Cuando llegó la orden de retirarse, un hombre se quedó atrás.
Primavera de 1945. La guerra del Pacífico tiene los días contados y las batallas se recrudecen. Las tropas estadounidenses asaltan Okinawa en algunos de los combates más sanguinarios de la historia y un soldado destaca por encima del resto. Ese soldado se llama Desmond T. Doss, un objetor de conciencia que lleva el mandamiento de "no matarás" grabado a fuego en lo más profundo de su ser. Asignado al destacamento médico de la infantería, Doss logró salvar la vida de docenas de soldados heridos por las ráfagas enemigas sin disparar una sola bala.
Adventista inquebrantable, Doss vivía en Virginia cuando se alistó voluntario en el ejército de Estados Unidos no como soldado, sino como médico "no armado". Su postura chocó con todo el estamento militar, pero perseveró. Este joven delgado y vegetariano, que rechazaba entrenar los sábados y se negó a empuñar un arma, fue objeto de mofa de sus compañeros, quienes lo veían como un peligro en las trincheras e intentaron hacerle abandonar el ejército por todos los medios. Doss se mantuvo fiel a sus principios incluso al llegar a Okinawa, donde su unidad recibió la orden de participar en el asalto al acantilado de Maeda, una misión prácticamente imposible. En lo alto de esta escarpada colina de 122 metros esperaban nidos de metralleta, trampas y soldados nipones escondidos en cuevas que habían jurado dejarse la vida en el combate.
Allí fue donde Doss demostró ser no solo un hombre de principios, sino también de un valor extraordinario. Al verse rodeado por el intenso fuego enemigo, Doss no corrió a refugiarse. De hecho, cuando su batallón recibió la orden de retirarse él ignoró la orden, adentrándose una y otra vez en la zona atacada para evacuar a sus compañeros. Sin otra arma que sus convicciones, consiguió salvar a unos 75 soldados malheridos que hubieran fallecido de no ser por sus actos.
El presidente Harry Truman le condecoró con la Medalla de Honor en octubre de 1945, y en su discurso subrayó "su gran valentía y enorme determinación en condiciones dramáticas y peligrosas". Fue entonces cuando empezaron los intentos por llevar la vida de Doss al cine. Al conocer su hazaña y comprender todo lo que había conseguido este hombre (solo otros dos objetores de conciencia han recibido una Medalla de Honor), quedaba patente que era una historia potente y provocadora. Aún así, su adaptación cinematográfica se ha hecho esperar más de medio siglo, en parte porque Doss quiso llevar una vida tranquila y humilde, alejado de la fama.
Gracias a un guión coescrito por el dramaturgo ganador de un premio Pulitzer Robert Schenkkan (KENTUCKY CYCLE, ALL THE WAY) y el guionista australiano Andrew Knight (EL MAESTRO DEL AGUA) y la experiencia de un equipo técnico de primer nivel comandado por el director Mel Gibson (nominado a un Oscar), la historia de Doss por fin da el salto a la gran pantalla, contada con todos los medios que ofrece el cine del siglo XXI. Este filme no se centra únicamente en la batalla de Okinawa, sino también en los seres queridos que contribuyeron a formar las creencias y convicciones de Desmond Doss.
"Desmond nunca quiso vender los derechos de su vida. Sentía que la fama y la popularidad iban en contra de su forma de entender la vida, pero al final comprendió que al compartir su historia con los espectadores se aseguraría de que ésta no se perdiera", explica Bill Mechanic, productor de HACKSAW RIDGE.
Doss falleció en marzo de 2006 a los 87 años. Varios años antes, el realizador Terry Benedict había recibido su autorización para empezar a producir un documental titulado "The Conscientious Objector" y se hizo con los derechos sobre su vida. Cuando llegó el momento de explorar cómo narrar la vida de Doss en formato cinematográfico, Benedict se puso en contacto con el productor David Permut, que a su vez recurrió a Mechanic, a quien le pareció un proyecto muy interesante.
"Es la historia de un hombre de convicciones firmes que se adentra en lo más profundo del infierno y sale reforzado", dice Mechanic.
Mel Gibson toma las riendas
Para escribir un guión que pudiera integrar todos los elementos históricos, biográficos y espirituales de la historia de Desmond Doss, Bill Mechanic contrató a Robert Schenkkan, ganador de un premio Pulitzer en la categoría de drama por las obras de la serie Kentucky Cycle, un testimonio épico sobre la historia y la mitología del Medio Oeste articulado a través de la vida de tres familias de Kentucky. En 2014, Shenkkan recibió el premio Tony a la mejor obra de teatro, entre otros galardones, por All The Way, un convincente retrato del primer año de gobierno del presidente Lyndon Johnson, tras el asesinato de Kennedy. La pasión de Schenkkan por aportar humanismo a acontecimientos históricos de enorme relevancia demostraba que era el guionista ideal para trabajar con este material.
Para contar una historia tan excepcional, que aunaba amor, problemas familiares, cuestiones de fe y la brutal realidad de la guerra, habría que alejarse de las estructuras cinematográficas convencionales. Mechanic y Schenkkan estudiaron las declaraciones de Doss y los archivos del ejército para lograr comprender por qué Doss se oponía tan firmemente a la muerte a pesar de apoyar la guerra.
"Llegamos a la conclusión de que sería imposible entender las decisiones de Desmond sin conocer su pasado. Si hubiéramos empezado directamente en Okinawa, no hubiéramos podido explicar la influencia que ejercían sobre él sus padres ni cómo conoció a su esposa Dorothy ni cómo fue componiéndose su rudimentario sistema de valores", dice Mechanic.
Schenkkan repasó la cronología de los hechos para darle estructura a la historia. Basó algunos de los personajes secundarios en personas que realmente compartieron la vida de Doss e incluyó acontecimientos de su juventud. Pero al narrar su impresionante hazaña en el acantilado de Okinawa, no se despegó ni un milímetro de los hechos reales. Por ello, enseguida se hizo evidente la necesidad de dar con un director que pudiera retratar tanto la vida íntima de la familia Doss como recrear el épico combate de Okinawa con gran realismo.
Fue entonces cuando Mechanic empezó a tantear a Mel Gibson. Con una filmografía que incluye clásicos como BRAVEHEART (ganadora del Oscar a la mejor película), EL PATRIOTA, CUANDO ÉRAMOS SOLDADOS, LA PASIÓN DE CRISTO y su último filme como director APOCALYPTO, sobre la civilización maya, Gibson es un maestro a la hora de tratar temas de enorme peso histórico con un estilo evocador y sumergir a los espectadores en mundos fascinantes. Mechanic había seguido de cerca la evolución de Gibson tras trabajar con él en BRAVEHEART.
"Le envié el guión de HACKSAW RIDGE tres veces: en 2002, 2010 y 2014", recuerda Mechanic. "Su equipo sí llegó a leérselo antes, pero hasta 2014 (cuando se lo envié por última vez), Mel había estado más interesado en dirigir proyectos que había desarrollado él mismo. En 2014 se lo leyó de una sentada y a la mañana siguiente ya tenía decidido que quería participar".
Mechanic siempre quiso que Gibson dirigiera la película. "Me parece que podría decirse que HACKSAW RIDGE complementa a BRAVEHEART", comenta el productor. "También toca los tema de la fe, la violencia y la guerra, si bien en esta ocasión la historia es bien distinta y el protagonista vive en una época y en unas circunstancias muy diferentes. En mi opinión, Mel es el único realizador contemporáneo que concibe sus películas como experiencias; destaca por utilizar una narrativa increíblemente visceral. Como director no tiene parangón. Domina tanto el trabajo con los actores y los personajes como con la cámara y el montaje, todo ello para ofrecer al público una experiencia totalmente nueva".
HACKSAW RIDGE brindó a Gibson la posibilidad de recuperar a un héroe olvidado. Desmond Doss le interesó por ser un hombre decidido a encontrar la forma de vivir según sus valores, incluso cuando parecían chocar con el mundo que lo rodeaba.
"Desmond Doss aborrecía la violencia. Iba en contra de sus principios y sus convicciones religiosas, pero quería servir a su país como médico durante la Segunda Guerra Mundial. ¿Cómo se adentra una persona en el lugar más terrible de la tierra sin llevar un arma? Me resultó todavía más apasionante por ser una historia real y pensé que podría llevarla al cine con mi lenguaje visual", dice Gibson.
Gibson apunta que a Doss nunca le gustó que dijeran que era un "objetor de conciencia". Ese término surgió del ejército. Él se definía como un "cooperador de conciencia", defendiendo que colaboraba con la causa sin matar a otros seres humanos.
"Fue un cooperador en el sentido de que quería participar en la guerra, pero su objetivo nunca fue quitarle la vida a los enemigos, sino salvar la vida de los suyos", comenta Gibson. "Aún así, hay que estar bastante loco para enfrentarse a la carnicería que fue Okinawa desarmado. Doss desafió cualquier expectativa sobre esa situación. Alguien me comentó que la Medalla de Honor del Congreso suele otorgarse a personas que toman una decisión impulsiva y hacen algo heroico. Una de las cosas que me sorprenden de Desmond es que hizo cosas heroicas durante un mes entero en Okinawa. Llevó su heroicidad a límites desconocidos".
Gibson y Mechanic se pusieron manos a la obra para reformular el guión con Andrew Knight (El maestro del agua). "Mel lo repasó entero, cuestionando cada una de las motivaciones de cada una de las escenas, y mejoró todos los personajes", recuerda Mechanic.
Gibson quería equilibrar el peso entre Estados Unidos (donde Desmond forjó sus convicciones) y el campo de batalla (donde tuvo que ponerlas en práctica rodeado de feroces combates). "Durante la primera parte de la película vamos viendo cómo Desmond consigue aceptar la difícil relación con su padre y los demonios a los que se enfrenta éste. También conocemos a la mujer de la que se enamora y por la que quiere volver a casa", dice el director.
Mechanic comenta que a la hora de rodar el asalto, Gibson se centró en los detalles más importantes y creativos. "Mel tiene muy buen ojo para la acción bélica. Él es el verdadero creador de las secuencias, independientemente de quién escribiera las escenas".
Gibson quería que los personajes retuvieran su humanidad incluso en los momentos de máxima tensión e intensidad. "Lo importante era transmitir que estos hombres están en el infierno. Desmond, que ya tendría que haber conectado con el público, tendrá que enfrentarse a este terrible lugar poniendo a prueba los principios por los que se rige su vida", apunta sobre las secuencias de batallas.
Andrew Garfield es Desmond Doss
A la hora de buscar al intérprete que diera vida a Desmond Doss, los realizadores tenían muy presente que la clave estaba en dar con un actor que reuniera todas sus cualidades: modesto, cómicamente romántico, tranquilo pero valiente hasta límites insospechados.
"Llevo 14 años trasteando con la película, así que he ido considerando a un montón de actores durante todo este tiempo. Desmond Doss es un personaje complicado porque tiene mucha vida interior y no siempre justifica sus acciones. Por eso era esencial dar con alguien que pudiera retratarlo de una forma muy realista, para que el público entendiera fácilmente quién era Desmond", confiesa Bill Mechanic.
El papel no requería de un actor muy corpulento, aunque el protagonista sí se enfrenta a escenas de mucha acción. "La hazaña de Desmond resultaría difícil de creer incluso si la hubiera interpretado un superhombre con un cuerpo de culturista como The Rock", contempla el productor. "Más allá de las cualidades físicas, necesitábamos a un intérprete que pudiera entender lo suficiente a Desmond como para que el público creyera en él. Andrew Garfield nos dio todo lo que buscábamos y más".
Candidato a premios Globo de Oro y Tony por sus papeles de Peter Parker en THE AMAZING SPIDERMAN y el cofundador de Facebook Eduardo Saverin en LA RED SOCIAL, Garfield no tardó en aceptar el papel.
"En cuanto leí el guión quise hacerlo", comenta el actor. "No hay mucha gente como Desmond en el mundo, personas que se conocen muy bien a sí mismas y son capaces de escuchar esa vocecita interior y seguir siendo fieles a sus principios a pesar de las circunstancias que los rodean".
El respeto de Doss por el enemigo y por la vida humana también asombró a Garfield, y le hizo recapacitar sobre muchas cosas. "Desmond trataba al enemigo con el mismo cuidado que a sus compatriotas. Es difícil de comprender, pero quería intentar entenderle y aprender de su forma de ver la vida y el mundo. Es un planteamiento muy bonito, basado en ver que todos formamos parte de algo más grande. Son conceptos que van más allá de una religión específica; me ha parecido una historia muy espiritual", comenta Garfield.
Aunque Doss falleció hace unos años, Garfield dice que ha querido honrar su vida y sus logros. Antes de empezar a rodar dedicó tres meses a estudiar su vida y sus circunstancias.
"Me preparé a conciencia", comenta el actor. "Visité su cuidad natal, el lugar donde vivió al jubilarse, la casa donde creció y la casa donde murió. Paseé por los mismos lugares que él. Leí todos los libros que se han publicado sobre él e intenté empaparme de todo cuanto pude. Pero eso no fue más que un preámbulo. Cuando trabajas en una historia como esta, es una gozada convertirte en otra persona y aprender todo lo que puedes sobre la época en la que vivieron. Es una experiencia fascinante porque te conviertes en historiador e investigador".
Mel Gibson se alegró de ver que Garfield se tomaba tan en serio el personaje que él, como director, quería presentar ante el público. "Andrew es un actor increíble. No es el típico héroe de acción, pero sí esconde las cualidades que se espera de ese tipo de intérprete", observa Gibson. "Al igual que Desmond Doss, cree firmemente en sus convicciones y por eso ha podido meterse en la piel de este hombre y convertirlo en un personaje real. Doss es el eje de esta película, así que Andrew tuvo que ser el muro de carga de esta producción y superó con creces todas nuestras expectativas".
Garfield también se deshace en halagos al hablar de su relación profesional con Gibson. "Trabajar con Mel como director ha sido uno de los momentos culminantes de mi vida como actor hasta la fecha", confiesa. "Mel tiene un estilo muy personal para contar las historias. Es un poco como Desmond Doss porque tiene una inocencia y una pureza muy auténticas. Mel nunca esconde nada, siempre sabes cómo se siente; incluso cuando no quiere que lo sepas, es incapaz de ocultarlo. Esa sinceridad y pasión que siente por los proyectos se contagian al resto del equipo".
Teresa Palmer es Dorothy Schutte
Uno de los momentos más bonitos y transformadores de la vida de Desmond ocurre cuando está a punto de partir hacia la guerra: se cruza con una bellísima enfermera de la que se queda prendado. Dorothea Schutte acabó casándose con Desmond Doss y fue su apoyo constante en los momentos más oscuros de la guerra.
Mel Gibson quiso para el papel a Teresa Palmer, una joven actriz australiana. "Teresa es extremadamente fotogénica y ha sabido dotar a este personaje de una sensibilidad muy necesaria. Casi podríamos decir que le ha añadido al personaje una cualidad de ángel de la misericordia de Desmond", comenta el director.
Palmer sintió un vínculo especial con Dorothy. "Quería interpretar a este personaje porque Dorothy es una mujer muy fuerte que sabe lo que quiere, pero también es compleja y tierna. Mis abuelos sirvieron en la Segunda Guerra Mundial, mi abuelo fue bombero y mi abuela enviaba código Morse. Recuerdo que me hablaban de cómo era su relación durante esa época y el guión me recordó a todas esas historias que me contaron de pequeña".
Al igual que el resto del reparto, Palmer se documentó a fondo sobre la época. "Estudié cómo hablaban las mujeres de entonces, cómo se comportaban, su elegancia
", comenta Palmer. "Por otra parte, me inspiré mucho en mi madre, que es bastante religiosa y tiene una forma diferente y más pausada de ver vida, que también me recordaba a Dorothy".
Palmer quería transmitir esa sensación de mariposas en el estómago y pasión desbocada que surge entre Dorothy y Desmond. "Dorothy ama a Desmond con locura y desde el principio cree en él firmemente. Quería que su amor se sintiera como algo real y auténtico, porque supone la base sobre la que se sustenta la vida de esta pareja".
Andrew Garfield sintió mucha química con Palmer al intentar captar cómo habían entendido la relación de la pareja. "Vimos un capítulo de la serie This is Your Life sobre Desmond en el que aparece con Dorothy en el escenario", explica Garfield. "Son muy directos, no se andan con rodeos y son muy abiertos. Eso nos atrajo mucho hacia los personajes. Teresa es una persona increíble, muy cariñosa y un apoyo constante".
"Andrew se convirtió en Desmond Doss. Mantenía el acento a todas horas e incluso se comportaba como el personaje. Eso hizo que yo me esforzara todavía más que de costumbre, porque él se entrega muchísimo y no quería decepcionarle. Quería darlo todo yo también", comenta Palmer sobre Garfield.
"Queríamos que el público entendiera que el amor de Dorothy inspira la fe de Desmond incluso cuando la distancia los separa. La Dorothy de Teresa es una mujer de su época, pero sus creencias son tan firmes como las de su marido", dice el productor Bill Mechanic sobre Palmer.
Hugo Weaving es Tom Doss
Desmond Doss se convirtió en un hombre tan extraordinario por el entorno y las circunstancias que lo rodearon: la Gran Depresión, los años de preguerra, la dinámica del pueblo de Virginia en el que vivía, su fe y, por encima de todo, su familia. De ahí que Gibson le diera tanta importancia al casting de los actores que interpretarían a sus padres. "Cuando se rueda una película sobre una persona real es necesario estudiar a sus seres queridos y la influencia que ejercieron sobre su vida", apunta el director.
Tom, el padre de Desmond, fue una figura muy relevante en su vida. Su relación tiene gran peso en el filme, tanto por la vergüenza que comparten como por el amor que sienten a pesar de ella.
Tom Doss era un hombre traumatizado. Nunca logró superar el horror que conoció en el Frente Occidental y la pérdida de sus amigos de la infancia durante la Primera Guerra Mundial. Esos fantasmas del pasado impiden que disfrute de la vida y le llevan a ahogar sus penas en alcohol, tornándose violento cuando los sentimientos amenazan con salir al exterior.
El actor australiano Hugo Weaving (que ha trabajado en proyectos tan importantes como MATRIX y CAPITÁN AMÉRICA, entre muchos otros) interpreta a Tom Doss con inteligencia y compasión. "Hugo Weaving es un actor que no necesita presentación, por lo que estamos encantados de haber contado con él para este papel tan crucial", comenta Gibson. "Ha convertido a Tom Doss en un personaje muy humano e intenso".
Según Weaving, Tom le pareció auténtico y trágico. "Es fácil entender de dónde viene toda esa rabia", dice. "Sus imperfecciones son muy humanas. Cuando le habla a su hijo de los amigos que perdió durante la Primera Guerra Mundial, te da la sensación de que ese ciclo de agresión masculina va pasando de una generación a otra. Creo que el personaje es crucial para el desarrollo de la película. Ha sufrido mucho y es un hombre muy difícil y, en última instancia, muy triste. Para un actor, enfrentarse a un personaje tan complejo es todo un reto".
Weaving estudió la época y el personaje. "Quería entender bien el estrés post-traumático y cómo fue luchar en la Primera Guerra Mundial", afirma. "El tema me interesa desde hace tiempo (los efectos de esa guerra en particular), así que me documenté a fondo y también utilicé la imaginación para entender cómo pudo haber sido".
Tom se opone con vehemencia a la guerra y ha intentado inculcarle ese sentimiento a su hijo, pero Desmond decide tomar otro camino: quiere servir a su patria y arriesgará su vida para hacerlo sin matar a un solo enemigo. "Desmond coge la rabia de su padre y la transforma en la determinación de servir a su país sin convertirse en alguien como él. Creo que al verse incapaz de curar el alcoholismo y la depresión de su progenitor, Desmond se centró en servir a otros. Por eso siguió ayudando a su batallón hasta estar tan desfallecido que no podía ni moverse", comenta Andrew Garfield sobre la influencia de Tom sobre su personaje.
Garfield se quedó alucinado al ver el grado de implicación de Weaving con su personaje. "Hugo es un tipo muy gracioso y divertido, pero se te parte el alma al verle convertido en Tom, un alcohólico violento que atemoriza a los suyos. Creo que los espectadores sienten por él lo mismo que Desmond sentía por su padre".
Rachel Griffiths es Bertha Doss
Con un marido moralmente hundido y descentrado y dos hijos que necesitan desesperadamente de sus consejos, Bertha (la madre de Desmond) será quien mantenga unida a la familia. Se convierte en el apoyo moral de Desmond, y cuando se alista, ese deseo infantil de proteger a su madre se convierte en una vocación por proteger todas las vidas humanas.
Rachel Griffiths (AL ENCUENTRO DE MR. BANKS) aceptó el reto de interpretar a esta mujer tan tradicional como influyente.
"Me documenté un montón sobre las mujeres que vivieron la Gran Depresión y la época de las grandes guerras", comenta la actriz nominada a los Oscar. "Muchas estuvieron casadas con hombres que habían sufrido mucho durante la Primera Guerra Mundial e intentaban sacar adelante a sus familias en uno de los periodos económicos más difíciles de la historia moderna. Justo cuando parecía asomar la luz al final del túnel, el mundo entra en guerra y sus hijos deben partir hacia el frente. Creo que fue una época muy complicada para ser mujer y madre".
Se inspiró especialmente en las fotografías de Dorothea Lange, que retratan con crudeza y ternura la época de la Gran Depresión. "Las caras de esas mujeres transmiten una fuerza y una fe interior que creo que se ha perdido en nuestra época moderna", observa.
También se documentó sobre la Iglesia Adventista del Séptimo Día, y las creencias sobre las que se sustenta, para entender la ética de Desmond. "Me pareció muy importante que la fe no se presentara como algo didáctico en esta película. Más bien es una fuerza subyacente que da forma a las elecciones morales de los personajes, de ahí que el guión sea tan realista", comenta Griffith.
Por encima de todo, Griffith comenta que la historia analiza cuestiones como el bien y el mal o el deber y el honor, que siguen siendo igualmente relevantes hoy en día. "Me fascinan las historias sobre la fortaleza moral, en las que alguno de los personajes tiene que nadar a contracorriente, enfrentándose a la opinión pública. ¿Quién tiene el valor de luchar por aquello en lo que cree contra viento y marea? Ese tipo de personas en ocasiones pagan un precio enorme por ser fieles a sí mismos. Lo que más me gusta de esta historia es que se justifican tanto la fe como los valores de Desmond".
Griffith comenta que Mel Gibson tiene una capacidad única para explorar este territorio tan específico. "He trabajado con algunos directores muy intelectuales que no son capaces de explicar el comportamiento de los personajes porque piensan en imágenes y se explican con un lenguaje cinematográfico y visual. Sin embargo, Mel habla de una forma muy natural. Siempre busca esa sensación de naturalidad y la cámara capta toda la acción. Se le da muy bien conseguir que el actor se ponga en el lugar del personaje, ya sea un guerrero escocés de hace siglos o Desmond Doss".
Los hombres del 307º de infantería, 77ª división del ejército, 1er batallón, compañía B
Smitty Ryker/Luke Bracey:
Smitty Ryker, el líder natural de la compañía de Desmond Doss y gran rival de este, cobra vida gracias al actor australiano Luke Bracey, protagonista del remake de POINT BREAK. Ryker es un personaje ficticio que personifica a todos los hombres que dudaron de los valores de Doss.
A Bracey le atrajo mucho interpretar a Smitty. "Me apasiona la historia moderna y la Segunda Guerra Mundial siempre me ha fascinado", explica. "Eso fue lo primero que me atrajo del guión, luego aprendí sobre Desmond Doss y después vi que el director era Mel Gibson. Poco más se puede pedir".
Para el intérprete, lo más interesante ha sido explorar cómo el recelo que siente Smitty hacia Desmond acaba convirtiéndose en respeto. "La desconfianza que siente Smitty inicialmente va evolucionando", elabora Bracey. "En un principio, mi personaje no pilla a Desmond. Siempre había pensado que se le daba bien entender a los demás, pero Desmond toma unas decisiones muy extrañas que le descolocan totalmente. Después, al ver cómo se comporta Desmond durante la batalla, el muro que Smitty ha construido entre ellos se desmorona. Desmond demuestra ser un hombre muy fuerte, con un gran sentido de la moralidad y se da cuenta de que son muy parecidos. Al final de la película se sienten como hermanos".
Bracey se preparó viendo docenas de películas y documentales sobre la Segunda Guerra Mundial, centrándose especialmente en lo que ocurrió en el Pacífico, para entender todo por lo que pasaron aquellos soldados. La preparación física también fue muy intensa: "Quería ponerme muy en forma, hasta el punto de sentirme casi como un depredador", comenta sobre los entrenamientos.
Mel Gibson quedó muy impresionado con la aportación de Bracey al personaje. "Luke va a llegar muy lejos. Tiene el físico de un héroe de acción, pero en esta película interpreta a un personaje que hace cosas que no se esperan los espectadores", resume el director.
Sargento Howell/Vince Vaughn:
El sargento Howell, instructor de la Compañía B, es un hombre perspicaz y mordaz. Intenta ser exigente y justo con sus soldados, consciente de que la más mínima falta de concentración podría resultar mortal. Cuando conoce a Desmond Doss, le resulta totalmente contradictorio que un soldado quiera ir a la guerra pero se niegue a empuñar un arma.
El popular actor Vince Vaughn da vida a este personaje. Conocido por su trabajo tanto en proyectos cómicos como dramáticos en cine y televisión (desde DE BODA EN BODA a TRUE DETECTIVE), en esta ocasión toca un palo completamente nuevo. Según Andrew Garfield: "Vince ha explorado a fondo el lado humano de su personaje. Desmond y el sargento Howell se embarcan en un viaje muy complicado con mucha carga emocional, y Vince ha sabido interpretar muy bien el cambio de perspectiva de su personaje, enfocando el papel con sensibilidad y humildad".
A Vaughn le fascinó el hecho de que su personaje se replantee el clásico estilo de liderazgo militar tras conocer a Doss. "En un principio, el sargento Howell se opone frontalmente a que Desmond actúe según su instinto", apunta Vaughn. "Pero poco a poco vamos viendo cómo Howell se convierte también en su mentor, puesto que le enseña habilidades que podrá poner en práctica en batalla. Es un viaje muy gratificante. El sargento Howell no representa un solo arquetipo militar, sino varios".
El actor explica que a Howell le impresiona el carácter de Doss incluso antes de verle rodeado de fuego enemigo. "Supongo que un tipo como el sargento Howell estaría harto de escuchar excusas para evitar hacer esto o lo otro", comenta Vaughn. "Pero lo de Desmond no son excusas. Este soldado está siendo fiel a sí mismo y está dispuesto a pasar por lo que sea con tal de no traicionarse. Es imposible no admirar a una persona que se mantiene firme a sus convicciones cueste lo que cueste".
Vaughn se documentó a fondo sobre la época y sobre la jerarquía del ejército para entender bien el papel de los sargentos de instrucción, que va más allá de gritar instrucciones a los soldados. En realidad ellos son los encargados de preparar a los novatos para lo que van a encontrarse en la guerra. Por un lado, se basó en sus propias experiencias, ya que algunos de sus familiares son militares, y por otro, visitó a las tropas en combate. "He viajado a Irak y a Afganistán. Disfruto mucho conociendo a los soldados y espero poder hacerles pasar un buen rato y conseguir que se olviden del conflicto durante unas horas", comenta.
Otro de los puntos fuertes de la película fue la posibilidad de trabajar con Mel Gibson. "Creo que es uno de los mejores directores en activo", confiesa. "APOCALYPTO es increíble. Nunca se ha visto nada igual. Gibson es un director revolucionario que siempre está dispuesto a romper moldes y a innovar con su cine".
Gibson también habla muy bien de Vaughn: "Hay que tener un enorme talento para conseguir que el personaje pase de ser un tipo duro a un hombre compasivo y Vince ha demostrado sus cualidades interpretativas en esta película. Gracias a él, el público percibe que, en otra vida, este enfurecido militar era un ser razonable. Hizo suyo el personaje y lo dio todo delante de la cámara. Se divertía entre tomas, pero nunca se salió del personaje".
Sam Worthington, compañero de reparto, también se quedó impresionado con la interpretación de Vaughn. "El público conoce su faceta cómica, pero Vince trabaja muy bien en equipo y busca papeles interesantes que se alejan de los personajes a los que nos tiene acostumbrados. Me gusta gente que es así de echada para delante y valiente", comenta.
Capitán Glover/Sam Worthington:
El capitán Jack Glover existió en la vida real. Como comandante del ejército, el cometido de este policía de Detroit fue crear una nueva unidad dentro de la compañía B del 1er batallón de la 77ª división del 307º regimiento de Infantería. En el filme, Glover está demasiado centrado en las cuestiones de vida o muerte que plantea la guerra como para pararse a pensar en anomalías como Desmond Doss. Glover alega motivos psiquiátricos para sacarle del ejército y al no conseguirlo, impone restricciones y presiones sobre Doss, que aún así se mantiene firme. Glover incluso intenta juzgar al soldado ante un tribunal militar, pero fracasa y se ve obligado a tomar una decisión drástica. Es entonces cuando Doss vuelve a sorprenderle.
El actor australiano Sam Worthington, conocido por películas tan exitosas como AVATAR, FURIA DE TITANES y recientemente EVEREST, interpreta a Glover. Cogió el papel con muchas ganas, por poder meterse en la piel de un hombre real y rendir tributo al inesperado vínculo que surge entre Glover y Doss.
"En la vida real, el capitán Glover fue un hombre muy fuerte, y me gustó la idea de que él y Desmond luchaban por el mismo objetivo, si bien desde perspectivas muy distintas. Doss quiere hacerlo como médico y sin empuñar un arma. Glover cree que todo depende de tu compañero sobre el campo de batalla, y si la persona que está a tu lado no está armado, el resultado va a ser trágico. Disfruté al poder retratar los lados del debate", comenta Worthington.
Worthington ha participado en varias cintas bélicas y ha pensado mucho en por qué es una fuerza que nos repele tanto como nos atrae. "Creo que la guerra saca lo peor del ser humano, pero también nos muestra lo mejor. Nos han inundado con películas sobre la guerra y por eso es tan refrescante que aparezca una producción como HACKSAW RIDGE, que plantea este tema desde una perspectiva desconocida hasta la fecha".
Damien Thomlinson: Cómo se retrata una experiencia vivida
Uno de los miembros del reparto más fascinantes es Damien Thomlinson, un veterano de guerra que interpreta a un soldado malherido llamado Ralph Morgan. Thomlinson aportó una visión profundamente personal a las escenas de las batallas. Sirvió con el ejército australiano en Timor Este, en el sur del Pacífico y Afganistán, donde perdió ambas piernas en 2009 durante un ataque con artefactos explosivos improvisados. La lesión fue tan grave que "es un milagro que esté vivo", comenta.
Thomlinson estaba estudiando interpretación cuando uno de sus profesores le comentó que había visto un casting para el papel de un soldado que había perdido ambas piernas. Decidió probar suerte. "Pedí a mi agente que hablara con los del casting", recuerda, "y a los dos días estaba haciendo la prueba. Dos semanas más tarde incluyeron mi personaje en el guión".
Cuando se unió a la producción, le animó mucho comprobar la importancia que se le daba a retratar las experiencias reales de un veterano de guerra. "Todos, tanto los actores como el equipo técnico, se han portado fenomenal conmigo y con los demás veteranos. Un día había en el plató cinco personas que habían sufrido lesiones en misiones en el extranjero. Mel habló con ellos durante un buen rato y Sam Worthington también pasó tiempo con ellos y eso los ayudó muchísimo. Como veterano que soy, puedo decir que esos pequeños gestos importan un montón".
Thomlinson entendía muy bien lo que supone que un compatriota se juegue la vida por ti. "A la hora de salvar heridos, mi personaje no hubiera sido una prioridad", comenta Thomlinson. "El hecho de que Desmond se quedara con él va en contra de todos los procedimientos militares que se observaron durante la Segunda Guerra Mundial. Da muestra de su enorme fortaleza moral, y eso es inspirador".
Al rodar la escena en la que Ralph Morgan pierde ambas piernas y es rescatado por Desmond Doss, Thomlinson tuvo que revivir una de las experiencias más traumáticas de su vida. Pero estaba dispuesto a darlo todo.
"Sabía que iba a ser muy doloroso", confiesa Thomlinson. "Me preocupaba que hiciera saltar algún tipo de resorte y me volvieran los recuerdos, porque no me acuerdo de nada de lo que pasó esa noche. Pero al día siguiente simplemente me sentía bien porque veía que a Mel le había gustado y yo me había esforzado mucho para que Andrew Garfield pudiera dar lo mejor de sí mismo. La verdad es que el protagonista hace un trabajo impresionante durante toda la película".
"Para Damien ha sido extraño y doloroso, pero lo ha hecho fenomenal. Creo que no tiene mucha experiencia delante de la cámara y aún así lo ha bordado. Aunque estábamos recreando una experiencia traumática, se mostró dispuesto a explorarla. Ha sido un esfuerzo tremendo por su parte", comenta Mel Gibson.
Garfield se quedó impresionado con la determinación de Thomlinson. "Damien es increíble. Se metió de lleno en recrear ese momento de agonía y pavor", recuerda. "Espero que le haya podido ayudar, quizá para entenderlo de alguna manera. Ha sido muy emocionante vivirlo con él".
Thomlinson dice que la película le ha brindado la oportunidad de compartir su experiencia y sus conocimientos, e incluso de echar un cable a uno de sus compañeros. "Me preguntaron si conocía a alguien con conocimientos médicos militares para aconsejar a Andrew. Llamé a la persona que estuvo conmigo aquella noche, que dio se dejó el alma para mantenerme con vida, y le dije que necesitábamos a alguien que trabajara como asesor médico en nueva película de Mel Gibson. Significó mucho para mí poder hacer algo así por él".
Entre la figuración de la película se cuentan varios actores veteranos australianos como Richard Roxburgh, además algunos actores que darán mucho que hablar como Ryan Corr, Jacob Warner, Luke Pegler y Harry Greenwood, hijo de Hugo Weaving.
Andrew Garfield disfrutó especialmente trabajando con los actores en los barracones. "Los chicos de los barracones son actores buenísimos (Jake Warner, Ben Mingay, Ben OToole y Firass DiranI, por mencionar unos pocos) y gracias a ellos la experiencia fue enriquecedora pero también divertida. Como estábamos tratando un tema muy serio, había que mantener el ánimo y soltar un poco de estrés de vez en cuando, y estos chavales australianos fueron justo lo que necesitábamos".
Recrear la batalla del acantilado de Maeda
El momento decisivo de la vida de Desmond Doss ocurrió durante la batalla por tomar el acantilado de Maeda, una cresta zigzagueante que impedía el paso de las divisiones 77ª y 96ª de la infantería en la primavera de 1945. Los soldados nipones defendían la zona a la desesperada, lanzando proyectiles de mortero escondidos en cuevas muy profundas y disparando con intensidad desde sus nidos de ametralladora. Fue una auténtica carnicería para los soldados estadounidenses. Doss fue evacuando a sus compañeros uno a uno hasta ponerlos fuera de peligro. De no ser por él, el número de fallecidos hubiera sido aún mayor.
Mel Gibson quería trasladar la inmediatez por la que se caracteriza su trabajo como director a las escenas bélicas de HACKSAW RIDGE. Desde luego no es la primera vez que rueda complejas secuencias de batalla en diferentes épocas históricas (desde la revolución estadounidense hasta Vietnam), pero sí es la primera vez que se adentra en la Segunda Guerra Mundial.
El director ha querido que el filme fuera siempre muy realista, utilizando para ello efectos de cámara y recurriendo muy poco a los efectos por ordenador. Esta forma de trabajar conllevó la creación de varios efectos especiales añadidos durante el rodaje, surgidos de la mente de Mic Rodgers (director de la segunda unidad y coordinador de escenas especiales), Dan Oliver (supervisor de efectos especiales) y Lloyd Finnemore (ayudante del supervisor de efectos especiales).
"Desde BRAVEHEART a APOCALYPTO, Mel siempre ha querido ser práctico y realista. Con esto consigue que los personajes parezcan habitar el mismo mundo que los espectadores".
Para recrear la ferocidad de los combates de Okinawa, el equipo de efectos especiales desarrolló un dispositivo bautizado como "la caja bomba", puesto que los elementos que se usan habitualmente para rodar escenas bélicas (como las bombas en ollas a presión) no creaban suficientes escombros. A la hora de describirlo, el ayudante del supervisor de efectos especiales Lloyd Finnemore lo define como "un explosivo alojado dentro de una caja de cartón y colocado en el suelo que contiene escombros seguros que se expulsan a gran velocidad. También aloja un elemento que suelta un fogonazo, para crear la sensación de una explosión muy fuerte. Nos ha permitido lograr efectos para los que normalmente se emplearían horas de trabajo por ordenador".
"Estos dispositivos nos permiten crear explosiones a las que pueden acercarse mucho los especialistas. Y cuando digo que pueden acercarse mucho, me refiero a que pueden estar al lado o a un par de metros o lo donde necesitemos. Al enseñar los montajes iniciales de la película, los espectadores alucinaban y comentaban que los efectos por ordenador habían quedado muy realistas. Se quedaban de piedra cuando contestaba: Eso es porque son reales. Nuestro equipo de efectos especiales es buenísimo. Mi objetivo es siempre retratar la realidad del momento y ellos lo han logrado con creces", añade Gibson.
"Esta es una de las razones por las HACKSAW RIDGE impresiona tanto al público", comenta Mechanic. "Las explosiones reales te transportan a la batalla, y además Mel rueda de forma que la cámara siempre está en medio de la acción. Así conecta todavía más con la audiencia".
Dirigir esta película también ha sido una experiencia muy física para Gibson. "Algunos directores se limitan a dar órdenes desde la silla, pero Mel se entrega por completo al proceso. Cuando algo no estaba saliendo como él quería, se acercaba y se tiraba al suelo para que los actores entendieran qué quería rodar. Ahí estaba nuestro director, que lleva 40 años protagonizando películas de acción, demostrando cómo hacer una escena antes de volver corriendo a la silla de director para hacer otra toma. Es una gozada trabajar con un hombre tan entregado que está dispuesto a ensuciarse (literalmente) por su arte", comenta Chris Godfey, supervisor de efectos visuales.
Mic Rodgers (director de la segunda unidad) conoció al director en la primera película de la saga ARMA LETAL, donde hacía de doble de Gibson. Después trabajó con él en todas las películas de la franquicia además de en BRAVEHEART, DOS PÁJAROS A TIRO, MAVERICK, POINT BREAK y RESCATE. "Hay muchas escenas de explosiones, saltos, incendios, ataques con lanzallamas
Incluso desarrollamos la forma de disparar al actor con un lanzallamas en tiempo real. El objetivo ha sido siempre que todo fuera cinemático y realista", comenta Rodgers.
Tras coordinar las explosiones, efectos, balas, petardos y buscapiés, se añadieron algunos efectos por ordenador. Las directrices de Gibson para el equipo de CGI fueron: "Que no se note".
Para los actores, trabajar con tanto realismo hizo que interpretar a los personajes y las situaciones que viven fuera todavía más intenso. "Por una parte nos facilita el trabajo porque las explosiones son tan reales que muchas de nuestras reacciones fueron naturales", explica Vince Vaughn. "Además de toda la preparación y de la relación que has forjado con tus compañeros, al rodar con unos efectos tan realistas y tan gráficos, te metes todavía más en lo que estás interpretando".
Los tres mundos de Hacksaw Ridge
HACKSAW RIDGE se desarrolla en tres mundos totalmente diferentes: el pequeño pueblo de Lynchburg (Virginia) donde nació Desmond y donde desarrolla la filosofía sobre la que se sustenta su forma de ver la vida; los barracones de la Segunda Guerra Mundial donde demuestra su implacable determinación por servir como "objetor de conciencia" y el horror bélico del acantilado en Okinawa.
Para trasladarlo a la pantalla, Mel Gibson reunió a un equipo de grandes profesionales compuesto por el director de fotografía Simon Duggan (EL GRAN GATSBY, 300: EL ORIGEN DE UN IMPERIO, YO, ROBOT); el diseñador de producción Barry Robison (X-MEN ORÍGENES: LOBEZNO); la oscarizada diseñadora de vestuario Lizzy Gardiner (LAS AVENTURAS DE PRISCILLA, REINA DEL DESIERTO); y el montador John Gilbert (EL SEÑOR DE LOS ANILLOS: LA COMUNIDAD DEL ANILLO), entre otros.
Todo el rodaje se realizó en Australia, que se transformó tanto en el pueblo de Virginia como en el acantilado donde se desarrolla la batalla. Gibson comenta las muchas ventajas de trabajar allí: "Los actores y el equipo técnico son excelentes. Están al mismo nivel, o incluso por encima, de los de cualquier otro lugar del mundo. Trabajar aquí es fantástico. Australia siempre será un buen lugar para rodar".
El gran reto de recrear la destrucción de Okinawa recayó sobre el equipo del supervisor de efectos especiales Chris Godfrey. "Okinawa era el último bastión que se interponía entre Estados Unidos y Japón, por lo que sufrió semanas de bombardeos. Con Alemania fuera de la guerra, todos los esfuerzos se centraron en Okinawa. El acantilado estaba totalmente destrozado, y nuestro trabajo consistió en mostrar los diferentes grados de destrucción de la zona: desde una granja abandonada y rodeada de vegetación hasta los tanques arrollados", explica.
El equipo trabajo codo con codo con varios expertos, incluidos un experto en buques de guerra de la Segunda Guerra Mundial, en busca de metraje de referencia, planos con indicaciones sobre cómo se habría desarrollado el ataque anfibio e información sobre el tamaño de las armas y la magnitud de las explosiones. "Son muchos los expertos en el tema de la Segunda Guerra Mundial, y recurrimos a todos sus conocimientos", dice Godfrey.
La localización de la batalla impresionó mucho a los actores. "Me quedé de piedra", recuerda Luke Bracey. "Cuando nos llevaron hasta allí en coche para rodar la primera escena, me quedé en shock. Lo primero que se veía era un montecito con césped, pero por detrás ya se percibía que todo estaba asolado: cráteres, árboles quemados
El paisaje estaba completamente arrasado y comprendimos un poco mejor lo que debieron sentir esos soldados".
Esa fue la realidad a la que se enfrentó Desmond Doss, la realidad de una guerra desgarradora a la que contribuyó su invulnerable creencia en el poder de la paz. "¿Cómo se le rinde homenaje a un hombre como Desmond Doss? Creo que el mejor tributo es una historia que se sienta auténtica. Desmond hizo mucho más de lo que hubiéramos podido lograr cualquier de nosotros, era un hombre excepcional. Debería ser un ejemplo a seguir para todos nosotros", resume Mel Gibson.