Woody Allen dirige a Jim Belushi ("Danko: Calor rojo", "Superagente K-9"), Juno Temple ("El caballero oscuro: La leyenda renace", "Black Mass"), el cantante y actor Justin Timberlake ("La red social", "In Time") y Kate Winslet ("El lector", "Titanic"), ganadora del Premio a la Mejor Actriz en los Hollywood Film Awards por su papel.
Además Vittorio Storaro ("El último emperador", "Dick Tracy") repite como director de fotografía después de su primera colaboración con Woody Allen en "Café Society".
WONDER WHEEL clausuró el Festival Internacional de Cine de Nueva York donde tuvo una gran acogida por parte de la crítica. A continuación, algunos de los primeros comentarios de la prensa internacional:
"Tiene movimiento, ritmo y una apariencia de vibrante atardecer nostálgico a ritmo de blues" - Variety
"Wonder Wheel nos recuerda que Allen es un gran director, especialmente un gran director de actrices" - Screen Daily
"Kate Winslet está impresionante en el espléndido film romántico de Allen de los 50" - Indiewire
"Wonder Wheel es un caleidoscopio de luces y deleites con la mejor fotografía, un elenco perfecto y detalles de época impecables" - The Playlist
Sobre la producción
Woody Allen siempre ha sentido un cariño especial por Coney Island, y todos recordamos que ubicó la casa de la infancia de Alvy Singer, el personaje de Annie Hall, bajo las ruidosas montañas rusas del parque. Allen tiene muchos recuerdos felices de cuando iba al parque durante su infancia. "Su momento álgido fue mucho antes de que yo naciese, pero cuando yo iba todavía era bastante divertido", dice. "Siempre me impresionaba. Allí había tantas personas pintorescas, y había actividades diferentes y complejas: era una atmosfera muy vital. Pensé que sería una atmósfera muy provocativa para ubicar una historia".
Como tantas otras películas de Allen, Wonder Wheel es una historia en la que intervienen el amor y la traición. "Si leemos teatro griego, a Stendhal, a Tolstoy o a Dickens, vemos que las relaciones de amor siempre están presentes, porque son las que causan a tanta gente mucha angustia y muchos conflictos. Conducen a situaciones y sentimientos complejos, profundos, intensos y dramáticos. En especial, siempre me han atraído los problemas que tienen las mujeres. Durante siglos, los hombres han tendido a ser menos abiertos sobre su sufrimiento. El código masculino no permite mostrar el sufrimiento. Como cuando un bateador es golpeado, siempre tiene intención de no mostrar ningún dolor. En cambio, las mujeres siempre han sido más abiertas sobre sus emociones. He hecho sobre todo comedias, pero siempre que he tenido entre manos una historia dramática, casi siempre - no siempre, pero casi - ha sido sobre mujeres en situaciones críticas".
Allen escribe conscientemente sus espléndidos papeles femeninos, como el de Ginny en Wonder Wheel, con la idea de plantear desafíos que sólo las actrices de mayor talento puedan asumir. "Intento dar papeles a actrices que tienen una gama y una profundidad enormes. Quiero intentar darles la oportunidad de poder desplegar su gran capacidad", dice. "Cuando escribo una historia, tengo una tendencia a no escribir escenas con demasiada sutileza, escenas en las que la emoción se comunica levantando una ceja, pero sí darles una tragedia mucho más extravagante que le ofrezca a una actriz la posibilidad de ser realmente emotiva".
Sin duda, Ginny en Wonder Wheel es la más reciente de las heroínas creadas por Woody Allen: personajes complejos, preocupados, y minuciosamente analizados. "Sabía que iba a necesitar a una actriz de primer orden para interpretar ese papel", dice Allen. "Hay solo un número limitado de actrices en lengua inglesa que tienen esa profundidad y esa magnitud. Kate Winslet es una de ellas, y cuando comenzamos a pensar en el reparto, su nombre surgió de inmediato". A pesar de que Winslet reconoció inmediatamente que el papel era una oportunidad extraordinaria, le preocupó el hecho de que tal vez no estaba a la altura. "Estaba aterrada porque no sabía por dónde empezar", dice, "y pensaba que si fallaba nunca me lo iba a perdonar. Tenía que asumir la responsabilidad de dar vida a un personaje que era complejo, evitando caer en un cliché, manteniéndome por encima de una línea trazada, consiguiendo que fuese real, que no fuese una caricatura y que estuviese anclada en su triste realidad. Woody quiso darme el papel a mi, y yo tenía que estar a la altura del envite y convertirme en lo que él esperaba, y ser la mejor versión posible que él esperaba, sacándolo de mi interior".
Cuando vemos a Ginny por primera vez, trabaja en un restaurante de pescado y marisco en Coney Island, atrapada en un matrimonio sin amor y con las heridas de un pasado doloroso", dice Allen. "Se abrió camino, tuvo ilusiones de ser una actriz y terminó por casarse con un señor al que realmente amó y que la amó a ella, y tuvieron un niño. Pero Ginny no pudo resistir la tentación de tener un romance con un actor que trabajaba en el mismo espectáculo que ella, cosa que provocó la desintegración total de su matrimonio. Sólo cuando fue demasiado tarde se dio cuenta de las consecuencias de esa infidelidad y de sus acciones. Entonces, comenzó a venirse abajo, empezó a beber, y su trabajo se resintió".
Kate Winslet dice: "Creo que Ginny creía que era una buena actriz y que podría haber tenido una carrera si no hubiese sido porque destrozó su matrimonio, aunque en el fondo creo que lo cierto es que no era muy buena. Ese momento en que descubre que en realidad era una actriz mala por suerte nunca llega. De alguna manera eso todavía lo hace más trágico".
En este momento tan bajo en su vida, Ginny conoce a Humpty (Jim Belushi), que también lo está pasando mal, porque su esposa ha muerto y su hija Carolina se ha escapado de casa para casarse con un matón local. Aunque Ginny y Humpty sean capaces de ayudarse mutuamente para volver a ponerse de pie, al final Ginny se da cuenta de que, casándose con Humpty, ha entrado en una vida que nunca le va a dar satisfacción.
"Ahora que ha superado la crisis, comienza a entender que en realidad no ama a ese hombre", dice Allen. "Él fue una tabla de salvación justo cuando ella necesitaba una, y él la ayudó a ella a dejar la bebida, pero eso no es suficiente para que haya amor; amor es lo que ella tuvo con su primer marido. Busca algo más excitante que la ayuda práctica que ella y Humpty se han suministrado el uno al otro. Siente que se desliza hacia abajo y que su vida pierde el rumbo". Kate Winslet dice: "Creo que es un poco como un alma perdida. Es como si le gustase pasar mucho tiempo caminando sobre una cuerda floja, y ahora vé que se ha caído demasiadas veces. Ahora repta por una cuerda floja, no está de pie ni tampoco se cae".
Jim Belushi da vida a Humpty, el marido de Ginny. Al igual que Ginny, le ha costado rehacerse después de una caída. "Humpty es muy débil con las mujeres, y no puede estar solo", dice Belushi. "Perdió a las dos mujeres de su vida al mismo tiempo. Quedó destrozado y eso lo encaminó hacia una espiral de alcoholismo. Cuando Ginny aparece ella consigue sacarlo de ese abismo. Y ahora aunque él pegue gritos y siga haciendo de las suyas, es Ginny quien tiene el control, porque él sabe que no la puede perder. Si perdiese a Ginny, él moriría". Winslet cree que Ginny tampoco puede seguir viviendo sin Humpty. "No puede estar sola porque es demasiado vulnerable", dice Winslet. "Pero lo que más me gusta de Ginny es que sus momentos de fragilidad son muy ásperos y muy vivos. No se convierte en un personaje débil que se queda quieto en su silla. Es frágil pero siempre consigue superar todos los golpes que hay en el camino, tanto si tiene que saltar sobre ellos, sortearlos, o derribarlos, ella siempre seguirá adelante".
Ginny no es capaz de ayudar a Richie (Jack Gore), el hijo de su primer matrimonio, que ha empezado a portarse mal provocando incendios en la zona de Coney Island. "Es muy triste, porque de alguna manera Ginny siente que ha destrozado la vida de Richie, y realmente siente que es su culpa que sea un niño malhumorado y triste que provoca incendios. Noto que quiere hacer más por él, pero no sabe qué hacer. Está tan devorada por la culpa que siente por haber engañado a su padre, que ese hecho parece que la hace incapaz de ser una madre para él".
La rutina de la pareja se rompe con la llegada inesperada de la hija de Humpty, Carolina (Juno Temple), a quien Humpty no ha visto -ni tampoco hablado- desde hace cinco años. "Carolina era una muchacha que a nivel local era vista como una belleza", dice Allen. "En un momento, apareció un matón local que quiso deslumbrarla y la llevó a lugares adonde los otros muchachos no la podían llevar, al tiempo que le compraba pieles y joyas. Fue seducida por el glamour y acabaron casándose. Durante un tiempo lo pasaron bien estando juntos, pero finalmente las cosas comenzaron a estropearse en el matrimonio y acabaron por romper. Al cabo de poco tiempo el FBI se puso en contacto con ella y la amenazó, por lo que ella les contó cosas sobre los negocios de su exmarido. A partir de este momento, pasa a ser un blanco para su exmarido y sus esbirros, ya que sabe demasiado y quieren deshacerse de ella". Temple afirma: "Creo que Carolina es una criatura joven con un gran afán de conocer el mundo, que se vio arrollada por un mundo en el que todo parecía suceder deprisa, todo era maravilloso e interesante, un universo que la hizo sentirse glamourosa; se sintió atraída como una urraca a algo que brilla. Hay una fragilidad en ella que me parece mágica, pero también hay ingenuidad, lo cual resulta peligroso, puesto que le impide ver la oscuridad que su marido ha traído a su vida junto con el encanto".
Temiendo por su vida, y sin otro lugar al que ir, Carolina tiende la mano a Humpty, calculando que puesto que su marido sabe lo pésima que era la relación con su padre cree que la casa de éste será el último lugar en el que la buscaría. "No pienso que sea el plan más seguro, pero no creo que tenga muchas más opciones", dice Temple. "Pero quizás también sea el sentimiento subconsciente, o tal vez consciente, de que su padre la protegerá, ya que era la niña de sus ojos cuando era una pequeña. Creo que ella se entrega a este plan con la esperanza de que él volverá a acogerla, pero ella no tiene ni idea de la realidad en la que va a irrumpir y tampoco calcula las consecuencias que su reaparición tendrá para él. Creo que, dentro de su inocencia, ella siempre contempla el lado luminoso de la vida, y siempre mira hacia delante, no hacia atrás".
Aunque al principio Humpty está poco dispuesto a perdonar a Carolina, al poco tiempo se ablanda. "Con Carolina, Humpty tiene un amor mucho más rico, más profundo del que experimenta con Ginny", dice Belushi. "Cuando llega es como si se produjese una explosión, y de repente está de nuevo lleno de esperanza, de amor y de objetivos. Tiene una segunda oportunidad en la vida. A partir de ese momento, todo gira sobre ahorrar el dinero extra para que Carolina puede ir a la escuela nocturna y pueda aspirar a una vida mejor". A Ginny no le hace gracia esa reactivación pasional de Humpty. "Creo que se enfada con Humpty porque ve un lado de él que no había visto antes", dice Winslet. "Si Humpty puede sentir esa adoración por su hija, ¿por qué esa adoración nunca ha sido para Ginny? Nunca la ha idolatrado ni la ha venerado de la manera en que lo hace con Carolina. Humpty no necesita mucho para ser feliz. Cuando Carolina reaparece, de repente su pequeño mundo está completo, pero Ginny quiere mucho más".
La liberación de Ginny llega bajo la forma de Mickey (Justin Timberlake), un apuesto joven exmarinero que trabaja durante el verano como socorrista en la playa de Coney Island, mientras se prepara para conseguir su Master en Dramaturgia ese mismo otoño en la New York University. "El gran deseo de Mickey es llegar a ser dramaturgo", cuenta Timberlake. "Siente una gran admiración por todas las obras del teatro clásico. Debido a sus aspiraciones, le gusta observar, y medir la actividad del mundo que lo rodea. De algún manera creo que las personas a la que está observando se convertirán en personajes de una gran obra que escribirá algún día".
Mickey también es el narrador de Wonder Wheel. "Pienso que a medida que la película avanza, se empieza a poner en tela de juicio la fiabilidad de Mickey como narrador", dice Timberlake. "Ocurre que él ve con gran claridad a toda esas personas cuyas vidas están entrelazadas, también con la suya, de una manera muy específica. Lo que vemos es justo su visión. Como se suele decir, cada historia tiene tres lados: los dos lados de siempre, y luego está el lado de la verdad, que está probablemente en algún sitio en medio".
Una persona a la que Mickey presta atención especial es Ginny, a la que espía mientras camina de manera abandonada por la playa. Sintoniza inmediatamente con su melancolía dramática , melancolía que encuentra extrañamente atractiva. "Mickey es un romántico incurable, y como buen aspirante a dramaturgo, encuentra los defectos hermosos", dice Timberlake. "Por ejemplo esa noche en la que le dice a Ginny que hay algo trágico en ella, y pienso que para él es una especie de elogio, como, 'sí, y esto te hace increíblemente atractiva para mí'. Pero yo creo que se enamorado más de la tragedia de Ginny que de la propia Ginny. Le gusta que ella sea un peligro emocional". Dice Allen: "Mickey está enamorado del aura de la escritura, de la vida en un pueblo, de tener un romance con una mujer mayor, o incluso de la idea de llegar casarse con ella. Todo estas nociones románticas de un escritor que pugna por lograr un sitio le encantan, es alguien que tiende a idealizarlo todo. Yo no diría que esto es un defecto trágico; puede ser incluso un defecto simpático. La parte más triste de su vida es que probablemente no vaya a ser el autor que quiere ser. Mi pronóstico es que Mickey haga un par de tentativas, y tal vez produzca algunas cosas de interés medio, pero no está destinado a ser un Eurípides o un Eugene O'Neill".
Antes de conocer a Mickey, Ginny había llevado una vida sin grandes ambiciones, con algo de ayuda de pastillas contra el dolor de cabeza y un trago ocasional de una botella de whisky escondida bajo el fregadero: el encuentro con él lo pone todo patas arriba. "Una vez que tenga a Mickey en su vida, el gran volcán inactivo que es Ginny entra en erupción de nuevo", dice Winslet. "Mickey representa un mundo con el que ella había soñado en sus sueños más atrevidos. Él es una cosa verdadera, ella no se lo ha inventado: hacen el amor; le susurra dulces promesas; tienen encuentros bajo la pasarela mientras llueve; y le recita grandes naderías. Ella empieza a creer que tal vez puede tener otra vida, la que parece que Mickey le promete. Creo que realmente tiene momentos de esperanza muy auténticos".
Todo cambia después de que Ginny -sin ser consciente de las consecuencias- presenta a Mickey a Carolina y él queda prendado de ella al acto. "Mickey cree en el amor a primera vista, y se enamora intensamente de Carolina", dice Timberlake. "En el poco tiempo en que están juntos, a medida que ella se da a conocer, a medida que él se va enterando de cómo ha sido de ella, él se siente más fascinado con los riesgos que corrió ella siendo tan joven al enamorarse. Creo que eso le lleva a pensar, 'Ah fíjate. Somos más parecidos de lo que pensaba.'"
"Hay una pasión dentro de Mickey y creo que Carolina también la tiene", dice Temple. "Él es un artista y para ella él representa una nueva clase de encanto, que viene de los libros y de las obras de teatro y de las conversaciones sobre lugares remotos. Cuando recibe un libro de él surge algo en ella que es un nuevo entusiasmo, y le gusta que él la corteje. Creo que es un seductor muy bueno; ya lo ha hecho con Ginny y ahora lo hace con Carolina".
Cuando Ginny percibe el creciente encaprichamiento de Mickey con Carolina tiene una reacción interior bastante intensa. "No había experimentado grandes celos antes y creo que se siente sorprendida", dice Winslet. "Creo que realmente se siente consumida por ambos sentimientos: los propios celos y la sensación de que se está descentrando. Entonces los celos se encienden y acaba enloqueciendo. No hay otras palabras: acaba enloqueciendo".
Winslet encontró agotador dar vida a las oscilaciones de la personalidad voluble de Ginny. "Ella exigía tanto de mí que de un modo muy extraño era como si yo fuese el segundo violín y Ginny estuviese controlándolo todo", dice Winslet. "Hay cosas que son tan violentamente inestables dentro de ella que pensar en cómo actuaba y funcionaba era agotador. Casi me sentí atrapada en un modo de avión o de lucha. Era un teatro de 24 horas. Realmente sentí que tenía una batería dentro de mi en algún sitio y tenía que mantenerla cargada en todo momento. Pero de todos modos, no hay nada sobre la experiencia de hacer esta película - incluso el miedo y la tensión- que no me haya gustado. Me encantó ese sentimiento de sentirme completamente retorcida, desafiada, y desangrada. Ha sido el rodaje más estimulante en el que he participado en toda mi vida".
Hiciese lo que hiciese Winslet para desempeñar el papel, a Woody Allen le pareció que era un modelo de control ante la cámara. Si hacía falta un latido en una escena o una emoción en otra escena, o bien si le indicaba una corrección, al acto me entregaba exactamente lo que le había pedido, de una manera profunda", dice Allen. "Era asombroso. Le dije que era como tener una arma nuclear a mi disposición.
Podría hacer cualquier cosa y lo hacía rápidamente y de manera espléndida. Todo lo que había que hacer era ser claro con ella sobre lo que quería, y ya lo tenía. La mayor parte del tiempo, ni siquiera hizo falta que le explicase lo que quería: había leído el guión y lo sabía. Si tenía alguna pregunta, me las planteaba. No iba a interferir con lo que hace que Kate Winslet sea grande, a menos que me viese forzado". Kate Winslet añade: "Si una escena no iba bien Woody decía, 'Alto, tenemos que arreglar esto' y luego decía, 'Ahora cómo consigo dirigirte para salir de este agujero que he escrito yo mismo?' Nos reíamos y luego encontrábamos una manera de solucionarlo".
Woody Allen ve a Justin Timberlake como a las viejas estrellas de Hollywood, en el mejor sentido. "Si estuviésemos en los años 30, o los 40, o en los 50, habría estado a la misma altura que Gable y Bogart", dice Allen. "Ese hubiese sido su sitio. Siempre que pones la cámara sobre él la pantalla se ilumina. Justin lo tiene todo. Es un actor de primera clase y es completamente creíble como socorrista y rompecorazones de mujeres en la playa". Para Timberlake también ha sido un placer trabajar con Woody Allen. "Woody tiene su propio método", dice Timberlake. "Es rápido y es un método que ofrece poca protección. Hace tomas muy largas y sueles tener entre dos y cinco tomas en cada secuencia. Al principio realmente intimidaba, pero, al cabo de poco tiempo me pareció una liberación, y lo vi como más divertido, porque no tenía que preocuparme con encajar con lo que había hecho antes. Y esto hizo que fuese descubriendo cosas. Me sentí como si estuviese actuando en una obra de teatro con un grupo de actores magníficos trabajando conmigo".
Allen vio por primera vez a Jim Belushi en la película ¿Qué pasó anoche? de 1986, dirigida por Ed Zwick. "Pensé '¿Quién es ese tipo?'" dice Allen. "'Es un actor muy bueno, todo lo fuerte que se puede ser en la pantalla y sabe ser emotivo. Pensé, 'Tal vez algún día le llamaré'. Saltamos unos treinta unos años y pienso, '¿Quién sería perfecto para Humpty?' y le pedí que se incorporase. Después de cinco minutos con él ya sabía que iba a ser un Humpty maravilloso. Creo que va sorprender a mucha gente con esto. Creo que van a sorprenderse de descubrir qué gran actor es, tan lleno de la emoción, de realidad y de sentimiento". Belushi añade: "Woody Allen te deja mucho espacio. Trabajé durante tres meses antes del rodaje, memorizando cada coma del guión, pero cuando me puse ante la cámara me dijo, 'Esas son las palabras de un escritor. Haz lo que quieras para que sean tus propias palabras. Al final, sólo cambié unas cosas aquí y allá, pero era encantador trabajar con él, y es una persona muy graciosa".
Allen pensó en muchas actrices para el papel de Carolina, pero no podía encontrar a alguien que tuviese lo que estaba buscando hasta que la directora de casting Patricia DiCerto le trajo una grabación de la actriz británica Juno Temple. "Juno me llegó de una manera fantástica", dice Allen. "Es una actriz muy real y muy conmovedora y tenía todos los elementos para dar vida al personaje. En primer lugar, era bonita y lo bastante atractiva para llamar la atención en una situación real, sin llegar a ser una de esas bellezas llenas de glamour de Hollywood como Marilyn Monroe, de las que no resulta creíble que tengan problemas en Coney Island o en cualquier otro sitio. En segundo lugar, no se la percibe como sofisticada. Estoy seguro de que Juno puede interpretar papeles del repertorio del teatro de cualquier obra maestra clásica, no obstante aquí es capaz de interpretar a una mujer de clase baja de Coney Island". Al igual que sus compañeros de reparto, Temple reconoció la visión tan personal y singular que tiene Woody Allen sobre la dirección. "Woody Allen no suministra una cantidad enorme de información, pero cuando lo hace es muy profundo y pertinente", dice. "Las escenas largas y fluidas que hicimos se coreografiaron como si fuesen bailes con diálogo, y era muy específico sobre dónde quiere que la gente esté debido a su situación dentro del plano. A veces solo quería que alguien moviese un pie a la izquierda para un cierto tipo de iluminación". Temple dice que había gran camaradería entre los actores durante el rodaje: "Todos estábamos en el mismo barco, deseando hacer todo lo posible con este material maravilloso y también realmente hacer lo posible para apoyar a los demás. Repasábamos diálogos juntos entre tomas y a veces por las tardes, y así nos orientábamos el uno al otro de esta manera. Cuando confías en tus compañeros intérpretes entonces eres capaz de entregar todo lo que llevas dentro, y sentí que todos lo hicimos".
Wonder Wheel es la segunda vez en que Woody Allen ha colaborado con el galardonado fotógrafo Vittorio Storaro, después de Café Society. "Vittorio es una aportación principal y un camarógrafo genial, y siempre tiene alguna idea para lo que hemos decidido", dice Allen. "Es un placer trabajar con alguien que hace una contribución artística de tal magnitud al proyecto". Mientras que en Café Society Storaro usó el color para diferenciar el aspecto de Nueva York y el de Hollywood, en esta película le propuso a Allen un diseño visual total que asocia una variedad de color contrastante a cada uno de los dos personajes femeninos principales. "Creo que la luz y el color pueden ser usados del mismo modo en que las notas en la música o las palabras en la escritura", dice Storaro. "Existe una fisiología del color, es decir que un color muy caliente levanta el metabolismo o la tensión arterial en nuestro organismo y un color muy frío lo baja. Por tanto conecté todas las longitudes de onda más calientes, amarillas, naranja, rojo, con Ginny, y visualicé a Carolina en la longitud de onda específica del azul claro. Así los dos colores se convierten en dos personajes, y Mickey está en medio, y refleja la tonalidad de la que tiene cerca". Estos tratamientos del color no se utilizaron de un modo únicamente abstracto, sino que siempre tenían que reflejar de una manera realista los sitios y momentos en los cuales los personajes se encuentran. "Ginny a menudo aparece en 'el momento de la puesta del sol', cuando las tonalidades calientes del rojo/naranja del sol representan simbólicamente su vinculación con el pasado", dice Storaro. "Como Carolina se vincula con el futuro, vive principalmente en el azul de la 'hora mágica', el tiempo entre la puesta del sol y la aparición de la luna". El ejemplo más llamativo es dentro del piso de la familia, que está muy cerca de la noria, y esa noria proyecta luces rojas y azules muy saturadas sobre los personajes. "Lo que intentábamos hacer con esta película era crear un drama teatral", dice Allen. "Ellos viven con el tumulto justo fuera de su ventana, incluso hay tiroteos en el mismo edificio, y luces que cambian el color de su piso todo el tiempo. Quise que esto tuviera un destello poético y teatral, pero que retuviera el realismo, por ello se implica con los caracteres y es cuidadoso con la historia. Pero los colores cambian en medio de las escenas para subrayar la tragedia teatral que subyace en la historia".
Storaro también encontró una inspiración visual en los cuadros de Coney Island del artista/fotógrafo Reginald Marsh, así como en el trabajo de Norman Rockwell. "Rockwell presentaba un tipo de vida positivo de los Estados Unidos de los años 50", dice Storaro. "Que en realidad era una superficie. Se puede tener esa misma sensación cuando se llega a Coney Island, pero cuando examinas con mayor detenimiento y entras en la vida de los personajes de la familia de esta historia, encontramos algo completamente diferente. Es un gran referente a la hora de mostrar esa clase de conflicto: qué mostraba la superficie de esta gente y qué había en su interior". Igualmente, "Coney Island Washboard", la canción de los Mills Brothers que suena a menudo durante Wonder Wheel, desempeña un papel similar, como un contrapunto. "Coney Island siempre es vista de esa modo: enérgico y animado", dice Allen. "Pero es irónico, ya que esto no es lo que le está ocurriendo a los personajes".
La idea de Allen para el piso de Humpty y Ginny consistía en que viviesen en el corazón del parque de atracciones, sin manera de huir del alboroto y de las luces con parpadeo. Santo Loquasto, el diseñador de producción, encontró una localización en el primer piso de un edificio en Nyack, Nueva York: Esa localización les gustó a Woody Allen y a Vittorio Storaro, pero finalmente decidieron que sería más práctico para Loquasto construir algo similar en los estudios Silvercup en Long Island City, Nueva York. "El tipo de espacio es muy vulnerable y está lleno de ventanas", dice Loquasto. "Es un espacio voyeuristíco desde el cual no hay escapatoria del parque. La cocina casi parece un loft de primera generación, es un ámbito que se impone al espacio. Todavía hay parte de una taquilla. En un principio mi idea era que fuese un espacio que había tenido muchos usos y vidas anteriores, que tal vez había sido parte de las oficinas del parque, y que luego había sido transformado en vivienda para empleados. Del techo cuelgan unas señales que parecen indicar que el lugar también había sido salón de baile".
Aparte del conjunto del piso, el resto de la película se rodó en localizaciones naturales en Coney Island y en otra parte de Nueva York. Loquasto encontró la mayor parte de sus referencias históricas en vario libros, en la Historical Society for Coney Island, así como en internet. "Utilizamos sitios que existían en esos tiempos pero los vestíamos tal como aparecían en las fotografías de la época", dice Loquasto. "Aunque no rodásemos en estudios, tuvimos que hacer bastante construcción. Construimos muchos escaparates que colocábamos delante de otros escaparates para que se viesen las fachadas de la época". En el parque de atracciones de Coney Island, Loquasto y su equipo cambiaron muchas señales modernas y cubrieron las fachadas de las atracciones con lonas impresas gigantescas. "Con la gente de pie vestida con ropa de la época, resulta bastante convincente", dice Loquasto. Ruby's Clam House, donde Ginny y Carolina trabajan, en la actualidad es un restaurante en la pasarela que se llama Ruby's Bar & Grill. "Tenían unas fotos maravillosas, y las utilizamos, con material que ya teníamos, para devolverle el aspecto que había tenido en los años 50", dice Loquasto. Entre las otras localizaciones destacadas podemos mencionar: The Freak Bar, el bar del vestíbulo del Freak Show de Coney Island, donde Ginny y Mickey hablan por primera vez; Capri' Pizzeria, cuyo interior es el Sam's on Court Street, en Cobble Hill, Brooklyn; Carvel at Playland, en Rye, Nueva York; y el New York Chinese Scholar's Garden en Snugh Harbour, Staten Island.
La diseñadora de vestuario Suzy Benzinger tuvo que conseguir miles de prendas para los extras. La mayoría era ropa de esa época original comprada por internet o alquilada, y el resto se tuvo que hacer. "Cada persona que vemos en esa playa lleva tres sacas de ropa", dice. "Quisimos que hubiese mucha ropa en la playa, colgando de los parasoles, porque mucha gente no se podía permitir los diez centavos que costaba cambiarse en los servicios, por lo que se cambiaban en la playa". Sin embargo, no era fácil meter esos cuerpos femeninos actuales, salidos de gimnasios, en los bañadores y los vestidos de los 50. "En aquel tiempo la proporción entre cintura y cadera era realmente drástica", dice Benzinger. "Hoy en día la musculatura femenina es diferente, las mujeres son un poco más cuadradas". Benzinger tuvo que poner faja a las extras para que tuviesen la silueta correcta para poder llevar la ropa de los años 50. "Nos miraron como si las fuésemos a torturar, y les tuve que decir más de una vez 'Chicas, esto es lo que llevaban'". La única excepción fue Kate Winslet. "Me dijo, 'no vas a tener que hacerlo conmigo. Esas son mis medidas, estoy hecha para otra época'. Y es verdad. Podía coger ropa auténtica de los años 50 y cuando se la ponía encajaba a la perfección". A Juno Temple también le sienta bien la moda de los años 50. "Tiene una silueta con mucha curva", dice Benzinger. "Aunque tiene una cintura estrecha, le pusimos una faja para aumentar el efecto".
Benzinger hizo que los conjuntos que llevase Winslet fuesen muy sencillos. "Ella tiene un estilo muy abrochado", dice Benzinger. "Kate y yo sentimos que Ginny quiere evitar que su marido sospeche que ella tiene un romance, por lo tanto siempre lleva la misma ropa. La única cosa nosotros hicimos fue que su ropa interior fuese un poquito mejor a medida que avanza la película. Es posible que el público no lo advierta, pero es una ayuda para la actriz".
El mayor desafío de vestuario para Benzinger fue el uniforme de socorrista de Justin Timberlake. "Yo buscaba y buscaba una foto", dice Benzinger. "Conozco a un individuo genial al que le suelo comprar fotografías, y tenía dos fotos malas -con mucho grano- de los socorristas de Coney Island". Benzinger de consiguió dar con un ejemplar de la revista Esquire de 1949 en el que aparecía una entrevista con el jefe de socorristas, Marty Alvin. Consiguió dar con él -vive en Florida- y él le envió un álbum con fotos viejas en blanco y negro, junto a una descripción de los colores. "Los originales eran en punto de lana áspera, pero pensé, 'Justin me matará si intento que se ponga lana, por lo que hicimos una mezcla de lana y rayon para que no fuese tan áspero y no picase. Creo que al principio no le gustó mucho, pero como tiene un físico magnífico no tiene porqué preocuparse. ¡Le quedaba muy bien!"
La espectacular recreación óptica de la playa de Coney Island, que en los años 50 estaba abarrotada, contó con ayuda digital. Brainstorm Digital, el equipo de efectos especiales, hizo una contribución incalculable. Todo la pasarela de la playa, incluyendo los edificios, los puestos de comida, las taquillas y todas las atracciones de la época fueron recreadas mediante efectos visuales de realismo fotográfico. La gran noria, la Wonder Wheel, que se ve en el primer plano que en el que aparece Carolina en la película, la que se ve desde el piso de la familia, fue creada enteramente por Brainstorm Digital, al igual que una visión de 270 ° de The Cyclone, el salto del paracaídas, los edificios, las señales, los árboles, la playa, el mar y el cielo. Los artistas visuales no solo tuvieron que crear esa ilusión, también tuvieron que atender las indicaciones sobre iluminación de Storaro. "Vittorio trabaja con un reducción de la difusión muy elaborada durante el rodaje, y cambia la luz de manera muy meticulosa", dice el supervisor de efectos visuales y productor Richard Friedlander, que trabajó también durante el rodaje. "Para mí el trabajo de Vittorio es como una forma de pintura dinámica hecha con color y luz, y durante la postproducción tuvimos que conseguir que nuestros efetos visules encajasen con su creatividad". Eran Dinur, supervisor de efectos visual dice: "Creo que todos los miembros del equipo coincidirían en que ha sido nuestro mayor desafío hasta la fecha, no solo por la complejidad de la iluminación y la fotografía, sino también porque la cámara está constantemente en movimiento, cambia de perspectiva, sentido, lente y tamaño del objetivo". Además, puesto que a Woody Allen le gustan las tomas largas, los planos en Wonder Wheel son bastante más largos de lo que suelen serlo en una película convencional. "En lugar de planos de 150 fotogramas, la duración de los planos de efectos visuales iba desde los 2000 hasta los 5000 fotogramas", dice el productor de efectos visuales Glen Allen.
La película se llama Wonder Wheel debido a esa atracción del parque de Coney Island, siempre visible desde la casa familiar; sin embargo el título también tiene un sentido metafórico. "Los personajes siguen las mismas conductas de manera permanente", dice Belushi. "Aunque Humpty quiere cambiar, aunque Ginny quiere cambiar, siguen comportándose de la misma manera. Es como un círculo vicioso de sus vidas y su dependencia mutua, y no consiguen escapar de ese patrón". Woody Allen añade: "Lo cierto es que probablemente podemos extrapolar una especie de símbolo de la vida de cualquier atracción del parque. Puedes estar en la noria, dando vueltas sin cesar a medida que la vida sigue su camino sin ningún sentido, o montar en un tiovivo tratando de agarrar ese anillo de cobre que nunca conseguiremos atrapar, o bien estamos en la montaña rusa. Eso da la idea. La vista desde la noria, desde la Wonder Wheel, es magnífica, pero desde ahí no se va a ninguna parte. Tiene un elemento romántico, y un elemento de belleza, pero, en el fondo, también un elemento de inutilidad".