Notas del productor (Enrique López Lavigne)
Cuando Mikel Lejarza y Arturo Pérez Reverte delegaron en mí la producción ejecutiva de ORO desconocían el profundo respeto que le tengo a la épica fronteriza. Ya había estado en contacto con la idea de trasladar a imágenes la epopeya de Cortés y estudiado la posibilidad de hacerlo también con Blas de Lezo, pero los obstáculos que se plantean a la hora de definir el universo histórico de sus acciones fuera del contexto de la época que les tocó vivir, resultaba controvertido. En cambio, la sencillez de ideas que planteaba el cuento de Reverte, el poderoso retrato alegórico de los tiempos que nos tocan vivir ahora a nosotros y la salvaje escritura de acción y personajes que trasladaron Arturo y Tano al guión, me decidieron a dar el paso con total convencimiento.
Hay mucho de fronterizo en esta aventura oscura y selvática porque sus personajes no sólo están explorando la frontera sino confrontando sus límites físicos y psicológicos. Su propia frontera como en Conrad y en Lawrence de Arabia. La conquista de América fue nuestro Western y también nuestro Vietnam. El mestizaje surge de la herencia sangrienta española. La película debía ser salvaje y construir un espacio abstracto también para enjaular a los personajes. Hombres de aventura, mercenarios del ORO a las órdenes del Rey que buscan un futuro, algo que en sus tierras no podrán alcanzar. También hay dos mujeres que escapan de una España que ha pisoteado su derecho a ser libres, a ser personas y que encuentran en la selva la posibilidad de escapar de ese yugo. Hacia falta un capitán para esta expedición, alguien que tuviera la posibilidad de rodar nuestro western crepuscular sin que pareciera diseñado, de mentira, alguien con una escritura en imágenes lírica y al mismo tiempo brutal. Encontramos a Tano que llevaba fuera del circuito una temporada larga como el Conde de Montecristo. Tano es historiador, minucioso en el detalle y expeditivo en la acción.
Hacia mucho tiempo que no veía rodar acción como John Ford. He tenido el placer de asistir a esto aquí. También de conocerle y convertirle en mi amigo. Gracias Tano por esta película. Gracias Mikel y Arturo por esta oportunidad y gracias a mi equipo de mercenarios artísticos Femenía en la luz y la cámara, elegante y perfecto, Javi Fernández por un diseño de producción artesanal y espectacular, Tatiana Hernández en el vestuario por arriesgar y no alquilar, al montaje de imágenes y sonido de Marta y Gabriel, la producción de Luis Fer, la ayuda de Antonio y equipo en la dirección, al enorme Reyes Abades y saga sin los que esta épica sería ridículamente poco creíble... por último citar la música de Javier Limón, que además nos trajo a José Mercé.
Gracias a los más de 100 técnicos que se han adentrado y por supuesto a sus actores que han sufrido lo suyo para hacemos disfrutar en la sala oscura y en la otra.
Solo puedo daros las gracias a todos.
Enrique López Lavigne
Notas del productor (Mikel Lejarza)
ORO es un proyecto a contracorriente.
Si pensamos en aquello que se considera hoy en día como "comercial", en términos de amplias taquillas y seguimiento mayoritario del público, la tendencia general nos dice que son las comedias costumbristas y ligeras las que copan el ranking de las películas más vistas en nuestro país y de nuestro cine. No ocurre igual en otros lares, los ingleses por ejemplo, todos los años llenan las pantallas de sus salas de cine y de sus televisores con historias relacionadas con su monarquía, sus ministros o sus batallas. En definitiva con su historia, que luego cuentan al resto del mundo hasta convertirla en Universal. "Dunkerke" es el último ejemplo, pero todos recordamos series como "The Crown" o películas como "El Discurso del Rey" o "The Queen". Pero, ¿es imaginable que el cine español hiciera una película sobre alguno de sus monarcas o sobre Trafalgar? No lo es, nuestra historia, de dónde venimos, lo que nos explica, es uno de los temas menos utilizados por el cine en nuestro país.
Los norteamericanos, líderes indiscutibles en cuanto al sector cinematográfico, son también quienes más han utilizado el cine para hablarle al mundo de sí mismos y hasta han hecho de la construcción de su país un género cinematográfico en sí mismo: El western. Justo de ese hecho partió la idea de hacer ORO. Fue Arturo Pérez-Reverte quien ideó un relato inédito, nunca publicado, que nació como respuesta al hecho de que nosotros también tuvimos como sociedad nuestro propio Oeste y sin embargo, los españoles hemos contado en escasas ocasiones lo que aconteció. ORO, de haberla rodado un equipo norteamericano, sería un western, sería cine clásico. Entre nosotros, es sencillamente una película extraña en los tiempos que corren.
Para algunos la llamada Conquista, para otros el descubrimiento, fue sencillamente una acción de un Imperio que expandía sus fronteras, sus creencias y su cultura. Para otros un genocidio. ORO no parte de ninguna de ambas premisas, sino del hecho evidente de que siendo algo de ambas cosas, el motor esencial por el que muchos españoles fueron a América, un territorio para ellos desconocido y peligroso, fue simplemente el ganarse la vida, es decir, encontrar el oro que mitigase su pobreza y les diera un futuro. La película dirigida por Agustín Díaz Yanes, con guión suyo y del propio Arturo Pérez-Reverte, parte de esa realidad para contar el durísimo viaje de un grupo de hombres y mujeres a través de un territorio sin caminos, lleno de sorpresas y riesgos, perseguidos al mismo tiempo que perseguidores, en busca de fortuna. En ese transcurrir lento, pesado, doloroso, más propio de una saeta que de un canto alegre y evasivo, hay violencia, hay muerte, pero también amor y épica, porque por encima de cualquier otra cuestión hay una aventura vital, la de unas personas que se enfrentaron a lo desconocido con valentía y como dice la película en su comienzo, casi sin darse cuenta construyeron con sus actos un nuevo mundo.
La película pretende hablar de nosotros. De lo mejor y de lo peor de lo que somos capaces. De cómo de nuestras diferentes procedencias hacemos grupos que se enfrentan entre sí, pero cómo nos unimos ante el enemigo común. De cómo amamos, vivimos, morimos, mientras avanzamos lentamente hacia un horizonte que desconocemos donde está. La película habla del fracaso que hay delante del mayor de los hallazgos; pero también del éxito que anida en toda derrota cuando se ha vivido y luchado con valor. Sí, ORO, es una aventura en las pantallas, y lo ha sido también detrás de éstas. No cuenta chistes, no es un thriller oscuro sino que ocurre en una selva luminosa; es un largometraje que habla de nosotros y de nuestros antepasados, hombres y mujeres que huyendo de una vida sin futuro, buscaron con aciertos y errores, pero siempre con valor, un horizonte que amplió el de la humanidad en su conjunto. No eran héroes, tampoco vulgares asesinos. Eran personas que se buscaron la vida porque en su lugar de origen carecían de ella. Y ORO cuenta su épica aventura, con realismo, tal y como fue. Tal y como somos los humanos cuando nos enfrentamos a lo desconocido.
Mikel Lejarza
Notas del director y guionista (Agustín Díaz Yanes)
Arturo Pérez-Reverte suele irrumpir en mi vida cada cuatro o cinco años con un regalo. El último se llamaba, se llama, ORO. Fechado en el siglo XVI, ORO trata de un grupo de soldados españoles que acompañados de dos mujeres cruzan la selva en busca de una ciudad cuyos tejados son de oro puro. Junto con Arturo y su relato apareció Mikel Lejarza, antiguo conocido, hoy amigo de verdad. Siempre a favor de obra, ayudando y aconsejando. Ellos dos me pusieron en marcha.
Instantes después entró en mi vida personal y cinematográfica un inusual, torrencial y muy inteligente productor (cineasta le define mejor) que responde al nombre de Enrique López Lavigne. Los tres me ofrecieron primero escribir el guión (con Arturo), y después dirigir la película. Tras más de siete años en el dique seco, dije que sí sin pensarlo dos veces. Para ser director de cine es absolutamente necesario tener una mezcla de audacia, temeridad e inconsciencia. Los riesgos siempre son muchos, las certezas escasas.
ORO era un magnífico relato de frontera, un relato de supervivencia, de ambiciones y traiciones, de amores, de codicia y de generosidad. Treinta hombres y dos mujeres en una selva peleando contra todo y contra todos, incluso contra ellos mismos, en busca de fama y fortuna. Un grupo de desheredados, emigrantes paupérrimos del siglo XVI. Feroces, sanguinarios, pero también generosos, idealistas. Gente que no era nadie, sin nada que perder y todo que ganar. Mi tarea consistía en llevar todo eso a la pantalla. Espero no haberme equivocado demasiado.
ORO ya está a punto de aparecer en los cines. Poco puedo decir. Dentro de unas semanas será de los espectadores que quieran ir a verla. Espero que su juicio sea benévolo.
Agustín Díaz Yanes
Notas del guionista (Arturo Pérez-Reverte)
A principios del siglo XVI, para muchos españoles a quienes la pobreza y el hambre habían llevado a hacerse soldados, las Indias recién descubiertas ofrecían sueños de fama y fortuna. Y allá fueron en gran número, con todo por ganar y nada que perder, excepto la vida.
Eran gente dura, arrogante y cruel, a menudo dividida por rencillas y lugares de nacimiento. Mataron sin escrúpulos y murieron sin protestar en busca del oro soñado. Pero mientras caminaban hacia lo desconocido, aquellos hombres y mujeres alumbraron, sin pretenderlo, un nuevo mundo y una asombrosa epopeya.
Arturo Pérez-Reverte
OroDirigida por Agustín Díaz Yanes