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Amarás sobre todas las cosas cartel reducidoAmarás sobre todas las cosasDirigida por Chema de la Peña
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Película escrita y dirigida por CHEMA DE LA PEÑA (Shacky Carmine, De Salamanca a ninguna parte, Isi Disi, Sud Express, 23-F…). Está protagonizada por ISRAEL ELEJALDE y LIDIA NAVARRO, con la colaboración especial de NATHALIE SESEÑA.

Escrita por Chema de la Peña, junto a Juan Manuel Romero, Amarás sobre todas las cosas es su octava película como director, tras su debut en 1999 con Shacky Carmine, a la que siguieron De Salamanca a ninguna parte, Sud Express y Un cine como tú en un país como éste, además del blockbuster Isi Disi y la histórica 23-F. Actualmente se encuentra en fase de montaje de Vive por mí, un thriller emocional rodado en México DF.

Producida con su productora La Voz Que Yo Amo, Amarás sobre todas las cosas cuenta con la dirección artística de Soledad Seseña (Open Windows, El patio de mi cárcel, La torre de Suso), montaje de imagen de Sergio Muñoz, montaje de sonido a cargo del ganador del Goya Nacho Royo-Villanova y dirección de producción de Miguel Martínez Navarro.

La banda sonora es obra de ÁRBOL (Miguel Marín), dotada de estilizado minimalismo y apoyando la acción y los sentimientos de los protagonistas. El músico sevillano cuenta entre sus trabajos para cine las colaboraciones realizadas con Bigas Luna para Son de Mar y Yo soy la Juani, como también The Somnambulists (2010, Richard Jobson, UK), el cortometraje de David Victori El regalo (2006) y las últimas producciones de La Voz Que Yo Amo, el documental Genovés 100x120 Encendido, de Ana Morente, y la citada Vive por mí, de Chema de la Peña.

Es la primera película donde el gran actor ISRAEL ELEJALDE acomete su primer protagonista en cine. El intérprete de montajes tan señalados como La función por hacer, El misántropo, La clausura del amor o Hamlet, nominado al Premio Goya como Actor Revelación, en 2015, por su colaboración en el largometraje Magical Girl, se sumó al proyecto de Chema de la Peña y rodaron durante un año aprovechando los cambios de estación. También es el primer papel protagonista para LIDIA NAVARRO, actriz a quien hemos podido ver últimamente en los escenarios con gran éxito, con la obra Un dios salvaje, de Yasmina Reza, y encabezando el reparto de series como Herederos, en TVE, o Acusados, en Tele 5.

AMARÁS SOBRE TODAS LAS COSAS destaca por las poéticas imágenes con que Chema de la Peña la ha concebido. Con un planteamiento donde tiene gran peso la imagen, sigue el proceso de una pasional historia de amor entre Teo (Israel Elejalde), artista con trastorno bipolar, y Ana (Lidia Navarro), durante una madrugada en la Gran Vía de Madrid. Chema de la Peña es un gran enamorado de la danza y ahora la ha convertido en aliada de su creatividad cinematográfica, con coreografía de CAMILLE HANSON y los bailarines EVA BOUCHERITE y OSCAR LOZANO, como alter ego de la pareja protagonista.


Notas del director
Este proyecto nace del deseo de explorar la necesidad vital de amar, como fuerza que nos lleva a vivir los momentos más felices y también los más oscuros, una fuerza que nos lleva a descubrir nuestros límites. ¿Hasta dónde somos capaces de dejarnos arrastrar por sentirnos amados?

Para contar esta historia he querido que el paso del tiempo, las estaciones y la naturaleza tengan un peso esencial. Y así hemos rodado a lo largo de un año inmersos en un proceso creativo abierto, donde rodábamos, montábamos, reescribíamos, volvíamos a rodar…. Y aunque los grandes trazos de la historia estaban dibujados, íbamos explorando nuevos lugares y descubriendo giros siguiendo la estela de nuestra intuición, dejándonos arrastrar más por la emoción que por la razón. Así hemos construido los distintos momentos por los que pasa la pareja; su euforia, su depresión, sus encuentros y desencuentros se estructuran en secuencias aisladas, que forman un todo, a la manera de un cuadro impresionista, desde una óptica cercana a la poesía visual.

Y para apoyar esta poesía, algunos momentos álgidos de la relación se expresan en la película a través de piezas de danza contemporánea, sustituyendo el lenguaje de la palabra por el lenguaje del cuerpo, como forma expresiva en sí misma, más directa, contundente y visceral.

El trabajo con los actores no ha sido fácil. Ensayamos para buscar la esencia de cada personaje, pero luego durante el rodaje no desapareció esa propuesta de explorar. Yo mismo no sabía dónde iría montada alguna de las secuencias que rodábamos o si al final sería desechada, por lo que sin su entrega y apuesta por el riesgo esta película no hubiera sido posible.

El equipo de rodaje ha sido mínimo. La idea era poder ser ágiles y rodar en escenarios naturales sin llamar la atención (aeropuertos, hospitales, calles céntricas…). También había un acuerdo tácito: estar en stand by para aprovechar un día de nieve, de lluvia o una tormenta en medio de una plantación de colza en plena primavera. Gracias a esto, hemos podido darle a cada secuencia la carga poética y visual que esta tempestuosa historia de amor nos iba pidiendo.

En las diferentes fases del montaje se iba construyendo la película. Por un lado es un lujo poder montar sobre la marcha y luego volver a rodar, pero también ha sido difícil enfrentarse a desechar casi la mitad del material rodado. En el resultado final queda patente que tiene más peso la imagen y las sensaciones que la palabra. Una película más para sentir que para entender.