Diez años después de Mamma Mia! La película, regresamos a la mágica isla griega de Kalokairi para otro musical basado en las canciones de ABBA.
Esta segunda entrega cuenta la historia de cómo se conocieron los personajes de la primera película en ese mágico verano, a la vez que narra sus vidas en el presente. Los miembros del reparto original vuelven a ponerse en la piel de sus personajes: la oscarizada Meryl Streep como Donna; Julie Walters como Rosie, y Christine Baranski como Tanya. Amanda Seyfried y Dominic Cooper vuelven a formar pareja como Sophie y Sky. Pierce Brosnan, Stellan Skarsgård y el oscarizado Colin Firth retoman los papeles de Sam, Bill y Harry respectivamente, los tres posibles padres de Sophie.
Al elenco original se unen Lily James que interpreta a la joven Donna, mientras que Alexa Davies (x+y) y Jessica Keenan Wynn (la obra "Beautiful", en Broadway) son las jóvenes Rosie y Tanya. Jeremy Irvine (War Horse) es el joven Sam, Josh Dylan (Aliados) es el joven Bill, y Hugh Skinner (Kill Your Friends) es el joven Harry.
Liberando al roquero que llevamos dentro: Coreografía y bailes
Una producción de Mamma Mia! no estaría completa sin la fabulosa coreografía de Anthony Van Laast. "Conozco a Anthony desde siempre", dice Judy Craymer. "Es un gran narrador y hace veinte años que forma parte de 'Mamma Mia!' Se encargó de la coreografía de los musicales y posteriormente de la primera película".
La productora reconoce que siempre se asombra ante la habilidad del coreógrafo a la hora de sacar lo mejor de actores que no están fmiliarizados con el mundo de la danza. "Consigue que todos crean que son bailarines natos y que los espectadores estén convencidos de que también podrían hacerlo", sigue diciendo. "Se le ocurrió una idea brillante para la coreografía de 'Waterloo' en París, es una auténtica genialidad". Por cierto, si se fijan bien, verán a Benny Andersson tocando el piano al principio de la secuencia en el café Bonaparte.
"El guion es fantástico", reconoce Anthony Van Laast. "Me gustó mucho la forma en que Ol Parker hiló la música con la historia porque abría la puerta a un sinfín de posibilidades para la coreografía. En la primera reunión comprendimos que íbamos en la misma dirección. Si yo tenía una idea se la decía, él hacía lo mismo, fue un proceso muy creativo y muy vivo".
El coreógrafo decidió cambiar de enfoque en esta película para que los números fuesen diferentes. "No se crea un número solo a base de pasos y movimientos. Debo saber de qué va la historia, quiénes son los personajes y cuáles son sus relaciones", explica Anthony Van Laast. "También la situación emocional y dramática al principio y al final de una secuencia musical. Solo sabiendo lo anterior podré hacer que el número evolucione".
Y pone un ejemplo de dicha evolución: "Originalmente, 'When I Kissed the Teacher' empezaba con todos los alumnos que salían corriendo de la Universidad. Pero no me convencía porque con 'Dancing Queen', los actores debían bajar la colina corriendo. Luego, pensando en Oxford, nos dimos cuenta de que los universitarios siempre usan la bicicleta, así que todos salen pedaleando y acaban escuchando un concierto en una barcaza en el río. Desde el punto de vista coreográfico, no quería que todo fuera suave como la seda porque era la época del punk. Donna y las Dínamos son chicas del momento, debían encajar. También llevarían plataformas, así que imaginé pasos que funcionasen con sus botas".
Jessica Keenan Wynn, que refleja el sentir de sus compañeros cuando alaba al incansable coreógrafo, sentencia: "Anthony es un dios. 'When I Kissed the Teacher' era el número más difícil de interpretar. Llevábamos plataformas y debíamos bailar en una barcaza, pero estudió nuestros puntos fuertes y débiles para compensarlos en toda la secuencia. Eso sí, es muy exigente y tremendamente trabajador, pero ahí está lo bueno de ser un trío. Cuando empezaba a cansarme, miraba a mis compañeras, y gracias a su energía, volvía a la carga".
Otro número difícil para todos, por ese toque muy al estilo vodevil, fue "Why Did It Have to Be Me?". "Cuando leí el guion, transcurría en un yate. Se trata de un flirteo entre Donna y Bill de jóvenes", explica Anthony Van Laast. "Decidimos que fuera muy exagerado, muy estilizado. Pero filmarlo en el puente de un barco en el mar era todo un reto por los movimientos del número, de un lado a otro del yate, mientras que la cámara debería hacer lo mismo en paralelo desde otro barco. Fue un auténtico desafío, pero creo que quedó muy original".
La joven Donna y el joven Bill se conocen porque ella pierde el ferry y él se ofrece para llevarla en su maravilloso yate. "Filmamos la secuencia en el puente en alta mar", recuerda Lily James. "Es una de las mejores semanas de rodaje que he vivido en toda mi vida. Hacía mucho calor, el mar estaba transparente y cantábamos un tema genial de ABBA. La canción tiene algo de blues, algo de rock y el dúo es precioso. Bill y Donna se lo pasan realmente bien juntos, se parecen mucho, tienen un espíritu aventurero, son valientes y traviesos".
Anthony Van Laast ya había coreografiado "Mamma Mia!" en varias ocasiones, pero al ser una de las secuencias más memorables para el público, quería hacer algo realmente especial e innovador. "Tanto en el musical como en la primera película, la canción pertenece a Donna, pero ahora está diseñada para las Dínamos", explica. "Me gustó mucho trabajar con Lily porque tiene experiencia con los movimientos y lleva el ritmo en el corazón. Jessica y Alexa también saben moverse, lo que me permitió alzar el listón para llevar el número a un nivel superior".
En cuanto al reparto de la primera película, el coreógrafo estaba encantado de volver a trabajar con Christine Baranski y Julie Walters. Las dos interpretan "Angel Eyes" con Amanda Seyfried en el hotel Bella Donna. "Reconozco que, al principio, 'Angel Eyes' me costó mucho", recuerda el coreógrafo. "No conseguía meterme en el número, pero a Ol se le ocurrió que Christine podía cantar una estrofa, luego Julie y así, lo que ya representaba un reto. Con esa idea en la cabeza, pude diseñar el número. Además, conozco a Christine y a Julie, y sabía lo que aportarían a la secuencia. Las dos tienen un estilo muy definido, es maravilloso trabajar con ellas. Añadimos un toque de competencia entre las dos cuando aconsejan a Sophie y fue una explosión, el número fluye perfectamente".
Julie Walters también se alegró mucho de volver a trabajar con Anthony Van Laast: "Nos lo pasamos realmente bien. Es verdad que Anthony exige mucho. La danza requiere más disciplina que la interpretación, pero como cualquier buen creativo, siempre está dispuesto a escuchar las ideas de otros, y eso es maravilloso".
Gary Goetzman reconoce que es una de sus secuencias favoritas: "Tanya y Rosie son el alma de Mamma Mia! La mezcla de humor y angustia que las dos aportan al tema no tiene precio".
Josh Dylan, hablando del número "Why Did It Have to Be Me?" en el puente del barco con Lily James, recuerda: "Habíamos ensayado previamente en el estudio de Shepperton, donde disponíamos de mucho espacio y el suelo no se movía, pero cuando llegó el momento de hacer lo mismo en un barco en alta mar, descubrimos que no era nada fácil mantener el equilibrio. Lo peor de todo es que nos entraron varios ataques de risa cada vez que estuvimos a punto de caernos por la borda. Ahora que lo pienso, quizás haya sido bueno para la secuencia porque nos divertíamos y estábamos muy alegres. Nos costaba contenernos".
Aun así, el joven actor no lo pasó muy bien cuando empezó a trabajar con el coreógrafo. "Desde el principio, le confesé a Anthony que me sentía muy incómodo con la idea de bailar", recuerda, "pero me tranquilicé mucho cuando me explicó que no se trataba de bailar, sino de contar una historia. Es una persona muy receptiva, siempre está dispuesto a escuchar las ideas de otros. Sabe utilizar los puntos fuertes de cada uno y hacernos sentir que lo hemos hecho todo solos".
Uno de los mejores momentos para Anthony Van Laast fue tener la ocasión de colaborar con los legendarios Andy Garcia y Cher con el tema 'Fernando': "Este número también debía servir para desarrollar la relación entre los dos personajes. Andy es el amor que ella perdió hace años y la pasión renace con el reencuentro. Me basé a grandes rasgos en el tango, es un baile muy sensual y funciona de maravilla".
La secuencia musical más ambiciosa de la película es "Dancing Queen", y el coreógrafo deja claro que representaba un enorme desafío: "'Dancing Queen' fue especialmente complicado porque, entre otras cosas, lo he hecho muchas veces. También me pareció el mejor número de la primera película y eso era una dificultad añadida. Me sorprendió la idea de que cantaran pescadores desde una flotilla porque suelen escogerse voces femeninas. Bien, sería diferente, lo cantarían hombres con Colin y Stellan, pero quedaba superar la dificultad de coreografiar a los hombres bailando en los barcos y también ir corriendo a recibir a los residentes del hotel bajando por la colina. Luego se juntan todos, y esa fue la parte más fácil, lo complicado era asegurarme de que no se perdía el hilo de la historia durante la secuencia anterior".
Según Amanda Seyfried, puede que este sea el número más alegre de todos, interpretado por el reparto de la primera película al completo y para el que fueron contratados varios miembros del musical "Mamma Mia!". "Cuando me entero de que vienen mis padres, estoy con Tanya y Rosie. Todos nos precipitamos hacia el muelle para darles la bienvenida", explica la actriz. "Es una enorme celebración, estamos eufóricos, es el momento en el que todas las piezas empiezan a encajar".
Colin Firth aprecia los matices del número para impedir que sea repetitivo: "Harry no sabe lo que le ha pasado. Hace un momento estaba buscando una forma de llegar a la isla con una maleta en la mano, y minutos después está en un barco rodeado de 150 pescadores cantando y bailando. En el momento que empieza la música, sale el sol, estamos en alta mar y la energía se desborda. Es difícil permanecer quieto. A eso debemos añadir el helicóptero con la cámara pasando una y otra vez por encima de nosotros. Era extraño, pero electrizante".
Dominic Cooper también participó en la secuencia y disfrutó tanto como Colin Firth: "Llegamos a la isla para celebrar la inauguración del hotel. Todos nos abrazamos, es una gran reunión, y siempre con la música de 'Dancing Queen'. Es una secuencia muy emotiva".
Pierce Brosnan no se quedó atrás participando en la secuencia. "Solo hay una forma de pasárselo bien, y es tirarse de cabeza", comenta, riendo. "Si te quedas y te haces el tímido, no sirve de nada. En cuanto suena la música, deja que te lleve. Yo estaba con Julie y Christine bajando la colina, rodeados por bailarines del musical, cantando y saltando. Hay que entregarse en esas escenas, pasarlo realmente bien y estar dispuesto a hacer el peor de los ridículos. Cabe la posibilidad de que te caigas de narices, pero lo harás con estilo".
En cuanto a "My Love, My Life", el emotivo número de Meryl Streep con Amanda Seyfried y Lily James, Anthony Van Laast reconoce que tampoco fue fácil por varias razones. Al ser la última secuencia musical de la película, debía estar perfectamente equilibrada. "Otra brillante idea de Ol, lo de pasar de Lily a Meryl basándose en una transformación, funciona de maravilla", dice el coreógrafo. "La primera vez que Meryl lo interpretó, lo hizo de forma que todos pudieran meterse en el número. Miré a los actores, y tenían los ojos húmedos. Meryl es genial, es como trabajar con un Rolls Royce".
La ropa en los setenta y en la actualidad: El vestuario
La galardonada diseñadora de vestuario Michele Clapton se documentó detalladamente para vestir al reparto. "Trabajar en la precuela fue la clave", dice. "La década de los setenta es muy diversa, y en este caso pasamos del estilo de La gran estafa americana a lo que se llevaba entonces en la playa. Lo más interesante es que el look de los setenta ha vuelto a estar de moda. Me gusta que la moda sea cíclica, pero siempre regresa aportando algo diferente. Aquí, incluso podíamos tener prendas casuales, llenas de colores, que desentonaran, pero siempre con clase. Por ejemplo, escogimos un look más estilo Biba para la joven Tanya, y algo más ecléctico, más improvisado, más hippy para la joven Rosie".
La diseñadora disfrutó vistiendo a Lily James, Jessica Keenan Wynn y Alexa Davies. "Lo mejor fue que las tres siempre estaban dispuestas a pasarselo bien. No tienen complejos y son atrevidas. Y como he dicho antes, la década de los setenta era muy libre y en realidad no es tan lejana. Estudiamos cada personaje e intentamos subrayar su recorrido mediante la ropa adecuada". La diseñadora hace una pausa y añade, riendo: "Cada vez que Judy [Craymer] aparecía, preguntaba: '¿No puede brillar un poco más?' Y creo que tenía toda la razón".
Pero las actrices no son las únicas que disfrutaron con los diseños de Michele Clapton. "Michele, nuestra extraordinaria diseñadora de vestuario, hizo un auténtico milagro", dice Ol Parker. "Consiguió que el vestuario fuera vistoso, espléndido, pero que siguiera siendo natural. Las chicas estaban encantadas".
El mundo de Donna en 1979 incluía algunas prendas sorprendentes, y Lily James estaba encantada con la idea de que la vistiera Michele Clapton. "Cuando me presenté a las primeras pruebas de vestuario y vi lo que Michele había escogido, supe inmediatamente que entendía quién era Donna", recuerda la actriz. "La ropa para el número 'When I Kissed the Teacher' era perfecta; se nota que es de hecho a mano, que la hemos realizado con las cortinas de la residencia de Oxford. Evoca el típico decorado, papel y cortinas a rayas de los setenta, pero a la vez también es joven, inventiva, divertida. Capta el momento a la perfección".
"Ese número es ideal para lanzar la película", añade Michele Clapton. "Es un momento que se inspira en el clásico Sonrisas y lágrimas, cuando cortan las cortinas rayadas para sus trajes. A eso le añadimos unas estrellas y unas largas boas de plumas falsas como toque final".
Jessica Keenan Wynn, que interpreta a la joven Tanya, la que está más metida en la moda de las tres, pasó mucho tiempo con la diseñadora: "Michele sabe diseñar para el cuerpo femenino. Tanya es la que lleva un vestuario más acorde con la moda de la época y me lo pasé muy bien probándome todo para encontrar a mi personaje a través de la ropa que Michel escogía. Siempre me preguntaba cómo me sentía con cada prenda, la relación era recíproca. Me pareció fantástico sentir que tenía algo que aportar en la creación física de Tanya, aunque todo dependía de la genialidad de Michele".
El siguiente traje de las Dínamos es para el número de "Mamma Mia!" en la taberna griega. "Me gustaba la idea de que fueran capaces de inventarse un traje aprovechando cualquier oportunidad con toques de inpiración casera", comenta Michele Clapton. "Llevan vaqueros a los que han añadido volantes, y unos tops elásticos. Aquí usamos botas del estilo de principios de los setenta, sin las plataformas que llegaron después. Fue por seguridad, porque corren y saltan en las mesas. Además, cuando uno se disfraza, usa lo que tiene a mano. Encontramos tres pares de botas doradas que encajaban de maravilla con los trajes, a los que añadimos algo especial para que cada personaje tuviera un elemento propio".
Las Dínamos de los setenta lucen unas prendas increíbles creadas por la diseñadora que fueron muy apreciadas por las tres jóvenes actrices. "La ropa estilo años setenta que llevamos es una locura y muy diversa porque pasamos de relajarnos en la habitación de la residencia a bailar en una taberna griega", dice Alexa Davies, riendo. "Pero los vaqueros de campana que llevamos cuando cantamos 'Mamma Mia!' son geniales, cómicos y supercómodos para bailar. Son mis favoritos".
Michele Clapton no esconde que disfrutó vistiendo a uno de sus ídolos y habla de lo que creó para Cher: "Sabe como llevar la ropa, hace que una prenda cobre vida cuando se la pone. Tiene mucho cuidado con su vestuario, quiere saber el porqué de cada prenda. Fui a su casa de Los Ángeles antes de que empezáramos a rodar para hablar de las ideas que tenía. Por ejemplo, le propuse que el traje que lleva Ruby durante su llegada sorpresa fuese del color de la luna".
"Cher estaba totalmente de acuerdo, pero durante las pruebas se dio cuenta de que la chaqueta no funcionaba para la coreografía de la canción", sigue diciendo la diseñadora. "Entonces diseñamos un top alucinante para que pudiera llevarlo por debajo con mangas largas acabadas en puños color plata líquida. Captó la luz de maravilla cuando bajó por las escaleras del hotel Bella Donna".
Famosa por sus innovadores trajes, Cher habla del estilo de su personaje: "La verdad, Ruby lleva ropa un poco más discreta. Es abuela y tiene mucho estilo. Por ejemplo, si lleva una prenda con estampado de leopardo, ya no es marrón y negro, sino gris carbón y gris claro, con una blusa blanca. Destaca mucho más".
En cuanto a las actrices y actores que repetían, Michele Clapton dice: "Actualicé su estilo de acuerdo con los cambios en sus personajes. Por ejemplo, Tanya volvió a casarse y a divorciarse, cuida mucho su apariencia, tiene mayor poder adquisitivo y lleva ropa cara. Rosie tiene éxito, pero sigue llevando vestidos llenos de color. De todos ellos, la ropa de Bill es la que menos ha cambiado. Nunca ha ido a la moda, le da igual, y lleva más o menos lo mismo que antes".
Se habló mucho de lo que llevaría Meryl Streep en su única escena. "Desde el principio pensamos que debía ser el pantalón con peto porque es la ropa que se asocia a Donna", explica la diseñadora. "Todos tuvimos la misma idea cuando vimos el plató y conocimos el desarrollo de la escena. Pero intentamos añadir un toque especial con una bonita blusa estampada en azul. Fue muy emocionante cuando Meryl vino para la prueba de vestuario, todos sentimos que había vuelto el corazón de Mamma Mia!".
Sophie ha cambiado mucho desde la primera película y su ropa debía reflejar esos cambios. "Está sola, Sky vive en Nueva York, y ahora es dueña del hotel", explica Michele Clapton. "Ya no puede ser la hippy de antes. Se ha centrado y debe notarse en su ropa, por eso decidimos que llevaría vaqueros con tops elegantes".
Uno de los trajes de Sophie que más gustó a todos es el vestido que lleva en el bautizo de su bebé. "Encontramos una prenda con un precioso estampado de mariposas, pero solo era un top y necesitábamos un vestido", recuerda la diseñadora. "Se nos ocurrió comprar tres y convertirlos en un solo vestido. La joven Donna siempre lleva una mariposa en el cuello y nos pareció precioso que Sophie llevara un estampado de mariposas en memoria de su madre. Otra prenda habitual de Sophie es un poncho multicolor, otra conexión con la joven Donna, que lleva un poncho naranja de punto al principio de la película".
El rodaje de la escena del bautizo fue muy emotivo para todos los presentes, tal como recuerda el productor Gary Goetzman: "Miraba el rodaje de la secuencia en la capilla con Meryl, Amanda y Lily, y me invadió la emoción. Me sentía bastante incómodo hasta que oí un ruido a mi derecha. Miré hacia los técnicos y ahí estaban todos llorando abiertamente, sin avergonzarse. Todo el equipo estaba realmente emocionado".
Desde el Reino Unido a Croacia: Los decorados de la película
Reino Unido
El rodaje empezó en Oxford con la joven Donna, la joven Tanya y la joven Rosie en el escenario de la Gran Sala del New College de la Universidad de Oxford para cantar "When I Kissed the Teacher".
A pesar de su nombre, el New College (Nueva Facultad) es uno de los más antiguos de la Universidad de Oxford y fue fundado en 1379 por William of Wykeham, obispo de Winchester, con el nombre de The College of St Mary of Winchester en Oxford, la segunda facultad dedicada a la Virgen María.
Sin embargo, el rodaje estaba basado en los Estudios Shepperton, donde se utilizaron varios platós. La taberna griega donde la joven Donna conoce a la tía Sofía (MARIA VACRATSIS) y canta "Andante, Andante" se construyó en el plató C, el mismo donde las jóvenes Dínamos cantan "Mamma Mia!" delante de un público entregado.
El plató D fue transformado en la residencia de las jóvenes Dínamos en la Universidad. Las paredes de la habitación se cubrieron con fotos de la productora Judy Craymer de adolescente. En ese mismo plató se edificó la capilla donde se bautizó a Sophie (1979) y al bebé de Sophie (época actual).
El decorado del vibrante café Bonaparte se alzó en el plató W para que la joven Donna y el joven Harry cantasen "Waterloo".
El plató H acogió el mayor decorado de la película, el hotel Bella Donna, donde Sophie se reúne con Sky, con sus tres posibles padres y conoce a su abuela Ruby. Por suerte, se recuperaron las preciosas puertas y contraventanas azules del decorado original de Mamma Mia! La película.
En este decorado se interpretaron los números musicales correspondientes a "I've Been Waiting for You", "Fernando", "Dancing Queen", "Angel Eyes" y la secuencia final.
El Hipódromo Sandown Park de Esther hizo las veces de zona de salidas del aeropuerto de Heathrow, por donde se va Donna camino de París. También se usó para construir la sala de juntas en Tokio donde Harry negocia un trato de suma importancia antes de darse cuenta de que la familia es lo más importante.
Los cuidadísimos jardines de Hampton Court Palace se convirtieron en el jardín de las Tullerías en París, donde pasean Donna y Harry de jóvenes.
Croacia
Después de dos semanas de rodaje en el Reino Unido, los actores y el equipo técnico se desplazaron a Croacia para rodar los exteriores situados en la isla de Kalokairi y el resto de Grecia. El departamento de localizaciones había descubierto Vis, una de las islas más remotas de Croacia. No solo está bañada por aguas cristalinas, sino que la costa es de lo más pintoresco y la arquitectura muy interesante.
La isla aún no ha sido invadida por el turismo. Sirvió de base militar del ejército yugoslavo y se prohibió la entrada a extranjeros desde los años cincuenta hasta 1989. Empezó a abrirse al mundo a partir de la independencia de Croacia, dando a conocer sus tradiciones, historia, herencia cultural y belleza natural.
El rodaje en la isla duró cinco semanas en decorados muy diversos.
Una secuencia de MAMMA MIA! UNA Y OTRA VEZ se rodó en el puerto de Vis para captar el momento en que la joven Donna pierde el ferry y aparece el joven Bill para salvarla (1979). También se rodó allí la escena en que Bill y Harry, en la época actual, se enteran - bajo la mirada del policía griego (OMID DJALILI) - de que no llegarán a la isla al estar cancelado el ferry por el mal tiempo.
Se instaló un animado mercado en la plaza Karolina lleno de panes y numerosos productos enviados desde Grecia. La escena en que Alexio (GERARD MONACO) salva a Apollonia (ANNA ANTONIADES) de un matrimonio desgraciado se rodó delante de la conocida iglesia de San Jerónimo.
La bahía de Srebrna, con la bella playa de Plata, acoge a la joven Donna y al joven Sam paseando a la luz de la luna.
La taberna en Grecia, donde Bill y Harry encuentran la solución para llegar a Kalokairi, es en realidad el restaurante Jastozera en Komiža.
El decorado más impresionante fue la bahía de Barjaci, transformada en Kalokairi, con el famoso muelle incluido. Aquí se rodo la alegre secuencia de "Dancing Queen" con nada menos que trescientos bailarines, mientras Bill, Harry y Sky llegan por fin a la isla.
Todos los exteriores de Kalokairi se filmaron en la remota isla croata. Colin Firth, como todo el resto del equipo, se enamoró del lugar: "Vis es uno de los mejores lugares donde he trabajado hasta ahora. Es una preciosa isla en el Adriático. Todo, desde la hospitalidad, sus habitantes, la comida y el ambiente, es increíble. Ninguno de nosotros queríamos irnos. Si hubiéramos podido rodar toda la película allí y quedarnos un poco más, seguro que lo hacíamos gratis".
Destellos en la pantalla: El legado de Alan Macdonald
Desde La Reina hasta Pisando fuerte, pasando por El exótico Hotel Marigold y La reina Victoria y Abdul, todos están de acuerdo en que no había en el mundo otro diseñador de producción como Alan Macdonald, cuya última visión cobró vida con los decorados de MAMMA MIA! UNA Y OTRA VEZ. Con esta película, Alan Macdonald deja al mundo un legado de belleza y alegría para disfrute de los espectadores.
El diseñador de producción John Frankish, que trabajó en muchas ocasiones con Alan Macdonald, habla de sus colaboraciones: "Trabajar con Alan era un placer. Siempre aportaba una sensibilidad especial a las películas, pero también una tenacidad notable. En MAMMA MIA! UNA Y OTRA VEZ, su legado era tan fuerte que pudimos seguir casi paso a paso lo que había imaginado para la película".
Todos, actores y equipo, se entusiasmaban con la imaginación de Alan Macdonald y con su don para crear decorados de ensueño, decorados que permitían a los actores sentir que estaban en una lejana isla exótica... o que volvían en el tiempo a la época hippy. "El decorado era alucinante, mágico, espléndido", dice Christine Baranski, "hasta el punto de que a todos se nos llenaron los ojos de lágrimas cuando entramos. Creo que todos pensamos que queríamos vivir allí".
A pesar del golpe que supuso para todo el equipo la pérdida de un talento semejante y de una persona genuinamente bondadosa, encontraron un pequeño consuelo en el hecho de que su trabajo vivirá para siempre. "Era una persona única, extraordinaria, yo le adoraba", dice Judy Craymer. "Pasamos muchas horas muy felices hablando del diseño y de los detalles tomando un refresco. Tenía una visión muy concreta de la isla, de toda la película. Se había adueñado del espíritu de Mamma Mia!".
"Alan supo llevarnos a los orígenes de la historia en 1979 y hacernos viajar en el tiempo sin sobresaltos hasta esta preciosa isla", sigue diciendo la productora. "Tenía un gran sentido de la escala. Todo su equipo se aseguró de que permaneciéramos fieles a su diseño. Me parte el corazón que no esté aquí para ver en la pantalla el extraordinario trabajo que realizó".
Una vez acabado el rodaje, el guionista y director Ol Parker reflexiona acerca de MAMMA MIA! UNA Y OTRA VEZ y de lo que espera que el público se lleve de la película: "Espero sinceramente haber hecho una película que atraiga a los espectadores que se enamoraron de la primera, pero que también sea una historia nueva para un público nuevo. El reparto es maravilloso, las canciones son deslumbrantes e incluí todo lo que tenía a mi alcance, música, risas, felicidad y sol.