Alguien dijo una vez que detrás de un gran hombre, siempre hay una gran mujer... Detrás de Joe Castleman (Jonathan Pryce), reputado novelista, está Joan Castleman (Glenn Close), una buena esposa, poseedora de una belleza madura y natural, la mujer perfecta.
Joan lleva cuarenta años sacrificando sus sueños para mantener viva la llama de su matrimonio, pero ha llegado a su límite. En vísperas de la entrega del Premio Nobel de Literatura a Joe, decide desvelar su secreto mejor guardado...
Sinopsis extendida
La buena esposa es el inteligente, agudo y provocador hallazgo de Joan Castleman, esposa de Joe Castleman, un coloso de la literatura neoyorquino, uno de esos hombres que tienen el mundo a sus pies... pero que no tienen ni idea de cómo cuidar de sí mismos ni de los demás.
Joe es uno de los novelistas más destacados de Estados Unidos, y está a punto de recibir el Premio Nobel de Literatura; la impecablemente indulgente Joan, que se ha pasado cuarenta años ignorando su propio talento literario para mantener viva la llama de la carrera de su marido, definitivamente ha decidido poner punto y final.
Después de enterarse de que a Joe le han concedido el Premio Nobel, el matrimonio Castleman viaja a Suecia para la ceremonia. Joe Castleman, escritor malhumorado y algo arrogante, se ha vuelto adicto a los halagos y se obsesiona con sus propios galardones.
Joan representa la imagen de la esposa servicial, feliz de ayudar a su marido incluso desde la sombra. Cuando asiste a los festejos del Premios Nobel con Joe, los colegas de profesión de su marido la ven con buenos ojos. Joe no tarda en explicarles que su mujer no se dedica a escribir, pero ellos no se imaginan que Joan tuvo una vez la ambición de ser escritora.
A través de flashbacks, vemos a Joan de joven, cuando era una estudiante de universidad obsesionada con su profesor de escritura creativa - Joe Castleman. Ya entonces, Joe era un joven escritor fatuo y pretencioso, con una esposa, un bebé, y casi ninguna obra propia publicada. Las pícaras visitas iniciales de Joan a su despacho rápidamente dieron paso a un lío amoroso y, en muy poco tiempo, Joe y Joan se mudaron juntos a un pequeño y polvoriento apartamento.
Después de años de matrimonio, Joe sigue con su estilo de vida infiel, que continúa incluso en Estocolmo, ya que tratará de seducir a la fotógrafa que han asignado para documentar su viaje.
Las aspiraciones de la joven Joan por convertirse en escritora van siendo minadas por el agudo sexismo de principios de los sesenta. Consigue trabajo en una editorial, pero únicamente se dedica a traer café a los ejecutivos varones. Vislumbrando un rayo de luz, les envía el manuscrito de Joe para que lo consideren. Cuando ella trata de darle a Joe consejos sobre su borrador, él reacciona violentamente, incapaz de aceptar las críticas. Entonces ella, sutilmente, le ofrece ayuda para hacerle unos arreglos, embarcando así a la pareja en una colaboración interdependiente que durará décadas, y que ha convertido a Joe en el coloso literario que es hoy.
Hay un momento, en la habitación del hotel de Estocolmo, en que a Joe parece habérsele olvidado el nombre de uno de sus personajes, pero enseguida Joan sale al paso para ayudarle ante su inquieto y escéptico hijo, David.
David Castleman, que ha ido con sus padres a la ceremonia, también sueña con convertirse en escritor. Anhela el aprecio de su padre, pero ante las ásperas críticas que Joe le hace de sus relatos cortos, David enseguida se irrita y se pone a la defensiva.
David no es el único que se muestra escéptico con respecto a Joe. Un incómodo periodista, Nathaniel Bone, sigue de cerca al matrimonio Castleman, acechándoles en todo momento desde el avión hasta el hotel. Nathaniel está escribiendo una procaz biografía sobre Joe, y escarba constantemente con la esperanza de obtener jugosos detalles sobre su carrera y su matrimonio. Mientras que Joe le evita, Joan se esfuerza en distraerle haciéndole compañía. Bone tiene la seguridad de estar detrás de algo oscuro y profundamente enterrado; invita a Joan a tomar algo, pero ella es inquebrantable y no revela nada.
En la noche de la ceremonia de entrega del Premio Nobel, Joan le dice a Joe que le deja, pero de repente éste sufre un ataque al corazón. Al instante, Joan deja de lado su actitud de menosprecio y hace lo posible por salvar a su marido, pero no hay nada que ella pueda hacer. A pesar de que Joan debe regresar a su hogar sin su marido, vuelve con un destello de determinación y oportunidades.
La buena esposa nos muestra el recorrido de un célebre matrimonio que ha sido conducido hasta este punto de ruptura, y plantea inquietantes preguntas sobre la naturaleza de la colaboración y sobre la precaria posición en que se encuentra una mujer ambiciosa en un mundo de hombres, culminando en una sorprendente e inolvidable conclusión, que saca la luz un secreto celosamente guardado.