Cinemanía > Películas > Joy > Comentario
Destacado: Cynthia Erivo y Ariana Grande protagonizan 'Wicked'
Joy cartel reducido finalJoyDirigida por David O. Russell
¿Qué te parece la película?

"Llegamos hasta aquí gracias al trabajo duro, la paciencia y la humildad. Por lo tanto, quiero decirte que nunca creas que el mundo te debe algo. Porque no te debe absolutamente nada". -- Joy


¿Qué constituye la magia de una vida?
¿Qué hace que una persona intente y vuelva intentar, tras vacilaciones y golpearse continuamente contra un muro, lograr el éxito? ¿Y qué es lo que hace entonces que todos esos exasperantes altibajos que el éxito lleva aparejados se transformen en una estimulante sensación de alegría y descubrimiento? La octava película de David O. Russell, JOY, examina cuatro décadas de la vida en continuo ascenso de una "madre soltera convertida en magnate de los negocios" para explorar cómo la audacia, la capacidad de superación y la persistencia de visión transportan a las personas desde la cotidiana normalidad hasta extraordinarios momentos de creación, esfuerzo y amor.

Basada libremente en la vida y ascensión de la inventora y estrella de la teletienda Joy Mangano, la historia de JOY, de género impreciso, cuenta la fragosa trayectoria de una familia trabajadora pero medio desestructurada y de la joven que finalmente llegó a convertirse, por derecho propio, en su resplandeciente matriarca y líder. Decidida a crear, pero también a cuidar de todos los que la rodean, Joy experimenta deslealtades, traiciones, la pérdida de la inocencia y las cicatrices del amor mientras encuentra la fortaleza y la seguridad necesarias para perseguir los sueños que lleva reprimiendo mucho tiempo. El resultado es una emotiva comedia humana sobre la ascensión de una mujer; abriéndose camino en el implacable mundo del comercio, el caos familiar y los misterios de la inspiración, aunque encontrando una inquebrantable fuente de felicidad.

JOY sigue la senda marcada por David O. Russell en sus filmes The Fighter, El lado bueno de las cosas y La gran estafa americana, que cosecharon en conjunto 25 nominaciones al Oscar. Cada una de estas películas daba rienda suelta a una inolvidable colección de personajes cinematográficos y, al mismo tiempo, aludía a una idea particularmente interesante: la atracción de reinventarse como persona y las dificultades que conlleva. Joy contiene esa misma idea trasladada a un nuevo ámbito; abordando Russell la cuestión de cómo una persona, enfrentada a demenciales circunstancias, interminables obstáculos y un largo camino hacia el autoconocimiento, forja una vida significativa y feliz. Aunque Joey avanza en la vida, el estilo del filme se remonta tiempo atrás, revisitando y rediseñando las artesanales técnicas y el melodrama característicos del cine clásico de Hollywood para una época como la nuestra, saturada de imágenes.

La película está protagonizada por la actriz ganadora del Premio de la Academia Jennifer Lawrence (La gran estafa americana, El lado bueno de las cosas, la saga de Los juegos del hambre), que interpreta a Joy, en un polícromo retrato que abarca desde su juventud hasta superar los 40 años, desde los sueños aplazados hasta la lucha por su dignidad y su esfuerzo por realizarse personalmente.

Lawrence señala: "Esta historia trata sobre muchísimas cosas. No es sólo la historia de Joy. Trata sobre la familia, la imaginación, la fe en uno mismo, sobre la crueldad del éxito y qué implica conseguirlo. A mí me gustan especialmente todos los cambios que Joy experimenta. Me encantó poder interpretarla desde vulnerable y autocrítica hasta fuerte y distante, y me gustó que se convirtiera en una verdadera matriarca para su familia".

Junto a Lawrence, y como es habitual en la cinematografía de Russell, se encuentra un amplio conjunto de actores que incluye a: Robert de Niro, como el malhumorado pero irremediablemente romántico padre de Joy; Edgar Ramirez, como el exmarido de Joy, un músico con apuros económicos que vive en el sótano… con el padre de Joy; Diane Ladd, como la perspicaz e influyente abuela de Joy; Virginia Madsen, como la madre de Joy, adicta a las telenovelas; Isabella Rossellini, como la acaudalada amante italiana de su padre; Dascha Polanco, como la amiga de toda la vida y confidente de Joy; Elisabeth Rohm, como la competitiva hermana de Joy, y Bradley Cooper, como el ejecutivo de teletienda con aires de magnate que se convierte tanto en aliado como en adversario de Joy.

Fox 2000 presenta JOY, película dirigida y escrita por David O. Russell, basada en una historia escrita por Annie Mumolo y el propio David O. Russell. Los productores son: John Davis, por Davis Entertainment, que involucró a Russell en el proyecto; Megan Ellison y Jonathan Gordon, por Annapurna Pictures; Ken Mok y David O. Russell. Los productores ejecutivos son Matthew Budman, John Fox, Joy Mangano, Mary McLaglen, Annie Mumolo, George Parra y Ethan Smith.

El equipo de Russell que trabaja entre bastidores, muchos de ellos colaboradores creativos habituales del director, incluye a: el director de fotografía Linus Sandgren (La gran estafa americana); la diseñadora de producción nominada al Oscar Judy Becker (La gran estafa americana, El lado bueno de las cosas, Brokeback Mountain); el diseñador de vestuario nominado al Oscar Michael Wilkinson (La gran estafa americana, 300); el equipo del montador nominado al Oscar Alan Baumgarten (La gran estafa americana, Trumbo), Jay Cassidy, nominado en tres ocasiones al Oscar (La gran estafa americana, El lado bueno de las cosas, Hacia rutas salvajes), el ganador del Premio de la Academia Tom Cross (Whiplash) y Chris Tellefsen, también nominado al Oscar (Moneyball: Rompiendo las reglas). Susan Jacobs se ha encargado de la supervisión musical, y la música ha sido compuesta por West Dylan Thordson y David Campbell.


Joy al mundo: Sobre la historia
JOY se une a un extenso legado de filmes que hablan sobre perseguir sueños de éxito profesional y familiar; pero lo hace con su propio estilo cómico, emocional y creativo. La historia empezó con la inverosímil pero real historia de Joy Mangano, que en los años noventa se convirtió en un nuevo tipo de estrella de la televisión y en un emporio empresarial gracias a una serie de inventos domésticos, tales como la famosa Fregona Milagrosa, dotada de un sistema automático para escurrirla, que catapultó el imperio comercial que esta madre soltera de Long Island había desarrollado.

La historia –con sus cotidianos vaivenes pero también grandes sueños– llamó la atención de David O. Russell, siempre atraído por esa muy específica mezcla. Russell vio en ella la eclosión de una mujer valiente e ingeniosa, así como una inspiradora historia de alguien que se arriesga por cumplir sueños enterrados hace tiempo aunque, en el fondo, sin perder nunca su sentido del deber para con su familia. Pero, sobre todo, Russell vio la oportunidad de contar una historia mucho más universal, una historia que habla sobre la verdaderamente caleidoscópica naturaleza del esfuerzo humano y los multicolores ingredientes y elementos que entran en juego en la creación de una vida feliz y satisfactoria en medio de la comedia y tragedia de la condición humana.

Russell afirma: "La idea que me atrajo fue cómo contar la historia de una vida a lo largo de más de 40 años, desde la magia de la infancia, pasando por matrimonio, divorcio y maternidad en solitario, hasta regresar al cumplimiento de aquellos sueños infantiles. ¿Cómo cuentas la historia del espíritu de una persona; y cómo ese espíritu está compuesto por todas las personas que amamos, las ideas que tenemos, las cosas que apreciamos? JOY une todas esas piezas. La historia tiene sufrimiento y amor. Tiene a una chica que crece entre el taller metalúrgico de su padre y el refugio de su madre, las telenovelas, repletas de fuertes mujeres. Tiene a un exmarido soñador que vive en el sótano y que todavía es amigo suyo, así como a una hermana afectuosa que también es una celosa rival. Y tiene a una cadena de televisión por cable en Lancaster, Pensilvania, que se convierte en una fábrica de sueños. En medio de todo ello, podemos ver que en Joy se va desarrollando silenciosamente una feroz determinación".

Russell también consideró JOY como la oportunidad de contar un tipo diferente de historia sobre la consecución de riqueza: la historia del surgimiento de una magnate de los negocios a partir de un mundo doméstico asociado a la clase trabajadora y, a menudo, todavía ignorado por la épica cinematográfica.

"La mitad o algo más de la película está basada en Joy Mangano, y la otra mitad se basa en otras intrépidas mujeres sobre las que a lo largo de los años he oído hablar o he leído", explica Russell. "Eso incluye a Lillian Vernon, creadora de los primeros grandes catálogos de venta por correo para productos domésticos. Incluye también a otras muchas mujeres que he conocido, como algunas amigas de mi madre, que se atrevieron a crear empresas, que algunas tuvieron éxito y otras fracasaron. Me fascina esa clase de espíritu que conduce a alguien a iniciar una aventura empresarial fuera de su hogar e intentar abrir un nuevo camino tanto para ellas mismas como para sus familias. Por lo tanto, muchas mujeres a lo largo de la historia han creído que han llegado a un callejón sin salida y han tenido que crearse sus propias oportunidades".

Como es habitual en el cine de Russell, la historia se expande en numerosas direcciones a medida que se va desarrollando el guión; tocando ligeramente temas que abarcan desde la naturaleza de la creatividad hasta el quimérico mundo de la televisión y cómo ganar una guerra comercial; pero el núcleo central de la historia permanece inalterable.

Russell señala: "El verdadero dilema al que Joy debe enfrentarse mientras va madurando es cómo mantenerse fiel a sí misma. ¿Cómo se mantiene alguien fiel a sí mismo cuando entra en contacto con los muchos compromisos de la vida adulta? E, igualmente importante, ¿cómo mantienes la mágica pulsión de vida y los sueños que tenías cuando eras niño?"

Aunque Russell entrelazó la vida real de Mangano con algunos retazos de ficción, Russell mantuvo una estrecha comunicación con la inventora, que continúa jugando un papel relevante en el mundo de las compras por televisión y que ahora es presidente de Ingenious Designs LLC. Mangano dice que presenciar el proceso de realización del filme fue algo extraordinario.

"Formar parte de la inspiración de David fue algo muy especial para mí y que verdaderamente me siento incapaz de describir", señala Mangano. "Es una persona asombrosamente inteligente. Cuando empezamos a hablar, había cosas sobre mi vida que yo perfectamente habría dejado pasar, pero eso le hacía detenerse y querer indagar más. Yo podía ver realmente cómo iba elaborando su visión de la historia. El hecho de colaborar con él está entre las experiencias más increíbles de mi vida. Mis historias personales se convirtieron en un lienzo sobre el que él creó algo universal".

Russell ha sido siempre un agudo cronista de las diversas formas de unión familiar, tan absurdamente divertidas como reconfortantes, y los excéntricos padres de Mangano y su relación con su exmarido le suscitaron una especial curiosidad. Como realizador, Russell ha explorado a menudo la vida familiar con un tono probablemente más asociado a la literatura rusa; donde la infancia y la muerte, el matrimonio y el divorcio, la felicidad y la soledad, el gozo y la traición, la riqueza y la pobreza, todo ello forma parte del mismo tapiz, entretejido de tristeza y alegría, que conforma la experiencia humana y que ninguno de nosotros puede eludir. Aunque la ambición de Joy viene provocada por sus sueños y su mente creativa, no puede separarse en absoluto de las extravagantes relaciones que la rodean; ni de su eterno deseo de cuidar de sus seres queridos, independientemente de lo imperfectos o irritantes que sean.

"Joy era respetada y amada por su familia, pero ésta, a veces, era también un obstáculo". Russell señala, "En todas mis películas, me ha interesado el hecho de que las familias pueden estar desequilibradas y rotas y, no obstante, ser también un suelo fértil que hace florecer lo más positivo de una persona. Los miembros de la familia de Joy son afectuosos a su manera y tienen ciertas limitaciones para expresarse. Sin embargo, incluso esas limitaciones terminan haciendo a Joy una persona más fuerte. Joy tiene que afrontar desde muy temprano el reto de aferrarse a sus principios, y aprende a convertirse en la pertinaz voz de la sensatez, la persona que cuida de todos los demás. Yo creo que hay algo muy hermoso en las familias, incluso cuando son complicadas, conflictivas y, en definitiva, humanas. Y parte de la alegría (joy, en inglés) de Joy está en su naturaleza indulgente y en su habilidad para generar un sentimiento amoroso a pesar de todo".

La fuerza motriz de cuidar de su familia a la vez que se desarrollaba plenamente como persona, se convirtió en un elemento que diferencia a JOY del resto de películas que han contado historias sobre aspirantes a emprendedores y mujeres apasionadamente independientes. El viaje emprendido por Joy sólo trata parcialmente sobre encontrar la fortaleza para perseguir lo que realmente desea; la otra parte gira en torno a descubrir cómo hacer un digno ejercicio circense de equilibrio con todo lo demás que realmente le importa.

Russell afirma: "Para mí, lo extraordinario de Joy es que, aunque se ha convertido en la jefa de su familia y de su exigente y siempre activa empresa, sigue siendo una persona muy cariñosa e indulgente. Joy encuentra el modo de llevar consigo a toda su familia. Ya tenía ese espíritu a los diez años de edad. No quería abandonar a su gente, y tampoco va a abandonarla cuando tenga 45 y dirija un imperio. Ha tenido que cambiar de una manera sorprendente, pero también permanece fiel a esa parte de sí misma".

Puesto que la película está creada como un vívido ejercicio sobre la búsqueda –repleta de altibajos– de la felicidad por parte de Joy, JOY también es la película visualmente más creativa de Russell. La realidad cotidiana de Joy –y el constante tira y afloja entre necesidad y logros al que se enfrenta– se enfatiza a través de ráfagas de hiper-melodramáticas secuencias de telenovela, números musicales, surrealistas ensoñaciones y hechizantes copos de nieve.

Tras conocer que la madre de Joy Mangano era fiel seguidora de las telenovelas, Russell descubrió en los culebrones un interesante mecanismo de reflexión, un fantástico espejo de la concienciación de Joy de que podía romper las barreras de su vida y optar por un camino mucho más ambicioso y audaz. "Las líneas argumentales de las telenovelas son en sí mismas dignas de la literatura rusa", reflexiona Russell. "En el mundo de la telenovela están todos esos grandiosos elementos góticos y melodramáticos. Sus personajes hablan constantemente de deslealtad, traición, riqueza y muerte; de manera que sus tramas parecen escritas por Gogol, Tolstoi o Dostoievski. Pero las telenovelas también tratan a menudo sobre ambición y mujeres valientes, y por eso tocan la fibra sensible de la gente".

Otro hilo argumental del tapiz que compone el filme es el crecimiento de las ventas por televisión, algo que presagiaba nuestro mundo actual, regido por la tecnología, donde todas las reglas comerciales han cambiado radicalmente con la generación Kickstarter (plataforma líder de financiación colectiva o crowdfunding). "El canal de teletienda QVC fue un precursor de Internet", observa Russell. "Fue uno de los primeros sitios donde podías interactuar 24 horas al día ya que todo lo que tenías que hacer era simplemente marcar un número y los teléfonos siempre estaban atendidos".

Aunque la Fregona Milagrosa de Joy se convierte en un mega-éxito de ventas de QVC y en una especie de milagro también para su propia vida, los problemas de Joy no desaparecen. Por el contrario; y esto era algo esencial para Russell. La película JOY es un vitalista relato del ascenso de una mujer, pero también es honesta acerca de los costes y limitaciones que implica tal éxito.

"Quería que el filme mirara más allá del éxito inicial de Joy, porque ahí no se termina todo", comenta Russell. "Los problemas nunca se acaban, de manera que debes seguir manteniendo ese espíritu de superación. El hecho de reconocer los problemas del éxito no significa que no agradezcamos haberlo obtenido, pero, independientemente de quiénes seamos, yo creo que todos tenemos ese miedo a que, en cualquier momento, todavía podríamos perder lo que tenemos, y tenemos que seguir haciendo malabarismos con todo tipo de personas y situaciones complicadas para seguir adelante. Lo interesante aquí era mostrar cómo Joy desarrolla la madurez necesaria para hacer eso. Lo más difícil y más hermoso de la vida puede ser seguir manifestando esa clase de capacidad de disposición y de superación".


El origen de una cabeza de familia: Jennifer Lawrence en Joy
La historia de JOY le proporcionó a Jennifer Lawrence un papel diferente de cualquiera que haya tenido hasta ahora: una mujer independiente que pasa de ser una soñadora a una ama de casa, a una magnate durante cuatro décadas de aprender a creer en sus ideas, competir por el poder y ser fiel a sus ideales. Lawerence, de sólo 25 años de edad, ya es una reconocida actriz gracias al amplio y variado repertorio visto en papeles que van desde la emblemática heroína de Los juegos del hambre, Katniss Everdeen, a su papel ganador del Oscar® de una joven viuda en la película de David O. Russell El lado bueno de las cosas. También recibió nominaciones al Oscar® por su papel de la joven de Ozark decidida a encontrar a su padre en la película Winter's Bone y su papel de la celosa mujer de un prestamista en La gran estafa americana, del director David O. Russell.

Pero JOY no tiene nada que ver con todas esas películas. Lawrence estaba entusiasmada con la idea de desempeñar, posiblemente, el personaje femenino más complejo de Russell y de explorar la fuerza que mantiene a la gente tirando hacia delante incluso cuando parece que tienen que poner sus mayores sueños a un lado. Enfocó el personaje de Joy como alguien que está constantemente evolucionando y que rechaza ser sólo una cosa. Es tanto una intrépida creadora como una agotada madre soltera, una negociadora fría e inquebrantable, una consternada hija y una mujer que descubre su propio y trabajado sentido de júbilo al mantener todo unido. Lawrence afirma que poder explorar el alcance de todo eso le llamaba, en parte, porque Russell iba a colaborar con ella.

"Haría cualquier cosa por David por un millón de razones diferentes", explica Lawrence. "Cuando me llamó y me preguntó si quería hacer la historia de la mujer que inventó la Miracle Mop (fregona mágica) pensé: 'qué personaje tan increíble para poner en manos de David'. Sabía que iba a ser algo especial. Está repleto de la imaginación de David. No es sólo la historia de la batalla de una mujer que quiere triunfar, sino también una historia para entender lo que significa la felicidad y el regocijo después de haber conseguido tus objetivos".

Al ser preguntado por qué Lawrence, la que algunos ven como la musa del artista, iba como anillo al dedo a Joy, Russell responde: "Siempre he pensado que Jennifer tiene un alma de persona mayor. Cuando nos conocimos en El lado bueno de las cosas, pensé: '¿Tiene 20 años o 40?' Quiero decir, podía tener cualquier edad. Para mí siempre fue la única opción para hacer de Joy. Tiene ese gran corazón y ese espíritu salvaje y creativo. Como artista, creo que es una persona que puede expresar numerosos mundos y que también puede adentrarse en lo desconocido e inesperado. Y como persona, he tenido el placer de verla en su gran viaje".

En esta película, ese viaje es algo nuevo. "Ésta es la primera vez que Jennifer lleva una película dramática de manera emocional, como figura principal", apunta Russell. "Es una interpretación que captura la amplitud del alma de una persona. Le costó muchísimo trabajo y alma encontrar el modo de ser el centro de cada habitación; no de una manera ruidosa o grandilocuente, sino con un tremendo poder. Lawrence nos permite ver a Joy en sus momentos más vulnerables y delicados, en los más feroces y en los más maternales, como una persona de gran compasión y paciencia, pero también como una formidable defensora de su familia y su negocio. Tuvo que ponerse en contacto con esa niña pequeña que estaba llena de magia y llevarlo a una joven mujer que todavía tiene ese espíritu ardiente pero que se ve atrapada por una vida decepcionante y, por último, plasmar eso en una mujer madura que está preparada para apostar su vida entera a algo".

Lawrence estaba fascinada por cómo Joy siempre estaba atenta a las necesidades de su familia y cómo, de repente, daba un paso valiente por sí misma.

"Creo que Joy siempre sentía que tenía que ser la fuerte de la familia, la base que sostiene a todos los demás", observa la actriz. "Abandonó sus sueños para apoyar los de los demás y puso los suyos en espera durante casi toda su vida. Puso a los demás por delante durante tanto que creo que tuvo tiempo para darse cuenta de que había algo más dentro de ella que tenía que expresar, que tenía que respirar. Y por eso creo que la historia de Joy abarcó cuatro generaciones, porque a veces se necesita todo ese tiempo para crear una vida completa. Joy continuó enterrando esa parte inventora suya, pero cuando, por fin, encuentra la fe en sí misma que necesitaba para seguir adelante, es imparable. Es adictivo cuando encuentras esa fuerza interior".

Poder conocer a Joy Mangano en persona también sirvió de inspiración. "La mente de Joy es infinitamente fascinante. Todavía tiene cientos de ideas para nuevos inventos", comenta Lawrence.

Mangano, a su vez, se quedó pasmada al ver a Lawrence hacer de ella misma. "Si en algún momento hubiese tenido la oportunidad de elegir a alguien para que hiciera mi personaje, habría sido Jennifer Lawrence", afirma entre risas Mangano. "Es un verdadero placer para mí que Jennifer aceptara el papel, sobre todo después de haberla conocido, ya que tiene tantas aptitudes y brillantez. Tan pronto como empezamos a hablar, casi tuve la sensación de que ella estaba mirando dentro de mí. Y por supuesto, estaba mirando dentro de mí, porque eso es lo que tiene que hacer".

Para Lawrence fue un desafío nuevo desempeñar a Joy en su edad mediana, para la cual todavía le queda bastante. "Interpretar a un personaje durante cuatro generaciones fue emocionante y es algo que no había hecho nunca. Pero salió muy natural con el guión de David. He podido observar que parece que hay una cosa que sucede a medida que te haces mayor, y es que te tranquilizas. Así que trabajé cambios sutiles en la voz y gestos de Joy: se vuelven más seguros, suaves y lentos", explica Lawrence.

Russell encontró la transformación de Lawrence reveladora. "A medida que envejecía, Jennifer cambiaba completamente", recuerda. "Actuaba de una manera distinta. Su voz cambiaba. Todo empezó a ser diferente y la forma en que se transformó me recordó un poco a Christian Bale en La gran estafa americana. Al mismo tiempo, mostraba esa calma que, como predijo la abuela de Joy, se convierte en la fuerza de Joy: la capacidad de ser la presencia inalterable en la habitación, que mantiene a todo el mundo unido".

Lawrence cree que la clave para sentir visceralmente el impacto del éxito de Joy viene de verla desde sus inicios. "Una de las partes que me encantan de la historia de David es que realmente ahonda en los años en los que Joy no cree en sí misma, cuando todo el mundo hace que se crea que sus sueños son absurdos y tontos", afirma. "Creo que es una parte muy importante cuando cuentas la historia de alguien que acaba triunfando: es importante ver todos esos años en los que no sabían que llevaban eso dentro de sí mismos".

La mayor parte de la confusión de Joy sobre cómo perseguir lo que quiere está encerrado en cómo hacer que su unida pero loca familia vaya en la misma dirección. Aunque la vuelven loca de un millón de formas diferentes, su sentido de responsabilidad hacia ellos nunca flaquea. "Joy tiene una dinámica familiar complicada, porque ella ama a su familia hasta el fin del mundo y ellos también la quieren mucho también, pero no la apoyan totalmente en sus esperanzas de la forma que ella quisiera", ríe Lawrence. "Creo que sólo tratan de evitar que se haga daño, pero es complicado para una persona luchar contra eso".

La familia de Joy cobra vida a través de un reparto que Lawrence sabía que iba a ser vivaz, en parte porque muchos han trabajado juntos antes en películas de Russell. La actriz está entusiasmada con la idea de formar parte de un reparto continuado. "Por un lado, miras a estos actores y ves a las mismas personas que ya conoces, pero, por otro lado, todos desempeñamos personajes totalmente nuevos y la química es totalmente diferente, que es lo que lo hace tan emocionante", comenta.

A Lawrence le gustó especialmente volver a encontrarse con Robert De Niro; esta vez como su hija. "En muchas maneras diferentes Bob ha sido una figura paterna para mí, educándome a través de películas y fama y siempre siento que puedo pedirle cualquier cosa", asegura. "Así que tenerle haciendo de mi padre ha sido realmente emotivo y personal para mí. Además, actuar junto con Bob es como conducir un Aston Martin. Es algo de otro mundo".

Pero sobre todo, Lawrence se sintió fortalecida para canalizar el espíritu de Joy –y para ser más osada por derecho propio– gracias al fuerte vínculo que ha forjado con Russell. "Es el vínculo más extraño y poderoso", reflexiona Lawrence. "Pero creo que David sabe cómo llegar a una parte de mi corazón y estoy muy agradecida de que quiera que forme parte de su trabajo y su legado".


Aliados y enemigos: El reparto

Rudy y Trudy
En este viaje de JOY, se une a Jennifer Lawrence un consumado y variado reparto típico de las películas de David O. Russell. El director trabaja por tercera vez con la leyenda del cine Robert De Niro, en esta ocasión en el papel cómico-serio de Rudy, el padre de Joy, un propietario de clase trabajadora de un taller con un temperamento aterrador, pero en el fondo con el corazón de un romántico sin remedio. "Me encanta poder ver a Bob como un hombre enamorado", comenta Russell. "Le vemos pasar de estar fuera de control a estar enamorado".

De Niro adoptó las enormes contradicciones de Rudy: su intenso temperamento y su encanto romántico, su ética de trabajo obrera y su amor por el estilo, sus remordimientos paternales y el amor por sus hijos. "El verdadero padre de Joy Mangano fue, de hecho, un punto de partida para David", explica De Niro. "Uno espera este tipo de contradicciones en los personajes de David. Él trata todas estas contradicciones en sus personajes porque en la vida real existen de verdad. David es consciente de ello y lo percibe de manera especial. Y ese es su verdadero mantra: explorar las contradicciones en las personas y familias".

Mientras esas contradicciones saltan a un primer plano en cada película de Russell, los asuntos de JOY los dejan a un lado. "Es una especie de cuento de Cenicienta", describe De Niro. "Es la historia de una mujer que emerge contra todas las probabilidades como un tipo de madrina de una familia. Es una historia de superación".
Una de las cosas que tiene que superar Joy es la frustrante capacidad de su padre de apartarla de sus sueños; pero a De Niro le encantó tener la oportunidad de trabajar tan de cerca con Jennifer Lawrence en una relación de un padre imperfecto y una hija indomable. "Jennifer está maravillosa en el papel y es maravilloso trabajar con ella", asegura De Niro. "Su mente es muy ágil y tiene la extraordinaria capacidad de adaptarse a cualquier cosa, que es, precisamente, lo que se necesita para trabajar con David. "Los dos hacen las cosas de manera espontánea, inmediata y divertida".

Ser parte de uno de los repartos de Russell es, según De Niro, "como estar en un circo, donde hay mucha gente entrando y saliendo y suceden todas esas cosas creativas en diferentes lugares. Hace las películas con un estilo en el que, básicamente, escribe con la cámara, y nosotros, los actores, estamos en sus manos listos para entrar en escena a cada momento".

La mujer que le gusta a Rudy es Trudy, una inmigrante italiana cuya herencia se convierte en la última esperanza de Joy para establecer su negocio de inventos. Russell supo enseguida quién quería que representara ese papel ficticio: la estrella internacional medio italiana, medio sueca Isabella Rossellini. "Siempre he querido trabajar con Isabella; siempre he querido encontrar un papel que le encajara perfectamente", confiesa Russell. "Y me encanta que tenga la oportunidad de representar a una mujer italiana, que es una invención para la película. Su personaje, Trudy, es una viuda que invierte en la idea de la fregona de Joy. Pero ella nunca antes había invertido, así que intenta llevarlo según las normas de su último marido, Morris. Éste es el tipo de particularidades que hacen que me encanten los humanos. Todo está en los detalles".

Es una pareja bastante inesperada", comenta De Niro sobre trabajar con Rossellini.

Rossellini dice sobre Trudy: "Es un personaje muy rico, que es una de las cosas que David es capaz de hacer: con unas cuantas pinceladas, es capaz de crear seres humanos completos. Es una viuda italiana que se siente un poco perdida en Estados Unidos y creo que por eso se junta tanto con esta familia que lleva una vida tan diferente a la que tenía en su país. Una parte de ella aún se aferra a la persona que era cuando estaba en Italia: podemos verla vestida de punta en blanco en el grasiento taller de Rudy. Creo que su relación empieza como algo oportunista para ambos: los dos tienen necesidad de algo, pero al final son como familia. Esa es otra de las cosas en las que David es bueno: entiende que la familia es el lugar de mayor conflicto y del amor más grande de nuestras vidas".

En cuanto al examen continuo al que somete Trudy a Joy cuando se convierte en su inversora, Rossellini dice que es un mecanismo de defensa exagerado. "Trudy es insegura", apunta Rossellini. "Nunca antes había invertido, por lo que tiene miedo de cometer un gran error, y eso hace que esté constantemente criticando las decisiones de Joy. Está constantemente diciéndole a Joy: 'Te crees que eres una mujer de negocios. No sabes lo que estás haciendo. Esto es un negocio', como si ella lo supiera, cuando tampoco tiene ni idea. Pero Joy es la que tiene visión. Trudy tiene el dinero, pero Joy es la que tiene las ideas".

Rossellini añade: "Lo que me gusta de la película es el viaje de Joy. No trata de una mujer que se enamora, sino de una mujer que crea un imperio. Creo que la película es muy innovadora porque nunca he visto una historia como ésta".

Rossellini confiesa que tuvo que hacer frente a un estado de nerviosismo al trabajar con De Niro por primera vez. "Por un lado, estaba absolutamente emocionada por poder trabajar con un talento como él y, por otro lado, pensaba: '¿estoy loca? ¿Cómo voy a estar a su altura cuando llegue el momento?' Pero Bob rebosa de una bondad que en seguida hizo que me sintiera cómoda".

Tony
Si Trudy es una espina en el lado de Joy, su exmarido, Tony, es literalmente el hombre que está tras sus pies: aún vive en su sótano aunque estén irrevocablemente divorciados. Russell sintió mucha intriga cuando se enteró de que Joy Mangano seguía siendo buena amiga de su ex. "Es una historia que no se suele ver en la pantalla, en la que una pareja se divorcia pero siguen siendo amigos", afirma el guionista-director. "Joy y Tony son mejores amigos que matrimonio, una realidad sobre la que no se ha hablado mucho".

En el papel de Tony, el apasionado intento de cantante latino, está la estrella emergente Édgar Ramírez, nominado al Globo de Oro por su papel principal en la revolucionaria miniserie venezolana Carlos. Como era nuevo en un reparto de Russell, Ramírez recuerda que Bradley Cooper le cogió aparte. "Me dijo: 'David te va a llevar a lugares muy oscuros, no te resistas, deja que te lleve'", recuerda.

Y eso es lo que hizo Ramírez. Sabía que no podía contenerse al hacer de Tony. "Tony es intenso, pero también muy sensible. Expresa sus emociones sin filtro", explica. "Creo que al principio es un poco como un niño adulto. Pero se embarca en un viaje con Joy hacia la madurez y que, de algún modo, le lleva a ayudar a Joy y a sus hijos en común".

Esa transformación es verdaderamente inspiradora. "Me gusta que decida apoyar a la mujer que ama sin ningún complejo, sin dejar nada dentro", afirma Ramírez. "Es algo bonito, especialmente cuando tienes en cuenta las convenciones de nuestra sociedad. Fue un verdadero privilegio para mí interpretar un personaje que es romántico y que no se siente menos hombre por homenajear a una mujer".

En cuanto a por qué Joy y Tony no vuelven estar juntos, Ramírez opina que "a veces el amor verdadero se transforma. Son las fascinantes y hermosas víctimas de un amor que ha fallado, pero que se ha transformado en un tipo de amor diferente aunque igual de fuerte". Trabajar con Lawrence hizo que pareciera totalmente real. "Es tan valiente y tan divertida", asegura Ramírez. "Para ser tan joven, tiene un tacto con las personas profundo e intenso".

A Ramírez también le encantó volver a encontrarse con De Niro, con el que ha trabajado en Hands of Stone, esta vez como su insólito compañero de habitación. "Rudy tiene muchas opiniones, pero a Tony le dan igual", explica. "Tony no se mete en nada que pueda amenazar sus sueños. Es un tipo emocional, que se deja llevar por el instinto y el corazón. Pero Rudy es un románico también. Puede parecer cortante y gruñón, pero también tiene un lado Casanova y fue increíble ver a Bob explorar todos esos detalles.

Para Ramírez, la película va, en último término, sobre cómo encontrar la felicidad teniendo que hacer frente a las calamidades de la vida. "Esa alegría que tienes de niño se tiene que transformar cuando te conviertes en adulto", afirma. "Creo que esta película trata sobre cómo encontrar esa forma madura de la alegría. Las vidas de estos personajes toman giros inesperados. Hay desamor y frustración y cosas que funcionan de maneras como uno nunca pensaría que funcionarían, pero Joy termina encontrando la felicidad a pesar de su desamor".

Mimi
Los cimientos de Joy son su abuela Mimi; es su modelo a seguir cuando trata de sacar adelante a su familia como matriarca. En el papel de la principal inspiración de Joy está Diane Ladd, que ha aparecido en más de 120 películas y series de cine y televisión desde que empezó su carrera en una telenovela en 1970 y ha conseguido tres nominaciones al Oscar®: por la oda a la independencia de la mujer de Martin Scorsese Alicia ya no vive aquí, la película de David Lynch Corazón salvaje y por El precio de la ambición, de Martha Coolidge.

Russell pensó en ella para el papel desde el primer momento. "Quería que su increíble voz fuera la de Mimi. Además, apareció en Alicia ya no vive aquí, que es una película que veo como la predecesora de ésta", explica.

Ladd confiesa que la historia le conmovió por completó. "No vivimos en los tiempos más fáciles, pero creo que esta historia nos recuerda que todos tenemos el derecho a intentar conseguir nuestros sueños. Muchas veces te tienes que levantar del suelo y sacudirte el polvo, y esta película te dice: 'Sal ahí fuera y no te des por vencido".

También le encantó Mimi, que nunca ve ningún obstáculo insalvable para Joy, sino que ve todo su potencial. "Todo el mundo le dice a Joy: 'No, no puedes hacerlo. Compórtate. Madura. Deja de soñar despierta'. Pero Mimi trata de inspirarla sin meterse en el camino de nadie", explica Ladd. "Creo que lo que intenta es cumplir con su papel de abuela. Y creo que ayuda a Joy a luchar por sí misma. Lo que Mimi ve en Joy es el poder de la imaginación, ese extraño don del universo".

Terry
La madre de Joy, Terry, tiene una relación con la imaginación algo diferente, después de haberse refugiado —de su soledad como divorciada que ve pocas opciones en la vida real— en un mundo de telenovela en el que mandan las mujeres. En este papel de comedia oscura está Virginia Madsen, actriz nominada al Oscar® por la película de Alexander Payne sobre el viaje por los viñedos Entre copas. Madsen describe a Terry como una "señora tímida que tiene miedo del mundo. Nunca sale de la casa porque la realidad es un lugar escalofriante para ella".

Desde luego, no está nominada para ser la madre del año, pero Madsen siente empatía por Terry, que es un alma perdida en tiempos modernos vagando por la salvaje televisión: "Terry no es mala persona. Es más como una criatura indefensa que no es capaz de hacerse cargo de los demás. Fue un gran desafío para mí porque no nos parecemos en nada. Yo veo el mundo como una aventura, y Terry apenas se imagina yendo a una tienda. Así que tuve que construir el personaje desde cero y meterme como pudiera dentro de él".

Cuanto más analizaba los sentimientos de Terry de desapego hacia una familia que la decepciona, más sentido cobraba su adicción a las telenovelas. "Creo que a la gente le gustan tanto las telenovelas porque los personajes se convierten como en parte de la familia. No es sólo que sean glamurosos y guapos, sino que también tienen dificultades. Y creo que nos gusta ver a personas como Susan Lucci superar las adversidades una y otra vez. Aunque nunca sale de casa, a Terry le apasionan estas mujeres fuertes y exitosas. Pero las ve como una fantasía, mientras que Joy trata de hacer algo en el mundo real".

Madsen disfrutó plenamente poder explorar las entrañas tragicómicas de Terry, aunque confiesa que se ve más reflejada en Joy. "Me identifico más con Joy porque aprende a levantarse por su propio pie", concluye Madsen. "Es una historia sobre fortalecerse a uno mismo, ya que nadie te va a dar esa fuerza".

Neil
Fuera de la familia de Joy, su mayor aliado —y después su mayor rival de negocios— es el ejecutivo de QVC Neil Walker, interpretado por el colaborador de toda la vida de David O. Russell, Bradley Cooper, nominado al Oscar® por El lado bueno de las cosas y La gran estafa americana, así como por El francotirador, de Clint Eastwood. Cooper y Russell hablaron de darle una pizca de magnate de Hollywood antiguo al personaje para que Cooper pudiera trabajar con un estilo fácil y un optimismo nuevo en su trabajo juntos.

"Después de desempeñar a Richie DeMaso en La gran estafa americana, un personaje salvaje, fue divertido descubrir un nuevo tipo de intensidad y de poder en Bradley", afirma Russell. "A los dos nos apetecía hacer algo que no habíamos hecho antes".

El personaje tranquiliza a Joy con su exuberante amor por la invención y la anima a superar sus expectativas. Cooper explica: "Neil es un compuesto ficticio de varias personas de QVC que trabajaban con Joy. Lo interesante del personaje es que es un tipo que se relaja más cuando la presión aumenta. Le comparo con ciertos entrenadores que tuve cuando era pequeño que siempre estaban en una balanza en medio del más absoluto caos. En cierto modo, creo que tiene afinidad con Joy. Al mismo tiempo, se toma los negocios muy seriamente. Se ve a sí mismo como un Jack Warner o Daryl Znuck, construyendo un imperio de sueños. No bromea en esos temas y no hay ironía en él. Cree en todo lo que dice".

En vez de la típica presencia corporativa malévola, Cooper enfocó a Neil como alguien al que le entusiasma darle a la gente esa oportunidad entre un millón. "Neil es alguien que no se parece a otros ejecutivos de televisión, igual que Joy no parece una inventora", observa Cooper. "Y es muy consciente de que Barry Diller le dio a él la oportunidad de hacer que QVC funcionara. Así que ahora le encanta estar en la posición de poder darles a otros posibles iconoclastas la oportunidad de cumplir sus mayores ideas. Cuando conoce a Joy, ésta se encuentra en el precipicio para cambiar su vida y él le da la oportunidad".

Cooper apunta que él ha crecido con QVC. "Mi madre siempre compraba en QVC y en su habitación siempre había artículos de esa tienda", recuerda. "Volvía del colegio y en la puerta de la entrada siempre había un paquete de QVC esperando. Incluso en mi residencia de estudiantes tenía la fregona mágica".

Cooper se divirtió explorando la vida detrás de las cámaras de ese mundo que sólo veía desde el otro lado. Pero su mayor placer fue ver a Jennifer Lawrence interpretando el papel de Joy. "Se ha convertido en una fuerza increíble. Siempre lo ha sido desde el principio, pero ahora se está realizando de diferentes maneras", comenta. "Tiene una manera muy asimilada y arraigada de andar por una película. Es similar a lo que he visto en De Niro, les veo muy parecidos en cuanto a la manera de enfocar el trabajo. Probablemente por eso David trabaje con los dos una y otra vez".

Peggy
La hermana de Joy, Peggy, es quizás su polo opuesto —y su rival por el poder familiar— y, aun así, hay un inconfundible lazo entre ellas dos. En el papel de Peggy está Elisabeth Rohm, que trabajó con Russell en La gran estafa americana. Y desde entonces, siempre ha querido volver a trabajar con él. "Es lo máximo a lo que aspira cualquier actor, el tener la oportunidad de trabajar con alguien tan valiente que siempre llega al fondo de los seres humanos, los problemas de la vida y las superaciones", afirma la actriz. "En JOY, lo vuelve a conseguir, con personajes tan honestos y reales".

Peggy ofrece un punto de vista raramente visto: el de una persona que vive a la sombra de una hermana brillante a la que le irrita la situación. "Creo que es un personaje muy importante, ya que es una situación real, en la que una hermana tiene cierta magia y la otra se siente como que nunca ha escuchado o apreciado lo suficiente. Y eso te hace ser ese tipo de persona", observa Rohm. "Creo que mucha gente puede verse reflejada en esa rivalidad fraternal. Y es posible que todo el mundo tenga una Peggy en su vida, alguien que le diga: 'No puedes hacerlo. No eres bastante bueno. Ni siquiera deberías considerarlo. Ah, pero te quiero de todas formas'. Es una persona que tienes que superar y Joy lo hace y se convierte en la enorme mujer que hay dentro de todas nosotras".

Rohm estaba especialmente emocionada por explorar esta relación de tira y afloja de hermanas rivales con Lawrence. "Cuando nos conocimos en La gran estafa americana, tuvimos una química increíble", recuerda. "Nos reímos una barbaridad juntas. Jennifer es auténtica de los pies a la cabeza. Lo que ves es lo que hay. Eso es lo que me encanta de ella y disfruto con ello. Para mí fue fácil pelear con ella en JOY porque confiamos mucho la una en la otra y ya siento que somos como hermanas gemelas".

La actriz también afirma que ella y Lawrence se sentían liberadas al saber que Russell las apoyaba. "David nos eleva a todos. Tiene la humildad de volver siempre a hacer el trabajo lo mejor que puede".

Cada uno de los actores coincide en que trabajar con Russell es una experiencia en sí misma que desemboca en caminos misteriosos. "Cuando trabajas con un gran artista, cada uno tiene su estilo, su idioma y te tienes que adaptar. Es increíblemente divertido trabajar con David", asegura Rossellini. "Siempre tienes que estar alerta con él y esas es la cosa más maravillosa porque ese estado de alerta es lo que necesita un actor para estar vivo".

Madsen añade: "Sentía como que David me tenía en sus manos todo el tiempo, lo que te permite ser valiente".

Cooper concluye que esta película tenía una atmósfera diferente dentro del escenario de otras producciones de Russell, aunque al final el núcleo tenía un tacto similar. "Esta película tenía un tempo diferente. Era más silenciosa y tranquila, como Joy, pero, al mismo tiempo, era igual de explosiva en ideas, imaginación y creatividad".


La fotografía de Joy: Diseñando la película
Conocido por su afición al diseño y a los escenarios imaginativos, David O. Russell prepara unos efectos visuales con JOY con sus tomas más estilizadas de la vida moderna hasta la fecha, que captan no sólo el salón de la familia y el apelmazado garaje, sino también un universo de telenovela intensificado, una fábrica de sueños de televisión y la salvaje imaginación de una mujer a la que le encanta pensar soluciones ingeniosas a los problemas diarios.

Desde el principio, la idea era ver la vida contemporánea a través de la lente del cine clásico, dejando que los dos colisionaran de maneras fascinantes. Para lograrlo, Russell volvió a contar por segunda vez con el director de fotografía Linus Sandgren, que también grabó La gran estafa americana. Los dos emplearon mucho tiempo observando y hablando antes de comenzar con la producción.

"Tuvimos muchas influencias: la fotografía de William Eggleston, el primer gran fotógrafo en color de América, los cuadros de Edward Hopper y Andrew Wyeth, así como las películas clásicas de George Stevens y Frank Capra", afirma Russell. "Me interesaba ese tipo de espacio, profundidad y sombreado. Hicimos gran parte de la película con siluetas, que era algo nuevo para nosotros. Hay algo muy sugerente sobre las siluetas y la sombra: pueden llevarte al interior de una persona".

Russell continúa: "Linus y yo compartimos un montón de imágenes e incluso poesía. Me encantó su disposición a colaborar y el corazón que le puso para tratar de hacer que cada toma fuera maravillosa y viva".

Sandgren recuerda sus primeras conversaciones: "David tenía muchas inspiraciones que iban más allá de la vida de Joy Mangano. Hablamos mucho sobre lo que hay en ese sentido de la belleza clásica y la destreza genuina de las películas de Hollywood. De alguna manera hablamos sobre cómo hacer una película en blanco y negro que no fuera en blanco y negro. Vimos un montón de películas diferentes; desde ¡Qué bello es vivir!, de Capra hasta Alicia ya no vive aquí, de Scorsese y Luna de papel, de Bogdanovich".

Para que recordara a la sensibilidad del blanco y negro en una película moderna, Russell y Sandgren hablaron de utilizar una paleta monocromática que se extendiera luego con las ambiciones de Joy. "Para mí hay algo mágico en esa apariencia monocromática", comenta Russell. "Me gustan las películas que te transportan a un mundo que parece tanto real como un poco encantado. Así que quería que la paleta de esta película tuviera la elegancia y el estilo adecuado, de manera que puedas sentirlo, pero también de un modo que no te saque de las emociones de la historia de Joy".

Trabajar con el color y la luz de un modo tan específico significaba que Sandgren iba a tener que realizar mucha planificación, aun cuando Russell siempre se esfuerza por que las cosas salgan espontáneas en el escenario. Era un ejercicio de equilibrio.

"Grabábamos en 360, así que teníamos que planificar las tomas con mucho cuidado para que la luz funcionara al grabar en diferentes direcciones", explica. "Hasta tuvimos que poner las luces con interruptores con regulador de intensidad para poder cambiar la iluminación al instante. Así que la planificación era esencial, aunque cuando los actores y David están en el escenario juntos, tienes que cambiar los mecanismos y ser muy flexible porque David siempre viene con nuevas ideas y hace que tengas que sacar nuevas ideas también".

Aunque el estilo fluido de Russell es claramente contemporáneo, es un director moderno que permanece fiel al grano tradicional de película de 35 mm. "A David le encanta la textura del cine y la magia orgánica que aporta el cine; y una película es mejor si tiene una piel y a David le encantan esos tonos de carne", apunta Sandgren.

Para Sandgren, colaborar con Russell es estimulante en su imprevisibilidad. "Es un artista que está continuamente trabando en la película como un escultor, como si estuviera esculpiendo una obra de arte con arcilla, poniendo toda su habilidad en ello pero permitiendo también que se convierta en algo orgánico por sí misma", describe Sandgrem. "Es una manera distinta de trabajar, pero David es también muy valiente y no tiene miedo a seguir probando ideas. Y por supuesto, eso es de lo que trata la película: ser lo bastante valiente para cumplir tus sueños".

Al igual que la fotografía, el diseño de producción de JOY no sólo abarca décadas sino mundos que son alternativamente reales, teatrales y llenos de sueños. Para conseguir todo eso, Russell contó con su colaboradora Judy Becker, que recibió una nominación al Oscar por su trabajo en La gran estafa americana.

Para ella, JOY fue algo diferente de cualquier cosa que haya hecho con Russell. "Es una historia épica de varias generaciones, pero para mí es también más como una fábula comparada con las otras películas de David", observa. "Es una fábula sobre el poder de la mujer y la familia; y eso es lo que tratamos de expresar visualmente con un diseño atemporal. Va desde los años 60 hasta la década del 2000, pero no queríamos que pareciera una película periódica. Optamos por lo que es todavía una apariencia bastante natural, pero un poco más estilizada de lo normal para darle un toque de cuento de hadas".

Al trabajar en sincronización con Sandgren, Becker exploró una paleta de colores cambiante. "Para el mundo de la infancia de Joy y el taller de Rudy, las cosas son bastante monocromáticas, así que apenas usamos colores o usamos colores desteñidos en nuestros escenarios", explica. "En la primera parte de la película, los colores deslumbrantes sólo vienen a través de los escenarios de televisión y la brillante fantasía del mundo de las telenovelas. Después, cuando Joy llega por fin a QVC, es un poco como la ciudad esmeralda. Queríamos establecer un color fuerte por primera vez en la película, así que la protagonista entra en un vestíbulo oscuro y, de repente, empiezas a ver todo el brillo y el color. Es como una revelación para Joy. Es muy diferente del mundo descolorido en el que ha estado viviendo".

Uno de los escenarios más elaborados que diseñó Becker fue un escenario de un escenario para la telenovela ficticia que ve la madre de Joy y que, de vez en cuando, aparece en la pantalla y en los sueños de Joy. "Los escenarios de esta película son mucho más grandes que cualesquiera que hayamos hecho antes y el de la telenovela fue probablemente el más complicado y divertido de construir", asegura. "Se basaba más en una telenovela prime time de los años 80. Cuando empecé en la industria del cine, trabajé en algunas telenovelas en Nueva York, así que sé de primera mano cómo son los escenarios. Éste lo hicimos muy muy estilizado con un suelo de mármol falso en blanco y negro y unas paredes de falso grano de madera. Cuanto más llamativos los detalles, tanto mejor".

Becker también se vio a sí misma recreando los mundos internos y externos de QVC de los 90. Formado en 1986, el inexperto canal de cable era todavía un concepto nuevo cuando Joy Mangano llegó con su idea de la fregona milagrosa, pero ya estaba creciendo rápidamente para convertirse en una enorme empresa con ventas que superan los 8.000 millones de dólares. Su estudio ubicado en Pensilvania, aunque era bastante desconocido en Los Ángeles, era su propia fusión de ventas y entretenimiento, repleto escenarios de cocinas perfectas y salones, laboratorios de pruebas y equipos trabajando tras las cámaras para mantener el funcionamiento 24/7. (Como extra emotivo, en la película también aparece Melissa Rivers haciendo de su madre Joan, una de las presentadoras más queridas y con mayores ventas de QVC, con más de 1.000 millones de dólares).

"Construimos nuestro propio mundo continuo y completo de QVC desde cero, incluidas las oficinas, las salas de conferencias, las cocinas de pruebas y un increíble escenario rotatorio", explica Judy Becker. "Fue una tarea increíble".

Mientras tanto, la casa de Joy, que es en gran parte su origen y lo que siempre será, se montó en Dallas, Texas. "La casa que encontramos era genial, pero al final tuvimos que construir el sótano en el que viven Édgar Ramírez y Robert De Niro para ajustarnos al guión", explica Becker.

Fuera cual fuera el escenario, Becker, al igual que Sangren, apunta que al trabajar con Russell, hay dos lemas opuestos: 1) estar siempre preparado y 2) estar preparado para pensar algo nuevo en cualquier momento.

"David es muy creativo en el escenario y en cada momento. Había veces que estábamos grabando una escena en el salón y, de repente se le ocurría una idea que iba en otra habitación, por lo que tenías que estar preparado para eso", resume. "Es muy emocionante, porque sabes que, sea lo que sea que estés haciendo con David, va a ser una película que nadie ha visto antes. Sus películas son únicas en el mejor de los sentidos. No se ajustan a ningún género y aunque leas una breve descripción de las películas, no son lo que te puedes imaginar. David es como Joy en el sentido en que es un gran soñador y persigue sus sueños".

El diseñador de vestuario Michael Wilkinson, que fue nominado al Oscar® por su trabajo en el mundo de los 70 de La gran estafa americana, también estaba deseando volver a trabajar con Russell. "En La gran estafa americana, descubrí que David era un espíritu fraternal que comparte la misma pasión por los personajes que yo. Los dos sentimos fascinación por las infinitas maneras expresivas en las que la gente se presenta a sí misma al mundo: su ropa, comportamientos y singularidades. David crea personajes valientes, complejos y originales y le gusta trabajar con actores sin miedo y con mucho talento, así que me sentí inspirado para encajar estos talentos con vestidos impactantes y expresivos", explica Wilkinson.

Al igual que Sandgren y Butler, para Wilkinson la cualidad atemporal de la película también suponía un desafío emocionante, a pesar de los 40 años que abarca en el tiempo. "Creo que todos concebimos JOY como una fábula atemporal", explica. "Es una alegoría sobre el viaje de una mujer para descubrirse a sí misma; así que aunque abarque cuatro décadas, queríamos que el tiempo se percibiera más ambiguamente. Podría casi tener lugar en cualquier momento del siglo XX".

Wilkinson se sumergió en dramas de los años 40 y 50, con sus vestuarios estructurados, y también se fijó en iconoclastas femeninas de diferentes épocas. "Nos inspiramos en una gran variedad de mujeres valientes", afirma Wilkinson. "Los personajes de David tienen vidas apasionadas e importantes: son altamente imaginativos y totalmente únicos, así que su vestuario tiene que ser igual de imaginativo y único.

En la práctica, confeccionar el vestuario para la película fue una enorme tarea. No sólo hay un largo listado de personajes distintos, sino que, según Wilkinson, "vemos evolucionar el estilo de cada personaje a lo largo de 40 años, así que había que definir y estudiar. Además, hay muchos mundos visuales diferentes en la película".

Uno de estos mundos es el ruidoso, mugriento y taller de duro trabajo de Rudy. "Ésa es la parte grumosa y enternecedora de la familia de clase trabajadora de Joy", observa Wilkinson. "Vi a Rudy como alguien con un estilo personal fuerte que evoluciona a lo largo de la película, como cuando cambia su chaqueta de cuero por un look más elegante marcado por su obsesión con Polo By Ralph Lauren".

Otro de los favoritos de Wilkinson es el todo el mundo QVC, encabezado por el elegante personaje de Bradley Cooper, Neil Walker. "Es casi un productor del estilo Cecil B. De Mille", opina Wilkinson. "Neil presenta su canal de televisión por cable con un compromiso total, como si estuviera presentando en MGM durante su época dorada; y realiza actuaciones dramáticas con sus invitados, como la que intenta con Joy, para descubrir las versiones más potentes y atractivas de ellos. Los colores del vestuario cambian de neutros a tecnicolor cuando vamos conociendo a los personajes de este mundo mágico de Oz".

También fue un verdadero placer para Wilkinson tener la libertad creativa para saltarse las normas con el vestuario del mundo de la telenovela existente tanto en los sueños de Joy como en el escenario de televisión constante de su madre. "Fue increíble poder explorar el tipo de vestuario extremo de este género, con agradecimiento y sin ninguna ironía o condescendencia", comenta. "Me encanta que el argumento y los personajes de telenovelas se mantenga en la historia principal de la película de un modo alegórico, con los dos mundos reflejándose en el otro de una manera misteriosa y evocativa".

En el centro de todo está la propia Joy, cuyo vestuario se expande con las curvas de su vida. "Creo que Joy es el personaje más fascinante y complejo que ha creado David nunca", afirma Wilkinson. En cuanto a su apariencia, el público tiene que ver cómo su transformación completa desde que es una joven colegiala de buen corazón hasta que se convierte en una dura y resuelta mujer de negocios y matriarca. Esa evolución se ve a través de 45 cambios de vestuario. Encuentra diferentes maneras de usar su ropa para expresar su determinación. Su diseño de vestuario incluye unos vaqueros levemente rebeldes y camisetas, un vestido de novia elegido por su madre, varios trajes caros hechos a medida y una chaqueta de piel dura e intimidante y unas gafas de sol. Tenemos la oportunidad de ver muchas personalidades de Joy, así como su mundo interior de preocupación, sueños y aspiraciones.

Russell se sintió agradecido por la manera en la que Wilkinson transformó su narración en tela, textura y color. "El diseño de Michael es impecable, hermoso y captura algo especial para cada personaje", asegura el director.

Para todos los maestros artistas y artesanos que trabajaron en la película, Russell subraya que la clave siempre fue mantenerse fiel a la historia. Y aun así, la historia se reduce a una sola imagen: la de Joy y los copos de nieve que parecen definir algo indescriptible sobre su viaje.

"La nieve puede ser bastante mágica", concluye Russell. La nieve es algo de lo que te enamoras cuando eres un niño, pero que 20 años después, esa misma nieve puede ser una pesadilla porque no te deja ir a trabajar y no puedes pagar tu hipoteca; eso es parte de la realidad de la vida adulta. No obstante, sigue teniendo esa magia que sale en los momentos en los que vuelves a ver la vida como una apasionante aventura.