Festival de Cannes. Inauguración sección oficial.
Entrevista con Emmanuelle Bercot
P: Después de ver la película, lo primero en lo que piensas es en la admiración que causan esos consejeros juveniles y jueces con su minucioso trabajo, perseverancia, paciencia y devoción. Es típico hoy en día quejarse de los fallos de las instituciones y de los defectos y deficiencias del sistema judicial. Sin embargo tú haces precisamente lo contrario. ¿Tú motivación para rodar "La cabeza alta" era homenajear a este sector?
R: Si y no. Mi idea, al principio, era hacer una película sobre el sistema de apoyo que gira en torno a un niño, pero cuando se me ocurrió sabía poco sobre el trabajo que se hace. Fueron los años de investigación que hice antes de empezar a rodar la película lo que me permitió darme cuenta de cómo realmente eran estos trabajadores, su trabajo desinteresado, paciencia y capacidad para nunca darse por vencidos. En realidad, el punto de partida de la película está enfocado en unas circunstancias muy específicas. Tengo un tío que es consejero juvenil y de niño lo visité un verano, en Bretaña, donde estuvo a cargo de un campamento para jóvenes delincuentes. Uno de ellos tenía incluso cargos criminales. Como chica de buena familia, con apoyo y cariño, me fascinó el comportamiento de estos adolescentes que no habían sido tan afortunados como yo, me intrigaba su insolencia, su rebeldía contra la autoridad y las convenciones sociales. Al mismo tiempo, estaba asombrada por la labor realizada por mi tío y los otros trabajadores para intentar llevarlos de nuevo por el buen camino, como solemos decir, para educarlos, enseñarles a amarse a sí mismos y amar a los demás, mostrar respeto por los demás, o al menos respeto por sí mismos. El recuerdo se mantuvo muy presente en mi mente hasta el punto de que cuando era adolescente consideré convertirme en juez de menores. Con el tiempo, me inspiró a hacer una película sobre él. Cuando François Kraus y Denis Pineau-Valencienne de Les Films du Kiosque, con quien ya hice Mes Chères Etudes para Canal +, me dijeron a finales de 2009 que querían trabajar conmigo otra vez, hablé con ellos acerca de este proyecto que había estado preparando en el fondo de mi mente durante años, y de inmediato se subieron a bordo.
P: ¿Cómo lo afrontaste? ¿Desde qué ángulo?
R: Lo primero que hice fue ir a pasar un tiempo con mi tío. Le pedí que me hablara sobre su experiencia como consejero. Él me presentó a otros consejeros y a una juez de menores de Valence. Tuve la oportunidad de observar las audiencias de la corte, pase un tiempo en un centro de detención juvenil y leí un montón de libros sobre el tema, así como cada reportaje y documental que pude encontrar al respecto, tomando notas. Este planteamiento inicial era profundamente inquietante y aterrador. ¿Cómo no sentir compasión y empatía por estos niños que han crecido con terribles dramas familiares, en la pobreza y, a menudo, abandonados por sus padres, atrapados en una espiral de la que sólo los consejeros juveniles y los jueces pueden ayudarles a salir? Y ¿cómo no admirar la energía, devoción y paciencia que estos consejeros y jueces despliegan para salvar a estos jóvenes a pesar de los obstáculos, la ingratitud, la crueldad y sus salarios pésimos, ofreciendo básicamente la atención de la que tanto carecen los chavales?
P: El guión de "La cabeza alta" comienza con este epígrafe: "Todos los niños tienen derecho a una educación. Debe ser supervisada por la familia, y si la familia es deficiente, entonces es responsabilidad de la sociedad intervenir".
R: Leí esa frase en un libro de un juez. Destaca a la perfección de lo que la película trata. Creo que es brillante. Parece que es algo que debería ser obvio, pero por desgracia, no estoy seguro de que sea una verdad evidente para todo el mundo. Aunque la educación es un derecho básico. Y resume en pocas palabras el trabajo que se hace a favor de estos jóvenes perdidos. La tarea es esencial, vital. ¿Cómo puede ser la sociedad rescatada si no es a través de la educación, en el sentido más amplio del término? La justicia juvenil se basa en la idea de que nada es completamente definitivo para un niño, y que a través de programas educativos y de apoyo, la caída libre puede ser detenida. ¿Cómo todo esto se puede hacer sin rendirnos - porque los resultados son a largo plazo, si es que los hay? De eso trata esta película.
P: Así que optó por un trío formado por un joven delincuente, su consejero y su juez. Elegiste una mujer como juez porque querías volver a trabajar con Catherine Deneuve tras On My Way?
R: La idea de esta película es previa a On my way, pero ya tenía a Catherine en mente para el papel de jueza de menores. Era ella o... ¡Gérard Depardieu! Nadie más. Era como si necesitara una figura por excelencia del mundo del cine para el personaje. Mi tío estaba muy unido a un joven delincuente del que estuvo a cargo durante varios años, junto con una jueza de menores que estaba a punto de retirarse. Me inspiré directamente en esa historia. El adolescente había llegado a estar muy unido a mi tío y a la jueza. Mi tío me dijo que un día le había dicho a ella, "Para él, eres su madre y yo soy su padre" y ella respondió: "No, tú eres su madre y yo soy su padre." A partir de ese punto decidí que el juez en mi película sería una mujer y que tenía que ser Catherine quien la representara. No fue hasta después de este proceso de investigación cuando me puse en contacto con Marcia Romano para la escritura del guión.
P: ¿Por qué ella?
R: Habíamos asistido a la misma escuela de cine (La Fémis de París), pero no estábamos en el mismo curso. En ese momento, yo ya había notado su notable talento y fue con ella con quien escribí mi primer cortometraje: Les Vacances. Después de eso, perdimos el contacto durante diez años hasta que ella me escribió después de haber visto una de mis películas para televisión, diciendo que quería trabajar conmigo otra vez. Tenía este proyecto en mente y pensé que ella era la persona adecuada. Es una actriz con muchas convicciones y las defiende con uñas y dientes. También tiene un enfoque bastante radical de hacer cine. Su contribución hizo de la película lo que es hoy. Yo estaba muy apegada a esta idea del trío, pero al principio me lo imaginaba más romántico, más de ficción, una historia más fragmentada. En mi mente, la película también seguía al muchacho en sus delitos y faltas. Ella me convenció para dejarlos fuera y para enmarcar la narrativa en un marco radical, centrado sobre todo en el proceso educativo, manteniéndonos tanto como sea posible dentro de las diversas instituciones de apoyo y dándole menos importancia a los sucesos delictivos. Así que la acción tiene lugar en su mayoría en el interior, en las oficinas. Así es como la película encontró su dirección y como quedó finalmente. Por supuesto, esto plantea otras cuestiones sobre la dramatización, porque era importante transmitir la tensión de estas situaciones a la audiencia, esa sensación de que la balanza se puede decantar por cualquier lado. Eso hizo que fuera aún más emocionante.
P: ¿Qué fue más difícil en el proceso de escritura?
R: De todas las etapas de la realización cinematográfica, me parece que la escritura es siempre la parte más difícil. Aquí especialmente fue más complejo de lo habitual. ¡No creo que haya trabajado tan duro y tanto tiempo en otra película! Lo más difícil tal vez sea que a veces tengo estas ideas puramente intuitivas y me aferro a ellas. Por ejemplo, quería que el joven delincuente tuviera un hijo al final. Eso no podría suceder en una película puramente documental. Tuvimos que introducir un aspecto romántico pero ficticio.
P: ¿Por qué era tan importante esta idea?
R: No lo sé. Una especie de intuición, una profunda convicción. Tal vez porque no hay algo bastante agradable para contar en la historia de un niño que no era querido por su madre, que carecía de la educación y la atención, y que de repente se encuentra a con el deber de criar y educar a un niño. Quería tener este efecto espejo. Esta parte más romántica de la película fue también una forma de incorporar algo que los consejeros me habían dicho: el 95% de las veces, el enamoramiento es el gatillo que permite a los jóvenes superar los problemas. Estos niños no tienen autoestima. Tienen problemas para querer y dejarse a sí mismos ser queridos, así que es difícil para ellos, pero cuando ocurre, es un salvavidas.
P: ¿Cómo fue el trabajo con Marcia Romano?
R: Para empezar, compilé para ella todo lo que había acumulado. Luego trabajamos juntas de la forma habitual: nos reunimos con frecuencia, de forma regular, hablamos, intercambiando ideas, construyendo la historia y esbozando los personajes. Cuando me fui a rodar On My Way, Marcia estuvo yendo varias semanas a la corte juvenil de París, donde fue capaz de asistir a un gran número de audiencias - tanto de penal como de apoyo a niños - en las oficinas de varios jueces y en la sala del tribunal. También se reunió con los consejeros y les acompañó a diversas instalaciones juveniles. Nos esforzamos para que todo fuera convincente y preciso, que era mi principal preocupación. Entonces yo redacté y escribí los diálogos para la primera versión. Después, fue un ida y vuelta hasta la versión final. Thierry Baranger, presidente del Tribunal de Menores, en París, abrió las puertas de su sala para nosotras. Luego aceptó actuar como consultor en el guión de manera que todo en él fuera creíble, coherente y realista. Esto, naturalmente, me permitió enriquecer el guión, para redondear ciertos personajes o situaciones, pero siguiendo la narrativa que ya había sido desarrollada. Si hubiera hecho las prácticas antes de establecer la historia y el personaje, hubiera querido poner toda la escenas increíbles de las que fuimos testigos.
P: ¿Cómo encontraste a Rod Paradot, que interpreta al joven delincuente, Malony?
R: Fue Elsa Pharaon, una directora de casting de calle, que lo encontró en Stains, en una escuela de formación profesional donde estaba estudiando carpintería. Pero fue después de una larga búsqueda. Mucha gente había trabajado con jóvenes. Marcia y yo habíamos decidido deliberadamente no estigmatizar el personaje del delincuente e ir en contra de los clichés habituales. No quería que el chico fuera demasiado estereotipado, ni un drogadicto, un camello o un pandillero. También queríamos que la historia se desarrollara en una provincia en lugar de en algún suburbio. Había visto todas las pruebas de pantalla que Elsa había hecho, pero al final, me encontré con un pequeño número de chicos que se ajustaban a lo que buscaba. También nos encontramos con otra dificultad: la película sigue a un personaje desde que tiene 13 años hasta que cumple 17 y no quería tener que cambiar de actores en pleno rodaje. Así que tuvimos que encontrar a alguien que pudiera ser tan creíble a los 13 como a los 17. Rod, a pesar de tener 18 años, tenía esa cualidad. Él tiene una cara tan dulce que le da un toque bastante infantil.
P: ¿Cómo fue trabajar con él en el set?
R: ¡Intenso! Malony no es un personaje fácil. Él era el más difícil de escribir. Quería que el público terminara comprendiendo sus debilidades, sus heridas y su angustia. Que sintieran lo mismo que la jueza y el consejero sienten con Malony, oscilando entre la fe y el desaliento, la empatía y el rechazo, en lugar de simplemente cabalgar sobre la ola de una historia de redención. No fue fácil encontrar ese equilibrio entre la exasperación que debería despertar en la gente al principio y la empatía que surge poco a poco. Él no es un personaje fácil de interpretar, menos para alguien que nunca había actuado y cuyo temperamento es muy distinto al del personaje que está escrito. De hecho, sabiendo que el tiempo en el set sería corto, tuvo un entrenador, Daniel Marchaudon, que trabajó con él durante dos meses antes de la sesión. Cuando vino al set se sabía sus líneas perfectamente, algo que no es fácil para un joven que no está acostumbrado a ese tipo de trabajo. Todas las mañanas hablaba con él, explicándole qué debía transmitir, cómo y por qué el personaje estaba en uno u otro estado. Pero el verdadero trabajo vino mientras filmaba. Lo más difícil fue mostrar toda esa agresividad de Malony, porque en la vida real es muy tranquilo, amable, simpático y atractivo. Como resultado, el personaje no es exactamente lo que me imaginé al principio, y sin embargo, al mismo tiempo, la rabia contenida expresada tan bien en sus arrebatos violentos era aún más potente y molesta. Debo decir que cuando busco algo intento que salga como quiero. Fue muy difícil para él a veces. Pero siempre estaba ansioso por hacer las cosas bien. Y entonces, ahí está su presencia en la pantalla. Eso es algo que le sale de forma natural.
P: ¿En qué momento hablaste con Catherine Deneuve sobre La cabeza alta?
R: Cuando estábamos haciendo la promoción para On My Way. Una noche me dije: "ahora o nunca", y le di un guión del que nunca había mencionado nada. Creo que estaba sorprendida, pero parecía feliz por mi deseo de trabajar con ella de nuevo. Las dos realmente nos llevamos bien. En nuestra vida normal, tenemos un bonito y fuerte vínculo. Lo mismo ocurre cuando trabajamos juntas. Creo que ella esta excepcional en este papel. Tiene ese doble lado: una autoridad natural obvia, y sin embargo, es muy atenta y protectora. Tiene un lado muy maternal. Necesitaba esa mezcla en la jueza, y Catherine la retrata a la perfección. Sin embargo, no fue fácil para ella. Había un montón de líneas, con un vocabulario muy especializado, muy objetivo y preciso. Además tenía que estar sentada casi todo el tiempo. Justo lo contrario que en On My Way en la que filmé con total libertad y en movimiento. El juez es prácticamente el personaje principal de la película para mí. Ella es el personaje central, y todo el reparto gira a su alrededor.
P: ¿Por qué Benoît Magimel en el papel de consejero?
R: Le tengo mucho cariño como actor. Claro que primero le vi en La Vie est une long fleuve tranquille, en la que pensé que estaba fantástico, y nunca le he perdido de vista. Él es realmente uno de mis actores favoritos franceses. Tiene algo que pocos actores galos tienen: usa mucho su cuerpo, hace un trabajo muy físico. Tengo un gran afecto por él como hombre, y agradezco su aspecto y su virilidad, así como la intensidad y la emoción que emana con su lado "herido". Tengo que decir que uno de los placeres de un director es también filmar rostros y cuerpos, y él me inspiró mucho. Pensé en él desde muy temprano, pero luego retrocedí porque creí que sería mejor tomar un desconocido. Así que yo entrevisté a mucha gente, e incluso a otros actores conocidos. Pero él se quedó en mi mente, y puesto que ya había elegido a Rod, solo le pedí que hiciera pruebas de pantalla con él. Benoît aceptó muy gentilmente. Tan pronto como vi las pruebas, dejé de buscar. ¡Él era único! En el fondo, él es muy sentimental, y eso es hermoso en un hombre.
P: En qué momento surgió la idea de contar con Sara Forestier como la madre de Malony ¿fue tuya?
R: Desde el principio. Yo ya tenía a Sara en mente cuando estaba escribiendo el guión, y no sabía por qué. Tal vez porque yo sentía que ella podría clavar el personaje, que incluso podría llegar muy lejos. Y entonces, cuando el guión estaba terminado, me decidí a coger a una desconocida, pero llegó un punto en que, al igual que con Benoît, pensé que simplemente tenía que ser sincera. Le pregunté, también para hacer pruebas de pantalla con Rod, al menos para ver si el dúo madre-hijo podría funcionar. Cuando vi las pruebas, no hubo dudas. Había algo muy visceral en su deseo que resultaba muy estimulante para un director. Sara tiene esa capacidad de convertirse totalmente en su personaje. A ella le gusta ser guiada, escucha atentamente al director, pero al mismo tiempo da mucho de sí misma. Le gusta explorar y tratar de cavar más profundo. Las tomas siempre eran diferentes, siempre estábamos sorprendidos y eso es una alegría para un director. El personaje no es fácil en absoluto, y sin embargo, esta claro que esta mujer también ha sufrido, que no se encuentra del todo orientada, que no tiene las herramientas para criar a su hijo y que tiene traumas que soportar de su propia infancia. Espero que el público la vea a través de la mirada de Malony: con ilimitada ternura, porque aunque su relación es disfuncional, ella le quiere.
P: ¿Qué pasa con Diane Rouxel, que interpreta a la novia de Malony? ¿Cómo hiciste para elegirla y ¿cómo definirías su personaje?
R: Hubo un largo proceso de casting para este papel también. Estaba buscando alguien muy específico: Una chica dura, algo marimacho, nada sensual, con algo extraño en ella y con el cabello corto. No encontré el personaje que había imaginado entre los no profesionales que hicieron pruebas, por lo que estaba de acuerdo con explorar entre las actrices jóvenes que habían hecho ya cine. Ahí es donde vimos a Diane, a quien no conocía, pero que había actuado en The smell of us de Larry Clark. Al igual que Rod, ella era bastante distinta del personaje que tenía en mente, pero tenía una cara muy cinematográfica. Es muy centrada y dedicada en el set. Tenía que haber un aura de misterio que era inexplicable, para que sea aceptable que esta chica se enamore del joven delincuente a pesar de la forma en que la trata. La mirada un tanto mística de Diane permite transmitir eso.
P: Los intercambio de miradas son un elemento muy utilizado en la película.
R: Estas escenas de intercambio de miradas adquieren gran importancia, pero eran un enfoque nuevo para mí. No es algo muy común en mis películas anteriores, y aquí se convirtió en un aspecto fundamental de la dramatización, porque cuando hay una gran cantidad de líneas, algo más tiene que suceder, además de lo dicho. Y durante el proceso de edición, me gustó mucho sacar ese juego de miradas entre Deneuve y Magimel.
P: Has vuelto con Guillaume Schiffman en la cámara, ¿cómo se trabaja con él? ¿Tenías una idea clara de lo que quería?
R: Yo ya sabía que quería mantenerme al margen de un estilo documental que podría haber prevalecido, y que realmente quería un elevado estándar visual que fuera de la mano con el aspecto documental de la película. No quería que la iluminación fuera demasiado estilizada pero aun así quería que fuera firme y muy pulida. En la oficina de la jueza, por lo general muy mal iluminada, nunca hay la misma calidad de iluminación. Guillaume y yo siempre funcionamos de la misma manera. Le muestro fotografías que me inspiran y lo hablamos. Yo no quería insistir en el lado oscuro de esta historia, todo lo contrario. .
P: Por la misma razón, se utiliza música que es sobre todo clásica en su inspiración.
R: Yo siempre uso una mezcla de tipos de música, y me gusta usar piezas existentes. Mucho antes de empezar el rodaje de la película, tenía claro que no iba a jugar con el cliché del rap/delincuencia. Además, como te dije, hemos querido despojar a este chico de todos los atributos de la delincuencia: él es un adolescente que no escucha música. Yo prefería ponerle entre este mundo amargo y difícil y la música clásica, que también lleva la inspiración lírica que estaba buscando para crear un contraste que pudiera producir esa emoción. Cuando se trata de música, mi editor, Julien Leloup, tiene las mejores ideas.
P: ¿El titulo estaba desde el principio?
R: ¡De ningún modo! Nos llevó mucho tiempo encontrarlo. El proyecto comenzó llamándose Double Jeopardy, pero era demasiado ambiguo y tiene un significado muy específico en el mundo jurídico. Y luego, de repente, François Kraus sugirió el uso de las últimas palabras en el guión: "Malony camina a través de la salas del palacio de justicia, a través del vestíbulo y de la escalinata del tribunal. Sosteniendo a su hijo en sus brazos, con la cabeza alta".
P: Tu carrera cinematográfica comenzó en Cannes: mostraste tu primer corto allí, Les Vacances, en 1997, que ganó el premio del jurado. ¿Qué significa abrir el Festival de este año con esta película?
R: Sin Cannes creo que mi carrera hubiera sido más difícil. Estoy muy orgullosa por que una película como ésta, que arroja esperanza sobre estos hombres y mujeres, pueda abrir el Festival. Que se pueda mostrar en uno de los festivales más prestigiosos del mundo es un gran honor.
Entrevista con Catherine Deneuve
P: ¿Le sorprendió cuando Emmanuelle Bercot le pidió que trabajara con ella de nuevo incluso antes de estrenarse On My Way?
R: Sí, porque no sabía que había terminado el guión, pero también me alegró, porque rodar On my way fue una experiencia fantástica. Más allá de sus películas, me fascina ella como persona. Tengo un gran respeto y admiración por ella. Me gusta la forma en que ella es con la gente, como es con su hijo, me gusta su actitud hacia la vida y hacia las películas, cómo trabaja duro, su intensidad y su simplicidad. Ella es una directora que no te da tregua cuando está en el set.
P: ¿Qué encontraste más emocionante: Trabajar con ella de nuevo o el papel de un juez de menores?
R: En primer lugar, trabajar con ella de nuevo, y en un proyecto que era completamente diferente al anterior. Además de trabajar con su equipo otra vez: Guillaume [Schiffman], su director de fotografía, Pierre André, su ingeniero de sonido. Y en segundo lugar, estar en un papel como este, el papel de una jueza, ¡pero una jueza que no juzga! Una jueza que escucha, que trata de averiguar qué es lo mejor para el niño perdido que está delante de ella. Eso es lo que más me impresionó, en realidad, cuando me pasé un tiempo en el palacio de justicia: la perseverancia, la indulgencia, la compasión ilimitada de estos jueces y consejeros, más cuando se trata de niños que pueden ser bastante problemáticos.
P: Tienes fama de preferir utilizar tu imaginación en lugar de la investigación con los personajes que interpretas. ¿Fue tu idea observar lo que pasa en el tribunal de menores?
R: Emmanuelle y yo pensamos desde el principio que sería una buena idea ir a ver lo que pasaba allí para ver cómo funcionan las cosas. No para investigar, sino para conseguir una sensación para el tono y el lenguaje. Durante la interpretación de un juez, hay un riesgo de ilustrar el cargo en lugar de al individuo. Encontré el guión muy bueno, y realmente me gusta el papel, pero cuando pensaba en ello, me di cuenta de que no iba a ser fácil. Es un poco aburrido porque se basa continuamente en preguntas y respuestas. El diálogo es muy formal y altamente especializado, necesitaba ver cómo iban las cosas en un entorno real. Durante varias semanas asistí a varias sesiones del tribunal y a audiencias. Recuerdo una sesión en la que había dos chicos y una chica que no querían volver con su padre. Su madre estaba presente también. También había consejeros de los niños, los consejeros de la familia, los abogados y el juez. Les puedo decir que eran plenamente conscientes de todo lo que implicaba, todo el dolor, los dramáticos acontecimientos. Lo que más me sorprendió fue darme cuenta de la importancia que se les da a estos adolescentes, todo el tiempo que se ha dedicado a ellos, hace que te des cuenta de que vivimos en un país muy civilizado Es uno de los puntos fuertes de la película: llamar la atención sobre el trabajo minucioso, perseverante y paciente de estas personas de las que en realidad no sabemos mucho. Me llamó la atención las buenas intenciones que los impulsan, y su increíble capacidad de escuchar.
P: ¿Diría usted que esta experiencia directa influyó en la forma del personaje?
R: Por supuesto. Escuchar a los jueces y consejeros juveniles expresarse de la manera que lo hacen es impresionante. No estoy diciendo que estaba en mi mente para cada toma durante el rodaje, pero si que es algo que caló en mí. Emmanuelle, que tenía en mente un juez de menores más agresivo, siempre trató de empujarme para que fuera más autoritaria, y yo le decía, que no podía comportarme todo el rato como un policía. Al mismo tiempo, dada la forma en que se editaron las escenas y haciendo el mejor uso posible de los intercambios de silencios y miradas, puedes sentir que la jueza escucha realmente que ella es atenta, sin ser complaciente.
P: ¿Cómo definirías a tu personaje?
R: Emmanuelle me contó una historia de su tío, un consejero juvenil que le explicó que, junto a una jueza, habían tratado a un joven delincuente que acabó considerándolos como sus padres. Digamos, para seguir con una metáfora familiar, que esta juez es a veces su padre, porque ella es la que le castiga, como por ejemplo, cuando ella decide meter a Malony en prisión. Ella se comporta como un padre, pero también es una mujer, tiene las reacciones de una mujer y una madre. Ella sabe cómo escuchar y puede sentir cuando está a punto de derrumbarse, cuando está a punto de llorar, incluso cuando no es capaz de expresar lo imposibles que se han vuelto las cosas para él.
P: ¿No es tanto un estudio del personaje como cabría pensar, sino un papel que sea más parecido a ti, con su mezcla de autoridad natural y bondad, no crees?
R: Los diálogos contienen una gran cantidad de hechos, fechas y referencias legales, y el juez arroja todo eso en la cara de los niños, yo no podría realmente identificarme con ella. Al mismo tiempo, es cierto: en el fondo yo estaba de acuerdo con todo lo que ella decía. Su comportamiento no era extraño para mí, excepto que no estaba segura de que yo pudiera ser tan firme. Emmanuelle realmente insistió en ello y tenía razón: Lo que era difícil para mí era realizar del tirón todas esas escenas que tuvieron lugar durante varios años. En el guión, ves el cambio del niño a través del tiempo. Se convierte en un adolescente y luego en un joven hombre. Ves estas situaciones, estos dramáticos acontecimientos, estos problemas, y mis escenas con él eran para destacar su progresión.
P: ¿Y que supuso trabajar de nuevo con Benoît Magimel?
R: Benoit es muy conmovedor. Él tiene una mucha paciencia y una sensibilidad muy especial, y la intensidad que hace que su personaje sea un hombre herido al que la juez va descubriendo poco a poco. Las personas que tienen tanta paciencia y desinterés son verdaderamente admirables. Me gustan mucho todas nuestras escenas, con todo el contexto y miradas que intercambian, algo que Emmanuelle trabaja magistralmente.
P: Por otra parte, es la primera vez que has hecho una película con Sara Forestier...
R: Lo que hace con su personaje es impresionante. Sara es una gran actriz, una actriz que toma riesgos. En las pruebas de pantalla intentó algunas cosas que eran aún más oscuras. Hizo algunas muy atrevidas, porque tenía la confianza de Emmanuelle.
P: En On My Way estabas siempre en movimiento, la cámara te seguía. Aquí siempre está sentada.
R: Sí, soy una cabeza parlante! [Risas.]...
P: ...Y puedes sentir que la puesta en escena es deliberadamente más estática, más confinada.
R: Sí, pero Emmanuelle utiliza varias cámaras e hizo una serie de tomas, de manera que en la edición, ella fue capaz de mostrar lo que pasa en esta oficina y poner un montón de vitalidad en el proceso.
P: ¿Cuál es en tu opinión su principal activo?
R: Su talento. Sus guiones están muy pulidos. Cuando los lees piensas: "Sí, eso es bueno, pero aquí podríamos hacerlo de otra forma..." Y ella sigue trabajando en ello, incluso después de que todos hayan acordado hacer la película. Ella decide todo, está en todos los frentes. Si tiene que irse a buscar localizaciones va sin ningún problema, Ella hace lo que tiene que hacer para lograr lo que quiere, y creo que debe producirle una gran satisfacción. Realmente funcionaba de la manera que quería en esta película.
Nosotros no tuvimos que hacernos preguntas sin sentido. Si hacíamos algo, era porque lo debíamos hacer. Ella trabaja antes, durante y después. Admiro su energía, su intensidad y su rigor. Creo que su trabajo en esta película es asombroso. El punto de vista que escoge siempre es correcto, siempre da en el blanco, es genuino y poderoso. Al mismo tiempo, la película está llena de luz, es muy positiva.
Entrevista con Rod Paradot
P: ¿Cuál fue el primer contacto que tuvo con la película?
R: Yo estaba formándome en Stains para ser carpintero. Estaba fumando un cigarrillo al aire libre durante un descanso cuando Elsa Pharaon vino a hablar conmigo. Estaba buscando un chico joven como yo para una película y me preguntó si estaba interesado en hacer el casting. Entramos en un salón de clase, hicimos la audición y les gustó.
P: ¿Recuerdas tu primer encuentro con Emmanuelle?
R: Fue en el mismo casting. Estaba observándome mientras me filmaban. Yo estaba un poco nervioso. Había investigado en Internet y sabía quién era y lo que había hecho, así que quería darlo todo para pasar la audición. Tenía la esperanza de que a ella le gustara.
P: ¿Ella le dio una escena para improvisar?
R: Sólo un breve texto. Una parte del guión donde le pido a Ludo un cigarrillo. Una escena violenta, que me gustó mucho cuando vi la película. Después hice un montón más de pruebas de pantalla, pero Emmanuelle no me decía si tenía el papel o no, Antes de la reunión con Benoît y Sara, me hicieron varias audiciones con diferentes actores y actrices. Pensé que era una buena señal si estaba probando con tanta gente, pero no me decían nada. Hice pruebas de pantalla con decenas de chicas para el papel de mi novia en la película.Y fue entonces cuando Emmanuelle me dijo que me habían elegido.
P: ¿En qué dirías que os parecéis tu personaje y tú?
R: En su naturaleza, incluso siendo mucho menos violento que él. Me gusta el personaje. Tiene un montón de amor en el interior, sobre todo por su madre y al mismo tiempo sufre de una enorme falta de cariño, por lo que esta lleno de rabia. Eso es lo que me gusta de él. Yo vivo en los suburbios, así que sé cómo son las cosas. Los niños a menudo se quedan solos en la calle con 8 años, sin padres ni tutores, abandonados a su suerte, y ahí es cuando empiezan a llegar los problemas.
P: ¿Dónde creciste? ¿Tienes hermanos y hermanas?
R: Yo siempre he vivido en Stains. Soy hijo único, mi padre es fontanero y mi madre es funcionaria.
P: ¿Vas al cine mucho?
R: No a menudo, pero me encanta. Estoy loco por las películas de terror. El exorcista fue la primera que vi cuando era pequeño, y nunca la olvidare. Cuando me enteré de que iba a rodar con toda esa gente, me puse a ver sus películas. Vi On the way o Polisse varias veces.
P: ¿Cuando eras pequeño tuviste el sueño de convertirte en actor?
R: Para ser honesto, ¡en absoluto! No pensé que fuera capaz de hacerlo. Al mismo tiempo, siempre me encantó el teatro y cualquier tipo de ejercicio de improvisación. En primaria estudiamos algo de actuación para trabajar en nuestras emociones, para que aprendiéramos a desahogarnos. Euforia, tristeza, felicidad... Después de eso, cada vez que fui a un campamento de verano siempre participé en los espectáculos que hacíamos. Tuve una escena en la escuela, en un extracto de El sueño de una noche de verano de Shakespeare. Me encantó.
P: Emmanuelle Bercot te hizo trabajar con un profesor antes del rodaje.
R: Daniel Marchaudon me ayudó mucho. Hemos trabajado juntos durante más de dos meses. Él me hizo pensar en la historia, y tratamos de entender realmente todo lo que ocurría en la misma. Hablábamos de mi personaje, Malony, ¿por qué actúa de esta manera o aquella, y por qué piensa esto o aquello? Estábamos trabajando, pero parecía que estábamos jugando. Era más natural, más divertido que si hubiéramos estado sentados alrededor de una mesa. Era más fácil de entender la historia y absorber el texto. Las lecciones en la escuelas siempre habían sido difíciles para mí, pero esto venía de forma natural, tal vez porque yo estaba muy conmovido por la historia y llegué a llorar mientras leía el guión. Quizás también porque conozco historias parecidas a estas.
P: ¿Recuerdas tu primer encuentro con la juez, Catherine Deneuve?
R: Fue durante las pruebas de iluminación, justo antes de que comenzara el rodaje. Estaba nervioso y un poco tenso. Yo no había visto muchas películas suyas, pero sabía quién era. Mi familia me había hablado sobre su fama y su carrera. Así que fue un honor y una alegría poder actuar con ella. Estaba un poco intimidado al principio, y un poco reservado, pero ella era muy dulce y me ayudó a soltarme.
P: ¿Cómo se explica la relación entre Malony y su jueza?
R: Me preguntaba mucho sobre eso. Creo que él la ve como un miembro de su familia. Ella es como el padre que nunca tuvo. Y su punto de vista y opiniones son enormemente importantes para él. Ella trata de entenderle, no de penalizarle. Incluso cuando finalmente le envía a la cárcel, él le da las gracias, porque se da cuenta de que ha ido demasiado lejos y no tiene elección. Creo que ella es con quien realmente Malony está más conectado.
P: ¿Más que con su consejero juvenil, interpretado por Benoît Magimel?
R: No es lo mismo. Yann es más como un tío o un primo. Hay mucho amor entre ellos, incluso varias veces nos dijeron que teníamos un aire familiar. En cualquier caso nos llevamos bien enseguida. Hablamos mucho, confiamos el uno en el otro. Me habló de su primera vez frente a la cámara, cuando él era aún más joven que yo, me ayudó, me dio consejos, me tranquilizó. Estábamos en la misma onda desde el principio. Al igual que con Sara. Teníamos un vínculo emocional fuerte desde el principio, era como una hermana para mí.
P: ¿Qué te sorprendió más cuando viste la película terminada?
R: Cuando estás actuando en el set no te puedes imaginar cómo va a quedar, y luego cuando observas una escena, es increíble. Ves todo el trabajo realizado por todos en el set y en la sala de edición. Es incluso mejor porque ves que las cosas funcionan con Benoit, Catherine y Sara. Esto demuestra que habíamos trabajado bien juntos. Y entonces me di cuenta de cómo funciona todo esto. Antes, solía ver una película sin pensar en cómo se hizo, pero ahora pienso: "Mira, ese plano frontal es diferente".
Ahora soy consciente de todo el trabajo que hay detrás y lo importante que son los diferentes profesionales en una película.
P: ¿Estás de acuerdo con lo que dice la película acerca de que si los padres no pueden atender la educación de los niños, la sociedad debe asumir el control?
R: Sí, porque en primer lugar, yo vivo en Stains, donde hay una gran cantidad de delincuencia, asaltos y donde se pierden los jóvenes como Malony, y creo que esta película va a hacer que la gente piense acerca de su educación. Un niño no actúa así sin razón, siempre hay algo que lo provoca. Me hizo pensar sobre mí, también.
P: La cabeza alta abre Cannes. ¿Cómo te sientes?
R: ¡Orgulloso, muy orgulloso de la película! Muy emocionado y realmente estresado también. Pero sobre todo feliz, muy feliz.
P: ¿Y después de Cannes?
R: Ya veremos. Emmanuelle me advirtió de que todo podía desaparecer de un día al otro. Lo sé, pero me gustaría seguir adelante. Realmente me encanta la actuación, disfruté interpretando a Malony.
P: Si tuvieras que quedarte solo con una cosa de esta aventura, ¿qué sería?
R: Cuando llegamos por primera vez al set y me di cuenta de que todos estábamos allí para trabajar juntos, como un equipo. Eso fue fantástico.
Entrevista con Benoît Magimel
P: ¿Te sientes identificado con la paciencia, el desinterés y la perseverancia mostrada por Yann, el consejero de juventud que interpretas?
R: Ciertamente admiro esas cualidades en él. Al leer el guion, pensé: "No hay nada que hacer, no hay esperanza. Es totalmente inútil" Y sin embargo, la película muestra que hay esperanza, que no se puede tirar la toalla, y que incluso si las cosas no siempre salen vale la pena intentarlo sólo por los momentos en los que sí. Para ser un buen consejero, tienes que ser sensato. Es necesario estar familiarizado con la calle, para conocer a estos chicos. En la película, a veces Malony hace que bajes la guardia, y al mismo tiempo es despiadado y sabe exactamente cómo golpearte donde más duele. Por ejemplo, cuando me grita: "¡Ni siquiera puedes tener un hijo!" Y, sin embargo, cuando se muestra interés en la situación de estos niños, te dan toneladas de afecto, porque tienen una enorme necesidad de hacerlo. Básicamente, eso es a lo que se reduce. Emmanuelle me presentó a un consejero. No se puede dejar de admirar a estas personas. La película muestra que vale la pena estar allí. Es difícil hablar de ello solo como un actor que interpreta un papel porque hablar de la película te hace querer discutir del tema y eso es parte de su fuerza.
P: ¿Qué es lo que le resulta más conmovedor del personaje de Yann?
R: El hecho de que él está a punto de renunciar muchas veces, y no creo que pueda tener éxito. "Estoy cansado", exclama en cierto momento. Es entendible. Al mismo tiempo no es fácil de engañar. Él es un ex delincuente y ha experimentado de primera mano lo que el niño está pasando. Él sabe lo que es, no tiene sentimientos de empatía especiales por Malony al principio, no le da pena o lástima. Así es como interpretaba la parte al principio de la película, como si yo no estuviera afectado por toda la miseria. Entonces en cierto momento, algo sucede entre él y el chico que cambia las tornas. Así que hace un examen de conciencia. El personaje crece y se vuelve aún más interesante de representar. Es un hombre valiente y herido al mismo tiempo.
P: Hay escenas en las que su impotencia es conmovedora. Ese reflejo de su propio pasado, prestándole intensidad añadida y humanidad.
R: Ahí es donde está la fuerza de Emmanuelle como guionista y directora de cine, en su autenticidad. No creo que los consejeros puedan hacer este tipo de trabajo sin tener sus propios defectos, sus carencias, heridas o un pasado que da sentido a ese deseo de cuidar, sanar y ayudar a otros. A veces no puedo dejar de pensar acerca de su soledad también. ¿Quién está ahí para vigilar a estos trabajadores sociales cuando empiezan a dudar y a llegar a su punto de inflexión? ¿Quién está ahí para apoyar a la juez de menores que cada vez ve más difícil tener fe en su misión? Lo que sucede cuando tienen que lidiar con los fiscales y un sistema judicial que están tan lejos de la realidad.
P: ¿Fue su personaje lo que más le atrajo de la película?
R: Fue sobre todo Emmanuelle. Su deseo era más importante que cualquier otra cosa, incluyendo el guión. Además, tenía muchas ganas de trabajar con ella. Me encanta trabajar con directoras. Porque ella es actriz y hay algo muy atractivo en ser dirigido por otro actor. Y porque... ¡porque es ella! Yo sabía que tenía dudas, por lo que me pidió hacer algunas pruebas de pantalla con Rod, a lo que yo accedí sin problema. Estoy agradecido por la fe que depositó en mí. Las pruebas de pantalla eran increíblemente valiosas. Me di cuenta en seguida de que Rod tenía algo especial. Lo empujé a sus límites, incluso haciendo que se derrumbara en ocasiones. Pude ver que tenía puntos débiles y que él sería capaz de utilizarlos en su actuación. No siempre fue fácil para él, pero cuando ves su trabajo en la escena del enfrentamiento con su primer trabajador social, te deja sorprendido. Él realmente me pasó por encima, a pesar de mi experiencia. Sería un error pensar que ya que él es un chico de barrio, apenas hizo de sí mismo. Él realmente trabajó en su parte con Emmanuelle, y ella le guió. Ella fue dura, pero lo manejo de la misma manera que hizo con el resto de nosotros, sacando lo mejor de cada uno.
P: ¿Qué fue lo más difícil?
R: El vocabulario especializado y los términos legales en determinadas líneas. Pero cuando se trabaja con alguien que confía en ti, que está realmente a tu lado, no hay ninguna dificultad que no puede ser superada. Estoy impresionado por la forma en que Emmanuelle ha conseguido todo lo que podíamos dar. Ella es extremadamente intuitiva y te lleva a encontrar lo que podría servir a sus personajes. El segundo nombre de mi personaje es Le Vigan. ¿Fue una coincidencia? Emmanuelle no respondió a mi pregunta. Pero yo no creo en las coincidencias. A menudo he dicho que yo era un fan de Robert Le Vigan. Emmanuelle probablemente se dio cuenta en algún momento. Pero eso no es todo. Cuando vi la película, vi una escena en la que sentí como si estuviera viendo Le Vigan en La Bandera.También veo matices en el personaje de la jueza.
P: Hablando de ella, volvéis a actuar juntos 20 años después de Thieves, de Téchiné.
R: Tuve una breve escena con ella donde hacía de tipo duro y le daba un viaje. Fue fácil porque estaba medio escondido detrás de una puerta. Estoy muy contento por haber tenido la oportunidad de trabajar con ella de nuevo y por llegar a conocerla a través de esta película. Ella es una persona fantástica y un gran pareja de actuación. Ella realmente hace que sea más fácil para todos y te echa una mano cuando te sientes un poco perdido. Me encantan todas las escenas en que estamos juntos, todos los intercambios de miradas de complicidad. Emmanuelle nos dijo que para Malony era un poco como si la jueza fuese su padre, y el consejero su madre. Eso realmente encaja.
P: ¿Cómo definirías a Emmanuelle?
R: Emmanuelle tiene un carácter fuerte. Tiene convicciones muy definidas y no se desvía de ellas. Es exigente. No tiene reparos en cuestionar tu labor si siente que estas un poco fuera de lugar, y al mismo tiempo sientes que hay un montón de espacio para la actuación. A veces es mejor dejarte guiar por ella. Por ejemplo, en la escena en el restaurante chino con Rod, ella nos dijo que nos basáramos en nuestras ideas del personaje y en el momento. No todo era guión. Nada está escrito en piedra con Emmanuelle, y eso resulta maravilloso. Ella sabe cómo exprimir nuestro potencial. Ella busca la resonancia en cada uno de nosotros y la utiliza, pero no de una manera cruel, como algunos directores, que dan la sensación de estar arrancando algo de ti. Es muy sencillo: cuando se trabaja con Emmanuelle te sientes apoyado. Y ella es actriz, alguien que sabe lo que eso significa y entiende el placer que se siente como actor al ponerse en contacto con sus propias verdades y su propio pasado, y sacándolos para hacer la escena más poderosa. Por encima de todo, me gusta mucho la forma en que ve las películas. Por ejemplo, cómo establece el carácter de Sara Forestier a través de la puesta en escena: tu no la ves, solo oyes su voz. Ella le trae prácticamente de puntillas por empezar centrándose en el chico en una pequeña imagen magnífica. De hecho, Sara esta increíble en la película. Se metió en su papel, esa mezcla de control y rendición, con un toque sensual también. Yo tengo que decir que Emmanuelle es alguien que siempre está ahí para sacar lo mejor de ti. Ella puede parecer inaccesible, un poco áspera de primeras, y entonces saca esa hermosa sonrisa, casi infantil y todo cambia. La encuentro muy misteriosa también, casi inalcanzable. Me gustaría trabajar con ella de nuevo, para llegar a conocerla mejor. Ella realmente es una mujer increíble. Sienta muy bien poder trabajar de esa manera, y es raro. En realidad, creo que la gente puede lograr cualquier cosa con amabilidad.
P: De hecho, esa es la moraleja de la película.
R: Sí, que con amor y atención, puedes logra cualquier cosa.
Entrevista con Sara Forestier
P: ¿Cómo reaccionaste cuando Emmanuelle Bercot te pidió que hicieras una prueba de pantalla con Rod, para interpretar a su madre?
R: ¡Me encanta hacerlas! Realmente no me gusta cuando la gente simplemente te elige, porque siento que me escogen por razones muy específicas, por lo que me temo que no voy a ser tan libre o ser capaz de sorprender a la gente. Para mí, las pruebas de pantalla son una manera de entrar en el papel que realmente me gusta. Siento que puedo ofrecer algo inesperado y diferente de lo que el director ya ha imaginado.
P: Sin embargo, Emmanuelle dice que pensaba en ti al describir el carácter...
R: ... ¡Si, con una foto mía delante de ella! No estoy seguro de lo que eso significa cuando mira el personaje de Séverine! [risas]
P: ¿Qué te gustó del guión?
R: Que el papel era difícil, hay secuencias donde el personaje parece muy claro. En Suzanne, por ejemplo, me resultaba tan evidente el personaje y tan rápido que realmente no necesitaba hablar de ello, ni siquiera con Katell [Quillévéré, el director]. Había algo que yo no quería echar a perder en el encanto del papel. Aquí, era todo lo contrario, y me encontré con un papel muy complejo. No podía hacerme a la idea inmediatamente. Me llevó dos o tres días de rodaje antes de encontrar el modo de afrontarlo. Es el más difícil que he tenido que interpretar.
P: ¿Y eso por qué?
R: Porque ella es un personaje muy crudo y también alguien que a veces intenta engañar a otras personas. Así que hay diferentes niveles de actuación. Jugaba con la complejidad de tratar de dar un aspecto inflexible del personaje, su sinceridad, mientras que también tiene otro lado, su propia realidad, sin dejar de ser fiel a si misma. Me di cuenta de que Emmanuelle tenía una perspectiva muy particular de Séverine. Siempre entras en un papel a través de su aspecto físico, el vestuario, el maquillaje o los accesorios. Son todos factores cruciales. Al hacer esas elecciones para La cabeza alta, quería algo que se ajustara a esa idea y no ser excesivamente cautelosa con respecto a lo que Emmanuelle quería.
P: ¿Qué querías expresar?
R: Yo no quería representar solo el aspecto social. En realidad, no me gusta el naturalismo social que bloquea mi imaginación. Yo estaba tratando de mostrar algo más ligado a la pérdida: se puede decir que está loca y que es compleja emocional y psicológicamente. La trampa en este papel para mí habría sido hacer lo que sucede con Malony, una justificación puramente social. Traté de poner en mi personaje algo un poco más sexy, más trivial, loco y salvaje. Emmanuelle tiene imaginación y audacia, y ha escrito un personaje audaz, así que no había razón para tener miedo de enfocarlo así.
P: Usted asume el personaje de todo corazón, no tratando de distanciarse.
R: Con ese tipo de personaje no hay otra opción. Tienes que adoptarlo plenamente. No puedes recogerlo con cautela y jugar un rato con él como una marioneta. El cine es un arte basado en la emoción y la personificación. En un papel bien escrito puedes ver las ideas y el mundo físico, luego le toca al actor buscar un equilibrio entre ambos mundos.
P: ¿Qué encuentras más conmovedor de este personaje?
R: La visión que tiene de sí misma. Emmanuelle no es una víctima de los dictados del buen gusto, es libre, tiene nervio y un gran corazón. Mi personaje esta realmente personificando la Francia en crisis. Emmanuelle tiene una opinión maravillosa de estos aspectos de clase trabajadora en la película, ella no sólo analiza las cosas, también hay una gran humanidad en cómo lo ve. Ella te invita a ser audaz porque ella misma es una tía con mucho valor. Ella te inspira. Creo que tenía que poner a un personaje como el mío en la película, de lo contrario no habría sido la película de Emmanuelle. Es un tipo de personaje que le gusta, como parte de lo que ella es, de lo que te puedes imaginar, cuando pasas tiempo con ella. ¡Yo incluso diría que me inspiró dos o tres cosas y las inserté en mi personaje! [Risas] Me di cuenta de lo que le gusta, lo que la hace reír, y se me ocurrieron algunas cosas. Confío en ella más que en ningún otro director.
P: ¿Alguna vez te dio miedo ir demasiado lejos?
R: No, porque ir demasiado lejos no es un criterio para mí. Lo importante para mí es ser sincera en todo momento, incluso cuando el personaje no lo es. Me daría miedo ir hacia el lugar equivocado, y yo confiaba en el ojo de Emmanuelle para eso. Hay un apego a la verdad en Séverine que viene de Emmanuelle y de mí. Eso es lo que me importa. Los recuerdos de las tomas también son cruciales. No sólo el lado humano, también la actuación. ¿Disfrutas o no de interpretar ese personaje? No estamos allí sólo para ganar dinero o para producir una máquina de hacer dinero. En el último día le dije a Emmanuelle: "Nunca voy a olvidar esta película".
P: ¿Qué escena define mejor Séverine?
R: Probablemente, la que está en la sala de visita, cuando le dice a su hijo que no le da su número de teléfono. Es una de las pocas escenas que se centra en ella y permite captar su forma de pensar y su irresponsabilidad. ¡Ella habla con Malony como si fuera un amigo! Y por fin le dice: "Está bien, te voy a dar el número, pero no me llames." Y cuando se va, dice desconsolada: "¡Ni siquiera me ha dicho adiós!" Esa escena lo tiene todo. Su relación con Malony es totalmente simbiótica y el chico es prácticamente su mayor logro en la vida, a pesar de que ha fracasado en su relación con él, es lo más preciado que tiene ella y a pesar de su amor disfuncional, pero ella le ama.
P: También está la poderosa escena en la que ella termina escupiéndole en la cara.
R: ¡Yo improvisé eso! Emmanuelle había escrito una excelente escena, en la que yo debía agarrarle de la boca. Era tan poderosa visualmente que no podía simplemente darle una bofetada. Pensé que era más brutal escupir en la cara. ¡Pensé que iba a ser menos dolorosa para Rod también! En realidad era lo que encontró más insoportable, debido a que, actuando por primera vez, no había barreras entre él y su personaje. Me gustó trabajar con Rod, nos llevamos bien de inmediato, y había una química obvia entre nosotros. De todos modos, yo siempre prefiero actuar con alguien instintivo mas que con alguien racional, es más inspirador. Hay varias escenas donde me quede boquiabierta, escenas donde reflejaba algo realmente crudo, con lágrimas en los ojos, dando todo lo que tenía.
P: ¿Era la primera vez que trabajabas con Catherine?
R: Si, y me encantó actuar con ella. Fue una gran experiencia. ¡Es admirable la carrera que ha tenido! No lo digo de forma pretenciosa, es realmente asombroso. Yo no creo que haya una actriz en el mundo con una carrera tan envidiable, y ella sigue siendo natural y divertida. Cuando la ves en escenas en la película, jugando su papel, se puede sentir su autoridad natural y una sensibilidad inquebrantable. Para mí Catherine está cerca del personaje. Es imponente, a través de su pasado y lo que ella representa, y al mismo tiempo es una mujer que no es nada distante. Eso es lo misterioso en ella. En el set, ella no es una actriz calculadora que está analizando o pensando demasiado las cosas. Trabajar con una actriz de esta magnitud es muy emocionante.
P: ¿Era la primera vez trabajabas con Megimel también?.
R: También, pero es un actor que me gusta desde hace mucho tiempo. En las películas de Jalil Lespert consigue mostrar una increíble vulnerabilidad sin dejar de ser muy viril. Él también tiene ese aire de "hombre común" auténtico que encuentro muy conmovedor. En esta película interpreta un papel sincero. Es una oportunidad extraordinaria poder mostrar estas personas que ejercen su profesión con tanta dedicación y paciencia. Y es algo bueno también para la película poder rendirles homenaje de esta manera, hay mucho amor en la forma en que se muestran estas profesiones y personajes. De hecho, lo que más me llegó de la película fue ver que al final, el amor es lo único que puede salvarte. El amor en todas sus formas. Otras películas a menudo muestran el amor en su faceta más destructiva, pero aquí se muestra sin ninguna ingenuidad o sentimentalismo que el amor puede salvar a la gente. La belleza de la película reside en que ofrece una manera diferente de ver las situaciones de la vida cotidiana. Ese es el poder de La cabeza alta.