Con determinación y resistencia física, agresividad e inteligencia, Muhammad Ali ha transformado para siempre la vida de muchos americanos. Sus combates, tanto fuera como dentro del ring, le hicieron conocer todos los lados de la vida. Belinda, su esposa; Angelo Dundee, su entrenador; Brew Brown, su consejero; Howard Bingham, su fotógrafo y biógrafo; y Fernie Pacheco, su doctor, todos personajes muy cercanos al boxeador, han sido testigos de excepción de su comportamiento arriesgado y sus acciones fuera de lo común.
Cassius Clay Jr., comenzó su carrera para hacerse un nombre entre los grandes del boxeo en 1960, cuando ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Roma. A partir de entonces se pasó al boxeo profesional, con la única intención de convertirse en campeón del mundo lo antes posible. No lo tuvo fácil; por aquella época, Sonny Liston se mostraba intratable en el cuadrilátero. Cuando el todavía Cassius Clay le hizo besar la lona en 1964, la noticia conmocionó al mundo.
Nadie ha dudado jamás acerca del talento de Cassius Clay, pero su carácter sí ha provocado grandes debates. Cassius decidió, guiado por Malcom X, convertirse al Islam, para inmediatamente renunciar al que consideraba su "nombre de esclavo", y pasar a adoptar como propio el nombre de Muhammad Ali. A la mayoría de periodistas y admiradores no les gustó nada el apoyo a este grupo religioso, considerado por entonces conflictivo e intolerante. Esta posición, que él no entendía, incomodó considerablemente al Gobierno del los EEUU. A continuación, Ali se opuso a ingresar en el Ejército para combatir en la guerra del Vietnam, contra hombres que jamás le habían causado daño alguno, y contra los que no tenía nada. Prefería quedarse en su país para ocuparse de las numerosas injusticias sociales que se producían día tras día. A causa de su negativa, el Gobierno le condenó a cinco años de prisión, le retiró su título de Campeón del Mundo, y le prohibió luchar como profesional durante los cuatro años siguientes.
A pesar de su fortuna, Ali lo perdió todo durante esos años difíciles, y volvió a la casa de donde salió. A partir de entonces se enfrentó a las dificultades con más coraje que nunca y emprendió su ascensión a la gloria, culminando el 30 de octubre de 1974, fecha en la que se enfrentó a George Foreman en Kinshasha, ante 60.000 espectadores, por una bolsa de 10 millones de dólares a repartir a partes iguales y un título de Campeón del Mundo en juego.
El director, Michael Mann ha llevado además una carrera fulgurante como productor y guionista. Fue el creador de la serie Corrupción en Miami, y escritor de todos de los films que ha dirigido, junto con diversos episodios de la serie de fama internacional Starsky & Hutch.
Nominaciones al Oscar de Will Smith, al mejor actor, y de Jon Voight al mejor secundario.
AliDirigida por Michael Mann, M.Night Shyamalan