La película está protagonizada por Santiago Alverú, Macarena Sanz, Javier Caramiñana, Alicia Rubio y Pepe Ocio.
Notas del director
¿Cómo se retrata España? ¿Quién ha capturado mejor nuestra esencia, nuestras costumbres, nuestros momentos históricos? Berlanga, Buñuel, Almodóvar... Y más allá, Valle-Inclán, Gutiérrez Solana, Goya, Cervantes... Todos, cada uno en lo suyo, han enseñado una España grotesca, absurda, imposible... y sin embargo, la más exacta.
Lo que yo pretendo con esta película es precisamente eso: retratar este momento de nuestra historia, de nuestra vida, de nuestras calles. El momento político y la crisis económica, las turbulencias sociales y sentimentales... pero algo tiene la realidad española que se escapa al retrato convencional, al análisis clásico. Vivimos en la exageración.
Nunca me ha interesado la parodia... seguramente porque no es posible parodiar una realidad tan mema, tan inconcebible. La ironía se queda corta, la farsa resulta flácida por innecesaria, el sarcasmo lo tiñe todo de un pesimismo que tampoco nos representa... al final nos queda el esperpento. Después de todo las máscaras esconden más verdad que los retratos; el humor descabellado es más preciso que un ensayo académico.
Por aquí nace la idea de esta película. O más bien: por aquí nace nuestro personaje; porque nuestra película es Bosco. Un chico de clase alta, producto de un entorno protector y confortable, que se ve expuesto a la intemperie económica. Un pijo descabellado, un cliché, un esperpento con el flequillo lacio y un jersey sobre los hombros. Un personaje absurdo.
Pero, de alguna manera, todos somos Bosco. Todos somos niños grandes a los que la crisis nos ha tirado de culo contra el suelo... Nos levantamos metiendo tripa y sonriendo, intentando aparentar cierta dignidad, queriendo tomarnos en serio a nosotros mismos... pero lo que tenemos en frente, lo que mejor nos retrata, es un espejo de feria.
Notas del productor (Jaime Gona)
Como todas las traiciones de este país, Selfie se gestó en un bar de mala muerte, el bueno al que solemos ir a tomar algo cuando las labores parentales de Víctor le permiten cinco minutos para sus amigos estaba cerrado por descanso. En ese café cortado bebido con extrema rapidez Víctor me convenció, en esos cinco minutos, de meterme en el bendito lío de producir con él su próxima película. Debía estar desesperado porque le estaba pidiendo a un productor sin un duro producir su tercer largometraje, yo me sentía cómodo porque en aquel momento ambos nos encontrábamos en un momento tenso de economía, como la gran mayoría del sector (o al menos eso esperamos) llevábamos bastante tiempo intentando rodar nuestra primera película juntos y hasta esa fecha todos los proyectos en los que nos habíamos embarcado habían perecido, por utilizar un término finolis, por el mismo motivo por el que fracasa casi todo en este país: falta de financiación (o eso esperamos). A directores del talento de Víctor no se les puede decir que no, aún menos si uno quiere labrarse una carrera en esta profesión, que tiene mucho que ver con la política, si quieres ser alguien, debes arrimarte en la foto al que manda, Víctor tiene mucho tirón, si a un director con talento no se le puede decir que no, mucho menos se le puede negar la ayuda a un amigo (esto no es habitual en política), y muchísimo menos puedes decir que no a la única posibilidad real de producir una película y con un poco de suerte ingresar algo de dinero (a otros les ha pasado, en política muy a menudo), mi intención era hipotecar mi vida a ese billete de lotería que te da buen feelin, si no juegas no te tocará nunca. Con todo esto en mente nos marcamos como única premisa, sin haberlo hecho no creo que Selfie fuera hoy una realidad, rodarla como pudiésemos, durante todo el tiempo que nos llevase pero invirtiendo ese tiempo en hacer una película, como bien comentó Víctor en aquel bareto: "nos dedicamos a hacer películas, invirtamos por una vez en nuestra vida el tiempo en eso y no en tratar de financiar un proyecto más". Así se gestó Selfie de forma oficiosa, aquí viene la anécdota, el glamour; en mitad del rodaje la mujer de Víctor, Thais, productora ejecutiva de la película, nuestra jefa, me comentó que a Víctor Selfie se le apareció echándose la primera siesta en el primer rato libre que tuvo en cuatro años (se rumorea que la paternidad es complicada), al parecer se despertó medio grogui, mareado, medio resacoso y le confeso a su mujer con una voz ronca de ultratumba que tenía que rodar, que tenía que rodar una película como fuera, esa película ha terminado siendo Selfie. Estoy muy agradecido de que en aquel estado el primer productor que le vino a la cabeza fuese yo, la verdad, bendita resaca y bendita siesta.
Premios
Festival de Málaga- Cine Español
Biznaga de Plata- Premio especial del jurado de la crítica
Sección Oficial- Mención especial del jurado
SelfieDirigida por Víctor García León