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Sing Street cartel reducidoSing StreetDirigida por John Carney
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Combina la calidez en la dirección de Carney, un humor vibrante y una banda sonora con éxitos de The Cure, Duran Duran, The Police o Génesis.


Orígenes
"Yo quería hacer algo que fuese personal. No rodar por rodar una historia musical" - El director, John Carney

Los orígenes de "Sing Street" se remontan muchos años atrás en la vida del director como adolescente, en 1980 en Dublín. John Carney experimentó crecer en la capital irlandesa al pasar de una escuela privada a las afueras al centro urbano. En última instancia esta fue la semilla de la idea para crear una película musical de este período de su vida.

Después de haber trabajado con el productor Anthony Bregman en la película "Begin again" en Nueva York, protagonizada por Kiera Knightley y Mark Ruffalo, el director le propuso la idea de construir una historia alrededor de sus propias experiencias al crecer en Dublín. Fue en la sala de montaje donde le explicó a Bregman su idea de "Sing street". "Los orígenes del proyecto se remontan probablemente 20 o 30 años atrás, debido a que muchos de los elementos de esta película han venido de la infancia de John", dice el productor Anthony Bregman. "Pasó de un colegio pijo a una escuela en la calle Synge y pasó a través de la misma transformación que nuestro personaje principal - a partir de una experiencia educativa muy refinada a un mundo mucho más crudo.

"Él me contó su idea mientras tomábamos un café. De hecho, al final es bastante parecida a lo que la historia al final cuenta, este chico cuyo padre pierde su trabajo y donde siempre hay poco dinero. Le llevan de su escuela elegante a la pública de la calle Synge donde inmediatamente es golpeado y donde los demás se aprovechan de él. Forma una banda, básicamente, para protegerse y para atraer el interés de esta chica tan guapa de la que no consigue llamar la atención".

Construida sobre ambos procesos de transición, la historia con fuertes elementos románticos y una película construida sobre los cimientos musicales de bandas británicas de los80; "Sing street" ofrece una perspectiva honesta y emotiva sobre los peligros y maravillas de la vida adolescente.

Para el productor Anthony Bregman, la idea de un romance fresco y sin embargo inocente floreciendo entre los dos personajes principales, era una dinámica que no había visto en el cine desde hacía mucho tiempo. "La relación entre Conor y Raphina es interesante porque en realidad no se consuma de una manera real", explica Bregman. "Ella es hermosa y mayor, más sofisticada y va a su rollo, viviendo su propia vida. Él todavía se está formando como persona. Desde el principio, cuando él se acerca a ella, está claro que está apuntando demasiado alto".

Junto a este romance, Carney también se centra en las complejidades de los matrimonios que se rompían en Irlanda durante este período. El divorcio no estaba permitido en Irlanda en aquel momento. A medida que la relación de pareja se rompe, el impacto en los niños es profundo.

"Hay una gran cantidad de tensiones en el matrimonio de los padres de Conor; no estaban permitido tener relaciones sexuales fuera del matrimonio", dice Bregman. "Así que los padres se casaban demasiado pronto, por razones equivocadas, y entonces no se podían separar, era un tabú el divorcio. Lo más que se podía hacer era vivir separados. Están encerrados en un matrimonio en el que no son felices y eso siempre se filtra hasta los niños. Se crea una atmósfera tóxica, y es lo que inicia la historia".

Para Carney, la película también es una historia de contrastes - el contraste de Irlanda frente a Inglaterra, Dublín frente a Londres, y la seguridad de una educación privada frente a una en el sistema estatal. Pero lo más importante para Carney, fue el contraste entre un joven adolescente que piensa que tiene problemas hasta comprender como los problemas de la chica de la que se enamora son aún mayores.

"Es realmente una historia de "antes y después", que se desarrolla en los años 80 en Dublín", explica Carney. "Fue un momento de recesión e inmigración y un momento en que incluso los muy ricos no tenían dinero en efectivo, y se vieron obligados a pensar un poco diferente en términos de la ropa que llevaban, y cómo se expresaban a través de su aspecto".

Después de haber dirigido la película musical ganador de un Oscar "Once" y luego "Begin again", ambas con amplios hilos musicales como leit motiv, Carney sintió que era el momento de hacer algo musical que fuera aún más personal - algo sólidamente autobiográfico.

"Quería probar y encontrar algo de mi vida que estuviera interesado en hacer y decir. Yo quería que fuera algo que fuera genuinamente personal".

El productor Anthony Bregman ya había trabajado con el productor Paul Trijbits en la película de Stephen Frears "Doble o nada", protagonizada por Bruce Willis y Catherine Zeta Jones. El agente de Frears puso en contacto a los dos productores y pasaron juntos un fin de semana de vacaciones de esquí intentando poner la película en marcha.

"Fui a Nueva York y de alguna manera nos las arreglamos para mantener esta película a flote juntos. Así que nos hicimos muy buenos amigos a través de esa experiencia", dice Trijbits sobre su relación con Bregman.

Bregman había hecho crecer su compañía previamente con inversiones y una serie de películas. Con una producción inminente en Irlanda, Trijbits estaba dispuesto a buscar ayuda más potente y los dos juntos sacaron el proyecto adelante. Como un respaldo añadido, el productor asociado de Trijbits, Chrtian Grass había visto recientemente "Begin Again" en Toronto y le había encantado.

"Christina dijo que era la película más agradable y maravillosa que había visto. Sing Street por tanto se convirtió en una coproducción entre Likely Story, una empresa con sede en Nueva York, y nosotros en el Reino Unido, la creación de una entidad conjunta para hacer la película. La producción y financiación de otros socios como Kevin Frakes de PalmStar y Raj Singh Brinder de Merced Media de inmediato llegaron a bordo para financiar completamente la película".

Trijbits a continuación tuvo que buscar un productor irlandés para facilitar la producción allí.

"Encontramos rápidamente a Martina Niland que había hecho "Once" con John y estaba lista para asumir el reto", dice Trijbits. "Entonces FilmNation llegó a bordo. No teníamos un guion, pero teníamos un boceto muy general que nos permita poner la mayor parte del dinero en marcha. Era esencial que el Irish Film Board nos ayudara. Habían ayudado a John antes, pero ahora tenía que tomar la decisión de apoyarlo sin un guion claro y aun así apostaron por él".

Con la financiación en su lugar, Carney comenzó a ensamblar los distintos elementos que incluyen banda sonora, cámaras y equipos de diseño, pero sobretodo, su joven elenco.


Casting
La mayor preocupación del productor Anthony Bregman fue cómo los realizadores encontrarían suficiente talento joven en una industria tan dependiente de "nombres" para conseguir que la película sobreviviera más allá de su primer fin de semana en la taquilla.

"Cuando contratas a una estrella de cine que ha hecho grandes películas, sabes que tiene la capacidad de llevar la película, porque ya lo ha hecho antes", dice Bregman. "Pero estos son niños que nunca han estado delante de una cámara y ahora tienen que convencer durante 90 minutos seguidos. Esa es una gran carga".

El co-productor Paul Trijbits está de acuerdo - "Tienes que creer que hay gente por ahí que va a ser capaz de poder con ello".

Trijbits ya tenía experiencia en ello tras ser productor ejecutivo en el premiado largometraje de Andrea Arnold "Fish Tank". "Cuando Andrea estaba buscando a la chica protagonista, tardamos nueve meses. Si se encuentra gente con bastante rapidez piensas, 'Oh, wow son increíbles,' pero una parte de ti piensa, 'Bueno, si se puede encontrar a gente tan buena rápidamente, tiene que haber otros ahí fuera', y sigues buscando algo aún mejor.

"Lo difícil es cuando tienes personas que son, en este caso, relativamente jóvenes", Trijbits añade. "A veces, hay trozos de experiencia vital que no tienen. Así que, de repente, tienen que inventarse ciertas cosas. No se puede simplemente decir: "¿Recuerdas cuando te rompieron el corazón?, porque aún no les ha pasado".
A diferencia del proceso de casting de costumbre, los realizadores decidieron buscar nuevos talentos sin explotar de toda Irlanda. El equipo llevó a cabo audiciones durante un período de seis meses para buscar el actor que interpretaría a Conor, la actriz principal que interpretaría a Raphina, y el resto de la joven banda que Conor reúne.

Carney, junto con la directora de casting Louise Kiely, realizaron audiciones por toda Irlanda a miles de jóvenes promesas.

"El casting fue interesante porque quería gente que no fueran actores, en primer lugar", dice el director. "Yo quería que fuera muy natural. Por lo que acabamos haciendo una gran convocatoria abierta y vimos a todo el mundo de todo el país que pensaban que podían tocar un instrumento".

"Es sorprendente que casi todos los actores de la película son algunas de las primeras personas que vimos. Vimos miles, pero desde muy temprano ves cuando un niño es increíble. John me enviaba fotografías, ya que yo estaba en los EE.UU. en ese momento; imágenes de una multitud de personas que hacían colas alrededor del edificio", recuerda Bregman del proceso de casting. "Cada niño con una guitarra o una batería. Se haría una canción y una entrevista y luego actuaría en una escena para que pudiéramos ver si podían cantar y actuar. Así es como encontramos a Ferdia y a todo el mundo de la banda".

Ferdia Walsh-Peelo procedía de una familia de músicos con experiencia en la ópera y la música tradicional irlandesa. Había sido un niño soprano y recorrió Irlanda con la flauta mágica de la Compañía de Teatro y Opera. También recibió formación clásica en el piano.

Haciendo eco de la magia de la propia sensibilidad de cuento de hadas de la película, fue sólo por pura suerte que estuviera en la fila de la audición.

"Cuando llegué allí la cola era enorme", Walsh-Peelo se ríe recordando el proceso. "Estaba con mi madre y le dije que quería irme a casa porque no quería estar en esa cola durante ocho horas. Estuvimos literalmente haciendo fila durante unas cinco horas. Hice la audición y canté una canción. Me pareció que fue muy bien. Entonces fui re-llamado a un hotel e hicimos otra prueba con chicas diferentes. No oímos de ellos por un tiempo así que nos fuimos a España de vacaciones. A mitad de las vacaciones recibí una llamada diciendo que había sido seleccionado, así que tuve que reservar un vuelo e ir de vuelta y sin duda ¡valió la pena!"

Carney estaba encantado con su descubrimiento. "Ferdia es un joven muy brillante y la razón por la que lo elegimos para la película era que cada vez que iba a una audición lo hacía mejor", explica el director. "Cada vez que salía, había procesado la información que yo le había dado antes, lo que me demostró que tenía la personalidad que era adecuada para la película. Es muy difícil para una persona joven, que todavía no está del todo formada en ese sentido, ser así de maduro. Ferdia tenía todos los ingredientes necesarios para ello. Y él se veía bien, tenía un gran aspecto y una buena voz. Es un chico muy inteligente".

Carney no había trabajado con un elenco de esta edad, pero él bromea diciendo que ya ha tenido suficiente experiencia para poder hacer frente a una banda de adolescentes.

"Había trabajado con actores sin experiencia antes", se ríe. "Las primeras películas que hice fueron con mi padre. Me gustaba hacerle desempeñar papeles y tratar de dirigirlo. He intentado conseguir que estuviera en una película estilo Martin Scorsese, cuando era joven, en el garaje. No hay peor actor tengo que decirte. Me gusta trabajar con actores no profesionales. Poner un actor experimentado como Mark Ruffalo con Adam Levine que no habían actuado oficialmente antes de comenzar. Fue una interesante mezcla - algo dinámico para ver en la pantalla. Creo que a la gente le gusta ver a gente que no es profesional. Es interesante".

Carney también fue capaz de reunir algunos de los nombres más grandes de Irlanda, incluyendo Aidan Gillen, Maria Doyle Kennedy y la estrella de Hollywood Jack Reynor. Para Gillen la historia pisa un terreno familiar, habiendo crecido a una edad similar en Dublín durante la década de 1980. Su fe en la capacidad de Carney para que fuera algo más que una película con música es lo que le atrajo al papel del padre, Robert.

"Hemos visto películas sobre la música antes, pero realmente no han funcionado", comenta Gillen. "John ha estado en una banda y sabe cómo es ese mundo. Parecía una gran razón para que funcionara, ya que es realmente lo que él estaba haciendo en ese momento. Sé que es en parte autobiográfica, pero tuvo un eco en mí. Yo no tenía esa conexión directa de haber estado en una banda. Pero incluso el sonido era similar al de la banda que solía practicar cerca de mi casa, y el sonido de conmutación en un amplificador, el crepitar del ruido electrónico, en realidad hizo que mi corazón se acelerara. Ese tipo de sonido todavía tiene ese efecto visceral en mí".


Producción
Cuando algo funciona, dice el director John Carney, hay que dejarlo fluir. Su director de fotografía Yaron Orbach había sido el arquitecto de "Begin again" de Carney, transformando la ciudad (Nueva York) en un telón de fondo musical, en un rodaje en las calles con poco o ningún apoyo importante de iluminación o grúas.

Los dos hombres se habían conocido a través de un amigo común, el director de cine irlandés Lance Daly con quien Orbach había rodado "El buen doctor" en Los Ángeles. En ese momento, Orbach estaba en una empresa de postproducción en Dublín llamada The Factory haciendo correcciones de color de una película de Daly.

Tenía experiencia previa trabajando con el productor Anthony Bregman. "Así que cuando Anthony estaba involucrado, sabía que había un proyecto interesante. Entre Lance y Anthony, pude conocer a John en Nueva York y aquí estamos".

"Es divertido trabajar con Yaron", dice Carney. "Es un chico judío de Israel que vive en Nueva York. Él ya había participado en cerca de 50 películas irlandesas cuando estábamos preparando las cosas. Pero yo estaba muy contento de rodar con una cámara que no fuera de Irlanda. Él trajo una nueva perspectiva en "Begin again". Esa película se rodó en Nueva York. Pero también estaba muy interesado en la luz de Dublín y la forma en que la luz funciona aquí".

Inspirado por la mirada del tecnicolor de los programas de televisión que vimos de niños, Carney se sintió atraído por la idea de mezclar el universo monótono de los 80 y la recesión de la era en Irlanda y lo que el director describe como "este colorido, asombroso mundo" de videos pop.

"He vivido a través de ver "Top of the Pops" e imaginar que hubo este gran mundo de los videos de Duran Duran", dice Carney. "Eso es como pensaba que era Londres y no podía esperar a llegar allí. No sólo eran cortes de pelo increíbles, era la liberación sexual y la libertad y nosotros aun estábamos arrestando a la gente por poner máquinas de preservativos en los colegios. Era una locura."

Manteniendo el mismo estilo que en "Begin again", Orbach se enfrentó a esta idea.

"Quisimos darle un aspecto ligeramente diferente, más fílmico, pero manteniendo el espíritu "Once". Así que seguimos a mano, sin iluminación grande, no hay plataformas rodantes, sin SteadyCam, todo a mano, con ese tipo de improvisación libre", explica Orbach.

Extendiendo el enfoque único tanto del director como de Orbach, tuvieron que reaccionar a como el reparto se sentía en la escena. "A John no le gusta mantener un orden de rodaje estricto", admite Orbach. "Llegamos al set y no habría una mini-línea de lectura / ensayo. Los actores iban a ver dónde querían ponerse y me gustaba seguirles con la cámara e ir captando. Buscar el esquema maestro de la escena y seguir a partir de allí. Encontrábamos la escena muy rápidamente de esa manera.

"Debido al estilo de John, que es muy inclusivo y abierto a las cosas que suceden, hay una gran cantidad de espacio para la espontaneidad con los niños. Ha sido un poco difícil a ratos. No había marcas de posicionamiento en el suelo; le dejábamos ir donde quisieran".

"Me gusta dar a los actores espacio para improvisar un poco y moverse por el guion", admite el director. "A veces las cosas que dicen los niños cuando están tratando de recordar la línea que escribiste les hace aterrizar en algo mucho más divertido. Así que me gustaba animar a los niños a menudo en esta película, si se han olvidado de su línea, que no se preocuparan y sólo siguieran adelante y a ver que sale. Ha sido muy divertido y es más fácil de hacer cuando es tu propio guion ".

Para el diseñador de producción Alan MacDonald (cuyos trabajos previos en "Love is the devil", "The queen" o "Philomena" muestran su habilidad en ambientes de época) recrear al Dublín de la década de 1980 fue un reto maravilloso. MacDonald comenzó definiendo el momento en el que nos encontramos, en este caso, a principios de 1980 en el centro de la ciudad de Dublín. A partir de ahí, comenzó asignando a cada personaje su trasfondo, creando un cuadro para reflejar sus personalidades, la situación económica, y lo más importante, ofrecer una historia consistente a la época ya que la película sólo se extiende por unos meses.

"Psicológicamente tienes que analizar cada personaje individual y el mundo que están viniendo y como es su vida", dice MacDonald. "Siempre veo conjuntos como retratos psicológicos de la condición socioeconómica de las personas, pero también se trata de un tipo de tono emocional en términos de cómo avanza la película y cómo progresa la narración".

Para el hogar familiar, MacDonald entiende que nos encontramos con ellos en un momento en que han caído en tiempos difíciles. Cualquier dinero que antes pudiera haber hecho de la casa un entorno acomodado se ha desmoronado. MacDonald explica - "El mundo de Conor y sus padres es el de una familia que ha colapsado. Es bastante deprimente. Se han quedado sin dinero, obviamente, tenían ambición y sueños que se han derrumbado a su alrededor. Eso se convierte en la base para el diseño de la casa: está en decadencia".

La producción eligió buscar ubicaciones en Dublín y sus alrededores en vez de mirar a hacer una amplia obra de interiores en los estudios. En particular, los edificios de la escuela de la calle Synge, en el octavo distrito de la ciudad que abarca el Liffey, que todavía funciona como Christian School estatal, no ha cambiado mucho desde los días de Carney. "Yo diría que el 50 por ciento de mi trabajo es conseguir los lugares adecuados", dice MacDonald. "Si transmiten veracidad, para mí como diseñador y como escritor-director, la mitad del camino ya está hecho. Tenía un gestor de grandes ubicaciones, Eoin Holohan, con quien trabajé. Realmente se lo puse complicado porque sabía que no habría localizaciones que fueran restos de los años 80 en esta ciudad".

"Por ejemplo, la casa de Eamon es buena de base, porque tenía restos en de alfombras y papeles pintados simplemente muy alocados, que de inmediato te proporcionan una base sobre la que construir".


La música
El escritor/director John Carney quería encontrar un compositor desde el principio en el proceso de desarrollo que le permitiera llevar una sensibilidad autentica de los 80 pero accesible para las canciones que quería que la banda tocara. Uno de los compositores que Carney había considerado - Gary Clark - recientemente se había trasladado de vuelta a su ciudad natal de Dundee en Escocia desde Los Ángeles.

Clark es posiblemente más conocido por su éxito "MaryŽs prayer" que escribió para su banda Danny Wilson en 1987. En Reino Unido entre 1988 y 1989 llegó al 3 en las listas. Sin embargo, en Irlanda, la canción ya se había convertido en un gran éxito, alcanzando el número 5 en las listas de éxitos en su primera versión.

No siendo ajeno a trabajar con músicos para idear una banda sonora, Carney había trabajado con Glen Hansard, que protagonizó "Once" y que también escribió e interpretó las canciones durante toda la película. Una de las canciones de la película de hecho, ganó un Oscar a la Mejor Canción Original en 2007.

Para "Begin Again" Carney había trabajo con el líder de New Radicals Gregg Alexander para crear el paisaje sonoro que formó la base de canciones del personaje de Kiera Knightley.

"Quería explorar algunas opciones diferentes en esta película", dice Carney. "Está ambientada en los años 80, así que quería conseguir a alguien que hubiera triunfado durante aquella época. Me encantaba "MaryŽs prayer". Así que me encontré con Gary Clark. Le telefoneé y hablamos, me dijo que le había encantado "Once". Yo le dije que su canción y el álbum [Meet Danny Wilson - 1987] habían cambiado mi vida. Lo escuchaba con mi hermano cuando tenía 14 años en vez de hacer los deberes. Le dije: ¿Qué te parecería escribir algunas canciones, y ayudarme con otras a medio escribir que no tienen letras? Él tomó un avión y se vino en seguida. Es un compositor brillante y con un estilo muy años 80 - canciones muy pegadizas. Él escribió como cinco o seis canciones".

Carney y Clark trabajaron durante un mes antes de la filmación, grabando pistas con una banda de estudio compuesta por algunos de los mejores músicos de sesión de Irlanda. Irónicamente, porque la banda en la película tiene que empezar a aprender a tocar como una banda sin competencia de conjunto perfectamente ensayado, se animó a los músicos a tocar mal. "Les dijimos que tenían que tocar de manera que pareciera realista que eran un grupo de niños y no los más grandes músicos de estudio de Irlanda, ¡alucinaban!", Se ríe el productor Anthony Bregman. "Especialmente en las canciones que ocurren temprano en la película. Ellos hacen un cover de Río de Duran Duran y el punto central de la grabación es que suene mal. Estábamos sentados en el estudio y John estaba diciendo: No, demasiado bueno. Echarlo a perder. Más rápido. Fuera de tono. Ir fuera de sincronización. Fue realmente complicado lograr que estos grandes músicos bajaran el nivel para obtener credibilidad".

Como protagonista de la película, Conor comienza a experimentar con diferentes estilos de música de los 80, la composición y la musicalidad debían reflejar su progreso.

"La banda pasa por diferentes fases", añade Bregman. "Ellos hacen una canción de Duran Duran, a continuación, una Hall & Oates, o The Cure y algo tipo Elvis Costello. Cada canción está basada en estos diferentes estilos de composición y de cantar de los años 80. Es muy divertido reconocer una canción que no has oído antes. Se obtiene lo que es el estilo".

El amor de Carney por la música se refleja explícitamente en su biografía como realizador. El co-productor Paul Trijbits reconoció el valor de esto desde el principio del proceso de desarrollo de la película, al notar la pasión implacable con la que Carney llevó todas las facetas de la banda sonora de la película.

"Es una habilidad absoluta de John contar historias utilizando la música. Cuando nos fijamos en las cosas que ha hecho que a todos nos gustan, es cuando él está en su elemento. Sabe cómo hacerlo. Encontrar a Ferdia para convertirse en el cantante de una banda y los músicos que formaron parte de ella, hizo que todo fuera una experiencia muy feliz para todos".

Cuando se le preguntó qué bandas y compositores influyeron Carney responde rápido. "Dios, Frankie Goes To Hollywood fue una de mis bandas favoritas. Alguien me preguntó cuál era mi placer más culpable, y tiene que ser Level 42. Yo era bajista por lo que me encantaba Level 42. A veces me pongo un CD de ellos y mi novia sale de la habitación, pero los amo. Escuchaba synth pop y funk y lo que todo el mundo escuchaba: Joy Division, The Cure y un montón de cosas diferentes. Por supuesto también mucha música americana; una lista demasiado larga para mencionar".

Para el director de fotografía Yaron Orbach, el truco era la manera de incorporar los elementos musicales en la narrativa y rodar sin problemas para que el público pudiera adaptarse fácilmente a los cambios de diálogo a canto y música".

Junto con la banda de sesión estaba la integración del actor principal de la película Ferdia Walsh-Peelo que fue empujado al centro del escenario para hacer que las voces cobraran vida. "El estudio era bastante intenso", admite Walsh-Peelo. "Desde un mes antes trabajé la voz, ya que iban a ser largas sesiones en el estudio donde estaría cantando todo el día. He aprendido mucho de eso".

Para otros miembros del reparto, era una oportunidad para recordar el pasado. Para el actor Aidan Gillen fue una oportunidad para reflexionar sobre algunos de sus encuentros anteriores con la música de los 80 cuando era un adolescente.

"Recuerdo encontrarme con material muy bueno - Echo and the Bunnymen, The Smiths y U2", Gillen recuerda de sus años viviendo en Dublín. "No había habido bandas así que salieran de Dublín. No había tal cosa como una estrella de rock irlandesa, estaban Van Morrison, Phil Lynott o Rory Gallagher, pero eran cosas del pasado y muy blues. Pero con U2, era algo que estaba sucediendo, algo nuevo. Era parte de una nueva ola. Era muy emocionante para aquel Dublín".

El actor Jack Reynor es un niño de los 90, pero sus gustos musicales fueron influenciados en gran medida por su propia madre.

"Escuché predominantemente música de los 70 y 80 mientras crecía", dice. "Me pasaba el día en mi cuarto escuchando Steely Dan. Mi madre nació en 1970 y creció en los años 80 y cuando yo era un niño yo conocía a sus amigos y el tipo de cultura que tenían. Hizo eco en mí en muchos sentidos y me siento sin duda capaz de relacionarme con el contexto cultural de la película".

"Desde los 14 me han gustado los Beatles y los Rolling Stones y Guns n Roses. Mi gusto musical se ha desarrollado y madurado desde entonces. Estaba en un par de bandas de chaval y me encantaba. Yo tocaba la guitarra, un poco el piano. Ya no lo hago, lo echo de menos".

Para los miembros más jóvenes del reparto era una educación en la música pop histórica. Carney mostraba los vídeos de los muchachos de los años 80 para informarles de la forma en que las bandas se movían en el escenario y en la pantalla.

Para el joven tecladista de la banda Percy Chamburuka que interpreta Ngig, era algo muy nuevo. "Sí, cuando llegué al set John me mostró algunos videos de baile de los años 80 y teclistas y la forma en que se vestían. También toda la historia de la música de la época - no tenía ni idea de qué tipo de música estaban escuchando y qué estilo era. Así que he aprendido mucho acerca de los años 80".

Para Lucy Boynton, que interpreta a la protagonista femenina de la película, la educación musical se convirtió en una broma entre ella y el director.

"Fue muy incómodo porque John mantuvo referencia a estas películas realmente increíbles y canciones y decía: ¿Conoces esto?' Y yo decía", No ", y decía, 'Por el amor de Dios Lucy, ¿dónde has estado viviendo? ¿Qué te pasa? "Y yo decía, ‘Lo siento, ¡no había nacido en los años 80!'"


Dublín como localización
La producción se rodó mayoritariamente en Dublín y sus alrededores con un solo edificio significativo: el cuarto de Brendan. Beneficiados de que la arquitectura de Dublín no hubiese cambiado demasiado drásticamente desde la década de 1980, el departamento de arte fue capaz de hacer la reconversión de algunos lugares para traer de vuelta a la época.

Para el director John Carney, la película no se trataba tanto de promover una mirada a gran escala a lo que Dublín podría haber sentido durante esta década, sino de cómo se sentía al estar allí en las casas, escuelas y calles. "Existen sectores de Dublín que no han cambiado mucho ", dice la productora Martina Niland. "Aparte de poner antenas parabólicas aquí y allá, las cosas prácticamente estaban ya allí. No teníamos enormes recursos así que usamos calles que tenían aun la apariencia".

El productor Anthony Bregman concuerda. "Estos edificios han estado aquí desde los años 80, cada lugar, cada tienda, siguen igual básicamente desde los años 80. Han cambiado un poco y hemos tocado alguna cosa. Uno de los grandes retos en "Begin Again" fue que estábamos rodando mucho en las calles de Nueva York y teníamos gente famosa en la película, así que donde quiera que íbamos había grandes multitudes de mirones con sus teléfonos. Debido a que Dublín no tiene esa cultura paparazzi y estos niños no eran conocidos - al menos no todavía - no había tantas distracciones. La propia escuela de la calle Synge sigue bastante igual, algunos padres de los chicos incluso habían estudiado allí en aquella época".

"A menudo con películas como ésta hay una tendencia a que cuando haces escenas de calle, poner un montón de coches y piensas que van a contar la historia", dice el diseñador de producción Alan MacDonald. "Pero no, nos fijamos en las imágenes de Dublín en los años 80 y casi no había coches en la calle".


Los personajes
"Sing street" sigue la vida del estudiante de 15 años Conor mientras se traslada de una escuela privada a una escuela pública del centro. Al mismo tiempo, está lidiando con la ruptura del matrimonio de sus padres. Aunque el actor principal, Ferdia Walsh-Peelo, es de la misma edad y también había experimentado el concepto de cambio de escuela, aquí es donde terminan las similitudes.

El director John Carney y su joven actor trabajaron en estrecha colaboración para construir la trayectoria escolar del personaje de perdedor con baja autoestima a alguien con confianza. "Yo tenía experiencia en cambios de escuela, pero lo que quería hacer, era mi decisión, por lo que era diferente", explica Walsh-Peelo. "Creo que Conor es similar a mí en todo lo que la música significa para él. Lo que no he vivido y gracias por ello, es su relación con sus padres. Son un poco raros".

Trabajar con Carney fue una experiencia muy formativa para el joven actor. Carney fue capaz de reestructurar escenas orgánicamente con su joven elenco, lo que permite la oportunidad de improvisar y de sentir su camino a través del guion. En última instancia para Carney, este le ofreció un rendimiento mucho más realista. "Es muy interesante, porque cuando empezamos concebíamos una escena completamente diferente a la forma en que [Carney] quería, y luego teníamos que soltarnos", dice Walsh-Peelo. "Él no nos ha dado la forma exacta en que quería que decirlo. Él quería que fuera algo natural ".

La actriz Lucy Boynton llegó al proyecto con un poco más de experiencia que los otros. Ya había trabajado en cine y televisión con René Zellweger, Ewan McGregor, o Jeremy Irons. El papel de Raphina ofreció a Boynton la oportunidad de interpretar a una joven compleja, mayor antes de tiempo, que se convierte en el foco de la odisea romántica de Conor.

Sobre Raphina, Boynton dice - "Ha pasado por un montón de cosas que por suerte la mayoría de la gente de su edad no ha experimentado. Su respuesta ha sido madurar antes, por lo que actúa como si fuera aún mayor. Se ve cuando está sin su pelo y su maquillaje, que utiliza como medio de defensa, que sigue siendo una niña vulnerable en el fondo.

Para el actor Aidan Gillen, su personaje tenía un número de referencias familiares. "Robert es un arquitecto que trabaja en casa", explica Gillen. "Curiosamente, mi padre era un arquitecto que trabajaba en casa. Yo tenía la misma edad en la época de esta película, como Conor. Mi padre llevaba cuello de cisne y se parecía un poco, también bebía whisky de vez en cuando".

"Yo mismo empecé a actuar cuando tenía unos 14 años y a ver a las bandas de música. Esas dos cosas son probablemente dos de las principales pasiones en mi vida, todavía - actuar en películas y escuchar música. Es muy agradable estar actuando en una película donde los protagonistas son adolescentes, y viéndoles hacer cosas por primera vez en sus vidas, tal vez incluso actuando por primera vez. Es emocionante. Las cosas que haces cuando tienes 13 y 14 a menudo se quedan contigo para el resto de tu vida. Sin duda, mi propio carácter y personalidad tienen que ver con aquella época. Fue en esa época que, al igual que los personajes, rompías con la familia, buscando quien eres. En mi caso, creo que me quede un poco en aquella época", se ríe.

Para el actor Jack Reynor, su personaje Brendan le dio la oportunidad de canalizar el fan interior de Pink Floyd. "Es un pasado completamente y se pasa en su habitación todo el día, todos los días, escuchando discos y sin hacer gran cosa", dice Reynor de su personaje. "Creo que es una consecuencia de la relación que ha tenido con sus padres y las cosas que quería hacer; las restricciones que le han puesto le han empujado un poco hacia el desastre. En cierto modo, intenta redimirse a través de Conor y le presenta toda esta música y cultura. Se trata de ayudarlo a definir sus ideas y sus opiniones sobre sus relaciones y las chicas. Hay un elemento de Brendan viviendo indirectamente a través de su hermano más joven.

"John no me dio ninguna nota. Creo que mi personaje era representativo de alguien en su familia. Lo conozco desde hace mucho, mucho tiempo. Siempre hemos tenido una buena relación. Él vino y me habló sobre el papel y sólo me dio la historia de su familia y su vida y algunas de las relaciones que había tenido. Realmente puedo relacionarme con el personaje porque tenía gente similar en mi vida y sabía lo que quería representar. Creo que John confió en mi, me dejó ir a por ello. Si había algo específico que quería, él me ayudaba y lo encontrábamos. Pero confiaba en mi visión del personaje y creo que estábamos en la misma onda. Quería que mi pelo largo me hiciera parecerme a Dave Gilmour todo lo posible. Yo seguí insistiéndole a John hasta que le pareció bien. Yo sabía que tenía que parecer un poco despeinado y un poco introvertido. Queríamos que fuera un poco desaliñado y sin afeitar, sólo para dar la sensación de que había estado allí por un tiempo y que estaba luchando para superar esta parte de su vida ".


Las mejores historias universales son en realidad muy específicas
El productor Anthony Bregman cree que lo que hace de "Sing Street" una proposición atractiva no sólo para los que se unieron al equipo sino también para la gente en general a nivel internacional, es que tiene una resonancia universal.

"Las mejores historias universales son muy específicas", dice. "Creo que esta película es muy específica en ese sentido. Todas mis historias favoritas suceden en una comunidad, en circunstancias muy específicas, pero son universales. Una de las grandes claves es ser capaz de identificarse con una historia china, francesa, griega en que, a pesar de vivir una vida muy diferente, en realidad se comparte una enorme cantidad de cosas. Eso es lo que está pasando aquí".

La clave de su compromiso inicial con la historia dice Paul Trijbits era el "¿Qué pasaría si ...?" Pregunta. "Creo que es una aspiración, que siempre ayuda. Puedes hacerte la pregunta: "¿Qué pasa si? ¿Y si fuera yo a quien sacan de una escuela segura y familiar y me meten en una pública y difícil? ¿Qué hubiera hecho? ¿Cómo intentaría sobrevivir? Esa es una forma muy clásica de narración que puede interesar hoy en día a un público muy amplio".

El director John Carney utiliza el recurso de ponernos en situación de comparar la vida familiar en la década de 1980 en comparación con las familias contemporáneas. "Hay mucho sobre el matrimonio y la separación en la película y la cuestión de si los niños prefieren que sus padres se peleen o se separen", dice. "Oías sobre una familia donde los padres se habían separado oficialmente. Había susurros sobre familias con problemas, pero nadie se divorciaba. No podían permitirse el lujo y la iglesia no lo permitía. Mi personaje principal, Conor, se entera de que sus padres puede que se separen y la forma en que lo afronta es pensando en cómo la televisión estadounidense muestra esos casos, donde todo es amigable y los niños están bien. Recuerdo que cuando iba a las casas de la gente, te dabas cuenta de que había algo que no funcionaba rápidamente; estas personas no estaban contentas, pero se quedaban allí por el que dirán o por dinero. En la película se habla de que la madre está en esta situación y los niños están tratando de procesar toda esa información, en Irlanda, en los años 80, lo que me parece una historia muy interesante para contar".