Después de conseguir el premio al mejor director por La llave de Sarah en el Festival Internacional de Cine de Tokyo, el director francés Gilles Paquet-Brenne vuelve con la adaptación cinematográfica de la enigmática novela homónima de Agatha Christie. "LA CASA TORCIDA" está protagonizada por la ganadora de dos Globos de Oro y tres premios Emmy Glenn Close, la detective del fenómeno televisivo "Expediente X" Gillian Anderson, Christina Hendricks ("Mad Men"), Max Irons (The Host) y Stefanie Martini ("Doctor Thorne").
"LA CASA TORCIDA" presenta una intrigante trama coral que sitúa la historia en una mansión en la que conviven tres generaciones de la misma familia, y en la que la muerte del patriarca en extrañas circunstancias sirve de detonante para esta historia llena de misterios y entresijos.
Un misterio con el sello de Agatha Christie
Durante el siglo pasado se vendieron más de dos mil millones de copias de los libros y relatos de Agatha Christie, la novelista más vendida de todos los tiempos. Las obras de la escritora británica, reconocida por sus ingeniosas historias de detectives, se han llevado a la pequeña pantalla en múltiples ocasiones, a través de historias protagonizadas frecuentemente por sus conocidísimos investigadores Hércules Poirot y la Señorita Marple. Dada su enorme popularidad, resulta curioso que Christie no haya calado tanto en el cine, y el productor Joe Abrams, de Brilliant Films, se dio buena cuenta de ello.
"Llevábamos años sin ver una buena adaptación cinematográfica de una obra de Christie y ya iba a haciendo falta". Se sumergió en el catálogo de la escritora en colaboración con la productora Sally Wood, releyéndose las 66 novelas que no se habían llevado a la pantalla. "Los dos escribimos en un papel la obra que habíamos elegido", comenta. Resulta que ambos habían seleccionado el mismo libro: La casa torcida.
La casa torcida se publicó en 1949 y Christie la definió como una de sus novelas favoritas. "Me pareció interesante estudiar a fondo una familia", comentaba en 1972. Mathew Prichard, nieto de la escritora y antiguo presidente de Agatha Christie Ltd, comenta:"Creo que quedó bastante contenta con la estructura, el estilo, la originalidad y algunos de los elementos narrativos".
La historia se centra en la investigación de la muerte del multimillonario Aristide Leonides por parte del detective Charles Hayward, contratado por Sophia, la nieta del difunto. Al llegar a la residencia de los Leonides, Charles, que mantuvo una relación con Sophia cuando trabajaba de diplomático en El Cairo, conoce a los miembros de la "despiadada" familia, como los llama ella. "Es una historia con mucho gancho", comenta Abrams. "En la que el peso narrativo recae sobre un joven detective y una mujer con la que ha tenido una relación y quien podría ser tanto sospechosa como próxima víctima".
Cuesta creer que La casa torcida no goce del mismo renombre que algunas de las novelas más conocidas de Christie, como Muerte en el Nilo o Asesinato en el Orient Express. Quizá el inesperado final tenga que ver con que nunca se haya adaptado para cine o televisión: es tan sorprendente que los editores incluso pidieron a la escritora que lo cambiara. "Tiene todos los ingredientes característicos de Christie, pero la autora se supera con el giro final", comenta la productora Sally Wood, quien había trabajado anteriormente con la familia Christie en el sector editorial y como miembro de la junta de Agatha Christie Ltd.
Abrams y Wood se pusieron manos a la obra para llevar este clásico de Christie a la gran pantalla. En primer lugar, hablaron con la familia de la autora, a través de su nieto Mathew Prichard, entonces presidente de Agatha Christie Ltd., para comprar los derechos de La casa torcida.
"Ambas partes le dábamos muchísima importancia a ser fiel a la novela original", comenta Abrams. "Se han dado casos en los que la gente se ha gastado una millonada en comprar derechos y al ponerse a escribir el guion deciden cambiar algo. Seis meses más tarde y después de derrochar mucho dinero, se dan cuenta de por qué Agatha Christie era una maestra del misterio. Si cambias uno de los elementos, el argumento no se sostiene. Las cosas están como están por algo. ¡Ella lo pensaba todo a fondo!".
Tal y como apunta Mathew Prichard, una buena adaptación de las novelas de su abuela se basa en la "fidelidad" y la "sencillez". "Creo que los guiones que mejor han adaptado las obras de Agatha Christie han sido los más sencillos, los que se han pegado bastante a la historia que había hilado mi abuela. No lo digo por motivos tradicionales ni históricos, sino porque creo que es mejor no alejarse de una trama desarrollada por alguien que era una narradora estupenda".
Dar con un guionista que estuviera a la altura de la inteligencia y el ingenio de Christie no fue fácil, pero los productores están muy contentos con el resultado final. Los primeros borradores fueron obra del oscarizado guionista Julian Fellowes. "Me encanta su trabajo, especialmente Gosford Park. Tiene muy buena mano para este tipo de material", apunta Abrams. "Suyos fueron los primeros borradores". No obstante, dado el enorme éxito de su serie Downton Abbey, Fellowes tuvo que abandonar La casa torcida y el guionista Tim Rose Price (El beso de la serpiente) recogió el testigo.
Con la adaptación encarrilada, Abrams, Wood y el productor James Spring (Fred Films), que había trabajado anteriormente con Abrams en Una familia con clase (2008) basada en la novela de Noël Coward, empezaron a barajar nombres de directores. Uno de los primeros que les vino a la cabeza fue el realizador francés Gilles Paquet-Brenner, puesto que Spring, Abrams y Wood habían quedado impresionados por La llave de Sarah (2010), película por la que la protagonista Kristin Scott Thomas fue nominada a mejor actriz en los premios César.
Paquet-Brenner recibió el guion en 2015 cuando estaba terminado el thriller Lugares oscuros, basado en la novela de Gillian Flynn. Le pareció un proyecto muy interesante, en especial la forma en la que se revela la identidad del asesino en las páginas finales. "Pensé que sería todo un reto llevar ese final al cine, pero que había que mantenerlo", confiesa. Los productores apaciguaron sus temores: cualquier intento de cambiar el final impediría el uso del nombre de Agatha Christie.
Por otra parte, Paquet-Brenner también compartía la visión de los productores de la película. "Queríamos crear una versión moderna de Agatha Christie", comenta Spring. "Para ello nos alejamos de 1947, el año en el que se ambienta el libro de Christie". Aunque los primeros borradores estaban ambientados alrededor de 1953, Paquet-Brenner se decantó por 1956-57 con el trasfondo de la turbulenta crisis del Canal de Suez.
"El mundo estaba a punto de sufrir una enorme transformación cultural", apunta. "Fueron los años en los que nacieron el rock and roll y la cultural juvenil, dos conceptos inauditos hasta la fecha". La posibilidad de ambientar la producción en el Soho londinense de aquella época, con Tommy Steele y los Teddy Boys, nos permitía representar el choque generacional que existía en la novela. "De pronto nos dimos cuenta de que a través de esa época podíamos tocar temas que no suelen aparecer en películas basadas en obras de Agatha Christie".
El filme también bebe de influencias más cinematográficas, inspirándose en el cine negro, en particular Chinatown, el clásico de Roman Polanski ambientado en Los Ángeles. Paquet-Brenner también pensó en la obra maestra de Orson Welles, Ciudadano Kane (1941), y en el legendario protagonista Charles Foster Kane, el magnate del mundo editorial al que interpretaba Welles. "Me intrigaba mucho ese protagonista al que nunca se le ve, como Aristide en La casa torcida", explica.
"Me parecía un concepto muy contemporáneo: una persona arrogante con mucho poder supervisando un mundo totalmente controlado en el que puede actuar como quiera y hacerle la vida imposible a los que le rodean. Pensé que a los espectadores les sonarían estas situaciones. Aunque sea una película de época, hemos querido trazar paralelismos con el mundo actual, porque nuestra actualidad también es muy cambiante".
Sospechosos y sospechas
La casa torcida es una obra muy coral, por lo que el proceso casting iba a ser una tarea compleja. Lo difícil no fue dar con actores de calidad que quisieran participar en una historia de Agatha Christie, sino conseguir cuadrar sus agendas. "Hemos tenido que hacer encaje de bolillos con las fechas de los actores. Ese fue el reto más grande del proyecto", confiesa Abrams.
Las piezas empezaron a encajar cuando Paquet-Brenner consiguió a la actriz Glenn Close para el papel de Lady Edith. "A partir de ese momento fuimos cerrando fechas, porque Glenn es una actriz de gran calibre", comenta el director, que conoció a la estrella estadounidense en Londres cuando interpretaba El crepúsculo de los dioses en el West End. "Después las cosas empezaron a ir rodadas".
Conocida por thrillers contemporáneos tan célebres como Al filo de la sospecha y Atracción fatal, a Close le encantó el guion. "Siempre estoy abierta a probar nuevos géneros y nunca había participado en un misterio de Agatha Christie", dice. "Me gustó la historia... y el final es sorprendente. Agatha Christie se arriesgó un montón con esa conclusión".
Close define a Lady Edith como un personaje que sigue la tradición de las matriarcas aristocráticas británicas. "Es una gran incógnita porque nunca descubrimos realmente qué relación tenía con su cuñado asesinado. ¿Por qué se quedó en esa casa todos esos años? ¿Por qué decidió ocuparse de los hijos de su hermana fallecida? ¿Por qué nunca se casó? Esos secretos no se explican en el guion, pero sí me planteé todas esas preguntas a la hora de perfilar el comportamiento de Lady Edith".
Para Spring el personaje de Lady Edith es "fundamental" en la trama de La casa torcida. "Es uno de los pilares de la película, por eso era esencial dar con alguien que fuera un intérprete de primera pero desprendiera también ese aire de seriedad. Glenn nos ha dado todo eso y mucho más". "Hizo suyo el papel y se lo pasó en grande con el personaje. Tiene algunos diálogos muy graciosos y mordaces, pero también pasa por momentos trágicos y dolorosos. Y esos eran los cimientos sobre los que queríamos construir la película", añade Abrams.
Christina Hendricks, que había trabajado con Paquet-Brenner en Lugares oscuros, también fue de las primeras en unirse al reparto. Interpreta a Brenda, una bailarina de Las Vegas con la que se casa Aristide en segundas nupcias. "No tiene nada que ver con mi papel en Lugares oscuros", comenta Hendricks. "Me alegro mucho de que Gilles me considere una actriz polifacética. Me hizo mucha ilusión".
Hendricks y el director encontraron un referente muy interesante para su personaje, que no encaja bien en esta familia en la que todos piensan que se ha casado por dinero. "Estuve hablando con Gilles sobre personajes similares y a él le gustaba mucho la vulnerabilidad de Marilyn Monroe. Y creo que esa vulnerabilidad conjuga tanto un aire de víctima como un sentimiento del orgullo y un espíritu de supervivencia. No está tan pulida como aparenta. Me inventé una historia para el personaje".
Tampoco tardaron demasiado en dar con el protagonista masculino: Max Irons interpretaría a Charles Hayward. "Tiene un aire de actor clásico", comenta Paquet-Brenner. Al igual que sus compañeros de reparto, Irons quedó prendado de la "combinación de factores" que reunía el proyecto. "Un guion estupendo basado en un libro fantástico, un reparto de primera y un director como Gilles que quería reimaginar el universo de Agatha Christie, especialmente en cuanto a la fotografía y la estética en general".
Irons preparó el papel de este joven detective documentándose sobre los métodos policiales utilizados durante la posguerra. Leyó varios libros, entre ellos British Interrogation Techniques In The Second World War de Sophie Jackson. "Desde un punto de vista psicológico, no se parece nada a los métodos modernos·, comenta. "Las preguntas que se plantean durante la primera ronda de interrogación suelen ser inmateriales. Esa primera ronda es una toma de contacto que sirve para componerse una imagen mental de la persona y entender su comportamiento".
Con este trio de ases en la manga tocaba buscar al resto del reparto. Para Paquet-Brenner y los productores fue toda una alegría enterarse de que el calendario de Gillian Anderson le permitía interpretar a Magda, la excéntrica actriz y nuera de Aristide. "La novela es un thriller clásico de Agatha Christie muy disfrutable y hacía mucho que no leía uno", apunta. "A pesar de los personajes característicos de sus obras, me pareció que tenía un toque muy contemporáneo".
Anderson concibió a Magda como otro de los miembros de la familia que se ve envuelto en un escenario muy tóxico tras la muerte de Aristide. "Creo que al principio se obsesiona con descubrir quién asesinó a su suegro, con la intención de sacarle partido al drama para producir el guion que ha escrito su marido", dice. "Durante la película comprobamos que es una alcohólica y que el sentimiento de culpa la ha llevado a una situación bastante complicada. Tampoco es buena madre".
Otro de los personajes principales es Sophia, la nieta de Aristide, quien recurre a Charles para que investigue la muerte de su abuelo. "El papel de Sophia nos parecía muy interesante", comenta Paquet-Brenner. Al final recayó en la joven promesa británica Stefanie Martini, conocida por su destacado papel en la serie Doctor Thorne, creada Julian Fellowes.
"En los pases [del filme] con público de EE. UU., quienes no conocen a Martini por sus papeles televisivos, la reacción siempre es sorprendente. Les encanta su interpretación. Tiene una capacidad increíble para usar su voz como un instrumento y expresar emociones muy complejas con solo un par de sílabas. Ver ese enorme talento en alguien tan joven impresiona", comenta Abrams entusiasmado.
A la hora de entender a su personaje, Martini leyó el libro pero se dio cuenta de que el guion le añadía un matiz diferente. "En la novela no tiene nada que ver. Le viene a decir a Charles, 'No voy a casarme contigo hasta que aceptes el caso y descubras quién asesinó a mi abuelo'. En la película tiene otros objetivos. Casarse no es tan importante, lo que persigue es su independencia. Quiere valerse por sí misma. Sophia es una mujer muy fuerte que lidia con una situación que le impone".
Julian Sands interpreta al hijo mayor de Aristide y marido de Magda, y Christian McKay interpreta al hermano pequeño de Philip, Roger. "Me ha encantado que Julian Sands y Christian McKay interpreten a dos hermanos", comenta Spring. "Funcionan fenomenal juntos". "Hemos tenido la enorme suerte de contar con la maravillosa Amanda Abbington para interpretar a la mujer de Roger, Clemency, y a la leyenda que es Terence Stamp para meterse en la piel del Inspector Jefe Taverner, el detective de Scotland Yard que también trabaja en el caso", dice Wood.
Por último había que encontrar a los actores que interpretarían a los hermanos pequeños de Sophia, Josephine y Eustace. Preston Nyman interpreta al rebelde adolescente Eustace, mientras que Josephine cobró vida gracias a Honor Kneafsey, que a sus 12 años lleva ya seis trabajando en el mundo de la interpretación, con papeles en Miss you already (Ya te extraño) y la serie de televisión Sherlock, con Abbington. "Es impresionante. Muy divertida e inteligente. Su personaje es complicado y creo que ha hecho un trabajo espectacular".
Construir la Casa Torcida
El equipo técnico sabía lo importante que era dar con la localización perfecta para "Three Gables," puesto que la residencia familiar en la que transcurre La casa torcida es un personaje más de la trama. Al final se han utilizado cuatro edificios distintos para crear los interiores y exteriores de la vivienda. "Se rueda tanto en Inglaterra que todas las casas de campo están muy vistas", se queja Paquet-Brenner. "Pero hemos dado con unas cuantas espectaculares".
Los exteriores se filmaron en Minley Manor, una finca en Hampshire conocida por haberse utilizado durante la planificación de la Guerra de las Azores. "Como localización principal es estupenda", dice Spring. "Es justo como debería ser una 'Casa Torcida' cuando te la imaginas". De la finca Tyntesfield Estate, en Wraxall (Somerset), se aprovechó la "increíble escalera", comenta Spring. "Queríamos rodar con esa impresionante escalera que daba acceso a todas las estancias que hay en la casa".
Hendricks quedó impresionada con las localizaciones elegidas para La casa torcida. "Son residencias con solera en fincas de la campiña inglesa. Todas muy imponentes. De hecho, algunas tienen un aire un tanto misterioso. Este tipo de vivienda siempre le quedaba grande a sus inquilinos. Debía ser muy curioso: tenían todo tipo de lujos pero no eran nada cómodas. No obstante, mires donde mires algo te llama la atención".
Posteriormente rodaron en los platós de Pinewood Studios antes de trasladarse a Hughenden Manor y West Wycombe House, donde filmaron el grueso de los interiores. A pesar de utilizar localizaciones reales, el diseñador de producción Simon Bowles trabajó a destajo. "La casa torcida contiene a varias familias, con vidas totalmente distintas. Son varias generaciones, todas bajo un mismo techo", explica Spring. "Creo que Simon se ha lucido dándole a cada uno de los apartamentos y habitaciones una personalidad propia".
Montar todo el material, rodado en diferentes mansiones como si fuera una sola, fue un reto, admite Paquet-Brenner. "En las primeras reuniones con el diseñador de producción ya quedamos en que había que trazar un mapa de la casa, así que nos diseñó un mapa para que nos orientáramos y que la disposición de la casa fuera realista".
Max Irons admite que cuando rodaban en las diferentes localizaciones no le quedaba del todo claro cuál era la estructura interna de la casa. "Hasta que no lo vea todo montado, creo que no me voy a hacer a la idea de cómo es. Gilles intentaba explicárnoslo pero es muy complicado de visualizar.
Sales de una habitación y entras en otra, que en realidad está en otra casa... así que habrá que esperar a ver la película, pero estoy convencido de que va a ser espectacular".
Al igual que se preocupó por trazar la disposición interna de la casa, el director tampoco quería que todo el filme transcurriera en interiores. "Desde el principio decidí que saliéramos de la casa todo lo posible. Creo que solo la mitad de la película está rodada en el interior. De todas formas, la casa es muy amplia con lo que tampoco transmite una sensación de claustrofobia. Todo está rodado a lo grande. Es una película a gran escala".
Resolver el crimen
Gilles Paquet-Brenner tuvo muy claro desde el principio cómo quería rodar La casa torcida. "Es una novela de Agatha Christie pero tiene matices más barrocos, es más teatral y onírica". Para plasmar su visión en la gran pantalla, recurrió al director de fotografía danés Sebastian Winterø. "Ha sido todo un acierto. No quería trabajar con un director de foto francés porque quería salir de mi zona de confort y no quería que trabajar con uno inglés porque pensaba que tendría ideas preconcebidas sobre la estética de la película".
Cuando se reunió con Winterø, se empaparon de todo tipo de material, desde clásicos del cine en blanco y negro a Blade Runner de Ridley Scott pasando por el expresionismo alemán. "El cine negro viene del expresionismo alemán", comenta el director, "así que hemos vuelto a las raíces. Hemos utilizado muchos planos bajos, planos abiertos y encuadres con espacios negativos... Tiene un aire bastante gótico. Queríamos crear un mundo de textura y un contraste fuerte dentro de la casa. Como si fuera una tumba, una tumba muy lujosa".
La logística del rodaje de La casa torcida fue de todo menos sencilla. "Es una película enorme, con muchos personajes", dice Spring. "El reto estaba en organizar a todo el mundo. Es un reparto multitudinario y todo el mundo tenía calendarios muy apretados. Gente como Christina Hendricks y Gillian Anderson han sido maravillosas... Nos hemos ido adaptando a la disponibilidad para cuadrar fechas. Tuvimos que hacer encaje de bolillos para reunir a todos los actores para según qué escenas".
Uno de los mayores retos fue la secuencia de la gran cena de gala. Ocho páginas de texto, con doce actores, rodadas en un día durante la única semana en la que encajaban los calendarios de todo el reparto. "¡Esa semana fue una locura!", se ríe Paquet-Brenner. "Trabajar con más de dos actores por escena ya es difícil, pero con doce ni te imaginas. Menos mal que son todos grandes intérpretes. Lo bueno es que no hubo guerra de egos, todos estaban encantados de estar trabajando juntos. Lo cual es muy importante".
Los actores también recuerdan la secuencia con cariño. "Estábamos todos sentados a la mesa", rememora Martini. "Pasamos allí todo el día y al mirar a mi alrededor pensé, '¿Cómo he acabado yo aquí? ¡Esto es increíble!'. Todos nos volvimos un poco locos porque pasamos ocho horas ahí sentados. Para cada toma rodábamos la escena entera, desde el principio hasta el final... por lo que había que estar muy concentrado. Dada la cantidad de personas que había en la mesa, nos llevó un montón de tiempo".
"Creo que todos teníamos nuestras dudas sobre si iba a ser posible rodar en un solo día una escena en la que doce personas están cenando en la misma mesa. ¡Pero lo logramos! La escena tiene un ritmo interesante. Creo que al final ha quedado genial porque aunque hay momentos en los que hablan dos o tres personajes en un lado de la mesa y luego pasamos al otro lado de la misma, el ritmo fluye muy bien. No ha quedado nada desacompasado", añade Gillian Anderson.
Paquet-Brenner recuerda que los actores se lo pasaron en grande, a pesar de la presión de la escena. "Son muy disciplinados porque también son actores de teatro y eran conscientes del enorme reto al que se enfrentaban", comenta. "Cuando escribí la escena pensé 'Esta es la escena de acción, el clímax, la gran cena de gala'. Pero luego tuve que rodarla... y ver cómo cobraba vida en la sala de montaje. ¿Y sabes qué? Se ha convertido en la escena favorita de todo el mundo".
También estaba presente el compositor Hugo de Chaire, quien ya le había pasado al director una demo con varios temas basados en el guion y las localizaciones. "Es joven y tiene muchísimo talento, con una formación clásica", cuenta Paquet-Brenner, según quien se inspiraron en el gran compositor Bernard Herrmann, cuyas obras se oyen en Ciudadano Kane y muchos clásicos de Alfred Hitchcock.
"Ya teníamos la música al llegar a la sala de montaje, y eso es todo un lujo".
"El producto final quizá vuelva a poner de moda a Agatha Christie ", especula Hendricks. "Es una autora clásica y su estilo se ha imitado durante años. La suya es una fórmula clásica por la que no pasan los años. Y ahora de repente Agatha Christie vuelve a ser tendencia. ¿Quién se lo hubiera imaginado? Me encanta cuando vuelven los clásicos". "No hay nada mejor que una historia de suspense bien hilada", dice Close.
¿Cómo acogerá el público La casa torcida? Mathew Prichard confía en que a los fans les hará mucha ilusión esta nueva aventura que lleva las palabras de su abuela a la gran pantalla. "Mientras el filme tenga todos los elementos de una historia de Agatha Christie, el público reconocerá los ingredientes y disfrutará", dice. "Creo que lo más importante es salir del cine habiendo vivido una experiencia digna de una obra de Agatha Christie".