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El chico del millón de dólares cartel reducidoEl chico del millón de dólares(Million dollar arm)
Dirigida por Craig Gillespie
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"El chico del millón de dólares" está dirigida por Craig Gillespie y protagonizada por Bill Paxton y Aasif Mandvi. Los productores son Mark Ciardi y Gordon Gray, a través de su productora Mayhem Pictures, y Joe Roth con Roth Films. Los productores ejecutivos son Palak Patel, Kevin Halloran, Bill Simmons y Connor Schell. Tom McCarthy ha escrito el guión.

El compositor de la película es A. R. Rahman.


Cómo empezó todo
En 2007, el agente deportivo JB Bernstein puso en marcha un reality show en India para encontrar nuevos talentos del béisbol entre una población apasionada por el cricket. Bernstein afirma: "Se trataba de encontrar al siguiente Yao Ming, pero en béisbol. En términos estadísticos, en un país de 1.200 millones de personas, es muy posible que exista talento en bruto que todavía no ha sido descubierto. El plan consistía en atraer a todos esos aficionados al cricket y convertirlos en fans del béisbol".

Al final, Bernstein consiguió encontrar a sus jugadores personificados en Rinku Singh y Dinesh Patel, y arrastrarlos a su país… literalmente. Los chicos se convirtieron en sus hijos de facto. Vivían en su casa y les enseñó todos los entresijos de béisbol, así como otros aspectos mucho más desconcertantes de la vida americana. Para Rinku y Dinesh, viajar a los Estados Unidos equivalía a visitar otro planeta. Incluso los ascensores y las fuentes de agua potable eran mágicos y misteriosos. JB acabó descubriendo que su nueva y extraña familia no sólo le hacía feliz sino que daba sentido a su vida.

A Bernstein le pareció que la historia podía convertirse en una buena película, y les sugirió la idea a los productores Mark Ciardi y Gordon Gray. A través del sello Mayhem Pictures y de Disney, Ciardi y Gray han producido varias historias reales de gran calado como "El milagro", "Invencible" y "Secretariat".

La idea era que la película no se centrase sólo en el béisbol sino más bien en el vínculo especial que se establece entre JB y Rinku y Dinesh. Y eso fue lo que interesó a los productores Ciardi y Gray. "Vimos a JB en una fiesta de la Super Bowl justo antes de que se fuera a la India y recuerdo que dijo que iba allí a hacer un reality show", dice Ciardi. "Parecía una locura, pero dos años después había fichado a dos chicos y vino a vernos con esta historia. Era una historia realmente conmovedora que nos llegó al corazón. Se trataba de un hombre que se va a la India con la única intención de encontrar a un atleta para traerlo a Estados Unidos y que lo fiche la Major League de Béisbol. Al principio los chicos sólo representan una inversión pero lo cierto es que se convierte en auténtica relación de familia. Y esa trama emocional que constituye el hilo conductor de la historia fue lo que nos atrajo del proyecto".

Mientras desarrollaban la historia para convertirla en una película, Ciardi y Gray encontraron socios con gustos similares en Joe Roth y Palak Patel, productores de Roth Films.

Roth, que ha dirigido películas y ha sido productor ejecutivo en varios estudios de Hollywood, recuerda:

"Mark Ciardi acudió a mí hace cuatro años con un pequeño proyecto independiente que le gustaba mucho, y en cuanto empezó a contarme la historia la reconocí porque soy muy aficionado a los deportes. Había visto algo en ESPN. También había leído algo sobre el tema en Sports Illustrated y además había hecho "El principiante" con Mark. De hecho le llamé una vez camino del trabajo y le dije que acababa de leer un artículo en el L.A. Times y que estaba convencido que podía hacerse una gran película".

Roth continúa: "Me gusta contar historias optimistas, historias que el público va a ver y que al salir del cine se dice: ‘Si estos chicos pueden hacerlo, yo también puedo hacer lo que me proponga'. Y la idea de dos chicos de pueblo originarios de la India, que no habían visto nunca un partido de béisbol, que nunca se habían puesto un guante de béisbol, vinieran a América y tuvieran éxito resultaba fascinante. Además, también me interesó la historia de JB Bernstein, el agente, porque es un hombre cuya vida está tomando un mal cariz pero que consigue cambiar. Uno de mis temas favoritos es que la gente puede cambiar en cualquier momento de sus vidas. Todo es posible. No se trata de un sueño americano sino de un sueño mundial".


Buscando al reparto y al director
La búsqueda de un actor que pudiera interpretar a JB Bernstein empezó y terminó con Jon Hamm. "Jon fue nuestra primera elección. No tuvimos ninguna duda", dice el productor Ciardi. "Llevábamos años queriendo trabajar con él. Se incorporó enseguida al proyecto y ha sido un socio fantástico. Creo que Jon ha clavado a JB, esa mezcla de frustración, emoción, comedia y simpatía. En nuestra película, JB represente al hombre corriente. El público ve la India a través de sus ojos. Y después, los chicos, mientras se adaptan a la vida en América, transforman a JB. Para nosotros, él representa el punto de vista del público y Jon lo comprendió y lo interiorizó inmediatamente".

"Soy muy aficionado a los deportes y esta historia me pareció muy curiosa", afirma Jon Hamm. "Leí el guión, busqué la historia real en Internet y cuanto más sabía más me fascinaba. Así que me intrigó muchísimo. Es más bien la historia de unas personas concretas y cómo se relacionan entre ellas. A medida que la película avanza y comprendemos que este personaje también está aprendiendo mucho sobre sí mismo. Así que todo encajaba y cuanto más sabía más atractivo me parecía el proyecto.".

Hamm añade que los temas más tradicionales, más profundos de la película también le atrajeron muchísimo. "Es una historia clásica y conmovedora sobre el trabajo duro, sobre encontrar una gran idea y hacerla realidad. El hecho de que resultara tan beneficiosa para esos chicos y para JB es la mejor prueba de su compromiso con la ética del trabajo. Estaban dispuestos a dar el 150 por cien y aprovechar al máximo esa oportunidad a pesar de que el éxito no estaba garantizado", comenta Hamm.

"El chico del millón de dólares" encontró enseguida a su protagonista pero la búsqueda de un director fue un proceso más largo que acabó conduciéndoles a Craig Gillespie. La filmografía de Gillespie es ecléctica pero, como señala Ciardi, su trabajo y su filosofía encajaban perfectamente con lo que necesitaba "El chico del millón de dólares".

"Craig está muy bien preparado y es excelente con los actores", dice el productor Ciardi. "‘Lars y una chica de verdad’ es el mejor ejemplo. Además, tiene un tono dramático, divertido e inusual y sabe navegar entre la comedia y el drama, que es lo que queríamos para esta película", afirma.

El productor Gray añade: "Cuando Mark y yo nos pusimos a buscar un director ya teníamos una idea bastante clara de la película así que esperamos oír algo que encajase o que la superase. Y Craig hizo ambas cosas. Además, le entusiasmó el material".

El productor Roth afirma: "Craig ha hecho un trabajo magnífico. La película es tan buena gracias a él".

Gillespie dice que el guión de Tom McCarthy y la historia, tan increíble, le gustaron mucho y además le tocaron una fibra personal. "Me gusta cómo escribe Tom McCarthy; me identifico con su forma de combinar drama y humor. Además, la historia era magnífica. En la superficie no parece una película que tenga que ver conmigo, pero me identifiqué enseguida con JB, Rinku y Dinesh. Por una parte está JB que intenta encontrar un equilibrio entre una vida profesional y una vida personal rica y es lo que intenta conseguir durante toda la película. Y yo también he intentado encontrar un equilibrio entre carrera y familia. Por otra parte está la historia de los chicos. Yo llegué a Estados Unidos a los 19 años. No conocía a nadie y me sentía totalmente desplazado. No es la misma escala que ellos, pero entiendo lo que significa ser un outsider. Así que comprendía ambos aspectos de la historia", dice Gillespie.

La idea de que Jon Hamm interpretase a JB también despertó el interés de Gillespie. Estaba convencido que las prodigiosas capacidades interpretativas de Hamm iban a sorprender muchísimo al público. "Jon se incorporó al proyecto antes que yo pero me encantó que interpretara al protagonista. Era perfecto para él. Este papel le permite utilizar todos sus talentos. Le hemos visto en dramas y en comedias pero mezclar ambas cosas y utilizar todas sus armas en una interpretación resultaba muy interesante", dice Gillespie.

Encontrar a los Rinku y Dinesh reales fue uno de los mayores desafíos de la pre-producción. Al final, los papeles acabaron recayendo en Suraj Sharma y Madhur Mittal. "Suraj había tenido su gran momento en 'La vida de Pi'. Craig, Gordon y yo nos reunimos con él la víspera de los Oscar y nos dimos cuenta que se trataba de un chico especial. Es listo, divertido y muy sensato. Y Rinku tiene una gran personalidad y mucho encanto, lo mismo que Suraj. De los dos personajes, Dinesh es el que más se preocupa, el más conservador. Rinku es un auténtico zurdo y tenía ese movimiento único a la hora de lanzar la pelota. Se adaptó a América y a todo el proyecto; no se ponía nervioso. Estaba claro que Suraj iba a poder con todo lo que se le venía encima", dice Ciardi.

Después de contratar a Sharma para el papel de Rinku, era muy importante encontrar a un actor que no sólo tuviera el poderío físico de Dinesh sino que también se llevase bien con Sharma. En la película, ambos son amigos, casi hermanos. Iban a pasar mucho tiempo juntos tanto dentro como fuera de la película ya que, al igual que sus personajes reales, entrenaban para convertirse en jugadores de béisbol.

Para Gillespie, el reparto es importantísimo. "Lo es todo, especialmente a la hora de encontrar el tono de la película. No puedes hacer que la gente sea divertida o comprensiva, eso tiene que estar en su ADN. Así que escoger a los actores apropiados para interpretar a los chicos era fundamental. Suraj fue uno de los nombres que me vino a la mente debido a la vulnerabilidad y a la accesibilidad de las que hace gala en 'La vida de Pi’. Después pusimos con varios actores con Suraj para ver si surgía una buena dinámica. Cuando le llegó el turno a Madhur, la energía que desprendían juntos fue increíble", afirma Gillespie.

"El chico del millón de dólares" es el segundo film de Sharma y como a él le gusta decir, su primera película con gente de verdad, a diferencia de un falso tigre en una pantalla verde. En Madhur Mittal, encontró un alma gemela.

"Madhur es alucinante. Lo conocí el día de su última prueba para el papel", dice Sharma. "Había hecho la misma escena con cuatro personas pero con él fue muy fácil; me dio la impresión de que no estábamos actuando. En los primeros cinco minutos parecía que estábamos manteniendo una conversación a través de los personajes, algo natural y fluido. Sabía que conseguiría el papel y me sentí aliviado cuando se lo dieron. No tenía mucha experiencia trabajando con otros actores así que contar con alguien como Madhur fue genial. Me dio espacio suficiente para explorar y reaccionar de forma muy natural".

En la audición, Mittal también sintió que había una conexión entre Sharma y él. Y aunque sus trayectorias eran diferentes, compartían una exposición internacional parecida y un "éxito" totalmente inesperado.

"Hubo muchísima química entre nosotros. Le tengo mucho cariño", dice Mittal. "Suraj es un talento de primera fila y estoy feliz de haber trabajado con él. Nuestros métodos de trabajo son parecidos y ambos hemos vivido experiencias similares. Saltamos al estrellato de la noche a la mañana y nuestra vida cambió con una sola película. Así que teníamos mucho en común. Para mí era como un hermano pequeño".

Mittal lleva actuando desde niño y, como prueba su retrato de Salim en "Slumdog Millionaire", tiene un talento natural para interpretar personajes oscuros. Así que el papel de Dinesh era una magnífica oportunidad para explorar un alma más inocente. He interpretado grandes personajes desde ‘Slumdog': un secuestrador, un pirata...", dice Mittal. "Pero esta era una oportunidad de interpretar a alguien muy inocente y puro. Es muy tímido y siempre está sonriendo, así que me encantó encarnar a un chico simpático y amable".

El director Gillespie añade que Sharma y Mittal también asumieron el papel de embajadores no oficiales de la India y asesores técnicos. "Los chicos estaban entusiasmados con sus papeles y nos mantuvieron a raya en lo que se refiere a lo que era plausible y creíble en la cultura india. Ellos ponían los límites. Siempre se comportaron de forma inteligente y honesta y aportaron muchísimo a sus personajes".

Alan Arkin es el irascible pero entusiasta ojeador Ray Poitevint y aportó al personaje su experiencia y sentido del humor. A pesar de su comportamiento brusco, lo cierto es que le obsesionan el deporte y los nuevos fichajes. "Quería contar con Alan desde el principio y me puse contentísimo cuando logramos convencerle para que hiciera el papel. Está sensacional", añade Gillespie.

En la película, el Ray que encarna Arkin es tan bueno que puede oír un gran lanzamiento aunque esté dormido. Puede parecer exagerado, observa Ciardi, "Pero es un buen ejemplo porque ‘El chico del millón de dólares’ no es un documental. El verdadero Ray es tremendamente listo y es cierto que sufría algunos episodios de narcolepsia".

El equipo contrató a Aasif Mandvi para el papel de Aash, el socio indoamericano de JB. Mandvi y Hamm se conocían de "The Daily Show with Jon Stewart", donde Mandvi es un corresponsal y Hamm un invitado asiduo.

"Aasif ha hecho muchísima comedia pero tiene una formación dramática. Hizo mucho teatro antes de pasarse a la comedia así que fue fantástico ver cómo tocaba todos los palos interpretativos", apunta Gillespie.

Mandvi apunta que de todos los personajes de esta película, Aash encarna de forma única la brecha entre Estados Unidos y la India.

"Aash es el socio de negocios de JB y el pragmático, por oposición al idealismo de JB. Lo que me gusta de él es que mientras que la película se desarrolla en la India, Aash sigue cuidando el fuerte en Estados Unidos. Es completamente americano, pero también está en una difícil posición ya que pertenece a ambos mundos. Vive literalmente entre esos dos mundos y eso es muy interesante", dice Mandvi.

Haciendo gala de su conocida humildad, Mandvi resta importancia a su aportación a la película. "Recorrieron el país en busca de un indoamericano que interpretara a Aash y sólo pudieron encontrarme a mí. Pero la verdad es que no es fácil encontrar a un auténtico americano de etnia india que además sea divertido", afirma.

Cuando los jugadores novatos llegan a América, reciben una cálida bienvenida y un nuevo instructor y amigo en la forma del iconoclasta entrenador Tom House, interpretado por Bill Paxton.

"House es un antiguo lanzador de la primera división americana. Jugó en la USC", explica Ciardi. "Es lo que hacía él hace 30 años así que ahora es una especie de gurú del lanzamiento. A JB le parece la mejor elección para enseñar a lanzar a los chicos. Acude a Tom House porque le conoce un poco y sabe que es el mejor. En nuestro guión, decimos que la mitad de la gente cree que está loco y la otra mitad que es un genio. Un tipo como él estaría dispuesto a tomar a estos chicos bajo su protección".

Aunque Paxton se incorporó al rodaje relativamente tarde, utilizó muy bien la preproducción para pasar tiempo con el verdadero Tom House y empaparse al máximo de este tema. "Bill está fantástico y tenía muchas ganas de que aceptara el papel. Se reunió con House y asumió un montón de las características de House, desde su bronceado y su peinado hasta sus dichos. Era muy divertido ver lo lejos que había llegado para convertirse en el personaje", dice Gillespie al referirse a Paxton.

Tom House es un hombre absolutamente único. Según Paxton, tiene más de coach vital que de entrenador deportivo. "Es como el Obi-Wan Kenobi de los entrenadores. Enseña muy al estilo socrático, respondiendo a una pregunta con otra pregunta o incluso con un acertijo. De hecho, se parece a un filósofo griego. Tiene una gran capacidad de análisis pero sin emitir juicios. Algo poco habitual. No sólo enseñó a los chicos la mecánica del béisbol, sino también la estrategia de ese deporte. Y de paso les dio unas herramientas que servían para la vida".

Paxton añade que House le dio permiso para utilizar sus sesiones con algunas licencias creativas y encarnar al personaje como Paxton quería. Paxton recuerda: "Estuvo fantástico. Me dijo: 'Si al hacer mi personaje eres tú mismo, serás mi mejor yo".

Uno de los papeles fundamentales es el de Brenda, que interpreta Lake Bell. Brenda es la casera de JB que se convierte en su confidente, su animadora y a veces su mayor crítico. Acaba ayudándole a convertirse en una persona que no esconde sus sentimientos, en el hombre que necesita ser para él y para sus dos jóvenes protegidos. Brenda, una estudiante de medicina, no se parece en nada a las mujeres con las que sale JB. Es lista, divertida, independiente y sensata. Además se convierte en un bálsamo para Rinku, Dinesh y también para JB.

"Tuvimos muchísimo cuidado a la hora de contratar a la protagonista femenina. Me encanta Lake Bell", dice Gillespie. "Era un papel complicado porque ella representa el pegamento de la película. Es un personaje muy bien escrito que a veces necesita ser dura con JB. Fue el casting más difícil pero ella era exactamente lo que necesitábamos".

"Lake encarna muchas de las características del personaje", dice el productor Gray. "Es inteligente, guapa y sexy pero de forma muy real. No te pasa una. Y además hubo mucha química entre ella y Jon".

Bell y Hamm son amigos desde hace años y eso simplificó mucho las cosas. De hecho, ya habían hecho comedia juntos. Gillespie se sirvió de eso y a menudo dejaba que la cámara rodando para que improvisar y jugar con los diálogos. A Bell le gustó mucho tener esa libertad y cree que no sólo fue útil para los personajes sino también para la película en general.

"Jon y yo somos amigos desde hace años. Hicimos juntos ‘Childrens Hospital’, así que conocía sus dotes cómicas. De hecho es un fan y un extraordinario actor de comedia", dice Bell. "Le gusta jugar con las palabras y fue genial que Craig nos permitiera hacerlo. La facilidad con la que Jon y yo nos relacionamos y de hecho la forma en la que interactúan todos los personajes es realmente importante, ya que para mí no es sólo una película de deportes. Trata sobre las relaciones interpersonales - JB y los chicos, Brenda y los chicos, JB y Brenda y en última instancia sobre los vínculos que se establecen entre todos ellos. El tipo de bromas que Craig quería que hiciéramos Jon y yo nos resultaba muy natural así que nos encantó".

Bell también señala que Brenda es un personaje nada habitual en Hollywood: una protagonista inteligente, divertida y sexy en una película familiar. "Me presenté al casting como hace cualquier chica lista en Hollywood", dice la actriz. "Estos papeles son raros. Pero también me gustó la idea de que toda mi familia pudiera ver la película. Al principio, JB está un poco desorientado porque busca su siguiente conquista. Pero acaba comprendiendo que su búsqueda es más espiritual que otra cosa y eso es algo inesperado y tremendamente interesante".

Otro personaje importante es Amit, la mano derecha de JB, su traductor y un hincha apasionado del béisbol. Pitobash, que debuta en el cine americano con "El chico del millón de dólares" lo interpreta con una seguridad abrumadora y con mucho humor.

"Encontrar al actor que interpretase a Amit también era complicado. Aporta el lado cómico a la película, pero no queríamos que fuera una caricatura", dice Gillespie. "Vimos a un montón de actores para el papel y siempre volvíamos a él. Al principio me preocupaba un poco que fuera demasiado divertido pero descubrí que tenía un lado emocional alucinante. Ha sido una bendición tenerlo en la película y acabó robando las escenas en las que aparece. Su papel se va matizando a medida que avanza la película. Se preparaba muy bien y estudiaba la evolución que atravesaba su personaje a lo largo de la película".

Parte de esa capacidad de análisis proviene de una situación muy personal. Al igual que su personaje, un outsider del béisbol que amaba y añoraba el deporte, Pitobash sentía la misma pasión por la interpretación. "Soy de Odisha (en la costa occidental de la India) y en 100 años, soy la primera persona de mi estado que trabaja en Bollywood", dice Pitobash. "Amit también proviene de un lugar en el que el béisbol no era muy popular y sabía que nunca llegaría a ser profesional. Pero aun así quería formar parte de ese deporte. JB le dio esa oportunidad y gracias a su pasión por el béisbol, se convirtió después en entrenador. Así que la forma en la que llegué a Bollywood, lo mucho que me costó se parece en gran medida al papel que interpreto en esta película. Porque Amit siempre quiso jugar al béisbol, y lo mismo me ocurría a mí con la interpretación".


Del guión a la pantalla
Tom McCarthy ("Up"), el guionista nominado a los Oscar de la Academia® también encajaba con la historia real y eso fue una gran alegría para el equipo de producción.

"Somos muy fans de Tom", dice el productor Gray. "Nos gustaba mucho ‘Win’, ‘Vías cruzadas' y ‘The Visitor’ es una de mis películas favoritas. Conseguir que Tom escribiera el guión parecía un sueño inalcanzable. Así que cuando supimos que le interesaba, nos pusimos contentísimos".

"Supo darle el tono perfecto. La comedia es orgánica y Tom es un maestro en ese campo", explica Ciardi. "Es excelente en el género de la comedia de situación y esta película no consiste en una serie de gags consecutivos; son los personajes los que aportan el lado cómico".

Así que para que McCarthy entendiera de verdad la magnitud del viaje de Bernstein, no sólo se reunió con él sino que también siguió sus pasos en la India. "Le enviamos dos semanas allí y regresó con un enorme caudal de información", dice Ciardi. "Se sumergió en la experiencia de JB. En cierto sentido, se convirtió en JB".

Tom se apropió de todas las peculiaridades y características de las personas reales y elaboró el guión con esa información", dice el director Gillespie. "Quieres ceñirte a la historia real lo más que puedes pero sin ser esclavo de ella. Espero que hayamos sabido captar la esencia de la aventura de JB. Porque lo más importante es que el público se entretenga".

Gillespie añade que aunque McCarthy se tomó alguna que otra licencia dramática con la historia, en general se atuvo a los acontecimientos y a las personas reales. Y así surgió una historia y unos personajes que son auténticos, divertidos y muy humanos. "No queríamos burlarnos de las estrellas indias ni de su cultura, sobre todo cuando llegan a los Estados Unidos, pero estaba convencido que eso no iba a ocurrir", dice el director. "En primer lugar, el humor de Tom es muy real y orgánico así que mientras reflejara con autenticidad lo que les ocurre a estos chicos, sabía que funcionaría. Como cuando Rinku y Dinesh no saben cómo funciona el ascensor. Quería darle un sesgo de perplejidad y de emoción, pero el humor estalla por todas partes. Y por eso es tan divertido y realista".


Las localizaciones en India
La película empezó a rodarse en la India, donde el equipo pasó casi tres semanas. La primera escala fue Bombay, la capital del estado indio de Maharashta y la ciudad más poblada de la India. Con cerca de 20,5 millones de habitantes, es la cuarta ciudad más poblada del planeta.

"La India. No sé por dónde empezar", dice Gillespie, el director. "Lo primero que tengo que decir es que me encantó el equipo indio. Estaban siempre dispuestos a todo y hay cierto caos inherente a su forma de rodar. Fue muy interesante. El primer día rodamos en el Viejo Bombay; había miles de personas y no llevábamos escolta policial. Estábamos rodando en las calles y le pregunté a Sanjay, mi ayudante indio, si eso era normal. Me contestó que ellos no rodaban en esos lugares. Era demasiado caótico así que rodaban en un estudio cerrado. Pero yo quería que la película fuera auténtica y a pesar de las dificultades acabó gustándome. Está claro que nos sumergimos de lleno en el ambiente. Cuando rodábamos en los puentes, nos atravesaban camiones de cemento. Hay una especie de caos organizado. Estoy seguro de que hay una manera menos complicada de hacer las cosas, pero no fue la que elegimos".

El equipo de rodaje viajó hacia el interior del país, a Lucknow, la capital del estado de Uttar Pradesh, donde pasaron varios días en la Universidad de Lucknow, para rodar las escenas en las que Rinku y Dinesh ganan el concurso de "The Million Dollar Arm". Acabaron su estancia en Agra donde se encuentra el Taj Majal. Al igual que hizo Bernstein, el reparto y el equipo técnico de "El chico del millón de dólares" conocieron todos los segmentos de la sociedad india, de los bulliciosos mercados al por mayor a las aldeas rurales, recreando minuciosamente la increíble aventura de Bernstein. De hecho, el exuberante desfile de aldeanos que saludan a JB, Rinku y Dinesh en una explosión de colorido, música y diversión, subiéndolos a un camión como si fueran rajas, está basado en una foto real que Bernstein les dio.

Tanto Lucknow como la escena en la aldea ilustran a la perfección el compromiso de Gillespie con la autenticidad y la microscópica atención a los detalles. "Siempre me baso en la realidad como punto de partida. Incluso cuando estábamos en la India, le di al departamento de arte todas esas fotos que JB había enviado para recrear las escenas en la aldea, en los concursos de lanzamiento y cómo estaban montadas las jaulas y dónde se colocaba el público. Quería atenerme a la realidad lo más posible. De hecho, llegamos a rodar en Lucknow, de donde son los chicos y donde se celebraron algunas de las pruebas del programa ‘The Million Dollar Arm’", dice Gillespie.

Las temperaturas llegaban a los 49 grados a mediodía. Los realizadores no tuvieron más remedio que rodar en primavera, la temporada más calurosa del país, debido a la agenda de los actores y para evitar los monzones del verano. A pesar del intensísimo calor, dos personas destacaron por su energía y espíritu positivo y casi nunca abandonaban el plató para refugiarse en su confortable caravana, ni siquiera bajo la sombra de un árbol. Nos referimos al director Craig Gillespie y a la estrella Jon Hamm.

"Jon se mostró infatigable", continúa diciendo el director. "Sale en todas las escenas y estaba absolutamente comprometido con la película. Se lleva bien con todo el mundo, el reparto y el equipo técnico, y eso ayudó a dar el tono de la cinta. No creo que lo haga por obligación. Creo que él es así".

Hamm llama a Gillespie, que rehúye las sillas de director y está siempre de pie, el "Conejito Duracell de los directores".

"Craig era nuestro líder indiscutible, sobre todo en la India", explica Hamm. "Cuando la gente decaía, sólo tenías que mirar a Craig corriendo por todas partes empapado en sudor. Pero se lo pasó en grande. Recuerdo una vez después de un día de calor tremendo. Bueno hacía calor todos los días pero aquella vez hacía casi 48 grados. Lo único en lo que pensábamos era en meternos en la piscina. Es lo que iba a hacer yo y ¡me encontré a Craig subido a la cinta de correr! Golpeé en el cristal y le dije que estaba loco. Debía estar tan cansado como yo pero seguía en pie. Sé que dirigir es un esfuerzo tremendo y que tienes que estar pendiente de un montón de gente, tienes que marcar el rumbo. Y él ha hecho un trabajo espectacular".

Hamm añade que, en general, rodar en la India fue una oportunidad que sólo se presenta una vez en la vida. Además, le ayudó a comprender el periplo físico, emocional e intelectual del personaje, sobre todo porque el plan de rodaje iba en paralelo al camino que tomó JB Bernstein.

"No conocí a Suraj ni a Madhur hasta que llegué a la India, ya que JB no se encontró con ellos hasta que llegó a ese país", dice Hamm. "Era una forma fascinante de empezar, una manera maravillosa de emprender una aventura juntos. En muchos sentidos, seguía a pies juntillas el viaje real de JB. Empezamos la película en la India antes de volver a Estados Unidos y nos sumergimos todos juntos en la belleza y el caos y además aprendimos a conocernos. Pitobash es una estrella en la India pero nunca había viajado a los Estados Unidos, lo mismo que ocurre en la historia real. En la India intentamos recrear lo que había pasado en la realidad a JB. En la India nos convertimos en una pequeña familia, y la reprodujimos cuando volvimos a los Estados Unidos".

Seguro que a Alan Arkin, al igual que al cascarrabias de Ray, su personaje, le hubiera gustado que JB encontrara su prodigio del béisbol cerca de París. Pero, este hombre de 79 años supo sacar partido a la incomodidad que le producía el viaje. Cuando JB le echa una botella de agua por la cara para comprobar que no está muerto, el actor contestó, "espero que fuera agua mineral". Eso no estaba en ningún guión, sólo en la cabeza de Arkin.

Arkin afirma: "Imagina que alguien te dice, 'vamos a rodar una película en las tres ciudades más calurosas de la India, que con toda seguridad es el país más caluroso del mundo, y vamos a hacerlo en verano, en el mes más tórrido, cuando el país sufre una ola de calor’. Hacía 48 grados, incluso puede que 50. Cuando se lo contaba a la gente les decía: 'imaginaos que estáis en el andén de la Estación Central para coger el tren de las 7 que lleva a Queens en el día más caluroso y más húmedo de la historia de Nueva York, rodeados de aire caliente. Y que tenéis que quedaros ahí 12 horas. Después añadid 20 grados. Hasta ahora la supervivencia no formaba parte de mi ética de trabajo, pero en el tiempo que pasé en la India, aprendí a soportarlo todo el día. Es un país maravilloso pero estoy contento de estar vivo".

El rodaje del "El chico del millón de dólares" terminó en Atlanta, Georgia, con un par de días en Los Ángeles. Al igual que ocurre en la historia real, los norteamericanos volvieron a casa entusiasmados con su estancia en la India, y los actores indios estaban igual de entusiasmados y también un poco abrumados con su nuevo hogar temporal en el sur de Estados Unidos. Sharma, Mittal y Pitobash ya habían estado en Estados Unidos pero no conocían Atlanta. Había muchas cosas nuevas. El dulce acento sureño les fascinaba, sobre todo a Sharma, y también les extrañaban algunas comidas como el "succotash", un guiso de frijoles y maíz.


Entrenamiento de béisbol
Sharma y Mittal iniciaron su entrenamiento en la India y continuaron durante toda la película. Al igual que sus personajes en la vida real, Rinku y Dinesh, ninguno había jugado nunca al béisbol y tenían que aprender lo suficiente para trabajar en una "película de béisbol". Aquí es donde entran Mark Ellis, el coordinador de béisbol del "Chico de un millón de dólares", las ayudantes Aimee McDaniel y Jessi Moore, y el entrenador de lanzamiento Mike Ribaudo, junto con un equipo de preparadores en la India y en Georgia. Los expertos en béisbol sometieron a Sharma y a Mittal a un programa acelerado de entrenamiento, tanto dentro como fuera del campo. Al final de cada día de rodaje, Sharma y Mittal pasaban un par de horas en el gimnasio y bebían batidos especiales de proteínas para tener energía y coger peso.

"Sí, los preparadores nos destrozaban", dice Suraj Sharma. "Nos dolía todo el cuerpo. Pero empezamos a tener músculos y a ser más fuertes".

Tal y como afirma Sharma, el entrenamiento no era meramente cosmético y utilizó esta experiencia para encarnar a su personaje. "Lo peor es que nunca había jugado al béisbol y no me gustaba el cricket, así que era muy mal lanzador. No estaba muy seguro de poder conseguirlo pero quería intentarlo. Rinku tampoco había jugado ni lanzado nunca, así que intentaba aprender y mejorar lo más rápido posible. Así que eso me ayudó mucho a la hora de comprender a mi personaje", dice Sharma.

El trabajo de Sharma era un poco más difícil ya que el personaje de Rinku es zurdo y Sharma no lo es. El director Gillespie intentó ayudarle lo más posible. A menudo, Sharma lanzaba con la mano derecha y los uniformes y los carteles del fondo estaban impresos al revés. De esa forma Gillespie sólo tenía que "darles la vuelta" en postproducción. Sin embargo, no pudo hacer todos los planos de esa forma y Sharma tuvo que aprender a lanzar con la mano izquierda.

"Entrenaba casi siempre con la mano derecha pero a veces tenía que lanzar con la izquierda. Un diestro no puede hacer muchas cosas con la mano izquierda. Me esforzaba al máximo pero al principio no me salía muy bien, y la verdad es que tampoco al final. Luego, en Georgia, hice dos strikes con la mano izquierda y me puse contentísimo", dice Sharma.

Madhur Mittal, que es muy atlético, se aficionó a su nuevo deporte. Hacia el final del rodaje, practicaba bateando y cogiendo la bola porque le divertía. Estaba tan inmerso en el papel de Dinesh que no tenía en cuenta las horas de entrenamiento que llevaba, sin olvidar las que pasaba delante de la cámara lanzando.

"Al principio me sumergí tanto en el personaje que no me daba cuenta del esfuerzo físico que llevaba aparejado", dice Mittal. "Ha sido la película más dura que he hecho en el aspecto físico y llevo 15 años en esto. Incluso en hecho una película sobre cricket en Bollywood. Tuve que prepararme muchísimo y después llegaron los entrenamientos de béisbol. Durante el rodaje estiré el brazo un par de veces y es dificilísimo. No estaba acostumbrado. En cricket no puedes utilizar el codo, si lo estiras más de 30 grados es falta mientras que en béisbol tienes que utilizar todo el brazo. El cricket se basa en el movimiento del cuerpo; corres y después utilizas ese impulso para lanzar. Pero en el béisbol, estás de pie en un sitio y tienes que conseguir toda esa fuerza y velocidad en un solo movimiento, a pesar de que utilizas un poco las piernas. Así que lanzar 100 veces como suelen hacer los jugadores, es extenuante. Lanzar no es fácil, pero me encanta hacerlo, me he enganchado a este deporte".


Las personas reales
Afortunadamente para Mittal, uno de los primeros entrenadores de lanzamiento fue el auténtico Dinesh Patel, que el equipo de producción contrató para enseñar a Sharma y Mittal todas las particularidades del béisbol antes de que la película llegara a la India para rodar. Aunque parezca increíble, Patel, el chico que no sabía nada del deporte favorito de los norteamericanos pero que pasó a la historia por ser uno de los dos primeros indios que fichaban por un equipo de béisbol americano, era ahora el experto en béisbol que enseñaba a dos inexperimentados jóvenes indios. A Mittal le encantó la posibilidad de pasar tiempo con Patel.

"Dinesh es casi como un recuerdo del pasado, ya no encuentras gente como él", dice Mittal. "El adjetivo que encaja mejor con él es 'noble’. Se preocupa de su gente, su hogar y su familia. Los quiere muchísimo y son su gran motivación. Resultó muy fácil conectar con él porque yo también vengo de una familia muy unida, y todo lo que soy en la vida se lo debo a mis padres. Mi padre dejó su trabajó cuando yo tenía cinco años y medio y nos trasladamos a Bombay para que yo pudiera convertirme en actor. Han hecho tanto por mí que jamás podré devolvérselo. Así que cuando se trata de la familia y de lo mucho que significa, me identifico totalmente con Dinesh".

A pesar de que "El chico del millón de dólares" es un relato novelado de lo sucedido a Rinku y Dinesh, Mittal se sentía obligado a retratar a su nuevo amigo con toda la autenticidad y exactitud posibles.

"Pasaba tiempo con Dinesh, así que sentía una gran responsabilidad porque él era muy amable conmigo y nos llevábamos tan bien", explica Mittal. "Quería poner de manifiesto su verdadera personalidad así que estudié sus rasgos para incorporarlos a mi interpretación. Sobre todo al principio, en la India, acudía a él para obtener feedback y eso me ayudó muchísimo".

De hecho, gran parte de los actores tuvieron el privilegio de contar con las personas a las que interpretaban en varios momentos del rodaje. Sharma no llegó a conocer a su otro yo hasta bien entrado el rodaje, pero hablaban por teléfono y Sharma comprendió enseguida lo lejos que había llegado Rinku Singh.

"Lo curioso de Rinku es que nunca se rinde, nunca deja que la presión pueda con él, sigue adelante como si nada. No para de sonreír, y siempre es el mismo chico divertido y amable", dice Sharma. "Tiene confianza en sí mismo pero sin ser arrogante. Él cree en sí mismo y tiene sus propias metas. Al ser una persona real que sigue viva era muy importante para mí comprender cómo era antes de que le pasara todo esto. No era tan grande como es ahora, no sabía muy bien inglés y venía de un pueblo pequeño así que viajar a Estados Unidos debió ser tremendo. No sé cómo consiguió adaptarse. Así que acordamos hablar por teléfono y le dije hola en hindi y me contestó algo parecido a: '¿Cómo te va, tío?' Comprendí enseguida lo adaptable e inteligente que era "Ahí fue cuando entendí lo flexible e inteligente que era. Estaba destinado a tener éxito. Aprendió el idioma muy deprisa y adoptó una actitud 100% americana".

Sin embargo, Sharma señala que no está retratando al enorme deportista tatuado indoamericano que pasa del inglés al español o al hindi en el que se ha convertido Singh. "En los tres últimos años, ha cambiado mucho y tuve que remontarme a cuando era mucho más inocente y le desconcertaba la cultura americana. Tuve que retroceder en el tiempo", dice Sharma. Cuando conoció por fin a Singh en un campo de la Universidad de Georgia -el equipo de los Pirates le permitió pasar día y medio en el rodaje- Sharma estaba sorprendido y un poco desconcertado con el enorme y colosal atleta profesional en el que se había convertido. Pero la impresión sólo duró cinco segundos. El encantador y exuberante Singh estaba emocionado de conocer a Sharma e incluso trajo un cartel de "La vida de Pi" para que se lo firmara. Pasaron tiempo juntos como si fueran dos hermanos que no se ven desde hace tiempo y Singh le aseguró que, cuando empezó era mucho más delgado y mucho más patoso que Sharma en lo que se refiere al béisbol.

Patel hace eco de los sentimientos de su amigo al decir: "Espero que cuando la gente vea esta película y sepan lo que hemos hecho, aspiren a hacer lo mismo. En la India se juega al béisbol pero no es un deporte tan popular como en Estados Unidos o en otras partes del mundo. Sería maravilloso que los niños, al ver la película, pensaran, ‘Si ellos pueden hacerlo nosotros también’".

Además estaba "El Auténtico JB Bernstein", como se le conocía en el plató. Conoció a Jon Hamm en la India, donde Bernstein se sentía mucho más a gusto que la mayoría del equipo de rodaje. Bernstein también acudió varias veces al rodaje en Estados Unidos pero se mantuvo al margen a propósito. Quería dar a Hamm el espacio que necesitaba para crear su versión cinematográfica.

"A mí no me hubiera gustado que alguien viniera a mi lugar de trabajo a ver lo que hacía, a supervisarme por encima del hombro todo el tiempo", dice Bernstein. "Para empezar es un honor contar con Jon en esta película y aún más que haga mi papel. Sé que tenía muchas ofertas pero si escogió este papel porque significaba mucho para él".

Bernstein reconoce que experimentó varios momentos sobrenaturales a ver a Hamm recreando su vida en el plató. "Esa primera escena en la que Pitobash en el papel de Amit trata de meterse como sea en el concurso, me acosa literalmente y se ofrece para trabajar gratis, fue espeluznante, era casi como revivir aquel momento. Y gran parte de la interacción entre Jon y Lake está muy cerca de la realidad. El guión refleja con gran exactitud mi transformación en la que pasé de ser un soltero recalcitrante a querer una familia y comprender que ahí reside la verdadera felicidad. Es increíble cómo Jon y Lake consiguieron no sólo reproducir nuestros gestos sino también el quid de esa metamorfosis", afirma Bernstein.


Entre bastidores
Con el fin de subrayar la increíble dicotomía entre la India y los Estados Unidos, la antigua vida de los chicos y su nuevo mundo, Craig Gillespie y el director de fotografía Gyula Pados optaron por rodar con película en la India y con la cámara Alexa de Alta Definición en los Estados Unidos. Además, mientras estuvieron en la India, utilizaron una cámara de mano y planos más amplios para resaltar el caos y la vitalidad de la India. Por lo contrario, las imágenes tomadas en Estados Unidos son más tranquilas, contenidas y más clásicas.

"Gyula y yo habíamos hecho 80 anuncios juntos en los dos años anteriores a esta película, así que nos compenetramos perfectamente y compartimos una estética muy similar a la hora de rodar", explica Gillespie. "Decidimos enseguida que queríamos rodar en película en la India y después en digital en Estados Unidos. Queríamos reflejar toda la vida y la energía que hay en la India, así que utilizamos una combinación de cámara de mano y varias lentes desperdigadas, siempre con mucha acción en primer plano. Todo eso es lo que encontró JB al llegar al país... ¡igual que nosotros! Después, cuando volvimos a Estados Unidos decidimos utilizar la cámara Alexa porque es más limpia en lo que se refiere al aspecto. Además la cámara está fija no se maneja tanto a mano; más bien flota o permanece inmóvil para hacer hincapié en la soledad que sienten los chicos al llegar a Estados Unidos, el vacío, la frialdad y lo desarraigados que se sentían".

Para complicar las cosas, Gillespie y Pados tuvieron que condensar el agotador entrenamiento de los chicos, su primer fracaso y su posterior éxito en unos seis días de rodaje. En muchas ocasiones, llegaron a hacer más de 100 escenas al día. Se movieron con rapidez y habilidad, basándose en una lista de tomas muy meticulosa.

"En cierto sentido fuimos espontáneos aunque nos sabíamos de memoria todas las tomas que necesitábamos hacer", dice Gillespie. "A veces cambiábamos las tomas mientras rodábamos. De esa forma teníamos material adicional al que necesitábamos. Era espontáneo en el sentido de que podíamos estar rodando un trozo con la cámara de mano y Gyula cambiaba de lugar porque tiene un sexto sentido para saber lo que está haciendo el actor, hacia dónde hay que dirigir la cámara. Por eso es espontáneo porque se basa mucho en lo que hacen los personajes. Para lograrlo necesitas un cámara de su talento, con su instinto y su maestría".

Gillespie también trabajó en estrecha colaboración con la diseñadora Kirston Leigh Mann, con había colaborado con él en las mismas tareas en "Lars y una chica de verdad" de Gillespie y en "United States of Tara". En opinión de Mann, hay algunas similitudes entre Don Draper y JB Bernstein.

El compositor A. R. Rahman, ganador del Oscar® y del GRAMMY® aceptó componer la banda sonora de la película desde un primer momento. A Gillespie le entusiasmó contar con el músico, compositor de canciones y filántropo, sobre todo por la facilidad con la que combina los arreglos indios modernos y tradicionales con la música occidental.

El verdadero mensaje de la película es que el hogar está donde está el corazón, que la familia es lo más importante, pero que hay muchas definiciones de familia. Al igual que JB, cada uno de nosotros crea la familia que merece y que desea. Y al final, JB comprende lo que tiene que hacer y toma la decisión correcta.

"Está claro que el tema de las segundas oportunidades es uno de mis favoritos a la hora de hacer una película", concluye el productor Roth. "O lo que es lo mismo, pasar de egoísta a altruista, a ser considerado con los extraños. Una vez más, creo que a todos nos gustaría tener una segunda oportunidad, y cuando el público esté a solas en una habitación oscura podrá reflexionar sobre cuáles podrían ser esas segundas oportunidades en sus vidas. Estoy convencido que es un tema universal".


Datos curiosos sobre le rodaje
· 'El chico del millón de dólares' está basada en una historia real.

· El rodaje tuvo lugar en la India, así como en Atlanta, Georgia y Los Ángeles, California.

· Tom McCarthy ("Up"), el guionista nominado a los Oscar®, pasó dos semanas en la India siguiendo los pasos del auténtico JB Bernstein, el agente deportivo cuya historia se cuenta en "El chico del millón de dólares".

· Jon Hamm era el actor favorito de los realizadores para interpretar a JB Bernstein, el protagonista de la película.

· Suraj Sharma, que encarna a Rinku, protagonizó "La vida de Pi", la premiada película de Ang Lee.

· Madhur Mittal, que interpreta a Dinesh, fue uno de los protagonistas de del éxito internacional "Slumdog Millionaire".

· "El chico de un millón de dólares" empezó a rodarse en la India, donde el equipo de producción pasó casi tres semanas.

· El rodaje se inició en Bombay, la capital de estado indio de Maharashta, la ciudad más poblada de la India con cerca de 20,5 millones de habitantes. Es la cuarta ciudad más poblada del mundo.

· El equipo de rodaje viajó después hacia el interior del país, a Lucknow, la capital del estado de Uttar Pradesh, donde pasaron varios días en la Universidad de Lucknow, para rodar las escenas en las que Rinku y Dinesh ganan el concurso "The Million Dollar Arm".

· Acabaron su estancia en Agra donde se encuentra el Taj Majal.

· Durante el rodaje, las temperaturas diarias alcanzaban los 49 grados a mediodía.

· Los realizadores no tuvieron más remedio que rodar en primavera, la temporada más calurosa del país, debido a la agenda de los actores y para evitar los monzones del verano.

· Suraj Sharma y Madhur Mittal, que interpretan a Rinku y a Dinesh, respectivamente, tuvieron que aprender a jugar al béisbol.

· Los expertos en béisbol sometieron a Sharma y a Mittal a un programa acelerado de entrenamiento, tanto dentro como fuera del campo. Al final de cada día de rodaje, Sharma y Mittal pasaban un par de horas en el gimnasio y bebían batidos especiales de proteínas para tener energía y coger peso.

· Uno de los primeros entrenadores de lanzamiento fue el auténtico Dinesh Patel, que el equipo de producción contrató para enseñar a Sharma y Mittal todas las particularidades del béisbol antes de que la película llegara a la India para rodar.

· Mark Ellis (St. Louis Cardinals), jugador de la Major League de Béisbol y Mike Ribaudo, antiguo jugador de la Minor League, fueron coordinador de béisbol y entrenador de lanzamiento, respectivamente.

· El auténtico JB Bernstein ha representado a grandes figuras del deporte norteamericano como Barry Bonds, Barry Sanders, Emmitt Smith y Wayne Gretzky.

· JB Bernstein se licenció en Física y está cursando una segunda licenciatura.

· JB Bernstein sigue produciendo el concurso "The Million Dollar Arm" en la India.

· JB Bernstein se casó con Brenda, el personaje que Lake Bell encarna en la película. Viven en Las Vegas con su hija.