Starla Grady (Jane McGregor) tiene todo lo que una adolescente de un pequeño pueblo de Texas puede pedir (dejando aparte a su odioso hermanito, Randolph). Es la reina de la fiesta y jefa del equipo de animadoras del instituto de Splendona (naturalmente sale con el mejor jugador del equipo) y planifica su carrera hasta el último detalle.
Nada puede interponerse entre Starla y su sueño de convertirse en la presentadora más popular de la TV. Nada ni nadie, es decir, hasta que una estudiante francesa en intercambio amenaza con destruir su equilibrio. Genevieve LePlouff (Piper Perabo) se gana los corazones de la familia Grady con sus tristes historias de desgracias en Paris.
La chica pronto demuestra ser -en contraste con su aspecto tímido, inocente y ligeramente colgado- una astuta adversaria, calculadora y despiadada que no se detiene ante nada. Mientras la desprevenida Starla intenta ayudar a la Señorita inofensiva a integrarse en su familia y grupo de amistades, su traidora rival primero le quita a su novio, luego su trono y finalmente incluso el amor de su familia.
Aunque sospecha algo, Starla, nuestra típica chica americana de ojos azules, es engañada por el aspecto beatífico de su invitada, hasta que Starla termina entre rejas, traicionada por Genevieve. En la cárcel, dominada por las dudas e intimidada por las miradas de los otos prisioneros, Starla empieza lentamente a comprender los auténticos valores de la vida. Ayudada por su hermano y su nuevo amigo Ed (Trent Ford), decide proteger y defender esos valores. Después de todo, la venganza es dulce, y la lección que va a aprender Genevieve va a ser muy amarga ...