Notas del director
Con una filmografía tan extensa y tan rica como la de Carlos Saura, sobre la que lógicamente hay ya tanto escrito y documentado, esta propuesta no dejaba de ser un reto apasionante. Es un sueño de todos los que hacemos cine el intentar mostrar algo nuevo, desconocido o personal en cada proyecto. Es lo que a mi me gustaría, y por eso este retrato debía de estar claramente diferenciado de reportajes y otros documentales anteriores sobre Saura.
Siendo Saura uno de nuestros directores más reconocidos internacionalmente y un creador incansable con más de 40 películas, me pregunté: ¿cuáles son los elementos claves en su cine? El paso del tiempo, la intrahistoria de la familia y las relaciones paternofiliales son temas cruciales en Saura desde los años 60 y para mi ejercen un particular magnetismo. Y ante eso venía la pregunta: ¿cuál es el legado que dejamos a las generaciones futuras?
Todas estas incógnitas me llevaban a una misma idea: tenía que ser el propio Saura quien explicara las respuestas en conversaciones con sus 7 hijos, en medio de un set cambiante lleno de imágenes y reflejos de sus películas, en una especie de homenaje a la puesta en escena de sus últimas obras.
Con esta intención, antes del rodaje establecí lo que debía ser un planteamiento riguroso: este iba a ser un documental donde sólo aparecieran Saura y sus hijos. Me dije a mi mismo que no podíamos romper esa norma que iba a hacer que esta película fuera diferente.
Qué equivocado estaba.
Yo era consciente de que Saura es poco amigo de revisitar su obra desde un punto de vista analítico, pero no tanto de su clara oposición a mirar hacia atrás en la vida. Me encontré con el ser humano más antinostálgico y antisentimental que me podía imaginar. ¿Cómo hablar de la obra y la vida de alguien que no quiere mirar al pasado?
Pero eso no era todo. También mi planteamiento apriorístico de mostrar solo a Saura con sus 7 hijos se vio continuamente desmoronado por la actitud y el sentido del humor del propio Saura: continuamente se dirigía a mi y disfrutaba haciendo bromas que rompían con la idea de la “cuarta pared” cinematográfica.
Me di cuenta de que en esta vida las ideas preconcebidas valen de muy poco. Y como nada es blanco ni negro, el proceso también nos sirvió para cuestionarnos conceptos tradicionales de paternidad, descubrir a una familia muy poco convencional (probablemente todas lo son) con su propio sentido del equilibrio y del cariño, y con un muy particular patriarca al frente de ella.
Y seguía flotando en el aire aquella pregunta que me hizo arrancar con esta aventura: ¿cómo se recordarán todas nuestras luchas personales cuando haya pasado el tiempo?.
Carlos Saura
Huesca, 1932. Como director de cine, debutó con el documental Cuenca (1958), premiado en el Festival de San Sebastián, al que siguieron Los golfos (1960) y La caza (1965), Oso de Oro al Mejor Director en el Festival de Berlín, que abrieron una nueva senda al cine realista español.
Después vendrían títulos imprescindibles de la historia del cine como Peppermint frappé (1967); Ana y los lobos (1972); La prima Angélica (1973), Premio Especial de Jurado en el Festival de Cannes; Cría cuervos (1975), Premio del Jurado en el Festival de Cannes; Elisa, vida mía (1976) o Deprisa, deprisa (1980), Oso de Oro en el Festival de Berlín.
Ya en los 80 comienza a dirigir sus películas musicales, algunas tan importantes como Bodas de sangre (1981); Carmen (1983), ganadora del Premio Bafta y nominada en los Globos de Oro y los Premios Oscar; El amor brujo (1986) o Flamenco, Flamenco (2010). Y nuevas películas de ficción como El Dorado (1988); ¡Ay, Carmela! (1990), que logra trece Premios Goya o Goya en Burdeos (1999).
Félix Viscarret
Pamplona, 1975. Tras estudiar dirección de cine en New Jersey, dirige los cortometrajes Dreamers, Canciones de invierno, Los que sueñan despiertos y El Álbum Blanco, obteniendo multitud de premios en los festivales más reconocidos, como la Mención Especial de Honor del Jurado Panorama en el Festival Internacional de Berlín (1999).
Con su primer largometraje, Bajo las estrellas (2007), obtiene un unánime aplauso de crítica y público, recibiendo dos Premios Goyas, incluyendo el de Mejor Guión Adaptado para el propio Viscarret, de un total de siete nominaciones. El film resulta el ganador absoluto del Festival de Málaga y es invitado a los festivales internacionales más importantes.
Sus trabajos más recientes como guionista y director incluyen el largometraje Vientos de La Habana (2016), primera adaptación de las emblemáticas novelas de Leonardo Padura (Premio Princesa de Asturias de las Artes 2015), que se estrenó en el pasado Festival Internacional de Cine de San Sebastián, y su continuación, la serie de TV Cuatro estaciones en La Habana, una coproducción internacional que ha sido emitida en Estados Unidos, Latinoamérica y Europa en distintas televisiones y plataformas, como TVE, Movistar+, ZDF o Netflix, y que recientemente ha obtenido el Premio Platino 2017 a la Mejor Serie de Ficción.
Saura(s)Dirigida por Félix Viscarret