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Ballerina cartel reducidoBallerinaDirigida por Eric Summer, Éric Warin
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Con las voces en la versión original de Elle Fanning (Maléfica, The Neon Demon) y Dane Deehan (The Amazing Spider-Man 2, Life), con la música original de Klaus Badelt (Piratas del Caribe, Poseidón) y con coreografías de Aurelie Dupont y Jeremie Belingard, embajadores mundiales de la Ópera de París.


Entrevistsa con los productores Aurent Zeitoun, Yann Zenou, Nicolas Duval-Adassovsky

P: ¿Cuál fue el punto de partida para la aventura de BALLERINA?

Yann Zenou: En 2010, Eric Warin y Eric Summer nos presentaron el tratamiento y los bosquejos preliminares para un proyecto por aquel entonces titulado La véritable histoire des petits rats de l’Opéra. Nos cautivó inmediatamente esa chiquilla escapada del orfelinato que llega a París y se incorpora a la Ópera. Teníamos la génesis de una bella historia, pero todo lo demás estaba por hacer.

Laurent Zeitoun: El resultado fue tres años de interrogarse cómo concretar una película que estuviera a la altura de nuestras expectativas… Una cinta que pusiera el foco en París y durante una época no abordada con frecuencia en las películas: las renovaciones del Barón Haussmann todavía estaban en curso, y la Torre Eiffel y la Estatua de la Libertad aún se estaban construyendo.

Yann Zenou: … Y de este modo comenzamos con el lirio en la mano y sin experiencia alguna en el campo de la animación. Tuvimos suerte de contar con la ayuda de gente que creyó en nosotros.

Laurent Zeitoun: Retomamos el proyecto en 2013, ahora con Ballerina como título. Por fin, todo se había consolidado y la aventura era posible. La experiencia devino para nosotros una auténtica maratón, el trabajo que tuvo que afrontarse ¡fue dantesco! Eso nos marcó. Desde aquel momento, Ballerina fue nuestro bebé. La vimos nacer, crecer y madurar. Casi estuvimos tentados de sitiar las salas cinematográficas, con todo y estar seguros de que los niños y las familias la asumirían como parte de sus sueños


P: Algunos productores sencillamente prefieren hablar de su ‘película’ antes que discernir entre animación y film con actores reales…

Laurent Zeitoun: Lo principal es narrar una gran historia sobre un héroe con quien podamos vibrar. Al inicio del proyecto, no nos planteamos nada acerca de la particularidades del mundo de la animación.

Nicolas Duval-Adassovsky: Se nos ha preguntado por qué decidimos no hacer la película con actores reales. La respuesta es muy sencilla: la animación permite llegar a un público más amplio y variado. Nos era gratificante la idea de que la película hablara a toda la familia, tanto a padres como a hijos. Nos dimos cuenta de que a los niños les habían gustado algunas de nuestras comedias románticas, como Eyjafjallajokull o simplemente El Volcán. Cada vez más queríamos dirigirnos a ellos, y a los adultos que mantienen el niño que fueron… ¡empezando por nosotros mismos y nuestros hijos!

Yann Zenou: Para nosotros, el cine significa la sublimación del mundo real para mejor entenderlo y aceptarlo. Junto a nuestra imaginación, la animación es el modo ideal de expresar nuestros sueños. Pienso que la primera película que hacemos en nuestra cabeza cuando niños es un film de dibujos animados que une el mundo real con nuestra imaginación. Los dibujos animados son los que unen la infancia con el mundo de los adultos.


P: ¿Cómo se procedió con el proceso creativo?

Laurent Zeitoun: Queríamos que el resultado fuera vistoso, a la altura de los estándares de los estudios americanos. Queríamos que Ballerina fuera un espectáculo de masas, alegre y lleno de vida.

Yann Zenou: Y el mensaje es justamente el contrario al que la Madre Superiora dice en el orfanato: “Los sueños nunca se hacen reales. Son sólo ilusiones… La vida es implacable”. El impulso básico nos llevaba hacia el alto drama, pero lo que nos guiaba incluso con mayor fuerza era nuestro deseo de explicar a los niños de un modo desenfadado que nunca deben abandonarse los propios sueños. Ese breve pensamiento nos acompañaba cada día en nuestra labor como productores.

Laurent Zeitoun: Finalmente, el proceso creativo evolucionó con naturalidad gracias a un equipo de grandes profesionales que se nos unió al proyecto.


P: ¿De qué modo el ámbito de la danza devino el vehículo perfecto?

Nicolas Duval-Adassovsky: Laurent practica la danza clásica, así que no había modo de eludirla (carcajada).

Laurent Zeitoun: Y puedo demostrarlo con una gran jeté que me haría aterrizar directamente ¡en el hospital! Bromas aparte, la implicación en la danza clásica es un combate eterno, que connota otro contra ti mismo: demanda tanto rigor, autosacrificio, y sufrimiento que abandonar viene a significar una derrota absoluta. La disciplina es una especie de Monte Everest en el mundo del deporte, en las artes. Si no estás férreamente ligado a tu sueño, abandonarás…

Yann Zenou: … Y puesto que nadie logra jamás la perfección, los bailarines nunca dejan de perseguir su Santo Grial, incansablemente. Nuestros coreógrafos nos proporcionaron esa perfección. Aurélie Dupont y Jérémie Bélingard han desempeñado un papel capital al hacer que la experiencia de la danza clásica cobre vida en el film.

Nicolas Duval-Adassovsky: Desde un punto de vista visual, es una disciplina extremadamente apta para el cine. Es una experiencia increíble observarla. Animarla en un film equivale a sublimarla. Todas las piruetas que Félicie y los otros desarrollan son dos veces más espectaculares que en la realidad. La animación a menudo requiere la exageración de la realidad: ese fue por ejemplo el caso de todos los personajes imaginados por Eric Warin, que a continuación pasan a manos de los “artistas de personajes” a cargo de pulir mediante la exageración de sus características. Por ejemplo sus ojos.


P: ¿Cómo se las arreglaron para hacer que las piruetas de las pequeñas bailarinas de la Ópera de París resultaran a un tiempo realistas y mágicas?

Laurent Zeitoun: Comenzamos por probar la “captura de movimiento”, equipando a una bailarina –en este caso Aurélie Dupont– con sensores que transmiten puntos de movimiento a un ordenador. Se hace extraño decir que los primeros resultados transmitían una sensación de inercia, aunque eran una reproducción fiel de cuanto la bailarina estaba haciendo realmente.

Yann Zenou: ¡No había nada mágico en la “captura de movimiento”.

Laurent Zeitoun: Abandonamos rápidamente esa opción, y es más, pues nuestros referentes eran films de estudio donde la captura de movimiento nunca se usó. Buscábamos más sofisticación, más dinamismo tanto en la danza como en las emociones. La técnica “keyframe”, o lo que es lo mismo, la animación por fotogramas clave inicial y final nos permitió alcanzar ese objetivo, gracias a Ted Ty, nuestro director de animación, que había trabajado para Disney y DreamWorks.

Cuando ves a Félicie y Camille danzar en pantalla, sus movimientos son el doble de rápidos y expandidos que en la realidad. Así es como pudimos mantenernos fieles a la naturaleza espectacular del relato y de la animación. El duelo final, en que las dos rivales se mueven desde el escenario al auditorio, y luego hasta la gran escalinata de la Ópera, es un ejemplo magnífico.


P: ¿Qué películas de gran estudio tenían en mente?

Yann Zenou: El ballet ha aparecido escasamente en el mundo de la animación, con excepción de algunas pasajes de Fantasía. Principalmente, tuvimos en mente películas de superación personal, como Karate Kid y Billy Elliot. Personalmente, también citaría Rocky.

Nicolas Duval-Adassovsky: Por lo que concierne a largos animados, no olvidemos Ratatouille, que nos deslumbró por completo, o Enredados, con su increíble inventiva y humor.


P: Cuando se aborda la animación, una de las trampas consiste en creer que tus más alocadas fantasías son posibles…

Yann Zenou: Se tiende a creer que todo es posible, pero el presupuesto que tienes te deja en tu sitio. Las películas de animación pueden alcanzar los doscientos millones de dólares. Y sólo teníamos treinta millones. Para lograr que nuestra soñada Ballerina fuera una realidad, tuvimos que ponernos las pilas, ponderar, explorar, e ingeniar unas cuantas soluciones artísticas importantes.

Nicolas Duval-Adassovsky: Tomar decisiones es la ley en el mundo del cine. No creo que ninguno de nosotros tres tenga quejas. Las restricciones de presupuesto te obligan a ser creativo en lo concerniente al diseño, el vestuario y la narración.

Yann Zenou: Necesitamos reducir el tamaño de ciertas escenografías, fusionar escenas, lo que a la larga se evidenció más eficaz. Mejoramos el ritmo de la película y la intensidad dramática.


P: ¿Cómo funcionó la colaboración en tanto que trío durante el desarrollo del guión?

Yann Zenou: El proceso se tomó su tiempo. Laurent y Carol Noble acabaron el guión. Con éste, estábamos en disposición de buscar financiación, y pasamos al estadio del storyboard, durante el que se plantearon nuevos interrogantes acerca del guión. En la animación, no se malgasta tiempo de rodaje: no puedes corregir errores o arreglar puntos débiles durante el montaje.

Cada estadio de la elaboración del storyboard era objeto de discusiones semanales. Una vez que se validaba una secuencia, se interpretaba con voces provisionales. Si no estábamos del todo convencidos, Laurent y Carol rehacían la escena.

Nicolas Duval-Adassovsky: Fue un tiempo particularmente feliz que duró año y medio. Era como montar la película antes de rodarse. Estuvimos hablándolo mucho antes de alcanzar acuerdos. Así que se hace imposible saber quién era responsable de qué, aunque Laurent estuviera en el origen del guión, del desarrollo de personajes, y de los giros del argumento.

Laurent Zeitoun: Para resumir, yo proponía y los otros dos disponían. En común teníamos un tema que nos era profundamente esencial: una apasionada declaración de amor por París. Pero nada de esto habría visto la luz sin los equipos que trabajaron con nosotros.


P: ¿Por qué estaba eso en el corazón del proyecto?

Laurent Zeitoun: Para ser sincero, Yann quería que la historia tuviera lugar en Charenton, porque es de ahí.

Yann Zenou: Batallé por el Bois de Vincennes, pero no estaba lo suficientemente cerca.

Laurent Zeitoun: Cuando has nacido en París, a veces se te olvida que es una de las ciudades más bellas del mundo. Todo cuanto hay que hacer es permanecer en algún lugar durante unos minutos, mirar en derredor y tomar consciencia de que estás viviendo en un museo al aire libre en el que la gente todavía sueña. La gente habla de la Ciudad de la Luz, la ciudad del amor, del romance, de las artes. Situar nuestro relato en el París de Gustave Eiffel significa resucitar la magia, la historia, y los aspectos míticos que acaso se hayan desvanecido un tanto. También es más glamoroso que Charenton a nivel internacional. Cuando te paseas por el París de 1879, no se puede evitar sentirse abrumado por lo suntuoso de su escenografía y por los detalles lujosos.

Yann Zenou: Nos tomó tiempo descubrir eso en su conjunto. Devino como resultado de la visión de nuestro director artístico, Florent Masurel. Vivió literalmente en el París de esa época: invirtió seis meses en una asombrosa investigación por archivos tanto gráficos como visuales. No se perdió ni una foto. Examinó pinturas, grabados, literatura… Diseccionó el contexto social y político, estudió cada calle, cada oficio. La luz que le guió fue las transformaciones que estaban teniendo lugar en la capital gracias al Barón Haussmann, que habían comenzado por la ampliación de plazas y avenidas.

Nicolas Duval-Adassovsky: Paris era todo él una enorme construcción. Conmueve compartir esa realidad con los más jóvenes entre el público…


P: … Con la Ópera como la estrella del espectáculo.

Laurent Zeitoun: Se había construido diez años antes. Florent encontró todas las heliografías originales en los archivos de la Ópera. Recurrimos a arquitectos independientes para recrear la estructura del edificio, y hacer así un modelo del mismo. Todo en la película se elaboró como modelo: ¡fue un trabajo hercúleo!

Nicolas Duval-Adassovsky: El equipo técnico del Studio Atelier tuvo la idea brillante de crear un kit de París yuxtaponiendo fachadas de edificios que, además de su sorprendente realismo, facilitó la producción. Ése era el tipo de ideas brillantes que contribuyeron a que nos ciñéramos al presupuesto sin renunciar a una imagen digna de un blockbuster.

Laurent Zeitoun: Al inicio, estábamos más o menos sujetos a nuestros propios recursos, lo que nos dio pie a abrir nuestro propio estudio de animación en Montreal…

Yann Zenou:… Laurence Vacher, con gran experiencia en animación, fue a Montreal, donde reclutó todo un equipo especialmente para nuestro film. En su momento álgido, el estudio empleó cerca de doscientos profesionales.


P: ¿Va a ser permanente este estudio?

Yann Zenou: ¡Así lo esperamos!

Laurent Zeitoun: Nuestra pasión por la animación ha cobrado vida en el decurso de Ballerina. Nos entusiasmó el volumen de trabajo en equipo que se requería, la necesaria suma de competencias y experiencia…

Yann Zenou: … Y que se correspondía con nuestra propia manera de trabajar.

Nicolas Duval-Adassovsky: Ballerina es un logro de equipo en el sentido literal del término. Cada uno de nosotros hemos aportado nuestra ideas y conocimientos. En ocasiones, nos reuníamos a diario para discutir el storyboard, la animación y la dirección. Que como productores participáramos de un modo tan activo a lo largo de los diversos estadios creativos era excitante.

La confianza era crucial en una aventura tan larga como ésta, y las competencias complementarias eran esenciales: por ejemplo, Guillaume Ivernel se encargó de la producción artística mediante la supervisión del desarrollo de todos los dibujos; François-Xavier Aubague, nuestro director de producción, estuvo atento a todas las cuestiones artísticas y al presupuesto…


P: Permitieron algunas escenas en las que la acción resulta tan loca como la de los dibujos animados de Tex Avery, tales como la huida del orfanato o las excentricidades en lo alto de la Estatua de la Libertad…

Laurent Zeitoun: Yann, Nicolas y yo mismo nos vimos arrastrados a nuestra infancia. Nos zambullimos en nuestros recuerdos como público: ¿qué escenas nos emocionaban? Imitarlas no era el objetivo, pero queríamos reconectar con ese tipo de emoción espontánea. La escena de caza de Félicie y Victor surge directamente de Indiana Jones. Con la electrizante idea de que los héroes se lo pasan bien mientras se hieren y sonríen en todo momento.

El combate final está en la misma línea, un tanto loca y totalmente fiera. Si gracias a esa escena, los pequeños aprenden que la Estatua de la Libertad se construyó en Francia como regalo a América, estaremos contentos como unas pascuas.


P: ¿Qué ayudó a que perseveraran a lo largo de todos esos años de producción?

Laurent Zeitoun: La cuestión no está en si hubo momentos de duda, sino en si hubo momentos en que nos sentíamos reconfortados.

Yann Zenou: Formar un trio fue esencial, porque cada uno de nosotros nos relevábamos confiando en la energía de los otros dos.

Nicolas Duval-Adassovsky: Salir juntos adelante tanto en los buenos como en los malos momentos hizo que la experiencia fuera inclusa más estimulante. No siento que haya sufrido por las esperas, o por la lentitud del proceso, sino a posteriori; la acumulación constante de preocupaciones menores exigía en verdad mucha perseverancia.

Yann Zenou: No hubo verdaderas esperas, porque los diversos estadios creativos se sucedían uno tras otro, de tal modo que nunca sentimos que estuviéramos enfrentándonos a un vacío creativo. Y mientras tanto, también estuvimos produciendo seis películas con actores. Aunque de cara a nuestro próximo film de animación procuraremos que el tiempo sea menor.


P: ¿Podemos hablar de una sensibilidad, de un toque francés que diferencie Ballerina de las producciones americanas?

Nicolas Duval-Adassovsky: Se nos decía a menudo que cualquier película de animación que se precie precisa de animales que hablen y de héroes que rompan a cantar. Nosotros preferimos basarnos en el realismo de la historia, la coherencia entre los personajes, y el curso de sus aventuras.

Laurent Zeitoun: Es difícil distinguir las influencias. No había nada premeditado, tanto en lo relativo a mantenernos muy franceses como a lo referido a ajustarse a los patrones americanos. Los tres nos devanábamos el cerebro para narrar una historia que descansara en un amplio abanico de emociones.

Yann Zenou: Nunca nos preguntamos qué es lo que hubiera hecho un gran estudio en nuestro lugar. Hemos hecho la película que nos hubiera gustado ver como público. El hecho de que los tres seamos franceses probablemente tiene su peso, subconscientemente.


P: ¿Qué momentos de la película les ha dejado traza?

Laurent Zeitoun: Fue muy impactante ver, tras todos esos años en que los personajes se habían animado en gradaciones de gris, la explosión de color una vez aplicadas las texturas y ajustada la iluminación. Todo por lo que habíamos batallado durante cuatro años cobró sentido súbitamente.

Yann Zenou: Todavía siento gran emoción y entusiasmo cuando veo las escenas de las clases de Félicie, y también aquéllas en que redescubre a Odette. Cuando narras la historia de una chica que lucha por su sueño, te centras en el tema universal de la autorealización, con toda la desilusión y agresividad que comporta.

Nicolas Duval-Adassovsky: Me encanta la energía positiva que el film exuda. Félicie no triunfa mediante la destrucción de la gente que le rodea: tiene un camino personal que seguir. Aprende a conocerse, a estar en paz con sus raíces, con su herencia.

Yann Zenou: Félicie no logra su sueño hasta el día en que comprende visceralmente qué es lo que la hace querer bailar. Lo cual da sentido al éxito que cada uno de nosotros desea lograr: ése es un valor que nos ha unido desde que nos conocemos, y ello nos conecta profundamente con Ballerina.


P: ¿Han logrado los tres dar con el significado de lo que les motivó a hacer el film como productores?

Nicolas Duval-Adassovsky: Desde el principio, creo que fue nuestra opción para una bella historia. Lo que nos hace más felices de Ballerina es haber atraído las emociones del público, particularmente la de los niños.

Yann Zenou: En ese sentido, cuando vemos la reacción del público en las salas, se desvanecen todos los malos momentos por las que hemos pasado. La película se ha vendido en todo el mundo, lo que implica abrirse a distintos tipos de públicos y culturas.

Laurent Zeitoun: Siempre estoy alerta para la aventura, con todos los descubrimientos profesionales y personales que ello genera. Ballerina y todas las películas que hemos tenido la fortuna de producir tienen una cosa en común: personajes que evolucionan, que tienen una historia cautivadora, y cuyo destino queremos ver. Pero aún hay más, está la oportunidad de trabajar con una serie de talentos excepcionales.


Entrevista con Francois-Xavier Aubagu (director de producción)
· Experiencia en varias actividades: operador de cámara; montador; diseñador gráfico en 2D y 3D; supervisor de efectos visuales; director de publicidad y de filmes institucionales; y luego más particularmente jefe y finalmente director de producción.
· Dos años con Buf Compagnie: la trilogía de Arthur y los Minimoys y Adèle y el misterio de la momia de Luc Besson; 2046 y El arte de la guerra de Kar-Wai Wong, En busca de Marsupilami de Alain Chabat; Speed Racer de Andy y Lana Wachowski; Thor de Kenneth Branagh.
· Producción de dos películas para las atracciones “Arthur 4D” y “Les Lapins Crétins” del parque Futuroscope de Poitiers.

P: ¿Qué le hizo involucrarse en un proyecto que exigía varios años de trabajo?

R: Fue decisivo el encuentro con los tres productores. Eran creativos, audaces, y apasionados, y también muy claros con respecto a lo que pretendían: la calidad que querían para su primer largo animado y los medios que tenían disponibles para lograrlo. Tras la lectura del guión estaba ya convencido.

Junto a Studio 3D, el Atelier Animation y el equipo que creamos tuvimos la oportunidad de hacer algunas cosas grandes. Se trataba de un reto inmenso.


P: ¿Cuál fue su contribución concreta al desarrollo de la película?

R: La ambición técnica y artística de Ballerina estaba en lograr una calidad estética al nivel de los estándares de los mejores films de animación de los estudios americanos… con un presupuesto seis veces inferior. Ése era el mayor desafío. Ahora estoy contento porque creo que conseguimos el objetivo, con todo y costarnos bastantes noches en vela.

Junto a los productores, organizamos y desglosamos la producción del film durante más de tres años: uno en Francia, y luego dos en Canadá. Desde el storyboard al resultado final y de ahí a nuestro distribuidor, Gaumont, programamos los diversos estadios de desarrollo y la creación del sonido y de la imagen de Ballerina.

Esta película es el resultado del trabajo de cada artista y técnico implicado en el proyecto. Junto con los diversos equipos, evaluamos y decidimos las mejores opciones técnicas y artísticas según nuestras expectativas y las limitaciones de nuestra producción.

A lo largo de esos tres años, estuve atento a todo el proceso general, un poco como un director de orquesta. Aprendí mucho durante la producción, y tuve la oportunidad de llegar a conocer algunos grandes artistas.


P: ¿Qué le conmovió en los temas abordados, en los viajes espirituales de los personajes de la película?

R: El ballet me llega particularmente. Y ello es algo que comparto con mi familia. Desarrollar la dirección artística en la animación era un reto particularmente interesante. Era maravilloso poder despertar el deseo de danzar con Ballerina. Superarse a sí mismo con miras a hacer realidad tu sueño es un tema universal. Podría ser incluso más cautivador tratarlo en un film de animación, donde los personajes y la coreografía incluso se hacen más intensos. Los personajes de Ballerina son muy atractivos. Para algunos, sus sueños ya son cosa del pasado, otros quieren imponer los suyos, y aún hay otros que puede que los hayan olvidado. Pero cada uno de ellos, con su determinación, se sopesará en el futuro de Félicie.

El París de finales del siglo XIX era un lugar y un momento particularmente fascinantes: la ciudad ya poseía algunos de sus edificios y puntos de referencia más emblemáticos.


Entrevista a Florent Masurel (director artístico)
· Máster en Bellas Artes (Université Bordeaux 3), College Cyclone Arts & Technologie (AEC) de Quebec.
· Experiencia en todos los sectores de la industria cinematográfica y del videojuego: animador, modelador 3D, artista de texturas, matte painter, artista conceptual, etc.
· Diseñador de producción en una película en preparación.

P: ¿Qué le hizo involucrarse en un proyecto que exigía varios años de trabajo?

R: La pasión, la posibilidad de trabajar en un universo y de llevar a término una exhaustiva investigación del mismo. En esta industria, es muy raro poder explorar un universo durante tanto tiempo. Esto sólo es posible en la animación.

Una de las otras particularidades importantes de mi labor en un film de animación consiste en comprobar que los diseños están a la par con la historia, que en Ballerina resulta una actividad poderosa y cargada de emoción. Trabajar con un equipo de más de ciento cincuenta personas en lo más álgido de la producción, y observar que todo el mundo trabaja en la misma dirección es una experiencia extraordinaria. Abruma ver a tantas personalidades y tan distintas, de gustos tan diferentes, ser capaces de ponerse de acuerdo y trabajar juntos.


P: ¿Cuál fue su contribución concreta al desarrollo de la película?

R: La dirección artística, que connota la creación de los personajes, los platós, los objetos, los ambientes y los colores.

Desarrollamos una auténtica visión del París de la época, un París tangible y no sólo una evocación poética del mismo. Nuestro principal objetivo estaba en situar a los personajes en un entorno creíble, rico y palpable.

Un modo magnífico de rendir tributo a esta ciudad, y sobre todo a la Ópera de París, que es una obra maestra de la arquitectura. Comenzamos con una abrumadora investigación histórica para establecer el estilo de vida de los parisinos de la época y trazar la transformación de la arquitectura en la ciudad debido a los proyectos constructivos del gran Haussmann. El auténtico trabajo de diseño comenzó con una síntesis de todos esas especificidades del París de 1870, tratando de extraer su esencia.


P: ¿Qué le conmovió en los temas abordados, en los viajes espirituales de los personajes de la película?

R: Ese hacer que sus sueños infantiles se hagan realidad, el sentido de aventura y exploración.

La amistad también es un tema muy presente en la película. Por último, el universo de la danza y de sus estrellas, con todo el rigor y la magia que implica.


Entrevista a Ted Tye (director de animación)
· Graduado en Comunicación por la Concordia University y en Animación de personajes por el CalArts.
· Prácticas en Animación de largos en Disney.
· Animador 2D/ Supervisor de largometrajes Disney: El Rey León, Pocahontas, Mulan, John Henry, Lilo & Stitch, Hermano oso.
· Animador de largometrajes 3D de DreamWorks: El espantatiburones, Madagascar, Vecinos invasores, Ratonpolis, Kung Fu Panda, Madagascar 2, Monstruos contra alienígenas, Shrek 4, Kung Fu Panda 2, El gato con botas, El origen de los guardianes, Cómo entrenar a tu dragón 2, Los pingüinos de Madagascar.
· Profesor/ Instructor en CalArts, iAnimate, YoungArts, y CTN.

P: ¿Qué le hizo involucrarse en un proyecto que exigía varios años de trabajo?

R: Primero de todo, el equipo del Atelier y que los tres productores entendieran que un film de animación es una aventura que requiere mutuo respeto y confianza.

Estaba encantado de poder ofrecerles mi experiencia precedente con Disney y DreamWorks, y de animarles a trabajar con el objetivo puesto en el mayor grado de perfección posible.

Nuestra colaboración con Aurélie Dupont y el director de la Ópera de París para la coreografía también nos permitió que nuestras escenas de danza fueran precisas, coherentes y fuertes emocionalmente.


P: ¿Cuál fue su contribución concreta al desarrollo de la película?

R: En calidad de director de animación, he tenido varios cometidos: lograr resultados visuales efectivos, asegurar que la ‘interpretación’ de los personajes pareciera auténtica y ajustada a los sentimientos que expresan; asegurar que todos sus movimientos y desplazamientos sean creíbles.

Tuve el placer de verme rodeado por un equipo de jóvenes animadores a los que he dirigido. Les empujé a que se superaran y lograron un nivel de trabajo muy alto del que estoy particularmente orgulloso.


P: ¿Qué le conmovió en los temas abordados, en los viajes espirituales de los personajes de la película?

R: Me gusta el hecho de que los personajes principales de Ballerina sean buenos pero no perfectos. Sus defectos y dudas les hacen infinitamente humanos y próximos a todos nosotros. El público podrá identificarse con ellos. ¿Cómo no sentir empatía y resistirse al deseo de aplaudir a una jovencita como Félicie que lucha tan duro para hacer su sueño real?


Entrevista con los coreógrafos Aurélie Dupont y Jérémie Bélingard

P: ¿Cuál ha sido la naturaleza de su trabajo en esta película?

Aurélie Dupont: Laurent Zeitoun contactó conmigo para hablar sobre el proyecto y los años que estuve en la escuela de danza. Me pidió que hiciera la coreografía para los personajes junto a Jérémie Bélingard, para que luego el equipo pudiera modelar la animación en mis movimientos. El tema de Ballerina me conmovió, la experiencia iba a ser única, divertida. Y pensé en el placer que mis dos críos tendrían al ver una película como ésta.

Jérémie y yo elegimos la rítmica e imaginamos la coreografía hasta en el más pequeño de los detalles, como el plato que Félicie lanza a través de la cocina del orfanato, o el modo en que barre el escenario mientras hace piruetas. Bailé todas las escenas para todos los personajes. Félicie y Camille tienen la misma edad, pero nunca se expresan del mismo modo: Félicie es instintiva, apasionada; Camille es técnica, fría, a veces incluso retiene el aliento.

Jérémie Bélingard: Cuando vi a todo el equipo trabajando, comprendí que la película estaba destinada al público masivo y que también podía llegar a los chicos, gracias a referencias comunes como Karate Kid, y quise formar parte de la aventura. Aurélie y yo nos preguntamos cómo proceder, y la idea de usar una cámara para rodar la coreografía fue un factor decisivo: tomando inspiración en las escenas tal como las escribieron Laurent y Carol, imaginé la danza, Aurélie las aprendió, nosotros las ensayamos, y luego la filmé en uno de los estudios de la Ópera. Propuse los ángulos de rodaje, trabajé en la sala de montaje, y en éste mismo…

Entonces vimos las escenas con Laurent, que sugirió algunas modificaciones antes de pasarlas a los artistas y los animadores al cargo de inyectar vida a esos momentos de la película. La idea estaba en ser tan didáctico e imponente como se pudiera, porque la producción todavía no estaba familiarizada con las sutilidades de la danza. No quería insistir en nada concreto, sólo quería crear una dinámica: esta parte del proceso creativo me fue muy grata.


P: ¿De qué modo la animación tuvo en cuenta el ensalzamiento de la visión de la profesión en Ballerina?

Aurélie Dupont: Algunos movimientos son imposibles en el mundo real. Por ejemplo, los pasos extraordinarios de Félicie no existen, y una pirueta que acaba en un split no puede realizarla un chico. Ballerina también versa sobre un sueño, y sobre la magia de trascender la realidad.

Jérémie Bélingard: Los productores querían que Ballerina estuviera siempre marcado por una mezcla de mundo real y de cuento de hadas. Realzamos ciertos momentos acelerándolos, o captamos saltos a cámara lenta para prolongar la sensación de estar suspendido en el aire. También evocamos los filmes de ciencia-ficción y el papel de la tecnología. Era excitante llevar más allá los límites de la animación conducidos por la idea de que la tecnología puede inspirar a que la gente reinvente y trascienda su arte. Con Ballerina, avanzamos hacia la era de la ¡danza 2.0!

En la gran escena de la confrontación entre Félicie y Camille, es del todo imposible físicamente saltar de una silla a la siguiente, o saltar por encima de los escalones de la gran escalinata. Si parece creíble, lo es porque la historia es realista: Félicie es capaz de afrontar riesgos porque tiene agallas. Camille es apasionada a su manera, afronta el reto hasta sus últimas consecuencias. Me gusta: es una chica enérgica que persevera, y que sufre lo suyo; representa a mucha gente que actualmente se siente alienada por su condición. Léonore Baulac trabajó con Aurélie y conmigo para caracterizar la técnica de Camille, tan distinta de la de Félicie.

Aurélie Dupont: Lo que Félicie experimenta y soporta –incluso por adelantado– está sujeto a la realidad. La vemos emerger de un grupo para imponer su singularidad. Eso es por lo que he pasado a mi modo yo misma: el gran momento decisivo para una bailarina es aquél en que sales del colectivo, donde has aprendido a imitar, para devenir bailarina en solitario (danseur étoile), toda una estrella. Necesitas sentirte preparada. El primer ballet en el que bailé como sujet –dos niveles por debajo de la danseur étoile- fue “Nutcracker”, igual que en la película. Nunca imaginé que fuera tan complicado: el impacto fue violento. Mi actuación me hizo feliz, pero me asaltaron dudas. Fue justo entonces cuando me pregunté si había tomado la decisión correcta. Finalmente, supuse que todavía tenía mucho que aprender; mediante trabajo aún más duro, esas dudas fueron desapareciendo gradualmente.

La película también ofrece una visión ligera de la enseñanza. Mucha gente cree que nuestros profesores son severos, inhumanos, y que todavía usan una vara, lo que es ¡del todo falso! Ballerina se dirige tiernamente al público joven, a manera de encantador ejemplo de realización personal gracias a un arte.


P: ¿Tuvieron que luchar duro, como Félicie, para hacer que sus sueños de convertirse en bailarines devinieran una realidad?

Aurélie Dupont: ¡Un día tras otro! Supuse desde el principio que esto era lo que quería ser. No lo intelectualicé, lo sentía con tanta intensidad como Félicie. Mi madre me ayudó en mi deseo de bailar pidiéndole a un profesional que me evaluara. Nadie pensó en la Ópera de París hasta que, tras mis primeras clases, el instructor me animó a que participara en una competición… tres meses después se materializó la idea.

Jérémie Bélingard: Félicie es un prodigio natural y se aprovecha de un golpe de suerte para imponerse. Todo aquél que ha triunfado en la vida ha tenido una de esas pequeñas buenas estrellas, como su pequeña caja de música. Cuando niño, y luego adolescente asistí a cursos en la escuela de danza clásica sin siquiera tener idea de que aquello era una lucha porque estaba del todo hecho para este oficio. Fue cuando me hizo profesional que tuve que luchar: era un pequeño don nadie al lado de tipos que medían metro noventa y tenían la silueta ideal.

Aurélie Dupont: Fue en la escuela de baile, donde te formas para convertirte en un miembro del cuerpo del ballet, donde tuve que luchar más. Con tan sólo tres meses de experiencia, que es lo mismo que decir que no sabía nada, tenía unas pocas nociones –nada de bourrée, ni de saut de chat…–, pero no me había impuesto esos ejercicios en mi cuerpo. Las chicas que compartieron mi aprendizaje ya tenían a sus espaldas cuatro años de danza: trabajé noche y día para ponerme a su altura, las mañanas junto a todos los otros discípulos, y los fines de semana con lecciones particulares.

Jérémie Bélingard: Junto a mis compañeros de clase, podía danzar en un único gran clásico al año… ¡en calidad de substituta! Los bailarines que estaban allí antes que nosotros, como Manuel Legris, eran tan excepcionales que encontrar un lugar por nosotros mismos era una lotería. Yo integraba aquella generación de bailarines que podía lograrlo gracias a creadores contemporáneos como Pina Bausch y Roland Petit: que repararan en ti era el único modo de abrirte paso en el jerárquico laberinto de la Ópera. Ese constreñimiento alimentaba nuestro poder de convicción y singularidad. Sufrir estos obstáculos ¡acabó por salvarnos!

Aurélie Dupont: Todo el mundo lucha, en cualquier campo. Aquéllos que no concuerdan con los criterios físicos “aconsejables” necesitan desarrollar una personalidad fuerte que les permita hacerse ver; de lo contrario, habrá otros que trabajarán para desarrollar su carisma, pues por más dotado que estés técnicamente, lo fundamental es lo que rezumas en el escenario.


P: ¿Descubrieron la Ópera de París por primera vez con la misma sensación maravillada que Félicie?

Jérémie Bélingard: Recuerdo la tercera parte de la competición que tenía que superar para entrar en la escuela. Se trataba de tres meses como residente en la Ópera. Estaba sentado, solo, cerca de la puerta, esperando mi clase, y entonces llegó Nureyev. Le saludé, como es tradición cuando te encuentras con un danseur étoile. Se detuvo, me miró, y me devolvió la reverencia. Tenía once años.

Aurélie Dupont: Cuando estaba claro que mi objetivo era entrar en la Escuela de Danza, mi madre compró entradas para un espectáculo en la Ópera de París. Quedé cruelmente decepcionada porque esperaba ver a niños. Nadie me había explicado los pasos de una carrera. Recuerdo un enjambre de tutús blancos, la belleza del edificio, y el espectáculo, pero me dominaba la incomprensión: no veía la conexión con la competición por la que tenía que pasar, pues en el escenario ¡no había sino adultos!

En Ballerina, el sueño de Félicie se hace realidad. En el mundo real –todo el mundo admitirá esto de tanto en tanto– llegar a ser una prima ballerina es un espléndido regalo. Pero es en el escenario que siento esa sensación de logro: alcancé lo que consideraba era mi propia perfección, física y artísticamente. El ritmo en mi vida como bailarina y como mujer era perfecto!.