Una cadena de asesinatos sin relación aparente recorre el país. Harold Speck, vendedor de mediana edad de Nuevo México, fue encontrado muerto en el asiento delantero de su coche, apuñalado en muchas ocasiones. Barney Fulcher, profesor de sexto grado de 50 años en Colorado, encontrado en un coche abandonado. El atractivo y despiadado Raymond Starkey es ejecutado tras haber atacado a una joven. ¿Qué secreto comparten estos hombres? ¿Cuál de sus asesinos golpeará de nuevo?
El agente del FBI Thomas Mackelway es encargado de resolver este puzzle letal. El caso se hace cada vez más personal a medida que la determinación de Mackelway se convierte en obsesión. El asesino parece estar burlándose de él, dejándole cientos de pistas escalofriantes y enloquecedoras, que apuntan hacia un inteligente renegado llamado Benjamín O'Ryan. Cuando Mackelway y su compañero Fran Kulock comienzan a acercarse al sospechoso, empieza a ser cada vez menos evidente quien es el perseguido y quien el perseguidor. Vidente remoto, capaz de introducirse en la mente de su objetivo para rastrearla, O'Ryan siempre parece estar un paso por delante en este complicado caso; parece tener una misteriosa capacidad para predecir cada movimiento y cada pensamiento de Mackelway. Obligado a confrontar la misma naturaleza del maligno mientras da caza al alma maligna responsable de estas muertes, Mackelway se encuentra sobre un rastro traicionero que lo conduce directamente hacia la mente de un asesino.