Tres amigos allanan la morada de un ermitaño invidente para dar lo que suponen un golpe fácil solo para descubrir que su vida corre peligro en una aterradora pesadilla desencadenada en No Respires, el segundo largometraje del guionista y director Fede Álvarez (Posesión infernal) y el legendario realizador Sam Raimi. En su tercera cinta, Álvarez apunta a la yugular con un thriller sin complejos, brutal y retorcido, que enfrenta a tres ladrones ante un adversario inesperadamente peligroso.
Decidida a escaparse de su madre maltratadora y salvar a su hermana menor de sumirse en una existencia sin futuro como la suya, Rocky (Jane Levy) no tiene límites a la hora de preparar su huida. Junto a sus amigos Alex (Dylan Minnette) y Money (Daniel Zovatto) ha llevado a cabo un par de hurtos minuciosamente planificados para hacerse con el dinero suficiente para marcharse de casa y dejar atrás su Detroit natal. Pero estos robos de poca monta no han rendido muchos frutos y cuando se enteran de que hay un hombre ciego (Stephen Lang) poseedor de una pequeña fortuna viviendo en una casa abandonada, los tres amigos deciden dar su último y más ambicioso golpe.
Pero el plan se frustra cuando el que fuera la víctima resulta ser mucho más terrorífico de lo que nunca imaginaron. El hombre los persigue por toda su vivienda que más que una casa parece una fortaleza, en la que descubren horrorizados, que oculta más que dinero. Sorprendente y fascinante, el thriller maestro y alucinante de Álvarez mantiene la tensión con un ritmo frenético hasta el último minuto espeluznante.