Columbia Pictures presenta BAD BOYS: RIDE OR DIE, una producción de Don Simpson, Jerry Bruckheimer, Westbrook y 2.0 Entertainment. Protagonizada por Will Smith, Martin Lawrence, Vanessa Hudgens, Alexander Ludwig, Paola Nuñez, Eric Dane, Ioan Gruffudd, Melanie Liburd, Tasha Smith, Tiffany Haddish y Joe Pantoliano. Dirigida por Adil y Bilall. Producida por Jerry Bruckheimer, Will Smith, Chad Oman y Doug Belgrad. Escrita por Chris Bremner y Will Beall. Los productores ejecutivos son Barry Waldman, Mike Stenson, James Lassiter, Jon Mone, Chris Bremner y Martin Lawrence. El director de fotografía es Robrecht Heyvaert. Diseño de producción de Jon Billington. Los montadores son Dan Lebental y Asaf Eisenberg. Vestuario diseñado por Janie Bryant. Música compuesta por Lorne Balfe. El supervisor musical es Gabe Hilfer.
BAD BOYS A LA FUGA
Will Smith y Martin Lawrence –los actores de acción y comedia más rebeldes– han vuelto. “Es mágico volver a verles juntos”, dice Bilall Fallah, director de BAD BOYS: RIDE OR DIE junto a su compañero Adil El Arbi (más conocidos como Adil y Bilall). “Es impresionante la química que tienen. Siempre te sorprende cuando estás detrás de las cámaras dirigiendo una escena y ves una conexión cómica perfecta. Simplemente te sientas, te relajas y les dejas actuar”. Cuando esa magia ocurre, comenta que su trabajo es muy fácil. “Son el mejor dúo de la gran pantalla, son únicos”.
Smith admite tener esa química con Lawrence después de llevar 30 años trabajando juntos. “Ambos hemos crecido y experimentado muchas cosas”, dice. “Por eso, cuando trabajamos juntos, la única forma de hacerlo es basándonos en el respeto mutuo y el cariño”.
Eran mediados de los 90 y Martin Lawrence y Will Smith todavía no se conocían. Fue Lawrence el que llamó al protagonista de El Príncipe de Bel-Air para saber si estaría interesado en formar equipo con él en una película policiaca. Lawrence había leído el guion y su hermana le recomendó que llamase a Smith. El resultado es una de las mejores parejas de la historia del cine y una gran amistad en la vida real. “Es la mejor llamada que haya hecho nunca”, confiesa Lawrence. “Conocíamos el trabajo que había hecho el otro, pero nunca habíamos coincidido. Siempre nos hemos respetado enormemente y quedó claro desde el principio que teníamos mucha conexión. Han pasado 30 años y seguimos siendo grandes amigos. Nos conocemos desde hace muchísimo tiempo, pero seguimos teniendo claro que podemos contar con el otro para lo que sea”.
“¿No es eso lo que todos queremos? Alguien con el que podamos contar ocurra lo que ocurra, ¿no?”, añade Smith. “Eso es lo mejor de estas películas, que Bad Boys for Life realmente significa para toda la vida”.
Todos los seguidores de la saga, y los mismos Smith y Lawrence, están encantados de que la espera para una nueva entrega haya sido la más corta de toda la franquicia. “Tuvimos la oportunidad de hacer una tercera película muchas veces, pero no fue hasta Bad Boys for Life que encontramos algo a la altura de nuestras expectativas”, dice Smith. “Esa película hizo que se desbloquease algo. Los personajes nos parecían frescos. Hay algo en su relación que nunca va a cambiar, pero podíamos llevarles a muchos sitios nuevos. Nos parecía que podíamos hacer otra película palomitera, pero tenían que ser palomitas gourmet”.
En esta nueva película nos encontramos con Mike Lowrey y Marcus Burnett en el mayor aprieto al que se han enfrentado: aparecen pruebas que incriminan al difunto capitán Howard en una red criminal de drogas y los policías rebeldes juran limpiar su nombre… aunque eso signifique estar en el punto de mira del cartel y de la pasma.
“Creo que los dos disfrutan haciendo lo que hacen”, dice el productor Jerry Bruckheimer. “Ahora que están en el bando opuesto casi se podría decir que lo disfrutan más, es una forma de generar mucho más caos”.
“Solo es posible crear una química así con unos personajes que los espectadores conocen y quieren tanto”, dice Bruckheimer. “El gran éxito de la franquicia es que a los dos les encanta estar juntos delante de la cámara. Les encanta enfrentarse a los tipos malos, aunque también tengan bronca entre ellos. Son personajes como Mike y Marcus los que quiero ver en la gran pantalla. Quiero que hayan conflictos, drama y comedia. Quiero juntar a los mejores guionistas, directores y actores en una película, porque si lo haces bien el público va a seguir viniendo al cine”. Bruckheimer sabe de lo que habla: aunque pasasen 17 años entre el estreno de Dos Policías Rebeldes II y Bad Boys for Life, la tercera película hizo más de 424 millones de dólares en la taquilla mundial, convirtiéndose en el título de más éxito de 2020.
Puede que Mike y Marcus siempre estén a la gresca, pero es evidente que se quieren y se apoyarán el uno al otro hasta el final. “Son compañeros hasta la muerte”, dice Lawrence. “Harían lo que fuese por ayudar al otro, por hacer que brille. Se tienen mucho respeto, han crecido a la vez y estarán juntos hasta el final”.
Al productor Doug Belgrad no le sorprende que la franquicia siga funcionando. “Todo es gracias a los actores”, opina. “Will y Martin tienen una química en la película incuestionable. Los espectadores adoran el dúo que forman. También influye que los problemas por los que pasan los personajes en las películas son universales. El espectador se ve reflejado en los personajes”.
El tándem que hacen Smith y Lawrence en esta película es algo fuera de lo común. “Sabíamos sobre el papel que esta probablemente sería la película de toda la saga con más acción, que no es decir poco, pero no fue hasta el rodaje que descubrimos que también sería la más graciosa”, dice el productor Chad Oman. “Por otro lado, no es ninguna sorpresa. Will y Martin se retroalimentan y consiguen llevar una escena a límites insospechados”.
Aunque la magia que se crea no es fortuita, es gracias a todo el trabajo previo y los ensayos. “Tenían sesiones de improvisación durante las lecturas de texto, algo que los escritores introducían más tarde en el guion”, dice Adil. “Una vez están en el rodaje, interpretan exactamente lo que hemos ensayado. Todo parece improvisado en el momento, pero en realidad lo hemos pensado mucho”.
“Es muy fácil trabajar con Will”, comenta Lawrence. “Saca lo mejor de la gente a su alrededor. Es como una estrella del atletismo que hace que el resto de su equipo lo dé todo. Todo el mundo sabe que cuando se trabaja con Will hay que esforzarse al máximo”.
Smith le devuelve el cumplido: “Martin es un cómico único. Cuanto más te ríes, más te enamoras de él”, dice. “Se muestra muy vulnerable y aun así consigue que te partas de risa. La vulnerabilidad de Martin es uno de nuestros ingredientes secretos. Mike Lowrey, y los espectadores, siempre están con Marcus. Como a él le gusta Mike, aunque sea un bala perdida, te acaba gustando Mike también”.
Adil y Bilall vuelven a dirigir la película tras colaborar en Bad Boys for Life y conseguir las mejores críticas de toda la saga, tanto del público como de la prensa. “Cuando estudiábamos cine con 19 años en Bruselas, siempre soñábamos con meter la cabeza en Hollywood. Bromeábamos con que si un día nos daban la oportunidad de trabajar ahí, haríamos la tercera entrega de Dos Policías Rebeldes”, comenta Bilall entre risas. “Nunca pensamos que tendríamos una oportunidad hasta que hablamos con Jerry y Will. Todavía no nos lo creemos. Somos unos fanáticos de la franquicia, así que todo esto nos parece surrealista”.
“Adil y Bilall son en parte lo que hace que esta película sea distinta al resto”, dice Smith. “Crecieron en Marruecos y Bélgica, lo que les ha dado una sensibilidad muy especial. Tienen una visión muy particular de los personajes, la acción e incluso la paleta de colores. He rodado cine con grandes directores, y los mejores de ellos siempre aportan su propia estética a la película. Eso es lo que hacen Adil y Bilall. Cogieron las primeras dos películas y elaboraron la siguiente a partir de ahí, creando algo nuevo y haciéndola suya. Eso les convierte en grandes directores”.
SOBRE LOS PERSONAJES SECUNDARIOS
Aunque toda la franquicia está definida por la relación entre Smith y Lawrence, son los personajes secundarios de la ciudad de Miami los que le dan aún más colorido y riqueza.
En el centro de la historia encontramos al capitán Howard, durante muchos años el jefe de Lowrey y Burnett en el cuerpo de policía de Miami. Tras ser asesinado por Armando Aretas en Bad Boys for Life, nadie esperaba volver a ver a Joe Pantoliano en esta cuarte entrega.
Cuando aparecen pruebas que relacionan a Howard con un cartel de droga, el capitán contacta con los policías rebeldes desde el más allá para pedirles que limpien su nombre. En realidad no es el más allá, es un vídeo que graba antes de morir sabiendo que podía ocurrir algo así. No hay nada, incluso la muerte, que pueda separar al capitán Howard de sus chicos.
“He tenido mucha suerte de haber podido participar en esta entrega”, dice Pantoliano. “En lo que respecta a la franquicia de Bad Boys, soy como Obi-Wan Kenobi. Sigo la fuerza allá donde estén Will y Martin”.
Pantoliano es muy modesto sobre su contribución a la saga, pero Adil tiene claro que la franquicia es así de divertida también gracias a él. “Es uno de nuestros personajes favoritos”, dice el director. “Todos nos quedamos muy tristes cuando muere en la película anterior, pero creo que eso también ayudó a que la película fuese tan potente y memorable”.
Pero, ¿cómo vuelves a traer a la vida a tu personaje favorito? El personaje había desaparecido, pero los cineastas se seguían preguntando si habría alguna forma de contar con él en BAD BOYS: RIDE OR DIE. La respuesta es que sí, siempre hay una manera. “Los guionistas y productores encontraron una manera muy elegante de introducirle en la historia: con una serie de mensajes del capitán Howard que les guía en la investigación, pareciendo que sigue acompañando a los policías rebeldes. Gracias a eso BAD BOYS: RIDE OR DIE sigue siendo una película de Bad Boys”, dice Adil. “Joey Pants aporta muchísimo al personaje. Es cómico a la vez que emotivo. En esta película se convierte en el centro de la historia. Todo el mundo quiere proteger su legado”.
Podremos volver a ver también a Jacob Scipio en el papel del asesino convicto Armando Aretas. “El personaje que interpreta Jacob tiene una evolución muy interesante”, dice Adil. “En la película anterior era un tipo realmente malo. Aunque se podía vislumbrar algo bueno en su interior. En esta película emprende un viaje de redención. Ha sido muy interesante que se convirtiese en fugitivo junto a los policías rebeldes. Nos da la oportunidad de ver cómo su personaje crece junto a Mike Lowrey, ahora que sabe que es su padre. Casi se podría decir que es una historia de padre e hijo, cuando además es la persona que mató al capitán Howard y ahora intenta redimirse”.
“Armando es un personaje profundo y muy interesante. En la primera película tuve que investigar mucho para conocer el personaje, y aun así sentía que solo había rascado la superficie”, dice Scipio. “Lo divertido de esta película es que tenemos la oportunidad de ver otra faceta de Armando. En la película anterior era un asesino a sueldo, pero ahora descubrimos que tiene conciencia, que su madre le engañó y que le han mentido y abusado emocionalmente de él toda su vida. Cuando le surge la oportunidad de liberarse, encuentra una oportunidad de redención, algo que coge con las dos manos y no deja escapar”.
Mike se encuentra de repente en el lado opuesto de la ley, pero ahí es justo donde Armando tiene la oportunidad de brillar. “Armando se maneja en las sombras, ese es su hábitat natural”, comenta Scipio. “Cuando se convierten en fugitivos, Armando está pensando: ‘Este es mi mundo, aquí es donde yo sé manejarme’”.
Interpretando al villano James McGrath encontramos a la estrella de Anatomía de Grey y Euphoria Eric Dane. McGrath es un infiltrado que se ha vendido a los carteles, justo de lo que acusan al capitán Howard. “McGrath es un exmilitar que trabajó para Estados Unidos en las fuerzas antidrogas de América del Sur”, dice Dane. “Fue capturado y torturado y entregó su equipo a los carteles, donde les asesinaron a todos. Le dejaron ir y eso hizo que cambiase algo en él. Le parece que la forma que tiene el mundo de funcionar es simple, o eres el tipo con la pistola en la cabeza o eres el que le está apuntando. Así que el decidió ser el tipo que sujeta la pistola”.
De vuelta para otra misión con los policías rebeldes están sus antiguos colegas del equipo de Operaciones Avanzadas de la Policía de Miami (AMMO): Kelly (Vanessa Hudgens) y Dorn (Alexander Ludwig).
Se dice que una experiencia intensa puede juntar a dos personas e igual esa es la razón por la que Dorn y Kelly son pareja en secreto. O igual no es sorpresa que los dos personajes hayan acabado juntos. “Un hombre no atraviesa una columna con el coche por una mujer todos los días”, dice Hudgens.
“Esta película me ha ofrecido la oportunidad de revelar algo más sobre mi personaje”, dice Ludwig. “Me encantó interpretar a este tipo duro obsesionado con la tecnología en Bad Boys for Life, pero no se desvelaba nada sobre su vida. De primeras parece un cachorro grande, pero luego descubres que tiene un pasado complicado. En esta película tenemos la oportunidad de ahondar más en su historia, sobre todo cuando su vida personal y laboral empiezan a fusionarse”.
Lo que más disfrutó Ludwig de interpretar a Dorn es la relación que tiene con Kelly. “Es divertido ver a un tipo así sacar esa energía masculina que esconde para proteger a la gente que tiene cerca. Pero cuando la gente que quiere está en peligro, hará lo que sea para ayudarles”.
“Uno de mis momentos favoritos da la película es la escena en la que Marcus da un gran discurso”, dice Hudgens. “Me daba la impresión de tener entradas en primera fila para un espectáculo suyo. Es una maravilla verle hacer eso que hace tan bien una y otra vez. Cada vez que lo repetía era distinto y nos hacía reír a todos. Es un fenómeno. Al final del día todo el equipo de rodaje acabábamos aplaudiéndole. Verle recibir todo ese cariño es algo que me emociona. Es precioso”.
Desempeñando el puesto del capitán Howard nos encontramos ahora con la exnovia de Mike, y ahora su jefa, Rita Secada. “Es la capitana”, dice Paola Nuñez, quien interpreta el papel. “Ha superado su historia con Mike. Tiene una nueva vida y sale con otra persona. Disfruta de su nuevo trabajo y todavía tiene tiempo para dirigir el equipo AMMO, algo que le encanta”. Pero de repente sale a la luz nueva información sobre el capitán Howard. “Hay tantas pruebas… pero ella no quiere creérselo. Lo interesante es que al final no puede confiar en su instinto. Sabe que hay algo raro, las cosas no encajan, pero debe confiar en la evidencia. Ese es su trabajo. Mike cree que Howard es inocente y Rita se apoya en las pruebas, así que ese va a ser el conflicto entre ellos a lo largo de la película”.
Bad Boys no sería Bad Boys sin el abanico de personajes que aparecen película tras película. En BAD BOYS: RIDE OR DIE cada uno tiene su momento. Podemos ver a John Salley en el papel de Fletcher, Khaled (DJ Khaled) como Manny y –retomando el papel de creó en Dos Policías Rebeldes II a los 15 años– Dennis McDonald como Reggie.
Tras ser amenazado de adolescente por intentar tener una cita con Megan, la hija de Marcus, Reggie acabó casándose con ella y siendo padre. Se ha convertido en marine y acaba de volver de una misión para disfrutar de un tiempo con su familia. “Es un marine que acaba de volver de Yemen”, dice McDonald. “Se está quedando en casa de Marcus, donde se pasa el día en el sofá jugando a la consola, aunque cuando las cosas se ponen feas acaba enseñándole a Marcus de lo que es capaz”. ¿Recuerdas cuando Mike le preguntó a Reggie si sabía pelear? Pues…
SOBRE LA PRODUCCIÓN
La franquicia de Bad Boys es parte comedia, parte escenas de acción alucinantes. En la película anterior, Adil y Bilall demostraron tener la habilidad necesaria para crear una película que estuviese a la altura de las primeras dos, que ya es decir, pues están dirigidas por Michael Bay.
Adil y Bilall han contado con el director de fotografía Robrecht Heyvaert para capturar toda la acción. “Lo que hace especial a Dos Policías Rebeldes I y II –y a la franquicia entera– es la energía que desprende, no solo de los actores sino también de la forma en la que está rodada y montada. Todo es muy dinámico y potente”, dice Heyvaert. “Nos hemos esforzado por incidir en eso un poco más, generar más contraste, ampliar los movimientos de cámara, exagerar los colores. Hemos usado lo que ya había y lo hemos llevado un paso más allá”.
“Los actores se están moviendo en casi todas las escenas”, continúa. “Hay muy pocos momentos en la película en la que los actores estén sentados o de pie teniendo una conversación. Siempre están conduciendo, corriendo o andando. Eso le da un ritmo particular que creo que es muy interesante”.
Heyvaert ha usado trucos de cámara especiales en esta película. “Hemos empleado un par de técnicas que no son muy corrientes”, añade. “Llevamos ya un par de años experimentando con drones. Uno de los retos que nos hemos impuesto en esta película es conseguir un metraje con los drones rápido y energético que combinase bien con los personajes”.
Tras el éxito de Bad Boys for Life, el objetivo de los directores ha sido ser más creativos. “Hemos intentado ser menos clásicos en el uso de la cámara y emplear los planos más raros que se nos ocurrían”, comenta Adil.
Y ese fue el nacimiento del plano SnorriCam. La SnorriCam es un mecanismo grande que se monta sobre el cuerpo para que el espectador tenga la sensación de que está en medio de la acción, dando también la impresión de estar dentro de un videojuego. Es gracias a esta cámara que han sido capaces de capturar el momento en el que Mike le pasa la pistola a Marcus. “La cámara está sujeta a Will Smith”, comenta Heyvaert. “Cuando Mike tira el arma, hay un pequeño corte imperceptible en el que fijamos el arma a la cámara con electroimanes”. La cámara, junto con la pistola, vuela por el aire hasta que llega a Marcus. “Entonces aparece Martin Lawrence dentro de plano, que también lleva una SnorriCam, agarra la pistola y en ese momento se desactiva el electroimán para que pueda continuar la escena arma en mano. Es una forma muy visual de capturar a los dos personajes en una escena sin cortes. Cuenta la historia y captura a la perfección lo que ocurre en la escena”.
El hecho de que Smith y Lawrence hayan sido capaces de hacer las escenas de acción con ese mecanismo tan pesado es prueba del talento que tienen como actores. “Hay que intentar evitar hacer una escena de acción que parezca de libro: los tipos buenos disparando a los malos y ya”, dice Adil. “Con la SnorriCam conseguimos que el espectador esté muy cerca de los personajes. Siempre hay que intentar ser original, hacer algo especial, no una acción aburrida y mecánica”.
Las películas de Bad Boys siempre se han aprovechado de la gama cromática particular que le da el arrecife de coral a Miami, además del art decó característico. En esta película Adil y Bilall han querido ir un paso más allá con la estética. “Nos encanta el contraste de color”, dice Adil. “Hay muchas películas de acción que son blandas y les falta personalidad. Nos gusta la personalidad. Nos gustan las cosas con sabor. Miami es un personaje más en estas películas. Cuando vas a Miami se ven muchos colores. Es lo que más llama la atención. Hemos querido capturar esa energía, ese sabor a Miami. Nos encanta, es algo exótico”.
“Los colores de Miami en esta película son el azul claro, el turquesa y el rosa”, dice Heyvaert. “Si juntas esos colores se acerca a cómo es la ciudad de noche. Pero no es algo que nos hayamos inventado. Cuando caminas por Miami de noche los colores predominantes son el rosa y el turquesa. Es una mezcla única que capta a la perfección la esencia de la ciudad”.
Adil y Bilall han contado con el diseñador de producción Jon Billington para dar vida a esta gama cromática. “Cuando discutes una idea con Jon siempre te responde con una locura mucho mayor de la que tenías en la cabeza”, dice Bilall.
El encargado de las escenas de acción ha sido Greg Rementer. “Ha creado momentos muy potentes y viscerales”, dice Adil. “Cada escena de acción tiene personalidad propia y su propio color. La secuencia de Fletcher está más centrada en el humor. Pero la de Chinook, con el accidente de helicóptero, es mucho más intensa. Tuvimos que rodarla con tomas muy largas y te da la impresión de estar experimentando la acción en tiempo real”.
Para todos los actores, tener la oportunidad de entrenar y ejecutar las escenas de acción han sido algunos de los mejores momentos. “Hay muchísimas cosas increíbles de formar parte de una películas de Bad Boys, pero probablemente lo más divertido sea el entrenamiento”, dice Nuñez. “Hemos estado entrenando con personas que forman parte del equipo SWAT, lo mejor de lo mejor. Nos han enseñado toda la parte técnica, incluso la forma de estar de pie”.
Los entrenamientos han estado personalizados, ya que las escenas de acción están basadas en los personajes. “Armando es un tipo que convierte cualquier cosa en un arma”, comenta Scipio. “Ha sido una maravilla poder jugar con todas las posibilidades que brindaba el personaje. Hemos trabajado con el mejor equipo de dobles de acción de Hollywood, que ya son como de la familia”.
“Las escenas de acción han sido muy divertidas”, dice Hudgens. “Me encanta hacer cosas con las manos. Aprender de armas y los trucos en su manejo. Esas cosas siempre me han fascinado. Me siento muy poderosa cuando cojo un arma y realmente sé lo que estoy haciendo con ella. Es muy divertido patear traseros”.
Bad Boys: Ride or dieDirigida por Adil El Arbi, Bilall Fallah