa de juicio de un héroe de guerra, completamente inocente, el general "Nil" Fieldorf. Fue una pequeña conmoción para mí. No lograba casar a la cariñosa e irónica mujer que conocí con la verdugo estalinista despiadada y fanática. Esta paradoja me persiguió durante años. Incluso intenté escribir una película sobre ella, pero no conseguía entender a alguien tan contradictorio. Meterla en la historia de Ida ayudó a dar vida a ese personaje; y viceversa, poner a la excreyente con las manos manchadas de sangre junto a Ida, me ayudó a definir el personaje de la joven monja y su travesía.


P: La música parece tener un papel esencial en la película

R: Sí, las canciones pop eran claves desde el principio. Las tenía grabadas a fuego en mis recuerdos de la infancia. Dan color al paisaje. Coltrane y otros vinieron a mi edad adulta. Casualmente a finales de los cincuenta y principios de los sesenta hubo unos años magníficos para el jazz en Polonia. Fue una verdadera explosión: Komeda, Namyslowski, Stanko, Wroblewski... Aparte de la historia de Ida quería hacer aparecer una cierta imagen de Polonia, una imagen que yo aprecio mucho. Mi país quizás fuera gris, opresivo y esclavizado a principios de los 60, pero en algunas cosas era más "guay" y más original que la Polonia de hoy, y de algún modo más evocador universalmente. Estoy seguro que muchos polacos resentidos, y hay muchos, no apreciarán la belleza, el amor que hemos puesto en la película y me acusarán de dañar la imagen de Polonia, al centrarme en la melancolía, lo provincial, lo grotesco… Y está el asunto de un granjero polaco que mata a una familia judía… seguro que habrá problemas. Por otra parte, hay también una abogada del Estado estalinista de origen judío, lo que podría ponerme con el agua al cuello en otros círculos. Aún así, espero que la película sea lo suficientemente específica y poco retórica para que se comprenda en sus propios términos.


P: ¿Cómo hiciste el casting de Ida?

R: Después de recorrerme toda Polonia buscando entre las actrices jóvenes y las estudiantes de Arte Dramático acabé eligiendo a una auténtica amateur, una chica que jamás había actuado y que ni siquiera quiere actuar, algo difícil de encontrar hoy en día. Una directora amiga mía, Malgosia Szumowska, que sabía que estaba desesperado y que se me echaba el tiempo encima, vio a Agata en una cafetería en Varsovia. Me llamó al momento. Yo estaba en París por entonces, así que le pedí que le hiciera una foto a escondidas con IPhone y que me la enviara. A primera vista no era en absoluto lo que buscaba, una llamativa chica sofisticada, con un peinado barroco, ropa vintage y un porte extraordinario. Difícilmente material para una monja. Pero sí que parecía interesante y estaba realmente desesperado. Resultó también que Agata era una militante feminista, no estaba segura de la existencia de Dios e indudablemente no tenía tiempo para la Iglesia en Polonia. En la audición le quité el maquillaje, el pelo, los accesorios sofisticados y la mire más de cerca: era ella. Había algo atemporal en ella y emotivamente auténtico, como indiferente a los medios y al narcisismo de hoy en día. Tenía la cara de una chica formal, pero también un aire de fuerza y de inteligencia tranquila. Algunos de los productores y financieros tenían serias dudas a la hora de contratar a alguien que jamás había actuado y que además no deseaba ser actriz. No pararon de enviarme correos electrónicos en los que mostraban su preocupación, antes y durante el rodaje, pero al final el riesgo valió mucho la pena. No puedo imaginarme a otra persona en este papel. Creo que ella también disfrutó la experiencia, aunque está muy claro que preferiría ser directora que actriz.

Agata Kulesza, que interpretó a Wanda, es también una mujer con una fuerza e integridad extraordinarias. Pero por otra parte es el polo opuesto de la Agata joven. Un verdadero talento que mezclaba una profunda formación teatral con una gran energía, entregada por completo a su oficio. Para interpretar a la perspicaz, perturbada, maníaca y melancólica Wanda, tenía que tocar todos los registros; y a la vez mantenerse concentrada, contenida y evitar la ostentosidad. Un equilibrio difícil de conseguir.

Para Lis, el saxofonista joven, buscaba a alguien que tocara realmente el saxofón y que tuviera el aspecto y pareciera alguien de los 60. No es algo fácil hoy en día. Por lo general los actores jóvenes tienden a ser chicos guapos o matones. Es difícil encontrar jóvenes que sean a la vez masculinos, sensibles, inteligentes, agudos y encantadores. Dawid Ogrodnik era todas estas cosas. Sobre todo parecía auténtico. El día del casting apareció con resaca. Había ganado un premio y lo había estado celebrando toda la noche. No tenía saxo, pero apareció con un clarinete que le prestó un amigo. Había algo conmovedor en la forma en que intentaba armar el clarinete; y en lo desorientado que estaba cuando empezó a sonarle el móvil en un bolsillo. Al principio no lo encontraba, pero acabó sacando un móvil maltratado para explicarle a sus amigos que iba a empezar una audición… Lo probé con Agata Trzebuchowska. Hablaron, bailaron, se les veía muy bien juntos.


Entrevista con la actriz Agata Trzebuchowska

P: ¿Cómo entraste a formar parte de la película, y qué importancia ha tenido esta experiencia para ti?

R: Entré en la película de casualidad. La directora polaca Malgorzata Szumowska me vio en un café de Varsovia. Me habló de la película de Pawel Pawlikowski y me animó a ponerme en contacto con él. Tras unas cuantas reuniones y ensayos resultó que yo iba a hacer el papel de Anna, a pesar de que no tenía ninguna experiencia previa como actriz.

Actuar en IDA fue una experiencia muy importante para mí. Se me dio la oportunidad de participar en una película única. Podía sentirlo a pesar de no pertenecer a la industria.

El ambiente era a la vez profesional e íntimo; todo el equipo estaba entregado a la historia que estaban ayudando a contar.

Pienso en ello como una "aventura" multidimensional. Como mis recuerdos sobre ello aún son muy frescos y vívidos, me es imposible analizar el impacto que tendrá en mi vida, pero sé que lo tendrá.


P: ¿Quién es Anna? ¿Quién es Ida?

R: Anna es una monja, una huérfana que no sabe nada sobre sus raíces. Ha pasado su vida entera en un convento y lo único que le interesa es su fe. No tiene vida terrenal, la única vida que conoce es la religiosa.

Nunca he pensado en IDA como una persona distinta. Es más un punto de referencia que me permite observarme desde una perspectiva distinta. Supongo que Ida representa la persona que pude haber sido, la vida que podría haber llevado. Ida no solo me permite saborear el mundo "real", lleno de agonía y de éxtasis, sino que también me permite confirmar o poner a prueba las decisiones que acabo tomando.


P: ¿Que relación tuviste con Pawlikowski y con el resto de actores antes y durante el rodaje?

R: Conocía a Pawel Pawlikowski por "My Summer of Love", una película que tuvo un papel importante en mi vida adolescente. Así que tenía claro que era un magnífico director, pero pronto descubrí que también es una persona fascinante y generosa.

Cuando me enfrentaba con el guión, antes de comenzar el rodaje, me di cuenta de que parte de Anna continuaba siendo en cierto modo un enigma para el mismo director. Debo confesar que eso me preocupaba un poco, pero mi preocupación desapareció en cuanto comenzamos el rodaje.

Lo que más me sorprendió al trabajar con Pawel Pawlikowski fue su calma, que escondía una determinación de alcanzar la perfección y una increíble intuición. Ambas me daban un fuerte sentimiento de confianza y de seguridad. Durante el rodaje no necesitábamos muchas palabras. Pawel y yo compartíamos un mismo punto de vista sobre el personaje de Anna y su historia.
Agata Kulesza (Wanda) fue igualmente importante para mí. De alguna forma nuestra relación era parecida a la que Anna y Wanda forman durante su viaje; por suerte no tuvimos ningún conflicto ideológico.


P: ¿Cuáles son tus mejores recuerdos del plató?

R: Hay muchos, pero pienso a menudo en las escenas que rodamos con el Wartburg - un coche totalmente imprevisible que nos dio mucha alegría y mucha adrenalina, sobre todo al equipo de producción. Además, el Wartburg era el único lugar donde la temperatura era soportable; los inviernos en Polonia son realmente gélidos; por lo que sentarse dentro a esperar lo que ocurriría un momento después era un verdadero placer.


Ficha artística
Agata Kulesza - Wanda
Agata Trzebuchowska - Anna
Dawid Ogrodnik - Lis
Jerzy Trela - Szymon
Adam Szyszkowsky - Feliks
Halina Skoczynska - Madre Superiora
Joanna Kulig - Cantante