La película "Rebelde entre el centeno" forma parte de la cartelera de películas presentadas durante el Festival de Cine de Sundance. Dirigida y escrita por Danny Strong.
Danny Strong (cocreador de la serie Empire) debuta como director con este biopic que también ha adaptado, basándose en la biografía escrita por Kenneth Slawenski. Lo protagonizan Nicholas Hoult (X-Men: Apocalypse) en la piel de Salinger y Kevin Spacey (la serie House of Cards) como su mentor Whit Burnett Burnett. Completan el reparto Laura Dern (Alma salvaje), Hope Davis (la serie The Newsroom) y Brian d'Arcy James (Spotlight).
Nota del director
La primera experiencia de Strong con Salinger fue a los 14 años, cuando leyó El guardián entre el centeno. "Era la primera vez que leía algo que reflejaba exactamente como me sentía", recuerda. "La voz del personaje me parecía tan real y llena de verdad que no se podía comparar con ningún otro libro. Además, fue el libro más divertido que había leído hasta el momento. Quizá todavía lo sea". La historia y el autor le acompañaron a lo largo de los años, hasta que por fin pudo adquirir los derechos del libro de Kenneth Slawenski J.D. Salinger: Una vida oculta, una biografía del famoso y esquivo autor convertido en un icono norteamericano. "Me apoyé en muchas de las experiencias de Salinger como escritor: al tratar de encontrar una idea, al usar tu propia vida como inspiración, al lidiar con el rechazo, al tomar notas y en la forma en que la escritura afecta a tu vida personal", comenta Strong, refiriéndose al proceso de adaptar el libro al formato de guión cinematográfico. "Existen numerosas experiencias universales que tienen muchos escritores al contar su historia. Pero a la vez, los acontecimientos de su vida eran extremadamente dramáticos y únicos". Strong unió esfuerzos con Jason Shuman para producir el filme, quien ya estaba al corriente del proyecto durante la escritura del guión. "Me moría de ganas de leerlo y ver como podríamos hacer la película", admite Shuman, así que juntos fueron a hablar con los productores Bruce Cohen (American Beauty, Mi nombre es Harvey Milk, El lado bueno de las cosas) y Black Label Media, capitaneada por Molly Smith, Trent Luckinbill y Thad Luckinbill. Black Label Media (Sicario, Demolición, La La Land) se puso inmediatamente manos a la obra para asegurar la financiación y lanzarse de cabeza al proceso de cásting.
El cásting de la película
Conocido por su carácter reclusivo y enigmático, REBELDE ENTRE EL CENTENO presenta a Salinger como un veinteañero lleno de inquietudes y encanto. En esa etapa, sus esfuerzos se centraban en encontrar su lugar en la escena literaria de la ciudad de Nueva York, pero aun así él es vital, extrovertido y sin miedo alguno. A medida que el personaje de Salinger se hace mayor, se deberá enfrentar a los horrores de la Segunda Guerra Mundial, un acontecimiento que tendría un gran impacto en su carrera literaria, así como en su calidad de vida en general. Al adaptar la biografía de Slawenski a la pantalla, Strong llegó a comprender como todo lo que fue sucediendo en la vida de Salinger (tanto lo bueno como lo malo) influyó en su proceso creativo y dio forma al cuerpo de su obra. "Estaba buscando a alguien que exudara brillantez, y Nicholas Hoult era el joven genio que esperaba encontrar para dar vida al personaje", afirma Strong, quien quiso mostrar al público la faceta rebelde y airada de Salinger, y como esta contribuyó a su obra.
Los productores coincidieron en que Nicholas Hoult era la elección adecuada, después de revisar sus trabajos anteriores y de probar algunos actores más. "En su breve carrera, Nick ya ha demostrado una tremenda versatilidad", comenta Shuman. "Realmente personifica el espíritu de J.D. Salinger: es encantador, es sarcástico, es brillante. Nick era con gran diferencia la mejor y más clara elección", añade Thad Luckinbill. "Se mostró muy apasionado y comprometido con este papel".
Hay muy pocas fotos de Salinger y algunas biografías, pero no se dispone de ninguna imagen de vídeo. Aunque en cierto modo podía representar un reto, la falta de información conocida acerca de Salinger también proporcionó a Hoult la libertad de crear su propia visión del personaje a partir de las biografías que leyó, así como del propio guión. A pesar de que Hoult ya era un fan de la obra de Salinger antes de incorporarse al proyecto, la preparación del papel supuso una dura tarea. "Dar vida a alguien que existió de verdad con intensidad y pasión, y que además resulta que fue una persona que destacó enormemente en su profesión, es algo excelente pero también es algo que impone mucho respeto", confiesa Hoult. "Era una persona implacable y sin piedad con las personas que no estaban de acuerdo con él o no querían ayudarle".
Tras ser expulsado de varias escuelas y con numerosas dudas sobre su posición como escritor, Salinger se matricula en la universidad Columbia y conoce a Whit Burnett, un profesor que le comprende inmediatamente y le ayuda a reorientar su energía hacia algo productivo. Strong describe el personaje de Whit Burnett y la decisión de elegir a Kevin Spacey para interpretarlo: "La historia entre Whit y Jerry Salinger es tan fascinante -el interés que puso y el amor que le dio- que cuando recopilas toda la historia te das cuenta de que no hay mejor actor para retratarle que Kevin Spacey", explica. "Puede interpretar a un hombre duro pero también es capaz de hacerlo con sinceridad y pasión genuina". Y aunque Whit es en muchos modos un personaje grandioso, también sabe a dónde no ha llegado. "Spacey es capaz de trasladar esa bravuconería al papel, aunque también puede hacerlo al revés y empequeñecerse hasta tener todo tipo de arrepentimientos sobre su vida", dice Shuman. "Es maravilloso ver a Kevin expresar este espectro interpretativo en un papel secundario".
Whit es uno de los que más contribuyó a dar forma a la voz de J.D. y de que éste iniciara su carrera como escritor. Sin embargo, quien le dio el gran impulso fue su agente, Dorothy Olding. Al igual que Salinger, Olding era una persona avanzada a sus tiempos en muchos aspectos: dirigía una empresa en los años 40, en un mundo editorial dominado por los hombres. Fue una decisión casi unánime que la dinámica actriz Sarah Paulson fuera la persona perfecta para la intensidad de ese papel. "Tuvimos suerte de encontrar a Sarah", expresa Strong. "Ella aporta al personaje el coraje necesario, sin restarle mérito ni protagonismo a nadie." Shuman se suma a los elogios añadiendo: "Es perfecta: su aspecto, sus movimientos, como interactuó con Nick y Kevin para dar vida al personaje fue simplemente genial".
Aunque Salinger tiene aventuras amorosas con varias mujeres distintas a lo largo de la película, la relación que más le afecta es la que mantiene con su primer amor, Oona O’Neill (Zoey Deutch). "Fue algo más serio de lo esperado, una relación tumultuosa en la que ella le rompió el corazón", explica Hoult. O’Neill, la joven y bella hija del famoso dramaturgo Eugene O’Neill, se veía con otros hombres en la época en que Salinger la conoció y se enamoró de ella. Salinger espera volver a casa con ella al regresar de la guerra, pero en lugar de eso se encuentra con que, durante su ausencia, ella se ha casado con el popular actor Charlie Chaplin. A pesar de que tendrá otras relaciones posteriores, Salinger queda profundamente afectado por la traición de Oona e incorpora este desengaño a su obra. Thad Luckinbill describe la decisión de seleccionar a Zoey para el papel alegando que "Zoey es fantástica y una grandísima joven actriz. Tuve suerte de estar en una de las sesiones de cásting y la pude ver leyendo e interpretando el papel. Y lo hacía fenomenal. Sencillamente saca a relucir esa vieja Nueva York que hace tiempo que teníamos olvidada. Que una chica tan joven consiga eso es realmente asombroso".
Otra relación tumultuosa que aporta contenido a la obra de Salinger es la que mantuvo con su padre, Sol, interpretado por Victor Garber. Sol es muy estricto con Salinger y le cuesta asimilar la decisión de su hijo de ser escritor. Esta relación se altera y complica con el tiempo, y Garber es capaz de bordar tanto el papel como su actitud en la relación con su hijo. "Victor realizó un fantástico trabajo dando al personaje el equilibrio que necesitaba. Sol hace a Salinger muy infeliz en ciertos aspectos, pero Victor fue capaz de mantenerle alejado de parecer un padre malévolo. En lugar de eso logró demostrar que se preocupaba por su hijo y que no era mala persona", reconoce Hoult. "La compleja pero interesante evolución que se da en su relación me parece una de las cosas más intrigantes de toda la película", añade Strong. "Garber le da al personaje un inmediato aire de figura autoritaria. Se siente su presencia aunque no esté diciendo nada. En pantalla manda él".
A pesar de que Salinger se esfuerza por poder mirar a su padre a la cara, con quien sí tiene un fuerte vínculo y una relación realmente estrecha es con su madre, Miriam (Hope Davis). "El personaje de Miriam es en gran parte el corazón de la película, en tanto que es esa relación de madre e hijo que mantiene firmes los cimientos de Jerry durante toda su vida", apunta Strong. "Ella le respaldaba completamente en su afán por convertirse en un gran escritor, incluso durante la guerra, y nunca dejó de hacerle lado. Es reconfortante ver esta conexión a lo largo de todos sus altibajos, en la tragedia de la vida de Jerry".
A la hora de seleccionar los actores para los papeles más breves de la película, Danny Strong escudriñó su red de contactos de teatro de Nueva York en busca de talento local. "Una vez confirmado que rodábamos en Nueva York, Danny quiso aprovechar la riqueza de actores que hay en la ciudad, así que contactó con los que conocía y admiraba", recuerda Shuman. "Iban llegando al cásting uno tras otro y todos interpretaban sus escenas impecablemente, lo cual me pareció extraordinario. Vi que aquello le iba a dar una gran autenticidad a la película".
Localizaciones, set de rodaje y vestuario
Aunque la película está ambientada hace muchos años, Danny y el equipo creativo quisieron asegurarse de que el filme no quedaba etiquetado como una película de época. Strong señala: "Nuestro objetivo era establecer el marco temporal, pero a la vez darle a la historia un cariz atemporal. Quisimos seguir siendo auténticos, pero al mismo tiempo enfatizar que el mensaje de la película puede ser acerca de cualquier escritor, de cualquier época o en cualquier lugar". Aunque rodar en Nueva York puede tener sus contratiempos, el equipo de producción sabía que era fundamental lograr la autenticidad deseada. Strong señala: "Me inspiró en gran medida la fotografía de Saul Leiter y la forma en que captura el aislamiento personal en el laberinto humano que es la ciudad de Nueva York". Dina Goldman se incorporó al proyecto para diseñar el set. Lo primero que hizo fue buscar fotos de los años 30, 40 y 50 y desplazarse a localizaciones de Nueva York -Manhattan, Brooklyn, Staten Island y la región norte- donde después se terminaría rodando. Inspirándose en fotos de la casa neoyorquina en que vivió Salinger, así como de la casa del escritor en New Hampshire, Goldman pudo transformar una casa de Brooklyn en el domicilio familiar de los Salinger y crear una estructura de madera que se convirtió en el estudio de escritura de Salinger en New Hampshire. Goldman describe el proceso "como todo en la película, la investigación realizada previamente fue un extraordinario punto de partida para el filme. Tomamos la decisión de no esclavizarnos a copiar algo hasta el mínimo detalle porque la película no va de eso".
Un ejemplo de la licencia artística que se tomaron fue la recreación del histórico Stork Club, una parte esencial del set, tanto en la película como en la historia de Salinger. Es un lugar que frecuentaba y también donde conoció a Oona O’Neill. A pesar de que también hubo un gran trabajo de documentación sobre el club, en lugar de intentar recrearlo idénticamente, el equipo encontró un espacio único e interesante que conservaba la esencia del Stork Club. "Se ve más elegante, y muy del Upper East Side. Todas las cosas están conectadas con lo que era el Stork Club, pero son nuestra propia versión, para que encajen más en nuestra historia", explica Goldman. Para crear el ambiente ideal, tanto ella como su equipo tuvieron que quitar todo tipo de elementos urbanísticos, desde señales de tráfico y placas de calles hasta parquímetros, pasando por farolas gigantes, pero lo supieron hacer muy bien y fueron capaces de mantener la autenticidad de la historia. "Siempre pienso que para considerar que mi trabajo está bien hecho, tiene que pasar desapercibido. Tiene que dar la sensación de credibilidad", añade Goldman.
El equipo utilizó un método similar a la hora de recrear la sede de la respetada publicación The New Yorker. Aunque desde la revista les mandaron fotos de la redacción en aquella época, las salas eran todas blancas, tenía un interiorismo que no era apto para el rodaje. Así que terminaron por elegir el National Arts Club. Y aunque era mucho más lujoso que las estancias del New Yorker, las maderas trabajadas, los grandes ventanales y el resto de los elementos, de mayores dimensiones, se ajustaban más a lo que estábamos buscando.
Las escenas de la Segunda Guerra Mundial se rodaron todas en Staten Island, lo cual es especialmente impresionante dada la gran cantidad de escenas que se ubican en aquel ámbito. Aquí el equipo fue capaz de recrear todos los elementos, desde los barracones del ejército hasta los comedores, pasando por una gran escena de batalla (filmada en un campamento de la YMCA) que transcurre durante unos días y en el mismo lugar.
Otro elemento crítico implicado en la preservación de la autenticidad de aquel periodo fue el vestuario, y el encargado de crear la ropa de todas las épocas del filme fue la ganadora de un Oscar Deb Scott. "Lo más impresionante de Deb es que cuida hasta el más mínimo detalle del vestuario, y no solamente en el de los protagonistas", dice Shuman. "Se preocupa incluso de los detalles de fondo y de los extras, sin importarle lo cerca o lejos que se encuentren de la cámara. Está obsesionada con que cada elemento que aparezca en pantalla se vea auténtico. Solo por esto ya se hace querer".
El proceso creativo
Uno de los aspectos únicos de la realización de esta película es la conexión entre el equipo técnico y el artístico. Aunque la cinta da al espectador una muestra de J.D. Salinger y su vida -relaciones, éxitos y tragedias-, es en última instancia la historia de un artista que lucha por la integridad y la verdad de su trabajo. Comenzando por Danny Strong, los que se implicaron en el proyecto tienen muy claro lo difícil que es el proceso creativo y los sacrificios que hay que hacer para comprometerse con el arte".
"Danny ha sido un actor prolífico durante muchos años y empezó a escribir sus propios guiones, así que la historia de alguien que crea una de las mejores obras artísticas del siglo XX parecía una historia que Danny, no solo entendería, sino que además le aportaría sus propias pasiones y enfoque particular", comenta Shuman.
A todo esto, Strong añade "Espero que este largometraje inspire a futuros artistas de este tipo, porque la película trata de crear grandes obras de arte, y este arte puede ser en cualquier forma. Espero que la gente se inspire a salir y se proponga ser el nuevo Salinger, en cualquiera que sea el terreno que elijan". Sobre los retos que se encontró en la dirección de su ópera prima, Strong confiesa que "todo era un desafío. Es lo más duro (y recompensante a la vez) que he hecho creativamente hablando".