Película ganadora de 5 Premios César (entre ellos el de Mejor Director, Guión Adaptado y Fotografía). Basada en la novela homónima de Pierre Lemaitre, ganadora del prestigioso Premio Goncourt.
Del actor y director Albert Dupontel ('9 meses... de condena'), es una comedia dramática protagonizada por Nahuel Perez Biscayart (´120 Pulsaciones por minuto´) y el mismo Dupontel, con Laurent Lafitte ('Elle'), Niels Arestrup ('Un profeta' y Mélanie Thierry ('Teorema Zero').
Una entrevista con Albert Dupontel
P: ¿Puede hablarnos de la génesis del proyecto? ¿Por qué quiso adaptar la novela de Pierre Lemaitre?
R: Además de ser un enorme placer de lectura para mí, encontré el libro extremadamente inspirador. Me pareció un panfleto contra la época actual disfrazado de una forma muy elegante. Todos los personajes me parecían de una modernidad desconcertante. Una pequeña minoría, codiciosa y avaricio sa, que domina el mundo. Las multinacionales actuales están llenas de Pradelles y de Marcels Péricourts, sin fe ni ley, que hacen sufrir a innumerables Maillards, quiénes también perseveran para sobrevivir a través de los siglos. La narración también contenía una historia universal, con la crónica de un padre lleno de remordimientos y un hijo abandonado e incomprendido. Y finalmente la intriga de la estafa con los monumentos funerarios, que añade un hilo conductor dando ritmo y suspense a la narración. Todos estos elementos hicieron que por primera vez para mí, una adaptación me pareciera factible y oportuna. Además, el libro de Lemaitre es un verdadero manual de instrucciones ya que su escritura es visual y sus personajes tienen una psicología perfectamente definida, todo en una narración con giros continuos.
P: ¿Cómo hizo la adaptación?
R: Por primera vez, la escribí rápidamente y, además, el libro de Pierre, lo facilitaba mucho. Escribí una primera versión en 3 semanas, pero a pesar de todo, llegamos hasta la versión número 13. Pierre me dejó una libertad total, sólo nos vimos dos veces para discutir el final. No hace falta decir que no me hubiera arriesgado a hacer modificaciones sin su aprobación.
P: ¿Cómo fue el proceso de escritura del guión?
R: Partiendo de un libro de 600 páginas, mi "premisa" era ir a lo esencial, a saber, la relación fuerte y apasionada entre Albert y Edouard, a quién confronto bastante temprano cuando Edouard propone la estafa. Necesitaba un detonante en el guión para articular la historia como una película. De hecho, en el libro, la estafa sucede en el último tercio, y uno de mis principales esfuerzos fue colocarla muy al principio de la historia. Del mismo modo, el espectador es mucho más perezoso que el lector. Así que, para mantener la atención y el ritmo, conecté todos los personajes entre ellos, incluso más que en el libro, con el fin de vincularlo todo. Por ejemplo, es Edouard quien pone a Merlín tras la pista de Pradelle para vengarse de él. Esta transición no existe en el libro. Y, por último, necesitaba un reencuentro entre Péricourt padre y Péricourt hijo y el diálogo en la terraza del Lutetia, así como el ajuste de cuentas entre Maillard y Pradelle. Una vez más, creo que el espectador lo necesita pero no necesariamente el lector.
P: Entre la comedia y la tragedia, ni todo es muy burlesco ni totalmente patético... ¿Cómo consigues jugar entre un tono y el otro? ¿Qué es lo que te interesa de esta tensión?
R: De nuevo, este elemento estaba muy presente en el libro de Pierre, de hecho he intentado mantener en la película varias frases textuales que aparecen en el libro. Para conseguir poner el relieve emocional que mencionas, todo dependía de la fuerza en la interpretación de los actores y, aunque los dos personajes del film se consideran burlescos, Labourdin y Merlín, yo necesitaba grandes actores. Philippe Uchan y Michel Vuillermoz. Sin embargo, ensayamos mucho para poner la "nariz roja" a estos personajes. La mezcla entre la comedia y la tragedia se basa en una interpretación adecuada y yo me quedé muy contento con todo el reparto. Además, esta mezcla me parece un buen reflejo de lo que siento en mi vida cotidiana. Esa montaña rusa emocional da un toque particular a este género de películas.
P: ¿Porqué Laurent Lafitte para interpretar a Pradelle?
R: Idealmente, estaba buscando un Vittorio Gassman francés, que mezclara humor, tragedia y oscuridad. Laurent me pareció ideal. Más allá de sus cualidades como actor, su Pradelle es excelente ya que me daba la sensación de que se divertía encarnando a su personaje. Tenía un gran cuidado de su aspecto y se lanzó con deleite a ese juego distanciado, frío, riguroso y preciso. A veces es un monstruo, capaz de gestos terribles como lamer las lágrimas de Pauline, o capaz de empujar a Maillard hasta la confrontación. De hecho, su fuerza como actor es no juzgar moralmente a sus personajes. Esto le da una gran libertad de actuación.
P: ¿Cómo conociste a Nahuel Pérez Biscayart?
R: Por un casting en Julio de 2015. Hacer castings ocasionalmente permite descubrir talentos excepcionales. Este fue el caso de Nahuel. Desde el primer contacto, sentí que allí estaba un Edouard Pericourt. Su mirada, su forma de moverse, su cara impertinente e irónica… todos los indicios estaban allí. Me sorprendió mucho su madurez, la constancia de su trabajo, su rigor en el plató. Terminó condensando todo el personaje en su mirada. Sólo tenía que filmarlo.
P: ¿Niels Arestrup como Marcel Péricourt?
R: Era obvio. Siempre he sentido que detrás de ese carácter sobrio, austero y estricto se escondía un monstruo de la sensibilidad. Fue un placer verlo "florecer" durante la escena en la terraza. Habíamos repetido otras escenas para quedarnos tranquilos. Pero la escena final se la hizo suya y nunca se ha repetido. Me quedé deslumbrado con su actuación.
P: ¿Por qué eligió a Emilie Dequenne para el papel de Madeleine?
R: Siempre me ha encantado esta actriz, su mezcla de gracia y absoluta sinceridad. Ella aceptó a Madeleine, la entendió muy rápidamente y en los ensayos, fue ella quien le dio el tempo necesario a la escena final entre Pradelle y Madeleine. En la adaptación, esta escena revela una Madeleine determinada y para nada inocente. Emilie era perfecta, ya que mezclaba dulzura, ironía y firmeza.
P: ¿Y Mélanie Thierry como Pauline?
R: Me pasé toda la pre-producción pensando en una Pauline que se parecía mucho a ella, sin atreverme a proponerle un papel tan aparentemente pequeño. Al no encontrarle un clon perfecto, terminé llamando a la original que, para mi sorpresa, estaba disponible y muy entusiasmada. Nada puede competir con el brillo de Mélanie ante la cámara. Con el encanto de su modestia y de esos ojos azules.
P: ¿Cómo descubrió a Héloïse Balster, que encarna a Louise?
R: Encontré a Héloïse a través de un casting, entre decenas de niñas, con su cara falsamente malhumorada, que captó la cámara. Su espontaneidad y entusiasmo hicieron el resto. Además, la complicidad con Nahuel fue perfecta y eso sirvió de mucho a la película.
P: Como suele suceder en sus películas, 'Nos vemos allá arriba' tiene papeles secundarios importantes, ¿qué puede decirnos sobre los actores que los interpretan?
R: Al Comandante Thérieux, un papel fundamental, que es como el hilo conductor de esta película, lo encarna André Marcon, que es perfecto por su flema y placidez. Además, su voz tiene un ritmo particular, de quién cuenta un relato. Su final y la revelación de su carácter e historia son particularmente exitosos. Una vez más, un personaje fuerte y duro en apariencia, se fisura ante nuestros ojos.
Philippe Uchan ha sido mi compañero insustituible desde hace 20 años, y me encantó por su elocuencia y su falsa ingenuidad. Para Merlín, fue un honor tener a uno de los emblemas de la Comédie-Française en la película, Michel Vuillermoz. Lo conozco desde hace 30 años y es un actor inmenso, que nunca deja de impresionarme. Kyan Khojandi me dió una gran alegría aceptando este pequeño papel. Es uno de los actores más inteligentes y con más talento de su generación. Espero sus películas con impaciencia. En cuanto a Philippe Duquesne, es casi imposible para mí hacer una película sin él. Adoro la verdad que transmiten sus
personajes.
P: Y para terminar, ¿puede decirnos algunas palabras sobre su personaje, Albert Maillard?
R: En esta película, no estaba planeado en absoluto que yo desempeñara el papel de Albert Maillard. Durante casi un año, uno de mis actores favoritos tenía que asumir el papel. Sin embargo, a pocos meses de la filmación, por exceso de trabajo, confesó que no sería capaz de participar en la aventura. Entonces, me embarqué en una búsqueda frenética pero muchos actores ya estaban ocupados. En cuanto a los demás, conocí a grandes talentos pero no eran realmente lo que estaba buscando. Por lo tanto, tomé la decisión de interpretar ese papel más por necesidad que por deseo. La fatiga posterior fue verdadera, pero el personaje poco a poco iba calando a través de entrar en el juego y escuchar a los otros actores de la película. Y así, fue naciendo Albert Maillard. Además, el hecho de actuar con el resto del reparto, a menudo crea un efecto "Pont d'Arcole". Creo que los actores están más involucrados cuando el director es también uno de los suyos.
P: ¿Cómo abordó el tema de la reconstrucción histórica?
R: Intelectualmente, a través de muchas lecturas: casi todos los libros de Erich Maria Remarque, 'El Miedo' de Gabriel Chevallier, 'Tempestades de acero' de Ernst Jünger, 'Las cruces de madera' de Roland Dorgelès, 'El Fuego' de Henri Barbusse, todos relatos autobiográficos de Maurice Genevoix y muchos otros libros. Pero también vi muchas películas de época, algunas de ellas revisándolas con gran insistencia: las dos adapta ciones de 'Sin novedad en el frente' de Lewis Milestone y 'Las cruces de madera' de Raymond Bernard. Pero también 'Alas' de William Wellman, 'Senderos de Gloria' de Stanley Kubrick, así como una serie de documentales de la Primera Guerra Mundial, para los que contraté a dos coloristas para que los pasaran a color. Luego había foto-libros de la época (incluyendo los de Brassaï, que reconstruyó una de sus fotos para la escena de la Place Blanche). Contraté a Cédric Fayolle, como creador de VFX en esta película. Fue la primera persona con la que hablé antes incluso de haber escrito el guión. Era una cuestión de "mentir" al público durante más de 2 horas. Se prestó al juego con deleite y entusiasmo. Sobre la base de mi storyboard, de fotos y sugerencias, creó este universo lejano que fueron los años 20. Algunos de sus trabajos que más me gustaron fue la escena de la repatriación de soldados, filmados desde una estación desierta en Versalles y la escena final en la gira de Marruecos... hecha desde el aparcamiento del estudio. La calidad de su trabajo era tal que a veces no podía distinguir lo verdadero de lo falso. Además, le confié la realización del segundo equipo y le debo unos cuantos planos muy logrados.
P: ¿Cómo trabajó con las máscaras?
R: Con Cécile Kretschmar, casi co-autora del personaje de Edouard, por la sugestión y la creatividad de sus máscaras, a menudo diferentes de las máscaras descritas en el libro. La idea era seguir la psicología de Edouard a lo largo de la narrativa y conseguir expresar la tristeza, la ironía, el delirio, la abstracción... Al suceder a principios del siglo XX, teníamos cientos de fuentes de inspiración, siendo una época tan prolífica y de transición en lo que se refiere al arte. Del Cubismo al Surrealismo... la riqueza del arte de entonces nos regaló una verdadera caja de juguetes con la que Cécile se puso a dibujar. Desde la primera máscara (de tipo veneciano azul) que permite a Edouard retomar una forma humana, a una máscara irónica, de profesor de Bellas Artes que critica el dibujo académico, o una de Fantômas, verdadero icono de las telenovelas de la época.
P: ¿Tiene una máscara favorita?
R: Tengo una debilidad por la cara de la mujer abstracta (variante de un retrato al Picasso).
P: El etalonaje de la película es muy destacable, ¿puede hablar sobre este proceso de coloración?
R: La tricromía inventada por los hermanos Lumière es un proceso que hace 100 años hizo posible el color en las primeras fotografías, de muchas fotos que permanecen de este período (como los autocromos de Albert Kahn) y, por lo tanto, también las fotos en color sobre las trincheras y de París en la década de 1920. El proceso consiste en colorear el negativo que, en ese momento, sólo podía ser blanco y negro. Para ello, gracias al trabajo de 2 coloristas (Lionel Kopp y Natacha Louis), los colores de la película fueron desaturados para recolorizarlos plano a plano. Además se agregó un grano digital (500 asa Kodak) que puede dar la sensación de película de celuloide. Un engaño más.
P: ¿Puede hablarnos de la música de la película?
R: La música original es obra de Christophe Julien con quien trabajo desde 'Le Vilain'. Él es un músico con mucho talento. Si bien durante la preparación evocó a grandes compositores de la época: Ravel, Milhaud, Fauré, Gershwin; hizo todo un acto de creación personal con dos temas muy importantes, el de la escena Péricourt padre e hijo y el tema final. Cabe señalar que Pradelle pedía una desarmonía de Ravel. Para el resto, solicité a producción que obtuvieran los derechos de dos piezas de compositores icónicos: Nino Rota ('Raquel') para la escena donde Edouard divierte a Louise con sus máscaras; y Ennio Morricone ('Suspicion') por la pieza de Merlín. Además de Fletcher Henderson para el Lutetia (Variedad Stomp). Y, finalmente, para seguir las indicaciones del siempre acertado olfato de mi editor (Christophe Pinel), compramos algunas piezas existentes, especialmente de Rachel Portman y Debbie Wiseman.
P: ¿Cómo se completó la banda sonora?
R: La banda sonora también fue trabajada por mi editor de sonido Gurwal Coïc-Gallas, con quien ya había trabajado en '9 Mois Ferme'. Al no tener documentos sonoros de la época (aún no existían), él se basó en las primeras películas sonoras que aparecieron en esa época que ya cité previamente ('Sin novedad en el frente' y 'Las cruces de madera'), así como en el testimonio escrito de soldados o civiles que describían muchos detalles de los distintos sonidos de ese período, ya sea en el frente o en las calles de París. Alimentaron también nuestra imaginación las películas mudas, documentales o ficciones, que mostraban la actividad en las calles de París y que nos hacían imaginar distintos sonidos.
P: ¿Recuerda alguna anécdota remarcable sobre este rodaje?
R: Sí, todo salió bien. Eso es remarcable, ¿no?
Han dicho
20 Minutes * * * * *
Albert Dupontel quizás ha hecho una de las películas más bellas del año.
Le Nouvel Observateur * * * * *
Una película emocionante, espectacular, con una convicción de bronce: el cine es portador de verdad. La de los corazones de los hombres.
L'Express * * * * *
Es un verdadero placer ver una película francesa que sea épica y conmovedora sin caer en el academicismo y la sensiblería.
Bande à Part * * * * *
Toda respira reflexión, creatividad, investigación, en dos palabras: un trabajo de magnitud y creatividad ilimitadas.
Ouest France * * * * *
De un gran libro, Dupontel ha hecho una gran película.
Femme Actuelle * * * * * Voici * * * * * Le Dauphiné Libéré * * * * *
Elle * * * * Le Figaro * * * * Première * * * * Rolling Stone * * * * Télérama * * * *