Thriller protagonizado por Kevin Bacon que fue descrito en el festival de Sitges como "un cruce entre Cuenta conmigo y el cine de los hermanos Coen".
La cálida recepción que tuvo la película en Sundance le valió a Jon Watts, su director, ser el elegido por Sony/Marvel para revitalizar la saga de Spider-Man.
Sobre la producción
Antes de ser escogido por Marvel Studios y Sony Pictures para dirigir la próxima entrega cinematográfica de Spider-Man, Jon Watts era un recién llegado a la escena del cine independiente norteamericano Clown, su primer largometraje, se estrenó en 2014. Desde que se graduó en cine en la NYU (2005), Watts ha ido evolucionando en su profesión realizando, sobre todo, vídeos musicales y spots publicitarios, y desarrollando un particular estilo cinematográfico que se manifiesta, ya plenamente consolidado, en COCHE POLICIAL (COP CAR), estrenada en el pasado Sundance 2015. Se trata de un efectivo thriller que admite comparaciones con clásicos ásperos e inquietantes Sanfre fácil (Blood Simple, 1984) es una clara influencia, y que se fue gestando en la mente de su director a modo de reiterada pesadilla. "He tenido este sueño desde que era un niño", comenta Watts. "Voy con mi amigo en el coche de mi madre conduciendo por la ciudad. Yo en el asiento del acompañante y él conduce, y va cada vez más rápido, y adelantamos a mucha gente pero no nos detenemos, y me voy poniendo más y más nervioso. Y entonces me despierto. Es una pesadilla estresante que he tenido desde la infancia. Siempre he pensado que de ahí podía surgir algo apasionante que sirviese de base para una película, y pensé, ¿y si ese coche fuese un coche de policía? Cuando coincidí con Christopher D. Ford, con quién escribí la película, le pregunté: '¿y de quién es ese coche de policía?' Entonces nos dimos cuenta de que ya teníamos el argumento para una película".
Junto a Christopher D. Ford, guionista de la premiada en Sundance Un amigo para Frank (Robot & Frank, 2012), Watts configuró en poco tiempo un guion basado en esas imágenes iniciales el texto se escribió en apenas dos semanas. El argumento de la película era bien simple: dos muchachos, Harrison y Travis, encuentran un coche de policía aparentemente abandonado, se montan en él y deciden dar una vuelta, sin saber que el propietario del vehículo es un sheriff corrupto que oculta algo en el maletero del vehículo. No pasa mucho tiempo antes de que el policía se dé cuenta y persiga a los jóvenes ladrones. Para Watts, la película es una exploración de esa energía y ese entusiasmo que tienen los jóvenes. "Cuando uno tiene esa edad siempre está buscando aventuras. Crecí viendo películas de Steven Spielberg, y siempre soñé con vivir una loca aventura en busca de un tesoro pirata enterrado o alguna otra cosa. Cuando eres un niño y sales a dar una vuelta o, entre comillas, 'huyes de casa', tienes la ilusión de poder tropezarte con un esqueleto de dinosaurio o algo similar. Así que uno de los factores que fundamentaron la trama de la película fue que eso precisamente es lo que los chicos acaban haciendo. Ese es el lado agradable de esta historia. Pero al escribirla siendo adulto te das cuenta de que si uno intenta crear aventuras, probablemente no consigue que estas sean del agrado de los niños, ¿verdad? Eso era lo que estábamos tratando de mostrar: qué pasaría si dos niños quisiesen experimentar algo que considerasen divertido y que, contrariamente, resultase ser un problema para los adultos".
Partiendo del texto, Jon Watts convenció a dos importantes productores con destacables trayectorias en el panorama Indie norteamericano, Alicia Van Couvering (Tiny Furniture, Colegas de copas) y Cody Ryder (Un amigo para Frank, First Winter). Van Couvering conocía a Watts de tiempo atrás. "Siempre quisimos trabajar juntos y yo produje algunos de los cortometrajes y spots de Jon", explica. "Así que leí el guion y me encantó. Lo que sorprende del texto es que se puede leer en veinte minutos, es increíblemente conciso y claro. Hay muy pocos diálogos. Era uno de esos guiones que se pueden leer sin pausas. Muy ágil y visual. Así que mi reacción fue: vamos a hacer esto. Y se realizó con gran rapidez. El primer borrador del guion estuvo hecho en noviembre y en junio ya estábamos filmando". El eficiente guion también atrajo a Ryder. "Era un guion único, parecía casi como una obra de teatro. Era sobrio en cuanto a personajes y muy concreto. Recuerdo que cuando vinieron con la propuesta querían hacer algo con contenido y sentido, y que transcurriese en la ciudad donde Jon creció, una historia en la que pudiera verse reflejado, sobre esa sensación de ir pasando de la niñez a la edad adulta".
De hecho, desde el principio, durante el proceso de preproducción, Watts y su equipo decidieron filmar en su ciudad natal, Colorado Springs. La experiencia personal de Watts con las localizaciones supuso un sinfín de ventajas añadidas para el rodaje. "Cuando escribí el guion situaba las acciones en lugares que yo conocía de mi ciudad. Así que cuando empezamos con la preproducción, sugerí que podíamos rodar allí. Les comenté que conocía exactamente dónde estaba todo, que no hacía falta que buscásemos localizaciones. Y que podía convencer a la gente que conocía en la ciudad para que nos pudieran ayudar. Y resultó ser una estupenda idea". No sólo fue útil desde el punto de vista de la producción, sino que rodar en Colorado Springs posibilitó a Watts visualizar esas imágenes que habían estado dando vueltas en su cabeza desde la niñez. "Crecí viendo esos parajes, siempre están en mi mente, así que era capaz de situar la acción en aquellos campos por los que solía pasear. Sientes algo al ver las montañas en el horizonte y observar la llegada de las nubes tormentosas y los relámpagos; todo rodeándote. Esto no lo sueles ver cuando estás filmando en otros lugares. Siempre supe que podría impresionar".
Elegidas las localizaciones, tocaba decidir el casting. El productor Cody Ryder se encargó personalmente de buscar a niños que pudiesen interpretar los peculiares diálogos de los dos jóvenes protagonistas. "El guion mostraba a ese tipo de personajes tan divertidos y sorprendentemente incluía esos diálogos tan característicos de los niños, algo inusual. En muchas ocasiones, cuando alguien escribe textos para los niños no detectamos que realmente estemos oyendo a un niño. Así que creímos que era divertido que partes del guion pareciesen estar escritas por dos niños de diez años. Era como si Jon y Christopher canalizasen su niño interior". Con el fin de encontrar a los actores que finalmente encarnaron a Travis y Harrison James Freedson-Jackson y Hays Wellford Watts llevó a cabo un casting a escala nacional. "Quería que los niños se sintieran a gusto, que actuasen con naturalidad, pero que se tomasen las cosas en serio. Porque lo complicado de estos dos personajes es que al inicio de la película aparecen como lo que son, unos niños inocentes que buscan diversión, pero entonces entran de lleno en una situación grave y deben tomarse todo mucho más en serio, dejando a un lado su ingenuidad. Así que vimos a gran cantidad de niños. Muchos de ellos eran realmente buenos, pero muy inexpertos. Me encantaron James y Hays. Aunque no estaba seguro de quién iba a interpretar a quién, debido a que Hays vive en Virginia y James en Nueva Jersey y que apenas dispusimos de tiempo para estar con ellos antes del inicio del rodaje. Conseguimos que volaran los dos en el mismo vuelo a Colorado y, obviamente, hice que leyeran juntos el guion. Todo salió muy bien".
Afortunadamente, el proceso que llevó a cabo Jon Watts para encontrar al actor que encarnase al Sherriff Kretzer apellidado así en referencia al policía corrupto que aparece en el clásico de Billy Wilder El gran carnaval (Ace in the Hole, 1951) fue mucho más sencillo. Contactó con Kevin Bacon, quien, para sorpresa y alegría de Watts, aceptó leer el guion. "No pensé que lo hiciese", reveló Watts. "Cuando surgió la idea pensé: 'sería genial, pero no creo que lo acepte'. Y luego ocurrió que realmente le gustó el guion. Y por supuesto, a mí me encantaba que Kevin participara en mi película. Él es una leyenda. Fue un todo un shock, una sorpresa. Era simplemente increíble". A Kevin Bacon le atrajo la esencia minimalista del guion. "Me llamó la atención esa idea de poder leer entre líneas, porque es un guion inusual. Creo que eso puede funcionar muy bien si hay un director con una clara visión para realizarlo. Mi personaje no es un tipo muy hablador. Hay muy pocos datos explicando quién es y cómo llegó a esa situación. Así que opté por llenar esos espacios en blanco y jugar con el personaje, actuando e improvisando entre líneas. Hace unos años me di cuenta de que me interesaba explorar a los personajes más allá de lo que apuntan las páginas de un guion. Y esta fue una buena oportunidad para hacerlo".
Presencia en festivales (2015)
Sundance Film Festival (EE.UU., enero)
San Francisco International Film Festival (EE.UU., abril)
Seattle International Film Festival (EE.UU., junio)
Taormina Film Fest (Italia, junio)
Edinburgh International Film Festival (Reino Unido, junio)
BAMcinemaFest (EE.UU., junio)
Fantasia International Film Festival (Canadá, julio)
Berlin Fantasy Filmfest (Alemania, agosto)
Sundance Next Fest (EE.UU., agosto)
Festival du Cinéma Américain de Deauville (Francia, septiembre)
MOTELx Film Festival (Portugal, septiembre)
Calgary International Film Festival (Canadá, septiembre)
Festival Internacional de Cinema de Catalunya Sitges (España, octubre)