Paramount Pictures presenta una Producción Bad Robot, Overlord, dirigida por Julius Avery y protagonizada por Jovan Adepo, Wyatt Russell, Pilou Asbæk, Mathilde Ollivier, John Magaro, y Iain de Caestecker. El guión ha sido escrito por Billy Ray y Mark L. Smith a partir de una historia de Billy Ray. Los productores son J.J. Abrams y Lindsey Weber y los productores ejecutivos son Jo Burn, Jon Cohen y Cory Bennett Lewis.
"Todo comenzó con un increíble guión escrito por Billy Ray", dice el productor de Overlord y fundador de Bad Robot, J.J. Abrams. "Lo que más me gustó del concepto fue que comenzaba como una película clásica de la 2ª Guerra Mundial y de pronto se convertía en una película de monstruos de terror. Era una receta única. La idea de esos dos géneros coexistiendo me pareció que podía dar lugar a una atracción increíblemente intensa y divertida".
Abrams dice que quedó cautivado por la historia de Ray desde la primera página. "La secuencia inicial, en particular, me hizo pensar que era algo que se le podría haber ocurrido a Rod Serling. Era intensa y graciosa, y llena de personajes y acción... y eso que eran las primeras páginas del guión".
Jon Cohen, de Bad Robot, que fue productor ejecutivo de la película, quedó igualmente impresionado por el asombroso y original concepto de Ray, un guionista y director galardonado cuya voluminosa cartera de trabajo incluía éxitos como Plan de vuelo: Desaparecida, Los Juegos del Hambre y Capitán Philips.
"Overlord se ajusta como un guante a la filosofía de Bad Robot, a causa de su particular fusión de ideas", dice Cohen. "Es una fabulosa historia de personajes, y una emocionante película sobre la 2ª Guerra Mundial, pero también tiene humor, además de emociones y sentimiento, y en nuestras películas siempre nos esforzamos por combinar esos elementos. Overlord resulta ser la perfecta combinación de todo ello".
Equilibrar diferentes tonos y géneros para crear un híbrido único y gratificante es una de las especialidades de Bad Robot, dice Cohen, mencionando Calle Cloverfield 10 como ejemplo clásico.
El secreto para conseguir ese equilibrio, dice Abrams, puede resumirse en una palabra: personajes. "Una de las cosas que tratamos de hacer en Bad Robot es contar historias que se centren en la mayor medida posible en los personajes. Con Overlord, la idea era pasar la primera mitad de la película conociendo a estos jóvenes soldados estadounidenses, y después, poco a poco, llevar al público a una película de género de terror en la que el público se preocupa por los personajes, y les quiere".
Abrams considera que este enfoque es especialmente importante cuando se trata de largometrajes con monstruos. "No todas las películas que hacemos tienen monstruos, pero las películas como Overlord son mejores cuando te crees la historia, crees en los personajes y estás realmente absorbido por la situación. Dan mucho más miedo así".
Tuvimos que redactar muchos borradores para perfeccionar el salto de la película de la aventura militar a la ciencia ficción de terror, dice Cohen. "Billy es un escritor infatigable y no dejaba de presionar para mejorar y mejorar el guión. El objetivo era ir dejando unas cuantas pistas a lo largo de la trama, para que el cambio de género no fuese repentino y gratuito. Pero por otra parte, tampoco interesa mostrar tus cartas demasiado pronto, para que todo el mundo se dé cuenta de lo que está pasando realmente en la historia".
La naturaleza intrínsecamente terrorífica del combate de la 2ª Guerra Mundial fue un elemento que simplificó la transición, según Abrams. "Los horrores de la guerra ya estaban presentes en la historia, por lo que cuando te ves súbitamente inmerso en un mundo de fantasía extravagante, la sensación, en realidad, es que no se está exagerando tanto".
Cohen atribuye a Abrams y a la productora de Bad Robot, Lindsey Weber, el haber realzado la calidad del material. "J.J. y Lindsey fueron esenciales para el desarrollo inicial de la película," dice. "Tienen una gran intuición sobre los personajes, la historia y la estructura, y J.J. siempre trata de conseguir cosas que no se parezcan a nada de lo que se ha hecho con anterioridad. A lo largo de todas las etapas del proceso, logró que Overlord fuese cada vez mejor, lo que a su vez obligó a que todos los demás también elevasen su nivel".
Una visión inspiradora
Con el guión todavía en fase de desarrollo, los productores empezaron a buscar un director cuya sensibilidad dinámica y gusto por la acción pudiesen llevar a Overlord al siguiente nivel. El equipo de Bad Robot había quedado impresionado con la película policiaca Son of a Gun, el largometraje de 2014 protagonizado por Ewan McGregor, Brenton Thwaites y Alicia Vikander, que fue el prometedor debut en la dirección del cineasta australiano Julius Avery. "Nos pareció que era una película fantástica y llena de energía, que además no pasaba por alto la oportunidad de dar a la audiencia razones para interesarse por los personajes", dice Cohen. "También nos gustó que era un cineasta que tenía sus orígenes en el cine de suspense, más que en el de terror puro, y eso daría a Overlord el toque de crudeza que necesitaba".
Avery, gran admirador de Abrams y Bad Robot desde hacía mucho tiempo, recibió una invitación para reunirse con los productores después de un pase privado de Son of a Gun. "Se interesaron sobre mis planes de futuro, y me mostraron algunos guiones que les habían gustado mucho", recuerda Avery. "El que me hizo reaccionar instantáneamente fue el de Overlord. La verdad es que flipé, porque nunca había leído nada parecido, y pensé que era radicalmente diferente de todo lo que había hecho hasta entonces".
Aunque la intensa acción del guión y su originalidad fueron lo primero que captó la atención de Avery, el director afirma que también estableció una conexión más profunda con el material. Una de sus experiencias formativas durante su infancia fueron las charlas con su abuelo, un veterano de la participación australiana en la campaña de los aliados en el norte de África durante la Segunda Guerra Mundial, durante las cuales él le mostraba fotografías de sus aventuras. "Me sentaba en sus rodillas y me enseñaba sus fotografías, que eran alucinantes", dice Avery. "Desde entonces, siempre he soñado con hacer una película ambientada durante la guerra".
Según Weber, Avery era exactamente el tipo de director que Bad Robot quería que estuviese al timón de Overlord. "Julius tiene un gran talento, es tenaz defendiendo sus opiniones, en el mejor sentido, sabe colaborar y es todo un erudito del cine y de los personajes", afirma. "Además, resultó tener unas ideas fantásticas para la película, así que nos dimos cuenta de que era él quien tenía que dirigir Overlord".
Abrams estaba convencido de que Avery tenía la capacidad y las ideas claras para crear un mundo razonable y verosímil, en el que se pudieran desplegar los elementos fantásticos que se revelan en un momento posterior de la película. "Lo que me encantó de la forma en que Julius abordó Overlord es que la concebía como una película de personajes que tienen una misión, y que por circunstancias acaban metiéndose en un lugar absolutamente desquiciado y siniestro", dice la productora. "Era perfectamente consciente de la atmósfera que tenía que transmitir en las escenas iniciales para preparar el ambiente para lo que viene a continuación".
La confianza que el equipo de Bad Robot depositó en la capacidad tras la cámara del director dio buenos resultados, indica Cohen. "Julius aporta una gran dosis de energía y un gran dinamismo cinematográfico a todo el material que rueda, que es exactamente lo que necesita una película como Overlord. Se apasionó con el guión desde el primer minuto y sus ideas fueron esenciales para dirigirlo hacia su destino. Ha cumplido su misión a lo grande".
Un par de guionistas brillantes
Después de completar numerosos borradores del guión de Overlord , Ray se centró en escribir y dirigir la serie "El último magnate," que él también había creado. En aquel momento, el equipo de producción solicitó al alabado guionista Mark L. Smith que colaborase en la preparación del borrador definitivo de producción de Overlord.
Smith quedó fascinado por la singular premisa de la película, y accedió rápidamente a unirse al proyecto. "El proyecto estaba ambientado en un universo alucinante, y me pareció que la combinación de géneros era una pasada. Me encantó la idea de esta aventura de la segunda guerra mundial completamente desmadrada, en la que lo que parece una peli de acción como cualquier otra, se convierte en algo completamente diferente. Todo el trabajo inicial estaba hecho; lo único que hice fue aprovecharlo y divertirme".
Para Smith, otro de los incentivos de aceptar el trabajo era la oportunidad de trabajar con Abrams. "Colaborar con J.J. es una experiencia asombrosa, porque su cerebro opera en una dimensión completamente diferente", dice el guionista. "Ve cosas que yo nunca descubriría por mi cuenta, y tiene una imaginación absolutamente prodigiosa. Le ofreces un pequeño embrión de idea y él lo transforma en un caleidoscopio de brillantes conceptos que se expanden en todas direcciones. A continuación, lo único que hay que hacer es seleccionar los mejores".
Smith colaboró con Bad Robot para desarrollar algunos personajes adicionales y para conseguir que la película evolucionase hacia la pieza coral en que se acabó convirtiendo. "Billy Ray y Mark Smith son unos brillantes guionistas que han escrito en géneros muy variados, y hemos tenido la fortuna de haber trabajado con los dos en Overlord", dice Abrams. "Llevaron el guión a un punto en que todos tuvimos la impresión de que esa era la película que todos queríamos ver, lo que significó que no tuvimos que reinventarla a medida que la rodábamos".
Para Smith, que fue co-guionista de la desgarradoramente auténtica película de aventuras "El renacido", con el director ganador de un Oscar Alejandro G. Inarritu, uno de los objetivos a la hora de escribir Overlord consistía en captar la mayor cantidad de detalles específicos de la época que fuese posible, en particular durante la primera mitad del filme. "Hay que tener cuidado al combinar lo real con lo irreal, porque hay que mantenerse fiel al periodo histórico en el que está ambientada la historia", explica. "Me he esforzado por ser respetuoso con todo lo que sucedía en 1944, pero también tenía que incluir en el conjunto este elemento absolutamente fantasioso, y en ocasiones he tenido que caminar sobre una línea muy fina".
En consonancia con el compromiso de Bad Robot de narrar historias basadas en personajes, Smith se centró en reforzar los aspectos personales de cada uno de los protagonistas. "La acción no significa nada si no tienes personajes que interesen al público, así que lo primero que hice en Overlord fue pulir las voces de los soldados", dice el guionista. "Una vez que se han establecido unas relaciones estrechas entre ellos, puedes colocarlos en cualquier situación, por extravagante que sea, y la historia se sostendrá".
Otra de las aportaciones de Smith al guión consistió en subir de grado la tensión entre los soldados de la unidad, que van de aterrorizados reclutas a veteranos con la mirada de las mil yardas. "Arrancamos con este variopinto grupo de soldados que se ven obligados a colaborar entre sí", dice. "Habría sido sencillo hacer que todos se llevasen bien y se divirtiesen, pero optamos por complicar un poco más la situación. De esa forma, tienen más motivos para preocuparse cuando se desata el horror".
Después de haber trabajado en estrecha relación con Avery para finalizar el guión, Smith tiene palabras de elogio para el director. "Al principio, Julius me expuso su visión personal de la película", dice. "Tiene una capacidad portentosa para los enfoques y las imágenes, y capta cosas que la mayoría de los demás directores ni siquiera vería. El tipo sabe cómo lograr que cada escena sea especial. Él y J.J. han sabido sacar lo mejor del otro en Overlord".
Héroes y villanos
Para dar vida al conjunto de personajes de Overlord, los cineastas reunieron a un elenco destacablemente internacional. Poblar la película con un reparto variado era importante para Bad Robot, en parte porque hacía posible que la producción ampliase la extensión de sus redes a fin de captar a los mejores actores para los papeles. "Durante los procesos de casting, me recordaron que si fuésemos históricamente exactos, los paracaidistas deberían ser todos blancos", porque las unidades estaban segregadas en aquel momento, explica Abrams. "Sin embargo, aunque es posible que no hubiese soldados negros desplegados en una unidad como esta en la vida real, tampoco había monstruos agazapados bajo las iglesias. Así que decidimos abrir el guión a todo el mundo, y conseguimos un elenco espectacular. Puede que no sea históricamente exacto, pero es terriblemente divertido".
Weber se hace eco del entusiasmo de Abrams: "El elenco que hemos reunido ha sido una gran baza para el resultado de la película", afirma. "Fuimos extraordinariamente afortunados de contar con tantas estrellas emergentes".
Para el papel protagonista del soldado Boyce, los productores seleccionaron a Jovan Adepo. "Sabíamos que teníamos que encontrar a alguien que pudiese representar al público", explica Abrams. "Alguien con cuyo miedo pudieses identificarte automáticamente. Estudiamos a un montón de posibles candidatos, y entonces apareció Jovan y resultó ser perfecto. Es alguien con quien puedes identificarte, es inteligente y dota de una gran profundidad a su personaje. Podrías llegar a pensar que es un chaval normal que se encuentra en medio de una situación descabellada que no es capaz ni de imaginar".
La capacidad de Adepo para ofrecer una interpretación comedida, matizada, es una de las cosas que más impresionó a Cohen. "Jovan interpreta buena parte de su personaje con los ojos, con sus reacciones y con la sutileza de su actuación", dice la productora. "Está rodeado por una aura de vulnerabilidad, pero también tiene una dureza que se manifiesta en momentos importantes. No puedes evitar empatizar con él, y eso es esencial para que el público conecte con la película".
Adepo se sintió inmediatamente atraído por el material, en particular ante la oportunidad de interpretar a Boyce, que es un héroe insospechado, más que un redentor a prueba de balas. "Me gustan más los personajes que se presentan como perdedores, y J.J. es todo un defensor de los perdedores en muchas de las películas que rueda", dice el actor, que ha aparecido en la película de Denzel Washington Fences, en la serie "The Leftovers", que acaba de dar carpetazo a la producción de la segunda temporada de "Jack Ryan" y que protagonizará la miniserie de Ava DuVernay "The Central Park Five" cuyo rodaje es inminente. "Boyce no encaja a la primera con los otros soldados. Cuando le ves por primera vez, no estás seguro de que vaya a ser capaz de sobrevivir a la misión. No porque sea físicamente incapaz, sino porque está hecho de una pasta diferente a los demás. Eso es lo que le convierte en un personaje tan interesante de seguir y de animar".
Al otro extremo del espectro está el cabo Ford, curtido personaje interpretado por Wyatt Russell. Un experto en explosivos con un amplio historial que ha sido testigo de más carnicerías en el frente de batalla de las que es capaz de asumir, Ford asume el mando del desharrapado pelotón al principio de la película.
"Ford tenía que ser alguien que acongojase al público en ciertos aspectos, pero también tenía que ser el tipo que querrías a tu lado si de pronto te lanzasen en paracaídas sobre territorio nazi", indica Abrams. "Para interpretar este papel, necesitábamos a un actor que combinase fuerza interna y virilidad, y esa es una combinación más difícil de encontrar de lo que podría pensarse inicialmente. Sin embargo, en cuanto vimos a Wyatt nos dimos cuenta de que tenía todas las características que estábamos buscando".
Los productores estaban decididos a fichar a Russell cuando un problema con el pelo del actor estuvo a punto de echar por tierra el acuerdo. Ya había aceptado el papel de viejo surfer desaliñado en la nueva serie de AMC "Lodge 49", y su contrato estipulaba que no podía cortarse la melena ni la barba, cuando ambas necesitaban un sustancial recorte para su papel en Overlord. Después de meses de negociación, el equipo de Overlord recortó el cabello de Russell y después le puso extensiones, para demostrar a la AMC que su imagen era lo suficientemente realista para el papel de "Lodge 49".
"Le mandamos en persona a los estudios AMC, para que sus ejecutivos y productores pudieran inspeccionar de cerca su cuero cabelludo", dice Webber, entre carcajadas. "Afortunadamente, salió bien, porque Wyatt tiene esa intensidad y fortaleza pausada que realmente necesitábamos para Ford. Cuando sonríe y se rompe la fachada de dureza, te enamoras de él".
Aunque la película envuelve en un halo de misterio los orígenes de Ford, Russell desarrolló un perfil psicológico del personaje que le permitió meterse en el papel. "Creo que Ford era un tipo que probablemente tenía un trabajo normal antes de que estallase la segunda guerra mundial", dice el actor. "Abandona el trabajo y se alista, porque eso es lo que se supone que había que hacer en aquella época. Es un líder natural, que puede decir a la gente lo que tiene que hacer y lo que puede hacer".
Los productores seleccionaron a la actriz revelación francesa Mathilde Ollivier para el papel de Chloe, la joven huérfana que ofrece valientemente cobijo a los soldados americanos, a pesar del constante peligro de las inspecciones de puerta a puerta realizadas por los escuadrones de la muerte nazis.
"Mathilde nos dejó con la boca abierta cuando hizo la audición para su papel", afirma Avery sobre la actriz, cuyo personaje acaba empuñando las armas contra los alemanes, junto a los soldados a los que había acogido. "Hace un magnífico trabajo con los elementos del personaje, y también con las exigencias físicas de su papel. Creo que podría convertirse en una auténtica heroína de acción si quisiera. En Overlord la lía parda con un lanzallamas!"
El hecho de que Chloe sea el único personaje femenino de Overlord hizo que la selección de la actriz adecuada fuese esencial, dice Webber. "La persona que eligiésemos tenía que soportar una gran carga sobre los hombros, así que removimos cielo y tierra para dar con nuestra Chloe. Y así es como descubrimos a Mathilde, que proyecta una combinación de fuerza, vulnerabilidad, humor y capacidad física que muy pocos actores son capaces de conjurar".
Abrams quedó encantado por la fortaleza interna que Ollivier aportó a su interpretación. "Para Chloe necesitábamos a una persona que pudiese ser mucho más que el arquetipo de chica de pueblo", dice. "Tenía que plantar cara a sus adversarios y defender a su familia en este pueblo ocupado, y Mathilde no solo resultó fuerte y creíble en su papel, sino que también hizo gala de un gran sentido del humor. Es capaz de compartir escena con el más plantado, y ha sido muy emocionante haberla seleccionado para su primera película de gran estudio. Tengo la impresión de que tiene ante sí un gran futuro".
Las películas de acción y de terror son un éxito o un fracaso en función de lo buenos que sean sus villanos, y Abrams cree que Overlord está destinada al éxito gracias, en gran parte, a la impresionante interpretación que Pilou Asbækhace del oficial de las SS, Wafner.
"Pilou interpreta a Wafner como si fuera un malvado épico del panteón de nazis malévolos", dice el productor. "Es un personaje intenso y perverso, que Pilou interpreta de manera exuberante, sin caer en la parodia".
Para ayudar al actor danés a prepararse para el personaje, Avery y Asbæk mantuvieron numerosas conversaciones sobre personajes reales de la historia de la segunda guerra mundial. "Un personaje concreto sobre el que hablamos fue un comandante nazi que vivió en un pueblo ocupado y que frecuentemente era un tipo alegre y jovial", dice el director. "Era cordial y le gustaba usar jerséis cómodos y beber leche con cacao. Sin embargo, era capaz de darse la vuelta súbitamente, darte un tiro en la cabeza, y seguir con su leche chocolatada. Pilou quería interpretar a Wafner de esa manera. En vez de reventar la puerta de la granja de Chloe, llama educadamente a la puerta y pregunta si puede entrar. Es un manipulador de marca mayor, y observarle puede resultar muy desasosegante".
Asbaek, que había protagonizado la serie "Borgen", que fue un éxito a escala mundial, antes de obtener papeles en numerosas grandes producciones estadounidenses, desde Ghost in the Shell: El alma de la máquina hasta "Juego de Tronos", no dudó ante la oportunidad de dar vida al brutal malvado de Overlord. "En general, interpretar a los protagonistas puede ser un poco aburrido, porque tienes que ser el soporte de la historia, y tienes que ir siempre de frente", indica el actor. "Sin embargo, cuando eres el malo, puedes hacer todas las locuras que se te ocurran. Puedes exagerar como nunca, y esa es una de las cosas que más me gustan de ser actor. Por si fuera poco, Julius es un director visionario, además de ser humilde y extraordinariamente amable. Está dispuesto a probar la idea más descabellada que le puedas plantear como actor, y te anima a darlo todo".
Bienvenidos al Campamento de Instrucción
Con el fin de ayudar a los miembros principales del elenco a prepararse para sus papeles de soldados instruidos en combate, los productores contrataron los servicios del antiguo sargento de marines Freddie Joe Farnsworth para el puesto de asesor militar de producción.
"Al rodar una película como Overlord, hay que encontrar un término medio entre entretener al público general y no provocar vergüenza ajena entre los aficionados a la instrucción militar que vean la película", dice Farnsworth, que sirvió en las operaciones Escudo del Desierto y Tormenta del Desierto, y que también fue instructor táctico y de armamento en Camp Pendleton. "Se pusieron en contacto conmigo inicialmente a través de la coordinadora de especialistas de acción Jo McLaren, que me preguntó si podía dar mis referencias para una película ambientada en la segunda guerra mundial en la que aparecían paracaidistas. Los actores necesitaban instrucción para dar la imagen de que eran soldados, así que pensé inmediatamente en un campamento de instrucción".
Después de haber realizado tareas similares en producciones de gran escala, como "Hermanos de Sangre" y "The Pacific" de HBO, Farnsworth se sorprendió al descubrirse en un entorno mucho más íntimo al llegar al plató de Overlord. "Ha sido el grupo más reducido al que he instruido en toda mi vida", dice. "Cuando haces una película de guerra suele ser enorme, pero esta vez eran solo cinco tipos".
Al ser tan pequeño el grupo de reclutas, la atención que recibieron pudo ser bastante mayor de la que esperaban los actores, dice el antiguo marine, que ha trabajado como asesor técnico y doble de escenas de acción durante más de dos décadas. "Su experiencia en el campamento de instrucción fue un poco diferente, porque era imposible que ninguno me pasara desapercibido. No les quitaba el ojo de encima, 24 horas al día, 7 días a la semana. Cada vez que se pasaban de la raya, me tenían encima para corregirles, al estilo militar, cosa que a algunas personas puede no resultarles divertida".
Además de la instrucción para que pudiesen cumplir con las exigencias físicas de sus papeles, Farnsworth también ayudó a los actores a comprender las intensas presiones psicológicas que experimentan los soldados en la vida real. Farnsworth llegó incluso a montarles una emboscada una noche que habían salido de "patrulla nocturna". "Uno de los aspectos más difíciles del combate es el estrés, así que les puse de los nervios" dice. "De esa manera, cuando tengan que estar representando esos sentimientos ante la cámara, habrán tenido contacto real con lo que están interpretando, y eso se mostrará en sus rostros".
Crear esta sensación de autenticidad era esencial, según indica Avery. "Hicimos que los actores pasasen por un campamento de instrucción, sin acceso a teléfonos móviles, televisores u otras comodidades de la vida moderna", dice el director. "Consiguió que tuviesen un objetivo común, y fue un ejercicio de creación de equipo en el que compartieron penurias y dolores. Cuando acabó, habían pasado por una experiencia que les cambió la vida".
Adepo afirma que la formación fue valiosísima para que los cinco desconocidos se convirtieran en una unidad cohesionada. "Overlord tiene que ver con los sentimientos de hermandad entre soldados, por lo que el campamento de instrucción fue importante para nosotros, no hay duda", dice el actor. "Para mí, fue esencial. Cuando llegamos, nadie sabía qué esperar. El sargento Farnsworth nos expuso con crudeza lo que íbamos a encontrar. Sinceramente, sus palabras fueron de verdad desoladoras, y creo que casi todos estábamos aterrorizados. Lo cierto es que fue complicado. Perdimos la sensación de realidad. Y la tensión se podía cortar con cuchillo. Pero fue una experiencia absolutamente necesaria, y se aprecia en la pantalla".
Dominic Applewhite, que interpreta al inexperto soldado Jacob Rosenfeld, considera que el campamento de instrucción fue todo un reto, pero mereció la pena. "Nos montaron en una camioneta sin decirnos nada y nos llevaron a un paraje recóndito de Buckinghamshire, a millas de distancia de donde estábamos rodando", recuerda. "Ninguno teníamos ni idea de dónde estábamos realmente".
Sin que el joven actor lo supiera, estaba a punto de convertirse en el centro de atención del implacable instructor. "Nos dijo que nos dirigiéramos a él diciendo "Mi Sargento", y me quedé petrificado cuando me escogió entre todo el grupo", dice Applewhite. "Hay que tener en cuenta que me acababan de elegir para el papel, y que realmente no sabía muy bien dónde me había metido. Traté de hacerme el duro, pero se dio cuenta y me seleccionó como objetivo. No dejaba de gritar "¡Le estoy viendo, Applewhite! ¡Estoy viendo a un gallina muerto de miedo que no se atreve ni a respirar! !Pero cuando acabe con usted, si sigue vivo, será una máquina de matar, un arma de destrucción masiva!’"
La atención extra tuvo un resultado extraordinario, según Sam Dormer, maestro armero de Overlord. "Dominic nos impresionó a todos", dice. "Cuando llegó parecía una mosquita muerta, pero al terminar era capaz de manipular cualquier arma sin que tuviésemos que pedírselo. Disparaba, se ponía a cubierto detrás de los muros, desencasquillaba rápidamente cualquier arma, cambiaba los cargadores con rapidez y volvía a salir pegando tiros. Sorprendentemente, pasó de ser uno de los actores más nerviosos del reparto a ser uno de los más bragados".
Entrar en acción
El agotador campamento de instrucción resultó ser especialmente útil cuando los actores tuvieron que enfrentarse al rodaje de la asombrosa escena inicial a bordo de un avión de transporte militar C-47. Con unos asombrosos efectos especiales y unos trucos de acción perfectamente coreografiados, esta virtuosa escena de acción identifica inmediatamente a Overlord como película de acción vanguardista, en la que no se escatiman recursos.
"A medida que íbamos perfilando y detallando el guión, había una cosa que no cambiaba", dice Cohen. "La escena inicial en el avión, en la que conoces a todos los personajes justo antes de que salten, era una de las piedras angulares de la versión original de Billy Ray. La intensidad de la escena te mete en la película de una forma muy visceral, con el corazón en vilo".
El actor John Magaro, cuya extravagante interpretación del fanfarrón bocazas Tibbet aporta a Overlord algunos de los momentos más divertidos, afirma que la instrucción de Farnsworth fue esencial para el rodaje de la escena inicial. "El campamento de instrucción nos preparó para la escena del salto", dice Magaro. "Construyeron el fuselaje a escala real, con una fidelidad asombrosa, y lo llenaron de gente entrando y saliendo... Estábamos realmente apretados y era muy difícil rodar allí dentro, pero gracias a la instrucción, habíamos aprendido a apretar los dientes y hacer todos juntos lo que teníamos que hacer".
Para aumentar la sensación de realismo, Avery insistió en construir el escenario sobre una plataforma móvil. "Construimos el interior y parte del exterior de un C-47 y lo colocamos en una plataforma con cardán, para poder subirla y bajarla, moverla hacia los lados, y sacudirla siempre que quisiéramos", dice el director. "Dio a los actores algo en lo que pudieron basar su actuación".
Según Adepo, la combinación de trucos de acción, efectos especiales y trabajo de cámara de vanguardia convirtió el rodaje de la escena del salto en una experiencia que no olvidará jamás. "El escenario del C-47 era impresionante. Estar metido en una réplica exacta del avión, con todos los complementos y los paracaídas, que pesan como un muerto, fue uno de los momentos más incómodos de la producción, pero me hizo cambiar el chip, me metió directamente en la situación en la que se vieron estos soldados. Sabía que era algo cuya realización me iba a exigir mucho, pero ha quedado impresionante en la pantalla".
Abrams sintió un escalofrío al ver la secuencia del C-47 terminada y montada. "Tiene sobre la película el efecto que me había imaginado que tendría; te agarra y te hace sentir la ordalía que sufrió esta pobre gente. La intensidad con la que la rodó Julius, en particular a partir del momento en que el avión cae en picado para estrellarse, es simplemente inconmensurable".
El color de la guerra
Para captar hasta el último detalle de la evocadora imaginería de Avery con la cámara, los productores recurrieron a la destreza de dos alabados directores de fotografía: Fabian Wagner, que participó en la pre-producción y en la primera parte del rodaje, y Laurie Rose, que se unió al proyecto cuando este llevaba ya cuatro semanas en marcha, al tener que abandonar Wagner para atender a un miembro enfermo de su familia.
En vez de seguir el moderno canon de paleta de colores atenuados que se ha convertido en habitual en las películas bélicas actuales, Avery y Wagner idearon un estilo de imagen llamativo para Overlord. "Queríamos evitar a toda costa la fotografía insaturada tan habitual en nuestros días", dice el director. "En vez de tanto tono gris, optamos por colores que nos parecían vívidos e intensos".
Según Wagner, acentuar la intensidad de las imágenes estaba en la agenda de Avery desde el primer momento. "Fue una de las primeras cosas que comentamos Julius y yo, y este guión en particular se prestaba especialmente a crear una película de guerra con una paleta más colorista", afirma.
Los cineastas también optaron por prescindir de las lentes más modernas, en favor de unas cámaras con algo más de historia a sus espaldas. "Decidimos rodar con viejas lentes anamórficas, porque no nos interesaban la nitidez y los perfiles marcados de las lentes nuevas", explica Avery. "Queríamos una imagen más atenuada, que diese la impresión de que la película tenía lugar en el pasado".
A causa de sus intrincados efectos visuales, Overlord requería de cámaras expertos que supiesen hacer frente a las especiales dificultades que plantea este tipo de material. "Es todo un desafío, pero me encanta", dice Wagner, que ha sido director de fotografía de "Juego de Tronos,", La Liga de la justicia, y Victor Frankenstein, entre otras. "Personalmente, prefiero incluir todos los efectos posibles en el rodaje con cámara, porque creo que ayuda a los actores y a los artistas de efectos a la hora de introducir las mejoras en la escena".
El director de fotografía, que incluye la escena inicial del salto entre las mejores tomas que ha rodado en su carrera, pasó semanas planificando meticulosamente la secuencia con Avery. "Desde el principio intentamos hacer algo que fuera intenso y que cortase la respiración", dice. "Cada vez que hablábamos sobre el asunto, se nos ocurría algo nuevo para ir más allá. Técnica y creativamente, ha sido el mayor desafío de la película".
Avery recurría a citas cinematográficas como ayuda para indicar a sus directores de fotografía qué era lo que quería conseguir. "Julius mencionaba Apocalypse Now como referencia, por pedir que no quede, claro, porque tiene alguna de las imágenes bélicas más memorables que se han rodado", dice Rose. "También me entregó un detallado libro de diseños conceptuales, preparado por el magistral diseñador de producción de la película, Jon Henson, que me sirvió de vía rápida para introducirme en el rodaje".
La transición de película de acción a película de terror que hace Overlord aproximadamente a la mitad de su metraje exigía el correspondiente cambio de enfoque en la técnica de fotografía, dice Rose. "En ese momento de la película empezamos a incorporar mucha iluminación industrial, en particular en los laboratorios subterráneos, y eso supone un marcado contraste con la iluminación de baja intensidad que se emplea en los acogedores interiores del pueblecito francés que habían aparecido en la pantalla hasta ese momento".
Desde su primer trabajo en largometrajes, en la aclamada película de terror Kill List del director británico Ben Wheatley, Rose se ha convertido en una especie de experto en aterrorizar audiencias con su cámara, habilidad que le ha resultado muy útil en Overlord. "Ha sido todo un placer poder participar en este proyecto", dice. "He trabajado con un grupo de profesionales increíbles en todos los departamentos, y el equipo de Bad Robot me ha dado todo su apoyo. Todo el mundo estaba entusiasmado con la enloquecida historia que estábamos narrando!"
Vestidos para matar
La tarea de vestir al reparto con uniformes que correspondiesen al periodo de la ambientación recayó en la tres veces nominada al Oscar de la Academia Anna B. Sheppard, cuyo trabajo en Hermanos de Sangre, La lista de Schindler y Malditos Bastardos representa lo más granado del moderno diseño de vestuario de la segunda guerra mundial.
"Anna es una de las mejores diseñadoras de vestuario de época del mundo", dice Avery. "Teníamos que asegurarnos de que cada uniforme diese la sensación de que era auténtico y ponible, así que Anna tuvo que soportar todas mis preguntas sobre cada pespunte y cada detalle. Es una profesional maravillosa".
La habilidad de Sheppard también se refleja en el vestuario de los civiles franceses. Completamente elaborados a mano, cada elemento del vestuario estaba diseñado para tener el aspecto más genuino posible. "Por ejemplo, estampamos varios tejidos para los vestidos de Chloe, y después teñimos y envejecimos algunos para seguir su peripecia a lo largo de la película", dice la diseñadora. "Es muy difícil crear un vestuario como el que lleva Chloe, puesto que tiene que durar toda la película y seguir siendo interesante al final. Para lograrlo, fuimos añadiendo capas, como jerséis y una chaqueta de cuero. Llegamos al extremo de tejer sus calcetines para que pareciesen genuinos".
En una interesante particularidad, el personaje más malvado de Overlord es también el más elegante. "Wafner es muy elegante y apuesto, pero su apariencia contradice su verdadera naturaleza", dice Sheppard. "Parece ser muy delicado, pero en su interior es una alimaña. Podría incluso afirmarse que su vestuario es una especie de camuflaje".
Para lograr el estiloso aspecto de Wafner, Sheppard alargó su abrigo de cuero, diseñó un par de botas especiales para el personaje y dio a su gorro un toque llamativo. "En general, los uniformes militares alemanes estaban muy bien cortados y tenían un aire distinguido", dice, "que es el motivo por el que los uniformes nazis de Overlord son más elegantes y sientan mejor que los trajes de faena de los americanos".
Monstruos S.A.
Bad Robot ha presentado al público a algunos de los monstruos más memorables de la última década, incluida la devastadora bestia de Cloverfield, el destructivo extraterrestre de Super 8 y la colección de adefesios mutantes de la serie de televisión "Fringe". No obstante, por tremebundos que sean esos espantajos, el bestiario de Overlord incluye, probablemente, las criaturas más perturbadoras que Abrams y su equipo de efectos especiales han sido capaces de idear hasta el momento.
"Tuvimos conversaciones inacabables sobre el aspecto que debían tener", indica Abrams. "Una de las cosas que más me gusta de Overlord es el extraño engendro que acosa a nuestros héroes cuando se adentran en los subterráneos. Se trata de una película de absoluto terror que combina un diseño asombroso con una interpretación magnífica".
El hecho de que esta pesadilla rediviva haya sido creada básicamente con efectos especiales reales no hace sino acrecentar su capacidad de horrorizar, dice Abrams. "No es una criatura que hayamos añadido al final utilizando gráficos informáticos. Es tangible y real. Eso es lo que me encanta de los agresores en Overlord. Ver cómo cobran vida empleando una combinación de prótesis, interpretaciones y algún que otro gráfico generado por ordenador para reforzar las imágenes es un proceso asombroso".
El diseñador de prótesis, Tristan Versluis trabajó en estrecha colaboración con Avery para conseguir exactamente la apariencia que el director tenía en su mente. "Dedicamos semanas enteras a hablar sobre las criaturas de la película y preparamos muchos diseños diferentes hasta que dimos con la imagen adecuada", dice Versluis. "Nuestras referencias visuales eran de lo más variadas: Hablamos sobre piel transparente y músculos que recubriesen los músculos expuestos. Pensamos en la forma en que podían romperse y volver a reformarse los huesos. Buscamos inspiraciones en todas partes, incluso en un montón de síndromes médicos reales y en diversos animales de verdad".
Recuerdo un caso en especial, en el que Avery trajo un objeto muy curioso para inspirarnos. "El guión, al hablar del aspecto del personaje, decía que parecía estar pudriéndose desde el interior, así que la piel tenía que ser oscura y con ampollas", explica Versluis. "Pues bien, un día Julius salió a buscar algo y volvió con una especie de hongo negro raro, pegado a una rama. Era de color negro mate, tenía grumos por todas partes, y era repugnante. Me lo dio y me dijo '¡Quiero que sea como esto!' Así que empleamos el hongo como referencia para la piel orgánica grumosa, e hicimos una serie de pruebas, para comprobar qué aspecto tenía bajo los focos".
En otro momento de la película, Wafner sobrevive a una devastadora herida por arma de fuego en la cabeza, cuya creación exigió una compleja combinación de maquillaje protésico y efectos digitales. "Preparamos bocetos de personas que habían perdido la mitad del rostro y acabamos con un retrato verdaderamente estomagante", dice Avery. "Ese fue el momento en el que me di cuenta de que con Overlord estábamos llevando algunas cosas a una nueva dimensión".
En este caso el desafío era que el diseño del efecto no fuese en detrimento de la interpretación de Asbaek. "Con la herida del tiro en el rostro, no queríamos ocultar mucho al actor debajo del maquillaje protésico", dice Versluis. "Queríamos que diese miedo, pero sin llegar al extremo de una criatura artificial. Así que nos dejamos de elementos fantasiosos y nos atuvimos a los aspectos más sangrientos de una herida grave en la cabeza".
La apariencia definitiva la logramos empleando una prótesis dental unida a los dientes superiores e inferiores del actor, con la que parecía que tenía desgarrado el borde la boca, sin que eso afectase a su capacidad de hablar. "Hubo tres etapas diferentes del efecto, a medida que las deformidades del personaje se agravaban más y más", dice Versluis. "En la fase final, hacían falta cuatro horas para aplicar la prótesis. Afortunadamente, el actor es un gran tipo y aparentemente disfrutó mucho con la transformación".
Actuar con monstruos ha sido una nueva experiencia para Adepo. "Ver en persona a los monstruos ha sido impresionante", dice. "Parecía que todo lo que habían imaginado los diseñadores se hacía realidad directamente ante nuestros ojos. ¡Eran horripilantes! En cualquier caso, desempeñan una función importante en la historia y van a dejar al público con la boca abierta cuando los vean".
Sorpresas Musicales
El compositor australiano Jed Kurzel, que escribió la partitura de la película de Avery Son of Gun, volvió a formar equipo con el director para Overlord. Como en la película anterior, Kurzel se unió al proyecto cuando ya había un primer corte. "Normalmente entro en juego cuando Julius cree que tiene una versión estable de la película que yo pueda ver, después la vemos juntos y exponemos ideas basadas en nuestras impresiones y en mi reacción inicial", explica el compositor. "En Overlord, Julius tenía una idea muy clara de lo que quería escuchar, y en multitud de momentos descubrimos que teníamos ideas muy similares".
Una de las primeras cosas que comentaron fue la forma de usar la música para que acentuase las sorpresas de cambio de género de la película. "Julius insistía en que quería que la partitura aludiese a la impresión de que en la historia pasaba algo raro, así que mantuve a raya las referencias bélicas y di al tono de la música un elemento subyacente desasosegante", dice Kurzel. "La dificultad estaba en averiguar el momento exacto en el que había que dejar que el público se diese cuenta de que ese no era ya su Juan, que se lo habían cambiado".
Para conseguir ese ambiente perturbador, Kurzel combinó elementos orquestales clásicos con sonidos sintéticos e instrumentos distorsionados. "Quería que la partitura transmitiese la impresión de que los instrumentos orgánicos estaban siendo corrompidos por una cosa ajena a ellos", explica. "En cierta manera, los sonidos sintéticos son como el suero artificial se inyecta al torrente sanguíneo".
Además de realzar las espectaculares escenas de acción de Overlord, Kurzel escribió música para elevar la tensión en las secuencias de sobrecogedor suspense de la película. "Hablando en términos musicales, el suspense puede lograrse haciendo que la música desaparezca en medio del diseño de sonido general", dice. "Es muy perturbador no saber dónde termina la música y dónde empieza el sonido ambiente. Si se añaden elementos electrónicos y se manipulan tonalmente los propios instrumentos, como hicimos nosotros, la situación puede llegar a ser desquiciante".
Desatar a la bestia
En el momento en que Overlord se prepara para invadir las salas cinematográficas de todo el mundo, Abrams no podía estar más entusiasmado ante la posibilidad de asombrar a toda una nueva generación de cinéfilos. "En última instancia, puede decirse que Overlord, es un torbellino de emociones divertido, horripilante, extravagante, desquiciado, enternecedor y, al final, gratificante", dice. "Siempre supe que, en las manos adecuadas, podía ser algo verdaderamente especial, y Julius Avery ha hecho un trabajo asombroso con el material".
Cohen está de acuerdo. "Es una experiencia emocionante, que te atrapa y te hace seguir con interés las peripecias de los personajes y su supervivencia. Te mantiene pegado al asiento, y es el tipo de película que te lleva a lugares en los que nunca habías estado".
A pesar de los elementos de terror de la película, Smith espera que el público quede gratamente sorprendido cuando descubra lo divertido que es realmente el filme. "Más allá de la acción y el terror, en Overlord también hay mucha diversión y muchas risas", dice el guionista. "Hemos incorporado el humor a una situación llena de incertidumbre, lo que ayuda a aliviar la tensión en los momentos en que hace falta recuperar la respiración".
En cuanto a los espectadores preocupados por la posibilidad de que el pandemonio, los monstruos y la delirante ciencia que Overlord llevará a las salas de cine sean demasiado perturbadores, Avery les ofrece un útil consejo: "Todos los que se sientan aterrorizados por las imágenes deberían ver la película hasta el último fotograma, porque les garantizo que saldrán de la sala con una gran sonrisa en el rostro".
OverlordDirigida por Julius Avery