Cinemanía > Películas > Operación U.N.C.L.E. > Comentario
Destacado: Julianne Moore y Tilda Swinton en 'La habitación de al lado' de Pedro Almodóvar
Operación U.N.C.L.E. cartel reducido teaserOperación U.N.C.L.E.(The man from U.N.C.L.E.)
Dirigida por Guy Ritchie
¿Qué te parece la película?

El guión es obra de Guy Ritchie y Lionel Wigram, que ya trabajaron juntos en dos películas reinterpretación del clásico detectivesco Sherlock Holmes. La historia es obra de Jeff Kleeman y David Campbell Wilson, y Guy Ritchie y Lionel Wigram, basada en la serie de televisión El agente de CIPOL.

John Davis (Chronicle), Steve Clark-Hall (RocknRolla, las películas de Sherlock Holmes), Lionel Wigram y Guy Ritchie han ejercido como productores de la película, siendo David Dobkin el productor ejecutivo.

El equipo técnico creativo de Ritchie incluía al director de fotografía dos veces nominado al Oscar John Mathieson (El fantasma de la ópera de Andrew Lloyd Webber, Gladiator), al diseñador de producción Oliver Scholl (Jumper, Al filo del mañana), al editor James Herbert (las películas de Sherlock Holmes, Al filo del mañana), a la diseñadora de vestuario nominada al Oscar, Joanna Johnston (Lincoln) y al compositor Daniel Pemberton (El consejero).


Salvar al mundo nunca pasa de moda
La Operación U.N.C.L.E. de Guy Ritchie es una película internacional de aventuras rápida, llena de acción, sexy y con estilo que se ha rodado con humor y que es mucho más que la enconada relación que existe entre dos superespías enemigos (Napoleon Solo e Illya Kuryakin), ya que trata de la misión en que se ven envueltos.

"La forma en que los hombres interactúan entre sí es una situación que me parece fascinante", afirma Ritchie, director, productor y uno de los autores del guion de Operación U.N.C.L.E., basada en la popular serie de televisión de los 60', El agente de CIPOL. "Incluso al echar la vista atrás a Lock & Stock, me veo inmerso a esta dinámica tío-tío como si fuera un género en sí mismo".

"Dinámica" es la palabra que mejor se ajusta a la situación entre los dos agentes, ya que la primera vez que Solo, el agente de élite de la CIA, se encuentra con su formidable contrincante de la KGB, Kuryakin, ambos intentan matarse mutuamente. A ambos se les ha encomendado sacar del otro lado del Muro de Berlín el mismo activo alemán vital en pleno apogeo de la Guerra Fría, y lograr llevarse el gato al agua no va a ser más que la guinda del pastel.

Días después, tras informarles sus respectivas centrales que van a tener que trabajar juntos en este caso, tienen que aparcar (al menos de forma temporal) la idea de matar al otro, quedando su enconada rivalidad nacional y profesional en una especie de lucha descarnada, in crescendo y de tanteo con la intención de dejar claro que puede que estén trabajando en un mismo caso pero eso no va a hacer que se caigan bien.

Por eso, en cierta forma, es una película de tíos... salvo por el hecho de que, como dice Henry Cavill, quien interpreta a Solo, el afable e interesado agente estadounidense: "En cuanto se ven se dan una paliza descomunal".

Encarnando el papel de Kuryakin, Armie Hammer ofrece el punto de vista típico ruso, mucho más volátil: "Kuryakin es el soldado perfecto; siempre listo y dando todo de sí. Luego se ve inmerso en una situación que detesta pero ante la que no puede hacer nada. El tipo con el que tiene que trabajar, Napoleon Solo, es de todo menos un agente habitual: pasa de las reglas e incluso parecer no ser consciente de que hay unas reglas que seguir".

En palabras de Ritchie: "Con dos agentes tan diferentes entre sí nos resultó irresistible obligarles a estar juntos. Empiezan intentando matarse mutuamente pero terminan trabajando en equipo, incluso a pesar de no llegar a confiar ninguno de los dos del todo en el otro. A grandes rasgos, la historia trata de la evolución de su colaboración. La columna vertebral de la historia viene dada por el hecho de que uno represente al capitalista EE.UU., y el otro a la comunista Rusia, y que estas dos súper potencias tengan que trabajar juntas para acabar con una amenazada de consecuencias mundiales. Esta base da mucho juego para lograr una película con un buen toque de humor".

El productor y guionista, Lionel Wigram, vuelve a trabajar junto a Ritchie tras su exitosa colaboración en las revolucionarias películas de Sherlock Holmes. Él mismo nos cuenta: "Una de las formas de darle nuestro toque personal fue idear la historia de cómo se formó la U.N.C.L.E. En la serie, la U.N.C.L.E ya existía porque, en mitad de la Guerra Fría existían la CIA y la KGB, que competían en secreto para conseguir los mayores logros en una época en la que las relaciones este - oeste está en su peor momento. ¿Cómo pudo fraguarse una alianza así?"

La película empieza en 1963. EE.UU. y la Unión Soviética se encuentran inmersos en una tensa y peligrosa carrera por la supremacía nuclear, y las investigaciones hechas por científicos nazis durante la guerra aún siguen siendo un activo valiosísimo en un mercado aún bastante controlado. Un muro de cemento de algo más de 3 metros y medio de ancho divide en dos el Berlín post-II Guerra Mundial y es esto ahí, a su sombra, donde Solo y Kuryakin se tantean mutuamente por primera vez en una vertiginosa persecución callejera en la que solo una puede ganar.

Su premio es Gaby Teller, una inteligentísima mecánica de coches de Alemania Oriental interpretada por Alicia Vikander que también es la desaparecida hija del doctor Udo Teller, quien en su día fuera el científico nuclear favorito de Hitler. El doctor Teller lleva un tiempo desaparecido, lo que he inmerso a ambas potencias mundiales en una carrera para dar con su paradero antes de que sus conocimientos especializados y muy peligrosos sean enfocados hacia el desarrollo de un armamento capaz de borrar países enteros de un plumazo, y es posible que Gaby sea el único anzuelo capaz de hacer que el doctor salga de su escondite.

Ritchie, que optó por conservar el contexto original de la Guerra Fría, con todo su trasfondo cultura y político, nos relata: "Es un as en la manga de la serie. Queríamos capturar la esencia y especificidad de aquella época pero haciéndolo accesibles al público actual de la forma más original, atractiva y fresca posible". El tono resultante, prosigue "es tan actual como de aquella época, por lo que ha sido un proceso súper natural para mí".

La película, como los fans podrán certificar, lleva el sello característico de las obras del director. De la misma forma en que las películas que hizo de Sherlock Holmes transportaron al público al Londres victoriano sin perder la astucia que las hizo tan agudas y actuales, El agente de CIPOL destila todo aquello que se añora de los años 60' (desde su arte, moda y música hasta sus formas de comportarse y puntos de vista) para crear una atmósfera certera y comedida tan retro como indudablemente propia del S.XXI.

Wigram destaca: "Esa es la magia de Guy Ritchie. Siempre logra darle a la tecla exacta para que todo, de alguna forma, parezca actual".

El propio Ritchie nos cuenta: "Lo que más recuerdo de la serie era el tono que tenía. Por eso, cuando tuve la ocasión de hacer la película, lo tomé como inspiración. La idea de El agente de CIPOL hizo que se me encendiese la bombilla, lo que hizo que respondiese de forma intuitiva".

De alguna forma, los años 60' plasmados en El agente de CIPOL son un raro y seductor momento histórico que en realidad solo existió en pantalla.

Wigram prosigue: "Para nosotros, los 60' son la mejor década, y El agente de CIPOL fueron parte de ella. Siempre nos llamó la atención hacer una historia de espías. Nos encantaron las primeras películas de James Bond, que sin duda dejaron huella en nosotros, y también las películas italianas y francesas de aquella época como La aventura y La dolce vita, que tenían un tono muy particular que nos parece llevo de estilo y muy interesante. Ya sea por la ropa, los coches, las películas o el diseño, no cabe duda de que los 60' marcaron el inicio de la era moderna".

Sus influencias en común, junto a su pasión por el cine y un gran sentido del humor, son lo que hace de Ritchie y Wigram un equipo narrativo tan cohesionado. Ritchie nos conoce: "Es fantástico tener un compañero de producción capaz de escribir, ya que el guion es parte fundamental de una película, y una historia es una especie de proceso orgánico vivo y en desarrollo.

Wigram añade: "A ambos nos encantó la idea de coger un género clásico y darle un enfoque nuevo, y Guy siempre trata de hacer algo nuevo para darle al público algo que no haya visto antes".

Operación U.N.C.L.E. destaca por sí sola. Para aquellos a los que no les resulta extraña su línea genética, como le pasa a Ritchie, Wigram y sus compañeros en las labores de producción, John Davis y Steve Clark-Hall, compartir su aprecio por un prototipo que cautivaba a los telespectadores y aficionados a los juegos de espías en los 60' a ambos lados del Atlántico es un plus a favor.

Según David, criado en EE.UU.: "Cuando era un crío, eran los tipos más guays y tenían los artilugios y las armas más chulas. Eran una fuerza secreta internacional que trabajaba en la sombra para proteger al mundo, una especie de Naciones Unidas del mundo de los espías, y me encantaban".

Ejemplificando al fan adolescente británico de la época, Hugh Grant, que interpreta al enigmático Waverly, nos confiesa: "Tuve un coche estilo El agente de CIPOL. Creo que si pulsas su parte superior salen unas pistolas por los laterales. Es posible que aún lo tenga". Una razón de que las historias de espionaje y de planes secretos sigan emocionando y entreteniendo, generación tras generación, puede ser la naturaleza cíclica de la historia y la política. "Sin entrar muy a fondo", sugiere Clark-Hall, "con el caso Snowden y la cantidad enorme de revelaciones recientes sobre la clase de espionaje que sigue habiendo, creo que es algo con lo que la gente está fascinada de forma intrínseca: la naturaleza de las relaciones y la posibilidad de traición, las complejas alianzas en las que se encuentran las naciones, y el no estar seguro de en quién confiar. En cierto modo el mundo de hoy es un reflejo de las tensiones de los 60 con las que juega la película".

Además, Jeff Kleeman y David Campbell Wilson, que comparten los créditos del guion con Ritchie y Wigram, citan el perdurable atractivo de los "audaces y solitarios agentes que comandan fuerzas poderosas y muestran elegancia bajo presión. Lo que realmente distingue a las películas de espías son sus héroes, que una y otra vez se ven forzados a confiar en sus verdaderas armas secretas: ingenio, inventiva y agudeza".

La clave, según Ritchie, para reunir toda esta energía -aparte de las mordaces bromas y la inquebrantable genialidad de sus carismáticos protagonistas- es lo que él llama "el equilibrio entre el peligro real, el drama y la acción, por un lado, y la sutileza por otro. Es la yuxtaposición de diferentes estados de ánimo lo que encuentro más creativo y estimulante", dice, señalando que él hace la clase de películas que le atraerían como espectador y un ingrediente vital de eso es la clase de humor que tiende a filtrarse hasta la superficie casi sin esfuerzo. "No es que todo tenga que ser divertido. Busco la gama entera de emociones. Empezamos escribiendo escenas más serias, pero lo que suele ocurrir el día del rodaje es que las escenas empiezan a no tomarse a sí mismas tan en serio y el humor acaba siempre abriéndose camino".

"Teníamos un gran reparto, encabezado por Henry y Armie, y Alicia en el papel de Gaby", continúa. "Los chicos tenían una química brillante y Alicia es verdaderamente algo especial. Y realmente tuvieron que trabajárselo. No fue un trabajo fácil, ni mental ni físicamente. Rodar es colaborar y quiero que los actores se responsabilicen de lo que dicen. Desde luego, un director tiene la ventaja de ver el cuadro general y los actores tienen que confiar en eso, pero siempre me interesa la mejor idea que haya. Mientras no nos frene, y rara vez lo hace, me gusta que todo el mundo sea creativo".

"Es estupendo saber que, juntos, habéis llegado más lejos de lo que estaba originalmente en la página", dice Vikander. "Llegas a conocer mejor a tu personaje porque no estás pensando sólo en lo que dice, sino en lo que podría decir".

Cavill, para quien trabajar con Ritchie fue la razón número uno de que firmara por el proyecto, está de acuerdo. "Sus películas son fantásticas y su estilo cinematográfico es único. No hay exceso de ensayos, así que puedes llegar ahí y hacerlo, y grabando lo sientes como algo natural y nuevo".

"Te mantiene realmente atento. Tienes que hacer tus deberes y llegar preparado para cualquier cosa porque las cosas pueden cambiar", añade Hammer, que también estaba ansioso por la oportunidad de trabajar con el aclamado director. "Creo que mantiene intencionadamente una atmósfera ligera porque el trabajo sale mejor cuando todo el mundo es libre y todo fluye. Es un espacio creativo, acogedor, abierto, y eso es lo que Guy intenta cultivar en el plató".


Intenta no matar a tu compañero el primer día
Aunque comprometido con la premisa y la situación políticamente cargada de la serie, Ritchie la usó meramente como un punto de partida en lo que respecta al desarrollo de los personajes de Solo y Kuryakin y sus posibles antecedentes para la gran pantalla -de las grandes líneas a los detalles íntimos- de una manera que no había sido explorada anteriormente. Dado que la serie comenzaba en un punto no especificado de su colaboración, los cineastas y los actores tuvieron la libertad de imaginar el proceso mediante el cual estas dos disparatadas figuras llegaron a su tregua personal.

Hammer, que no había visto nunca la serie, escarbó en algunos de los episodios clásicos para tener un punto de referencia, mientras que Cavill, que tenía la misma falta de familiaridad con ella, adoptó el enfoque contrario. Pero ambos procuraron hacer los personajes completamente suyos.

Según entiende Cavill al quintaesencialmente fino Solo, "no es CIA de carrera; de hecho, es una especie de anti-establishment. Adquirió sus habilidades negociando con arte y antigüedades en el mercado negro después de colarse en la alta sociedad europea de la posguerra, y era tan bueno que nadie pudo cogerle durante años. Es algo de lo que se enorgullece mucho. Pero finalmente fue abandonado por una novia celosa, y la CIA, viendo la valía de un hombre como él, le ofreció un ultimátum: ir a la cárcel o trabajar para nosotros. Así que acabó siendo un agente, con mucho éxito pero de alguna manera renuente. Es mejor que estar en la cárcel y puede seguir llevando trajes coquetos".

Por el contrario, el ascenso de Kuryakin en el KGB fue el resultado de años de dedicación, entrenamiento y esfuerzo decidido. "Es un espía clásico", dice Hammer sobre el agente más joven de la organización en haber conseguido tal estatus de élite. "Creció en el sistema y ascendió en el escalafón y es muy de al-pie-de-la-letra. Su objetivo en la vida era ser un agente del KGB y eso es lo más importante para él".

Es difícil saber qué es lo que más irrita a Kuryakin de su nuevo colega, al que llama El Cowboy: lo que percibe como actitud arrogante del americano, sus credenciales fortuitas o su actitud de creerse con derecho a todo. "Pero es indudable que hay roce", confirma Hammer. "Al mismo tiempo, por mucho que Illya lo vea como un amateur que no sabe lo que está haciendo, este Solo acaba de entrar en una instalación de seguridad con lo que parece un clip sujetapapeles, y eso es bastante espectacular"...

Por su parte, Solo encuentra al ruso poco refinado e impredecible, "pero en cierto modo son dos caras de la misma moneda", advierte Cavill. "Las diferencias entre sus personalidades y métodos son enormes, pero están en el mismo espectro. E incluso aunque están en esto porque Solo y Kuryakin no tienen elección, son conscientes en todo momento de que tienen una misión y de que hay vidas en juego, por no mencionar la destrucción del mundo, así que tienen que intentar que sus habilidades trabajen en común. Podría acabar en que el equipo sea mejor que la suma de sus partes".

Lo que se esconden el uno al otro es que, aunque sus respectivos jefes parecen colaborar de forma puntual, el objetivo final de cada uno de los agentes gira bruscamente. La directriz de Solo es entregar a Teller y/o su investigación a los cuarteles generales de la CIA en Langley, mientras que las órdenes de Kuryakin son hacer lo propio en Moscú, y ninguno puede dejar que nada -ni siquiera su colaboración- se interponga en su camino.

Primero, sin embargo, hay preocupaciones más acuciantes. Su relación profesional requiere una cobertura, y ahí es donde la berlinesa oriental Gaby Teller, que acaba de aparecer, se convierte una colaboradora más práctica. Para localizar a su padre, presumiblemente cautivo en Roma en manos de un grupo criminal, incluido el odioso Tío Rudi, tío de Gaby, se ve presionada a entrar en una trama en la que Kuryakin hará de arquitecto ruso y ella de su cariñosa prometida. De vacaciones en Roma, mientras su falso futuro marido estudia diseño estructural, Gaby localizará a Rudi para saber el paradero de su padre, de cara a sus inminentes nupcias. Solo, mientras, trabajará en paralelo, fingiendo que no conoce a la feliz pareja al tiempo que se mantiene cerca.

"Éramos fans de Alicia desde Un asunto real", dice Wigram, "y por supuesto que ha seguido teniendo muchos otros éxitos desde entonces. Queríamos una actriz europea para el papel, alguien que pudiera hacer de alemana y tuviera esa fantástica mezcla de juventud e inocencia con inteligencia y fuerza de verdad".

Hacer la transición de mecánica de garaje sin pretensiones a dulce dama vestida de alta costura no es fácil para la práctica y directa joven. "Pero si eso la mantiene en este lado del Muro de Berlín el resto de su vida, Gaby está dispuesta a casi todo", dice Vikander.

"Me encantó el hecho de que la crearan como una chica marimacho y guay con un montón de carácter", continúa. "Gaby creció en un mundo de hombres y por eso es bastante guerrera y sabe cómo defender su posición. Si acaso, lo pasa mal relajándose y fingiendo que quiere ser sólo una bonita ama de casa, y creo que es en parte su deseo de reivindicar su independencia lo que crea chispas entre ella e Illya".

Gaby enciende chispas entre Kuryakin y Solo, también, pero solo en la medida que les da algo más por lo que chocar, empezando por una escena cómica en la que intentan superarse el uno al otro en conocimientos de moda mientras ayudan a Gaby a elegir su nuevo vestuario... haciéndole quizás preguntarse si manejar el Armageddon puede ser la parte más fácil de la misión.

Pero hay un trabajo importante por delante, y el trío adopta rápidamente sus personajes secretos y se prepara para encargarse de sus peligrosos adversarios. Tío Rudi, un nazi acérrimo, está coaligado con la pareja perfecta y ultra-rica, pero en bancarrota moral, formada por Alexander y Victoria Vinciguerra. Juntos, intentan coaccionar a su cuñado, Udo Teller, para que revele su revolucionario método para enriquecer uranio. Es un proceso que hará que las bombas atómicas sean mucho más rápidas y fáciles de montar, y de vender al mayor postor.

Elizabeth Debicki hace de Victoria, una rubia ambiciosa, despampanante y gélida de orígenes difíciles que se casó con un rico playboy italiano de buena apariencia pero poco más. "Él no es precisamente el cerebro de la operación", admite Debicki. "Le gustan los coches rápidos y las mujeres, y a Victoria le parece bien porque así puede sentarse detrás de la mesa y dirigir el espectáculo, que es lo que ella siempre quiso. Es una mujer emprendedora, hecha a sí misma, bastante trepa".

Dice Wigram: "Elizabeth estaba increíble en 'El Gran Gatsby', realmente sobresalía de un fantástico reparto, así que cuando salió su nombre, Guy y yo sentimos que era una elección inspiradora y obvia. Hizo una lectura sensacional, además, su apariencia nos recordaba a la joven Catherine Deneuve, lo cual era perfecto para ese periodo".

Debicki, una australiana haciendo de mujer de Liverpool pero con acento RP [Pronunciación Recibida, aceptada, o inglés estándar] en el que deliberadamente se come frases, apunta: "Muy pocos de nosotros hacemos de nuestras nacionalidades". De hecho, Cavill, británico, hace de americano; Hammer, americano, hace de ruso; y Vikander, sueca, hace de alemana, todo lo cual no hizo más que añadirle aire internacional a la producción, en sintonía con las variadas localizaciones de Inglaterra e Italia en las que grabaron.

Una excepción fue el actor elegido para el papel de marido de Victoria, Alexander. Haciendo su debut en una película en lengua inglesa como protagonista, en el papel del guapo piloto de carreras, está el italiano Luca Calvani. Tras llamarle "un nuevo descubrimiento para el público mundial", Wigram comenta: "Luca es el arquetipo de lo que teníamos en mente. Le da a Alexander justo el aire adecuado de glamour siniestro que le hace creíble y, al mismo tiempo, muy divertido".

"Alexander piensa que ha encontrado la perfecta esposa trofeo, lo cual es divertido porque él acaba siendo el marido trofeo en cierto modo, como financiero de los malvados planes de Victoria", dice Calvani. "Pero su ego es tal que piensa que de alguna manera sigue estando al mando".

"Ambos papeles son fantásticos", dice Debicki. "Los Vinciguerra están fabulosamente vestidos, son gente fabulosamente malvada, y tienen un matrimonio muy abierto. Muy años sesenta".

Entretanto, mientras toda esta intriga se desarrolla, los jefes vigilan desde sus respectivas atalayas. Uno es el jefe de Napoleon Solo en la CIA, Sanders, interpretado por Jared Harris, que vuelve felizmente a reunirse con Ritchie y Wigram tras su interpretación del legendario villano Moriarty en Sherlock Holmes: Juego de Sombras.

En un guiño a los cinéfilos de todo el mundo, el personaje lleva el nombre de la estrella clásica George Sanders, que interpretó El Santo y fue espía en muchas otras películas.

Dice Harris: "Sanders lo pasa un poco mal con su independiente y algo insolente agente, que es también, desde luego, inmensamente talentoso. Quizás en consecuencia, es algo malhumorado y gruñón. Vive en un mundo gris pero se mueve en absolutos y ve las cosas en términos de 'Son los Estados Unidos, lo primero y principal".

Recién salido de cuatro temporadas del drama de época de la AMC Mad Men, Harris ya estaba sumergido en plenos años 60. Ahora da la bienvenida a la oportunidad de repasar otra faceta de la época, dice. "Era un buen guion, ajustado, y con sentido del humor".

Hugh Grant, en el papel del cortés e imperturbable Waverly, el otro único personaje conocido de la serie aparte de Solo y Kuryakin, también se entusiasmó con el guion. Con su humor característico, dice: "Siempre me han gustado las películas de Guy y pensado que estaban bastante a la moda, y no estoy seguro de haber hecho alguna vez algo remotamente a la moda, así que eso era parte del atractivo. Además, tengo un tío que fue espía y siempre me ha fascinado ese mundo, así que pensé que podía pasármelo bien. Nunca se nos permitió mencionar el hecho de que era un espía -oficialmente sólo estaba en la Armada- pero todos lo sabíamos".

Waverly muestra la actitud más humilde posible y se presenta con un apretón de manos y sólo el apellido, pese al hecho de que resulta ser una persona influyente e importante -no se descubre del todo hasta qué punto hasta mucho después.

"Imagino que es un espía británico de alto nivel más bien fino pero probablemente bastante temible", especula el actor. "Como muchos de ellos, probablemente proviene de un pasado naval. Pienso que ha tenido sus batallas y las ha disfrutado bastante, pero ahora es un hombre vestido con trajes muy bonitos engañando a la gente de detrás del Telón de Acero y quizás engañando también a la CIA estadounidense, porque siempre hubo esa rivalidad y hay una pizca de eso, también, en la película".

Completando el reparto principal, el nacido en Siberia Misha Kuznetsov es la reservada contraparte en el KGB de Sanders, Oleg; el actor alemán Christian Berkel es Udo Teller, una mente brillante atrapada en una situación de la que ni siquiera puede calcular cómo escapar; y Sylvester Groth es Rudi, un nazi empedernido tan devoto de su causa como de sus retorcidas aficiones. En un vínculo interesante con la película, Groth nació en Alemania del Este y acabó desertando al Oeste.


La puesta en escena
Las localizaciones juegan un importante papel en Operación U.N.C.L.E., ayudando a fijar el tono y la autenticidad. "Nos gustó de 'Sherlock Holmes' que nuestra recreación del Londres del siglo XIX transportara al público, y hemos intentado hacer lo mismo aquí con nuestras representaciones de Berlín y Roma, que se inspiraron en muchas películas de la época", explica Wigram. "Roma representa el estilo de los 60 y Berlín es, por supuesto, el punto de referencia de todas aquellas películas de la Guerra Fría".

Además, dice Ritchie, "ciertas imágenes icónicas como el Muro de Berlín y Checkpoint Charlie son componentes esenciales para que una historia como esta sea fiel a su género y su época".

Los decorados de Berlín exudan en general una paleta fría y descarnada, en comparación con los más exuberantes, brillantes y sensuales colores y texturas de los escenarios italianos del film.

En líneas generales, "Guy quería que el aspecto y el ambiente de los 60 estuvieran presentes, pero ni de forma obvia ni de cliché, con toques de la Guerra Fría. Encontrar ese equilibrio era crucial", dice el diseñador de producción Oliver Scholl. Esa idea guio no sólo sus elecciones sino las del equipo creativo al completo.

La directora de supervisión de localizaciones Sue Quinn rastreó Europa a lo ancho y a lo largo en busca de lugares que se ajustaran a la idea de Ritchie de "un aspecto glamuroso y un ambiente de los 60 pero con estilo", relata. "Empezamos en Roma, con su fantástica arquitectura de 1930 de la era Mussolini, que queda tan bien en la película. Pero Roma está repleta de turistas y es un desafío logístico, así que fuimos a Nápoles y sus alrededores para expandir nuestra paleta".

Las localizaciones de Roma incluyeron la famosa Escalinata de la Plaza de España, el Teatro de Marcelo, la Plaza Venecia y el Grand Hotel Plaza, donde se hospedan Solo, Kuryakin y Gaby mientras se hacen amigos de los Vinciguerra. En Nápoles, el equipo utilizó los túneles subterráneos de la fundición de hierro Fonderia para representar las mazmorras del complejo de la isla Vinciguerra, que podría ser el lugar ideal para esconder a un físico nuclear con su propio laboratorio subterráneo, mientras que el Castillo Baja [sic] de la Bahía de Nápoles, del que se cree que fue construido por el emperador Nerón, proporcionó sus impresionantes exteriores.

"La arquitectura no reacciona tan rápido a las modas como la ropa o los productos, así que el espectro arquitectónico de nuestros decorados es mucho mayor", afirma Scholl, que usó una gama de estructuras que habrían existido en aquel tiempo. "Se evoca el periodo en infinidad de detalles, como escaparates, dibujos, toldos, pósters, ventanas, puertas, muebles y aparatos".

El Reino Unido hizo de Alemania Oriental, ofreciendo tanto localizaciones viables como decorados construidos en los Estudios Leavesden de la Warner Bros., incluido el tristemente célebre Checkpoint Charlie, recreado en el set de rodaje del estudio. Partes del Colegio Naval Greenwich en el sureste de Londres y de los Muelles Chatham de Kent, muy aumentadas con CG [Computación gráfica], aparecieron en la persecución inicial a lo largo del Muro de Berlín, permitiendo que el equipo de diseño afianzara el aspecto que estaban buscando con la flexibilidad y la comodidad de rodar en un entorno controlado. La histórica pista de carreras Circuito Goodwood de Sussex Occidental también se transformó en un escenario italiano en el que Alexander Vinciguerra pudiera presumir de su flota.

Los platós a prueba de sonido del estudio alojaron varios decorados, incluidos los interiores del hotel de Roma, la elegante, angulosa, de estilo neo-fascista italiano sede de la compañía de Victoria, y el laboratorio subterráneo donde un cautivo Udo Teller es obligado a trabajar.

La composición más compleja desde el punto de vista del diseño, así como de los dobles y los efectos, fue la culminante persecución por la isla Vinciguerra, que se hizo mezclando varias localizaciones individuales: Hankley Common, una zona rural de Surrey; los túneles Miseno y el Castillo de la Bahía de Nápoles; carreteras de las afueras de Roma; y Aberystwyth, en la costa oeste de Gales.

El renombrado director de fotografía John Mathieson trabajó estrechamente con Ritchie todo el tiempo, creando un plan de iluminación al que Wigram llama "al mismo tiempo reminiscente de la época y con una energía moderna. La manera en que alineó sus tomas, la atmósfera que creó... ha hecho un trabajo absolutamente brillante".


Las cosas podrían complicarse un poco
La acción es una parte fundamental del argumento de U.N.C.L.E. y es algo en lo que Ritchie no transige. "Los actores han trabajado excepcionalmente duro", declara. "Todos han estado muy involucrados, físicamente. Suele ser un ámbito precario: estás disparando pistolas, estás volando por todo el lugar. Tienes que ser un atleta porque, en un día difícil, estás dándole duro durante ocho horas".

Las secuencias de acción de Operación U.N.C.L.E. requirieron la colaboración del coordinador de dobles Paul Jennings y del supervisor de efectos especiales Dominic Tuohy, siguiendo la instrucción del director de llevar algo nuevo a la pantalla.

"También queríamos hacer que las escenas de acción revelaran más acerca de los personajes", dice Jennings, que estuvo a cargo de entrenar al reparto para una acometida de peleas de puños, tiroteos, persecuciones en moto, persecuciones en coche y explosiones, junto con una larga lista de especialistas. "A Guy le gusta hacer cine de forma visceral. Piensa con originalidad y te da la libertad de hacer lo mismo. En una película de Guy Ritchie tienes que arriesgar y seguir a tu instinto. Incluso si las cosas no salen del todo bien la primera vez, no le importa; está contento con que lo hayas intentado".

En este caso, tanto Henry Cavill como Armie Hammer estaban más que dispuestos a intentarlo, zambulléndose con total dedicación y ansiosos de hacer tantas de sus escenas peligrosas como les fuera posible.

"No se trata de quitar méritos a nuestro excelente equipo de dobles, que sufrieron algunas desagradables caídas y lograron algunas cosas increíbles", añade Cavill rápidamente. "Pero Armie y yo somos actores muy físicos y nos encanta implicarnos. Hay algunas secuencias importantes de acción que, cuando oí hablar de ellas, asumí que serían hechas por CG, y acabamos haciéndolas en gran parte ante la cámara".

Tiroteo en Berlín
La historia empieza con un estallido -acompañado de cristales rotos y neumáticos quemados-, cuando los recién conocidos Gaby y Solo, en un sedán Wartburg de época, intentan evitar al Trabant de Kuryakin a través de las oscuras calles de Berlín Este para reunirse con el contacto de Solo en el otro lado.

"Guy lo veía como un ballet", dice Tuohy. "Modificamos ambos vehículos para que tuvieran un conductor ciego, es decir, que el Wartburg tuviera una posición de conducción montada en el techo y el Trabant tuviera una en la parte baja delantera, lo que permitía a los conductores especialistas llevar el coche a toda velocidad con los actores dentro, manteniéndoles completamente implicados. Y teníamos un vehículo de seguimiento viajando con ellos".

"Queríamos mantener a los dos coches cerca mientras torcían las esquinas apuradamente", continúa, "así que adaptamos uno de ellos para que fuera extremadamente ligero e hicimos un aparejo que los unía entre sí. Luego, en un entorno de croma verde, construimos una plataforma hidráulica de modo que pudiéramos poner los dos coches juntos y moverlos hacia atrás y hacia adelante, como si estuvieran adelantándose, y que también permitiera que se movieran independientemente o rotarlos en un giro de 360 grados".

La producción empleó efectos reales lo máximo posible. Por ejemplo, dice Tuohy, "las posiciones de conducción de dobles que construimos en los vehículos quedaban fuera de plano, como se hubiera hecho antes de la CG, de modo que la cámara captura lo que el público verá en el encuadre, en lugar de filmar el aparejo entero y pintarlo con CG después".

Al mismo tiempo, los efectos visuales, supervisados por Richard Bain, demostraron ser inestimables en otras aplicaciones, como ayudar a transformar las calles de la Real Academia Naval de Greenwich y los Muelles Chatham, donde se filmó la persecución, en Berlín Este.

"Greenwich es una de nuestras más valoradas piezas del acervo, y representar una persecución allí es especial por sí mismo", añade Tuohy. "Sus calles son únicas e irreemplazables y eso hizo que fuera un reto proteger el entorno. Las partes del pavimento que se ven, no son reales. Colocamos áreas de suelo de modo que, si se conducía por encima, no se dañara lo que había debajo".

Navegando por el puerto
"Una de las cosas que Guy quería hacer era colocar un camión en lo alto de un barco, y mostrar los compases cómicos del camión hundiendo el barco mientras Solo está en la cabina", dice Tuohy.

Esto era parte de una escena más grande en la que los dos agentes tienen que escapar de un montón de asesinos tras una ronda nocturna por la factoría Vinciguerra. El coordinador de dobles, Jennings, dice: "En la persecución por el puerto, Armie tuvo que hacer un montón de pilotaje. Le sacamos en barco para una prueba y le salía natural, lo que nos dio la libertad de grabarle conduciendo el barco. Es estupendo cuando puedes colocar a un actor en una situación como esa y sabes que puede lidiar con ella".

Para el equipo de Tuohy, la logística resultó más compleja. "Cuando haces que algo suba para que caiga sobre un barco, tiende a empujarlo", explica. Así, se diseñó un camión ligero para que, enganchado con un aparejo, cayera en el punto exacto.

El siguiente problema fue que el barco, grande y hecho de fibra de vidrio, requería un desplazamiento de 30 toneladas para ser hundido -y no las tenían. Tampoco tenían tiempo para esperar a que se hundiera. En su lugar, usaron cargas pirotécnicas para romper las juntas que mantenían unido al barco, permitiendo que el agua entrara a toda prisa. Mientras, un ariete hidráulico situado debajo lo hundió todo en 10 segundos, permitiendo que Cavill consiguiera tanto el toque de humor como el heroico de la escena en una toma.

En todoterreno por la finca Vinciguerra
La persecución culminante que tiene lugar en la isla de los Vinciguerra, donde todo lo que importa está de repente en juego de forma dinámica, donde la gente aprovecha cualquier medio de transporte que haya a mano, y donde cualquier nuevo giro altera el equilibrio de poder.

Los vehículos protagonistas incluyen una moto de los 60, un Land Rover modificado que se da un baño, y un ATV refunfuñante de tracción integral, hecho a medida, al que Ritchie acertadamente llama "una bestia".

"Por supuesto que un Rock Crawler [Gusano de Roca] no era nada de la época, pero no iba a dejar que eso nos entorpeciera el camino, así que construimos uno propio", dice. El vehículo hace justamente lo que sugiere su nombre, impulsándose por cuestas de casi 90 grados antes de atravesar lagos de más de 90 metros. "No sé muy bien qué hacer con él ahora. Tiene dos metros de ancho".

El director buscaba un terreno agotador y único, que dio como resultado una secuencia fundida de forma impecable a partir de múltiples localizaciones. Jennings relata: "Empezamos en Italia, atravesamos un túnel y subimos una ladera, aún en Italia, y después cambiamos a un plano de Gales, luego a los Hankley Commons, y mezclamos un poco del Northshire. Pasó de todo, pero, al final, creo que conseguimos algo realmente diferente".

En los controles del Rock Crawler, Solo despliega su rápida forma de pensar a medida que se desarrolla la acción. Sabiendo que el Land Rover de Alexander Vinciguerra puede adelantarle fácilmente en la carretera, forja su propio camino a través de los matorrales, las cuestas, el bosque, el barro y la arena para distanciarse de él.

Kuryakin, mientras, coge una carretera diferente en las secuencias de acción que se producen de manera simultánea, a horcajadas de una moto de los 60 que conduce hasta que se vuelve in-conducible. Ahí es donde el habilidoso agente tiene que encontrarle otro uso.

En la preparación para la escena, Hammer no estaba demasiado preocupado. Motociclista ferviente desde que tuvo su primera moto de motocross de niño, se consideraba a sí mismo suficientemente competente. Pero el coordinador de dobles adjunto, Lee Morrison, no lo veía de la misma manera al principio. Recuerda Hammer: "Nos presentamos en un gran campo de hierba y Lee dijo: "Bien, voy a hacer una pequeña valoración de cómo conduces. Sube ahí, da una vuelta, vuelve, haz un ocho y luego ve a través de esos conos y para". Pensé, "no hay problema, esto va a ser fácil". Así que lo hice todo y volví, y dijo: "¿Qué demonios ha sido eso? ¿Así es como te sientas? ¿Así es como sostienes tus codos?" Así que me enseñó cómo hacerlo de la forma correcta y sinceramente mejoró mi conducción de motocicleta, lo cual fue estupendo para mí -especialmente en esa moto de época, que no tenía 50 años de avances así que era pesada y complicada".

Pesada y complicada, vale, pero soporta el peso de la historia de Hollywood. La moto conducida por Hammer era una Métisse Desert Racer edición limitada construida por el renombrado taller Métisse de Oxfordshire de modo que fuera una réplica exacta del modelo Mark III diseñado por el actor Steve McQueen y Bud Ekins en los 60.

Operación U.N.C.L.E. también tiene entre sus vehículos de época un helicóptero Hiller UH12E4 de 1960 que había tenido un papel protagonista en otra película de espías -un dato que puede convertir incluso a veteranos cineastas en fans de James Bond momentáneamente, como proclama encantado Wigram. "Tenemos el helicóptero de Pussy Galore, de 'Goldfinger', en nuestra película. ¡No puedo decirte lo emocionante que es!" También evoca a la serie de televisión, en la que se sabe que el creador de Bond, Ian Fleming, contribuyó con algunas ideas en las etapas conceptuales iniciales del proyecto.


El hábito hace al espía... y al villano
El trabajo de la premiada diseñadora de vestuario Joanna Johnston armonizaba con los tonos seleccionados por el diseñador de producción Scholl y sus decorados. "En Berlín, la visión predominante era el hormigón. Todo era frío, duro, y bastante sombrío", dice Johnston. "Conseguimos un poco de frescura con la introducción de estampados y patrones cuando la historia pasa a Berlín Oeste pero la paleta sigue siendo fría. Luego, en Italia, los colores son cálidos y todo es muy sofisticado".

Cómo rompió culturalmente la época con la monocromía de la posguerra inmediata de los 50 fue lo que inspiró a Johnston, que investigó el periodo en revistas de moda de la época. "Era todo cuestión de color", desarrolla. "Era un tiempo muy radical y aventurero en todas las disciplinas, del arte a la moda, pasando por la música. Lo que me impactó de verdad fue la libertad de diseño de aquel tiempo; resplandece a través de la fotografía, los modelos, el estilo, todo".

Sincronizada con Ritchie, la diseñadora luchó por evitar el tipo de clichés excesivos que pueden estropear una obra de época, optando por algo "más sutil y original, pero aun así lustroso y pulido, como esos filmes que recuerdas en los que todo el mundo lucía bien hiciera lo que hiciera".

Hammer le da el mérito a su vestuario de ayudarle a crear el personaje de Kuryakin. "No parecía un disfraz", afirma. "Parecía simplemente ropa porque nunca era desmesurado". De hecho, Kuryakin era el más infravalorado de los dos agentes, en parte, bromea Hammer, porque "vivía con presupuesto soviético".

Johnston mantuvo el vestuario del agente ruso en un perfil bajo, e informal-sexy en general, explica: "Su estilo incluía trajes de dos piezas, chaquetas de pana y de ante, pantalones de vestir, y, desde luego, suéteres de cuello alto, que fue el único elemento que tuve que mantener de la serie de TV porque era la primera cosa que mencionaba la gente con la que hablé".

Solo era un tema totalmente distinto. "Solo se ha reinventado a sí mismo, en cierto modo, así que pensé que un enfoque más considerado sería lo apropiado", dice. "Tiene excelente ropa a medida de Saville Row y zapatos hechos a mano, y parece un perfecto caballero. Utilicé Timothy Everest, una conocida sastrería británica, para hacer todos los trajes de Henry. Es todo vanidad y proyección de su apariencia: muy cara, guapa y chic".

Cavill no podría estar más de acuerdo. "Estaban hechos de la tela más maravillosa del mundo y tan pronto como me los puse, parecía Napoleon Solo", dice.

Diseñar para las actrices principales añadió una dimensión más a la paleta. El personaje de Alicia Vikander, Gaby, aunque presentado como un marimacho en mono de trabajo, cambia rápidamente a la alta costura con facilidad. Johnston describe su despreocupado estilo como "fresco, joven, simple y pulcro, pero con la impresión de que podría hacer cualquier cosa en cualquier momento".

"Vine por unos accesorios, que es una manera estupenda de entrar en el personaje, y Joanna me dejó ser parte del proceso", recuerda Vikander. "Trajo planchas de estilo con imágenes e ideas, y es fácil dejar que tu imaginación y fantasías tomen el mando. Vi un vestido increíble con la espalda desnuda que me gustó y, la siguiente vez que fui, ahí estaba".

En la escalofriante Victoria de Elizabeth Debicki, Johnston vio un rastro de Solo. "A su manera, Victoria es una especie de igual para él en la consideración y la diligencia, en la proyección de su imagen. Le gusta mucha exageración en su apariencia. Es una serpiente, y quiere engañar a la gente para que entre en su guarida".

Debicki colaboró con gusto con la diseñadora en la llamativa apariencia, típica del blanco y negro, y muy pulida y gráfica, de Victoria. "Los vestidos de Victoria representan lo mejor de la moda de los 60. Ella es bastante fan de la joyería ostentosa y los cinturones y, dado que es tan rica, pensamos que no tenía que por qué haber un límite. Además, ser la villana significa que puedes hacer lo que te plazca", dice.


Liderando la marcha
"La música era una parte muy importante, fundamental, del filme", dice Ritchie. "Pienso que a veces, en ciertas escenas, la música debería liderar la marcha y que la acción estuviera supeditada a ella. Trabajamos por primera vez con un talentoso y joven compositor, Daniel Pemberton, y estoy bastante contento con lo que salió".

Para Pemberton, fue una experiencia única. "Lo principal para Guy es que quería que todo fuera sencillo y memorable", recuerda. "Quería que cada pieza de música fuera única y pareciera un tema fuerte e independiente, al tiempo que conseguía las cosas que una banda sonora de película debe hacer en cuanto a subrayar e impulsar la acción. Así que era un reto increíble, pero también fantástico y muy emocionante para mí porque tuve que apretar, apretar de verdad y ser increíblemente audaz de una manera que, como compositor, normalmente no tienes la oportunidad de ser".

Donde quizás mejor se ve esto es en el asalto culminante al complejo Vinciguerra, una secuencia prolongada y llena de acción en la que pasan tantas cosas simultáneamente que Ritchie muestra parte de ella en una pantalla caleidoscópica dividida, impulsada por la banda sonora. Dice Pemberton: "A menudo no hay diálogo, o hay muy poco. Recuerdo, en aquel momento, que estábamos yo, Guy y su montador, James Herbert, intentando resolver cómo hacer algo diferente de lo que el público haya visto antes, y tuvimos la idea de probar esta pieza de percusión anárquica, casi poli-rítmica, que resuena con la intensidad del ataque. Desciende hasta el caos, fuera de control, pero de alguna manera se rehace, elevándose y descendiendo con la acción. Es uno de los pasajes de los que más orgulloso estoy".

Para mantener la integridad tonal de la película, Pemberton procuró capturar un sonido que combinara la nitidez y la sofisticación actuales con un aroma distintivo de los 60. El primer paso fue el lugar: La banda sonora de Operación U.N.C.L.E. se grabó en el Estudio Dos de Abbey Road, donde como sabe hasta el aficionado a la música más distraído, grabaron sus álbumes los Beatles.

Temáticamente, dice, "buscábamos un enfoque diferente, minimalista, que implicaba usar menos musicalmente pero también escribir y producir de forma que siga teniendo el impacto de una gran banda sonora orquestal".

Técnicamente, las instalaciones de Abbey Road resultaron un tesoro escondido del tipo de instrumentos de la época necesarios para conseguir el sonido específico que Pemberton buscaba. "Usamos cada cosita que quedara por allí de los 60 y que pudiéramos coger", dice, con todo el entusiasmo de un arqueólogo en una excavación exitosa. "Usamos grabadoras de cinta, viejos escritorios, incluso la cámara de eco del edificio, que es como creaban ecos antes de la equipación digital o incluso analógica. Pones un micrófono en una habitación embaldosada, con un altavoz, y reproduces el sonido y grabas el eco de la habitación. Conseguimos algunos instrumentos de época estupendos, desde clavecines clásicos hasta viejos bajos y guitarras, y trabajamos con Sam Okell, el genio de los 60 de la casa que conoce cada pieza de ese engranaje tras años de mezclar y retocar los re-másteres de los Beatles".

"Todo fue parte del proceso de crear un sonido característico", concluye. "Quizás la mejor manera de describirlo es, que para que sonara nuevo, tuvimos que viajar en el tiempo".

En la línea de las opiniones del compositor, dice Wigram: "Es bonito ser capaces de recrear esa época utilizando la tecnología actual: lo mejor de ambos mundos, básicamente. Guy y yo amamos las películas de época porque pensamos que nos permite crear una experiencia en la que sentir una sensibilidad extrema y al mismo tiempo suspender la incredulidad del público. Puedes ir más allá de la realidad porque siempre hay una sensación de realidad pegada".

"Como director, te enfrentas a una serie de consideraciones creativas cuando abordas un proyecto", dice Ritchie, recordando el momento en el que las ideas para una película a gran escala de C.I.P.O.L. se le juntaron por primera vez. "Las relaciones, la dinámica, la narrativa: todas son cuestiones emocionantes. Esta vez, estaba el reto añadido de llevar un concepto clásico y de época a la vida de una forma contemporánea y entretenida, y todos lo pasamos muy bien viendo lo que pudimos hacer con ello".