Un heroico personaje querido a escala internacional cobra vida en la gran pantalla en Dora y la ciudad perdida, que marca el debut cinematográfico de Dora la Exploradora, la icónica exploradora latina cuyas aventuras han deleitado tanto a padres como a hijos desde su aparición en Nickelodeon en el año 2000. En su primera aventura de acción real, Dora (Isabela Moner), que ahora tiene 16 años, lidera una expedición cargada de acción a través de la jungla del Amazonas para rescatar a sus padres, que han sido capturados por unos traicioneros cazadores de tesoros, a la vez que hace frente al desafío más espeluznante al que se ha enfrentado en su vida: ¡el instituto!.

Su idílica infancia explorando la selva virgen con su madre zoóloga Elena (Eva Longoria) y su padre arqueólogo Cole (Michael Peña) no ha preparado a Dora para hacer frente a la criatura más imprevisible sobre la faz de la tierra... la adolescente estadounidense. Dora, a la que han enviado a la ciudad para que esté con su abuelita (Adriana Barraza) y su primo Diego (Jeff Wahlberg), se encuentra en medio de una jungla de pizarras, en la que sus conocimientos y habilidades para desenvolverse en la naturaleza no le sirven para nada.

Durante una excursión escolar al Museo de Historia Natural local, la intrépida viajera cree que va encontrarse en terreno neutral, hasta que ella y sus amigos son raptados por una banda de ladrones que la necesitan para que localice a sus padres y lo que podría ser el hallazgo arqueológico más valioso de la historia: Parapata, la antigua Ciudad de Oro Perdida. Transportada hasta Perú, Dora y sus amigos son rescatados de manos de los bandidos por Alejandro Gutierrez (Eugenio Derbez), un misterioso habitante de la jungla. Dora y Botas, el mono que la acompaña a todas partes (y al que da voz Danny Trejo) abren camino a través de territorio inexplorado para salvar a sus padres y resolver el misterio que se esconde tras una civilización perdida en la noche de los tiempos.