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La historia de Marie Heurtin cartel reducidoLa historia de Marie Heurtin(Marie Heurtin)
Dirigida por Jean-Pierre Améris
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Hechos históricos
En la segunda mitad del siglo XIX, el Instituto Larnay, un convento cerca de Poitiers bajo la dirección de las “Hermanas de la Sabiduría”, congregó a un grupo de niños ciegos y sordos con el fin de brindarles una educación y enseñarles cómo comunicarse mediante el lenguaje de señales.

Larnay se granjeó renombre internacional tras publicarse “Une âme en prison”, de Louis Arnould, donde se describe gráficamente el método que empleó la Hermana Marguerite para la educación de Marie Heurtin, sordomuda y ciega de nacimiento.

Marie Heurtin, a menudo vista como la Hellen Keller francesa, llegó a Larnay en marzo de 1895 a la edad de diez años. Se hallaba en un estado incluso peor que el de la chica americana: sujeta de brazos y pies, forcejeaba y chillaba igual que un niño salvaje; era imposible predecir si podía aprender algo y cómo dado que no veía ni oía, ni tenía capacidad de habla.

Tras muchos meses de lucha y trabajo duro, la Hermana Marguerite finalmente logró un primer paso al enseñarle el lenguaje de los signos mediante el establecimiento de una relación entre un objeto y un signo para que Marie lo designase: un cuchillo de bolsillo por el que la joven mostraba gran apego. La monja se lo quitaba y se refería a él al pasar los dedos por las manos de la joven. A través de esos dedos fluyeron canales de paciencia y fe, una especie de corriente sobrenatural que funcionaba e iba amasando a la joven Marie hasta que ésta aprendió todos los signos del alfabeto para sordomudos.

Más tarde, Marie Heurtin aprendió Braille, usaba una máquina de escribir, jugaba a dominó y otros juegos, cosía, tejía, aprendió historia, geografía, las horas, y devino una joven refinada. Su historia se considera un milagro.

El Instituto Larnay todavía opera en la actualidad.


Nota del director
Este proyecto comenzó al fascinarme por la historia de Helen Keller. En mi investigación, me topé con la mucho menos conocida historia de Marie Heurtin, y decidí visitar el Instituto Larnay inmediatamente, en Poitiers, donde vivió en el siglo XIX.

El Instituto ya no es un establecimiento religioso, aunque sigue como centro para niños sordomudos. A la luz de los progresos científicos de los últimos cien años, me sorprendió que la institución siguiera en activo.

Me resulta difícil describir cómo me sentí cuando me encontré con esos niños que sólo podían comunicarse por contacto, y que se mostraban ansiosos por sentir mis manos y rostro así que llegué. Me sentí totalmente incapaz de comunicarme con ellos.

También conocí a los padres de esos niños, que me explicaron los desafíos a los que se enfrentan. Igual que el padre de Marie Heurtin un siglo antes, a algunos los médicos les dijeron que sus hijos eran discapacitados mentales y que jamás podrían comunicarse. La desesperación de los padres acabó cuando se les presentó a los instructores del Instituto Larnay, quienes enseñaron a sus hijos cómo comunicarse con el mundo.

El caso de Marie Heurtin, que dependió mucho más del trabajo duro y de la tenacidad que del misticismo, se considera un milagro, y las técnicas que la Hermana Marguerite inventó se usan en la actualidad. Desde mi visita, me sentí obligado a narrar la historia de Marie.

La gente que se considera distinta, y en consecuencia marginada, es uno de los temas centrales de mis películas, como en Tímidos anónimos. Lo que me parece emociona en la historia de Marie Heurtin es el personaje excepcional de la Hermana Marguerite y su firme convicción de que logrará liberar a la joven Marie de su prisión interna.

El lazo creado entre Marie y la Hermana Marguerite en nada difiere de lo que por definición se supone no debe experimentar una monja: el amor materno. Ese lazo connota la inevitable separación, que significa la última etapa en el proceso de aprendizaje de Marie.

La película que tengo en mente es de las luminosas. Quiero rodar las manos de Marie mientras tocan animales, árboles y rostros, momentos emotivos que devienen la invención de un lenguaje y la historia de una liberación, un renacimiento.