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Annabelle: Creation cartel reducidoAnnabelle: CreationDirigida por David F. Sandberg
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New Line Cinema presenta Annabelle Creation, de David F. Sandberg (Nunca apagues la luz), que dirige la secuela de la exitosa película de 2014 Annabelle. Peter Safran y James Wan, que ya trabajaron juntos en las películas de Expediente Warren, producen de nuevo este largometraje.

Sandberg dirige este filme con guion de Gary Dauberman, que también redactó el guion de Annabelle. El reparto de la película está compuesto por Stephanie Sigman (Spectre), Talitha Bateman (La quinta ola y Geostorm, que se estrenará próximamente), Lulu Wilson (Ouija: El origen del mal, Líbranos del mal), Philippa Coulthard (After the Dark), Grace Fulton (Badland), Lou Lou Safran (La decisión [En nombre del amor]), Samara Lee (Foxcatcher, El último cazador de brujas) y Tayler Buck en su debut en la gran pantalla, junto con Anthony LaPaglia (la serie de televisión Sin rastro) y Miranda Otto (Homeland, de Showtime y la trilogía de El señor de los anillos).

Richard Brener, Walter Hamada, Dave Neustadter y Hans Ritter son los productores ejecutivos de Annabelle Creation.

El equipo que acompaña a Sandberg tras las cámaras está formado por los miembros de Nunca apagues la luz: la diseñadora de producción Jennifer Spence, la editora Michel Aller y el compositor Benjamin Wallfisch, a quienes se unen el director de fotografía Maxime Alexandre (El otro lado de la puerta) y la diseñadora de vestuario Leah Butler (Paranormal Activity 3 & 4).
New Line Cinema presenta Annabelle Creation, una producción de Atomic Monster/Safran Company. Warner Bros. Pictures, una empresa de Warner Bros. Entertainment, se encarga de su distribución.

"No se ha manifestado durante todos estos años. El contacto empezó siendo leve, pero luego... Nos pidió permiso para meterse en una muñeca".

Annabelle vuelve a los cines, y en esta ocasión el público conocerá el origen de esta muñeca demoníaca: desde su primer hogar en la habitación de una niña hasta la primera posesión del alma de una pequeña.

Tras el escalofriante cameo que realizó en Expediente Warren y después de protagonizar su propia película, los directores comprendieron que el público estaba preparado para descubrir los orígenes de una muñeca que les aterra y cautiva a partes iguales. Por lo tanto, David F. Sandberg, que debutó en la dirección con su éxito del verano pasado Nunca apagues la luz, se puso al mando de Annabelle Creation, el siguiente capítulo del universo Expediente Warren de James Wan, producido por Peter Safran y Wan.

"Ya era fan de Expediente Warren, es un clásico que destaca entre otras películas de miedo modernas", declara Sandberg. "Recuerdo que ese mundo me intrigaba y me emocionaba la idea de aportar mi visión al género".

"David es un director natural y supone un aporte extraordinario a este universo", comenta Safran. "Sabe cómo asustar y construir personalidades. Entiende la película de forma global, ve cómo encaja cada parte, y aporta una nueva perspectiva al mundo de Annabelle".

"Cuando dirigí el primer largometraje de Expediente Warren y diseñamos la sala de artefactos embrujados de los Warren, tanto yo como el estudio y los productores pensamos que sería increíble poder contar la historia de cada objeto", recuerda Wan, en relación a la colección que esta pareja confiscó durante sus años como investigadores de fenómenos paranormales. "Ya en ese momento creímos que sería ideal que Annabelle tuviera una apertura en el prólogo, pero sentíamos que teníamos muchas más historias que contar. Cada vez que esa muñeca aparece en la pantalla, aunque sea unos segundos, los espectadores se revuelven en su butaca. El público reacciona a su presencia".

"Teníamos claro que el público necesitaba más Annabelle", añade Safran. "La adoran. Nos preguntaban sin cesar por los orígenes de Annabelle". Con la película Annabelle resolvimos algunas dudas, pero lo lógico era contar la historia original".

Para crear esta historia los directores contaron con Gary Dauberman, que ya había trabajado como guionista en Annabelle, y estaban deseando volver a trabajar en algo similar. "La primera película explicó la mitología de la muñeca", comenta. "En este filme hemos profundizado en la historia y queríamos saber si podíamos encontrar el origen del mal”.

"Las muñecas alegran a la gente, ¿verdad?", añade. "Se regalan y pasan de generación en generación. Por eso quería mostrar ese aspecto de Annabelle: sus inicios en un hogar donde reina el amor, en una familia feliz para establecer el marco previo y crear un contraste con todo lo malo que ocurre después".

Como el protagonista era un juguete, había que contar con niños en la historia. Mientras sopesaba otras ideas, Dauberman comenta: "La idea de que los niños fueran huérfanos es de James y desde ahí fui creando un ambiente. Tuve que descubrir qué tiene esta muñeca en concreto para ser tan malvada y aterradora".

Sandberg confiesa que todo el equipo de Annabelle: Creation sentía el pavor que rodea a la muñeca, ya que "hasta los actores se mostraban recelosos y me preguntaban si era necesario que tocaran a la muñeca. No querían tocarla", recuerda con una sonrisa.

De hecho, varios miembros del reparto solicitaron que un sacerdote católico acudiera a bendecir el plató y a las muñecas Annabelle, como ya había ocurrido en el rodaje de Expediente Warren: El caso Enfield y en la reciente The Nun.

Por si acaso.

"Pensábamos que ayudar a las niñas sería nuestra penitencia, pero hemos acabado dándole lo que quería".

La historia comienza a mediados de la década de los cuarenta, y la mayor parte de la acción se ambienta una década después, a finales de los cincuenta, y recoge toda la cronología contada en Expediente Warren y en Annabelle. Annabelle se creó por amor, el amor de un padre por su hija, y desde entonces Dauberman se centró en la forma de desarrollar su siniestra naturaleza basándose en la mayor de las desgracias, la pérdida de un hijo, y sopesando hasta dónde estarían dispuestos a llegar unos padres por aliviar su dolor.

"La familia Mullins ha vivido una experiencia terrible y no ha sabido sobreponerse del todo", explica Sandberg. "Más bien al contrario: han permitido que el mal entre en sus vidas y ahora toman otra decisión desafortunada para reparar lo ocurrido".

Esta decisión es poner fin a sus doce años de soledad invitando a seis huérfanas que acaban de perder su hogar y su tutora, que es una monja, a vivir con ellos. "Es una mala idea", comenta el director, "porque Annabelle también está allí".

"Al hablar de huérfanos, hay algo que nos llega al alma", confiesa Sandberg. "Por eso, darles esperanza y luego hacer que vivan una situación tan horrorosa es aún más espantoso".

Los curtidos actores Anthony LaPaglia y Miranda Otto dan vida a los padres, Samuel y Esther Mullins. "Ha sido increíble contar con Miranda y Anthony como los Mullins", afirma Sandberg. "Son grandes actores y todo lo que hacen es excelente".

Sandberg no es el único que se alegró de contar con LaPaglia. La hija de trece años del actor estaba encantada con el nuevo papel de su padre. "Me ha visto trabajar toda su vida", admite el actor. "Me pregunta por los papeles que interpreto y cuando se lo cuento, no le da demasiada importancia. No obstante, cuando le conté que iba a protagonizar esta película se volvió loca, estaba deseando contárselo a sus amigos, me dijo que era el mejor día de su vida. Yo no era consciente de la popularidad del personaje de Annabelle, pero mi hija se alegró muchísimo. De hecho, es mi primera película de miedo, y me ha encantado la experiencia".

LaPaglia agradece "la franqueza y la perspectiva fresca de David. Mi primera conversación con él sobre el proyecto fue fantástica. Estaba muy comprometido y me encantaron sus ideas. A él le gustó mi enfoque para Samuel. Además, estaba preparado para arriesgarse a la hora de rodar, algo me gustó mucho".

Otto afirma que ha disfrutado trabajando con Sandberg. "Sabe lo que quiere y es muy franco, a la vez que amable y eficiente. Es muy fácil trabajar con él. Ha sido todo un placer estar a sus órdenes".

Otto confiesa que le inquietaba su papel por los intereses que tenía de niña. "Adoraba las muñecas y me gustaba coleccionar muñecas antiguas", declara. Además, añade "como su aspecto es muy realista pero no tienen vida, hay algo perturbador".

Su personaje, Esther, no estaría de acuerdo con ella, al menos al principio. "Cuando empieza la historia, Samuel y Esther se encuentran en un momento muy feliz. Fabrican muñecas para niños, viven en una espléndida casa antigua y tienen una hija preciosa, Bee. Son una familia feliz".

"Le llamo el maestro de las muñecas", comenta LaPaglia. "Se gana la vida fabricando preciosas muñecas. En mi opinión, todo lo que se coloca en una esquina con los ojos abiertos y se queda mirándote todo el tiempo es bastante perturbador. No obstante, Samuel es un artesano que se enorgullece de su trabajo y mantiene una excelente relación con su mujer y su hija. Bee y él tienen un juego secreto, parecido al escondite, pero en el que se dejan notas con pistas".

Por desgracia, la idílica vida de los Mullins no dura demasiado: su amada Bee pierde la vida en un trágico accidente. "Doce años después se ve que la familia de Esther y Samuel Mullins es totalmente disfuncional. Es evidente que algo va mal", comenta LaPaglia.

"Como todos los padres, quedan devastados", confirma Otto. "Sin embargo, a diferencia de la mayoría, deciden hacer lo que sea para recuperarla. Cualquier cosa. Rezan, piden a todos los poderes del mundo verla o sentir su presencia de algún modo. Así, invocan a un tipo de espíritu de los que nadie quiere tener en casa".

Esther es la que paga el precio de sus plegarias. Doce años después, las cicatrices de dicho contacto son visibles, las físicas y las metafóricas. Por lo tanto, para contrarrestar lo que su compañero denomina "el oscuro y deprimente ambiente" en que se ha convertido su casa y con la esperanza de que el sonido de los niños mejore el ánimo de su mujer, acogen en su casa a seis huérfanas.

Junto con las niñas llega la hermana Charlotte, que actúa como madre y tutora de unas huérfanas que provienen de un orfanato que ha quedado destruido. Stephanie Sigman interpreta a esta monja poco ortodoxa que residía en un convento del sudeste de Europa y carga con sus propios secretos, pero que se dedica con alegría a sus niñas.

"La hermana Charlotte es una mujer alegre y fuerte, y eso me encanta", declara Sigman. "Su única preocupación es cuidar de las niñas, mantenerlas unidas y hacer del grupo una familia. No tienen hogar, no tienen dónde ir. Por eso acaban con los Mullins, y ella anima a las huérfanas a ver el lado positivo de la situación".

La niña que más apoyo necesita de la hermana Charlotte es una de las más pequeñas: Janice. "Janice y Charlotte han establecido una conexión única, como a veces ocurre con algunas personas", explica Sigman. "No es que Charlotte no se preocupe del resto de huérfanas, sino que dedica más tiempo a Janice, mucho más, porque la pequeña tiene limitaciones físicas y necesita a Charlotte más que el resto ".

La polio, mucho más frecuente en aquella época que actualmente, impide que Janice sea tan activa como sus compañeras. Al tener una sujeción en la pierna, no puede correr ni jugar con tanta facilidad como las demás. Como todos los dormitorios están en la planta superior, le habría costado adaptarse a su nuevo hogar si el señor Mullins no hubiera empleado su habilidad para idear una silla con la que pueda subir las escaleras.

Talitha Bateman interpreta a Janice: "Arrastra una profunda tristeza porque las demás pueden salir y jugar y le toman el pelo, aunque la quieren mucho. Son como las burlas de una hermana mayor, pero Janice es muy sensible y se siente dolida. Le da envidia y le entristece que las demás salgan a explorar los alrededores. Entonces entra en la casa y ve la silla para subir las escaleras. Al principio se muestra indecisa, pero el resto de niñas le anima a probarla. Cuando empieza a subir las escaleras todas aplauden y en ese momento se siente en casa", comenta.

Pero en el momento en que Janice llega a la parte superior, se planta la semilla del mal. "Se queda mirando la habitación de Bee", explica Bateman, "y ¿alguna vez habéis sentido una presencia reconfortante? Pues en ese momento ella siente una mala presencia. Creo que Janice se siente inquieta por Annabelle. Es una locura, porque no es más que una muñeca, pero cataliza todo el mal y tiene un poder enorme. A todos nos gustan los superhéroes porque tienen poderes y los usan para hacer el bien, pero Annabelle los usa para todo lo contrario. El espíritu demoníaco que la posee utiliza su poder para hacer cosas horribles. Es lo que me da miedo".

Bateman también se aventura a explicar la exploración no autorizada que lleva a cabo Janice de la habitación de Bee una noche, lo que la convierte en alguien susceptible al mal que alberga. "Es curiosa, y la curiosidad mató al gato".

Además de la hermana Charlotte, hay otra persona que quiere a Janice con todo su corazón. "Linda es como la hermana pequeña de Janice y su relación es muy estrecha, me atrevería a decir que la más estrecha de todas las huérfanas", afirma Bateman. "Son inseparables desde que eran muy pequeñas".

Lulu Wilson, ya experta en películas de miedo, es Linda, una niña con cara de ángel que, aunque es la pequeña, se preocupa por su amiga. "Creo que la primera vez que siente que algo que va mal es cuando Janice rompe las reglas y entra en el dormitorio de Bee". Como es de esperar, Linda la sigue. "Ve que la muñeca Annabelle la está mirando y siente verdadero pavor".

Wilson permanecía alejada de la muñeca cuando las cámaras dejaban de rodar. "Es gigantesca y te sigue con los ojos como la Gioconda. Si miras a Annabelle te asustas porque la ves mirándote y te alejas. Después de moverte a otro sitio ves que te sigue mirando. Tiene las cejas inclinadas de forma que parece que planea cómo atraparte, es escalofriante".

Sin embargo, Wilson confiesa que una de sus escenas más escalofriantes ocurre con otro juguete, creado específicamente para esta película por el encargado de atrezo, Thomas Spence, basándose en un diseño del director. "Linda tiene una pistola de juguete que coge de la habitación de Bee, con un cañón muy largo y una bola rosa en el extremo. Me sorprendió lo mucho que pesaba. También tiene un cable para recuperar la pelota. Dispara en un corredor oscuro porque está muy nerviosa, recupera la pelota y todo parece normal, pero cuando vuelve a disparar..."

Ya no hay pelota.

Annabelle: Creation es la tercera película de terror en la que participa Wilson, y declara que Sandberg ha hecho de esta experiencia una de las mejores del género. "Es un director increíble", confiesa. "Por lo general, cuando ruedas una escena no sientes miedo hasta que la ves con la música. Sin embargo, en las escenas con David pasé miedo. Ha sido muy divertido".

Hay otras cuatro niñas en el orfanato que pasan a residir con los Mullins: Carol, Nancy, Tierney y Kate. Todas, junto con Janice y Linda, deben sus nombres a la madre y las tías de Dauberman y a un par de ejecutivas de New Line. Hay una jerarquía establecida en el grupo de huérfanas. Grace Fulton interpreta a Carol, la mayor y, por tanto, la líder.

"Carol es la mayor y aunque parece muy confiada, en realidad está llena de inseguridades", comenta Fulton. "Puede controlar muchas cosas, pero no su edad y, como es de imaginar, la huérfana de mayor edad no es la favorita. Aunque hay gente caritativa, suelen buscar a las más pequeñas. Por eso Carol es esmera en su aspecto, lee revistas y analiza el aspecto de otras chicas. En el fondo es muy insegura, así que siempre tiene que llevar la razón. Sabe que se le acaba el tiempo. Como Janice es la más vulnerable, Carol se percata de que llama más la atención y se pone celosa, cree que Janice es egoísta".

Philippa Coulthard da vida a Nancy, otra de las niñas mayores y la segunda tras Carol. "Nancy es aventurera, alegre y adora explorar y crear juegos", explica. "Tiene un fondo muy bueno, pero cuando está con Carol, se vuelve valiente y puede comportarse de forma autoritaria y mandona con las pequeñas, como Janice y Linda. Cuando empiezan a suceder cosas diabólicas y extrañas, aterradoras incluso, las niñas se unen y Nancy las protege".

Tayler Buck interpreta el papel de Kate, de edad intermedia. "Kate es amiga de Janice, pero se hace mayor", aclara Buck. "Ya no es del grupo de los diez años. Pasa tiempo con Carol y Nancy, que la han aceptado en su grupo, así que empieza a sentirse mejor con ellas".

A pesar de las miradas y los sustos que recibe delante de las cámaras, Buck confiesa que su primera película no podría haber ido mejor. "Nos hemos llevado muy bien, ha sido increíble. Grace nos ha enseñado a bailar swing".

Lou Lou Safran cierra el grupo de huérfanas con su papel de Tierney, muy amiga de Kate y, aunque es más pequeña, forma parte de la pandilla adolescente de Carol. Safran coincide con Wilson y comenta sobre la experiencia: "A veces rodando una escena teníamos que recordar que no era real, porque lo parecía. Me parece increíble que una muñeca, un juguete para niños, algo tan inocente, pueda ser algo tan terrible y maligno. Además, todo les ocurre a niñas, así que da todavía más miedo".

La primera niña que aparece en la película no es una de las huérfanas, sino la hija de los Mullins, Bee, a quien da vida Samara Lee. La conocemos al principio de la historia, en los días felices de su familia. Lee, que tenía tan solo ocho años durante el rodaje, adora las películas de miedo.

"Cuando la conocimos", recuerda Sandberg, "le comenté que su nombre, Samara, era el de un famoso personaje de una película de miedo, The Ring (La señal) y ella reconoció que lo sabía porque adoraba la película y me confesó que se llamaba así por ella. Expediente Warren: El caso Enfield se estrenó durante nuestro rodaje y fue a verla cinco veces".

Aunque adora las películas de miedo, Lee confiesa que también tiene sus límites. "La primera vez que vi Annabelle me dio mucho miedo, porque me aterrorizan las muñecas diabólicas y la posibilidad de que se muevan. ¡Hasta me daba miedo que mis muñecas se movieran, así que las guardé en el armario!", reconoce entre risas.

Sandberg se sentía más que encantado con sus jóvenes estrellas. De hecho, dedicó casi todos sus esfuerzos a trabajar con el "personaje" que da nombre a la película. "Al tratarse de una muñeca, Annabelle no se mueve, y no queríamos utilizarla de esa forma, porque puede parecer ridículo. Ha sido todo un reto inventar formas diferentes de causar miedo teniendo en cuenta esta limitación", afirma. "Suele dar más miedo no mostrar algo que mostrarlo, porque la imaginación es mejor que cualquier traje o personaje generado por ordenador.”

En su tercera aparición en la gran pantalla, Amalgamated Dynamics Inc. ha rediseñado a Annabelle. "Trabajar con ADI ha sido un sueño para mí", cuenta Sandberg. "Llevan años creando maquillaje de efectos especiales, prótesis y accesorios; han participado en las mejores películas de mi infancia. Han creado una nueva versión de la muñeca Annabelle algo más retorcida que las anteriores. Hasta James creía que la primera Annabelle tenía un aspecto demasiado diabólico para esta historia, y no le faltaba razón. ¿Qué tipo de padre crea ese tipo de muñeca para su hija? ADI la ha modificado para que sea menos aterradora en algunas situaciones, pero bajo la luz adecuada, es tan escalofriante como siempre".

"En esta casa siento una presencia diferente, una presencia diabólica".

Annabelle: Creation se grabó en el plató 26 del estudio de Warner Bros., donde el equipo de producción recreó el interior de la casa de los Mullins. El plató original se construyó varias veces en una nave de Elysian Valley, en Los Ángeles, también conocido como Frogtown. Así, los directores pudieron evaluar el ambiente de la casa y determinar la configuración ideal para el rodaje.

"Una de las cosas que más me ha gustado en esta película es que lo hemos construido todo en el plató", destaca el director. "Podíamos utilizar nuevas paredes, podíamos meter cámaras y grúas donde quisiéramos, podíamos quitar el techo. Podíamos hacer todo lo que necesitáramos. Ese era mi sueño, rodar en un plató con el que puedes hacer lo que quieras".

La casa era un diseño de granja gótica americana de dos plantas, inspirada parcialmente en la visita que realizó la diseñadora de producción Jennifer Spence al Museo Heritage Square (una colección de nueve edificios de importancia histórica), en Montecito Heights (Los Ángeles). Las dos plantas se prepararon en el plató como un solo piso, uno junto al otro, con orientación invertida para que fuera más sencillo colocar ambas en el mismo plató de sonido. Primero se rodó la última época, y Spence diseñó el aspecto del piso de finales del siglo XIX con algunos toques modernos para evocar que, aunque ha pasado el tiempo, los Mullins siguen igual. El equipo de diseño reacondicionó el plató para la primera época: se retiraron las camas de las huérfanas, se cambió la televisión del salón por una radio. También se dio un toque más alegre para reflejar la presencia de Bee y la felicidad de dicha época.

"Cuando leí el guion por primera vez y vi que se trataba de una película de época, me emocioné muchísimo", recuerda Spence. "Me entusiasmaba la idea de no contar con cosas a las que estamos tan acostumbrados, como móviles. No podías llamar a emergencias con tanta rapidez. No había ordenadores, todo era más simple. Creo que ayuda a crear un ambiente más terrorífico, porque ahora hay muchas formas de pedir ayuda, pero quienes vivían en una granja en medio de la nada en los cincuenta dependían de un único teléfono, y si no funcionaba no podían hacer nada".

Tras haber trabajado juntos en Nunca apagues la luz, Spence y el director desarrollaron una excelente relación profesional. "David es muy creativo y amable. Como es la segunda vez que colaboramos, conoce mi proceso y confía en mí, así que me ha dado mucha libertad", afirma. "Para la acción de esta historia me decantaba por lo funcional, pero en términos de diseño visual, algo bonito y perturbador".

"Jennifer Spence es increíble", elogia Sandberg. "Ha conseguido que los detalles más pequeños sean geniales, como poner cruces escondidas y abejas por doquier. Sus diseños han ayudado a generar los sustos de la película".

El alma del diseño de la casa era el recibidor, pues se abría a las escaleras de bajada y contaba con una imponente escalera. Spence creó la balaustrada de madera para incorporar partes góticas y en el rellano ubicado entre los dos tramos hay una espléndida vidriera que crea la sensación de un espacio similar al de una catedral. Las escaleras también contaban con una reja de hierro decorativa que permite el paso del aire y la luz, un aspecto que Spence había visto en un edificio de apartamentos de Nueva York y decidió incluir para aportar un toque dramático. Conviene destacar las piezas de cristal rojo oscuro del pasamanos y el candelabro de cristal de Venecia, rojo también, que rinde homenaje a la afición del productor James Wan por este color, pues considera que representa la presencia del demonio.

Spence incorporó por toda la casa sutiles homenajes a Bee Mullins, como el papel pintado con motivos florales y de panal, las abejas talladas en las balaustradas y un cuarteto de marcos con forma de panal en los que se exponen flores secas. De hecho, en el centro de la cristalera de la habitación de Bee hay un abejorro.

Una característica destacada de la escalera, y de la trama, es la silla elevadora de Janice. Esta pieza es de la época y proviene de un fabricante alemán, aunque para este filme solamente se utilizaron el motor y los rieles de latón; la silla es una reproducción obtenida en una venta, que se tapizó de terciopelo, se pintó y se colocó sobre el motor.

El salón es una de las estancias más grandes de la casa y fue otro espléndido diseño de Spence: como el resto de habitaciones se abría a varias piezas, en la planta baja no había donde esconderse. Por ejemplo, desde el salón se ven el recibidor, la sala de estar y el aula, aunque cada habitación está bien delimitada. El pasillo se diseñó de tal forma que recorre el largo la casa, desde la puerta principal hasta la despensa de la cocina. El objetivo es que pudiéramos grabar escenas largas y espectaculares en la vía principal de la casa. Los suelos de madera eran reales y se habían dispuesto de tal forma que crujían cuando pasaban los actores.

La habitación de Esther Mullins también se encuentra en la planta baja de la granja en la segunda parte de la historia. Esther ocupa su tiempo oculta tras el dosel de una cama de cuatro postes, en la que Samuel ha grabado grandes cruces sobre la madera de las persianas para proteger a Esther del mal que habita en la casa, a pesar de que contribuye a potenciar la sensación de opresión.

En ese espacio temporal el dormitorio de Bee no ha cambiado, se ha quedado anclado en el momento de su muerte. Es evidente que se trata de la habitación de una niña, pues tiene papel pintado en color rosa con animales fantásticos, varios accesorios y objetos importantes, como unos títeres diseñados y elaborados por Spence y el especialista de atrezo Thomas Spence, una mesita para el té y una casa de muñecas.

El exterior de la casa de muñecas es una réplica de la parte delantera de la granja, con un porche que da la vuelta a la casa y cruces arquitectónicas. El interior reproduce las cuatro salas delanteras de la casa: el salón y el recibidor de la planta baja, y la sala de costura y el dormitorio de Bee en la planta superior. Samuel la construyó para su hija, y tiene hasta papel pintado en las paredes y luces. No hay niña que se resista a esta maravilla, ni siquiera Janice.

Durante el rodaje, Spence propuso al director la idea de incluir un montacargas en la casa. "Al principio había un ropero, pero pensé que sería interesante jugar con un pasadizo secreto para pasar de una habitación a otra. Le encantó la idea y Gary Dauberman incluyó escenas increíbles con esta característica".

Entre ellas se incluye un momento estremecedor para una de las huérfanas, pues tuvo que subirse a la caja. "Intento hacer casi todo lo que grabo", comenta Sandberg. "Creo que se consiguen mejores resultados si haces casi la totalidad de las escenas delante de las cámaras, aunque luego se utilicen imágenes generadas por ordenador para la parte final. Hasta con la mejor tecnología de imágenes generadas por ordenador, en las películas de miedo se puede sentir si realmente hay algo, y el público reacciona a lo que ve".

Tanto a Sandberg como a Wan les gustan "las tomas largas y sin cortes, así que hemos movido mucho la cámara para conseguir buenas transiciones entre escenas". Por suerte para Sandberg, al director de fotografía Maxime Alexandre también le gustan. "Maxime tiene mucha experiencia en el género de miedo. Ha sido genial comentar con él cómo enfocar cada toma”.

"Me tomaba este filme como una película del Oeste porque los exteriores eran una granja con paisajes amplios, polvorientos, aislados y casi desérticos", explica el director. "Maxime lo ha captado, como las imágenes antiguas de Cinemascope en las películas del Oeste".

"David y yo establecimos dos direcciones para la fotografía con el fin de crear los tonos diferentes de la historia", añade Alexandre. "Uno parece un lienzo holandés, con una luz que proviene del exterior y sin elementos artificiales en las estructuras internas. Todo parece dulce y encajaba perfectamente con la paleta de colores diseñada por Jennifer, potenciaba el ambiente agradable de los momentos felices de la historia. Después, pasamos a un estilo más arqueado, de contrastes, como un cuadro de Tintoretto (Renacimiento), con momentos dramáticos para dar un toque oscuro. Aquí la oscuridad es muy importante".

El exterior de la granja se rodó principalmente en Big Sky Ranch, en Simi Valley, a cincuenta kilómetros al sur de Los Ángeles. Utilizamos una estructura existente y el departamento de producción la modificó con listones blancos para dar un toque gótico y añadió las cruces arquitectónicas en el porche.

Aunque para Sandberg el plató de Big Sky recordara a la sensibilidad del Oeste, el paisaje tenía sus propios horrores. "Es un ambiente inhóspito", reconoce el director. "Necesitamos la ayuda de expertos para que se encargasen de las serpientes de cascabel y las tarántulas escondidas en la hierba antes de permitir a las actrices internarse en el campo para rodar una escena".

No obstante, el paisaje era ideal para la historia. "Era seco y cálido, daba la sensación de que no tenía vida. Hasta los árboles secos eran ideales para la película", afirma Sandberg. "Sin embargo, tuvimos que acondicionarlo para la primera época, la feliz, así que el equipo de efectos visuales añadió hojas a los árboles para que dieran vida".

La hermana Charlotte y las niñas llegan a la granja de los Mullins en autobús, en un Airstream 1937 original, uno de los 13 que se fabricaron y el único que sigue existiendo. La transmisión original era de cinco velocidades, pero pasó a ser automática en los noventa, aunque conserva el pedal del embrague y el cambio de marchas parece real. En su viaje, una de las niñas lee una revista para matar el tiempo. La madre de Spence, exmodelo, es la chica de la portada.

"Janice ha encontrado una muñeca. Una con un vestido blanco".

La diseñadora de vestuario Leah Butler no ha tenido ningún problema en diseñar el aspecto de cada época de la historia, ni siquiera para crear el hábito de monja para Stephanie Sigman, la hermana Charlotte. "Leah tenía una foto de una monja de 1956, la vi cuando recogí mi vestuario", recuerda la actriz. "Mi hábito era exactamente igual. Ha hecho un trabajo extraordinario, me sentía una persona completamente diferente cuando me lo ponía. Me ha ayudado mucho a entrar en el mundo de Charlotte".

Encontrar la sujeción de la pierna para Talitha Bateman, en su papel de una Janice que sufre de polio, fue mucho más complicado porque debía ser de la época. Al principio, Thomas Spence y su equipo creyeron que habían encontrado la ideal en eBay tras ver las fotos, pero cuando la recibieron, el tamaño era la mitad de lo que necesitaban. Al final consiguieron una sujeción auténtica, pero tuvieron que fabrican los zapatos para que se adaptaran a Talitha, y después engancharlos a los hierros. El gran hallazgo vintage de Spence fue la silla de ruedas que utiliza la actriz en la película y que adquirió en una subasta. Perteneció al creador de Tarzan, Edgar Rice Burroughs.

Otra pieza espectacular es la "máscara" que utiliza Esther Mullins para cubrir una aparente deformidad, que parece que ha diseñado su marido artesano para ella. "Me encantó la idea de estar detrás de un dosel, cortinas y máscaras", confiesa Miranda Otto. "Como actriz es un regalo, una forma de jugar con las capas, de descubrir cómo es de verdad bajo su disfraz. En mi opinión, aporta una dosis de miedo y misterio al personaje".

La música magnifica el aura de suspense de la película. Hay una canción en particular que añade el tono ideal, al menos para Janice, que se ve atraída hacia la habitación de Bee, donde está prohibido entrar, cuando escucha el sonido que proviene de un tocadiscos que reproduce la inocente You Are My Sunshine.

Sandberg se inspiró en la naturaleza contrapuesta de la canción con la historia, así como en la música del compositor polaco Krzysztof Penderecki. El compositor de la banda sonora de Annabelle: Creation, Benjamin Wallfisch, le ayudó a crear la necesaria y continua sensación de desasosiego del filme.

"Ben estaba de acuerdo en hacer algo diferente", asevera el director. "Incluso organizó una sesión con una orquesta profesional para crear sonidos extraños con los instrumentos y tener así material único para trabajar. Utilizamos mucho material de esa sesión en la película".

James Wan estaba encantado con Sandberg y su forma de potenciar el miedo que causaba su guion. "David ha conseguido que esta película tenga un tono muy clásico que se sale del ambiente típico en las películas de miedo al que estamos acostumbrados con el cine moderno", afirma Wan, "y creo que es la clave para que este mundo mantenga su esencia única y novedosa. Cada película tiene un sabor, aunque estén todas conectadas".

Peter Safran está de acuerdo: "Lo que James ha construido y David ha mantenido con Annabelle: Creation ha dado lugar a películas que ahondan en los miedos más ocultos, en nuestro ADN. Todos nos sentimos conectados con la idea de esta muñeca, un objeto inanimado que puede causar tanta devastación a su paso".

"Estas películas muestran a la perfección el motivo por el que nos gusta ir al cine", declara el director. "Es un entorno seguro y compartido en el que podemos sentir una amplia variedad de emociones, desde miedo a emoción, y muchas otras. En este caso, descubrimos cómo se relacionan otra parte de Expediente Warren y Annabelle... y puede que se desvele una pista de lo pasará en un futuro".