Es invierno y hace frío. Jota y Simón tienen 20 años y viven en la barriada de Los Alambres, en las afueras de una pequeña ciudad, justo en el límite con el campo. Son dos "quinquis" del siglo XXI, en una época difícil para Europa y todavía aun más crítica en España. Todos los días salen a buscarse la vida para conseguir dinero, haciendo lo que haga falta. Lo que se les ponga por delante.

Mientras tanto, sus vidas atraviesan por una crisis familiar. Cada una es bien distinta. Y como suele suceder, cada uno quiere lo que no tiene, y sin embargo posee el otro.

Simón hace unos años dejó embarazada a Alba, su novia de toda la vida. Ahora tienen un hijo de 3 años y viven en casa de sus padres, una familia numerosa de feriantes, una mezcla entre gitanos y mercheros, como "El lute". Para él, volver a casa cada día es un horror; con un padre muy severo, una mujer de la que no está enamorado y un hijo que llora y al que tiene que cambiarle los pañales. Todo esto le supera y la única manera que tiene de evadirse es arrancar su moto y echarse a la calle con Jota, su amigo de la infancia. Simón está rodeado de familia pero no puede con la responsabilidad de ser padre. A sus 20 años no está preparado para ser mayor.

Jota malvive solo en un embarcadero junto al río. No tiene a nadie en la vida. La única persona que le queda es su madre, que además está en la cárcel. Jota está deseando irse por ahí a buscarse la vida con Simón para no tener que estar solo en una caseta que se está cayendo.

Hace poco ha conocido a Debi, una joven de 17 años de origen brasileño que vive en una pensión con una amiga. Ambas se dedican a hacer trapicheos por los parques. Debi se acaba de quedar embarazada. Jota está enamorado hasta las trancas y quiere tener el niño sí o sí. Quiere tener su propia familia, como la tiene su amigo Simón, y así no volver a estar solo nunca más. Pero Debi no se lo va a poner fácil; ella es demasiado joven y tiene claro que aún le quedan muchas cosas por hacer en la vida antes de tener un hijo.