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Vivir sin parar cartel reducidoVivir sin parar(Sein letztes rennen)
Dirigida por Kilian Riedhof
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Mejor Actor Protagonista - German Film Awards 2014

"Una conmovedora historia de heroismo" - Filmstars


Notas de producción
La primera película del director Kilian Riedhof, ya llamó la atención de Boris Schönfelder. "Kilian la escenificó de forma muy convincente y desde entonces quería trabajar con él", cuenta el productor Boris Schönfelder. "Y entonces me llamó un día. Me dijo que tenía un guión y que si estaba interesado. Se trataba de VIVIR SIN PARAR",

Siguieron siete años de trabajo conjunto en este proyecto, tanto en el guión como en el reparto. Y siete años de trabajo en solitario para la financiación de la película. Para Riedhof, que mientras tanto ha presentado su exitoso trabajo previo "Homevideo", VIVIR SIN PARAR ha sido su primera película para la gran pantalla. Pero el productor no dudó en ningún momento en poner en escena su proyecto porque "no se trata de si un director trabaja para la televisión o para la gran pantalla, sino de si es un buen director o no y si demuestra seguridad al elegir sus materiales. Y Kilian Riedhoff es un director excelente".

Cuando ya estaban en la recta final con el guión, el productor y el director empezaron a buscar al protagonista adecuado. "Hace cinco años tuvimos la idea de que Dieter Hallervorden interpretase a nuestro Paul Averhoff", cuenta Boris Schönfelder. "Le visitamos en el cabaret que fundó hace más de cincuenta años donde estaba presentando un programa especial de aniversario. Nos dio una muy buena impresión. Estaba en forma y quería hacer la película. Era importante que para VIVIR SIN PARAR tuviéramos al actor, no al cómico. A partir de ahí, siempre estaba presente en nuestras reflexiones. Era nuestro Paul sin lugar a dudas". Entre el reparto contamos también con Heike Makatsch en el papel de la hija de Paul, con la que el productor ya había trabajado en películas anteriores. "Ver a estos buenísimos actores, cómo cada uno interpreta su papel con tanto carácter, amor al detalle y cariño, ha sido para mí realmente una muy buena experiencia", comenta el director. "Y ver como los actores de más edad demostraron su fuerza y resistencia, incluso en los días de rodaje más largos, me ha impresionado mucho. A esa edad no es tan común".

También la implicación del miembro más joven del casting Frederick Lau, que interpreta a Tobias, el joven auxiliar médico, fue impresionante. "Recuerdo una conversación con él en la que me dijo que hubiera interpretado a Tobias, incluso sin que le hubiéramos pagado, sencillamente porque VIVIR SIN PARAR es algo personal para él ya que él mismo ya se había planteado con anterioridad cómo sería el día en el que sus padres llegaran a mayores".

La residencia de ancianos se rodó en nueve lugares distintos. La localización principal – la residencia de la Tercera Edad en la que viven Paul y Margot Averhoff – fue descubierta en el Sur de la ciudad de Berlín. "Buscábamos un edificio bonito de los años 70, que, además, tuviera un parque", explica Boris Schönfelder. "Aquí rodamos las vistas exteriores con los balcones y los entrenamientos de carrera de Paul. Las distintas habitaciones fueron diseñadas para nosotros y las construimos en un estudio. Pero las salas comunes, por ejemplo dónde se reúne el grupo de canto y se hacen las manualidades, se encuentra en la Academia de las Artes de Berlín. Nos gustó mucho la arquitectura de ese lugar.

La maratón finaliza en un estadio olímpico totalmente lleno de espectadores con capacidad para casi 80.000 personas. Para la película se hicieron algunos trucos como por ejemplo sólo cubrir pequeñas tomas con espectadores y el resto rellenarlas virtualmente. También se combinó con material ya existente. En agosto de 2012 pudimos rodar durante la competición de atletismo ISTAF. El estadio estaba a rebosar y hemos integrado esas tomas. Al final todo encajó perfectamente"
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Trabajar con la actriz Katharina Lorenz, que interpreta a la hiperactiva cuidadora Müller, también tuvo sus complicaciones. Ella tiene un contrato permanente con el teatro Wiener Burgtheater por lo que en un principio nos parecía imposible que participara en la película. Pero el teatro nos dijo que se adaptarían a nuestro plan de rodaje sin problemas. Pero cuando se acercaba el primer día de rodaje de Katherina, de repente me llamó el director del teatro para preguntarme si sería posible hacer algún cambio en ese plan, algo que no era viable con el calendario de rodaje tan ajustado que teníamos. La manera en que resolvimos el problema fue gracias a uno de los patrocinadores del teatro, que puso a nuestra disposición su jet privado para recoger a Katherina dos días seguidos en nuestro plató y llevarla al aeropuerto de Viena, desde donde la policía la escoltaba al teatro, se cambiaba a la carrera y salía al escenario. Después del teatro se repetía lo mismo a la mañana siguiente y por la noche de regreso.

El reto logístico durante el rodaje de las escenas de la maratón de Berlín tuvieron unas magnitudes similares. La maratón se realizó en un día soleado a finales de septiembre de 2012. Para que el equipo de rodaje se pudiera mezclar entre los aproximadamente 40.000 corredores, con el fin de filmar a Dieter Hallervorden, alias Paul Averhoff, "en acción", se realizaron previamente acuerdos con los organizadores del evento. Tanto la producción como la dirección fijaron tres tramos del recorrido en los que se filmaría a Dieter en el pelotón de los corredores. Después de iniciar la carrera con el disparo de salida, el primer tramo fue el puente Kottbusser. Aquí Dieter se encontraba todavía entre miles de corredores y Judith Kaufmann, nuestra directora de fotografía, sólo le reconocía a través de un acompañante que corría junto a él sujetando una bandera que retiraba cuando se hacían las tomas y manteniendo el contacto con el equipo a través de radiocomunicación. En los puentes de York el pelotón ya era más pequeño, por lo que se pudo trabajar con comparsas y con una cámara en un coche. También se rodó en la calle Leipziger así como desde una segunda unidad, que grababa durante toda la carrera en la orilla las reacciones de los espectadores, a otros corredores o bandas musicales que animaban el ambiente y a los corredores con su música.

A pesar de lo complejo de la logística, el rodaje fue todo un éxito y Dieter Hallervorden superó su "debut en una maratón por trozos" con maestría. El único obstáculo era el tiempo, porque la producción sólo disponía de cinco horas para todo el rodaje ya que en ese tiempo el último corredor ya habría pasado la línea la meta y se limpiarían las calles para abrirlas al público. Se trataba verdaderamente de una carrera contrareloj. Los cineastas pudieron entender ese día cómo se debió sentir Paul Averhoff durante su última carrera.


Entrevista a Kilian Riedhof (director)

P: ¿Cómo surgió la idea para VIVIR SIN PARAR?

R: Hace muchos años leí en la prensa una noticia sobre un hombre mayor con carácter depresivo. A este hombre su mujer le puso las pilas diciéndole ¡o corres o te abandono! Y el hombre corrió realmente una maratón. Es verdad, que durante el proceso de desarrollo del guión hemos cambiado la historia mucho y le hemos dado otro empaque, pero la cuestión fundamental, que surgía desde el inicio se ha mantenido. ¿Cómo manejo el hecho de que las cosas pasan y llego al final? ¿Me abandono y capitulo o lucho por mí y por mi dignidad? Para mí se trata de un tema muy sentimental. No sólo desde el momento en el que uno envejece, sino mucho antes, en muchas situaciones de la vida.


P: ¿Por qué han tardado tanto desde el guión hasta la producción?

R: Las cosas que no se han superado interiormente, no se pueden escribir hasta el final. VIVIR SIN PARAR fue para mí y para mi coguionista Marc Blöbaum un acto de fuerza interior. Eso requiere su tiempo – algunas veces, incluso, 11 años. Hubo muchos momentos en los que quería enterrar la historia, porque ya no sabía cómo seguir. Pero entonces empezaron a hablarme los personajes de la película y me convencieron: Espera hombre, no nos puedes dejar en el olvido. ¿Qué va a ser de nosotros? Así que me pasó como a Paul. No hay que rendirse jamás. Hay que seguir. Siempre hay que seguir. Y al final consigues vencer.


P: En VIVIR SIN PARAR se vuelve a ver, por fin, otra vez a Dieter Hallervorden en un gran papel protagonista. ¿Habían previsto este papel desde el principio para él?

R: Cuando empezamos en 2001 con el desarrollo del proyecto, Dieter era todavía demasiado joven para el papel. Pero hace cinco o seis años, ya alcanzó la edad adecuada. Nos encantaba la idea del cómico Dieter Hallervorden en un papel serio. Eso encajaba perfectamente con el personaje de Paul, que – a pesar de todo su espíritu deportivo – dejaba vislumbrar una travesura casi infantil y anárquica. Además, Dieter Hallervorden es una leyenda de la industria del entretenimiento en Alemania, al igual que Paul Averhoff es una leyenda del deporte. Esta mezcla tiene una magia muy especial. Eso lo vimos cuando rodábamos durante la maratón de Berlín y las personas reconocían a Dieter. Ahí se percibía mucho cariño.


P: ¿Entonces no eran extras, no fue una puesta en escena?

R: No. En ese día de rodaje se mezclaron maravillosamente la realidad y la ficción. Un héroe popular interpreta a otro héroe popular. Los aplausos, las miradas admiradas eran para Dieter, pero también para Paul. Esa es una de las muchas cualidades de Dieter Hallervorden, junto a sus cualidades interpretativas. Sigue teniendo un magnetismo hacia el público. Tiene un aura de estrella y sólo con su personalidad atrae a la gente. No hay muchos actores así en Alemania.


P: ¿Cómo fue la colaboración con Dieter Hallervorden? ¿Ha improvisado alguna vez e introducido sus propias ideas? ¿O siguió estrictamente el guión?

R: Ha seguido estrictamente el texto, porque el guión le gustó mucho. Él ha hecho eso que distingue a los buenos actores, encontrar e inventar espacios interiores en el material para dar a Paul una vida real. Para el equipo fue una experiencia emocionante ver con qué radicalidad lo hacía, de todo corazón, sin ningún tipo de freno. Con VIVIR SIN PARAR, Dieter Hallervorden se liberará definitivamente de su imagen de ‘Didi’. Sus fans se alegrarán de volver a verle y sus detractores (los pocos que tiene) estarán muy sorprendidos.


P: VIVIR SIN PARAR recuerda en parte al clásico "Alguien voló sobre el nido del cuco" ¿Es intencionado?

R: Seguramente hubo algunas referencias cinematográficas como la película que mencionas o incluso "Cadena Perpetua". Pero a diferencia de los clásicos del género aquí no se trata de represión. Las personas mayores se enfrentan actualmente más a la indiferencia y a la falta de empatía. La residencia es para mí un planeta lejano y solitario en el que las personas viven sin perspectiva. Hasta que llega Paul y les da la vida con su espíritu de luchador implacable.


P: VIVIR SIN PARAR se diferencia tanto en el contenido como en los aspectos formales de su última película "Homevideo". ¿En qué se centró la puesta en escena?

R: Para mí, VIVIR SIN PARAR es una obra sobre héroes. Paul Averhoff es un mito. Y nuestra película habla del retorno, del regreso de este mito. Desde el abandono de la residencia, Paul corre hacia el centro del mundo y le devuelve lo que había perdido: la fe en que nada, ni siquiera la muerte, puede acabar contigo. Esa es la fuerza de este material. Eso es lo que lo convierte en una historia cinematográfica clásica.


Entrevista a Dieter Hallervorden (actor protagonista)

P: ¿Qué le convenció de VIVIR SIN PARAR?

R: Mi lema ha sido siempre levantarme al menos una vez más de las que me caigo. Soy un luchador nato. El papel que interpreto en VIVIR SIN PARAR se corresponde con mi filosofía de vida. Por eso acepté esta película sin pensármelo dos veces. Además, el guión me ha gustado extraordinariamente. Se ha hecho realmente con amor hacia el detalle y con mucho corazón. Si la película se convierte en un éxito, eso se deberá, en primer lugar, al guión y al gran director que es Kilian Riedhof.


P: ¿Cómo se ha preparado para el rodaje?

R: He cambiado durante meses toda mi alimentación y he perdido nueve kilos, he renunciado al alcohol y he ido tres veces a la semana a un gimnasio y, naturalmente, he corrido cada día, incluyendo programas de intervalos. Así que me he preparado con intensidad. Pero eso se debe también a que soy una persona de compromiso. No sólo quería demostrarme a mí mismo que podía hacerlo a mi edad. También sentía un gran compromiso hacia el equipo, el director y el productor y quería ser capaz de enfrentarme con éxito a los retos físicos.


P: ¿Ha corrido alguna vez una maratón?

R: No. Pero he jugado mucho al tenis y practico vela y surf. Además, mi hijo tiene ahora 14 años, así que siempre tengo acción en casa. Fue mi mejor entrenador en los últimos años. ¡Nada de poner las piernas en alto y ver la tele!


P: Pero al menos ha corrido parte de la maratón de Berlín durante el rodaje de VIVIR SIN PARAR ¿Qué sensación tuvo? ¿Cómo lo vivió?

R: Lo más difícil fue evitar que los otros corredores me reconocieran como Dieter Hallervorden. Incluso más difícil todavía fue hacer que los espectadores que se encontraban en la orilla del recorrido no saludaran a la cámara. Y después de todo eso, también era importante mantener la velocidad y el buen humor. Ha habido días de rodaje más sencillos.


P: Si me permite, usted ya está en una edad, en la que podría vivir con más tranquilidad. ¿De dónde saca esa energía?

R: No puedo entender a todas esas personas de mi edad, y mucho menos a los más jóvenes, que se alegran por jubilarse, Yo prefiero la actividad. Bueno, también tengo una profesión que ha surgido de una pasión y que para mí no es tanto un trabajo, más bien una diversión. No estoy seguro de si hubiera llegado a esta edad, si no pudiera seguir ejerciendo esta profesión. Naturalmente tendré en cuenta que ya sólo subiré a un escenario o me pondré delante de una cámara si puedo moverme yo solo hasta ahí y, si la gente quiere seguir viéndome. Mientras eso siga así, yo seguiré en activo.


P: ¿Qué le ha aportado su trabajo en VIVIR SIN PARAR?

R: He conocido a muchos compañeros nuevos, también más jóvenes, por ejemplo a Heike Makatsch que interpreta a mi hija. Fue una colaboración muy agradable. Y es sorprendente ver cómo, a veces, por motivos profesionales uno se ve obligado a vivir mejor. Cumpliré 78 años cuando se estrene la película en septiembre y ya he sacado provecho de VIVIR SIN PARAR ya que he mantenido bastantes partes de mi programa de entrenamiento. Sigo corriendo todos los días. Muchos no empiezan a apreciar su salud hasta que ya casi la han perdido. Pero uno debería alegrarse cada día por poder moverse libremente.


P: ¿Tuvo en su vida un éxito que se pudiera comparar con el triunfo de Paul Averhoff?

R: Cuando era un desconocido fundé, con 25 años, el cabaret "Die Wühlmäuse". Y ya hace de eso más de 50 años, a pesar de los tiempos que corren. Y todo sin subvenciones. Cuando celebramos el 50 aniversario – que casualmente coincidía con mi 75 cumpleaños – tenía una sensación muy parecida a la de Paul Averhoff en el estadio olímpico. Además, con 74 he vuelto a abrir el Schlossparktheater. Como verás, todavía puedo dar alguna sorpresa.


P: ¿Hay algo que quiera conseguir todavía – quizás ganar una maratón o subirse a una cumbre?

R: Sinceramente, ya tengo bastante con lo que cargo voluntariamente sobre mis hombros. Dirigir un teatro, hacer el programa, ponerlo en escena y estar yo mismo en el escenario, por el momento es suficiente para mí. He viajado mucho por el mundo y he visto muchas cosas. Mi gran sueño lo cumplí con 54 años: una isla propia, en mi exilio voluntario en Francia. Pero si se me pone a tiro un nuevo reto – pues bienvenido sea. Seguramente lo aceptaría.


Equipo artístico
Dieter Hallervorden - Paul Averhoff
Tatja Seibt - Margot Averhoff
Heike Makatsch - Birgit Averhoff
Frederick Lau - Tobias
Katrin Sass - Rita Müller
Otto Mellies - Rudolf