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El secreto de una obsesión cartel reducidoEl secreto de una obsesión(Secret in their eyes )
Dirigida por Billy Ray
¿Qué te parece la película?

"Justicia, se la debo a mi hija" - Jess

La película está escrita y dirigida por el nominado al Oscar Billy Ray (Capitán Phillips, Los juegos del hambre), y producida por el ganador del Oscar y del Emmy Mark Johnson (Rain Man, Breaking Bad) y por Matt Jackson de IM Global (Sin tregua, Parkland). Stuart Ford de IM Global actúa como productor ejecutivo junto con el presidente de STX Entertainment Robert Simonds, Russell Levine y Lee Jea Woo de Route One, y John Ufland y Jeremiah Samuels. La película se basa en El secreto de sus ojos, la ganadora del Oscar a la mejor película extranjera de habla no inglesa en 2010 dirigida por Juan José Campanella.

El secreto de una obsesión está protagonizada por las ganadoras del Oscar Julia Roberts (Erin Brockovich) y Nicole Kidman (Las horas), y el nominado al Oscar Chiwetel Ejiofor (Doce años de esclavitud).

Completando el reparto de El secreto de una obsesión, encontramos a Dean Norris (Breaking Bad), Michael Kelly (House of Cards), Alfred Molina (El amor es extraño) y los nuevos valores Joe Cole (Peaky Blinders) y Zoe Graham (Boyhood: Momentos de una vida). El equipo técnico está formado por el director de fotografía Danny Moder (The Normal Heart), el diseñador de producción Nelson Coates (El vuelo), la diseñadora de vestuario Shay Cunliffe (El legado de Bourne) y el montador Jim Page (Sin escrúpulos).

El secreto de una obsesión teje el pasado y el presente en un misterio sobrecogedor que plantea la pregunta: ¿hasta dónde llegarías para corregir un mal inconmensurable?.


En el principio
Billy Ray y Mark Johnson se conocían personalmente y conocían sus respectivos trabajos desde hacía décadas, pero nunca habían trabajado juntos. Cuando vieron el suspense argentino El secreto de sus ojos, ninguno de los dos podía dejar de hablar de él.

"El secreto de sus ojos es espectacular", dice Billy. "Me quedé totalmente impresionado al verla, sentí una reverencia por ella rayana en la admiración. Entonces Mark me preguntó si quería adaptarla. Al principio dudé, porque no quieres tocar algo genial y frente a lo que te sientes eclipsado antes de empezar. Pero creí que había una visión estadounidense de la historia que valía la pena volver a contar y explorar".

Cada vez que los dos se sintieron frustrados al acometer tamaña empresa, encontraron el respaldo impertérrito de Juan Campanella, que dirigió la película argentina. "Aquí había un hombre que quería resolver un caso abierto, pero la razón por la que quería resolverlo no era solo por encontrar al culpable, sino también por encontrar la raíz de su propia soledad", dice Campanella. "Para mí, eso era muy original. Al contrario de lo que pueda pensar la gente, me gusta mucho cuando alguien toma una obra y la convierte en algo diferente".

Billy dice que la versión estadounidense encuentra un impulso en los sucesos del 11 de septiembre. "El horror de aquel atentado fue enorme e imborrable para todo el que estuvo en Estados Unidos en aquel momento, pero nos ofreció una historia para nuestra película que ningún otro contexto podría haber creado".

"Billy dio un gran giro a la historia", dice Campanella. "Respetó gran parte de la emoción de la original, pero encontró una forma de contarla muy propia de Estados Unidos".

Billy admite que al principio pensó que estaba escribiendo una película sobre la pérdida. "Pero resulta que estaba escribiendo una película sobre la obsesión. Las historias consiguen eso a veces, te cuentan de qué tratan".


Sobre la película
"Cuando escribes una película", dice Billy, "lo primero que te preguntas es qué daño ha sufrido el protagonista que solo puede arreglar esta película. Y de esa forma, estructuras el guión. Hay algo que no funciona en el personaje, y si ese personaje no tiene las vivencias de esta película, nunca saldrá adelante. En este caso concreto, tuve que hacer eso con tres personajes. Cada uno de ellos debe tener algo dañado en su interior que solo puede arreglar esta película".

Cuando Billy empezó a escribir el guión, El secreto de una obsesión tomó un desvío, pues su ubicación original se fijó en San Antonio, después en San Francisco, en Londres, en Boston y al final en Los Ángeles.

"Los Ángeles es donde me crié y es la ciudad de la que más tengo que decir", afirma Billy. "Se convirtió en el tejido de la película de un modo que me resultó muy emocionante".

El productor Matt Jackson, presidente de producción de IM Global, dice que es extraño "conseguir un guión donde la historia te llame la atención en cada página, y además tiene un argumento muy complejo que afecta a dos períodos de tiempo diferentes. La idea de Billy de convertir la película en una historia que tuviera un elemento de lucha contra el terrorismo fue genial. Toda la histeria y la paranoia que se desencadenó después del 11 de septiembre proporcionó un mecanismo perfecto para dejar suelto al asesino y crear una historia tan personal de obsesión y pérdida".

"Cuando la estaba escribiendo, no quise separar 2002 de 2015," dice Billy. "Sentía que 2015 tenía que ser un eco de lo que pasó en 2002".


De la página a la pantalla
"Escribo y dirijo películas pero, antes que nada, siempre he sido un apasionado del cine", dice Billy. "A veces, me costaba mucho hacer mi trabajo en el plató, porque miraba al monitor y decía: 'Madre mía, son Julia Roberts, Nicole Kidman y Chiwetel Ejiofor, todos juntos en un encuadre'. Tienes que ser disciplinado para hacer tu trabajo teniéndolos a ellos alrededor, porque a veces te conviertes en un admirador con la entrada en una mano y las palomitas en la otra".

"Escribir y dirigir son ambas cosas una prolongación de lo mismo: narrar una historia", dice Billy. "Todos los días, como guionista, antes de encender el ordenador, te dices: '¿Cuál es la historia que voy a contar y cuál es la forma más efectiva de contar esa historia?'".

"Billy es un guionista famoso, muy respetado", dice Mark Johnson, productor de la película. "A veces trabajas con un guionista-director y el director quiere respetar todo lo que ha escrito el guionista. Billy no es así. Si oye una buena idea o un actor tiene una opción distinta sobre una frase, está abierto a escucharla".

"Una vez que empezamos a rodar, él era el director, no un guionista que está dirigiendo", continúa Johnson. "Lo bueno de eso es que si te encuentras con un problema, él puede arreglarlo en términos del guión, pero como director, está totalmente abierto a los cambios y a las sugerencias que tengan los actores".

"Cuando vas a dirigir una película, el objetivo es muy sencillo", explica Billy, "quieres vencer a la página. Los actores no están ahí para hacer una lectura filmada de tu guión. Están ahí para explorar hasta dónde puede llegar ese guión. Intentan encontrar la vida entre las palabras. A veces eso significa decir el diálogo que está escrito, y otras veces no. En ocasiones, significa adaptar, explorar otras cosas. Lo único que tienes cuando empiezas una película es el guión. Luego aparecen los actores y ellos tienen su instinto, sienten impulsos, y puede que hayas escrito un texto para ellos que no necesiten porque pueden cubrirlo con una mirada, tienen esa capacidad. El reparto de El secreto de una obsesión está formado por actores muy, muy inteligentes que solo quieren mejorar la película. Todas las propuestas y todos los apuntes iban encaminados a hacer que un momento fuera más auténtico, que una escena o que una transición funcionaran mejor".

"Un par de veces al día, Chiwetel venía a decirme: '¿Sabes la escena que rodamos hace tres días? Creo que si añadiéramos esta frase a la escena de hoy serviría para que aquella escena funcionara mejor'. Y el noventa y nueve por ciento de las veces tenía razón. ¿Por qué no iba a recibir con agrado esa clase de aportaciones? Ellos conocen lo que le va bien al personaje. Creo que todos juntos fuimos una buena combinación".


La selección de los actores
"Un buen amigo me dijo una vez que la mejor manera de entender a un personaje es saber lo que teme", dice Johnson. "Creo que Ray Kasten deja entrever esos miedos con la interpretación que hace Chiwetel, pero no se manifiestan nunca por completo, lo cual añade fuerza a su personaje. Es un hombre muy íntegro, ni siquiera es consciente de hasta qué punto lo es, y probablemente se pone a prueba más de lo que debería. Sin duda, siente una gran pasión en su vida y ha hecho sacrificios que le han impedido ser completamente feliz".

"Hay dos Jesses en esta película. Cuando la vemos por primera vez, está llena de vida y locamente enamorada. Le ocurre algo y Jess se convierte en otra persona. Estos son los dos extremos que Julia Roberts interpreta sumamente bien. Y al igual que los mejores personajes, Jess tiene secretos".

"A primera vista, Claire está en la senda del éxito en la Oficina del Fiscal de Los Ángeles. Es ambiciosa, inteligente, culta, está prometida con el tipo de hombre adecuado y parece que todo le va bien. Por desgracia, lo que hace tropezar a Claire es su integridad como ser humano, sus impulsos y el amor".

"Las personas de esta película no se comportan como personajes, se comportan como personas. Cierta parte del mérito es mía, pero la mayor parte es de los actores. Es una gran riqueza su aportación", subraya Billy.
El primer pilar para formar el reparto de la película fue la disponibilidad del nominado al Oscar Chiwetel Ejiofor. "Ray es un tipo muy motivado, muy capaz, que cometió un error y cree que le costó la vida a alguien, y no puede superarlo", dice Billy. "Siempre pensé que Chiwetel sería idóneo para el papel y que nunca se le había dado un personaje parecido. Estaba muy emocionado ante la idea".

"El personaje de Jess fue escrito en un principio como un hombre, Mitch Cobb, hasta que Julia levantó la mano y dijo que si lo convertía en una mujer, ella lo interpretaría. Fue un gran trato y una magnífica idea, pero no era lo que pensé cuando me senté a escribirlo".

"Jess sigue adelante a duras penas. Se quedó paralizada trece años atrás y su vida se detuvo. El corazón dejó de latirle, siguió yendo a trabajar a diario, pero estaba muerta. Ray, en particular, intenta liberar a Jess porque ha recibido un golpe terrible y no se ha recuperado nunca. Pedir a una actriz que interprete eso es, en cierta medida, la trampa definitiva, porque no puedes interpretar solo la tristeza y no salir nunca de ella, pues ofreces una interpretación monótona".

"Hay una enorme gama de emociones en el papel y Julia introdujo toda esta dinámica. Ella llevó la película a otro nivel, porque es muy valiente. Fue a lugares que no la he visto ir nunca. En muchas escenas de Julia, miraba alrededor y veía al equipo asombrado y alucinado por lo que ella estaba haciendo. Nos dio ese regalo el primer día, en la primera toma, y nunca disminuyó, nunca".

"Nicole fue la última pieza en encajar en el lugar y está espectacular. Cuando fui a seleccionar a la actriz para el papel de Claire, había dos requisitos que debía cumplir la persona que podía interpretarla. Tenía que ser una mujer difícil de olvidar (o la película pierde el sentido) y tenía que ser alguien que resultara creíble como fiscal. Nicole, por supuesto, reúne ambas condiciones. Es una mujer que no puedes olvidar, es muy inteligente y totalmente creíble como fiscal. Tiene una gran presencia y desprende una gran fuerza a su alrededor. Queda claro en la forma de interpretar la escena del interrogatorio con Marzin, donde se apodera de la estancia. Hay un gran motor ahí, y cuando lo acciona, es algo increíble de ver".

"Una vez que tuvimos a estos tres pesos pesados, se abrieron maravillosas oportunidades para seleccionar a actores increíbles para los papeles secundarios", añade Jackson.

"Contar con Dean Norris, Michael Kelly, Joe Cole y Alfred Molina elevó el nivel de la película de la mejor manera posible, y para los actores protagonistas es un estímulo, y viceversa. No los habríamos conseguido si no hubiéramos tenido un gran guión, y si Billy no hubiera expuesto lo que buscaba y no les hubiera dejado claro que sus papeles eran cruciales".

Billy recuerda: "La primera vez que hicimos una lectura en grupo del guión, todos los actores estaban aquí en Los Ángeles y Michael Kelly estaba en Nueva York (era una voz que salía de un teléfono que colocamos en medio de la habitación). Y aun así, fue fantástico. No necesitabas ver su cara para notar su interpretación, su profundización en el personaje".

"Es muy natural, muy auténtico. Nunca tiene una toma mala, nunca. Mientras rodábamos, escribí escenas adicionales para él, porque era muy bueno (y porque su química con Chiwetel era excelente). Fue una suerte contar con él".

"Michael Kelly me dijo que la escena que le decidió a hacer la película fue la del gimnasio donde se enfrenta a Chiwetel", añade Jackson. "Es un auténtico mano a mano, muy de la vieja escuela, una escena muy tradicional y nostálgica de Hollywood, de dos hombres muy masculinos enfrentándose en un gimnasio, entre todos los lugares posibles".

Johnson conocía a Dean Norris de los años en que habían colaborado en la serie de televisión, ganadora de los premios Emmy, Breaking Bad. Y resultó que Norris ocupaba el primer lugar de la lista de actores que tenía Billy para interpretar el papel de Bumpy. "No tuve ni que compartirlo con Billy", dice Johnson. "Dean no había visto la película argentina, por eso no modeló a Bumpy conforme al personaje equivalente a él en esa película. Hizo de Bumpy un personaje verdaderamente original".

Dos de los papeles más difíciles fueron los personajes Marzin y Beckwith, interpretados ambos por Joe Cole.
"En cuanto a actores, Joe Cole fue probablemente la elección más arriesgada que hicimos en la película", admite Billy, "porque el papel requería a alguien que pudiera pasar desapercibido como informante en una mezquita. Y Joe tiene aspecto británico, además de serlo. Pero es un actor tan bueno, y las pruebas que hizo fueron tan sólidas, que creímos que era necesario escribir el papel para que él pudiera interpretarlo".

Johnson añade: "Joe Cole es un actor que destacará por la gran calidad de su trabajo. Interpreta a dos personajes terribles, y a menudo cuando lo ves en el plató, te das cuenta de que está metido en el personaje. Se toma muy en serio su oficio y ha estado fantástico en los papeles que interpreta".

Un último acierto del reparto fue la incorporación del actor británico Alfred Molina, cuya carrera ha abarcado todos los medios de entretenimiento, desde el teatro al cine pasando por la palabra hablada.

Billy revela: "Alfred es un héroe como intérprete para mí desde En busca del arca perdida. Siempre he querido trabajar con él, y me sentí la persona más afortunada del mundo cuando aceptó. Es alguien más por quien no me importó nada cambiar un personaje. El personaje del fiscal evolucionó un poco después de que Fred accediera a interpretarlo. Cuando tienes un actor de este tipo o registro y con esta clase de talento, lo aprovechas. Además, su química con Chiwetel era muy fuerte. Quise darles momentos de enfrentamiento para ver cómo se presionaban el uno al otro. Nunca me decepcionaron".

Billy señala que lo que le sorprendió durante el rodaje "fue la determinación de los actores por hacer cada día mejor que el anterior. Era algo que buscaban todos los días, todos ellos. Había una intensidad en el propósito y una especie de singularidad en la intención de todos los miembros del reparto de esta película. Todos intentaban equipararse a los demás. No desde un punto de vista competitivo en plan quejumbroso, sino competitivo como si fueran atletas. Seguían subiendo el listón para sí mismos. Fue emocionante contemplarlo".

"Fue un privilegio ir a trabajar todos los días y dirigir a estos actores".


El hombre tras el telón
Billy cree que se necesita una comunidad para hacer una película. "Cuando diriges, tu trabajo es reunir a tanta gente con talento como puedas a tu alrededor y hacer que den lo mejor de sí mismos en todo momento", afirma Billy. "Creo que es más fácil conseguirlo si haces que la gente se sienta segura, se sienta escuchada, se sienta valorada. En este caso, eso resultó muy fácil, porque yo los valoro enormemente. Con estos actores, tuve la sensación de que querían estar en una película con la clase de aspiraciones que tiene esta. Disfrutaron del reto, y creo que lo respetan como objetivo. Creo que por ese motivo se unieron al equipo. No creo que tenga mucho que ver conmigo. Me sentiría muy halagado si pensara que fue por eso, pero me siento muy afortunado de que tomaran esta decisión".

"Billy es una de las personas más íntegras que conozco", dice Johnson. "Nunca he visto un equipo artístico y técnico que diera tanto apoyo a un director".

"Todos los días, al acabar la jornada, da una vuelta y les da la mano a todos y las gracias. Cuando llevábamos la mitad del trabajo hecho, envió un correo electrónico a todos los actores y a todos los técnicos diciendo que todo lo bueno del rodaje, del metraje que habíamos rodado, era gracias a ellos... que él solo tenía la suerte de participar. En consecuencia, todos le adoramos, y ha sido una colaboración fantástica. A veces pienso que más me vale estar alerta para responder a sus preguntas y estar preparado cuando me necesite".

"Billy encaró la película con una preparación meticulosa por su parte", añade Jackson. "He trabajado con muchos directores y, a menudo, llegan al plató sin tener claro lo que quieren rodar, sin una lista de rodaje. Confían en el director de fotografía o lo deciden en el momento, y muchas veces sucede que no tienes la cobertura o el material que necesitas. Lo que apreciaba de Billy era lo preparado que estaba".

Los elogios se repiten entre los actores.

Ejiofor dice: "Me gusta leer algo de un personaje con lo que me pueda sentir relacionado, entender su vida interior y sentir que se presenta de un modo que es universal y, al mismo tiempo, único y específico. Una historia como la de esta película está viva y tiene todos los aspectos tridimensionales de un mundo real, de un universo real creado. También existe la relación de amistad y un tipo de códigos morales, una moral y unas obligaciones con los amigos y la familia. En ese sentido, tiene un pulso muy hondo e intenso. Fue la combinación de estas cosas lo que realmente me caló cuando leí el guión por primera vez. Te quieres meter en la boca del lobo lo antes posible".

Nicole Kidman dice que el argumento la intrigó nada más leer el guión. "En pocas ocasiones recibes guiones con tres protagonistas fuertes y una trama realmente sólida. Hace ya tiempo que conozco a Billy y quería trabajar con él, y la idea de hacer esto con Julia y Chiwetel fue algo que me cautivó".

"Para mí los directores-guionistas son la mejor combinación. Billy colabora mucho y tiene un gran sentido de la estructura y un gran sentido del humor. A menudo rescribía o cambiaba las cosas para adaptarlas a lo que Chiwetel y yo necesitábamos. Yo le llamo profesor Billy porque también enseña escritura de guiones y tiene un gran conocimiento del cine".

Para Julia Roberts, la esencia de la historia consiste en la evolución de unas personas que se ven apartadas de su camino por el destino. "Me atrajo mucho el guión de Billy. No leo muchos guiones que me gusten y no trabajo muy a menudo. Pero leí este y pensé que era verdaderamente interesante".

"Billy ha sido extraordinario para mí como actriz. Es muy accesible y es como una enciclopedia. Lo sabe todo, es tranquilo y superencantador. Siempre está cuidando de todos nosotros, en esos escenarios tan frágiles que ha creado. Creo que seguramente se ha sentido mal por hacernos pasar por todo esto", dice riendo.

"Trece años es un período de tiempo muy largo", continúa Roberts, "y ha sido todo un reto tener que acordarme constantemente de dónde estaba hace trece años para tener una perspectiva del enorme cambio que puede suceder en la vida de una persona en ese período de tiempo. Para mí, es una gran oportunidad de interpretar casi dos personajes diferentes en el transcurso de trece años. Jess no es la persona que iba a ser, no nació ni vivió su vida para ser esa persona. Se ha convertido en una especie de sombra de lo que era antes. No creo que esté vacía, hay todavía un propósito muy concreto en su vida. Billy y yo hablamos mucho de esto. No creo que esto sea lo que Jess pretendía para sí misma. En cierto modo, creo que evolucionó en sus manos, lo ha dejado seguir y ahora se ha convertido en un ritual en su vida, tal como era su familia. Es muy triste, pero es fascinante. Es un cubo de Rubik difícil de resolver. Es bastante obvio, por el título, que todo el mundo oculta algo, pero se da a conocer con tanto cuidado que el público se sorprenderá al final".

"Había leído el guión y luego supe qué actores iban a participar en la película", recuerda Michael Kelly. "Tuve que leer el guión dos veces, porque suceden muchas cosas y es complicado con los giros imprevistos de la trama".

"Luego hablé por teléfono con Billy y ahí es cuando decidí que quería hacer la película. Los personajes eran interesantes, la historia era genial, pero la pasión de Billy y el hecho de que es una persona estupenda fueron las dos cosas que me convencieron para hacerla. Quieres trabajar con él".

Dean Norris comparte un sentimiento similar. "Este guión estaba muy bien escrito, era muy complejo. Me encantó, porque hay muchas cosas que no se dicen con las palabras, y eso es siempre lo que distingue a un buen guión. Mucho sucede por debajo de las palabras y en los silencios que hay entre las palabras. Billy no machaca con lo evidente, y eso te permite explorar y llevar cosas al terreno de juego como actor".

Para Alfred Molina, no hay forma de clasificar El secreto de una obsesión en un género. "Esas definiciones siempre son un poco frustrantes, porque hay elementos de una historia de amor, hay comedia y elementos de una película de amigos en la relación entre Ray y Bumpy".

La palabra que utiliza Molina para calificar su experiencia es "Diversión. Billy es muy divertido. Sabe exactamente lo que quiere y es rápido. Llega increíblemente bien preparado, lo cual es crucial. No solo sabe lo que quiere, y esto es fundamental y no es algo que muchos directores sepan, sino que también tiene la capacidad añadida de reconocerlo cuando lo ve, lo cual crea un buen ritmo de trabajo".

"Todos los personajes de la historia están un poco dañados, pero así es la vida, ¿no? Así es el mundo en el que vivimos. Si alguna vez descubriera a alguien que no tiene secretos, no creo que confiara en él".

Encontramos también al joven actor británico Joe Cole, al que se le encomendó la creación de dos personajes, Marzin y Beckwith, uno más despreciable que el otro. "Me parece interesante dar vida a dos 'malos' y tratar de entender la parte humana que tienen detrás", explica Cole, famoso por su papel en la popular serie de televisión de la BBC Peaky Blinders.

Una de las peticiones que le hizo Billy a Cole fue que no confraternizara con los demás miembros del reparto fuera del rodaje. "Me pareció que Joe y Julia no debían estar cerca nunca fuera del plató", explica Billy. "Creí que se debían tratar como desconocidos. En realidad, aprendí eso de Paul Greengrass, que dirigió Capitán Phillips, donde mantuvo a Tom Hanks y a Barkhad Abdi separados hasta el día que se encontraron en la pantalla. Siempre admiré eso y me pareció que era una gran película, de ahí que lo copiara", ríe.

Para Cole, el desafío fue fácil. "Apenas he mirado a Chiwetel, Nicole o Julia, excepto en las escenas del plató, por tanto, no tengo ninguna relación con ellos. Creo que cuando aparezco y ruedo las diferentes escenas, resulta más interesante porque no saben qué tipo de persona soy en la vida real, y realmente soy muy distinto".


Sobre el rodaje
Billy no considera que la película sea suya solo. "Esta es una película de un par de cientos de personas. Es una película, sin duda, de Juan Campanella y Eduardo Sacheri (que escribieron la película de 2010). Pero también es una película del director de fotografía y de su equipo. Es una película del diseñador de producción y de su equipo. De la diseñadora de vestuario y de su equipo. Sin duda, es una película del montador. Es una película de todas las personas que han trabajado en ella, el compositor y los actores que aportaron tanto a la película".

"No es una película mía; necesito a cientos de personas. Necesito a todos los operadores de cámara, necesito a todos los encargados del sonido, de la peluquería y del maquillaje. Tienen que dar lo mejor de sí mismos todos los días".

Aunque El secreto de una obsesión rebosa de talento, "de vez en cuando, cuando estás haciendo una película, hay alguien que se convierte en una estrella delante de tus ojos, y creo que en esta película esa persona ha sido Danny Moder", dice Billy.

"De entrada, yo conocía su trabajo. Llamé a directores con los que él había trabajado y me dieron unas críticas muy favorables. Aun así, pese a la nominación al Emmy, creía que era un actor que estaba por descubrir. Cuando ves lo que ha hecho en esta película, donde ha sido completamente artístico e increíblemente creativo, me ha sugerido grandes propuestas y me ha quitado las malas ideas que se me ocurren siempre, te das cuenta de que ha sido maravilloso".

"Danny es un gran colaborador, es rápido, y se le ocurren cosas que están visualmente bien para el tono de la película. Amplía constantemente la dimensión de la película, pero siempre es algo que viene dictado por lo que cuenta la historia y por la forma en que la cámara puede ayudar a contar la historia de una manera más eficaz".

Moder, entre cuyos trabajos se encuentran The Normal Heart, Sr. y Sra. Smith y Spider-Man 3, es, como Billy, nacido en Los Ángeles. Moder dice que quería que la ciudad se viera no solo a través del prisma de las playas y de las autopistas, sino también a través de la luz clásica del centro de la ciudad. "Lo fundamental es que Billy ha seguido su instinto", indica Moder. "Él quería gente con la experiencia necesaria para que tuviera siempre un plan, pero que también fuera lo suficientemente flexible para estar abierta a nuevas ideas".

El productor ejecutivo Jeremiah Samuels tuvo la ardua tarea de unir todos los elementos físicos para Billy y para su película, empezando por un calendario de rodaje que tuviera en cuenta no solo las agendas de los actores, sino también las innumerables localizaciones de Los Ángeles donde quería rodar el director.

"Nunca vuelves a pensar", dice el veterano productor, "en el porcentaje del trabajo que sistemáticamente se debe adaptar a los cambios. Tienes que ser capaz de responder, elaborar un plan y responder dentro de ese plan, y tener los imprevistos contemplados. No tienes tiempo para emocionarte o reaccionar ante los cambios o las dificultades; tienes que pensar literalmente en lo siguiente que hay que hacer".

"Por increíble que parezca", añade "la rodamos en un plazo de treinta y dos días, que fueron muy, muy bien. Nunca acabamos una jornada pensando en la falta de tiempo o de recursos, pero fueron necesarios muchos ajustes por parte del personal de producción, de dirección artística y de todos los responsables de departamento. Si a esto añades el nivel de los actores, sus restricciones de fechas, las ubicaciones y todos los detalles técnicos, hubo que meter todo con calzador en una pista de obstáculos inamovible. Las cuatro primeras semanas del rodaje consistieron solo en lograr esos objetivos, y lo hicimos perfectamente".

Samuels atribuye gran parte de la fluidez al uso que hace Billy del centro de Los Ángeles como telón de fondo de la historia y, en gran medida, como personaje de la película. "La película existe en dos períodos de tiempo: 2002 y el presente. Hay partes del centro de Los Ángeles que funcionan perfectamente para los flashbacks y para el presente. Los Ángeles y muchos de sus monumentos simbólicos se convierten en personajes de la película. Junto con algunas tomas increíbles del estadio de los Dodgers desde un helicóptero, también rodamos de noche sobrevolando la ciudad y obtuvimos bellos planos de Los Ángeles que se entremezclan con la historia para transmitir el pulso de la ciudad".

Billy y Danny utilizaron una iluminación discreta para captar la idea de que "la vida se había silenciado para todas estas personas".

Uno de los primeros colaboradores que se unió al equipo de la película fue el diseñador de producción Coates. Johnson afirma: "Nelson no solo es una persona muy inteligente y con prestigio, sino que además es una de esas personas que siempre se ha considerado respetuosa con la producción, lo que significa que sabe trabajar cumpliendo el presupuesto. Lo que no sabía sobre Nelson era lo motivado que está. Obviando el hecho de que ha sido capaz de hacer mucho por muy poco, lo que ha hecho con ese "mucho" y su forma de presentar y de ver las cosas ha sido sensacional. En la película, creo que ha tomado lo mejor de Los Ángeles y lo ha mejorado aún más".

"Hay que seleccionar al equipo técnico con el mismo cuidado con el que se elige al equipo artístico", dice Billy. "Con su trabajo, influyen y repercuten en lo que has escrito, lo amplían. Y deben hacerlo, deben hacer que sea más de lo que era en origen".

"Puedo señalar a unas pocas personas y decir que la película habría sido imposible sin ellas. Nelson es, sin duda, una de esas personas. Nunca he visto a nadie convertir centavos en dólares como él. Es increíblemente ingenioso, muy creativo, muy entusiasta. No me imagino trabajando con nadie más que con él. Hizo suya la película, entendió lo que intentábamos decir sobre Los Ángeles y cómo expresarlo. Es muy creativo".

"Billy hizo algunas adaptaciones realmente maravillosas", dice Coates. "Es una película que cautiva. Creo que va a ser muy emocionante no solo verla, sino también observarla y escucharla. La gente hacía bromas diciendo que Danny Moder, Billy y yo corríamos de un lado a otro como los Tres Mosqueteros. Hemos disfrutado de esa energía que compartíamos los tres y ha servido para moldear la película".

Coates dice que cuando lee un guión, le vienen a la cabeza posibles escenarios naturales. "Por eso, en la primera reunión que tuve con Billy, supe exactamente dónde debía estar todo. Quería que pareciera una película contemporánea de cine negro y que fuera urbana. Casi en cada toma, quise que hubiera conexiones con el centro de Los Ángeles, de modo que se viera un poco oscura, concurrida, densa, claustrofóbica. Quería que pasaran tantas cosas que el público no supiera lo que estaba sucediendo tras el próximo muro".

"A partir de ahí, empezamos a construir la película. Le enseñamos a Billy un centro de Los Ángeles que ni siquiera sabía que existía".

Un elemento cinematográfico crucial para Billy fue el sentido de urgencia y de confusión. La historia devuelve a los espectadores a los meses siguientes al 11 de septiembre, y Billy no quería que la oficina de los investigadores pareciera demasiado sofisticada, demasiado perfecta, demasiado ordenada.

Coates se ríe: "Le aseguré desde el principio que sería un revoltijo de muebles y papeles para transmitir que todos están atravesando una crisis. Por tanto, pusimos carteles y propaganda antiterrorista y más banderitas, todos los elementos que poblaban nuestro entorno justo después de los atentados de las Torres Gemelas. En el centro de la ciudad, colocamos pivotes y balizas, pues todo el mundo los ponía creyendo que impedirían estacionar posibles coches bomba. Queríamos transmitir aquella urgencia y aquella claustrofobia. Así que en vez de una sala de reuniones limpia, hay ordenadores en la mesa y documentación por todas partes".

"Esta es la ambición que teníamos con la película", dice Billy. "Intentamos hacer una gran película de Hollywood, y eso significa plasmar grandes momentos cinematográficos. He sido seguidor de los Dodgers desde siempre. Me crié en ese lugar. El estadio de los Dodgers es una catedral para mí. Iba a mover cielo y tierra para rodar esta película allí por razones personales y también porque pensé que la escena iba a ser tan sensacional que no podía faltar".

"El otro monumento simbólico que necesitaba de Los Ángeles era el hipódromo de Santa Anita. Por ese lugar sentía lo mismo. Hay una secuencia que es esencial para la película y que no se podría haber rodado en ningún otro sitio".

"En vez de decir que Los Ángeles es un personaje de la película, digo que la película está muy imbuida en Los Ángeles", continúa Coates. "Es una película que te hace recorrer lugares que parecen conocidos, ya sea Santa Anita o el estadio de los Dodgers, pero te lleva allí en un momento diferente".

Coates fue capaz de dar un toque nostálgico a la película suavizando los colores cuando el problema de la sequía de Los Ángeles empeoró en la década pasada. Proporcionó a la película "una sensación más dinámica. En 2015 se pierde más color, y eso no solo ayudó a la historia, sino que también refleja lo que está pasando en la vida real".

Coates describe al director de fotografía Moder como "una persona con tanto talento que Billy y yo queremos que aparezca en todos nuestros contratos", dice Johnson. "Tiene un don natural y, lo más importante, tiene la mejor actitud. Hace grandes sugerencias y, al mismo tiempo, es muy respetuoso con lo que quiere Billy. Nunca lo he visto sentarse, ni una sola vez. Siempre está activo y pensando en algo, preparando cosas".

"Rodamos los dos períodos de tiempo con diferentes juegos de lentes", explica Billy. "Los sucesos del año 2002 se rodaron en formato anamórfico y los de 2015 se rodaron en formato esférico. La intención era diferenciar entre los dos visualmente".

"Intentamos hacer una película que tuviera los elementos clásicos con los que crecimos todos, aquellos momentos cinematográficos, una sensación de pantalla panorámica", explica Moder.

Moder dice que uno de los mayores desafíos fue dar vida al mundo vacío de Jess, a la vez que se conservaban las maneras elegantes del personaje.

"'La nada en la vida' de la que Jess habla cuando describe cómo cree que se debe tratar al agresor es algo de lo que Billy y yo hablamos mucho", dice Moder. Las escenas del pasado de la familia "se llenaron de sol, de risas y de alegría. Todo lo que cabría esperar de una relación con una hija. Después le arrancan la vida de una forma tan dramática y terrible que lo único que Jess es capaz de hacer es desear la nada en su vida".

Incluso el uso de las cámaras varió según el personaje.

"Otra forma de definirlos", dice Billy "es que todas las escenas en las que aparecen los personajes Marzin o Beckwith se filman con cámara de mano, mientras que las demás escenas se filman sobre soportes, en una plataforma rodante o en una steadicam. Lo hicimos así porque Marzin y Beckwith hacen que el mundo de esta película sea inestable".

Moder explica: "Hay una sensación de inquietud cuando ves una toma con una cámara de mano. Es una forma maravillosa de filmar una escena, porque puedes moverte un poco más rápido y captar ángulos bastante deprisa. También se consigue que el espectador sienta cierta inquietud. Pueden suceder cosas repentinas, puede haber sorpresas en cualquier momento".

Otro elemento crucial es la realidad. Incluso cuando está oculta. "Me gusta permanecer detrás de la gente y ver solo una cuarta parte o tres cuartas partes de su cara", dice Moder. "Siempre intentamos situar a la gente a un lado para que el público no vea todo de buenas a primeras. Están viendo una cosa y se convierte en otra".

Esa visión alternativa se consiguió con la ayuda de la diseñadora de vestuario Cunliffe.

"Shay es una artista y tiene el valor que le dan sus convicciones, lo cual admiro de verdad", dice Billy. "Se necesita una persona especial para dirigirse a Julia Roberts, que no solo es una superestrella, sino también una supermodelo, y decirle que va a llevar una camisa de manga corta descolorida y pantalones caqui durante media película y vendérselo de tal forma que Julia lo acepte convencida".

Roberts "decidió tirarse de cabeza a la piscina", dice Billy, "en su aspecto, en su vestuario, en su forma de andar, de desenvolverse. Se presentó lo menos atractiva posible, dentro de que es Julia Roberts, porque su belleza es algo que no puede desaparecer a menos que le pongas un saco en la cabeza. Por lo que respecta a la energía que aportó al personaje, decidió retratar a una Jess auténtica, y eso se ve en todos los fotogramas".

Roberts dice que le atrajeron los grandes mensajes de la película sobre los pasados ocultos. "Guardar secretos disminuye la calidad de nuestra vida, porque debes dedicarle a eso mucha energía", dice. "Una de las cosas que nos llevó a buscar a Jess en el presente fue: ¿Qué aspecto tienes cuando durante trece años has estado soportando esa carga, ese peso constante, esa falsedad? ¿Cómo afecta eso? Debe ser como tener una enfermedad".

Pero Coates afirma que Cunliffe tiene la capacidad de decir mucho con un eufemismo visual. "Shay y yo tenemos una gran comunicación", dice Coates. "Por ejemplo, encontró una blusa sensacional que lleva Nicole cuando Chiwetel la ve por primera vez. Cuando me la enseñó, me cambió la idea que tenía para el plató y pusimos la pared de madera oscura. Nicole hizo que la pared resaltara de forma magnífica. Cambiamos cosas de ese estilo todo el tiempo. Shay no solo hace que todos tengan una imagen adecuada para la época, sino que además se le ocurren grandes ideas".

Cunliffe dice que la primera vez que lee un guión intenta no pensar en el papel que ella va a desempeñar en el trabajo. "Intento percibir por completo la historia tal cual es, casi como si fuera una espectadora más. Después hago una segunda lectura en la que me dedico a pensar mucho en la trayectoria de cada personaje y en cómo se expresará eso mediante el vestuario. Pero me gusta que mi primera impresión sea como si me lo leyera simplemente por placer".

Cunliffe dice que trabaja "muy de cerca con los actores en los accesorios y en la preproducción, les preparo un desglose del vestuario y lo comento con ellos antes de que empecemos a probar la ropa. Tengo un cuaderno de investigación sobre los tipos de personas que van a retratar, el mundo en el que habitan y cualquier idea de diseño que se me ocurra. Me gusta pasar media hora o así comentando y viendo las imágenes juntos. En el caso de estos personajes, dividí la trama según el vestuario entre 2002 y 2015 para elaborar la lista real de cada vestuario".

El atuendo de Roberts "fue muy rápido y muy definitivo", dice Cunliffe. "Es tremendamente decidida e intuitiva. Nos reunimos durante cuarenta y cinco minutos y nunca dudó. Miró el estante de la ropa y de inmediato fue capaz de distinguir lo que iba bien y lo que no para su personaje".

Cunliffe afirma con rotundidad que prefiere que la ropa pase desapercibida, que las sutilezas del vestuario de los personajes no sean telegrafiadas al público. "Siempre esperas", dice, "que toda la reflexión y la planificación que has hecho pasen totalmente desapercibidas para todo el mundo, salvo quizá para los de tu profesión. Solo quieres que quede tan bien que funcione y nada llame la atención".

Billy dice: "La historia cuenta cómo se introdujeron en la madriguera esas personas hace trece años, y ahora Ray las conduce de nuevo por esa madriguera. Cada personaje debe realizar ese recorrido o se quedará atascado. Esa es la película".