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Ouija: El origen del mal cartel reducidoOuija: El origen del mal(Ouija: Origin of evil)
Dirigida por Mike Flanagan
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Nunca se trató de un simple juego.

OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL, de Universal Pictures, producida por Platinum Dunes y Blumhouse, invita a los espectadores a adentrarse nuevamente en el mítico tablero espiritista a través de una aterradora historia, después del inesperado éxito de 2014 que se colocó a la cabeza de la taquilla.

OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL está producida de nuevo por los socios MICHAEL BAY, BRAD FULLER Y ANDREW FORM (las entregas de La matanza de Texas, La noche de las bestias, Ninja Turtles), de Platinum Dunes, así como JASON BLUM (las entregas de La noche de las bestias, Insidious, el próximo estreno Get Out), de Blumhouse Productions, con BRIAN GOLDNER (las entregas de Transformers, G.I. Joe), de Hasbro, y STEPHEN DAVIS (Ouija).

MIKE FLANAGAN (Oculus: El espejo del mal) dirige la película a partir de un guion suyo escrito en colaboración con JEFF HOWARD (Before I Wake, Oculus: El espejo del mal). El equipo técnico incluye al director de fotografía MICHAEL FIMOGNARI (Oculus: El espejo del mal, El efecto Lázaro) y a la diseñadora de vestuario LYNN FALCONER (Oculus: El espejo del mal, Perros de paja). La música original está compuesta por THE NEWTON BROTHERS (Oculus: El espejo del mal, Vidas criminales).


El origen del tablero Ouija: Desvelar la historia
La historia del tablero Ouija es tan misteriosa como el juego en sí...

A mediados del siglo XIX aparecieron varios métodos para comunicarse con los difuntos. Aprovechando la fascinación del momento, el empresario Charles Kennard y el abogado Elijah Bond se asociaron para fundar la Kennard Novelty Company y fabricar los primeros "tableros parlantes".

Según la leyenda, los fundadores de la empresa preguntaron al tablero cómo debían llamarlo y este deletreó O-U-I-J-A, y cuando preguntaron qué significaba, contestó B-U-E-N-A-S-U-E-R-T-E.

Kennard y Bond se retiraron a principios del nuevo siglo y William Fuld, uno de los primeros empleados y accionista de la compañía, se hizo con ella y siguió produciendo tableros Ouija. La popularidad del juego creció hasta el punto de que el famoso ilustrador Norman Rockwell dibujó a una pareja con un tablero Ouija en las rodillas para la portada del Saturday Evening Post.

Después de la muerte de Fuld en 1927, sus hijos continuaron con el negocio hasta 1966, año en que fue vendido a los Parker Brothers, que fueron los primeros en fabricar el tablero tal como lo conocemos actualmente. En 1991, Hasbro compró Parker Brothers y aún ofrece el juego a nuevas generaciones de curiosos dispuestos a vivir el misterio del tablero parlante.


La creación del universo: Empieza la producción
Cuando surgió la idea de hacer OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL, Jason Blum, de Blumhouse Productions, así como Michael Bay, Brad Fuller y Andrew Form, de Platinum Dunes, se alegraron de volver a tener la oportunidad de trabajar con Hasbro Studios y de dar una nueva dimensión al misterioso tablero. Confiaron esta nueva entrega para explorar el origen del mal a un cineasta conocido por su trabajo innovador y escalofriante.

Los productores hablaron con el visionario realizador Mike Flanagan, que había dirigido la taquillera Oculus: El espejo del mal, en 2014, y el nuevo thriller Hush, ambas de Blumhouse. Querían saber si le interesaría crear una historia que ofrecía mucho más que el simple tablero y si estaría dispuesto a prestar su sello único a la serie.

La respuesta de Mike Flanagan fue inmediata; le fascinó la idea de explorar la cultura de la superstición de finales de los sesenta, además de los secretos que encierra una casa vieja... que acaban revelándose a través del tablero. El maestro del terror y su talentoso colaborador Jeff Howard imaginaron a las hermanas Doris y Lina Zander, y su terror al descubrir qué es el hogar familiar que comparten con Alice, su madre.

Jason Blum dice que cuando Alice empieza a usar la Ouija en sus sesiones de espiritismo, cree que es bueno para el negocio: "Al principio, Alice no nota nada malvado, al contrario, todo va muy bien. Es más, cree que ayuda a los que le consultan para contactar con los seres que se han ido de este mundo. A través de su hija Doris pueden hablar con personas que están en el Más Allá. No solo va bien el negocio, también ayuda a la gente".

"Hablamos mucho sobre cómo hacer una secuela a partir de la primera película siguiendo en la misma dirección", explica Andrew Form, "pero tal vez optábamos por el camino fácil. Cuando nos fijamos un poco más en el material original, comprendimos que la historia estaba ahí mismo. ¿Quién era realmente 'DZ', que persigue a los personajes en la primera película? ¿Qué le ocurrió en el pasado para convertirle en un retorcido y malvado espíritu dispuesto a vengarse de cualquiera que viva en su antiguo hogar?"

Brad Fuller, el socio productor de Michael Bay y Andrew Form en Platinum Dunes, cree que los temas dramáticos de la película atraen a un amplio abanico de espectadores. Añade que todos consideraron que no solo debía ser una historia de fantasmas, sino la de una familia que intenta reponerse de una terrible pérdida. "Si quitamos los elementos sobrenaturales, nos encontramos con una familia que primero se enfrenta a una tragedia y, al poco tiempo, debe superar algo realmente aterrador", dice. "El público que no se siente necsariamente atraído por el género de terror puede conectar con los personajes de esta historia".

Durante la escritura del guion, Jeff Howard y Mike Flanagan mantuvieron algunos elementos de la película anterior dentro de una historia totalmente nueva. "Guardamos las semillas de la historia que más habían gustado al público y les dimos espacio para que germinaran", explica el realizador. "La dificultad residía en cómo contar una historia totalmente nueva manteniendo cierta continuidad entre las dos entregas".

Para conseguirlo, los guionistas exploraron el nacimiento del ser malvado de la primera película. "Me encantaría ver una película acerca de Samara antes de que se convierta en la horrible criatura saliendo a rastras del pozo en El anillo", dice Mike Flanagan. "El recorrido entre una cosa y la otra me parece fascinante, pero se explora pocas veces en el género de terror".

Andrew Form añade que una película centrada en el tablero Ouija era el vehículo perfecto para hacerlo: "Se nos ocurrió realizar una película en torno al intenso deseo que sienten algunos por contactar con el otro lado, y los tableros Ouija sirven exactamente para eso. Incluso los que no creen en los espíritus, juegan. La Ouija es capaz de convertir al más incrédulo en un seguidor mientras está jugando".

Jason Blum no hace más que dar voz a la opinión del equipo de productores al decir que Mike Flanagan era el director perfecto para encabezar un proyecto que encajaba con el modelo de micropresupuesto de Blumhouse: "Mike es muy especial. Sus ideas y su visión son muy particulares, y las defiende abiertamente, pero también acepta sugerencias. Es una de las personas con las que he trabajado que mejor sabe resolver situaciones complicadas. Cuando se trata de personajes extremos en historias extremas, hace falta fiarse de la persona que está a cargo del rodaje, porque la línea que separa el miedo de la risa es muy delgada. Pero con Mike, sé que estoy a salvo. La historia dará miedo y funcionará a niveles muy diferentes".

Los dos guionistas querían que la historia girara en torno a personajes entrañables y pensaron en una madre viuda con dos hijas. "Durante los primeros 45 minutos, El exorcista es un drama, no hay nada sobrenatural. La película presenta a los personajes, permite al espectador conectar, entender su realidad para que, cuando empieza el horror, le agarre por la garganta", explica Mike Flanagan. "Me gustó la idea de crear una historia acerca de una familia que vive de contactar con los muertos. Me pareció una dinámica fascinante".

Decididos a no adherirse a los cánones habituales del género de terror, se alejaron de los ritmos más predecibles. "Si hay tres segundos de silencio después de un diálogo, el espectador espera el susto", explica el director y guionista. "Por eso era importante buscar algo inesperado. En esta película, los sustos son más espontáneos, inesperados, un poco como la música de jazz".

Uno de los elementos imprescindibles de la película era un sacerdote, tal como explica el productor Brad Fuller: "Roger Ebert escribió que tratándose de posesiones demoníacas hace falta un sacerdote católico, ninguna otra fe parece funcionar tan bien".

De nuevo, Mike Flanagan y Jeff Howard fueron un poco más lejos escogiendo a un sacerdote joven y guapo, a quien Alice encuentra muy atractivo. "Una de mis escenas preferidas es la de Alice y el padre Tom cenando en un restaurante, mientras Lina y su novio Mikey (PARKER MACK) están en su dormitorio. Vamos desde el primer beso de la adolescente a los dos adultos. No cabe duda de que hay una chispa, pero la vida les ha llevado por caminos diferentes", dice Jason Blum. "Tomamos en cuenta las realidades de la vida al yuxtaponer la posibilidad de un amor adolescente con una relación adulta".

De hecho, el personaje del padre Tom está basado en un sacerdote al que Mike Flanagan conoció durante sus doce años de monaguillo: "El padre Stack tenía una empatía con los demás que únicamente me parece posible si vivió una vida muy intensa antes de entrar en el sacerdocio. Más tarde supe que había estado prometido con una mujer, y siempre me pregunté qué le había hecho cambiar su trayectoria de forma tan drástica".

En la película descubrimos que la esposa del padre Tom murió hace tiempo y que esa trágica pérdida le llevó a hacerse sacerdote. El padre no se fía del "don" de Doris, y le pide que contacte con su esposa a través de la Ouija. Es así como descubre que los espíritus están jugando con la familia Zander.

Para convencer a Alice del engaño, cita la Primera Epístola de San Juan, IV, 1: "No os fiéis de cualquier espíritu, sino examinad si los espíritus vienen de Dios, pues muchos falsos profetas han salido al mundo".

Pero cuando Alice ve la oscuridad que se ha apoderado de Doris, quizá sea demasiado tarde para cualquiera que entre en la casa...


Nunca juegues solo: El reparto del thriller sobrenatural
Para OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL, Mike Flanagan y los productores buscaron actores cuya interpretación llevara a otros niveles el complejo drama familiar y diera realismo al clima de terror.

Los cineastas escogieron a Elizabeth Reaser, conocida internacionalmente por su trabajo en La saga Crepúsculo, para que diera vida a la inteligente y capaz viuda Alice Zander, madre de dos hijas. El realizador dice que conoce el trabajo de la actriz desde hace tiempo: "La primera vez que la vi fue en una película genial titulada Sweet Land, que estaba en un festival donde se proyectaba un cortometraje mío hace años. Me pareció una actriz radiante, daba una cálida sensación de empatía a su trabajo. Me fascina la mirada de Elizabeth, comunica todo lo que le pasa por la mente y el corazón. Es una de las actrices más abiertas que he visto".

La actriz estaba más que dispuesta a afrontar las dificultades del papel. "Me gustó la forma en que el guion exploraba el dolor y el tremendo deseo de ver o hablar con la persona desaparecida, aunque solo sea una vez", dice Elizabeth Reaser. "No se trata simplemente de una película de terror, por eso es realmente aterradora. Los personajes tardan en entender lo que ocurre porque acaban de pasar por una pérdida devastadora, no comprenden que la vida pueda ir a peor".

Elizabeth Reaser habla de su personaje, una madre aparentemente tradicional que decide hacerse pasar por una médium capaz de comunicarse con los muertos. "Que la madre de dos niñas que van a un colegio católico coloque un cartel en la puerta de casa que reza 'Vidente, adelante' es algo muy extraño, sobre todo en una comunidad conservadora en los años sesenta", explica la actriz. "Por eso admiro a mi personaje, tiene valor y no le importa el qué dirán con tal de cuidar de sus hijas".

De hecho, Alice engaña a sus clientes, pero está convencida de que les aporta el consuelo que a ella le falta. Tiene la esperanza de poder entrar en contacto con su difunto marido algún día, sin darse cuenta de que esta esperanza es una puerta abierta para espíritus con ideas muy malévolas.

"El dolor le ciega, es el único periodo de su vida en el que su vulnerabilidad puede hacer que los espíritus le engañen", dice Elizabeth Reaser. "Quizá lo más trágico de la película es que Alice da pie a esos terribles acontecimientos porque intenta desesperadamente creer en lo que finge ser. El dolor, una pérdida, el amor, la familia, cualquier cosa que esté realmente cerca de nuestro corazón puede eclipsar a la lógica. Sinceramente, lo entiendo".

Hay un protagonista masculino en la película, el apuesto padre Tom. "Necesitaba a un sacerdote católico, pero quería que tuviera un toque diferente", dice Mike Flanagan. "Alice y el padre Tom se sienten atraídos el uno por el otro, pero por desgracia, la vida se ha encargado de asignarles caminos muy diferentes".

A medida que avanza la historia, el padre Tom duda cada vez más del "don" de Doris. Preocupado por el bienestar de Alice y de sus dos hijas, decide lanzarse en una dirección espiritual muy peligrosa. Para encarnar al personaje, los cineastas se inclinaron por Henry Thomas, nominado en dos ocasiones al Globo de Oro, que debutó profesionalmente en E.T. El extraterrestre y ha seguido trabajando en películas de la talla de Gangs of New York. "Soy fan de Henry desde que empecé a ir al cine", dice el realizador. "Cuando se mencionó su nombre, no podía pensar en ningún otro actor para el papel".

El actor, al leer el guion, se dio cuenta de que la historia de la familia Zander se alejaba de los clichés del género. "En la primera reunión que tuve con Mike, me dijo que sería necesario destruir a los personajes, era la regla del juego", recuerda Henry Thomas. "Pero antes, el público debía empatizar con ellos".

OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL dedica gran parte de los dos primeros actos a construir los personajes y las complejas relaciones que los unen. "Todos sabemos lo que va a pasar llegado el momento", sigue diciendo. "Mi objetivo, como actor, es hacer que el personaje sea lo bastante atractivo para que el espectador olvide su más que probable fin brutal".

Henry Thomas solo tiene buenas palabras para el director, que también es el montador de la película, y su increíble eficiencia en el plató: "Los mejores directores con los que he trabajado siempre saben exactamente lo que quieren de una escena, saben cómo debe ser la interpretación y cómo debe estar colocada la cámara. "Mike explica lo que desea con gran sencillez y elegancia. Al ocuparse del montaje, sabe dónde cortará, y deja que el actor sea creativo sin hacer nada inútil".

A continuación, el director y los productores empezaron a buscar a la actriz idónea para encarnar a la niña que tanto preocupa al padre Tom, Doris. Siempre supieron que no sería fácil encontrar a la intérprete perfecta. "El papel demandaba mucho para alguien tan joven y vimos a una gran cantidad actrices", explica Mike Flanagan.

La joven, aunque veterana actriz del género de terror, Lulu Wilson, que ya había demostrado de lo que era capaz en Líbranos del mal, supo dosificar la ingenuidad y la maldad de Doris. "Para la prueba preparó un monólogo de la película que describe lo que se siente al ser estrangulada, y casi me caigo de la silla. Fue la única en no interpretarlo intentando dar miedo. En vez de eso, lo recitó sin más, espontáneamente, con una sonrisa. Optó por la posibilidad más sofisticada".

En cuanto a las escenas con dificultades físicas, supervisadas por el coordinador de especialistas MARK RAYNER, la actriz demostró no tener miedo de nada. "Hay una escena en la que Doris trepa por una pared, y preferíamos que lo hiciera Lulu en vez de una doble con una peluca", recuerda Mike Flanagan. "Era intrépida. De pronto, ahí estaba, en la alto de la pared, con una enorme sonrisa iluminándole la cara".

Pero Lulu Wilson, que siente una gran admiración por sus dobles EMILY BROBST y JULIANA POTTER, dice: "Fue una locura. Reconozco que estaba algo nerviosa, pero tampoco mucho".

Aunque en Estados Unidos las películas de terror están prohibidas a los diez años, espera que sus padres hagan una excepción con OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL. "No voy a permitir que la vean ellos y yo no", dice, muy decidida.

Mike Flanagan escribió el papel de Lina, la inteligente y valiente hermana mayor de Doris, con Annalise Basso en mente. "La primera vez que trabajé con Annalise tenía 13 años", dice. "Me pareció una de las mejores actrices con las que me había cruzado, y era perfecta para el papel".

La joven actriz estaba encantada de volver a colaborar con el realizador de Oculus: El espejo del mal: "Es un director con una visión específica, pero nos da libertad para interpretarla. Siempre pregunta si necesitamos otra toma. Es muy consciente de lo que un actor necesita en un plató".

El complicado personaje de Lina gustó a la actriz. "Casi tenemos la misma edad, no fue difícil entender que lucha por encontrar su identidad", explica. "Lina es temeraria, admiro su fuerza de carácter, que descubrió después del fallecimiento de su padre, y cómo hace uso de esas dos cualidades para enfrentarse a su madre y a los tremendos espíritus que pueblan la casa".

Annalise Basso también apreció la relación de Lina con Mikey, un chico un año mayor que ella que la quiere de verdad. "Hay una conexión pura y muy sana entre los dos adolescentes, algo que no suele verse en las películas de terror", dice. "Su romance es muy tierno, pero complicado. Ella descubre el amor sin haber superado el dolor por la pérdida de un ser tan querido como su padre".

El director y los productores se inclinaron por Doug Jones, un actor especializado en la interpretación de criaturas, para el papel de las malévolas entidades. El actor, que ha dado vida a personajes tan fascinantes como El Fauno y El Hombre Pálido en El laberinto del fauno, o a Abe Sapien y al Ángel de la Muerte en las entregas de Hellboy, todas de Guillermo del Toro, estaba más que dispuesto a trabajar con Mike Flanagan. "A Mike se le da muy bien plasmar las relaciones y la dinámica familiar de forma que aprendamos algo más", dice. "A Guillermo le pasa lo mismo, hace cosas oscuras con un sentido, un objetivo".

El director explica que hace tiempo que conoce al actor: "Tuve el privilegio de trabajar con Doug por primera vez en 2010 en una película independiente llamada Absentia. Era tan pequeña que rodamos en mi piso. Los monstruos aparecen muy brevemente en OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL. Por eso quise contar con un actor que maximizara el impacto de su aparición. Aunque solo se ve a Doug unos cuantos segundos en la pantalla, el espectador no podrá olvidar su imagen".


El terror llega a casa: Diseño, decorados y vestuario
El equipo de producción daba suma importancia al vestuario, los decorados y el diseño de producción, para que el thriller sobrenatural transcurriera en un entorno realmente típico de los años sesenta. Solo así conseguirían la atmósfera idónea para transportar al espectador a esa época.

Diseño de producción
Desde el papel en las paredes de la casa de la familia Zander, hasta las velas usadas durante las sesiones de espiritismo, el diseñador de producción Patricio Farrell no olvidó ningún detalle para dar autenticidad al decorado. "La atención por los detalles de Patricio es asombrosa", dice, riendo, Mike Flanagan.

Patricio Farrell y su equipo se documentaron en profundidad para asegurarse de que todo lo descrito en el guion fuera correcto. En vez de limitar el atrezo a los objetos típicos de los sesenta, añadieron toques anteriores a esa década, sobre todo de Art Nouveau, con el fin de captar la esencia de la familia y la terrible historia de la casa.

"Al usar el estilo Art Nouveau como una corriente subyacente, fue posible definir la estética del mundo de la familia Zander y reservar toques de color y detalles de los revolucionarios sesenta para momentos y lugares precisos, donde ayudarían a propulsar la historia", explica el director de producción, que había trabajado anteriormente con el realizador en la aún no estrenada Before I Wake. "Al no estar restringidos únicamente a los años sesenta, nos mantuvimos dentro de un presupuesto limitado, además de dar mayor textura a unos decorados que nos llevan a tiempos mejores y más idílicos".

Mike Flanagan y Patricio Farrell estaban de acuerdo en que el hogar de la familia Zander debía ser cálido, acogedor, para que los terribles acontecimientos fueran aún más sorprendentes. "Mi intención, desde el principio, fue crear unos decorados preciosos", explica el diseñador. "Cuando algo inexplicable y aterrador aparece en un entorno agradable, se crea una sensación mucho más inquietante e inesperada, difícil de olvidar. Pero por muy especial que sea el entorno, se necesita un guion estupendo para conseguir que la escena alcance el máximo suspense, y esto es exactamente lo que Mike consigue en sus proyectos".

Decorados
Construida en el siglo XIX, la casa de Los Ángeles donde transcurre gran parte de la película no estaba diseñada en un principio para rodar las escenas acrobáticas de OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL. "Había personajes ascendiendo en el aire, lanzados contra las paredes, flotando arriba y abajo por las escaleras, colgados en el vestíbulo y todo debió hacerse en el decorado real", explica Mike Flanagan. "Instalar los complicados mecanismos y rodar estas escenas de forma dinámica fue un tremendo rompecabezas. Si un actor o un doble no respetaba exactamente sus marcas, la escena ya no funcionaba".

Los productores y el director creen firmemente en la autenticidad, lo que dio la oportunidad a Lulu Wilson y a Annalise Basso de pasarlo bien y hacer algunas escenas algo peligrosas. "Los actores jóvenes se divierten mucho con este tipo de escenas, y queríamos que Lulu y Annalise tuvieran la posibilidad de hacer lo máximo posible ellas mismas", explica el director. "Me puse bastante nervioso viéndolas trepar por paredes o volar por el vestíbulo de la casa, pero lo hicieron de maravilla".

Si la distribución de la vieja casa no facilitaba las escenas acrobáticas, sus anchas puertas dobles y la gran escalera ayudaron mucho al director de fotografía Michael Fimognari. "La casa está llena de historia y de texturas, y ya que gran parte de la historia transcurre en el interior, se convierte en otro personaje", dice el productor Andrew Form. "Las oscuras estancias que se comunican crean una maravillosa sensación de extrañeza perfectamente plasmada en la pantalla. La gente siente un respeto natural por las casas viejas y la historia que guardan sus paredes. Ya lo dice Mike: 'Esta casa tiene buenos huesos'".

Vestuario
La diseñadora Lynn Falconer se sumió en la documentación gráfica del año 1967 para adecuar el vestuario a las telas y los patrones más de moda entonces. "En vez de recurrir a tiendas y sastrerías especializadas en vestuario, lo compré casi todo en subastas públicas de los alrededores de Los Ángeles", explica la diseñadora. "Tuve que meterme en muchos armarios en rincones alejados para encontrar ropa que no hubiera salido en la serie 'Mad Men'", añade, riendo.

Estaba convencida de que un look muy conservador no encajaba con Alice. "Es vidente, su personaje me pareció más progresista, y quería reflejarlo en su vestuario. Me incliné por modelos de finales de los sesenta, cuando el estilo era mucho más relajado", explica. "Alice es una mezcla de ternura y resistencia que traduje en blusas vaporosas sobre faldas muy clásicas".

La diseñadora escogió seguir el estilo de uno de los grandes iconos de finales de los sesenta para el vestuario de Lina. "Me inspiré en Twiggy, tal como vestía a diario: minifaldas con unos suéteres monísimos", explica. "Annalise tiene una espléndida cabellera pelirroja que encajaba con los violetas, marrones y tejas muy de moda en la época".

Para el vestuario de Doris recurrió a recuerdos de su infancia. "Yo tenía más o menos esa edad en 1967 y me basé en lo que recordaba llevar entonces, como una chaqueta de crochet sin mangas", dice. "En el momento en que Doris se vuelve algo fantasmal, lleva un vestido blanco parecido al de la primera entrega de Ouija. La dificultad residía en encontrar algo nuevo con resonancias de los años sesenta y poder comprar varios idénticos. La tela del vestido también debía adaptarse a la escena".

Lynn Falconer recurrió a El exorcista para el vestuario del padre Tom. "La paleta de colores de OUIJA: EL ORIGEN DEL MAL es mucho más rica, e incluso si la ropa del vestuario no nos daba mucho margen para la inventiva, quería reflejar la época en algún que otro detalle", explica.

Y volvió a recurrir a sus recuerdos de niñez: "De pequeña estudié en una iglesia católica de California donde escuchaba los sermones de un joven sacerdote llamado padre Rick", dice, riendo. "Diseñé un vestuario similar para el padre Tom que subrayara su juventud.