Cinemanía > Películas > Verano en Brooklyn > Comentario
Destacado: Pedro Martín-Calero dirige 'El llanto' con Ester Expósito
Verano en Brooklyn cartel reducidoVerano en Brooklyn(Little men)
Dirigida por Ira Sachs
¿Qué te parece la película?

Festival de Berlín 2016 - Sección Oficial.

El realizador Ira Sachs suele hacer uso de experiencias personales para explorar las relaciones y el carácter humano. La muy aplaudida El amor es extraño (2014) se inspiraba en su reciente boda y estaba centrada en una relación amorosa de 40 años entre dos hombres. Cuando llegó el momento de pensar en una nueva película, volvió a uno de los temas que le preocupan. "Sigue interesándome la cuestión de las generaciones, y la forma en que nos relacionamos con nuestros padres e hijos. Ahora soy padre, tengo dos gemelos de cuatro años. Pienso mucho en mi relación con ellos y en lo que significa ser padre", dice. "Decidí hacer una película acerca de la infancia, pero desde el punto de vista de un adulto y de un cineasta maduro".

El realizador está convencido de que los pequeños momentos pueden cambiarlo todo. Las decisiones cotidianas y los cambios ocasionales que trae la vida pueden tener profundas consecuencias, no solo para nosotros, sino para nuestros seres queridos. Los padres a veces están atrapados en situaciones que no coinciden con el ejemplo que quieren dar a sus hijos. "A veces, algún pequeño incidente cotidiano puede ponernos a prueba", observa Ira Sachs. "Todos tenemos principios, y de pronto aparece la realidad. ¿Cómo debemos reaccionar en una situación así?"

En VERANO EN BROOKLYN (LITTLE MEN), Ira Sachs vuelve a colaborar con Mauricio Zacharias, el coguionista de El amor es extraño. Como de costumbre, antes de empezar a escribir, vieron películas, y dos en particular fueron la chispa que puso en marcha la máquina; Nací, pero... (1932) y Buenos días (1959), ambas de Yasujirô Ozu. "Son películas sobre unos niños que, por una razón u otra, deciden ponerse en huelga contra sus padres. Fue el principio de la idea: dos chicos que se enfrentan a sus padres y deciden dejar de hablarles", explica Ira Sachs.

Mientras tanto, Mauricio Zacharias hablaba muy a menudo con sus padres en Brasil, donde había surgido una situación desagradable. Su padre es el dueño de una tienda que había alquilado durante décadas a la misma persona sin el menor problema. Pero todo cambió de repente, y después de dudarlo durante tiempo, la familia llegó a la conclusión de que solo quedaba el desahucio. "Fue muy interesante porque resultó tan doloroso para nosotros como para los inquilinos", recuerda el guionista. "Cada vez que Ira y yo nos veíamos, le contaba las últimas noticias. Para nosotros era muy claro, veíamos la delgada línea que separa al culpable del no culpable. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que teníamos una historia".

Ira Sachs y Mauricio Zacharias construyeron los personajes, las relaciones y las situaciones en torno a un contrato de alquiler y un desahucio. Por un lado está Brian Jardine y su hermana Audrey, que han heredado una casa de dos pisos con una tienda en el bajo. En el otro está la inquilina, Leonor Calvelli, una emigrante chilena que cría a su hijo sola y lleva diez años en una tienda que ha empezado a perder dinero. Y en medio de los dos están sus hijos respectivos, Jake y Tony, ambos de 13 años, que no se percatan de la situación y se convierten en los mejores amigos del mundo.

Jake y Tony comparten algunos detalles biográficos con Boris Torres, el marido de Ira Sachs. Como Jake, Boris supo desde muy joven que quería ser pintor e ingresó en el prestigioso instituto La Guardia para las Artes. Como a Tony, le crió su madre, que llegó a Nueva York desde Ecuador cuando él tenía diez años. "Vivían en Williamsburg, Brooklyn, en una manzana con un 90% de italianos", explica Ira Sachs. "La idea de que el talento artístico puede ser la base para un cambio me atrae mucho, así como el hecho de que una mujer emigrante críe a su hijo sola en Nueva York y las dificultades que eso representa".

Jake es introvertido, le gusta el dibujo y la pintura, mientras que Tony es extrovertido y tiene ambiciones interpretativas. A pesar de ser tan diferentes, se hacen amigos con la rapidez habitual en niños y adolescentes. Sienten pasión por el mismo videojuego, se cuentan secretos en la intimidad de sus habitaciones y casi todos los días acaban cenando uno en casa del otro. Su amistad crece mientras recorren los parques y calles de Brooklyn en patinete y patines, o yendo a Manhattan en metro a una discoteca para adolescentes. "Desde el principio quisimos captar lo genial que es Nueva York para los jóvenes", dice Ira Sachs. "Crecer en Nueva York da una libertad que desemboca en pequeñas aventuras al desplazarse en metro o quedar con otros chicos en el parque del barrio. Es una ciudad donde los niños crecen deprisa, pero siguen siendo niños".

Mientras Jake y Tony disfrutan de los días soleados y de la libertad, sus padres se enfrentan a lo que significa vivir en un barrio en auge. Ambas familias tienen dificultades financieras, pero mudarse al piso del abuelo de Jake ha significado un alivio para los Jardine, aunque la madre, Kathy, sigue siendo la única que contribuye regularmente con su sueldo. Por su parte, la madre de Tony, Leonor y el abuelo de Jake, Max, eran buenos amigos, y este no le había subido el alquiler en diez años. Pero Audrey, hermana del padre de Jake e hija de Max, cuenta con el alquiler de la tienda, que debería ser mucho más alto de lo que paga Leonor.

Ira Sachs decidió rodar la historia en una pequeña zona de Brooklyn donde ha empezado el aburguesamiento que invadió el distrito hace más de una década. "Es un vecindario en pleno cambio. Hay gente de procedencias étnicas muy diferentes", comenta el director. "En una manzana es posible encontrar a una familia italiana que vive al lado de una familia puertorriqueña y en la puerta siguiente una familia asiática. Esa mezcla es una de las maravillas de Nueva York, y más concretamente de Brooklyn, pero también puede ser conflictiva. Nueva York es un crisol, aunque no siempre benigno".

Mauricio Zacharias añade: "El aburguesamiento es algo inherente a Nueva York. Es asombroso ver a qué velocidad se transforma la ciudad. Los cambios son constantes en todas partes. Llevo aquí 20 años y siempre descubro una zona que está en pleno proceso de aburguesamiento".

Pero el aburguesamiento va acompañado de problemas de clase, familiares, culturales y económicos muy relacionados con las decisiones que toman los adultos en la película. Jake y Tony tienen trece años y no son conscientes de lo que está en juego cuando deciden dejar de hablar a sus padres. "Hasta cierto punto, nuestras relaciones afectivas y nuestras relaciones económicas nos definen. Como narrador, me interesa la reacción de los personajes en ambos casos. En la película hay dos chicos que siguen viendo el mundo con cierta inocencia, pero la dura realidad de los adultos entra en conflicto con su amistad".

"Creo que todos hemos tenido alguna amistad importante que ha acabado de golpe", dice Mauricio Zacharias. "Pero nunca se olvida, forma parte de la persona que somos".

Para los papeles de Jake y de Tony, el realizador buscó a dos jóvenes actores con mucha personalidad, además de profesionalidad. Theo Taplitz (Jake) vive en Los Ángeles y fue descubierto por el famoso director de casting Avy Kaufman, que ha demostrado tener un don para encontrar a jóvenes talentos que han destacado en películas del calibre de El sexto sentido, La tormenta de hielo, En busca de Bobby Fischer y La vida de Pi. Michael Barbieri (Tony) se presentó a una prueba en el Instituto de Cine y Teatro Lee Strasberg, donde estudia. Ambos debutan en un largometraje con VERANO EN BROOKLYN (LITTLE MEN). Recientemente, Michael Barbieri ha aparecido en el New York Times como la "Exitosa interpretación de la temporada veraniega" y acaba de rodar La torre oscura, una adaptación de la novela de Stephen King dirigida por Nikolaj Arcel, con Matthew McConaughey e Idris Elba.

"La película reposa en los dos jóvenes actores, por lo que debían ser interesantes", dice Ira Sachs. "Hay películas acerca de adolescentes que nunca olvido, como El ídolo caído, de Carol Reed, o El irresistible Henry Orient, de George Roy Hill, porque los protagonistas tenían algo diferente. Creo que lo he encontrado con Theo y Michael".

Theo Taplitz está de acuerdo en cómo se representa a los dos jóvenes en la película: "A los trece años ya no se es un niño, pero tampoco un adulto. Es una edad intermedia en la que uno intenta saber quién es y qué le interesa". Y añade: "Jake es un chico silencioso, con dotes artísticas, muy inseguro. Conoce a Tony, un chico optimista y lleno de vida que siempre dice lo que se le pasa por la cabeza. La personalidad de Tony atrae a Jake y creo que mientras dura su amistad, el entusiasmo de Tony contagia a Jake, que empieza a abrirse y a tener más confianza en sí mismo".

Jake y Tony se apoyan mutuamente, comparten los mismos sueños. "Tony quiere ser actor, Jake, pintor, y eso les une aún más", explica Michael Barbieri. "Tony tiene muchos amigos, pero ninguno especial antes de que Jake se mude al barrio. Se caen bien inmediatamente y se convierten en dos grandes amigos. A través de esta amistad, Tony se hace más sensible, y cuando unos chicos se burlan de Jake, le defiende".

Los dos forman parte de un asombroso reparto compuesto por Greg Kinnear en el papel de Brian Jardine; Jennifer Ehle como Kathy Jardine; la actriz chilena Paulina García como Leonor; Alfred Molina como Hernán, el amigo y consejero de Leonor, y Talia Balsam en el papel de Audrey, la hermana de Brian. Ira Sachs reconoce que suele confiar en su intuición a la hora de escoger a los actores: "He descubierto que da igual que sean actores famosos, no profesionales, niños o adultos. Busco a gente que tenga una conexión íntima con el guion desde el momento en que lo leen. Supongo que no les enseñaré nada de interpretación, pero quizá les dé la oportunidad de revelarse a través de la película".

Greg Kinnear dice que se sintió intrigado por la aparente sencillez de la historia de VERANO EN BROOKLYN (LITTLE MEN). "Es una historia pequeña en torno a la vida y a un puñado de personas. Sinceramente, no acababa de ver cómo un cineasta podría convertirla en algo persuasivo y absorbente. Entonces me di cuenta de que Ira Sachs era el director de El amor es extraño, una película de la que estoy enamorado, y lo entendí", explica el actor.

El actor y el cineasta hablaron bastante sobre la transición generacional. Al fallecer su padre, Brian hereda el título de cabeza de familia, algo con lo que no se siente muy cómodo. "Un padre muere y deja un pequeño lío a su hijo, que se esfuerza en ser un buen padre y dar un buen ejemplo a su hijo", dice Greg Kinnear. "Todos nosotros hemos tenido que enfrentarnos a algún cambio crucial en nuestras vidas, es duro. Hay que hacer las cosas bien y, a la vez, dar ejemplo a la generación siguiente".

Si solo dependiera de Brian, es muy posible que no intentara subir el alquiler a Leonor. Pero su padre, Max, no hizo testamento. La herencia está dividida con su hermana y no le queda más remedio que hacer caso a Audrey. Eso significa echar a Leonor si esta no acepta pagar más alquiler. "Brian está entre la espada y la pared", comenta Greg Kinnear. "No sé si es debido a sus diferencias culturales o a la barrera del idioma, pero Leonor y Brian no acaban de entenderse. Hay un problema, y la solución no es agradable, lo que ocurre muy a menudo en la vida. Brian intenta hacer lo mejor".

Ira Sachs está de acuerdo: "Brian se encuentra en un callejón sin salida, siempre se pregunta si tiene razón o se equivoca. Greg consigue atraparnos en el dilema porque nos identificamos con la situación. Es un actor totalmente natural que se apropia de los diálogos y los hace suyos".

Los coguionistas escribieron el papel de Leonor pensando en la actriz chilena Paulina García, que se dio a conocer internacionalmente con la película Gloria. Ira Sachs se lo dijo durante su primera conversación por Skype, pero la intérprete no lo entendió en ese momento. Hasta más adelante, cuando ya estaban rodando, no se enteró de que el papel había sido escrito a su medida. "Ira se lo contó a alguien que estaba a mi lado", recuerda. "Me limité a sonreír como si fuera lo más normal del mundo, pero casi me desmayé del susto".

Paulina García apreció el retrato intimista de los personajes. "El guion describe a la perfección las relaciones entre los personajes, sus pecadillos cotidianos y los malentendidos. Es una historia de amor y de dinero, las dos cosas que mueven el mundo", dice. Al igual que muchos de sus compañeros de reparto, visionó las películas anteriores del director: "Me atrae ese aire chejoviano y actual del cine de Ira. Habla de personas que viven, aman, se llevan bien, se colocan, luchan y discuten, comen y beben mucho, lo que hace todo el mundo. Y el dinero siempre los persigue. Pero la vida es así".

Leonor cría a su hijo sola en una ciudad donde todo cuesta caro y cualquier revés económico equivale a un desastre. Sabía que Max jamás le subiría el alquiler. "Leonor creía haber encontrado un lugar seguro, ya no debía preocuparse. Pero su gran amigo muere y, además del dolor de su ausencia, debe enfrentarse a otro sufrimiento", explica la actriz.

Ira Sachs y Paulina García se resistieron a suavizar a Leonor en su lucha por quedarse con la tienda y su modo de supervivencia. "Conseguir dinero para llegar a fin de mes y cuidar de su hijo es una tensión diaria para Leonor. No tiene paciencia, salta a la mínima", comenta el realizador. "Paulina no intentó dar un toque almibarado al personaje. Creía en la lucha diaria de Leonor, y buscó en su interior las capas de ira, miedo y amor necesarias para el papel. Leonor es como una leona acorralada que no ve una salida y siempre se equivoca de ataque cuando intenta escapar. Es lo que más me gusta de ella, lo que la hace realmente humana".

Kathy comprende la situación de Leonor, pero como psicoterapeuta de éxito y la que trae el dinero a casa, es una mujer práctica y realista. Hablando de la interpretación de Jennifer Ehle en el papel de Kathy, Ira Sachs dice: "Jennifer deja entrever que Kathy tiene una vida completamente diferente en el trabajo y que se esfuerza en no llevarla a casa. Kathy es directa; entiende y cree en el poder del dinero. Su estabilidad es su fuerza".

Hablando del personaje de Kathy, una mujer alegre y cariñosa, Jennifer Ehle dice: "Posiblemente esté un poco cansada, pero básicamente es feliz. No puede parar ni un momento para que no tengan problemas económicos, pero se lleva bien con su marido y adora a su hijo. Disfruta siendo madre. En cierto modo, es una mujer con mucha suerte".

Alfred Molina y Talia Balsam completan el reparto dando vida a Hernán y a Audrey. A pesar de aparecer poco tiempo en pantalla, han creado unos personajes realmente completos. "Tratándose de papeles más pequeños, es necesario contar con actores que conecten inmediatamente con el personaje", explica Ira Sachs. "Alfred es un artista, un gran narrador. Fue maravilloso trabajar con él en El amor es extraño. Es hijo de padre español, y creamos el papel de Hernán para él porque estábamos convencidos de que funcionaría muy bien junto a Paulina. En cuanto a Talia, es una actriz muy segura, muy instintiva, perfecta para encarnar a Audrey".

VERANO EN BROOKLYN (LITTLE MEN) se rodó a principios del verano de 2015, principalmente en Brooklyn, en los barrios de Sunset Park, Bay Ridge y Williamsburg. Tanto Ira Sachs como su equipo se dejaron llevar por la idea de la infancia expresada en los dos jóvenes protagonistas, Jake y Tony; una época feliz, inocente, llena de descubrimientos y vitalidad. "Queríamos subrayar el aspecto romántico de la infancia, en el que se centra la película", dice el realizador. "Debía tener toda la belleza que puede aportar el cine, lo que la imagen capta y matiza, acompañado por la música. Este enfoque me pareció muy adecuado a las posibilidades románticas que ofrece la niñez".

Ira Sachs recurrió al director de fotografía Óscar Durán después de ver su trabajo en Las horas del día y La soledad, ambas de Jaime Rosales, y en la película colombiana Gente de bien, de Franco Lolli. "Óscar sabe ver. Seré más claro, es un ferviente creyente del plano medio", explica el cineasta. "Incorpora a la imagen el espacio que rodea al personaje. Su estilo es muy europeo, siempre me ha gustado; encuentra la belleza y el dramatismo en los momentos más pequeños de la narración".

La luz y el color son las piedras de toque del esquema visual de la película. La diseñadora de vestuario Eden Miller no dudó en usar colores brillantes para la ropa de Jake y Tony, sin por eso descuidar los detalles. Se aseguró de qué tipo de mochilas, de zapatillas y de uniformes de colegio llevan los chicos en la actualidad. Durante las expediciones en busca de decorados, Ira Sachs y la diseñadora de producción Alexandra Schaller aprovecharon cualquier oportunidad para ver habitaciones de adolescentes y fotografiarlas. Los dormitorios de Jake y Tony no solo reflejan su personalidad actual, también incluyen recuerdos de cuando eran más pequeños, sobre todo la de Tony, ya que siempre ha vivido en el mismo piso. Los colores también invaden la tienda de Leonor con alegres vestidos estampados, la antítesis de la ropa negra que a menudo se asocia con lo que debe llevarse en Nueva York. El realizador y la diseñadora se esforzaron para que todos los detalles fueran perfectos, desde el exhibidor donde cuelgan los vestidos hasta la máquina de coser de Leonor.

Durante el rodaje, Ira Sachs aprovechaba situaciones que no estaban incluidas en el guion. Por ejemplo, una tarde filmó a TheoTaplitz y a Michael Barbieri hablando en el metro, una escena que luego incorporó a la película. Siempre animó a los dos jóvenes a aportar sus ideas. En una escena, Tony y Jake entran corriendo en el piso de Leonor, y se encuentran con ella y Hernán hablando en la cocina, pero ninguno de los dos estaba seguro de lo que debía hacer. "Ira nos dijo: 'Haced lo que sea más cómodo para vosotros, ¿qué haríais en una situación semejante?' Fue asombroso", recuerda Michael Barbieri.

Los jóvenes actores y la amistad que plasman en la pantalla asombraron a Greg Kinnear: "En cierta forma me recordó mi infancia, los patines, las charlas. La película desprende honradez por la forma de hablar de los personajes, por su comportamiento. Es algo maravilloso que no se ve muy a menudo".


Críticas
THE NEW YORK TIMES
Una película sutil, que plasma la corriente casi imperceptible entre los dos protagonistas.

Verano en Brooklyn (Little men) habla del cariño, pero también de un conflicto económico en una ciudad cambiante, es una fábula acerca del poder insidioso y tóxico del dinero y del negocio inmobiliario.

Verano en Brooklyn (Little men) solo es una película pequeña en apariencia.

VILLAGE VOICE
Ira Sachs, un humanista con la perspectiva clara, hace honor a todos los dolorosos puntos de vista de sus personajes.

CINEVUE
El extraordinario control emocional de Ira Sachs resuena en toda la película, lo que solo la hace más profunda.

SCREEN INTERNATIONAL
Lo más notable y mágico de toda la película es que sea tan completa en sus escasos 85 minutos. VERANO EN BROOKLYN (LITTLE MEN) permite al espectador vivir la película y pensar en ella mientras la ve.

THE GUARDIAN
El enfoque de Ira Sachs es sumamente humano; los personajes están retratados a la perfección, nada se anuncia de antemano. En vez de eso, la visión del mundo del realizador se filtra suavemente. Es su gran habilidad.

THE HOLLYWOOD REPORTER
Interpretaciones impecables. Ira Sachs es un maestro de la sutileza expresiva, y esto vale para los jóvenes que encarnan a los chicos - no hay un solo momento en falso de ninguno de los dos -, y para los adultos.

LOS ANGELES TIMES
Una película magníficamente centrada en cualidades de la adolescencia que no suelen considerarse muy cinematográficas, la creatividad y la inocencia. Una chispa tan brillante como tierna a la que dan vida los recién llegados TheoTaplitz y Michael Barbieri.

WALL STREET JOURNAL
Me ha cautivado la interpretación de la gran actriz chilena Paulina García. Verla es entender que menos puede ser más. Deja que el personaje revele sus pensamientos a través de unos diálogos cuya fuerza crece por ser escasos.