Kapuściński es un reportero polaco, idealista y amigo de las causas perdidas. En 1975 viaja a Angola, el último campo de batalla de la guerra fría, un lugar donde el saludo equivocado puede costarte la vida. El país africano y las personas que conoce en su inolvidable aventura, como la carismática guerrillera Carlota, lo cambiarán para siempre. El viaje suicida al corazón de las tinieblas transformó al periodista en escritor.
Acerca de
Un día más con vida es la historia conmovedora del viaje de tres meses que el prestigioso reportero Ryszard Kapuściński realizó a través de una Angola devastada por la guerra, en la que los frentes cambiaban como un caleidoscopio, de un día para otro. Este largometraje de animación con imagen real está basado en el libro de Ryszard Kapuściński Un día más con vida.
Del mismo modo que los lectores del original literario, el público iniciará su viaje con Kapuściński en Luanda, la capital de Angola, en 1975. El país está inmerso en la descolonización, desatada tras el triunfo de la Revolución de los Claveles. Los ciudadanos portugueses abandonan a toda prisa los distritos más glamurosos de Luanda.
Aterrorizados por la posibilidad de un ataque a gran escala sobre la capital, empaquetan a toda prisa sus pertenencias en cajas de madera. Las tiendas cierran, el orden público desaparece gradualmente de las calles, los montones de bolsas de basura van invadiendo gradualmente la capital angoleña. Kapuściński sigue enviando cables a diario a la Agencia Polaca de Prensa desde la ciudad que se vacía.
En los últimos meses antes de la declaración de independencia, diferentes facciones del movimiento de liberación angoleño estaban enzarzadas en una lucha prolongada que decidiría quién iba a apoderarse de la república que estaba al caer. Kapuściński decide viajar a las líneas del frente de la guerra. Arriesgar la vida para ser el primer periodista del mundo en enviar reportajes a diario sobre los avatares del conflicto. Kapuściński trabaja bajo una presión inmensa en ese frente de guerra, con el terror y la soledad como materia prima de su rutina diaria. Viajar por la zona en conflicto es como una partida de la ruleta rusa: el saludo equivocado en un puesto de control puede costarte la vida.
Para Kapuściński, la guerra civil de Angola pronto deja de ser una guerra más que cubrir. El conflicto tiene un rostro humano: el de Carlota, la orgullosa luchadora, y del comandante Farrusco, dos de las personas a las que conoce durante sus viajes a las líneas del frente.
El escritor tiene que lidiar con un conflicto interno, porque Kapuściński se ve incapaz de limitarse a ser un observador pasivo y objetivo de los sucesos que tienen lugar a su alrededor. Siente compasión, afinidad, y un gran respeto por las personas cuyas historias quiere contar al mundo. Esto lo lleva a cuestionar el papel del corresponsal de guerra, a cuestionar los límites de la imparcialidad periodística y de la implicación en el conflicto. Para contar la verdadera historia de Angola sufre un gran cambio como ser humano y vuelve a nacer… como escritor.
En Un día más con vida las escenas de animación dinámica y las de una acción propia de thriller se entrelazan con secuencias de imagen real, lo que ofrece al público una oportunidad de conocer a los personajes más de 40 años después de los sucesos de la película. Un planteamiento que permite una profundización adicional y da credibilidad al mundo descrito en la animación.