Notas de la directora
Para empezar, mi trabajo siempre se ha centrado en las relaciones entre hombres y mujeres.
Los matrimonios nunca son obligatorios en el judaísmo. En el mundo jasídico, en el que se ambienta el film, los padres organizan propuestas de matrimonio a sus hijos, pero incluso así la joven pareja debe dar su acuerdo.
Mientras charlaba con alguien en la boda de la hija de una amiga, una joven que no tendría más de dieciocho años se acercó a nuestra mesa. Llevaba un reloj de oro, pendientes de diamantes y un anillo con una gema, todo ello indicación clara de que estaba prometida. Mi amiga le felicitó con cordialidad, pero había algo extraño en su conversación. Cuando se marchó, mi amiga me dijo que aquella bonita joven estaba prometida, desde hace un mes, con el marido de su difunta hermana.
Era todo lo que necesitaba para que mi imaginación comenzara a funcionar y, tras dejar la idea reposar en mi cabeza, terminé por desarrollar el argumento de Llenar el Vacío.
Motivación
Me embarqué en este viaje como consecuencia de un profundo dolor. Me parecía que la comunidad ultraortodoxa no tenía voz en el diálogo cultural. Incluso se podría decir que éramos mudos. Está bien para alguien de fuera interpretarnos mientras alguien de dentro esté también contando una historia. Nuestra voz política es clara- incluso atronadora- pero nuestra voz cultural y artística sigue siendo un susurro. No soy buena con las agendas y la política, pero soy buena contando historias. Soy buena contando las cosas que me apasionan
así que, ¿qué le voy a hacer?, están todas vinculadas al mundo de la observancia ultra-ortodoxa.
Llenar el Vacío no tiene nada que ver con el debate religioso-secular, eso no me interesa demasiado. Creo que la película abre un pequeño agujero desde el que observar una historia minúscula que forma parte de un mundo complejo y muy especial. Por voluntad propia, evita cualquier comparación entre los dos mundos. Tiene la suficiente confianza en sí misma para contar su propia historia. Creo que el único puente entre estos dos mundos que se puede tender es a través de una honestidad desprejuiciada. Si ha de haber un puente, debe surgir de un denominador común que se encuentre en el corazón.
Estética
Sabía que hacía una película pequeña que sucede sobre todo en la casa. Las herramientas a mi disposición eran los personajes, los diálogos, los colores y el marco. Para mí, este enfoque limitado se fue formando cuando hacía películas dentro de la comunidad ultra-ortodoxa. La iluminación, las texturas blandas, el marco
Ése es el fruto del trabajo de Asaf Sudry (fotografía). A mí me quedaba estar a la expectativa y observar con placer cómo a menudo me comprendía mejor de lo que yo lo hacía a mí misma. El colorido de los trajes eran parte del trabajo de la diseñadora de vestuario, pero consiguió destilarlo desde el mundo jasídico de una manera que yo nunca hubiera podido hacer.
Localización en Tel Aviv
Tenía que ver con mi insistencia en evitar el debate religioso-secular. Si la localización hubiera sido una ciudad ultra-ortodoxa, la película hubiera estado tan lejos de ese debate que nadie hubiera notado siquiera que ignora la disputa entre ambos bandos. La declaración se implica precisamente en esa noción de localizar el film en Tel Aviv y no dar la más mínima importancia e ignorar la naturaleza secular de la localización. Es otra opción de Tel Aviv, seguramente menos conocida, pero que realmente existe. Yo vivo en Tel Aviv, pertenezco a la comunidad ultra-ortodoxa jasídica, una comunidad que ofrece una vida vibrante y plena. Convivimos pacíficamente con nuestros vecinos seglares. No interferimos en su vida y ellos no interfieren en la nuestra.
Jane Austen
Adoro a Jane Austen. Es romántica, inteligente y con un gran sentido del humor. La leí de niña y he visto películas basadas en su obra. El paralelismo es también bastante obvio al transcurrir Llenar el Vacío en un mundo en el que las reglas son claras y rígidas. Los personajes no buscan hacer estallar ese mundo, sino que intentan encontrar una manera de vivir en él. Llenar el Vacío tiene cierto aire histórico, podría haber sucedido en Polonia o en Nueva York en el siglo pasado o en la época actual en Tel Aviv. Está, en cierta medida, aislado del mundo moderno y las complicaciones que forman la trama y su resolución tiene mucho en común con la forma en la que Jane Austen cuenta sus historias.
Biografia de la directora
Rama Burshtein nació en Nueva York en 1967. Se graduó en la Escuela de Cine y Televisión Sam Spiegel en Jerusalen en 1994. Durante esos años, Rama se convirtió en profundamente religiosa y tras su graduación se dedicó a promover el cine como un arma de expresión propia en la comunidad ortodoxa.
Rama ha escrito, producido y dirigido películas para la comunidad ortodoxa, muchas de ellas sólo para mujeres.
Llenar el Vacío es su primer largometraje para cine, ganador entre otros de los siguientes premios
Festival de cine de Venecia - Premio Signis, Copa Volpi Mejor Actriz.
7 Premios Academia de cine Israelí - Mejor Película, Mejor Actor, mejor Actriz, Mejor Actriz de reparto, Mejor Fotografía, Mejor Maquillaje.
European Films Awards - Mejor Fotografía
Independent Spirit Awards - Nominada Mejor Ópera Prima y Mejor guión.
Ficha artística
Hadas Yaron - Shira
Yiftach Klein - Yochay
Irit Sheleg - Rivka
Chaim Sharir - Aharon
Razia Israely - Tía Hanna
Hila Feldman - Frieda
Renana Raz - Esther
Yael Tal - Shifi
Michael David Weigl - Shtreicher
Ido Samuel - Yossi
Neta Mora - Bilha
Melech Thal - Rabino