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La última apuesta cartel reducidoLa última apuesta(Mississippi grind)
Dirigida por Anna Boden, Ryan Fleck
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Drama protagonizado por Ryan Reynolds y Ben Mendelsohn, y dirigido por Anna Boden y Ryan Fleck, creadores de interesantes filmes independientes como Half Nelson (2006), Sugar (2008) o Una historia casi divertida (2010).

La película fue presentada en el Festival de Sundance, y fue elegida por el National Board of Review como una de las mejores diez películas independientes de 2015.


Entrevista a los directores Anna Boden y Ryan Fleck
Con su éxito en Sundance 2006 con Half Nelson, los directores Anna Boden y Ryan Fleck no sólo impulsaron la carrera de Ryan Gosling, sino que se consolidaron como cineastas creadores de unos personajes de profunda y rica vida interior que acaban por destacar casi más que cualquier otra cosa en la película. Desde entonces han expandido su trabajo en varias direcciones, desde el sobrio drama sobre béisbol Sugar [2008] hasta el film de 2010 de mayor presupuesto Una historia casi divertida, donde el dúo trabajó por primera vez con una productora importante (Focus Features), adaptando materiales pre‐existentes [una novela de Ned Vizzini]; la película, sobre el paso de la niñez a la edad adulta —muy al estilo de las películas adolescentes de John Hughes— supuso algo así como un desvío respecto al estilo más complejo y adulto de las dos realizaciones anteriores, y la primera vez en no recibir los elogios unánimes de la crítica.

Cinco años después, Boden y Fleck han regresado a su mundo de cine independiente del que emergieron con su nueva película La última apuesta (Mississippi Grind), que se estrena este sábado en el Festival de Sundance. Con un tono más cercano a Half Nelson y Sugar que a Una historia casi divertida, la nueva película tiene un distintivo aire a cine del Hollywood de los años 70, al tocar dos subgéneros muy estimados: es una película sobre póker y una buddy‐road‐trip movie [una road movie de "colegas"]. Sin embargo, siendo una película de Boden y Fleck, Mississippi Grind está menos interesada en mostrar los convencionalismos propios de esos géneros que en el empleo de esas fórmulas como puerta para examinar a fondo personajes complejos e impenetrables.

Ben Mendelsohn y Ryan Reynolds interpretan a Gerry y a Curtis, respectivamente, dos jugadores cuyas supersticiones y profunda adicción a los juegos de azar son sólo comparables por su pasión por la adrenalina que les produce el volteo de un naipe o el rodar de los dados. Las interpretaciones son particularmente notables: es un viraje en la carrera de Mendelsohn, una estrella australiana que en Estados Unidos ha aparecido sobre todo en papeles secundarios, y es una redefinición en la trayectoria como actor de Reynolds, el ex superhéroe de Hollywood, cuya actuación tal vez sea su mejor trabajo con un retrato de un despreocupado soñador que a menudo no logra pensar de manera práctica.

Fleck, cuyo padrastro aparece como jugador de póker en la película protagonizada por John Wayne Infierno en las nubes [Nicholas Ray, 1951], y Boden conversaron conmigo, la víspera de la première de la película en Sundance, acerca de ese retorno a su cine de personajes.

Vanity Fair: Habladme sobre cómo fue el inicio de esta nueva colaboración juntos.

Ryan Fleck: Originalmente el primer esbozo de guion de La última apuesta fue en realidad un intento de hacer algo más divertido. Pero cuando se lo mostramos a la gente nos dimos cuenta de que tal vez no era tan gracioso para otras personas como para nosotros —tenemos un sentido muy específico de lo que es divertido—, y entonces pensamos, bien, tenemos que conseguir hacer esto del modo como realmente nos gusta en nuestras películas. Así que retomamos el guion y empezamos a perfilar a los personajes y a matizar la historia. Hemos querido plantear preguntas sin dar respuestas.

Anna Boden: Cuando abordamos a los personajes, no tenemos, en un inicio, sus vidas completas en mente. A través del proceso de escritura nos surgen preguntas en torno a ellos y se comienza a aprender un poco más sobre sus vidas. No creemos que haya preguntas sencillas acerca de por qué una persona es como es.


P: Parece como si os gustase depender de los espectadores para poder llenar esos vacíos que hay para llegar a saber quiénes son esos personajes.

Fleck: No nos gustan esas películas que, desde un inicio, te dicen cómo es ese personaje, de dónde es y por qué es como es. Incluso Vértigo, una de las mejores películas que se han hecho, comienza explicando por qué Jimmy Stewart tiene miedo a las alturas. Así que lo que se puede descubrir en los primeros 15 minutos de una película convencional, a nosotros nos gusta explicarlo en los últimos 15 minutos. Nos gusta dar pequeñas pistas, para que luego, hacia el final, uno diga "perfecto, ya estoy empezando a entender a este chico". Y a continuación, ¡la película ya termina!


P: ¿Cuál es el atractivo de orientar la narración por esa vía?

Boden: Representa lo emocionante que supone conocer a alguien y descubrir quién es él en la vida real. Con nuestras películas, comienzas a conocer a los personajes como los conocerías en la vida real, y luego, poco a poco, con el tiempo, vas obteniendo pequeñas pistas sobre cómo son. Al final, quedan todavía algunas incógnitas, pero esperamos que se vayan comprendiendo.


P: ¿Qué aportaron los actores protagonistas a sus personajes en La última apuesta?

Boden: Ben tiene mucha energía, mucha energía cinética. Y nunca imaginé así a Gerry cuando estábamos escribiendo el guion.

Fleck: En lugar de obligarle a que se limitase a lo que habíamos previsto para él, nos dimos cuenta de cuáles eran, por naturaleza, sus puntos fuertes y de que íbamos a animarlo a dejarse ir y a ver lo que hacía. Y Ryan es una de las personas más encantadoras que se puedan conocer, es agradable, es divertido, es bien parecido. Pero hay una ternura que no se transmite a través de algunas de sus películas. Y él es muy afable en persona y realmente aportó eso a su interpretación, de alguna manera nos sorprendió.


P: Gerry y Curtis son profundamente supersticiosos. ¿Y vosotros?

Boden: Soy una de las personas más supersticiosas que conozco. Hay dos partes en mí en continua lucha: una es racional e intelectual, y la otra parte de mí, en mi interior, cree en cierto modo en lo mágico, en lo casual. Creo que, de alguna forma, en la película se reproduce esta dicotomía.

Fleck: En nuestra primera película, Anna tenía una norma de "no‐corte de pelo" que todavía mantenemos. Una vez iniciada una producción, nadie del equipo puede cortarse el pelo hasta que la filmación haya finalizado. Hubo un día, cuando estábamos rodando Sugar en la República Dominicana, en el que yo enfermé, y coincidió con que uno de los productores se había cortado el pelo ese mismo día. Y Anna saltó, ¡joder, has conseguido que Ryan enferme!

Boden: A día de hoy, estoy totalmente convencida de que Ryan se puso enfermo porque él se cortó el pelo.

Zachary Wigon, Vanity Fair, 22 de enero de 2015