En el sur de la Rusia soviética, hay una ciudad que se ha convertido en una especie de gueto, un enclave que alberga una mezcla de bandas multiétnicas enfrentadas entre ellas y formadas por peligrosos forajidos. En esta ciudad, dos niños de diez años, Kolima y Gagarin, miembros de una pandilla de exiliados siberianos, crecen juntos siendo amigos inseparables. Su educación es también única, ya que consiste casi exclusivamente en el dominio de las artes ilegales: el robo, el vandalismo y el uso de armas. Además, su clan tiene su propio y estricto código de honor que nunca puede romperse, por encima de todo lo demás. Pero a medida que pasa el tiempo, los chicos crecen y el mundo que les rodea sufre cambios sísmicos.
Cuando tienes veinte años y el mundo se está abriendo ante ti, quieres reclamar tu parte, sobre todo cuando acatar las reglas no es necesariamente tu principal preocupación. Sin embargo, como dice y predica el abuelo Kuzja, el jefe del clan Siberiano: "¡Es una locura querer demasiado! Un hombre no puede poseer más de lo que su corazón puede amar".